sábado, 2 de abril de 2016

EL PAIS Movilización a Comodoro Py

En las últimas horas las redes sociales viralizaron los rumores de una supuesta reaparición pública de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner a través de un hashtag con la palabra #Vuelve. El mensaje, iniciado por un puñado de dirigentes kirchneristas, pronto se replicó miles de veces. Desde el entorno de la ex mandataria aseguran que no hay ningún acto previsto, aunque el jueves por la noche Máximo Kirchner confirmó por primera vez que se presentará a declarar el 13 de este mes, tal como fue citada por el juez Claudio Bonadio en el marco de la causa que investiga las maniobras con el dólar futuro en el Banco Central en los últimos meses de su mandato. Ese día está previsto una gran movilización a Comodoro Py en apoyo a CFK: “La gente sabe que es una causa inventada, pero más allá de eso, la gente va a ir a acompañar a su líder política. Si Macri piensa que con esta causa inventada va a tapar el daño que está provocando en el bolsillo, se equivoca. Con operaciones judiciales no van a solucionar la falta de plata para alimentos y los aumentos en luz, gas, transporte y agua”, aseguraron al respecto desde La Cámpora, donde prevén una asistencia multitudinaria. “No solo convocan las organizaciones, también habrá columnas del PJ bonaerense y de muchos municipios”, prometen. El rumor sobre una posible aparición de Fernández de Kirchner en un acto antes de la cita en Tribunales fue descartado.

OPINION Los pañales y la impunidad

Por Carlos Rozanski *
Se dice desde siempre que “los jueces sólo hablan a través de sus sentencias...”. Esa afirmación, es sólo una construcción dogmática mediante la cual se suele encubrir varias cosas. La primera, permite que los jueces eludan responder algunas preguntas o efectuar comentarios cuando lo deseen, escudándose en esa premisa falaz. La segunda es que la realidad ha demostrado a lo largo de la historia que los jueces hablamos en muchos otros lugares que no son las sentencias, ya que sino terminaríamos internados en algún sistema psiquiátrico cerrado. Baste pensar en un individuo –en este caso juez/a–, que realmente sólo hablara a través de sus sentencias. Sería un verdadero zombi, caminando por los pasillos de tribunales y de diversos sitios de su ciudad, en silencio o remitiéndose a “sus sentencias”. Evidentemente, semejante situación, resultaría insoportable para cualquier sistema, incluso el nuestro. Entonces, aclarado que se trata de una falacia, resulta útil recordar cómo ejemplo, sólo algunos hechos históricos en los que los jueces hablaron en sus sentencias y fuera de ellas, teniendo gravitación decisiva en los momentos que se vivían e irradiando su efecto a las generaciones siguientes.
Quienes planificaban usurpar el poder en los distintos y trágicos momentos de nuestra historia, no necesitaron largas reuniones con jueces y fiscales. Sabían que la propia historia y características de una parte importante de los integrantes de los poderes judiciales de cada época, les daban la tranquilidad de que sus asaltos a la democracia no sólo quedarían impunes, sino que además, serían convalidados jurídicamente en el nombre de alguna abstracción que surgiría de la recalcitrante imaginación de los conservadores jueces de turno. De ese modo, cada golpe de Estado en nuestro país fue luego convalidado de diversas maneras por el Poder Judicial.
Finalizadas las dictaduras –por la misión cumplida en cuanto a lo económico y político, además del desgaste inherente a todo autoritarismo–, muchos de los cómplices civiles, en especial aquellos que desde el Poder Judicial toleraron la violaciones aberrantes a los derechos esenciales de esos períodos, se reconvirtieron a la democracia. Así, quienes rechazaban habeas corpus con costas, conociendo y estando informados por los propios familiares y comprometidos abogados, de las tragedias que se vivían, continuaron por décadas en sus cargos, ensalzando en sus discursos y en numerosos fallos, los valores democráticos y su inclaudicable pertenencia a ellos. Hoy, unos pocos de ellos están siendo juzgados, acusados de complicidad con los crímenes del terrorismo de Estado, en un claro mensaje a toda la sociedad de que nuestro país no va a detener por ningún motivo la marcha del proceso de juzgamiento y sanción del genocidio vivido, aunque algunos de los acusados, asista a los juicios padeciendo alguna enfermedad, alguna limitación física o incluso usando pañales, como señaló con sorna hace algunos días el defensor de uno de los ex jueces imputados. La descalificación que las señaladas reflexiones implican al proceso de justicia en pleno desarrollo en nuestro país, único en el mundo, obliga a algunas apreciaciones. Es cierto que muchos de los acusados y condenados tienen avanzada edad. Ello es lógico ya que se trata de crímenes cometidos hace cuatro décadas. No es menos cierto que la mayoría de las víctimas que sobrevivieron y deben testificar, también son de avanzada edad. Es pertinente aclarar sobre estas últimas, que no todas son tan mayores, ya que como se ha probado, muchas de las víctimas han sido secuestradas, torturadas, desaparecidas y asesinadas cuando tenían 14, 15 o 16 años de edad, o sea, siendo niños. Igualmente cabe recordar los cientos de bebés apropiados por los genocidas de los cuales sólo una parte ha podido recuperar su identidad.
Debe agregarse a esta apretada síntesis, que la totalidad de los hoy condenados o imputados, han vivido los largos años de impunidad –décadas–, con la comodidad de la libertad, el contacto ilimitado con sus afectos, sus placeres y de ese modo han llegado a esta edad avanzada. Mientras tanto, los sobrevivientes y familiares de desaparecidos y asesinados, han ocupado la mayor parte de su vida, reclamando justicia, muy lejos de aquellos goces perversos que la impunidad brinda a los genocidas de todos los tiempos y países. Cuando, luego de esa larga lucha y espera pacífica y paciente, el Estado da una respuesta a los reclamos de justicia, aquellos imputados de delitos de lesa humanidad, son llamados a rendir cuentas en el lugar que se corresponde con la democracia, los estrados judiciales, con todas las garantías del debido proceso. Entre ellas, la de proveerles de pañales cuando no pueden controlar sus esfínteres. Banalizar esta época inédita de justicia en acto, ofende en primer término a las decenas de miles de víctimas y sus familiares, al resto de la sociedad que se nutre de los procesos realizados y en marcha para cultivar la memoria, a las juezas y jueces que cumplen su deber, y finalmente al propio Estado argentino que con cada juicio está honrando sus compromisos ante la comunidad internacional, de que los crímenes masivos que aquel Estado terrorista del siglo pasado cometió, sean juzgados. Y ese proceso judicial sólo va a terminar cuando no quede ningún responsable sin sanción, no importa la edad que tenga ya que cuando cometieron los crímenes atroces, eran jóvenes y la atrocidad no prescribe aunque los criminales envejezcan.
El premio Nobel de literatura guatemalteco Miguel Angel Asturias señaló respecto de estas tragedias: “Los ojos de los enterrados se cerrarán el día de la justicia o no se cerrarán”. En la Argentina, tarde pero seguro, se van cerrando porque se está haciendo justicia, mal que les pese a algunos autoritarios.
* Juez del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de La Plata, que condenó a perpetua al comisario Miguel Etchecolatz, al capellán Christian von Wernich y al funcionario civil de la dictadura Jaime Lamont Smart.

JORNADA DE TENSION EN LAS REPARTICIONES OFICIALES POR EL VENCIMIENTO DE 24 MIL CONTRATOS Ministerios con custodia “antidespedidos”

Los ministerios de Hacienda, Justicia, Trabajo, Educación y Jefatura de Gabinete amanecieron ayer custodiados por cordones de Infantería y Policía Federal dispuesta a reprimir. Con ese panorama se encontraron, una vez más, los trabajadores estatales a medida que llegaban a las oficinas donde no saben a ciencia cierta si seguirán trabajando: ninguno de los 24 mil contratos que vencían ayer, concluido el plazo de tres meses establecido por decreto para su “revisión”, fue renovado. Según estimaciones de ATE Capital, la poda que empezó a fines de diciembre pasado ya dejó a 10 mil trabajadores en la calle, 2300 se dieron entre el miércoles y ayer. Desde el Ministerio de Modernización, encargado de afilar la tijera, admitieron que aún no tienen el “número exacto final” de cesantías, que darán a conocer recién el martes.
A pesar de la militarización, los estatales recrearon ayer los “ingresos masivos” a través de los cuales vienen logrando sortear los cordones policiales. La misma situación se repitió desde el miércoles: coparon el hall y los pasillos de los edificios públicos con asambleas, “ruidazos” y banderazo. Los que peor la pasaron con los “ruidazos” fueron el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien debió mudar el jueves la conferencia de prensa en la que iba anunciar el tarifazo; el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien decidió militarizar tres pisos de su ministerio en el que no se trabaja desde hace tres días; y el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, a quien le tomaron la oficina de ceremonial, a pocos metros de su despacho.
A pesar de los tres meses que lleva el conflicto, los delegados se mantienen firmes en el planteo de la reincorporación de los despedidos. “No nos vamos a ir, es una decisión tomada. Nos van a ver todos los días”, sintetizó el secretario general de ATE, Daniel Catalano, quien advirtió que a partir del lunes “los métodos de lucha van a ser cada vez más confrontativos”.
Por ahora, desde Modernización descartan cualquier posibilidad de reincorporaciones masivas. “A lo sumo algún caso puntual habrá”, dicen, y citan el caso de Cultura, donde fueron reincorporados 120 de un total de 500. En Justicia y Derechos Humanos, que encabeza la lista con 700 despidos, hubo una treintena de reincorporados.
La posibilidad de una represión estuvo latente ayer durante todo el día. En Hacienda hubo forcejeos y amenazas de parte de las fuerzas policiales, que provocaron a los trabajadores advirtiéndoles que tenían la orden de reprimir. A las 9, unos 300 trabajadores habían logrado ingresar por los molinetes, pero se encontraron con otro cordón. “La cana estaba entre el molinete y la puerta, un espacio muy reducido, apenas un pasillo. Nos acumulamos ahí porque los canas no se movían. Fue un momento muy tenso, podría haber pasado cualquier cosa”, describió una trabajadora que prefirió resguardar su identidad.
La cartera que conduce Prat-Gay fue una de las últimas en sumarse al proceso de despidos. Pero repite patrones del resto de los organismos públicos: la desarticulación de los programas estatales de inclusión social. De los 160 despidos confirmados ayer, 80 pertenecen al Plan Progresar, que quedó desmantelado.
Como en el resto de los ministerios, en Justicia hubo fuerzas de seguridad, pero ningún funcionario. Al confirmarse 40 nuevos despidos, los trabajadores y delegados no tuvieron otro interlocutor que los uniformados. Las asambleas surgieron de forma espontánea.“Si no tenemos la confirmación de reincorporaciones, el lunes no funciona más nada en el ministerio”, relató Rubén, uno de los delegados.
En la cartera de Garavano el paro alcanza también al personal de limpieza, que tampoco trabaja hace tres días y se sumará el lunes al paro. El resto de los despidos de ayer se dieron en Trabajo (contaron 20 más, por lo que el número llegó a 250); Cancillería (100 contratos dados de baja); Energía (90 cesanteados) y Superintendencia de Seguros de la Nación (240). En jefatura de Gabinete también notificaron unos 40 despidos y la sede de la ex Somisa amaneción con el respectivo cordón policial. “El lunes vamos a volver a entrar”, advirtió Catalano.
Informe: Matías Ferrari.

STIGLITZ Y GUZMAN ANALIZARON LAS IMPLICANCIAS DEL ACUERDO BUITRE “Es una noticia terrible”


“Es una noticia terrible”“La resolución del juicio más complejo de la historia entre un país, Argentina, y sus acreedores, los fondos buitre, es una noticia excelente para un grupo de inversores muy bien conectados y terrible para el resto del mundo, especialmente, aquellos países que enfrenten crisis de deuda en el futuro”, sentenciaron los economistas Martín Guzmán y Joseph Stiglitz. El investigador argentino y el ganador del premio Nobel de 2001 advirtieron en un articulo de opinión publicado en el diario The New York Times que el pago a los fondos buitres pone en riesgo futuros procesos de reestructuración de deuda soberana: “¿Por qué un tenedor de bonos aceptaría una quita si pueden esperar y obtener retornos exorbitantes por una pequeña inversión?”, señalaron en el texto publicado ayer en Estados Unidos. Reclamaron retomar en Naciones Unidas la discusión consagrada el año pasado con la aprobación de los nueve principios básicos sobre reestructuraciones de deuda soberana y avanzar en el diseño de un marco internacional que regule esos procesos.

En “Cómo chantajearon a la Argentina los hedge funds”, Guzmán y Stiglitz ponderan la dura negociación que permitió normalizar el 92,4 por ciento de los pasivos y destacan que esa decisión le permitió al país recuperar un sendero de crecimiento económico. “En cierta forma, Argentina es un caso aparte. El país negoció agresivamente preparando el escenario para una recuperación espectacular: entre 2008 y 2008, hasta que estalló la crisis financiera global, el país creció al 8 por ciento anual en promedio mientras que el desempleo cayó al 7,8 por ciento desde más del 20 por ciento”, señalan los economistas.
A lo largo del artículo no cuestionan el acuerdo donde el gobierno de Mauricio Macri reconoció a los buitres una rentabilidad que estimaron del 1180 por ciento, “algo similar a los términos que estableció el juez Thomas Griesa”, pero sí lamentan las implicancias globales de esa resolución. “El pago de Argentina a los buitres implicará un precio muy elevado para el sistema financiero internacional ya que alentará a otros fondos a convertirse en holdouts volviendo virtualmente imposibles la reestructuraciones de deuda”, explican los profesores de la universidad de Columbia en Nueva York.
En ese sentido, recurren a la experiencia histórica para evidenciar que, a la hora de renegociar, “con consecuencias devastadoras, la mayoría de los países se ven intimidados por sus acreedores y aceptan lo que les demandan”. De acuerdo a las cifras presentadas por Guzmán y Stiglitz, el 52 por ciento de las reestructuraciones de deuda soberana desde 1980 fueron seguidas por una segunda reestructuración o, directamente, un default a los cinco años. El ejemplo más reciente que citan es Grecia: “Reestructuró su deuda en 2012 y a los pocos años necesita desesperadamente un nuevo alivio”, sostienen al referirse a la experiencia helénica.
Los investigadores acuñaron el año pasado el término Griesafault para referirse, con mayor precisión, a la situación de tensión creada por las decisiones del magistrado neoyorquino Thomas Griesa a mediados de 2014 ya que entendían que el país era forzado a incumplir con sus obligaciones. “El juez les dio a los buitres el arma que necesitaban: o bien Argentina les pagaba o el país incumplía con sus acreedores, arruinando el acceso al crédito en el futuro y amenazando su recuperación”, sostienen Stiglitz y Guzmán.
Los nueve principios básicos aprobados en septiembre de 2015 en las Naciones Unidas fortalecieron la línea de defensa de los países y sus acreedores genuinos contra el agujero negro existente en materia de resolución sustentable de las crisis de deuda. Fue el puntapié inicial para un extenso proceso impulsado por Argentina y los miembros del G77 más China que buscaba restringir el margen de maniobra para los fondos buitre, legitimar el derecho de los países para encarar reestructuraciones de deuda que les permitan volver a crecer y seguir pagando sus obligaciones y garantizar que los inversores de buena fe no se vean afectados por el accionar carroñero del sistema financiero internacional. Con esos lineamientos, la meta es crear un marco jurídico global que ofrezca reglas claras para resolver los problemas asociados al endeudamiento excesivo.
La propuesta se aprobó con 136 votos a favor, 6 negativos y 41 abstenciones. Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania, Israel y Canadá son los miembros de del poderoso pero reducido bloque opositor. “Como son las principales jurisdicciones para la colocación de deuda soberana los principios no serán muy efectivos”, advierten Stiglitz y Guzmán. “Muchos países tienen leyes de quiebras pero no existe un marco equivalente para las quiebras soberanas, ni siquiera algo remotamente parecido. Las Naciones Unicas tomaron la delantera para llenar este vacío”, destacan el ganador del premio Nobel y el economista argentino, ambos activos miembros de los equipos de especialistas que acompañaron la discusión en la ONU.
“Es común escuchar la frase ‘riesgo moral’ cuando se analiza a los países con crisis de deuda como Grecia o Argentina. Riesgo moral refiere a la idea que permitirle a los países (o compañías o personas) que renegocien y reduzcan sus deudas solo refuerza el comportamiento derrochador que los llevó a endeudarse en primer lugar. Es mejor que el deudor enfrente la desaprobación y duras consecuencias”, explican los economistas al referirse a la visión dominante del establishment financiero contra las reestructuraciones exitosas como la argentina. Sin embargo, Guzmán y Stiglitz advierten que “el acuerdo de Argentina revirtió el riesgo moral recompensando a inversores por pequeñas apuestas y cosechar enormes beneficios”.

GILDO INSFRAN Y GUILLERMO MORENO ANUNCIARON QUE COMPETIRAN EN LA INTERNA DEL PJ La primera fórmula anotada

Por Nicolás Lantos
El ex secretario de Comercio Guillermo Moreno y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán.
Imagen: DyN.
El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, y el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno anunciaron ayer la primera precandidatura conjunta para competir en las elecciones internas del Partido Justicialista, previstas para el 8 de mayo. A una semana del cierre de listas, fue el ex funcionario quien anunció la intención de presentarse a la contienda electoral en caso de que no se llegue antes a un acuerdo de unidad. “Los dos primeros lugares son para Insfrán-Moreno”, celebró al anunciar la novedad.
Desde la conducción del Frente para la Victoria negaron que esa iniciativa responda a la voluntad del espacio de cara a la compulsa: “Fue una decisión de ellos y no están respondiendo a ningún mandato”, descartaron. En tanto, el sector que se encolumna detrás de la candidatura de José Luis Gioja espera la respuesta de Daniel Scioli, a quien le ofrecieron la vicepresidencia. El ex candidato asegura que sólo aceptará el convite si tiene el consenso de todo el partido.
“Acordamos con Gildo Insfrán y conformamos la primera lista para el PJ. Los dos primeros lugares son para Insfrán-Moreno. Es la primera lista que se conforma. No obstante, todos estamos en el esquema de la unidad. No descartamos la unidad, pero si no se alcanza ya tenemos la primera lista para competir”, señaló Moreno ayer al anunciar el lance. La candidatura que compartiría con Insfrán, si se llega a la instancia de una elección, deberá competir con otras que se presenten de aquí al próximo viernes, cuando, treinta días antes de la fecha acordada para el comicio interno, cierren las listas.
Hasta entonces, el cabildeo es constante. La unidad, más allá de las declamaciones, parece una condición necesaria para que el peronismo sea competitivo electoralmente en un año y medio. Gioja, que pintaba como prenda de unidad, se mostró en coincidencia con los sectores del peronismo que más se distanciaron del último gobierno en demasiados temas como para terminar de resultar elegible por ese sector. Por eso intentó buscar a Scioli como un fuerte compañero de fórmula.
Fiel a su estilo, el ex gobernador dijo que no está en sus intenciones tener un cargo partidario pero podría aceptarlo si eso facilita el encuentro de todos los sectores. No aclara qué cargo. La solución al intríngulis podría ser un enroque de piezas en esa fórmula, lo que derivaría en una ocasión acaso más aceptable para el kirchnerismo, que sabe que tiene poder de veto. De llegar a últimas instancias sin conformar un acuerdo, están trabajando, del modo ultrasecreto que los caracterizó cuando eran gobierno, en una boleta competitiva.
De todas formas el tic tac del reloj de la jueza federal María Servini de Cubría, con competencia electoral y encargada de supervisar la normalización de un PJ que viene estirando soluciones transitorias hace un lustro, es el incentivo principal que lleva a negociar civilizadamente a figuras que preferirían arrojarse objetos contundentes entre sí. La magistrada ya advirtió que no tolerará más demoras y si hay algo en lo que coinciden todos los sectores que integran el peronismo es que una intervención judicial tiene consecuencias “potencialmente desastrosas” para el partido.
Por último, en un escenario en el que no faltan sorpresas, las pláticas exitosas entre los tres sectores mayoritarios de la CGT respecto a presentar un plan común en el Congreso para discutir empleo e impuesto a las ganancias envalentonó a algunos operadores de la rama sindical, que ya empezaron a proponer que la prenda de unidad del movimiento sea lo que ellos llaman, su columna vertebral, y agitan la posibilidad de que entre en la disputa una fórmula “cien por ciento obrera”.

CONTRATAPA Cómo volver

Por Sandra Russo
Esta semana, en su canal de YouTube, Cynthia García le hizo al psicoanalista Jorge Alemán una entrevista que luego circuló profusamente por las redes. Es notable su repercusión, porque Alemán hablaba de un modo comprensible pero profundo, sobre temas centrales de este momento argentino que atravesamos prácticamente sin nadie en los medios audiovisuales que lo refleje en la dimensión en la que la mitad del país lo vive. Las redes constituyeron ya una agenda no sólo completamente distinta a la de los medios convencionales, sino que también, pese a haber sido un soporte creado para contactos leves, han virado hacia el escenario de intercambios simbólicos fuertes, donde se intenta y se logra sostener en pie el pensamiento.
Hace más de tres meses estamos inmersos en algo que se impone sin permitir pensarlo, porque su vértigo nos repliega en una intermitencia insoportable de acción y azoramiento. Los ciudadanos, que padecen en su propia carne el ajuste de ortodoxia brutal que lleva adelante Macri, necesitan pensar, decodificar, asociar, expresarse y digerir lo que expresan los otros. Los medios convencionales han eliminado los espacios y las voces de las que podían surgir líneas de pensamiento que ayudaran a conceptualizar no sólo un momento de quiebre político sino lo más íntimo de cada uno, lo que nos llevamos a la cama con nosotros cada noche, ese malestar que nos oprime. Esa intermitencia entre la necesidad de acción y la necesidad de repliegue es un derivado de lo que Naomi Klein llamó shock.
Ha cambiado la doctrina, y necesitamos entender para movernos en consecuencia. Pero la batería de políticas destinadas a destruir y borrar de la historia reciente y sobre todo de la actual y futura al kirchnerismo es la misma doctrina que la derecha financiera viene aplicando hace décadas. Lo que sí se tiene en claro es que el primer objetivo de Macri es desmantelar toda la construcción material y anímica kirchnerista, de lo cual se desprende que lo que el propio macrismo identifica como proyecto antagónico al propio es el que lidera Cristina.
En la entrevista de La García se tocaban las tensiones que todos conocemos y que permanecen como el trasfondo de la angustia colectiva. La votación en el Senado y el cinismo retorcido de los elegidos por el FpV que invocaban a Néstor Kirchner para apoyar al gobierno de Macri dejó a millones sin habla y a otros millones con la urgente necesidad de actuar. ¿Pero en qué sentido? ¿Actuar hacia dónde cuando el camino está lleno de trampas y las deserciones aún no han terminado?
Alemán admitía en la entrevista quizá la tensión más visible y sin embargo soterrada, que es la que existe entre un sector del peronismo y el kirchnerismo. Cuando escribí el libro sobre La Cámpora pude observar y detenerme en esa diferenciación, que tiene también un corte generacional. En términos generales, para los de treinta para abajo que despertaron a la política en la última década y apoyaron el gobierno nacional y popular, una y otra cosa se funden en una misma identidad, que no necesariamente coinciden en una misma pieza con otras identidades peronistas pero que se complementan porque persiguen los mismos objetivos. Peronismo y kirchnerismo se superponen para muchos y se conjugan para otros. Son las generaciones preexistentes, con una identidad ya forjada en el peronismo cuando apareció Néstor en el 2003, las que siembran el rechazo. Cuanto más a la derecha se ubique ese peronismo, el kirchnerismo más se acomodará en esa lectura a la figura del viejo infiltrado. Cuando Néstor dijo “Nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio” creo que lo decía porque él se llamaba Kirchner. Pero ahora, con el paso de los años, y con todo lo que destruye Macri con el aval de un sector del peronismo, para muchos está mucho más clara que antes la especificidad del kirchnerismo como fuerza política que ancla en el peronismo pero incluye, y no como aliados sino como parte propia, a sectores que provienen de distintas vertientes de izquierda. Por eso es el núcleo de lo que el propio macrismo inviste de antagonista: porque es una identidad política precisa y ya anclada después de las tres experiencias gubernamentales recientes.
Es hora de volver a hablar de proyectos de país. Los que votaron a favor del reendeudamiento nunca creyeron en el país en el que otros, cada día, cada hora, seguimos creyendo más intensamente que antes. Hay un sector del peronismo que no se reconoce kirchnerista pero que también pertenece al campo nacional y popular. La pesadilla que nos sobrevuela es tal, que la verdad que uno quisiera que se den estos debates, que se pongan las cartas sobre la mesa, que se hagan las discusiones de base, que se articule, que terminen con los recelos y las chicanas y el internismo, porque hay gente gritando, hay gente sufriendo, hay gente que necesita dirigentes.
Uno desearía que se den por saldadas las heridas que dejó, qué duda cabe, una construcción política que debió acelerar su estructura previendo que lo que iba a pasar era esto. Que los que acompañaban por pura lógica de poder iban a desertar, y que en la adversidad se vería que el kirchnerismo ha dejado este paisaje: múltiples dirigentes enganchados en las viejas lógicas, y un armado más pequeño, por momentos inestable, que sin embargo es el que representa a una enorme, multitudinaria conjunción de ciudadanos politizados. En las calles se grita un solo nombre.
“Podríamos llegar a presenciar hasta un cierto desvanecimiento de la experiencia kirchnerista, eso coyunturalmente, pero a la vez, y aquí voy a ser optimista, pienso que el kirchnerismo tocó cosas que inevitablemente van a volver –reflexionaba Alemán–. Cuando una experiencia toca ciertos puntos de la verdad, ciertos puntos de lo real, es muy difícil que eso no retorne. Cuando hemos hecho una experiencia que ha demostrado que no todo está capturado por el dispositivo neoliberal, ahí tenemos la posibilidad del retorno. Yo creo que el presente puede ser muy injusto, pero no han logrado todavía que la historia lo sea. No tuvo razón Pinochet, tuvo razón Allende. No tuvo razón Franco, tuvieron razón los republicanos. Y no va a tener razón Clarín, va a tener razón el kirchnerismo”. Ya sé: agregaría que no tuvo razón la Fusiladora, que tuvo razón Perón.
En otra contratapa hace poco me preguntaba: “¿Qué hace uno cuando ya se dio cuenta? ¿Qué hace uno cuando ya abrió los ojos?”. Me refería exactamente a lo que dice Alemán. A que hemos experimentado en lo personal y en político, en lo individual y en lo colectivo, esas palabras que fueron el lema del Foro Social Mundial desde 2001, que “Otro mundo es posible”. Hoy hablamos de un mundo literal, atravesado por el tajo entre el poder de las corporaciones y el poder político, aquí y allá cooptado, como los medios, por el chantaje aplastante de los dueños del dinero. La restauración conservadora viene a coser por la fuerza otro gran tajo, que es el que existe entre los sectores de la población que aceptan que esta maraña de despojo y servilismo es lo único a lo que podemos aspirar, y los otros sectores, que han experimentado otra alternativa en sus propios estómagos, en sus sueños, en sus pieles y en sus corazones. Quienes hayan podido oír, oyeron. Finalmente, a lo que uno siempre termina siendo indefectiblemente leal es a su propia noción de la realidad.

PANORAMA POLITICO El diablo

Por Luis Bruschtein
Hay una canción de los Redondos, “El Tesoro de los Inocentes”, que dice: “juegan a ‘primero yo’ y después a ‘también yo’/ Y a ‘las migas para mí’ y cierran el juego porque ya saben que el tonto nunca puede oler al diablo, vida mía, ni si caga en su nariz”. Si es como dice el Indio Solari, lo mejor hubiera sido que quedaran asentados en un referéndum todos los que no pueden oler al diablo. Un referéndum, a favor o en contra.
El pago a los fondos buitre, una decisión estratégica que afectará a las próximas generaciones, se resolvió finalmente entre urgencias, mentiras, presiones, disputas, intereses miserables y otras mezquindades, donde el voto de los representantes dejó de existir como tal para convertir una decisión esencial en la mera formalidad de levantar la mano.
Se asume que la democracia directa tiende a la inestabilidad o la parálisis. Pero la democracia representativa tampoco es perfecta. Los votos del Congreso tienen fidelidades y disciplinas muy intermediadas por los partidos o los gobernadores y el parlamentarismo sufre presiones y chantajes mediáticos, profesionales, materiales o judiciales, que tratan de distorsionar la voluntad del elector. A veces resulta imposible entender el cambio abrupto de un legislador. Se supone que fue elegido a causa de una determinada línea de propuestas con la que convocó a quienes lo votaron. Cuando el legislador transmuta esa voluntad, algunas veces podría indicar que de esa manera acompaña un cambio de humor en la sociedad, pero la mayoría de las veces no es así: el legislador se despega de lo que representa y de esa manera desnaturaliza su papel en una democracia representativa. Lo que vota no representa a los que lo votaron. En la nueva Constitución, se ofrecen herramientas para proteger de estas contingencias a las definiciones estratégicas. Por eso, la constitución, que describe a la organización del país como una democracia representativa, toma una herramienta de la democracia directa como el referéndum o la consulta popular y la incorpora a su letra.
Los legisladores del trotskismo plantearon correctamente esta iniciativa para realizar una consulta popular por el pago a los fondos buitre. En el Frente para la Victoria el debate fue entre pagar o no, pero muchos de los integrantes de los bloques del peronismo-kirchnerismo estaban sufriendo todo tipo de presiones motivadas por la desesperación del oficialismo para cerrar el tema y pagar lo que fuera. Hubo aprietes a los gobernadores y promesas y concesiones a los opoficialistas del progresismo y el justicialismo. Margarita Stolbizer apareció como vocera del oficialismo al mismo tiempo que Diego Bossio y Sergio Massa trataban de adornar un voto que ya habían anunciado cuando el oficialismo comenzó a abrir el tema. El pago a los fondos buitre fue decidido, prácticamente impuesto, a una sociedad que no tuvo la herramienta ni el tiempo para expresarse. Los medios concentrados y sus periodistas emblemáticos, como parte del aparato de propaganda hegemónico de la gestión conservadora, transmitieron la urgencia desesperada del gobierno como si se tratara de salvarle la vida a un bebé, cuando lo más seguro es que se trate de lo contrario. Cada quien corrió con su propia camiseta pero la más visible es la de un gabinete económico integrado en su mayoría por ex empleados de la banca financiera y el JP Morgan, que recibirán jugosos beneficios con el retorno al viejo negocio de la deuda.
Como la mayoría de las decisiones que ha tomado este gobierno en política económica, justificándolas en una supuesta “pesada herencia” en realidad, la desesperación por resolver el diferendo con los buitres obedece a su cosmogonía neoliberal. Son decisiones ideológicas y no de necesidad y urgencia. Ideológicas, no sólo por su concepción teórica, sino también por los intereses a los que responden sus integrantes. Este gobierno eligió financiarse prioritariamente con deuda externa y no con ahorro interno y se desfinanció antes siquiera de empezar a negociar al eliminar los 50 mil millones de pesos que significaban las retenciones. Se sentó a la mesa de negociación con la desesperación de un adicto al juego.
El Indec del macrismo debió reconocer que la economía creció más de dos puntos durante el año pasado, gracias a medidas contracíclicas que permitieron contrarrestar los efectos desastrosos de la misma situación internacional desfavorable que ahora. Macri tomó un país en crecimiento, no en recesión, como ellos afirman. Y el déficit fiscal apenas pasaba también de los dos puntos y medio. No fue del 7 por ciento como mintió descaradamente Alfonso Prat-Gay en la campaña electoral, ni mayor del 4 por ciento, como dicen ahora forzando las cuentas para obtener una cifra que sirva para argumentar la necesidad desesperada de endeudarse para tapar pretendidos agujeros del presupuesto. El déficit real –que apenas pasaba los dos puntos y medio– era perfectamente manejable. El endeudamiento y la mayoría de las medidas económicas que están tomando son ideológicas, no tienen nada que ver con la necesidad o la herencia. El que está a favor de la distribución de la renta, subsidia los servicios y defiende la educación y la salud públicas y gratuitas. En cambio, para el que no está de acuerdo con la distribución de la renta, todo eso es gasto y despilfarro igual que la capacidad de consumo del salario.
Finalmente el llamado progresismo de Stolbizer votó con el macrismo, convencida del despilfarro de una economía de servicios baratos y de salarios con capacidad de consumo, igual que el massismo y el bloque justicialista –que no casualmente se formó para esta circunstancia concreta–. Y el peronismo-kirchnerismo tuvo fugas que le prestaron los votos que le faltaban al oficialismo que así logró un importante triunfo parlamentario. Era cantado que iba a suceder porque forma parte del debe y el haber de la masividad del peronismo que puede generar mayorías que son variables y difusas en los bordes, por lo que son previsibles este tipo de fugas, pese a lo cual hay que reconocer que las grandes transformaciones modernas de la Argentina fueron realizadas por estas mayorías.
Por esas complejidades del parlamentarismo que en situaciones como esta parece más ocultar que expresar lo que representa, hubiera sido importante que la decisión definitiva fuera auscultada en toda la sociedad a través de una consulta popular vinculante como planteó el trotskismo. El único obstáculo real para hacerla era la urgencia desesperada del gobierno para cerrar la cuestión.
Es probable que si no tuviera tanta urgencia, el oficialismo se hubiera detenido a pensar en los beneficios y los riesgos de una consulta porque acaba de ganar una elección. Pero uno en las antípodas del gobierno tampoco sabe cuál sería la respuesta de esta sociedad tan vulnerable a los mensajes de los medios concentrados. Un ejemplo quizás podrían ser los taxistas porteños, la mayoría de los cuales tenían el cerebro hecho puré por los operadores mediáticos del macrismo que inundaban las radios. El tipo estaba mucho mejor que en los ‘90, pero lo habían convencido de que vivía en un infierno y que le sacaban su plata para dársela a los vagos de los planes Trabajar o a los que se jubilaban sin aportes. El aparato de propaganda conservador le hizo hervir la cabeza porque lo estaban robando, pese a que pudo cambiar el auto e irse de vacaciones a Mar del Plata en los últimos años. Fue votante cantado de Macri y le hizo campaña. Pero ahora le vienen con los aumentos en la nafta y el gas y con Uber.
El mismo que se enojaba porque antes el Estado protegía a los más vulnerables, a los que menos defensa tienen frente a los más poderosos, ahora quiere que el Estado lo proteja a él porque se siente vulnerable frente a Uber que, cuando funcione, cobrará 35 por ciento más barato que el taxi. La trasnacional Uber forma parte de la lógica del libre mercado que ese taxista votó en la boleta de Macri presidente. Otros tacheros podrán quejarse, pero ése no tiene derecho al pataleo. Está comiendo del menú que le hicieron elegir los operadores que le pudrieron la cabeza por la radio las 24 horas del día. Son de los tontos que no pueden oler al diablo ni cuando les caga en la nariz como dice el Indio Solari.
Hablando de los operadores mediáticos, y ya que al comienzo hay una cita de este gran filósofo nacional del rock, vamos a terminar con el comienzo de esa misma canción sobre los falsos mensajes, como el que le metieron en la cabeza a ese tachero y a gran parte de la sociedad: “el tesoro que no ves/ la inocencia que no ves/los milagros que van a estar de tu lado/ cuando comiences a leer de los labios/ Y a ignorar los embustes y gustar/ Con tu lengua de las aguas que son dulces/ Aunque te sientas mal”.