lunes, 8 de abril de 2013
EL EXILIO DE GENERAL, PELICULA.
“Pretende ser una respuesta a tantas preguntas que sobre la vida del Viejo nos hicimos”
Entrevista a Víctor Laplace, actor y director de Puerta de hierro. “Creo que el Peronismo no es sólo una posición política, sino una cultura”.
Por Juan Ciucci
APU: Comentamos cómo nace el proyecto de la película.
Víctor Laplace: Básicamente, es una historia que quería llevar adelante. Siempre pienso en la gente que lucha por la militancia. Y el regreso de Perón en aquellos momentos significó una consigna, “Lucha y vuelve”, que hizo que la juventud empezara a militar desde muy pibes. Los chicos laburaban para el regreso de Perón desde muy chicos y casi no tenían memoria del Perón presidente. El proceso por el que se apropiaban del reclamo popular es el más preciso sentido del término apropiar, lo hicimos propio, es quizás uno de los más singulares de la historia política argentina junto con la vuelta a la política con la muerte de Néstor Kirchner.
Esta película pretende contestar alguna que otra inquietud que nos quedó pendiente de respuesta de aquella época. Pertenezco a una generación que miraba hacia Puerta de Hierro, que era la residencia que tenía finalmente el general Perón, pero no teníamos cómo acercarnos. Construimos un relato que tenía que ver con intentar meternos en el mundo más íntimo, más privado.
Plantear la intimidad de un hombre con signos de sensibilidad, broncas, sueños, dudas, el tema del desarraigo y el convencimiento de una misión que no debía escatimar sacrificios. Él vuelve porque también hay un pueblo que dice “Luche y Vuelve”. El pueblo lucha y él vuelve pero sabiendo que la vuelta le complicaba la vida. Todos esos temas están en la película, trabajamos mucho y muy intensamente. En estos días, que estamos tan cerca del estreno, son días raros para mí, pienso cuánto de nuestra recreación de las intimidades del General Perón han sido acertadas. Porque en esa recreación no sólo pusimos los resultados de una amplia investigación, trabajamos muchísimo con todos los libros que había, sino que también puse mis propias convicciones. Y estoy dispuesto a bancármela, como se dice.
APU: ¿Cuáles fueron las fuentes principales a las cuales acudiste para tratar de recrear esa vida íntima?
VL: Arrancamos desde las reivindicaciones de los diez años de intensa obra social que cambió a la Argentina: de la explotación y esclavitud del ´45 a la comunidad justa que se convirtió en el ´55. Esta es una transformación que es muy conocida: desde el estatuto del peón, los derechos del trabajador, la ley de creación de la justicia del trabajo, la mutualidad sindical, las proveedurías sindicales. Cosas que yo mamé y viví porque era obrero metalúrgico a los 14 años. Las cooperativas de producción en poder de los obreros, la participación en las ganancias, cosas que me voy acordando, estas fueron las primeras cosas que teníamos y las tenía claras porque las había vivido.
Después nosotros pasamos a leer todo lo que pudimos, consultamos a algunos expertos amigos como Norberto Galasso, Antonio Cafiero, algunos académicos pero también militantes y la experiencia que uno recogió. Una bibliografía muy extensa que nos acompañó durante las 22 versiones que tuvo el guión. El último año, trabajamos muy fuerte con Dieguillo Fernández para llegar a una síntesis en la palabra que nos convenciera. Y la verdad estamos muy contentos con la película que hicimos.
La cuidamos muchísimo, fueron muchos años y ahí pusimos la experiencia y la de tantos compañeros, de cómo vivimos aquellos acontecimientos y cómo los vemos ahora a la luz de tantos años. He puesto mucho en esta película, me gustó mucho hacerla, aunque fue muy duro también. Creo que lo importante para mí como director, no soy un director de toda la vida, tengo más de 80 películas, pero he realizado un documental sobre Monseñor Angelelli, sobre la tragedia del 2001, después hice El mar de Lucas, La mina. Creo que me va saliendo un compromiso con la construcción de la memoria colectiva y eso sí, cuento con que la película contribuye a eso. Me interesa que los peronistas se reconozcan en la película y que los no peronistas reconozcan a Perón. También ese Peronismo que planteamos en la película, que es un punto de partida fuerte, sea reconocido como cualquiera de nosotros que tuvo y tiene que encarar cuestiones trascendentes todos los días en su vida, un tipo común al que uno puede querer.
Me gusta hacer una película donde aparece la política y la subjetividad como fue en su momento Operación masacre. Yo conocí a Paco Urondo, era amigo personal de Paco y la verdad que haber tenido esos amigos me marcó para toda la vida. Creo que el Peronismo no es sólo una posición política, sino una cultura.
La militancia que se desarrolla en todas las posibilidades que tiene, no es un cansancio, es una identidad. Por otra parte, es irrenunciable porque desde los 14 años que estoy dándole y dándole, cuando vine a Buenos Aires empezamos a laburar en las villas, conocí al Padre Mujica. Laburamos con Norman Brisky y con tantos compañeros en las villas y ese fue un laburo que a mí me marcó mucho. porque no solamente fue el actor que hizo la profesión, sino que también le encontramos el sentido social a la profesión.
APU: ¿Qué significó retomar la representación de Perón? Ya te has convertido en el actor de Perón, con grandes interpretaciones.
VL: A mí el personaje de Perón me produce una fascinación y es muy anterior a la primera película, que fue Eva Perón, con Esther Goris. Después hice la obra Borges y Perón. Pero mi fascinación viene de antes, soy peronista de la misma época que fui obrero y actor, entonces, para mí hay dos cuestiones. Una es la que tiene que ver con dilucidar esos años de exilio del General y eso sí es una deuda pendiente y preguntas que queremos responder. Por otra parte, lo que tiene que ver con el desafío cómo director y cómo actor, implica plantear un Perón tal como yo lo veo y tal como yo creo que vale la pena verlo. Me interesa porque fue la etapa más extraordinaria que vivimos la del ´45-´55; pero ese es el otro Perón, gobernando, mandando, el hombre de la sonrisa eterna, el hombre del balcón. Este Perón, es un Perón resistiendo, más grande, con dudas. Mi generación y ese Pueblo que lloró su partida, lo soñamos de todas las formas posibles. Y esta película pretende ser un poco una respuesta a las tantas preguntas que sobre la vida del Viejo nos hicimos.
APU: Justamente ahí está presente en el exilio la aparición de López Rega.
VL: Claro, es que no lo podíamos soslayar. Era imposible pensar un relato de esa época en la casa sin que apareciera este triángulo tan particular y complejo como fue el triángulo de Perón con López Rega y con Isabel. Ahí Victoria Carreras y Fito Yanelli se pusieron en la piel de personajes trascendentes y complejos, sin que esto sea un análisis político, ellos armaron conmigo un triángulo fuerte. Después aparecen otros personajes como Cámpora, Jorge Antonio, Galimberti, el grupo de los buenos y un Marcelo De Andrea que se entregó a esa sinuosidad que tenía Vandor.
Después encontramos a un personaje, esto fue el comienzo de todo hace siete años con Carlos Oves, otro gran director, amigo, compañero que falleció. Encontramos un personaje que era Sofía, la actriz española que le da pie a toda la subjetividad del relato porque es un personaje que Perón conoce, que no existió en la historia real pero que podría haber existido tranquilamente. Cuando Perón camina por las calles de Madrid se encuentra con una joven que tiene una sastrería, hija de padres republicanos.
Ahí empieza a entablar una relación donde él se siente muy confiado y le cuenta cosas que no le ha contado a nadie, sostiene con ella una afectuosa amistad. La incorporamos para desplegar todo lo que le pasaba al Viejo, teníamos que encontrar un personaje que además, como ella no lo conocía, le pregunta desde una total impunidad y lo descoloca un poco al Viejo. Él se permite hablar de la nostalgia de su Patria, del dilema de la vuelta, la inminencia de la muerte y esto me pareció que era muy rico, porque es un personaje muy luminoso en la historia de la película.
APU: ¿Cómo analizás lo qué significa hoy pensar a Perón, con este nuevo contexto histórico, esta recuperación del Peronismo?
VL: En realidad, creo que en la Plaza de Mayo éramos muchos el 25 de mayo del ´73, que seguro estaban Néstor y Cristina que reivindicaron la política y reinstalaron la militancia. Las dos cosas, política y militancia en los términos en que nosotros la concebíamos en aquella época. Creo que también ganaron una década, ganaron para la inclusión social como decía Perón, para la justicia social y para el crecimiento artístico de nuestras producciones entre tantas otras cosas, como hacía Perón.
Veo que hay como una continuidad, por supuesto en momentos históricos y políticos diferentes, siempre hay que analizar las cosas en el contexto en que ocurren. “Luche y Vuelve” fue la razón fundamental por la cual la gente salió a la calle y volvió la militancia. Me parece que lo que empieza a hacer Néstor cuando baja el cuadro de Videla y de algún modo, desgraciadamente la muerte hace que la juventud vuelva a tener la capacidad de retomar la militancia.
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