jueves, 6 de diciembre de 2012

FELIPE VALLESE PARTE II

...y participará activamente en acciones vinculadas a la resistencia peronista. Compartirá cárcel con Sebastián
Borro y Armando Cabo. Integrará además la Juventud Peronista junto a Gustavo Rearte, Héctor Spina, Tito
Bevilacqua y Tuli Ferrari. El 23 de agosto de 1962, durante el gobierno de facto de José María Guido, Felipe
Vallese será secuestrado y posteriormente desaparecido.

Italo Vallese -hermano de Felipe, con quien mantenía algunas diferencias- relatará a la revista “¡Ocurrió!”
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ciertas circunstancias del operativo. Sostuvo allí que esa noche concurrió a lo de su hermano a ver televisión.
Aproximadamente a las 23 horas salieron juntos del domicilio de este último relatando que se separaron en la
intersección de las calles Canalejas y Morelos. Italo se dirigía hacia el empalme de las calles Neuquén y Seguí
a encontrarse con una joven pero nunca llegó a destino, ya que fue detenido por un grupo de sujetos que descendieron de un Fiat modelo 1600 color claro. Ingresado por la fuerza al automóvil enfilaron raudamente hacia
el domicilio de Felipe, quien alquilaba una pieza en una vivienda grande donde habitaban Agustín Adaro y su
mujer Mercedes Cerviño, las hijas Olga y Moni, y además Elvia de la Peña y su mamá Ofelia. Todos ellos fueron
detenidos. Algunos de los componentes del “comité” policial ingresaron al domicilio a fin de preparar una
ratonera, mientras uno de ellos en particular ordenó a viva voz que el grupo restante se dirigiera hacia la calle
Canalejas. Luego se supo que los autores pertenecían a la Unidad Regional de San Martín comandada por Juan
Fiorillo, posteriormente identificado como uno de los secuestradores del delegado metalúrgico. Vallese será
finalmente interceptado en Canalejas 1776 a las 23.30 y trasladado hacia la comisaría primera de San Martín.
Italo creyó allí ver por última vez a su hermano golpeado y con la cabeza oculta por una venda.
6 Revista “¡Ocurrió!” Edición del 29 de agosto de 1963. “El caso
Vallese: enigma o encubrimiento”, página 13.

Inmediatamente la conducción de la UOM encabezada por Augusto Timoteo Vandor y Rosendo García, con el
asesoramiento letrado del Dr. Fernando Torres, presentó la denuncia pertinente comenzando de esta forma un
accionar judicial-sindical que tenazmente mantuvo el reclamo. Así por ejemplo diez meses después -en junio
de 1963- el sindicato “La Fraternidad” publicará una solicitada reclamando la aparición con vida de Vallese.
El título será premonitorio: “¿Puede desaparecer una persona?”. El final del texto concluirá de esta forma:
“medite quien lea este alegato: mañana puede tocarle desaparecer”
7. En las paredes comenzaron a aparecer
consignas como “¡Vallese no aparece, un pueblo que estremece!” Ciento treinta días habían transcurrido
de la desaparición del trabajador metalúrgico cuando el funcionario designado por el Ministerio del Interior
para investigar el caso -el “arquitecto” Carlos María Miguens- propuso casi mordazmente “crear una comisión
con facultades casi parlamentarias capaz de superar las dificultades que han impedido el esclarecimiento del
hecho”. Eran tiempos del ministro del Interior Rodolfo Martínez. Mariano Grondona detentaba el cargo de
Subsecretario en dicha cartera. Mientras Miguens dirigía una pesquisa que obviamente no conducía a ningún
resultado concreto, y el Juez de Instrucción Dr. Horacio Reborí intentaba obtener el comparendo de la plana
mayor de la Unidad Regional de San Martín, en el Juzgado Federal con asiento en San Martín a cargo del
Dr. Jorge Luque se inicia un juicio por subversión contra Italo Vallese y Francisco Raúl Sánchez, Rosa Sala,
Elvia Raquel de la Peña y Mercedes Cerviño de Adaro, quienes afirmaban haber sido secuestradas por la policía
bonaerense entre el 23 y 24 de agosto de 1962. El abogado de la UOM requerirá ante el mismo juzgado el
7 Incháurregui, Alejandro: “¿Puede desaparecer una persona?”. En
www.elortiba.org. Incháurregui es fundador del Equipo Argentino
de Antropología Forense.

Incháurregui, Alejandro: “¿Puede desaparecer una persona?”. En
www.elortiba.org. Incháurregui es fundador del Equipo Argentino
de Antropología Forense.


allanamiento de la comisaría y el magistrado se limitará a “pedir informes”. No obstante, Luque pondrá en
libertad a los detenidos por falta de mérito y ordenará una investigación por falsificación de sumario. Se supo
posteriormente que los funcionarios policiales declararon falazmente que la detención de los referidos -excepto
Vallese, a quien desconocieron- había acontecido el 1 de setiembre en la localidad de José Ingenieros portando
ellos armas panfletos y libros peronistas y comunistas, y que se los procesaba por aplicación del decreto 4161
que reprimía cualquier tipo de referencia y participación en el peronismo. El comunicado decía que: “Los detenidos
tenían abundante propaganda peronista-comunista, panfletos cuyos títulos decían ‘Contra los préstamos del
F.M.I. que atentan contra la soberanía del país’ y ‘No queremos préstamos que engorden a los enemigos del
pueblo’. Firmados: Juventud Peronista”.

Los detenidos fueron sobreseídos definitivamente por el Juez Provincial Cáceres quien reveló su convicción de
que la actuación policial había sido “…un abuso inadmisible y perjudicial”, interpretando que “…el accionar
policial podía constituir delito contra la libertad individual, violación de domicilio”. El magistrado remitirá
finalmente la causa al Juzgado Penal 3 de la Plata. El abogado Torres
8, un año después del secuestro, convocará
a una conferencia de prensa en la que exhibirá públicamente
copias fotográficas de los sumarios y de las declaraciones testimoniales. Relatará en tal oportunidad
que “… el obrero desaparecido se aferró a un árbol ubicado frente al número 1776 de la calle Canalejas. Se
lo golpeó brutalmente y luego fue introducido en una camioneta (Estanciera, se sabe) y agregó que “en el
tronco del árbol se encontraron cabellos y parte de una uña de Vallese, como así también hilachas verdes de una
bufanda. El vehículo que lo transportó llevaba chapa patente de Capital número 345.457”. Torres informó


8 Revista “¡Ocurrió!” Edición del 29 de agosto de 1963.
Op.cit.

además que el automóvil pertenecía a Carlos Osvaldo Ibáñez, detenido por la comisaría novena bajo cargos de contrabando el 27 de julio de ese año. La madre de Ibáñez testificó que el vehículo estacionado en la comisaría
desapareció por varios días. Todos los testigos coincidieron, según el relato del letrado, que al momento de ser
apresado Vallese gritó “¡Papá, me matan!”. Además de la causa judicial surgió que algunos vecinos intentaron
detener a los agresores, pero que fueron amedrentados, y que una vez avisada la policía esta llegó una hora después.

Quienes compartieron la prisión con Vallese testificaron que su cuerpo, ya en la seccional, presentaba
“visibles huellas de castigo”. Felipe, por su parte, llegó a alcanzarle a Ambrosio Brochero un papel de cigarrillos donde anotó su nombre y el número de teléfono de la UOM. Se comprobó posteriormente que luego fue conducido a la comisaría de Villa Lynch donde siguió siendo
vejado y golpeado. Acto seguido Torres enunció a viva voz los nombres de los implicados y sindicó al comisario
Inspector Pedro Nogueira como quien planeó y ordenó el secuestro presuntamente para vengar la muerte de dos sargentos ocurrida en la calle Gascón 257 de la capital el 7 de julio de 1962, según versiones en manos de Alberto Rearte. El espíritu de venganza, para el abogado, “provocó que los encargados de la pesquisa se vieran
poseídos por una histeria demencial”.

Cuarenta y cuatro años después, el miércoles 31 de mayo de 2006, el periódico La Nación -donde cuantiosas
veces ejerció de columnista el mismísimo Grondona-, anunciará que “Juan Fiorillo, un policía retirado acusado
de ser el autor material del secuestro, en 1962, del joven obrero metalúrgico Felipe Vallese, considerado el
primer desaparecido político argentino (...) fue detenido en su casa de Villa Adelina, adonde regresó hoy después de pasar la noche en la sede de la DDI platense y que le
sea otorgada la detención domiciliaria”.

 En 1962 Juan Fiorillo tenía 31 años, y era en ese entonces jefe de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional San Martín.

FRANCISCO PESTANHA

GB

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