lunes, 8 de abril de 2013
EL HOMBRE Y EL MITO.
“Queríamos mostrar el hombre detrás del mito”
Entrevista con Dieguillo Fernández, director de Puerta de Hierro. “El compromiso político con el tema es profundo, es un tema que tanto a Víctor Laplace como a mí nos apasiona”.
APU: ¿Cómo nace la idea de la película?
Dieguillo Fernández: La idea de la película es un proyecto que desde hace varios años tenía Víctor (Laplace) “entre ceja y ceja”, encarpetado y no veía la luz. Nosotros trabajamos juntos en otros proyectos, hasta que Víctor se decidió a darle curso a eso que le quitaba el sueño. Empezó a moverlo para intentar encontrar las posibilidades económicas de hacerlo y ahí empezamos a trabajar fuertemente en ese proyecto y le fuimos dando forma.
Víctor escribió un guión a partir de una idea que tenía con Leonel D´Agostino, que es el guionista de la película. Escribieron un muy buen guión y cuando estaba terminado, Víctor me convoca para que haga un trabajo de script doctor, es un trabajo que tiene que ver con revisar los guiones ya escritos próximos a filmarse. Luego de ese trabajo me propuso seguir trabajando el guión mientras seguía la búsqueda de fondos. Víctor iba a interpretar el papel de Perón, porque inclusive, barajamos la posibilidad de que fueran otros actores. Cuando él se decidió a interpretar el rol, era evidente que iba a necesitar que la dirección fuera compartida porque no iba a poder hacer las dos cosas. Me propuso compartir la dirección, acepté y desde ese momento trabajamos muy bien hasta hoy que estamos a punto de estrenar.
APU: ¿Cómo fue dirigir a Víctor Laplace en un papel como el de Perón, que ya había interpretado y muy bien en otro momento?
DF: Interesante la pregunta, porque todavía es como que no dimensiono eso, dirigir a Víctor Laplace, al actor. Porque primero, es mi amigo Víctor Laplace, después mi colega Víctor Laplace y después el actor; porque así lo fui conociendo. Por más que cuando lo conocí por primera vez él ya era un actor consumado y talentoso desde ya y con toda su carrera. Lo que hicimos con Víctor en todo ese año que trabajamos el guión, empezar a ver, ensayar cómo era este Perón que queríamos presentar, lo hicimos desde el texto y después cómo era desde lo físico. Es el momento en que ese texto empieza a corporizarse, cuando un actor lo empieza a interpretar.
Empezamos a trabajar en eso, la idea la teníamos clara en común, empezamos a ensayar. Más que dirigirlo a Víctor fue sólo empezar a ver cuáles eran los límites en donde este Perón se quería mover, dónde Víctor se quería mover en la composición. Luego en el rodaje acompañarlo para que si en algún momento de la interpretación, esos límites que habíamos establecido, donde queríamos que el personaje se mueva, si se corría, estar ahí para marcarlos. En este caso por ser Víctor codirector y además por ser el talentoso actor, me limitaba a lo que refiere a su interpretación en particular, a observar cuando el camino se iba de la línea de lo que queríamos llevar. Fue realmente un placer y del cual aprendí muchísimo.
APU: La película se basa justamente en el exilio de Perón en España, desde la mitad del ´60 hasta el ´73. Esto también llevó un gran trabajo de reconstrucción histórica ¿Cómo fue hacer esta película donde hay que reconstruir toda esa época?
DF: Sacando el tema del contenido y de qué tipo de historia estábamos abordando, para un director de cine tener la posibilidad de jugar con la reconstrucción de época, es maravilloso, como recibir en Navidad el juguete más querido. Es un elemento más de laburo dentro de lo que ya es el laburo de arte en particular de cualquier película que pueda transcurrir hoy día. pero además, tenés esa posibilidad de recorrer artísticamente las épocas a partir de la investigación. No es solamente decir “Año 1964 Madrid”, es qué ropa se usaba, qué decorados, qué utensilios. Todos los utensilios que existían por ejemplo, en la utilería de acción del ´64 en Madrid. ¿Cuáles hubiera elegido Perón? O ¿era Isabel la que compraba los objetos de la casa?
Toda esa investigación nos sirvió también para los personajes, nos sirvió para todo ese laburo pensando el arte en la época. Y teniendo en cuenta que la película transita del año ‘55 hasta el ‘ 72. Años de muchos cambios estéticos y la historia pasa en Buenos Aires, parte en Panamá y gran parte en Madrid, el laburo de arte fue un placer hacerlo. Es un placer cuando uno tiene un poco de presupuesto para poder abordarlo en la dimensión que la película se merece. Adriana Maestri, que fue la directora de arte, la verdad hizo un trabajo excelente
APU: En el marco de la discusión política, la película trabaja un momento del exilio, de un Perón frágil que de a poco va reconstruyendo su poder. ¿Cómo fue pensado esto?
DF: Como te imaginarás, el compromiso político con el tema es profundo. Es un tema que tanto a Víctor como a mí nos apasiona, el cual hemos leído previamente a este proyecto y a partir de ahí mucho más. Víctor es peronista de la primera hora, podemos decir que en el regreso de Perón estaba en su juventud militante más activa. Yo soy de la generación de los hijos de esa generación, tengo otra mirada también.
Ese cruce generacional, sobre el fenómeno particular de la historia argentina del Peronismo y específicamente la figura de Perón y lo que generó en la historia argentina hasta hoy fue motivo de debate, de mucha charla y mucho crecimiento nuestro como participantes, en pequeña medida, de la historia. Y además qué Perón queríamos mostrar, dónde nos queríamos plantar para decir, qué vamos a mostrar “nuevo” de Perón ¿Qué puede tener de interesante esta película? Y lo que nosotros queríamos mostrar justamente, era el hombre detrás del mito.
Ver que detrás del mármol, de la “estampita” del General, hay un hombre. Un hombre que envejecía enfermo a 15 mil kilómetros de su patria durante18 años en los cuales no le permitieron volver, esa dimensión del conflicto humano era lo que nos interesaba mostrar, obviamente, atravesada por el Perón político. De alguna manera, poner un poco el foco en esos años de cómo este tipo a pesar de envejecer, después de todo lo que había hecho, cómo se va del país y cómo lo echan del país. Enfermo, lejos, con un entorno poco amigable que se iba enraizando cada vez más a su alrededor, sin embargo pudo mantener viva la resistencia, pudo lograr que el Movimiento no muriese.
Esa entrega hacia sus ideales y de mantener viva la resistencia y poder pasar, a pesar de no estar presente físicamente, de generación en generación esa llama de sus ideales libertarios, era interesante. Mostrar una etapa de Perón de la cual no se ha hablado mucho y todos los registros que hay de esa etapa, más allá de la película de Pino y Getino que es más documental sobre el momento. Es decir, Actualización política y doctrinaria, por más que se lo vea a él paseando con los perritos por el jardín. Toda la documentación de esa época es muy personal de quienes viajaron, atravesadas por esas subjetividades absolutas de quienes iban a visitarlo, era muy difícil documentarse de una manera, si esto fuese posible, objetiva.
Ahí nos entregamos a nuestras propias subjetividades, a nuestras intuiciones y desde ahí lo abordamos con la esperanza de que esta otra mirada de Perón ayude a tener más presente su figura que parece que en estos años no ha estado tan en los primeros planos del recuerdo histórico.
APU: ¿Cómo está marcada por las lecturas que se hacen en la actualidad esa mirada de Perón de la película?
DF: Eso es inevitable, no porque volver a repensar la figura de Perón implique no pensar o dejar de tener presente otras figuras, como la de Eva, como la de la generación joven de los ´70 que levantó esas banderas y después fue aniquilada en la Dictadura. Pero nos parecía, desde dos generaciones diferentes, que nos interesaba entender que hay algo humano ahí y en todos nosotros. Aunque a veces el lugar de poder o de incidencia sobre la historia pareciera deshumanizar a quienes detentan esos cargos o llevan adelante esas ideas, ya sea porque uno los idealiza o porque desde otros sectores se los estigmatiza. Nos interesaba traerlo desde ahí y creo que es una época en la cual, justamente, nos podemos permitir esto.
Tal vez en otras épocas nos hubiera sido más difícil abordar a la figura de Perón con lo que eso implica desde este ángulo. Este es un momento donde hay un montón de nuevas miradas sobre fenómenos que nos han atravesado históricamente. Y que esas nuevas miradas que intentan correr algún otro velo, se pueden dar en esta época y eso es fruto de las políticas que se están llevando a cabo y de la vida democrática que tenemos hoy.
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