sábado, 2 de abril de 2016

GILDO INSFRAN Y GUILLERMO MORENO ANUNCIARON QUE COMPETIRAN EN LA INTERNA DEL PJ La primera fórmula anotada

Por Nicolás Lantos
El ex secretario de Comercio Guillermo Moreno y el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán.
Imagen: DyN.
El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, y el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno anunciaron ayer la primera precandidatura conjunta para competir en las elecciones internas del Partido Justicialista, previstas para el 8 de mayo. A una semana del cierre de listas, fue el ex funcionario quien anunció la intención de presentarse a la contienda electoral en caso de que no se llegue antes a un acuerdo de unidad. “Los dos primeros lugares son para Insfrán-Moreno”, celebró al anunciar la novedad.
Desde la conducción del Frente para la Victoria negaron que esa iniciativa responda a la voluntad del espacio de cara a la compulsa: “Fue una decisión de ellos y no están respondiendo a ningún mandato”, descartaron. En tanto, el sector que se encolumna detrás de la candidatura de José Luis Gioja espera la respuesta de Daniel Scioli, a quien le ofrecieron la vicepresidencia. El ex candidato asegura que sólo aceptará el convite si tiene el consenso de todo el partido.
“Acordamos con Gildo Insfrán y conformamos la primera lista para el PJ. Los dos primeros lugares son para Insfrán-Moreno. Es la primera lista que se conforma. No obstante, todos estamos en el esquema de la unidad. No descartamos la unidad, pero si no se alcanza ya tenemos la primera lista para competir”, señaló Moreno ayer al anunciar el lance. La candidatura que compartiría con Insfrán, si se llega a la instancia de una elección, deberá competir con otras que se presenten de aquí al próximo viernes, cuando, treinta días antes de la fecha acordada para el comicio interno, cierren las listas.
Hasta entonces, el cabildeo es constante. La unidad, más allá de las declamaciones, parece una condición necesaria para que el peronismo sea competitivo electoralmente en un año y medio. Gioja, que pintaba como prenda de unidad, se mostró en coincidencia con los sectores del peronismo que más se distanciaron del último gobierno en demasiados temas como para terminar de resultar elegible por ese sector. Por eso intentó buscar a Scioli como un fuerte compañero de fórmula.
Fiel a su estilo, el ex gobernador dijo que no está en sus intenciones tener un cargo partidario pero podría aceptarlo si eso facilita el encuentro de todos los sectores. No aclara qué cargo. La solución al intríngulis podría ser un enroque de piezas en esa fórmula, lo que derivaría en una ocasión acaso más aceptable para el kirchnerismo, que sabe que tiene poder de veto. De llegar a últimas instancias sin conformar un acuerdo, están trabajando, del modo ultrasecreto que los caracterizó cuando eran gobierno, en una boleta competitiva.
De todas formas el tic tac del reloj de la jueza federal María Servini de Cubría, con competencia electoral y encargada de supervisar la normalización de un PJ que viene estirando soluciones transitorias hace un lustro, es el incentivo principal que lleva a negociar civilizadamente a figuras que preferirían arrojarse objetos contundentes entre sí. La magistrada ya advirtió que no tolerará más demoras y si hay algo en lo que coinciden todos los sectores que integran el peronismo es que una intervención judicial tiene consecuencias “potencialmente desastrosas” para el partido.
Por último, en un escenario en el que no faltan sorpresas, las pláticas exitosas entre los tres sectores mayoritarios de la CGT respecto a presentar un plan común en el Congreso para discutir empleo e impuesto a las ganancias envalentonó a algunos operadores de la rama sindical, que ya empezaron a proponer que la prenda de unidad del movimiento sea lo que ellos llaman, su columna vertebral, y agitan la posibilidad de que entre en la disputa una fórmula “cien por ciento obrera”.

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