miércoles, 22 de octubre de 2014

DOS MUERTOS Tiros en el Parlamento de Canadá

Las autoridades canadienses confirmaron que un atacante murió y al menos otro está libre. El hospital confirmó el ingreso de tres pacientes, de los cuales dos se encuentran estables. Los medios indicaron que también se registraron tiros en un centro comercial, aunque la policía aseguró luego que allí no hubo disparos.
El primer ministro Stephen Harper, quien se encontraba en el recinto parlamentario, fue puesto urgentemente a resguardo. El presidente estadounidense, Barack Obama, se mantiene permanentemente informado sobre la situación, reportó CNN. Harper tenía previsto hablar más tarde.
El soldado herido llegó con graves heridas al hospital, donde falleció tres horas más tarde. El ministro de Trabajo, Jason Kenney, dio sus condolencias vía Twitter a la "familia del soldado muerto" y dijo que reza por el vigilante herido en el edificio del Parlamento. "Canadá no se dejará aterrorizar ni intimidar", explicó Kenney.
La televisión mostró imágenes dramáticas del edificio, con agentes fuertemente armados y agazapados por los corredores en busca de los atacantes, mientras se oían tiros. Algunos parlamentarios escribieron en Twitter que durante la sesión llegaron a oírse unos 30 disparos. Estaban seguros pero con temor, señalaron varios reportes. Los primeros tiros, según la policía, fueron efectuados a las 09:52 en el monumento. Las personas que estaban en el lugar intentaron socorrer al soldado.
Según reportes de los medios, un hombre de pelo largo efectuó varios disparos y luego se dirigió con un arma al edificio del Parlamento. La policía acordonó ampliamente el área e instó a los habitantes a mantenerse alejados del lugar. El edificio fue cerrado y nadie puede entrar ni salir. La zona en un parque junto al río Ottawa suele ser de libre acceso y visitada por miles de turistas.
Todos los puestos policiales cancelaron sus actividades. La policía llamó a todos los habitantes del centro de Ottawa a no mostrarse junto a las ventanas ni subir a los techos. También fue acordonada la embajada estadounidense y los colaboradores fueron instados a bajar las persianas.

PRIMERA MARCHA NACIONAL DE LA GORRA Movilizados contra la violencia institucional

Bajo el lema "Ni un joven menos" y "No somos peligrosos. Estamos en peligro", la movilización partió desde Belgrano y Cevallos, ciudad de Buenos Aires, hasta la Central de la Policía Bonaerense, en 2 y 53, La Plata. La iniciativa surgió hace ocho años en Córdoba y esta es la primera que se realiza a nivel nacional, con movilizaciones también en Buenos Aires, Mendoza y Rosario.
En un comunicado, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), uno de los convocantes, denunció que "los jóvenes pobres padecen permanentemente el hostigamiento por parte de las fuerzas de seguridad". "No hay registro de la cantidad de casos de abuso policial. Los pocos que pudo constatar el Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos Tratos son 73 (entre diciembre de 2010 y septiembre de 2013)", puntualiza.
El documento, además, consigna que "en 62 de los hechos, las víctimas lograron individualizar a 278 victimarios ejerciendo violencia física, lo que da un promedio de más de cuatro agentes por hecho".

martes, 21 de octubre de 2014

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Las ventas crecieron casi el 1000% por el plan

EL PAIS › UN HALLAZGO QUE SALIO A LA LUZ EN EL JUICIO SOBRE LA ESMA La estructura que se oculta detrás de los vuelos de la muerte

 Por Alejandra Dandan
En el juicio ESMA se están reconstruyendo las estructuras de la Armada que abastecieron de aviones y de tripulantes a los vuelos de la muerte. Se trata de una investigación que explica cómo hizo la Escuela de Mecánica de la Armada para contar con una aeronave los días de “traslados” de prisioneros. Así, se desentrañó el rol del Comando de Operaciones Navales (COOP), el área encargada de distribuir recursos, máxima autoridad de la “guerra” y ubicada inmediatamente abajo del jefe de la Armada. Del COOP dependían dos áreas clave en el manejo de aviones: el Comando de Aviación Naval de la Armada (COAN) –con escuadrillas de Electras, DC3 y helicópteros– y la División de Aviación Prefectura (DAVI), a cargo de los Skyvan. Todas esas aeronaves se usaron en los vuelos de la muerte y cumplían con dos condiciones principales: autonomía de vuelo y capacidad de lanzar cargamento en vuelo. La forma en la que Prefectura intervino en esta trama y cómo sus Skyvan llegaron a trasportar a los prisioneros de la ESMA son datos que surgieron en este juicio, en el que tres de los seis acusados por participar en los vuelos son, justamente, prefectos.
“El aparato organizado de poder involucró a todos sus estamentos: la Marina encarnó su cometido utilizando a sus patotas. Los secuestros, asesinatos, tormentos, abusos y hasta el robo de niños fueron parte de este plan. Para culminar pedirían apoyo a las escuadrillas aeronavales”, evalúa una de las partes acusadoras. “Lo que debemos preguntarnos es cómo se materializaron esos aportes, cómo pensamos el rol de cada escuadrilla, porque en este último tramo –llámese disposición final o asesinato– esas escuadrillas facilitaron las aeronaves al grupo de tareas que funcionó dentro de la ESMA.”
Los datos para llegar hasta acá, para rearmar desde el polvo la estructura burocrática y secreta de la Armada, surgieron de varios de trabajos. Uno fue el análisis de archivos de las Fuerzas Armadas que se hace desde 2003 en el Ministerio de Defensa y otro, del mismo tenor pero más reciente, es el realizado en los archivos de la policía, Prefectura y Gendarmería del Ministerio de Seguridad. María Laura Guembe coordinó el equipo de la Armada en Defensa y ahora hace esa tarea en el Ministerio de Seguridad. La semana pasada declaró en el juicio ESMA: “La información no está en un único lugar. La tarea es producir información en el cruce de documentos. Leer los reglamentos y los planes y la documentación para ver cómo eso se transformó en acciones”, explicó.
Los equipos estudiaron distintos papeles: legajos, actuaciones de Justicia, memorias de las distintas fuerzas y libros de actas. Cruzaron los datos con una pieza todavía clave: el Plan de Capacidades Internas de la Armada Argentina (Placintara) del año 1975, un documento secreto conocido desde el Juicio a las Juntas pero que continúa siendo fuente de información y es releído como base del rompecabezas de la Armada.

El Comando de Operaciones Navales

El Placintara reorganizó la estructura de la Armada en una faz institucional y en una faz operativa para combatir lo que llamaron “lucha contra la subversión”. Así, a partir del Placintara, la estructura de la Armada quedó dividida en 11 Fuerzas de Tareas (FT) con anclaje jurisdiccional. Las FT se dividieron Grupos de Tareas (GT), divididos a su vez en Unidades de Tareas (UT) y luego en Elementos de Tareas (ET). La Fuerza de Tareas 3 de la agrupación Buenos Aires tuvo al menos 7 GT según el informe de Defensa: la ESMA era el GT 3, y como estaba en la FT 3 se la nombró GT3.3. Todas las Fuerzas de Tareas dependían de un área clave, hoy entendida como estructurante de los “tiempos de guerra”: el Comando de Operaciones Navales (COOP), ahora central para la lógica de la provisión de aviones.
Los vuelos son el único tramo de la ESMA sin sobrevivientes. La mayor parte de los marinos en juicio fueron vistos o denunciados por sobrevivientes. Luego, los papeles de la burocracia respaldaron sus posiciones dentro de la estructura. Pero con los vuelos no sucede lo mismo. El GT 3.3 no tenía aviones. Y los tripulantes de los vuelos no pasaron por la ESMA. Ninguno de los acusados por vuelos tuvo comisiones en el centro clandestino ni estuvo como “enlace” en la ESMA. Esto, que antes podía parecer un problema, es, a partir de la interpretación de las estructuras, casi una obviedad.
“Quienes planeaban las muertes pedían un avión y lo tenían”, señala la misma parte acusadora. “Eso explica por qué los pilotos no tienen como destino ESMA, no era lo que estaba previsto en los planes. Las escuadrillas de helicópteros como aquellas de Sostén Logístico Móvil dependían del Comando de Operaciones Navales, no de la ESMA. Por eso los pilotos no son vistos por los sobrevivientes dentro del campo y en los legajos no aparecen referencias vinculadas a dicha Escuela. Si el GT necesitaba una aeronave no sería ni el jefe del Grupo ni el director de la ESMA quienes decidían qué tipo de aeronave se iba a usar: la aeronave iba a ser enviada desde el Comando de Operaciones Navales y debía estar preparada para trasladar personas y descargarlas durante el vuelo. Por eso, en el juicio que se desarrolla es necesario determinar las características de las aeronaves. Su posibilidad de tirar carga en vuelo, de autonomía y, por supuesto, si para la época esas aeronaves estaban en actividad.”
En tiempos de paz, el Comando de Operaciones Navales (COOP) era una estructura semidormida pensada para la instrucción y el adiestramiento. Un casillero por abajo del jefe de la Armada y en paralelo al Estado Mayor. A partir del Placintara, el COOP permaneció abajo del jefe, pero desplazó al Estado Mayor a un puesto de consulta y ad hoc para ocuparse políticamente de la distribución de recursos de la Armada, explicó Guembe. Por allí pasaron como jefes los verdaderos capos de la Armada, como Oscar Antonio Montes o Antonio Vañek. Hoy se entiende que del COOP salieron tres áreas claves para vuelos:
1. las Fuerzas de Tareas, entre ellas el FT3 y la ESMA;
2. la División de Aviación de Prefectura (DAVI) con los Skyvan;
3. el Comando de Aviación Naval (COAN) de la Armada con los Electra, DC3 y las escuadrillas de helicópteros.
Uno de los datos más nuevos en ese esquema es el rol que tuvieron la DAVI y Prefectura, profundizados por Guembe en la audiencia.

La Prefectura

Hasta ahora se creía que la Prefectura dependía del jefe de la Armada tanto en tiempos de paz como a partir del Placintara. Ahora se sabe que con el Placintara la Prefectura, que estaba nucleada en la Fuerza de Tareas 4, no actuó atada a una jurisdicción territorial específica, como ocurrió con el resto de las FT. El prefecto principal, dijo Guembe, pasó a depender del Comando de Operaciones Navales (COOP) porque la FT4 completa se trasformó en un recurso más dentro del conjunto de las Fuerzas de Tareas. Esto que no es poca cosa explica por qué se conectaron dos Fuerzas de Tareas: la FT4 y la FT3. O cómo un avión de las FT4 (Prefectura) llegó a la FT3 (ESMA).
“La Prefectura se empezó a organizar en 1975 para participar de las actividades que ellos mismos llamaron antisubversivas”, dijo Guembe. “Se reestructuraron en cuanto a la jerarquización de algunas dependencias, aumentaron el presupuesto para el despliegue en el territorio y aportaron el adiestramiento necesario para el personal.” Los datos constan en los libros de Memorias Anuales, en reglamentos y expedientes diversos. “Como el comandante de Operaciones Navales era el que disponía de todos los recursos para los operaciones, la Prefectura en cierto modo termina siendo un recurso más, encarnado en la figura de las Fuerzas de Tareas.”
“¿Qué podía ofrecer la Prefectura al Comando de Operaciones Navales para esa guerra?”, le preguntó la fiscal Mercedes Soiza Reilly a Guembe durante la audiencia. Y Guembe habló de dos cosas: la Prefectura aportó “enlaces” y también aviones.
Los enlaces eran, en general, personal de inteligencia que unía dos dependencias. “No tenían una ‘comisión’, sino que cumplían con la tarea encargada en otra dependencia, volvían y continuaban con sus labores. El ‘enlace’ iba y volvía y a partir de la tarea que desarrollaba involucraba a su dependencia de origen en esa actividad. Unía dos entidades.” En la ESMA esos roles los cumplieron personajes conocidos: Héctor Febres, Juan Antonio Azic, Jorge Manuel Díaz Smith y Roberto Rubén Carnot, los tres últimos acusados en este juicio. “Ellos son buen ejemplo de esto”, explicó la mujer. “Eran integrantes del Servicio de Inteligencia de Prefectura y cuando van a la ESMA no dejan de revistar dentro de Prefectura. No es lo mismo que las comisiones como las del comisario (Ernesto Frimón) Weber de la Policía Federal, que va en comisión a la ESMA y su destino es la ESMA: el enlace es un integrante del Servicio de Inteligencia que va a cumplir funciones conjuntas con otro destino.”
El otro aporte de Prefectura fueron los aviones. La Prefectura tenía la División de Aviación Prefectura (DAVI), un área con jerarquía de División hasta 1979 y luego rejerarquizada a departamento. Entre 1976 y 1979 la DAVI tuvo cinco Skyvan, uno de los dos tipos de aviones que tripuló el marino Adolfo Scilingo. Los Skyvan son P51, P52, P53, P54 y P55. Eran los únicos aviones de Prefectura. Y como parte de la DAVI dependían funcionalmente de las órdenes del COOP. Entre los documentos analizados no se encontraron conexiones de la DAVI con ESMA de modo directo, pero hay papeles que al analizarlos pueden sugerirlas. Algunos de ellos son los siguientes:
1) Un anónimo que envió a la Conadep en 1984 un grupo autodefinido como la “oficialidad joven y no corrupta de la Prefectura Naval”. El anónimo ya apuntaba en ese momento a la cabeza de la DAVI, pero nunca se valoró judicialmente. Uno de los nombres que mencionó era el de “aviador” “Hilario Ramón Fariña” y señalo que “era el que se encargaba de arrojar desde los aviones Skyvan al mar la gente secuestrada y torturada en la ESMA” (ver imagen). ¿Quién era Fariña? Uno de los jefes de la DAVI entre 1976 y 1978.
2) Datos de los legajos de personal. Guembe señaló el legajo de un suboficial llamado Aníbal Enrique Donato Agolti, mecánico. Bajó de un vuelo que según las planillas tuvo como destino y regreso “Miramar - Miramar”, mismo punto de origen y de destino, como los sospechados como vuelos de la muerte. Y había sido piloteado por el oficial Alejandro D’Agostino, actualmente en juicio. Cuando el suboficial llenaba la documentación de las planillas tuvo un ataque de epilepsia. A partir de ese momento tuvo una licencia que duró más de lo reglamentario. Años después tuvo un cambio de escalafón, asumió tareas administrativas, pero continuó con los problemas hasta su retiro. La explicación que dieron los peritos en su legajo es que sus afecciones comenzaron porque estaban piloteando un vuelo con la puerta abierta. En la versión de los peritos, dijo Guembe, hacían lanzamiento de paracaidistas; marcaban que era la primera vez que el suboficial se subía en un avión y que eso podía haber provocado el trastorno. “Lo curioso de eso es que las planillas de vuelos no dan cuenta de eso –explicó– porque hay varias planillas anteriores en las que él figura como mecánico de vuelo, en los mismos supuestos vuelos de lanzamientos de paracaidistas.”

–¿Entonces no era la primera vez que Agolti subía a una aeronave?

–Las planillas dicen que no. Pero esas cosas son las que encontramos: que ahí pasaba algo que los papeles no dicen. No hablan de vuelos de la muerte, no hablan de tirar personas. Pero tenemos todas estas grietas que hacen que uno se formule todas estas preguntas.
3) Las Memorias Anuales de Prefectura. A diferencia de las Memorias de la Armada, la Prefectura tiene Memorias muy abiertas en información, dijo Guembe. Una vez al año cada dependencia de Prefectura hacía su Memoria, que se juntaba en lo que hoy es el Departamento de Planeamiento. Ahí producían una Memoria Unificada con una selección de lo más relevante de cada dependencia. El Libro de Memorias Anuales está dividido en temas: Organigrama con sus cambios; datos del ceremonial y una sección Operativa que dividía las actividades “antisubversivas” de las policiales cotidianas. Una de las Memorias analizadas es de 1977. En el apartado Antisubversivo dieron cuenta de actividades llevadas a cabo por orden del COOP. Es decir, dijo Guembe, “son tareas que uno puede presumir que tienen ese estilo y es lógico, porque el COOP en términos del Placintara podía darle órdenes a una unidad de la Prefectura”.
4) Uno de los acusados del juicio es el piloto Julio Poch. En su legajo aparecen datos sobre su participación en llamados Operativos Sirena. El piloto dijo que eran operativos de entrenamientos sin vínculos con lo que llamaron “lucha antisubversiva”. Guembe sugirió lo contrario. Explicó que de esos operativos hablan tanto las Memorias de la Armada como las de Prefectura. La Armada los mencionan como un ejercicio combinado con las Fuerzas Armadas paraguayas, y la Prefectura lo informa en el apartado AntiSubversivo. En algunos legajos hay felicitaciones por el bombardeo de objetivos en tierra. Cuando la fiscalía le preguntó si se pudo establecer qué tipo de actividades eran las del Operativo Sirena, ella repitió que se dedicaban al “control poblacional” y que eso “no solamente era saber quiénes poblaban un lugar, sino identificar personas y detenerlas y llevarlos detenidos a determinados lugares”. Al parecer eran operativos de rastrillajes que se hacían en lugares de difícil acceso, como islas o en zonas rurales muy extensas.
Del Comando de Operaciones Navales dependía otra área: el Comando de Aviación Naval (COAN), una estructura semejante a la DAVI pero de la Armada. Entre 1976 y 1983 el COAN estuvo dividido en tres Fuerzas Aeronavales (ver aparte). En el juicio actualmente hay seis acusados por vuelos: tres prefectos y otros tres que confesaron ante testigos la participación en los vuelos. A partir de la reconstrucción de las estructuras, cada uno de ellos puede ser relacionado con el lugar que ocupó dentro de ellas.
El anónimo que recibió la Conadep en el que se hablaba de la Prefectura.
La estructura de la Armada de acuerdo con el Placintara del año 1975

CONTRATAPA Homo Sonrisa

Por Rodrigo Fresán
Desde Barcelona
UNO Está, por supuesto, la sonrisa de La Gioconda. Y la sonrisa de Mariano Rajoy (todos esos dientecitos como de piraña que sólo mastica en puré o hechos papillas a subalternos que se queman mientras él sigue y sigue recubierto en el teflón de su limbo de una inoperancia supuestamente maquiavélica pero...). Y las sonrisas casi orgásmicas que se les ponen a Tony Bennett y a Lady Gaga cuando cantan mejilla contra mejilla.
Y, ahora mismo, otra vez y para siempre, la sonrisa de David “Noodles” Aaronson (que es también la sonrisa de Robert De Niro) en el último segundo de las varias horas de Erase una vez en América. Esa película del italiano Sergio Leone –quien tuvo muy claro que el gangster es la secuela natural y refleja del cowboy– estrenada en 1984 y ahora, treinta años después, relanzada en DVD y Blu-ray. Con veintidós minutos más. Para que Rodríguez, sonriendo, vuelva a sonreír viendo, congelada, esa cálida sonrisa de Noodles.
DOS ¿De qué se ríe Noodles en un fumadero de opio de Chinatown a finales de la Ley Seca? Rodríguez vuelve a ver esa sonrisa y esa película un fin de semana de otoño por varios motivos. Vuelve a verla porque es una de sus películas favoritas, porque le da mucha curiosidad descubrir qué es lo que han encontrado de su metraje perdido (y, por una vez, esos restos e inserts suman mucho: Louise Fletcher como la críptica directora de un cementerio, una gran conversación de Noodles con un chofer judío acerca de los nazis, una aparición anticipatoria de ese camión de basura) y porque quiere confirmar lo que ya sospechaba. Y lo que confirma: Erase una vez en América es el mejor film de gangsters de todo los tiempos. Mejor incluso que la trilogía de El Padrino. ¿Por qué? Sencillo: detrás de El Padrino estuvo el muy estimable Mario Puzo. Arriba y abajo y por los cuatro costados de Erase una vez en América –aunque inspirada en una novela mediocre, The Hoods, redactada por un mafioso de segunda fila– está el cada vez más inmenso Francis Scott Fitzgerald. Y la sombra luminosa de un gangster proustiano (“¿Qué has hecho todos estos años?”, le preguntan a Noodles y Noodles responde: “He estado yéndome temprano a la cama”) de nombre Jay “Jimmy” Gatz, pero más y mejor conocido como el gran Jay Gatsby. Porque en Erase una vez en América –como en esas otras dos noir-variaciones Gatsby que son La llave de cristal, de Da-shiell Hammett, y El largo adiós, de Raymond Chandler– están la desesperada necesidad de repetir el pasado (corregido y aumentado), la inalcanzable musa amada (que aquí no es Daisy sino Deborah), el tiempo perdido a recuperar, los automóviles veloces, el agua como frontera y vehículo, la amistad traicionada, y esa compulsión por contemplarlo todo a través de mirillas y de agujeros en la pared y de espejos deformantes. Sí: en Erase una vez en América todos se miran pero nadie se ve.
TRES Y al caer la noche del domingo, Rodríguez, luego de revisar grandes recuerdos y descubrir cosas que se le habían pasado (como el Noodles adolescente leyendo el iniciático Martin Eden, de Jack London), estudia el pequeño documental que acompaña la reedición. Y allí vuelve a encontrarse, una vez más, con el peso de lo injusto. Leone demorando más de doce años en poder filmar su proyecto. Leone junio tras junio ocupando una mesa en las terrazas festivaleras de Cannes, seduciendo a estrellas y esperando a que algún productor se sentase para contarle su película fotograma por fotograma. Leone por fin consiguiendo financiación y filmando, para maravilla de los actores, con el fondo de la maravillosa música de Ennio Morricone (que alguien se olvidó de inscribir para los Oscar) compuesta desde tanto antes. Leone empezando a morir cuando en Estados Unidos le arrebatan su obra maestra y la recortan y la recompaginan más corta y cronológicamente, y adiós a sus lentitudes de vértigo y a las mejores elipsis en la historia del cine junto a ese hueso cósmico en 2001: Odisea del espacio, de Stanley Kubrick. Leone viendo cómo su película es considerada la peor del año y no viendo –cuando se la reconstituye poco tiempo después de su muerte en 1989– cómo el mismo crítico la reconsidera entonces la mejor de la década. Y Leone durante su estreno en Roma comenzando a responder a la pregunta de un espectador en cuanto al verdadero significado de la sonrisa de Noodles (“¿Es todo un sueño opiáceo?”) y, enseguida, siendo interrumpido por ese mismo espectador que prefiere no saberlo. Que prefiere que el misterio –y la sonrisa satisfecha– continúe congelado en el tiempo y en el espacio en el que se van a vivir, inmortales, los verdaderos clásicos.
CUATRO Y en la oscuridad del fin de fiesta, al enigma de la sonrisa se le suma el misterio del camión de basura esperando –de nuevo Gatsby– junto a una iluminada mansión corrupta en Long Island. ¿Se arroja allí dentro Maximilian “Max” Bercovicz empujado por la culpa? James Woods –quien bordó el rol de quien, casi amorosamente, manipula la vida de Noodles con modales de Nick Carraway– dice no saberlo. Y avisó que Leone, queriendo potenciar aún más la ambigüedad del momento, utilizó ahí a un doble porque –le explicó al actor– “quiero que sea tú pero no exactamente”. Y agregó Woods: “Una cosa es segura: el tipo no va a venir a cenar mañana”. En resumen y como bien lo advierte Noodles en un tramo del asunto: “Sabemos que no sabemos que sabemos”.
Y –hablando no de gangsters epifánicos de prosa romántica sino de ladrones de baja estofa y prosapia vulgar– los noticieros, después del ébola, abundan en noticias que producen en Rodríguez la misma sintomatología que el virus. Fiebre y náuseas y diarrea y escupir sangre sobre poderosos y políticos y sindicalistas y amiguitos reunidos bajo el rubro tan gangsteril de “consejeros”. Portadores todos de esas tarjetas “opacas” o “black” de Caja Madrid con las que se daban gustos y caprichos y botines millonarios a cuenta de ahorristas mientras la institución se venía abajo para ser rescatada con el dinero de todos. Ah, viajes largos y escapaditas cinco estrellas, sábados de shopping y navidades blancas, restaurantes y clubs y discos y masajes filipinos y lencería hot y –epa– arte sacro. Sólo les faltaron las camisas de seda virgen y los libros inmaculados y sin abrir de Gatsby. Y Hacienda –quien sabía del truco desde hace años– ahora decide perseguir, porque es lo que se lleva si no quieres que te lleven. Erase otra vez en la España de Urdangarín, de los Pujol, de Bárcenas, de Gürtel y hasta el infinito y más allá.
Allí están todos. Ninguno de ellos –porque sienten que siempre caerán parados– susurrando un “Me resbalé”, como el pequeño Dominic, muriendo a los pies del puente de Broo-klyn del rugiente Leone. Mucho menos pensando en si lo que corresponde sería lanzarse de cabeza a la trituradora basurera.
Eso sí: todos –sin la ayuda del opio ni ganas de acostarse a fumarlo o de irse a la cama temprano– sonríen y sonríen y no dejan de sonreír.
Y no hay misterio alguno –luego de tanto gastar y de gastarnos– a qué se deben sus sonrisas.

EL MILITAR RETIRADO FUE ENCARGADO DE SEGURIDAD DE LA DICTADURA Detienen al pinochetista Labbé

El ex alcalde de la comuna de Providencia y militar retirado, Cristián Labbé, fue detenido ayer por la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) bajo el cargo de asociación ilícita en el caso del secuestro calificado y homicidio de 13 personas que tuvo lugar en el regimiento Tejas Verdes, durante la dictadura de Augusto Pinochet. El casino del regimiento de Tejas Verdes, ubicado en la ciudad de San Antonio, fue sindicado como uno de los lugares donde se realizaban torturas a partir del 11 septiembre de 1973 y los primeros meses de 1974. Se lo conoce como “el nido de la Dirección Nacional de Inteligencia Nacional (DINA)”, que estuvo a cargo del ex jefe de la policía secreta de Pinochet Manuel Contreras. Aunque Contreras ya había sido condenado por su participación en casos de violaciones a los derechos humanos en ese lugar, no se había logrado acreditar la presencia del ex alcalde en el regimiento, pese a las acusaciones de varias personas que estuvieron detenidas allí.
En junio pasado, Labbé fue sometido a un careo judicial con Anatolio Zárate y Patricio Salvo Pereira, dos de los ex detenidos de Tejas Verdes que dijeron haber sido torturados por el ex militar. La causa está en manos de la jueza Marianela Cifuentes, quien estuvo a cargo de la investigación del hallazgo de restos óseos en lugares cercanos al mencionado regimiento y de recoger los testimonios de prisioneros políticos sobrevivientes que estuvieron detenidos en ese lugar. Según informó radio Bío-Bío, Cifuentes dictó la detención del coronel retirado, junto a otros nueve ex oficiales del ejército de Chile, quienes están siendo notificados en la Corte. “Aparecen presunciones fundadas para estimar que Cristián Labbé ha tenido participación en calidad de autor”, aseguró la magistrada al justificar su decisión de detener al ex alcalde.
Según indicó el abogado defensor del ex militar, Cristián Espejo, el delito que se le imputaría a Labbé es el de asociación ilícita. “No se le imputa ningún hecho directo sino solamente haber pertenecido al ejército de Chile; nosotros estamos bastante impactados, porque luego de una extensa y larga investigación se pudo acreditar que él nunca ha torturado a nadie, que no ha cometido homicidio”, manifestó el letrado. Desde la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), partido político al cual pertenece Cristián Labbé, el secretario general, Javier Macaya, dijo que, aun cuando se trata de una noticia en desarrollo, respetan la decisión de la Justicia. “Conocemos a Labbé, no tenemos los antecedentes de lo que pasó en Tejas Verdes, pero sí tenemos un apoyo humano para su familia”, sostuvo Macaya.
En tanto, el ministro secretario general de gobierno, Alvaro Elizalde, señaló que “esperamos que estos crímenes sean esclarecidos, y quien tiene que determinar las responsabilidades son los Tribunales de Justicia”. La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, quien valoró la nueva actitud de los tribunales a 41 años de los crímenes perpetrados por la dictadura chilena, aseguró que la detención de Labbé se trataba de una noticia maravillosa. “Se vienen momentos muy importantes al interior de los Tribunales de Justicia”, auguró la dirigente de derechos humanos. Los crímenes, que ocurrieron cuando Labbé era instructor de boinas negras en el centro de detención de Tejas Verdes, derivaron ayer en el procesamiento judicial de otros nueve ex militares.
Tejas Verdes, un regimiento ubicado en el puerto de San Antonio, emplazado a 120 kilómetros de la capital, fue el lugar donde se creó la policía secreta de Pinochet, bajo el mando del capitán Manuel Contreras, condenado ya en más de cien causas. Conocida como la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), esta unidad fue responsable de asesinatos en Chile, Estados Unidos, la Argentina e Italia, como establecieron tribunales nacionales y extranjeros. Labbé fue encargado de seguridad de Pinochet, y entre 1989 y 1990 fue ministro secretario general de gobierno de la dictadura. Ya en democracia, Labbé se desempeñó como alcalde de la comuna de Providencia, desde 1996 hasta 2012. Su abogado informó que Labbé cumplirá prisión preventiva en el comando de telecomunicaciones del ejército en Peñalolén y que presentará un pedido de libertad que, estima, será tratado dentro de las próximas 48 horas.

EL SACERDOTE MEXICANO ALEJANDRO SOLALINDE ASEGURA QUE LOS 43 ESTUDIANTES FUERON ASESINADOS “Los balacearon y los desaparecieron”

Por Gerardo Albarrán de Alba
Desde México, D. F.
Los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, fueron asesinados, sostiene el sacerdote y activista de derechos humanos Alejandro Solalinde, e incluso desmintió ayer al procurador general de la República, que ha negado que alguno de los 28 cadáveres incinerados encontrados en cinco fosas corresponda a alguno de los desaparecidos.
“El Estado –al nivel que haya sido– se los llevó. Los balacearon, los asesinaron, se los llevaron y los desaparecieron. No importa si se los entregaron al crimen organizado, porque son parte de lo mismo. Esto es un crimen de Estado”, dice Solalinde.
Mientras sigue la incertidumbre y la impunidad en torno de los estudiantes desaparecidos, el gobierno federal ha tomado el control absoluto de la seguridad pública en 14 municipios del estado de Guerrero y uno más del estado de México, donde con el apoyo del ejército y la marina armada desarmaron a las policías locales.
El fin de semana, la Procuraduría General de la República (PGR) insistió en que los estudiantes normalistas fueron víctimas de los “Guerreros Unidos”, una banda del crimen organizado, cuyo líder fue capturado el jueves y a quien el propio procurador Jesús Murillo Karam le atribuye haber declarado que lo ocurrido con los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fue una “situación casual” que él no habría ordenado, pero a la que “tampoco se opuso”.
Hasta el momento, 68 personas han sido detenidas; de ésas, 49 son policías municipales y el resto, miembros de la banda “Guerreros Unidos”, incluyendo su líder, Sidronio Casarrubias Salgado, “El Chino”, hermano del fundador del grupo, Mario Casarrubias Salgado, “El Sapo Guapo”, detenido en abril de este año en Toluca, la capital del estado de México. Al alcalde de Iguala, vinculado al cartel de los hermanos Beltrán Leyva, el Congreso del estado le retiró el fuero constitucional que lo protegía y ya es formalmente un prófugo de la Justicia.
Pero nada de eso convence a Solalinde. Mucho menos cree en la versión del procurador, que niega que los 28 cadáveres encontrados en cinco fosas correspondan a alguno de los estudiantes desaparecidos.
“Son ellos, son los estudiantes, y el Estado lo sabe”, dice Solalinde, quien desde el fin de semana ha contado la versión que recibió de estudiantes, familiares de de-saparecidos y “con algunos policías que están obligados a trabajar para el crimen organizado”. Aun más, los primeros testimonios que recabó la semana pasada provienen de un sobreviviente de los dos ataques armados contra los estudiantes normalistas. El domingo, personas “que estuvieron ahí” le confirmaron “con profusión de detalles” la misma historia: “Desde el primer momento yo supe que algunos de los muchachos que fueron atacados dos veces con armas de fuego fueron heridos y otros cayeron muertos. De ahí se llevaron a 43, pero algunos iban heridos. Se los llevaron a un lugar donde los hicieron caminar un tramo... Había varias fosas. Ahí los pusieron, algunos vivos, entre leños y madera, tablas, y los rociaron con diesel y los quemaron.”
La postura del sacerdote, director del albergue para migrantes Hermanos en el camino, en Ixtepec, Oaxaca, se refuerza con declaraciones a la prensa del Equipo Argentino de Antropología Forense que participa en la identificación de los cadáveres calcinados encontrados en fosas clandestinas en Iguala y que aún no tiene los resultados finales de su propia investigación, la cual no se conocerá hasta la primera semana de noviembre.
Solalinde acudió ayer mismo a las oficinas del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, quien le habría hecho llegar una invitación para escuchar personalmente su versión de los hechos ocurridos el 26 de septiembre. Un funcionario de la PGR, “muy amable”, se le acercó el viernes pasado mientras el sacerdote celebraba en plena calle, frente a la Secretaría de Gobernación, las exequias de Margarita Santizo Martínez, quien murió de cáncer luego de buscar infructuosamente a su hijo de-
saparecido desde 2009 (ver aparte). Solalinde aceptó de inmediato reunirse con Murillo Karam. El domingo volvió a encontrarse con personas vinculadas de una u otra manera con la desaparición de los estudiantes normalistas, durante una misa celebrada en la icónica Basílica de Guadalupe, una celebración religiosa en la que no lo dejaron oficiar como sacerdote y que durante la homilía ignoraron a los familiares de los desaparecidos ahí presentes.
La primera información que recibió el activista de derechos humanos fue que sólo “algunos” de los estudiantes desaparecidos habrían sido asesinados, “pero no, me han confirmado que no fueron algunos los muertos, fueron todos”, declaró Solalinde.
A 25 días del ataque contra los estudiantes, en el que murieron tres de ellos y otras tres personas inocentes, los familiares de los 43 desaparecidos sólo quieren que ya termine todo. “Nosotros ya los queremos vivos o muertos, pero los queremos con nosotros”, cuenta Solalinde que le han dicho. “Lo más terrible –lamenta– es que creo que ni eso van a tener, ni los cuerpos van a recuperar. Esos muchachos permanecerán siempre desaparecidos, porque no dejaron ni siquiera rastro de ellos.”