lunes, 28 de octubre de 2013
(Garabateamos Mariano Fraschini y Nicolás Tereschuk, sin mucha pretensión de originalidad) Las elecciones de ayer (las verdaderas, las que reparten las bancas) dejaron varios sabores. Acá van algunos de ellos:
La noche de la elección puso sobre la mesa el “choque de interpretaciones” que se venía a partir del resultado de las primarias: la oposición tuvo resultados de impacto para mostrar y el oficialismo sumó los elementos que le permitieron hablar de presencia (primera minoría) nacional y suma de bancas.
Desgranando, el oficialismo se ubicó primero en el recuento la “nacional” con el 33% de los votos, triunfando en 12 distritos (Chaco, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego) y saliendo segundo en 8 (Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Chubut, Mendoza, Neuquén, Santa Cruz y Jujuy). Superó los 7 millones de votos, casi 1 millón y medio más que la cantidad de sufragios a nivel diputados de las PASO y mejoró más de 2 puntos porcentuales comparado con la elección de hace cuatro años. Revirtió resultados adversos en San Juan y La Rioja con respecto a las primarias, y aumentó su caudal de votos en todos los distritos. De esa forma, se aseguró la mayoría absoluta en Diputados y en Senadores. Luego de 10 años de gobierno, pocas dudas quedan sobre la capacidad política de esta fuerza.
La oposición se anotó triunfos en 11 distritos (Ciudad, Provincia, Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chubut, Mendoza, Neuquén, San Luis, Santa Cruz y Santa Fe) de los cuales 4 fueron del conglomerado peronismo disidente, 5 del entente radical- socialista, y dos de partidos distritales (PRO y MPN). Los triunfos opositores ocurrieron en 5 de los distritos más poblados del país. Por tanto, es cierto que el impacto es fuerte y es fragmentado.
Los distritos opositores de cerca: sin lugar a dudas, la victoria en Buenos Aires, por su contundencia, deja a Sergio Massa como el ganador excluyente de la compulsa por provincia. Superando en 12% al candidato oficialista, el intendente de Tigre supo capitalizar su victoria de hace dos meses absorbiendo la mitad de los votos de De Narváez, lo que explica en gran medida el aumento del caudal de votos. Eso sí, el FPV ganó en bastiones clave del peronismo, como en La Matanza, donde parecía al principio de la noche que el Frente Renovador ganaba , en lo que hubiera sido un elemento simbólico muy fuerte, pero no. La victoria de Michetti en la Capital con el 39% (aumentando en 8 en relación a las PASO), junto a la buena elección de Carrió dejaron al FPV sin representación senatorial a pesar de la sensible mejora en los guarismos de Filmus. Este triunfo amarillo le permite seguir respirando al proyecto presidencial de Macri. En Santa Fe y Mendoza se mantuvieron los porcentajes de las PASO y tanto Binner, como Cobos, revalidaron credenciales y se subieron al podio de los presidenciables. El caso de Córdoba es más fino de analizar: El “cordobecismo” ganó con el 26% lo cual deja poco espacio para la algarabía y sí para la preocupación.
Las victorias oficialistas: las cantadas del FPV en Chaco y Entre Ríos, colocan a sus dos gobernadores en la pole position de cara al 2015. Tanto Capitanich, como Urribarri, volvieron a vencer en sus distritos (el primero triplicando la diferencia con el segundo en comparación a las PASO) y se presentan como alternativas viables para los próximos años. La recuperación de votos en San Juan y La Rioja, obedecen a dos fenómenos diferentes, pero se suman a las provincias que retornan a sus partidos históricos. El resto de las provincias reiteraron y mejoraron los guarismo de las PASO, resaltándose la victoria en Tierra del Fuego, provincia que el FPV es oposición y la de Santiago del Estero, como siempre por los márgenes obtenidos.
Luego están resultados como las tres bancas obtenidas por el FIT, que tienen que implicar una reflexión en el oficialismo. Y en la “oposición”, claro. Todos los gobiernos “populistas” latinoamericanos tienen un grueso de oposición por derecha y una pequeña oposición por izquierda. ¿El crecimiento del FIT obedece a algún corrimiento del FPV o más bien del no-peronismo corrido a la derecha?
Los gestos de anoche dejaron también algo para pensar: un Macri demasiado exultante, teatralmente exultante ¿buscaba mostrar algo que no tiene? Algo así también ocurrió en todo el no-peronismo. A Sergio Massa se lo vio más moderado que lo esperado ¿qué significa? El oficialismo, como en un scrum ¿defendiendo o empujando?
¿Qué piensan los gobernadores peronistas del “interior” de dirigentes como Massa? ¿Cuánto impacto concreto hubo de malhumor “económico” por medidas como los controles cambiarios? ¿Cuánto pesa la cuestión de la “guerra mediática” que se vive en la Argentina? ¿Nada?
Luego hay mucho número fino para picar y ver de dónde viene el voto, sobre todo cruzado por nivel socioeconómico, como dice Manolo. Y por ejemplo comprobar que en 2009 De Narváez + Stolbizer sumaron 55 puntos (21 diputados). Y que en 2013 Massa + Stolbizer también sumaron más o menos 55 puntos (20 diputados).
Como ya dijimos, que el oficialismo replique más o menos la elección de 2009, en momentos en que la economía estaba en caída libre, habla de la necesidad de revisar enfoques políticos en un momento en que hay inconvenientes económicos pero niveles de actividad y consumo bastante altos. Eso si no cremos que con los años un gobierno se desgasta inexorablemente y que dirigencia política y elecotrado van tarde o temprano haciendo movimientos dirigidos a producir cambios.
La presidenta Cristina Kirchner, en reposo por orden médica, cuenta ahora con tiempo para procesar el resultado, que tiene sus puntos a favor -más votos que en las primarias- y mensajes en contrario.
Dos años es mucho tiempo en la Argentina. Lo compiló el otro día Horacio Verbitsky imitando (?) un post de Artepolítica: el más pintado dos años antes de una elección presidencial nunca ganó. Porque la sociedad argentina es brava, pero también lo es la dirigencia. Para decirlo como lo afirmaba un risueño jefe de un bloque grande de la Cámara de Diputados: “a nuestra bancada le dicen cárcel de Caseros, primero les hacemos el amor (?) a los más famosos”.
En un post anterior hablamos de una frase de Hugo Chávez ante un resultado adverso electoral: “tres R’: Revisión, rectificación y relanzamiento”. El oficialismo se alzó con recursos institucionales que le permiten pensar en eso. Veremos cómo funcionan la virtú y la fortuna en la argentina kirchnerista.
(Actualización: en el post original metimos Jujuy donde no iba, primero oposición, segundo FPV, ahora está corregido).
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