domingo, 27 de octubre de 2013
Néstor Kirchner: Pueblo, Patria y Revolución. (1950 - siempre)
"Elevó al pueblo y enfrente colocó a su histórico enemigo, al tocar la médula de la cuestión nacional con la estatización parcial de la renta agraria. Un humilde homenaje para tu ausencia."
Permítannos comenzar refrescando la memoria de lo vivido por el pueblo argentino diez años y medio atrás. Tuvo como protagonista excluyente al fundador de la República Argentina y la Patria Grande en este siglo XXI, presidente argentino y primer secretario general de Unasur libre y unida, Néstor Kirchner. El 27 de abril de 2003 había ganado Menem con el 24,4% de los votos. Seguía Néstor, con 22,2%. Pero en vez de ir a la segunda vuelta el 18 de mayo, el cobarde y nefasto riojano que se hizo pasar por peronista "huyó" para beneficio de Washington y las corporaciones. Si Kirchner asumía con el 50 y pico por ciento de los votos como se auguraba (Néstor creía que sacaba cerca del 60%), nada bueno podrían esperar los intereses de la republiqueta atrofiada y bananera en la que nos habían convertido. Kirchner debía asumir con ese 22% y rendirse a la semicolonia. Fue entonces que comenzó su acción revolucionaria. No se quedó callado ni cedió a las presiones. Denunció la maniobra del imperialismo y su servidumbre local el 14 de mayo, en ese histórico discurso del Hotel Panamericano, apenas antes de conocerse públicamente la renuncia de Menem. Se trató de su primer discurso como presidente, el de las "convicciones no las voy a dejar en nombre del pragmatismo en la puerta de entrada de la Casa Rosada". Allí denunció la renuncia al ballottage como una opereta "absolutamente funcional a los intereses de grupos y sectores del poder económico que se beneficiaron con privilegios inadmisibles durante la década pasada, al amparo de un modelo de especulación financiera y subordinación política". Después agregó: "No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado. Ni para que todo termine en un mero acuerdo de cúpulas dirigenciales. No voy a ser presa de las corporaciones... Tenga el pueblo argentino la certeza de que quien les habla, está decidido a dar vuelta una página de la historia y construir junto a ustedes un país diferente. Quiero que sepan todos los argentinos que entre todos un nuevo tiempo está a punto de comenzar". Y no se equivocó el gran patriota. Cambio de época, lo bautizó su gran amigo Rafael Correa, otro revolucionario. Segunda Independencia, lo llama la presidenta de la Nación, otra revolucionaria.
EL ULTIMÁTUM DEL DIARIO LA NACIÓN. Un día después del discurso de Kirchner, La Nación en editorial de Escribano divulgaba el encuentro que este sátrapa había mantenido con el presidente de la Nación. El "mensajero" le había entregado ese célebre ultimátum escrito por el Departamento de Estado, ultimátum en el que se le imponía, so pena de no durar más de un año, los siguientes cinco puntos: "1) La Argentina debe alinearse con los Estados Unidos. No son necesarias relaciones carnales, pero sí alineamiento incondicional. Es incomprensible que aún no haya visitado al embajador de los Estados Unidos; 2) No queremos que haya más revisiones sobre la lucha contra la subversión... Creemos necesaria una reivindicación del desempeño de las Fuerzas Armadas en el contexto histórico en el que les tocó actuar; 3) No puede ser que no haya recibido a los empresarios. Están muy preocupados porque no han podido entrevistarse con usted; 4) Nos preocupa la posición argentina con respecto a Cuba, donde están ocurriendo terribles violaciones a los Derechos Humanos"; y 5) Es muy grave el problema de la inseguridad. Debe generarse un mejor sistema de control del delito y llevarse tranquilidad a las fuerzas del orden con medidas excepcionales de seguridad."
"PROCEDA". El diario de Mitre, ese que se llena la boca de moralidad, democracia, paz e instituciones, exigía al presidente no sólo que reivindique a las FF AA asesinas de su propio pueblo, sino que saque al Ejército y a las FF AA a la calle otra vez. Las FF AA del "Proceso", las de todos los golpes de Estado en los siglos XIX y XX; el mismo Ejército que Mitre usó para doblegar al país profundo y convertirnos en colonia inglesa después de Caseros y Pavón, masacrando de paso al pueblo paraguayo. En fin, en mayo de 2003 el imperialismo a través del house organ de la colonia le exigía a Kirchner volver a sacar ese Ejército a las calles, para diezmar al pueblo que venía sacadito desde el 19 y 20 de diciembre. A través de La Nación, el imperialismo y las corporaciones locales nos decían que no tolerarían ni un minuto más de interrupción del período 1976-2002. ¿La respuesta de Néstor? Ante el primer 24 de marzo que tuvo oportunidad, ordenó descolgar los cuadros de los discípulos de Lavalles, Mitres y Sarmientos, genocidas de su propio pueblo y cancerberos de la pobreza y la dependencia. "Proceda", ordenó. Con tamaña obra, Néstor en realidad vino a reivindicar al Ejército y a las FF AA nacionales y populares. Reivindicó al San Martín que rechazó intervenir en las guerras civiles según le encomendaba la Buenos Aires rivadaviana. Reivindicó a Belgrano, Artigas, y a las masas y las lanzas del país profundo y real que se alzaban contra el coloniaje y las metrópolis europeas. Reivindicó lo que desde siempre, aunque cada vez con mayor claridad y énfasis, viene reivindicando la presidenta Cristina Fernández: unidad entre FF AA y pueblo.
DE BRADEN A PERÓN Y NÉSTOR. Recordemos ahora lo que Néstor contestó a Escribano, esto es, a La Nación, a las corporaciones y a Washington. "Mi mayor preocupación es que me acompañen los argentinos, por eso no empiezo por los empresarios ni por el embajador de ningún país. Tampoco pienso en un alineamiento automático con EE UU ni en buscar que me aprueben como precondición para gobernar mi país. Ocurre que usted y yo tenemos visiones distintas del país." Revolucionaria respuesta, como revolucionario el coronel Perón con Braden cuando este le llevó en el '45 un pliego con condiciones similares. ¿Recuerda el lector? A las imposiciones del embajador estadounidense y su célebre "créame señor presidente, que si usted hace todo esto será muy bien considerado en mi país", Perón retrucó: "Vea señor Embajador: a mí no me interesa ser muy bien considerado en su país al costo de ser un hijo de puta en el mío." Néstor se manifestó en iguales términos. Convicción, coraje y patriotismo, dotes que en la Cumbre de Mar del Plata, en 2005 y junto al gran mariscal del segundo Ayacucho Hugo Chávez Frías, llevó a su máxima expresión revolucionaria.
NÉSTOR, LA MEMORIA POPULAR Y EL ENEMIGO HISTÓRICO DEL PUEBLO ARGENTINO.Releyendo el otro día los Cuadernos de FORJA, nos topamos con esta frase de Marechal: "El pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria." Cuando la memoria colectiva estaba letalmente herida, el gigante Néstor Kirchner buscó las botellas con mensajes de naufragio de millones de compatriotas y nos refrescó la memoria. Es cierto que recuperó la política como herramienta de transformación social, colocándola por encima de la economía. Pero más importante que eso, porque sin conciencia nacional no hay política que sirva a las grandes mayorías, su gran legado y obra fueron haber nacionalizado y socializado las históricas y postergadas demandas democráticas del pueblo argentino, antagonizándolas simultáneamente de cara a los preceptos culturales, políticos y económicos del neoliberalismo doméstico. Néstor Kirchner elevó al pueblo como categoría política y económica. Lo elevó, le sacudió el moho y el polvo, recuperó las botellas de Marechal y le refrescó la memoria. La memoria de las grandes conquistas pisoteadas por la reacción, la memoria de la dignidad y los derechos; la memoria de la justicia y la soberanía nacional, la memoria de la Patria Grande, el renacimiento de una conciencia de trabajadores (como expresó el General Perón el 17 de octubre) y, fundamentalmente y complementario a todo esto, la memoria del enemigo histórico del pueblo argentino. En pocas palabras, Néstor elevó al pueblo, y enfrente colocó a su histórico enemigo, al tocar la médula de la cuestión nacional con la estatización parcial de la renta agraria. Un humilde homenaje para tu ausencia; lo llenas toda con tu presencia.
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