El negocio de Clarín, en jaque
Por Sebastián Premici
Cómo podría impactar la desinversión en los números del Grupo. Cablevisión, su mayor fuente de ingresos. Las empresas que le dan pérdida. Las alternativas.
La lectura del balance del Grupo Clarín puede servir para comprender la cabal dimensión de la concentración económica de este conglomerado de empresas. El grupo está dividido en cuatro áreas de negocios (Cable y Acceso a Internet; Impresión y Publicaciones; Producción de Contenidos; Contenidos Digitales y otros), que durante el segundo trimestre de este año tuvieron ventas netas por 5.345,3 millones de pesos. De este total, Cablevisión representó el 65,45 por ciento de los ingresos del grupo, es decir, 3.697 millones de pesos. El sistema de cable permite financiar al resto del multimedios, tanto sus canales de aire como las señales de contenidos gestionadas a través de Artear, cuyos ingresos se desplomaron en los primeros seis meses del año.
El artículo 45 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual establece las limitaciones a la multiplicidad de licencias para todos los grupos mediáticos del país. Dicha normativa basa su justificación en el duodécimo principio de la “Declaración de principios sobre la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la Presencia de Monopolios u Oligopolios de la Comunicación”. En sus conclusiones, la CIDH sostiene que “la excesiva concentración de la propiedad debe ser evitada no sólo por sus efectos sobre la competencia, sino por sus efectos en el rol clave de la radiodifusión en la sociedad, por lo que requiere específicas y dedicadas medidas” y agrega que “como resultado, algunos países limitan esta propiedad, por ejemplo, con un número fijo de canales o estableciendo un porcentaje de mercado”.
El Grupo Clarín, a través de Cablevisión, cuenta con 158 licencias de cable (según sus propios balances; fuentes del Poder Ejecutivo aseguran que son más de doscientas). Posee 3,2 millones de clientes en la Argentina -lo que representa el 46,3 por ciento del mercado- y 1,4 millones de usuarios de Internet. La Ley de Medios Audiovisuales establece que ninguna empresa de medios puede tener más del 35 por ciento del mercado ni contar con más de 24 licencias de cable; además, podrá tener una sola señal propia de contenidos. Según datos que se desprenden de los balances, Artear maneja seis canales de TV por cable. Sin embargo, otros consiguen 16 canales de cable (Ámbito Financiero, en base a datos institucionales de Clarín, Artear y cámaras empresarias).
Según un informe elaborado por el grupo de estudios “Política, Economía y Realidad Nacional”, si el Grupo Clarín decidiera quedarse con el negocio del cable y, por ende, desprenderse de Canal 13 en la Ciudad de Buenos Aires (como fija el artículo 45), tal adecuación a la norma representaría para el Grupo una reducción patrimonial del 26,38 por ciento. “El Grupo Clarín no sólo es una gigantesca empresa comunicacional, sino que forma parte de la red societaria que estructura al sector agro-mediático-financiero donde, a través de un complejo entramado de inversiones y sociedades, se conforma en un sector social y político, como agente de difusión de intereses sectoriales. Además, posee y representa sus propios intereses”, puede leerse en el informe “El beneficio económico de la concentración mediática”, elaborado por este grupo de estudios.
Las cinco partes del grupo
La participación del Grupo Clarín en Cablevisión se establece por medio de cinco empresas financieras e inversoras: Southtel Holdings S.A. (SHOSA), Vistone S.A. (Vistone), VLG Argentina, LLC (VLG), CV B Holding S.A. (CVB) y Compañía Latinoamericana de Cable SA (CLC). Juntas reúnen un patrimonio de 1.920 millones de pesos. Si el Grupo decidiera desprenderse del excedente del negocio del cable y quedarse con una sola señal de contenidos, las reducciones en sus ganancias netas serían de 146,62 millones de pesos, es decir un 18,32 por ciento. En cuanto a las ventas netas para el ejercicio 2013, éstas pasarían de 8.523 millones de pesos (contabilizando los ingresos de Cablevisión y las señales de contenidos) a 5.703 millones. Es decir, una diferencia de 33 por ciento.
Un dato relevante del balance tiene que ver con las pérdidas registradas por el Grupo en el rubro “Producción y distribución de contenidos”, segmento que comprende las señales de contenidos nucleadas en la empresa Artear, de las cuales también debería desprenderse si optase por continuar con el negocio del cable. Como se dijo, si conserva este negocio sólo podría tener una señal de contenidos.
Durante el primer semestre del año, la ganancia bruta de estos canales de contenidos con respecto al año anterior cayó de 97 millones de pesos a tan sólo 3 millones. “Es un dato a tener en cuenta, ya que desde una racionalidad económica podría ser un mejor negocio para el Grupo desprenderse de esas señales que vienen dando pérdidas, aunque como contrapartida tendrían una merma desde el punto de vista simbólico-político”, sostiene Juan Manuel Di Leo, uno de los coordinadores del trabajo “El beneficio económico de la concentración mediática”.
El Grupo Clarín no es sólo un medio de comunicación. Es también una de las principales compañías del país en términos de facturación. El Banco Patagonia elabora habitualmente un ranking de las 1.000 empresas mejor posicionadas en la Argentina. Según este informe, en 2011 la compañía se ubicó en el puesto 27, con un total de ventas de 9.752 millones de pesos, muy por arriba de los principales bancos que operan en el país, empresas energéticas, y exportadores agropecuarios. Si se quedase con el negocio del cable, pero con una adecuación al 35 por ciento del mercado como máximo posible, el Grupo pasaría a ocupar el puesto 47 de las empresas más importantes del país, de acuerdo con el análisis de “Política, Economía y Realidad Nacional”.
Hasta el momento, el Grupo Clarín afirma que el próximo 7 de diciembre no tiene que pasar nada. Sin embargo, el Grupo incluyó en su balance semestral, por primera vez, un informe de peritos contables y económicos que realizaron “un cálculo de las eventuales pérdidas contables y de valor de compañía que sufriría la sociedad si se viera obligada a realizar desinversiones en el plazo perentorio de un año”. Los peritos estimaron “una pérdida contable de entre 1.500 y 3.000 millones de pesos”. El dato es por demás relevante, ya que en sus balances están admitiendo ante sus inversores la posibilidad de la desinversión, en función de lo que establecen el artículo 45 y 161 de la Ley de Medios.
Otro dato significativo que se desprende del balance de la compañía tiene que ver con un cambio en la distribución de dividendos y un anuncio de menores inversiones para 2012. El 23 de abril, la asamblea de accionistas determinó una distribución de dividendos de 217 millones de pesos para Cablevisión, a pagar en dos cuotas, una en mayo y la otra en diciembre. Sin embargo, cuatro días después de aquella asamblea decidieron la distribución total de los dividendos en una sola cuota. Y a mitad de agosto de este año, Cablevisión anunció que reduciría su inversión para 2012 en cien millones de pesos, “una disminución del 28 por ciento de lo presupuestado para ampliar la red en distintas zonas donde opera y para fortalecer las señales en HD”, según detalló la revista especializada Convergencia.
“Las opciones de adecuación a la normativa afectan al Grupo no sólo en términos económicos, sino que también la ley contribuye a romper la hegemonía discursiva de la empresa. Al profundizarse las condiciones para la construcción de una democracia fuertemente sustentada en las tradiciones populares, el Grupo se ve condicionado a retraerse sobre sí mismo y ponerse como objeto de debate echando luz sobre los intereses que lo motivan. Como resultado, queda expuesto frente a la sociedad como actor del andamiaje político-económico”, concluye el trabajo.
Revista Debate
http://www.revistadebate.com.ar/2012/11/23/5846.php
GB
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