lunes, 8 de abril de 2013

UNA PELICULA PERONISTA POR JUAN CIUCCI OPINION

Una película peronista El próximo jueves se estrena Puerta de Hierro, el exilio de Perón una muy interesante película que retrata el periplo del General lejos de su Patria. Por Juan Ciucci l Los restos míticos de Perón se deshacen en su largo exilio. Y esa carne sufriente que se construyen, de ese hombre desterrado, es la que da sustento a su vez al mito. La que hizo nacer historias de aviones negros, la que tornó viva una frase como luche y vuelve, la que convirtió en un puntal de la procesión peronista su quinta en el exilio madrileño. Puerta de Hierro es una notable reconstrucción de ese mundo, y del hombre que fue Perón en ese transito de 18 años alejado de su Patria. Es un hombre sufriente, entre cavilaciones de su lugar en la historia, que sucede a miles de kilómetros de sus quehaceres diarios, entre cartas e indicaciones para quienes siguen en la resistencia y reuniones con aquellos que viajan para verlo. Es también un ajedrecista, que ha apostado al tiempo en lugar de la sangre en la batalla que la oligarquía y el imperialismo han desatado en la Argentina. Pero es un hombre enfermo que conoce los límites de su cuerpo, que darán el tono a la tragedia que se avecina en su Patria y en su Movimiento. El tiempo, parece, no fue la mejor apuesta. Si Leónidas Lamborghini tomaba el período de su transito en Caracas para trabajar allí las ambigüedades del líder exiliado, la dupla Laplace-Fernández se instala en Madrid, destino final del periplo de Perón. De su paso por Caracas reflejan el encuentro con Isabel, dando el tono a la decisión de aquella mujer de no apartarse nunca del General. La aparición posterior de López Rega y del triángulo que terminarían conformando, es de los mejores momentos de la película, donde logra recrear ese clima incierto y obscuro que el Brujo terminó por aportarle a Perón. La reconstrucción de época de esta ficción es excepcional, como en su conjunto las actuaciones. Mención aparte merece Laplace, ya convertido en el actor que mejor ha representado a Perón. Este líder viejo que encarna, supera aun sus anteriores versiones. Ha logrado una representación que desde lo corporal recupera todos aquellos detalles que nos devuelven al Perón que todos tenemos internalizado, tanto quienes lo conocieron como aquellos que sólo lo han visto en imágenes. Pero mostrar a este líder viejo y vencido intentando reconstruir su poder, sin adentrase en las polémicas que muy pronto se abrirían, es una de las falencias de la película. Concluir el exilio en 1972, y no en aquel 20 de junio del ´73, es una decisión política que representa una mayor concordia en el Movimiento de lo que finalmente sucedió. Es una película que apuesta a la unidad, que deja entreabiertas las líneas del trágico final, pero que opta por no indagarlas en profundidad. Algo que el Perón en caracas de Lamborghini hace con proverbial maestría. Quizás no sean tiempos para abrir esas disputas, en esta época en que la idea y el sentir de la Patria han sido recuperadas. O quizás sea justamente por ello que debemos hacerlo, para que la unidad no sea una amalgama frágil, con más silencios que certezas.

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