jueves, 25 de febrero de 2021

SABINO VACA NARVAJA.

 EL PAÍS

Entrevista con el flamante embajador argentino en el gigante asiático

Vaca Narvaja: "China fue clave para que no colapsara el sistema sanitario argentino"

El embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja aseguró que el gigante asiático será el principal proveedor de vacunas contra la covid-19.
El embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja aseguró que el gigante asiático será el principal proveedor de vacunas contra la covid-19. 

“A partir del mes que viene, nos vamos a asombrar de la cantidad de vacunas

 que China va a enviar al mundo y en unos meses va a ser el único proveedor 

global de vacunas”, adelanta el embajador argentino en China, 

Sabino Vaca Narvaja cuyo pliego fue aprobado ayer por el Senado. 

Cuenta que el convenio para la provisión de vacunas desde China, 

por el cual llegan este jueves al país un millón de dosis de Sinopharm, 

“está abierto para seguir avanzando” y resalta que es la vacuna

 “más probada del mundo”. En China ya se vacunaron unos 50 millones 

de personas, de las cuales el 80 por ciento recibió la vacuna de Sinopharm.

Durante los primeros meses de pandemia Argentina importó desde China 

material de protección, test de detección y maquinaria para fabricar barbijos.

 Por eso Vaca Narvaja sostiene que “China fue clave para que no colapsara 

nuestro sistema sanitario” y anticipa que el presidente, Alberto Fernández, 

tiene una invitación de su par Xi Jinping para realizar una visita de Estado que 

podría concretarse en mayo.

Sabino Vaca Narvaja reemplazó a Luis Kreckler al frente de la embajada argentina 

en China. Hasta su designación como máxima autoridad nacional en el país asiático, Vaca Narvaja se venía desempeñando como representante especial para la Promoción del 

Comercio y de las Inversiones en esa sede diplomática. Antes de llegar a ese país

 como funcionario había creado un programa de cooperación y vinculación

 Chino-Argentino, dependiente del Departamento de Planificación y Políticas 

Públicas de la Universidad de Lanús. Además, publicó dos libros sobre el gigante
asiático: ¿Por qué China? Miradas sobre la Asociación Estratégica Integral,

 y China, América Latina y la geopolítica de la nueva ruta de la seda.

https://www.papagina12.com.ar/325941-vaca-narvaja-china-fue-clave-para-que-no-

colapsara-el-sistema

https://www.pagina12.com.ar/325839-por-que-no-les-entran-las-balas

 EL PAÍS

¿Por qué no les "entran las balas"?

El affaire de quienes se saltearon la fila de vacunados no parece involucrar 

más que a algunas decenas de personas, es decir que no se ve hasta aquí un 

perjuicio directo a la salud pública como dejar vencer miles de vacunas o 

vaciar el sistema de salud. Aunque es repudiable éticamente y daña porque 

atropella la confianza general en el gobierno cuando más se la necesita.

Quizás sea la propia pequeña escala numérica de la transgresión lo que ha 

facilitado que se cometiera esta injusticia entre quienes integran y apoyan al 

gobierno popular. Una vacunación irregular masiva hubiese encontrado un 

ambiente de mayor rechazo instantáneo y muchas más resistencias y obstáculos 

en un gobierno que reivindica la equidad y la justicia social, empezando por la 

base social del peronismo y llegando, sin duda, a los grandes medios de 

comunicación, que mucho más rápidamente hubieran denunciado estas 

irregularidades en lugar del silencio con el que protegen a las irregularidades 

que involucran al macrismo.

Episodio 08: El peronismo (1943-1955) - Ver La Historia

24 de febrero de 1946

 (Columna de Fabián Bosoer y Santiago Senén González)

Hace setenta años, el Partido Laborista derrotaba a la Unión Democrática en las urnas. Nacía el peronismo como expresión política mayoritaria.

El peronismo reconoce tres fechas fundacionales: el 4 de junio del ‘43, con la revolución nacionalista y antiliberal de los coroneles del GOU; el 17 de octubre del ‘45, con el pueblo aclamando al nuevo líder de los trabajadores en la Plaza de Mayo; y el 24 de febrero del ‘46, con las elecciones que consagraron a Perón como presidente. La primera le imprime su marca de origen nacionalista, autoritaria y corporativa; la segunda, su surgimiento como movimiento de masas con base obrera y apoyatura en los sindicatos; la tercera, su naturaleza democrática y popular con base electoral y partidaria. Esa singularidad, contenedora de contradicciones ideológicas nunca del todo resueltas, lo acompañará a lo largo de toda su historia. La revalorización del triunfo electoral del ’46 como partida de nacimiento es la que reencuentra al peronismo con la democracia a partir de 1983, cuando aprendió a ganar y perder elecciones.

Tras los sucesos del 17 de octubre, las elecciones previstas inicialmente para abril de 1946, fueron adelantadas al 24 de febrero por el presidente Farrell obligando a los partidos políticos a zanjar sus diferencias en plazos breves. Los dirigentes sindicales aportaron sus hombres a las listas del recién creado Partido Laborista, que postulaba la candidatura de Perón a la presidencia. El laborismo, liderado entre otros por Luis Gay y Cipriano Reyes, proclamaba la justicia social, la soberanía política y la independencia económica y proponía en su programa la recuperación de los servicios públicos y de las industrias fundamentales, la distribución de la tierra y la eliminación del latifundio, la socialización de la propiedad y la participación obrera en las ganancias de las empresas. Los radicales renovadores colocaban al compañero de fórmula del coronel Perón: el veterano dirigente Hortensio J. Quijano. Y los independientes y conservadores que se sumaban a sus filas aportaban otros nombres, como el del almirante Teisaire y el de Héctor J. Cámpora.

La oposición, aglutinada en la Unión Democrática, incluye a radicales, socialistas y comunistas y designa como candidatos a José P. Tamborini, un médico de 60 años que había sido diputado, senador y ministro del Interior de Alvear, y Enrique Mosca, ex gobernador de Santa Fe. Los dos pertenecen al sector “alvearista” de la UCR y nada de su historia y personalidad los ayudaba a competir con el atractivo popular de Perón. La plataforma de su coalición disimulaba las diferencias entre esos partidos, que se presentaban unidos frente la amenaza de un enemigo común.

Los principales diarios – La Nación, La Prensa, El Mundo y Crítica– darán su apoyo a la Unión Democrática. Otros tres –La Época, Democracia y El Laborista–, apoyan a Perón. La corta campaña electoral se superponía hasta el último minuto con las operaciones de propaganda y acción psicológica. A días de los comicios, Perón recordó a la multitud que lo escuchaba en la proclamación oficial, las andanzas del embajador norteamericano Spruille Braden en defensa de lo que calificó como “contubernio oligárquicocomunista”, para terminar alertando “la disyuntiva en esta hora trascendental es Braden o Perón”. Después de años de fraudes escandalosos, las dudas sobre la limpieza de estos comicios eran más que legítimas. Si bien la guerra de afiches, el tono de los discursos y algunos incidentes callejeros sembraban de temores, las elecciones del 24 de febrero serán un ejemplo de civilidad republicana y participación popular. Para asegurar la transparencia, el gobierno moviliza 14 mil conscriptos que custodian las mesas y trasladan las urnas.

“Argentina decide hoy el destino de Perón”, titulaba el New York Times en nota de tapa de ese domingo 24. Tres millones y medio de argentinos habilitados para ir a las urnas ante la opción de exaltar o repudiar al coronel en torno del cual había empezado a girar la política nacional. A favor o en contra de Perón, esa era la verdadera disyuntiva, escribe Arnaldo Cortesi, el corresponsal del diario norteamericano: “Sus seguidores lo han colocado en el pedestal como un nuevo mesías; sus opositores lo ven como el demonio encarnado. Los votantes tendrán que decirle al mundo cuál es la visión que la mayoría de los argentinos escogen”.

En la cobertura de la calurosa jornada electoral Argentina parece un país completamente diferente al que se había pintado hasta entonces. “Alrededor de tres millones de argentinos participaron hoy en lo que observadores competentes describen como la más pacífica elección de la historia argentina”, cuenta el NYT. Fue una elección ejemplar y sin incidentes en todo el territorio de la república, certifica: “Tuvo lugar en una atmósfera de entusiasmo pocas veces vista en Argentina. El entusiasmo popular se reflejó en el inusualmente alto porcentaje de registrados para votar que acudieron a las urnas”.

A pesar de que los primeros datos provocan anuncios precipitados en los diarios y varias estimaciones auguran el triunfo de la UD, el recuento nacional –que se demora varias semanas- otorga un inobjetable triunfo a la fórmula del PL, Perón-Quijano, sobre la de Tamborini-Mosca: 1.487.866 votos contra 1.207.0800, 52% a 42%. En el colegio electoral, 304 electores contra 72 de la fórmula opositora que había salido ganadora en cuatro de las catorce provincias: Córdoba, Corrientes, San Juan y San Luis. El resto del país daba por primera vez un triunfo abrumador a Perón, que contaría con una mayoría de dos tercios en la Cámara de Diputados (109 a 49). Todos los senadores electos, salvo dos, debían su lealtad al presidente electo. La transmisión del mando fue fijada para el 4 de junio, tercer aniversario del golpe de Estado del ’43. En marzo de 1946, apenas ganadas las elecciones, Perón anuncia la disolución del Partido Laborista y su integración en un único gran partido que incluyera a todos los peronistas. Se llamará primero Partido Unico de la Revolución Nacional y luego Partido Peronista. A los 51 años, el ex hombre fuerte de la dictadura saliente se preparaba para asumir por primera vez la presidencia elegido por el voto popular .


miércoles, 24 de febrero de 2021

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https://www.pagina12.com.ar/325682-grande-jefe

 EL PAÍS

¡Grande jefe!

Imagen: AFP

Vivo en una ciudad llamada CABA. Nombre feo si los hay. Parece un nombre para 

guardar vinos con la temperatura adecuada, el hábitat que los hace mejores aún. 

Debería llevar una v para que así fuera. Esa hermosa V de la victoria, por ejemplo. 

En este caso la b larga nos indica Buenos Aires.

 Pero es una ciudad sin aires reparadores y sin victorias democráticas, 

ni populares.

El jefe de esta ciudad es un hombre extraño. Tiene la inusitada capacidad 

de hablar, convencer y mentir. En realidad no miente. 

Te advierte que lo que él ha decidido hacer con la ciudad,

 a cada uno de nosotros nos traerá extraordinarios beneficios.

 Por ejemplo te explica que los edificios en Costa Salguero serán bellísimos 

Y que vos, sin poder comprarlos jamás, tendrás la posibilidad de admirarlos 

y desearlos. En realidad entonces promete felicidad, experiencias de enorme 

gozo y emoción. El hombre que ha logrado que desees lo que no podrás tener 

y que así lo aceptes, es un verdadero jefe político además de un campeón del 

psicoanálisis.