lunes, 11 de febrero de 2013

DE ESCRACHES, POLITICA Y GESTION, OPINA EDUARDO BLAUSTEIN

Escraches, política y gestión Por Eduardo Blaustein El paisaje del presente político atraviesa una etapa de violencia verbal: censuras internacionales y exabruptos locales. Mientras tanto con el panorama local aún no definido con vistas a las elecciones, el anuncio de un nuevo acuerdo de precios busca detener la corrida y poner un límite al dólar ilegal. Duelo de pícaros. El FMI, que no suele sancionar a funcionarios propios por la enorme cantidad de pifias cometidas por lo menos en los últimos veinte años, “censura” a la Argentina por la opacidad de las estadísticas estatales relacionadas con la inflación y el PBI. El Gobierno argumenta que esa sanción se debe pura y exclusivamente a que el FMI pretende ubicar a nuestro país en el rango de lo desagradable, de lo desprolijo/tercermundista, como castigo porque el éxito del “modelo” fue a contramano de las recetas ortodoxas. En casi 70 años, el FMI jamás emitió una “moción de censura” contra ningún país ni lo hizo cada vez que un primer ministro, ministro de Economía o director del propio organismo salió a decir “Caramba, parece que los resultados de nuestras recomendaciones no resultaron tan bien como pensamos”. La situación que vive el presidente de gobierno español, Mariano Rajoy, se debe seguramente más a los pésimos efectos de sus políticas económicas (determinadas desde la globalización financiera) que al escándalo de los sobresueldos. Una encuesta de El País de Madrid indica que de la adhesión del 44,1% que Rajoy obtuvo en las elecciones, pasó al 23,9%. Habiendo tanto desastre económico para elegir en el mundo, parece que el FMI sancionó al país con algún objetivo más político que técnico-académico. También es verdad que hace tres años que el Gobierno viene prometiendo, en diálogo con técnicos del organismo multilateral, un nuevo sistema de medición de inflación en el Gran Buenos Aires… y hasta ahora no pasó nada. Hasta que el FMI “censura” y el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, promete que ese nuevo índice va a estar en vigencia “para fines de este año, en el último trimestre”. Mientras la inflación no cesa y el dólar ilegal rozó hace unos días los ocho pesos, para luego a descender, el Gobierno necesita ofrecer algo más que respuestas políticas a ambos problemas, aun cuando se puedan relacionar con comportamientos perversos de los actores económicos. Que se haya anunciado un acuerdo de congelamiento de precios por dos meses con los supermercados y las cadenas de electrodomésticos habla de la preocupación oficial. Ojalá funcione y funcione más que dos meses. Como sea, inflación y búsqueda del dólar van de la mano. Muy cómico Alguna vez Mauricio Macri habló de la necesidad de “tirar a Néstor Kirchner por la ventana” y alguna otra se refirió a la Presidenta como “esta señora de enfrente”. Sin embargo su marketing político promedio va por el lado de “basta de chicanas, de confrontación, de miedo”. Estos días justificó las agresiones a Axel Kiciloff y los abucheos a Amado Boudou en Santa Fe por “el clima de confrontación” que genera el Gobierno. Los dichos del cómico-político santafesino Miguel del Sel, un auténtico populista conservador, iluminan los límites del discurso de paz y amor. No sólo fue soez con la Presidenta y las mujeres en general sino con el conjunto de la dirigencia política: “Tenemos una dirigencia muy berreta, son muy hijos de puta y hay miseria porque estamos llenos de miserables”. El martes, Cristina Fernández hizo un pedido a la propia tropa: “Les pido por favor a todos los que creen en este proyecto que sus conductas, sus comportamientos sean dignos, humanos, respetuosos para todos los argentinos, aun para los que no piensen igual”. Habrá que ver si el oficialismo ayuda a bajar los decibeles. El kirchnerismo necesita mayor amabilidad y mayor capacidad de interpelación social. La frase presidencial no fue tapa de ningún diario, ni siquiera de los oficialistas. Los diarios opositores volvieron a hablar de “ataques” a la Justicia por lo que fue una crítica presidencial en un sistema democrático. Rotaciones Mientras se volvió a hablar del clima de confrontación, la política siguió dando muestras de confusión. Sobre el futuro alineamiento de Daniel Scioli y Sergio Massa todo es especulación. La figura que le ganó a Kirchner en la provincia de Buenos Aires en 2009, Francisco de Narváez, parece cada día más eclipsada. Mónica López, su compañera de fórmula en 2011, se sumó al proyecto de Massa. El Colorado supo tener un bloque de 19 legisladores provinciales. Hoy le quedan cinco. El macrismo sigue sin avanzar en un armado territorial. Macri y Del Sel en Santa Fe siguen siendo las únicas figuras con peso electoral. En el sindicalismo, las aspiraciones electorales de Hugo Moyano parecen freezadas, mientras que Pablo Micheli, de la CTA, puede que se integre al Frente Amplio Progresista. A la CGT, por ahora, en cuanto a presencia política, no le queda más remedio que el bajo perfil. Algo incómodos, sus dirigentes dicen que tras la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias pueden al menos encarar mejor las paritarias. Luis Barrionuevo vuelve a mostrarse con el gobernador José Manuel de la Sota, quien desde hace unas cuantas semanas encontró un modo de confrontar con el Gobierno y esconder la mano mediante una curiosa Guerra de las Antenas. Gestionar es preciso El Gobierno sigue activo intentando mejorar políticas cuyos resultados fueron muy poco felices. Acaso la percepción de ese esfuerzo oficial tenga relación con la última encuesta de Managment & Fit, que suele ser ahorrativa a la hora de puntuar la imagen de Cristina. Según la consultora, la Presidenta viene recuperando posiciones. Se mencionó antes el problema inflacionario y los intentos de combatirlo. Continúa también el rediseño de las políticas ferroviarias, incluyendo las obras en el Mitre y el Sarmiento. Florencio Randazzo quiere ser el gran transformador del sistema ferroviario y eso no está nada mal si ayuda a que mejore el sistema de transporte. Cristina anunció el lunes que el Estado asumirá la conducción del Belgrano Cargas. La decisión tiene relación, según la versión oficial, con desmanejos de las empresas que bien pudieron detectarse antes. El Gobierno, además, declarará de interés público las tarifas del transporte de cargas. Esta semana Cristina reiteró que sigue dándole vueltas a proyectos posibles que permitan democratizar la Justicia. El Gobierno necesita mostrarse eficiente en un año electoral. Los proyectos aún no se conocen pero seguramente parte del Poder Judicial, de conductas opacas y corporativas, pataleará cuando llegue la hora del debate. Diario Z GB

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