domingo, 24 de julio de 2016

LA COMPLETA FALTA DE POLITICAS HACIA LAS EMPRESAS RECUPERADAS, ACOSADAS POR EL TARIFAZO Las cooperativas, un misterio para el Gobierno

Por Laura Vales
Alguien cuenta que el lunes, una camioneta de Edesur llegó a la esquina de la recuperada con una orden de corte. Pero había un trabajador haciendo guardia y antes que pudieran hacer nada, la cuadrilla se vio frente a un grupo que se le plantó. Desde entonces, la camioneta no volvió a aparecer. Lo mismo ya pasó en otros dos o tres lugares.
Lo cuentan a Página/12 el miércoles, mientras en la Nueve de Julio diez mil trabajadores de empresas autogestionadas y cooperativas de construcción de viviendas bloquean varios carriles de la avenida. La protesta termina sin gases ni palos –como sí pasó en un reclamo por la recuperada RB, donde hubo quince detenidos– y con un saldo a favor: los manifestantes logran que funcionarios de tres ministerios les den audiencia.
Los trabajadores de fábricas recuperadas y de las cooperativas del plan Argentina Trabaja están sufriendo una ofensiva que combina ingredientes pesados: ausencia de políticas públicas, guiños de Cambiemos a que el sector privado avance sobre las experiencias de autogestión, el tarifazo, baja del consumo interno y parate de la obra pública. Pero también están dando su respuesta con mayor conflictividad, con la presentación de reclamos judiciales, reclamos en la calle, tomas y encarando nuevas alianzas como forma de potenciarse.

Impagable

Cueroflex, en el municipio de San Martín, ilustra la desproporción en el aumento de los servicios. A la recuperada -son ochenta trabajadores que hacen cuero reciclado- les está llegando la factura de la luz con un 440 por ciento de aumento. Pasaron de cobrarles 58 mil pesos en febrero, a 320 mil mensuales.
“Nosotros no fuimos los que corrimos a la cuadrilla”, aclara Jorge Reischa Página/12, “pero es verdad que esta semana estuvimos a esto de que nos dejaran sin luz. En mayo juntamos la plata como pudimos, entre todos. En junio no hubo forma. El 30 vencía la boleta, no la pagamos. Nos mandaron la intimación aunque en San Martín se había dictado ya un amparo frenando el aumento, pero llamábamos a Edenor y nos dijeron que no, que ellos nos cortaban igual. El lunes, desesperado, ubiqué al abogado que hizo el amparo. Nos dijo que nos acompañaba a presentar una denuncia por incumplimiento del fallo judicial. Y ahí Edenor aflojó”. Jorge ofrece el nombre de otra cooperativa: cree que ellos son los que corrieron a la cuadrilla.
Antes hay que hablar con Eduardo Murúa. El histórico referente del sector fue uno de los presos de la protesta de RB. Su segunda detención en el año: el 24 de marzo ya había terminado en una seccional cuando intentó entregarle un petitorio al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de visita en la Argentina.
“No, a nosotros no nos llegaron a mandar la cuadrilla”, dice Murúa. En realidad, en el MNER se anticiparon. Ante el aumento, y luego de realizar gestiones y pedidos de audiencia por ventanilla, Murúa junto a otros trabajadores del Frente de Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, el 21 de abril tomó el hall del ministerio de Energía.
Los recibió uno de los directores del área. El ministro Juan José Aranguren no estaba en el país. “En esa reunión les planteamos dónde nos puso el gobierno a partir del ajuste, la recesión más el tarifazo. Nos pedían 48 horas para resolver. Les dijimos que de ahí no nos movíamos. ‘O se van o está la posibilidad de que terminen presos’, nos dicen. ‘Bueno, no tenemos ningún problema: llévennos presos’”. La toma se extendió por ocho horas, hasta que el ministerio les ofreció que pagaran el 50 por ciento de las boletas. Una solución acotada para las cooperativas presentes. Es decir, tuvieron que confeccionar un listado.
El resto –son unas 400 en el país, organizadas en varios agrupamientos– quedó afuera. El miércoles, manifestantes de FACTA cortaron la Nueve de julio. Les ofrecieron el mismo esquema. “Querían que firmáramos un acta acuerdo, pero no nos pareció, porque no hay un cambio en la tarifa. Y al mismo tiempo nos decían que no tienen la potestad de impedir los cortes, sólo de cursar una nota al ENRE”, señaló Federico Tonarelli, del Hotel Bauen.
Quedó el compromiso de que no tendrán cortes por diez días, mientras se define qué ministerio pondrá los fondos para cubrir el cincuenta por ciento restante. Para el lunes está pautada una reunión con Energía y Desarrollo Social, que abrirían una línea ad hoc de subsidios.

Guiños

El conflicto por la recuperada RB, al igual que otro en el frigorífico Sadowa, muestra una voluntad del macrismo de habilitar el avance del sector privado sobre el autogestivo. Frigore (ex Sadowa) es una recuperada marplatense. El período de cinco años fijado para concretar su expropiación está por vencer, y como el Poder Ejecutivo no la concretó, la diputada Alicia Sánchez, esposa del dirigente de la FTV Luis D’Elía, presentó un proyecto de ley para prorrogarla. Diputados lo aprobó, pero al llegar al Senado el presidente de Cambiemos adujo que hay un empresario que garantizará los puestos de trabajo. La cámara alta decidió quitarle el frigorífico a la cooperativa.
La empresa oferente es Siper SA, que se dedica a la construcción y en 2011 las 53 hectáreas del predio, el edificio y las máquinas en un remate judicial por apenas seis millones de pesos: el remate se había abierto con una base de 40. Esto generó muchas sospechas y terminó de convencer a los legisladores para que avanzaran en la expropiación a favor de la cooperativa de trabajadores. La ley decía que la cooperativa usaría las diez hectáreas donde está el frigorífico y el terreno restante fue adjudicado al fisco para levantar viviendas sociales.
Los trabajadores denuncian que el proyecto de Siper es construir un country. “La cooperativa demostró que el frigorífico es viable. Cerró el balance anual en 128 millones”, señalan en Facta. “Con los empresarios hay trabajo para dos años y después cierran. No van a dejar un frigorífico al lado de viviendas de lujo”.
El jefe del bloque de Cambiemos Roberto Costa defendió lo votado con una argumentación muy PRO. Consultado por el diario La Capital sobre el bajísimo precio que la empresa pagó por el predio, dijo que “se debería haber hecho la denuncia en su momento”. También sostuvo que la gobernación no puede sostener la expropiación porque “es una propiedad que vale mucha plata y la Provincia para qué la iba a usar”. Le recordaron que para viviendas sociales. “Pero para eso hay que tener plata y en la Provincia apenas estamos pagando los sueldos”.
La situación de RB –una recuperada que fabrica instrumentos de medición para la industria– tiene puntos en común. En este caso, la fábrica fue desalojada no en favor de sus antiguos dueños, sino de un acreedor hipotecario. “Es un empresario que compró una parte de la acreencia en el 2002, cuando ya sabía que se había formado una cooperativa”, señaló Ricardo Perea, de la recuperada. Para desalojarlos, la jueza Paula Hualde declaró abstracta la ley de expropiación. Los trabajadores fueron desalojado con la policía y las máquinas compradas por ellos quedaron adentro.

Sumar fuerzas

¿Qué importancia tiene si echaron o no la cuadrilla? ¿Qué valor tiene cuando, como integrantes de la multisectorial contra el tarifazo, las recuperadas están presentado amparos que pueden frenar los cortes no en una, sino en todas la fábricas y en todos los hogares?
En Chilavert no están ubicables. Dicen que a ellos la cuadrilla les llegó esta semana, pero no es posible confirmarlo. Como sea, en tiempos difíciles se trata de sumar fuerzas. La alianza de trabajadores de recuperadas con las cooperativas de construcción de vivienda le permitió a Facta y la CNCT, por ejemplo, armar una manifestación masiva. “Hay un búsqueda de ampliar el reclamo y unificarlo con otros sectores”, dice Tonarelli. “Estamos trabajando junto con las Pymes y con los clubes de barrios, con los que antes no teníamos puntos de contacto. Lo que nos empezó a unificar fue el tarifazo: armamos multisectoriales en cada distrito en las que estamos nosotros, ellos, las agrupaciones de defensa de usuarios y consumidores, los gremios de la CTA de los Argentinos. El común denominador es el tarifazo, pero detrás hay una serie de otros reclamos”.
El MNER está coordinando muchas de sus acciones con la CTEP, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (que esta semana, junto a Barrios de Pie, armó ollas populares en cien esquinas y plazas porteñas). “Nosotros tenemos relación con todas las organizaciones sociales, porque siempre estuvimos vinculados, apoyando todos los reclamos”, dice Murúa, “pero a partir de la llegada de este gobierno estamos tratando de vincularnos con el conjunto del movimiento obrero para definir medias de luchas más concretas. Más duras, porque nos pusieron una bomba de tiempo entre recesión, inflación más tarifas y va a ser muy difícil de resolver”.
Un recuperado porteño bien enterado es el que da el dato que sirve. “La cuadrilla le llegó a los compañeros de tal lugar”, informa. ¿Fue el lunes? “Sí”. ¿Y le impidieron que cortaran? Sí, contesta, aunque se lo oye con poco énfasis, y apunta que “también le pasaron 300 pesos a los muchachos”. Solidario, hace un contacto con los afectados, que confirman los hechos punto por punto.
“Nos llegó la factura y a los cinco días vino el aviso de corte, nunca nos había pasado esto. Si alguna vez nos atrasamos con el pago había un plazo, ponele de un mes. Pero ahora no sólo nos llegó la factura con la imposibilidad de pagarla sino que a los cinco días viene el aviso de corte. La verdad, teníamos que salir a pararlos como fuera, porque sino nos dejaban sin trabajar”, dice el consultado desde una recuperada del sur porteño. “Cuando la cuadrilla se fue, volvimos a llamar a los funcionarios de Energía con los que veníamos hablando. Nos atiende un funcionario de tercera línea, que hace todo lo posible, pero que no está habilitado para resolver. Es decir que hasta la marcha del miércoles, no teníamos una salida”.
Ese día los manifestantes se repartieron para entrar a las audiencias. Facta, que nuclea a recuperadas, fue a Trabajo y Energía, y la CNCT, de cooperativas la construcción, a Obras Públicas. “‘No había necesidad de hacer una movilización’”, cuenta que se quejó el funcionario que los atendió en esta última repartición Christian Miño, titular de la CNCT. “¿Cómo que no? ¡No nos quedó otra, si hace meses les estamos pidiendo que nos reciban…!”

Futuros

Presentados ante la justicia hay una serie de pedidos de amparo en curso. Con el que está vigente para el gas, esas boletas no se están pagando Y “dejaron momentáneamente de ser un problema”, señala Tonarelli. Quedan la luz y el agua. “Mientras esto no se resuelva políticamente, las facturas siguen llegando. Vamos a terminar a las trompadas. A nosotros, ayer al Bauen nos llegó el aviso de corte de agua por más de medio millón de pesos”.
Si bien en el ministerio de Energía mantienen una postura de no retroceder, las manifestaciones –su sucesión, cierta acumulación de fuerza que expresan– van horadando la dureza oficial. Obligan al gobierno a retirar del escenario la represión y dar algo. Por ejemplo, el ministerio de Trabajo está otorgando subsidios de complementación de ingresos. El programa Línea 1 otorga 3100 pesos a cada trabajador de las recuperadas, fue renovado por un año más a las cooperativas que habían cumplido los 24 meses pautados inicialmente como máximo del apoyo. Desarrollo Social, por su parte, informó este viernes a las organizaciones sociales que dará un aumento en el Programa Argentina Trabaja.
¿Tienen fecha de caducidad el conflicto de las cooperativas de trabajo y recuperadas con Cambiemos?
“El gobierno no tiene una política para el sector de las cooperativas de trabajo”, dice Miño. “Yo creo que incluso las movilizaciones como la del miércoles le resultó una sorpresa. A la política para las cooperativas la vamos a tener que inventar nosotros y presionar para que la metan en su agenda. Vamos a tener que forzar esa situación si queremos sobrevivir”.
Murúa no cree “que a partir de ahora se vuelva imposible recuperar otras empresas, porque nosotros lo hicimos en un marco como este, en 1998, cuando no teníamos nada a nuestro favor. Pero va a ser un esfuerzo mayor recuperarlas y también sostenerlas. Pero estoy seguro de que va a haber nuevas: este es un método de lucha que ya está en la cultura de la clase trabajadora. Y, lamentablemente, ya sabemos que hay compañeros que van a quedar desempleados y sin cobrar siquiera una indemnización. Seguramente muchas empresas se van a recuperar en la crisis que viene”.De hecho, en La Matanza hay dos en ese camino, Germaiz y Agroindustrias Madero, aceiteras.
Recuperadas y cooperativas de trabajo tienen una identidad vital. Durante mucho tiempo pueden no verse, porque no hacen ostentación, están más metidas en sus propios problemas que en la calle. Pero cada tanto reaparecen en el centro de la escena, llaman la atención brevemente, con un conflicto ígneo. Entonces las vemos hacer gestos que sorprenden. Son la historia del que, puesto contra la pared, defiende su derecho a existir, a no perderlo todo. Lo hace como puede y recurriendo a lo que tiene a mano, pero lo hace. Y eso es siempre fascinante.

LOS PASOS DE LA CORTE SUPREMA Y EL ESPACIO DE MANIOBRA DEL GOBIERNO El gas en el banquillo

Por Irina Hauser
La reacción de la población contra el aumento del gas se reflejó en por lo menos cincuenta demandas colectivas desde junio. En diez provincias y cuatro jurisdicciones específicas los aumentos fueron suspendidos por tribunales locales, y la Cámara Federal de la Plata anuló la suba con efectos generales. La gran mayoría de las medidas cautelares y otros planteos fueron resueltos a favor de los usuarios, lo que traza un escenario apremiante para la Corte Suprema, que tendrá la palabra final sobre todo este asunto. Por los pasos burocráticos que vienen ahora, es imposible que el alto tribunal tome una decisión antes de fines de agosto o septiembre. De acuerdo a lo que resuelva, la indefinición sobre las tarifas se podría prolongar por más tiempo todavía. Los especialistas coinciden en que es mínima la probabilidad de que las empresas puedan cobrar, a la larga, montos retroactivos superiores a las viejas tarifas, aunque no lo descartan.
La Corte Suprema rechazó esta semana -con la firma de Elena Highton que estaba de turno- tres pedidos de habilitación de la feria judicial presentados en algunos de los expedientes que tiene para resolver sobre el gas, aunque ninguna de esas causas se refiere a la discusión de fondo: son per saltum del Estado nacional y disputas de competencia entre tribunales (en causas de Chubut, Mendoza y San Luis). Lo más probable es que los jueces supremos intenten saldar la discusión judicial utilizando el expediente de La Plata, que pronto les llegará, donde la Cámara Federal cuestionó la falta de audiencia pública como paso previo al incremento de la tarifas y anuló las resoluciones que la fijaban. Otro caso que miran con interés es el de Córdoba, una cautelar que suspendió el tarifazo y alude a un punto sustancial: el fallo dice que toda tarifa que excluye a ciertos usuarios del servicio deja de ser razonable.
En el caso que sea, esos son los dos puntos clave que analizará la Corte: si se cumplió con el mecanismo de participación ciudadana establecido por la Constitución, que en el caso del gas es la audiencia pública, y si el aumento de tarifas es razonable. La Corte no hará nada trascendente hasta recibir el informe que le exigió al Ministerio de Energía y al Enargas, que para algunos de los jueces es esencial. El tribunal puso un plazo de diez días hábiles, de manera que tendrán que presentarlo a más tardar la segunda semana de agosto. Deberán argumentar cómo se llegó a los aumentos y qué criterios se tuvieron en cuenta para respetar el poder adquisitivo de los usuarios y garantizar sus derechos, además de explicar si se mantienen el número de beneficiarios de la tarifa social.
La duda sobre qué tarifa pueden cobrar las empresas ahora parece haber quedado zanjada el viernes ya que el Poder Ejecutivo informó al juez de La Plata Alberto Recondo que las empresas tienen prohibido por nota oficial facturar con aumento. Esto fue porque el Centro de Estudios para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad había pedido que suspendiera el tope de aumento del 400 por ciento, ya que tampoco se había hecho audiencia pública para establecerlo.

Tres salidas posibles

El expediente de La Plata, impulsado por CEPIS y la ong Consumidores Argentinos, todavía está en la Cámara Federal local porque el Estado nacional apeló la anulación de las resoluciones 28 y 31 del Ministerio de Energía, que había dispuesto las subas. El mismo tribunal debe decidir si acepta el recurso extraordinario. Antes de eso, notificó a las partes que tienen que informar su posición, lo que las asociaciones harán esta. Luego, los camaristas deciden. Si conceden ese recurso, también tienen que decir si se mantienen el efecto del fallo, o sea, la nulidad del tarifazo, lo que es más probable. También podrían rechazar el planteo y ahí el Estado quedaría obligado a presentar un recurso de queja, lo que demoraría todo unas semanas más. En cualquier caso, la Corte primero debe decir si lo admite, luego hacer el análisis y el máximo tribunal no tiene plazos. Ya hizo algo de tiempo al pedir el informe al gobierno, le dio oxígeno. Pero Mauricio Macri le transmitió preocupación al presidente supremo, Ricardo Lorenzetti, ese mismo día en un cuestionado encuentro en la Casa Rosada. La visita fue cuestionada porque el Estado es parte, y la Corte no permite ese tipo de reuniones a menos que la otra parte esté presente también.
Los jueces de la Corte no son afines a las decisiones drásticas, seguramente buscarán una fórmula que contente a varios, pero no sería descabellado que aunque le reconozca al Gobierno una facultad de fijar tarifas, le exija respetar ciertos parámetros que no deterioren la calidad de vida ya vapuleada de la gente. Página/12 consultó a tres abogados especialistas, que trazan este panorama:
n Lo más consecuente con el fallo de La Plata y la mayoría de las medidas cautelares sería que les dé la razón a las asociaciones que demandan, confirme la anulación de las resoluciones que aumentaron las tarifas y obligue a hacer una audiencia pública para que se discuta la tarifa. “Hemos encontrado artículos de Lorenzetti y también de Horacio Rosatti que sostienen que la audiencia pública es un requisito constitucional ineludible”, dice Pedro Sisti, abogados de Cepis.
n Otra alternativa es que respalde la postura del Gobierno, que avale las subas y considere válida la audiencia pública que se hizo hace diez años en un contexto totalmente distinto. En este caso, existiría el riesgo de que las empresas quieran cobrar una diferencia retroactiva importante. Pero para los abogados, hoy están vigentes las tarifas del año pasado, no habría retroactividad que discutir, pero además se violarían la ley de Defensa del Consumidor y hasta el Código Civil. Eso no quita que las empresas intenten cobrar. “Pasó en 1995 con el rebalanceo telefónico”, dice el abogado Claudio Boada, de la Unión de Usuarios y Consumidores. “Un rechazo total de las demandas no creo que sea factible porque la Corte aparecería como el ejecutor del tarifazo”, analiza Claudio Boada.
n Una tercera opción que algunos abogados ven posible pero poco probable, es que la Corte reconozca que hubo un vicio al no convocar la audiencia por parte del Estado, y que directamente sea ella la que la organice. Es decir, que se haga la audiencia pública ante la propia Corte, que luego falle y después se aplique la tarifa final. En el ínterin, debería suspender las disposiciones del ministerio de Energía. La Corte también tiene la posibilidad de convocar a una audiencia pública como parte del proceso judicial y, de hecho, los jueces lo están analizando.

Protegidos y desprotegidos

Si los jueces de la Corte se embarcan en estudiar si los precios establecidos son razonables, deberán analizar cómo se compone una boleta de gas. En ese caso van a encontrar que cerca de un 20 por ciento se corresponde con los valores de transporte y distribución de gas, otro tanto de impuestos, y alrededor de un 60 –más en algunos lugares– es la provisión, lo que se conoce como gas en boca de pozo que alcanza precios siderales sin que las productoras estén obligadas transparentar y explicar ese costo. Para beneficiar a las petroleras, muchas de ellas amigas, el Estado nacional plantea además que en las audiencias públicas no se puede discutir la provisión del gas en boca de pozo. Entre las generadoras beneficiadas, están desde YPF y Shell, donde el ministro de Energía Juan José Araguren es accionista, hasta la segunda generadora de gas del país, Sociedad Argentina de Energía (Sadesa) en la que tiene participación la familia de Nicolás Caputo (el amigo de Macri), y hasta Pampa Energía, que está bajo la órbita del grupo Tavistock que preside John Lewis, el británico que alojó al presidente en su casa en Semana Santa y compró en febrero Petrobrás.
“En nuestro país hay un déficit de gas por cual se empezó a importar. Pero el actual gobierno dejó de comprar gas a Bolivia, que lo vendía a lo sumo a 2,90 dólares por millón de BTU, y pasó a comprarle a Chile, que no es productor y lo vende entre 7,80 a 8,10. Ya ahí hay cuanto menos un mal negocio. De las empresas generadoras de gas, no sabemos cuál es su estructura real de costos, de dónde sacan los precios. El Gobierno se niega a transparentar esto en las audiencias y le echa la culpa a los usuarios”, señala Osvaldo Bassano, de la Asociación de Defensa de los Derechos de los Usuarios y Consumidores (ADDUC) que interpuso amparos por los aumentos de las tarifas de luz y consiguió una suspensión de la suba por tres meses. “Habría que modificar las leyes de energía y gas para generar mecanismos de control”, agrega.
Según Bassano en la actualidad se violan varios principios que la Corte debería evaluar al fallar. El artículo 42 de la Constitución, recuerda, dice que los usuarios y consumidores tienen derecho a recibir “información adecuada y veraz”, además de “la protección de su salud, seguridad e intereses económicos, a la libertad de elección y a condiciones de trato equitativo y digno”. La ley 24.240, de Defensa del consumidor, “también habla de trato digno y equitativo. ¿Cuál es el trato a una persona que gana 8000 pesos y tiene que pagar 2000 o 4000 de gas?”

Mapa de los reclamos

La Defensoría general de la Nación tuvo tantas consultas de defensores oficiales de todas las provincias que puso un equipo a investigar y trabajar sobre el aumento de las tarifas. Hasta la semana pasada contabilizaba 51 presentaciones colectivas, pero aclaran que son más, y hay otras tantas decenas de acciones individuales. El listado de cautelares reafirma una línea de decisiones judiciales que van impidiendo, como un cerco, la aplicación de los aumentos e incluso ordenan no cortar el servicio a quien no paga.
En el documento, la Defensoría General dice que además de argumentar sobre la audiencia pública que es un mecanismo obligatorio, dispuesto en la Constitución Nacional y en la reglamentación del Enargas, un punto clave es que el aumento de tarifas está provocando en los usuarios “una afectación a las garantías sociales reconocidas en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que reconoce el derecho a la vivienda adecuada, el cual incluye la provisión de servicios esenciales como agua potable, energía para la cocina, la calefacción y el alumbrado, entre otros, cuyo costo no debería impedir el logro y la satisfacción de otras necesidades básicas y deberá ser conmensurados con los niveles de ingreso de los beneficiarios”.
Es una de las dimensiones de la discusión menos mencionada hasta ahora, pero la que habla de la vida real de las personas y del impacto de pagar cifras siderales por servicios que representan derechos básicos.

OPINION De mal en peor

Por Mario Wainfeld
“Taccone, Secretario de Luz y Fuerza, lo ha dicho con un epigrama: ‘La clase obrera no es clasista’. ¿Será clase, al menos? ¿Será obrera?”
Rodolfo Walsh,
¿Quién mató a Rosendo?
Imagen: Bernardino Avila.
“De mal en peor” es muy buen título para el documento de las dos CGT, que se presentará en agosto. Su mayor virtud es ser diáfano: no deja resquicio a duda. Alude inequívocamente a la trayectoria del gobierno de Mauricio Macri, que no habilita balances transigentes, medias palabras o subterfugios. La CGT que lidera el camionero Hugo Moyano y la encabezada por el metalúrgico Antonio Caló preparan la “unidad” y le marcan tiempos al presidente.
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Lo que va de marzo a julio: “Los muchachos” arrancaron mansos y tranquilos, filo complacientes. Departieron con el presidente, sonrieron para fotos posadas, comentaron que había que darle tiempo. Los motivaban la bronca contra el kirchnerismo saliente y la cautela para enfrentar a un gobernante recién electo, con alta legitimidad de origen.
El 13 de abril, a cuatro meses de gestión, convocaron a un acto formidable, con el edificio de la CGT al fondo. El lugar connotaba, todavía, una aliviada para Macri: le ahorraron una movilización masiva en la Plaza de Mayo, centro histórico de la protesta. Cientos de miles de laburantes se dieron cita.
La cautela de Moyano en su discurso y la pobre retórica de Caló entibiaron la euforia y el alarde de pertenencia que se palpaba en la calle. Los Secretarios Generales de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli, fueron más confrontativos. Un documento sensato y no abdicante, leído por Juan Carlos Schmid redondeó un promedio sensato entre la concurrencia formidable y un palco mayormente contenido.
Estaba en danza la ley de Emergencia ocupacional, alias “anti despido”, impulsada por el conjunto de la oposición política. Una oferta para que el oficialismo conjugara un gesto de preocupación y un dique a las cesantías infundadas. Macri vetó la ley, aprobada con mayorías significativas en ambas Cámaras del Congreso nacional. Lo hizo para dar tranquilidad a los inversores, que no reaccionaron conforme a lo esperado. El frío cala los huesos, la lluvia de dólares se hace esperar.
El Gobierno quiso compensar el desdén con un placebo: un compromiso unilateral trucho, suscripto solo por empresarios prometiendo una tregua sin despidos incausados. Un engaña-pichanga, que los propios firmantes burlaron en los meses sucesivos. El elenco macrista citó de urgencia a dirigentes gremiales a la Casa de Gobierno, no les ofreció nada y les pidió que firmaran el engendro. Se negaron y tomaron nota del desaire. Los elefantes, dicen los zoólogos, son de marcha lenta y de memoria larga.
El Gobierno confiaba en la templanza de “los muchachos”, regada con fondos de las Obras Sociales que satisfarían sus primeras urgencias, calmando los nervios y la víscera más sensible.
Pero los sindicalistas están “condenados a representar” si no quieren perder apoyo de las bases, cantidad de afiliados, un cacho de dignidad. Por cierto, hay compañeros que interpretan la condena con criterios ultra garantistas o abolicionistas: son hipar cautos antes de jugarse, de mostrarle los dientes al gobierno, de alejarse del calorcito del oficialismo.
Como fuera, el primer revés serio a la política económica M lo propinaron los sindicalistas en las paritarias. El ministro de Trabajo Jorge Triaca (h) y el de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay fijaron la vara de los acuerdos en un quimérico 25 por ciento. Era la inflación que ellos y el propio presidente Macri proyectaban para todo el año, cada quién dirá si por mala fe, ignorancia o voluntarismo delirante.
Ningún dirigente que quisiera perdurar podía conformarse con esa pauta. La existencia de instituciones laborales estables (convenciones colectivas anuales, Paritarias nacionales docentes en Nación y provincias) sirvió de marco para horadar el techo que el oficialismo quiso forzar. Esas instituciones y su dinámica anual repetida son parte de “la pesada herencia kirchnerista”, que esta vez no fue suficiente para conservar el valor adquisitivo de los salarios pero sí para poner coto a un despojo.
La memoria cercana de los trabajadores es otro incentivo (o disuasivo, según el caso) que condiciona a sus mandatarios. Habituados a aumentos regulares, no hubieran bancado el tope inicuo.
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La nueva Marcha Federal: La CTA de los Trabajadores anunció la segunda Marcha Federal, honrando al revivirla la épica movilización de 1994 contra el gobierno de Carlos Menem. Recorrer toda la geografía nacional fue la segunda de sus virtudes: la primera consistió en desafiar al neo conservadorismo que arrasaba en el mundo, en la Argentina, en la Casa Rosada, en casi todas las universidades y centros del saber criollos.
La tercera fue escenificar el nuevo mapa de la clase obrera, distinto al clásico de trabajadores dependientes que alumbró en la década del 40 del siglo XX y perduró, con zozobras, hasta bien entrados los 80. En 1994 marcharon miles empleados de armadurías, una masa creciente de temporarios, las primeras columnas de desocupados o sub ocupados. Nada comparado con lo que se vería seis años después en las rutas o calles pero una tremenda diferencia con la realidad y el imaginario de los mejores tiempos.
La segunda Marcha Federal hará visible la subsistencia de la informalidad, las asimetrías dentro de la clase trabajadora (medidas en niveles de salario y de vida, en derechos realmente ejercidos). Seguramente dará cuenta del empobrecimiento reciente y dirán “presente” sectores jaqueados que bregan por no caerse del mapa. Están en la cuerda floja, sin red abajo, las empresas recuperadas, las cooperativas, pequeños productores rurales, micro emprendedores que reciben ayuda estatal. Son construcciones colectivas para sobrevivir a la crisis de principio de siglo, apuntaladas luego por los activos gobiernos kirchneristas. El porvenir se les ennegrece, sin apoyo gubernamental o, peor, con la política oficial en contra.
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La clase y la estructura: La elocuente verba del presidente Juan Domingo Perón reconocía variaciones, según el momento o la necesidad coyuntural. A veces dijo que la clase trabajadora era la columna vertebral del justicialismo, en otras puntualizó que era el Movimiento Obrero Organizado (MOO). La diferencia es significativa y se ahondó conforme cambiaron el modo de producción capitalista y la estructura social argentina. El MOO siempre expresó a una fracción de la clase, la proporción se redujo notoriamente.
La vieja ciencia de las cúpulas gremiales enseñaba que, en tiempos de retroceso, lo prioritario era cuidar las estructuras. La idea era conservarlas para resistir o para volver a avanzar, cuando cambiaran las correlaciones de fuerzas. Así obraron los jefes cegetistas más empinados durante la dictadura o en la etapa menemista. A más de cuatro se les fue la mano: los sindicatos se sostuvieron más o menos, los laburantes la pasaron mucho peor.
Durante los gobiernos kirchneristas se recuperaron derechos, se derogaron leyes anti obreras, se dictaron otras progresistas y pro operarias. La afiliación creció significativamente, todos ascendieron.
Los líderes cegetistas más connotados aprovecharon las ventajas del “modelo”, sin abandonar rémoras del pasado. “Desde siempre” se desentendieron de los compañeros informales o desocupados. Las CTA enarbolaron esas banderas, con enjundia aunque con las limitaciones propias de Centrales que básicamente aglutinan a trabajadores estatales.
La elite sindical se renueva poco, característica común a los burócratas, a los pragmáticos, a los luchadores, a los combativos… por dar un puñado incompleto de categorías posibles. Muchos de sus emergentes son protagonistas gastados, avejentados en los que a veces es difícil reconocer a lo que fueron décadas atrás. El crecimiento y la integración distorsionan o empeoran pero la mayoría está compuesta por laburantes surgidos de los sectores más humildes, que construyeron sus carreras desde abajo, autodidactas, inteligentes, hábiles para negociar o hablar en público.
Con sus virtudes y defectos, la dirigencia cegetista lee el panorama y entiende que se acabó el período de gracia de Macri (para varios fue luna de miel). Que sonó la hora de aglutinarse, de defender derechos y conquistas. Representar tiene sus privilegios y también sus deberes, aún para los más desaprensivos.
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Triunvirato, es lo que hay: Si se termina de “armar”, rosquear, sumar y contener en agosto habrá una nueva conducción, un triunvirato: Juan Carlos Schmid (CGT Moyano), Héctor Daer (CGT-Caló) y Carlos Acuña (barrionuevista). La fracción del eterno “Luisito” queda sobrerrepresentada: mucho pago para una veintena de gremios de magra gravitación. Las coaliciones, no es novedad, “garpan” de más a los socios chicos para sumarlos.
Schmid (Dragado y balizamiento) y Daer (Sanidad) son dirigentes lúcidos, de buena oratoria, buen prospecto para convocar al conjunto.
Hugo Moyano pasa a cuarteles de invierno, confirmando una tendencia al declive. Para la unidad “Hugo” no debía estar (o “debía no estar”): es un personaje divisivo, que suscitó más rechazos que apoyos en los últimos años.
El triunvirato es una estructura de conducción precaria, inferior a la existencia de un Secretario General, líder, primus inter pares o líder reconocido. Si se apela a esa figura que produjo tantas tribulaciones a Marco Antonio y Cleopatra en la Antigua Roma es porque no hay figura que “le junte la cabeza” a todos los compañeros. Se echa mano al triunvirato porque el unicato no es accesible. La intención confesa es construirlo en un lapso que dependerá de variados factores, internos y exógenos. Tres conduciendo es mucho aunque quedan afuera y protestando referentes importantes que amenazan no concurrir a sellar la unidad. El taxista Omar Viviani y el Tío Tom del “campo” Gerónimo Venegas, entre los más pintados.
El Consejo Directivo se avizora poblado para reconocer “espacios” y calmar los nervios de los quejosos. No es una Asamblea, hay rangos en su interior: el albañil Gerardo Martínez y el citado Andrés Rodríguez están habituados a revistar en cargos elevados y vistosos. La muñeca de los negociadores será puesta a prueba, la parada es difícil.
Daer y Schmid no son revolucionarios ni, acaso, “combativos” hoy día. Pero han sabido luchar por los derechos de sus organizaciones y compañeros. Ambos acompañaron al kirchnerismo gobernante un largo trecho, entre 2003 y 2011. Los caminos luego se bifurcaron y el antagonismo escaló. Sin entrar en detalles de esa historia o en el cálculo de las responsabilidades de cada cual, da la impresión de no haber sido “un adiós inteligente de los dos”. Tal vez los años difíciles que se avecinan sirvan para recapacitar, no como ejercicio psicologista o autocrítica hueca, sino como orientación para etapas venideras.
En el armado de la CGT re-unificada brillan o destacan por su ausencia dirigentes de Regionales del interior, en general de camadas generacionales más jóvenes, luchadores y menos desgastados. En las provincias los conflictos y las relaciones con las bases son más cara a cara lo que forja otra modalidad, cuanto menos al inicio. Signo llamativo de la etapa es la irrupción del Secretario General de la Bancaria, Sergio Palazzo. Es un gremio privilegiado por la prosperidad patronal, sueldos, beneficios adicionales y nivel de empleo. Palazzo se valió de las ventajas comparativas como herramienta para defender uno por uno a los compañeros del Banco Central, despedidos por la gestión actual. Se movilizaron al Congreso el día en que asumió Macri y enfrentaron la represión. Todos fueron reincorporados a la Banca pública. El discurso de este dirigente radical de una actividad de servicios (que antaño se hubiera llamado de “cuello blanco”) es bastante más punzante que el del conjunto en 2016. Su repertorio de citas, asombroso: va de los programas canónicos de Huerta Grande y La Falda hace más de medio siglo, Perón, Evita, Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner. El más establecido entre los luchadores, alguna ambición tendrá.
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Laburantes, ciudadanos y consumidores, la lucha es una sola: La CGT concentra y concentrará su representación en los trabajadores formales. Ya no se restringirá a clamar por el impuesto a las ganancias (reivindicación válida, que atañe a los más favorecidos) o añagazas como “la inseguridad”: Tales fueron flojas banderas de paros “de Moyano contra Cristina”. El macrismo en acción les facilitó un paquete de demandas más urgentes y dolorosas: desde los despidos hasta la caída galopante del valor adquisitivo del salario, las suspensiones masivas, cierres de establecimientos…
Argentinas y argentinos de a pie de clases medias se movilizan en tanto ciudadanos, consumidores o integrantes de colectivos: el tarifazo fue repudiado en calles y plazas de todo el país, tanto como la política universitaria. La pérdida del Fútbol para Todos se padecerá por goteo: su sujeto es difuso y disperso, la procesión irá por dentro y se agregará a otros malestares.
La sociedad civil argentina, siempre chúcara y dispuesta a la acción directa, se expresa cotidianamente frente a un gobierno que satisface solo a una sola clase: aquella de la que provienen casi todos sus cuadros de gestión.
La entropía del Frente para la Victoria y la mansedumbre de la oposición parlamentaria (con la sensible excepción de la izquierda) le dan oxígeno político al oficialismo en su momento más peliagudo desde diciembre. La inflación no ceja, hasta el amistoso Fondo Monetario Internacional anuncia recesión. El blanqueo, la oportunidad para que “todos dejemos de escondernos”, es la ilusión que ayuda al gobierno a pensar que algo florecerá en la primavera. El invierno cuesta pasarlo, como en los gloriosos tiempos de otro ingeniero, Álvaro Alsogaray.
mwainfeld@pagina12.com.ar

VERBITSKY DIXIT

HAY DENUNCIAS Y JUICIOS PARA TODOS Y TODAS

La bola de nieve

Gabriela Michetti y Ernesto Sanz han probado la medicina que su gobierno administra a la oposición. Podría seguirles Macrì, por la probada participación de barras brava de Boca durante su gestión, en la guerra narco del conurbano. La fallida negociación con el abogado de Pérez Corradi para que incrimine a Aníbal Fernández y el sugestivo silencio de Massa ante el fallo que describe la protección política y judicial a los traficantes. El insólito vocero de CFK y el operador viajero de Lorenzetti.
Por Horacio Verbitsky

EN OCHO MESES LA INFLACIÓN ANUAL SE DUPLICÓ, EL TARIFAZO ES UN DESATINO, LAS CUENTAS FISCALES EMPEORARON Y EL PRESUPUESTO ESTÁ SUBEJECUTADO

El mejor equipo

Por Alfredo Zaiat

ENTREVISTA A LA EX PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER EN EL CALAFATE

“Ser peronista nunca fue fácil en este país, y nunca fue gratis”

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ENTREVISTA A DILMA ROUSSEFF, PRESIDENTE LEGÍTIMA DE BRASIL, SUSPENDIDA POR LA CÁMARA DE DIPUTADOS MIENTRAS TRAMITA SU JUICIO POLÍTICO

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Con la justicia laboral en la mira