viernes, 29 de agosto de 2014

Infantilismo apocalíptico Por Robert Fisk

"“Apocalíptico”". "Visión estratégica del fin de los días". "Más allá de cualquier cosa que hayamos visto". "Amenaza inminente a todos nuestros intereses". "Más allá de un simple grupo terrorista". "Debemos prepararnos para todo".

Entonces, ¿son marcianos? ¿Invasores alienígenas del planeta X? ¿Naves espaciales destructoras de la película Día de la Independencia? La palabra película es la clave. Chuck Hagel y Martin Dempsey parecían Hollywood puro. Sólo hacía falta Tom Cruise musitando en la conferencia de prensa las palabras "misión imposible". ¿Quién escribe este libreto espantoso? ¿Acaso el secretario estadunidense de Defensa y el presidente de su Estado Mayor Conjunto no pueden hacer nada mejor?

Ni siquiera los titanes de la Segunda Guerra Mundial –Churchill, Roosevelt, Stalin– se valieron de semejante retórica para confrontar a imperios en verdad malignos.

Churchill señalaba que Hitler amenazaba con "una nueva era oscurantista" y Stalin llamaba a los soviéticos a destruir las "hordas de ladrones" de Alemania. Roosevelt describió el ataque japonés a Pearl Harbor como "el día que vivimos en la infamia".

¿Acaso los vencedores del conflicto de 1939-45 se valieron de semejante semántica execrable para definir a sus enemigos mortales? Jamás. Decían lo que querían decir. Ni en sueños se les hubiera ocurrido ofender nuestro sentido común refiriéndose al deschavetado califato de Abu Bakr Bagdadi como apocalíptico. Aun en su momento de mayor demencia, el general Gordon (famoso por Jartum) quería sólo "aplastar" al Mahdi –el equivalente a Bagdadi en el siglo XIX–, ¡y vean lo que el Mahdi le hizo a Gordon! Los seguidores de Mohamed Ahmed ibn Abdalá, desobedeciendo órdenes, le cortaron la cabeza a Gordon. La venganza tomó muchas formas, incluida la batalla de Omdurman, en la que los británicos destruyeron al ejército derviche del ahora difunto sucesor de Mahdi.

Uno de los británicos era el propio Churchill, quien comentó con elocuencia que “las armas… y el fanatismo de la Edad Media fueron llevados por un extraordinario anacronismo hacia la colisión desesperada” con una organización moderna, y añadió con generosidad que sus opositores eran hombres "de la valentía más desesperada". Eran otros tiempos. Uno podía masacrar a sus peores enemigos sin exagerar su poder ni desdeñar su valor.

Pero el arte de la retórica –o el lenguaje exagerado y artificial– se propone negar la realidad. En algún momento, casi inadvertido, un funcionario de la Casa Blanca llamado Ben Rhodes señaló que Estados Unidos no se vería limitado por"fronteras geográficas", luego de que Dempsey había dicho al mundo que la frontera entre Irak y Siria era "inexistente". Qué extraño: no era inexistente unos meses atrás, cuando el régimen de Assad estaba a punto de recibir el tratamiento Isis. Pero ahora los muchachos de Assad –según he oído– charlan con los muchachos de Dempsey acerca de su mutuo enemigo de visión apocalíptica, que acaba de decapitar a un periodista estadunidense que (según no hace mucho afirmaban funcionarios estadunidenses) estaba en una cárcel de Assad.

Ha estado largamente en el olvido el hecho de que uno de los periodistas cruelmente asesinados en la guerra de Gordon en el siglo XIX contra el Mahdi fue Frank Power, corresponsal del Times en Jartum que intentó cruzar líneas enemigas en el Nilo. Sus compañeros lo engañaron para que comiera con los rebeldes, quienes luego los mataron a todos. Dicen que Power fue decapitado. Sin duda su cabeza cercenada aparece en Jartum, ese vejestorio de Hollywood, cuando Gordon (Charlton Heston) se encuentra con el Mahdi (Laurence Olivier).

Pero Obama puede relajarse. Ha dicho que el Isis es "un cáncer", pero Gordon jamás se reunió con su adversario –la escena en la película es falsa– hasta que el Mahdi vio la propia cabeza cercenada de Gordon en un saco de cuero. Alguien debería ilustrar a Chuck y a Martin sobre las diferencias entre Hollywood y la realidad. Oh, sí, noté que Chuck dijo que el "Estado Islámico" era "tan sofisticado y bien financiado como cualquier grupo que hayamos visto". ¿Sofisticado? ¿De veras? ¿Y financiado por quién, me pregunto? Si nuestros nuevos enemigos tienen una visión del fin de los días, ¿de dónde viene el dinero, Chuck?

(Tomado de © The Independent. Traducción para La Jornada de Jorge Anaya)

Tiene 41 años y desde hace 15 años vive en Buenos Aires Plan Cóndor: encontró a su familia paterna después de 40 años

Rufina con su primo Adrián. Un abrazo que tardó casi cuatro décadas.

Rufina Moreira Benítez es paraguaya y cuando tenía dos años, en 1975, una patota la secuestró con su madre. Desde entonces había perdido contacto con su familia paterna. Hace unos días se reencontró con su primo, que había sido apropiado por un militar argentino. El caso se sumará a la causa sobre la coordinación represiva de las dictaduras en el Cono Sur.

Por Natalia Biazzini

Rufina Moreira Benítez tenía dos años cuando una patota del Ejército paraguayo la secuestró junto a su madre, Bernardina Benítez. Fue en febrero de 1975, en el inicio de la política de aniquilamiento de las Ligas Agrarias Campesinas, que tenían base en San Isidro de Jejuí, donde vivía la familia. Bernardina fue secuestrada, torturada y violada y, luego, perdió contacto con el padre de su hija. Pero hace unos días, Rufina logró encontrar a su familia paterna y 39 años después se encontró con un primo, hijo de una tía desaparecida, con quien comparte su militancia política. 

Por estos días, en los tribunales de Comodoro Py se está llevando adelante el juicio de Plan Cóndor que tiene como imputados a una veintena de jerarcas militares, entre los que figuraba el dictador Jorge Rafael Videla, fallecido en mayo de 2013. Y, además, en el juzgado federal de Sebastián Casanello están trabajando en la instrucción de causas remanentes de Plan Cóndor.

“A Adrián (Martínez Moreira) lo conocí en una de las tantas reuniones militantes en Buenos Aires, en la época del golpe contra Fernando Lugo. No sabíamos que éramos primos”, le contó Rufina a Infojus Noticias. Martínez Moreira es hijo de Adrián Martín Martínez Henríquez y María Santa Moreira, tía paterna de Rufina, que estádesaparecida. Adrián fue apropiado por un militar argentino, recuperó su identidad y fue fundador de Asociación HIJOS Paraguay. Rufina milita en el partido Frente Guazú, cuyo líder fue Lugo, que fue derrocado y falleció en 2012. En esas reuniones se cruzó con su primo pero aún no sabía que también los unía la sangre.

Rufina tiene 41 años, es licenciada en Enfermería y estudia Derecho. Desde 1999 vive en Buenos Aires y hace siete años se reencontró con su padre, que era afiliado al partido del dictador Alfredo Stroessner. En junio de este año se acercó a la sede porteña de HIJOS Paraguay para buscar lazos de su familia paterna. Ahí descubrió que tenía una tía desaparecida, María Santa Moreira, que militaba en el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y se reencontró con su primo Adrián, quien fue apropiado en Paraguay por el ex agente de inteligencia argentina Héctor Jorge López Quintana. Eso ocurrió en 1988 cuando Adrián tenía tres años y había pasado varios meses en un centro clandestino de detención, donde tenían a su madre.

Fuentes judiciales le confirmaron a Infojus Noticias que el juzgado pidió información a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y solicitó documentación por el caso de Adrián y Rufina, que todavía está en etapa de prueba. A esa causa sumarán documentación desde la querella de Hijos Paraguay, que encabeza la abogada Claudia Ferrero, para que incluya otros casos paraguayos víctimas del terrorismo de Estado.

“El objetivo es dejar al desnudo la colaboración de los militares argentinos en tiempos posteriores a la dictadura militar. Tenemos esperanza que incluyan todos los casos posteriores, como el de Adrián”, dijo Ferrero a esta agencia.

Un duro golpe a los campesinos

La represión de la colonia San Isidro del Jejuí, en el distrito paraguayo de Lima, del 8 de febrero de 1975, que dividió a la familia de Rufina, fue encabezada por los militares paraguayos Pastor Coronel y José Félix Grau. Se trató de un megaoperativo destinado a arrasar con las Ligas Agrarias Campesinas: sus integrantes fueron detenidos y torturados, y los militares sitiaron la zona durante tres meses.

La dictadura de Stroessner confiscó las 230 hectáreas de la agrupación que treinta años después, en junio de 2005, fueron restituidas parcialmente por el Estado. Así lo resolvió la justicia de Paraguay que ordenó devolver 150 hectáreas a la Asociación Campesina San Isidro del Jejuí.

Esa represión de 1975 en Paraguay sobre los campesinos tuvo su reflejo en Argentina: “La profundización de la represión de 1975 tiene que ver con la planificación nacional. Y el trasfondo es la fuerza que tenían las Ligas Agrarias en Chaco. Y esto lo digo porque en los documentos del Plan Condor, que se encontraron en Paraguay, los militares evaluaban que las Ligas Agrarias podían ser la retaguardia de la guerrilla urbana. Y en la zona nuestra se da la particularidad de que Montoneros se repliega hacia Chaco”, analizó el fiscal Diego Vigay, quien investigó el destino de dirigentes desaparecidos de esa organización.


KICILLOF APUNTO CONTRA SECTORES POLITICOS Y MEDIATICOS QUE VATICINAN UN AGRAVAMIENTO DE LA SITUACION ECONOMICA “Hay que evitar la profecía autocumplida”

El ministro reconoció dificultades en el frente externo a causa de la crisis internacional y advirtió por el costo del déficit energético, pero sostuvo que hay “usinas del pesimismo” que buscan agravar las cosas. Expuso en una conferencia del Consejo de las Américas.

Por Javier Lewkowicz

“La inversión privada depende en buena medida de las expectativas. Por eso en economía muchas veces sucede la profecía autocumplida: si a todos nos convencen de que las cosas van a ir mal, nadie consume ni invierte. Es decir que si todos piensan que todo va mal, probablemente todo vaya mal, aunque no haya razones de fondo que expliquen esa situación. Ese es el daño que generan las permanentes usinas del mal humor y del pesimismo”, señaló ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof, ante la platea empresarial que se reunió en el salón principal del Hotel Alvear para escuchar la conferencia de cierre del evento del Consejo de las Américas. Kicillof además relacionó los problemas en la industria a la desmejora de las exportaciones por la situación de la economía mundial y planteó que “uno de los desafíos es lograr el autoabastecimiento energético a la par de un plan de crecimiento para los próximos veinte años”.

El eje del discurso de Kicillof, orador del panel de cierre, fue el contexto económico mundial, a partir del cual vaticinó un escenario estrecho para los países emergentes los próximos años. Citó al economista inglés John Maynard Keynes, habló de la política económica de la dictadura y explicó cómo el deterioro de la balanza comercial energética impactó en forma negativa sobre la disponibilidad de divisas y el déficit fiscal. Se esforzó en sostener en clave didáctica un discurso que escucharon empresarios de primera talla como Eduardo Eurnekian (Corporación América), Cristiano Ratta-zzi (FIAT), Daniel Funes de Rioja (Copal), Alejandro Bulgheroni (Bridas), José Ignacio de Mendiguren y José Urtubey (UIA), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Carlos De la Vega (Cámara de Comercio), Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción), Daniel Pelegrina (Sociedad Rural) y Darío Pérez Santisteban (Cámara de Importadores). Héctor Méndez, titular de la UIA, en cambio, prefirió permanecer en un salón contiguo.

“La economía mundial presenta una inestabilidad muy grande desde 2008. La pregunta es si esa sombra ahora se va a ceñir sobre los emergentes. En los últimos años ha habido un importante flujo de capitales desde el mundo de-sarrollado. Pero se pueden terminar las medidas estímulo que generaron esa liquidez y recomponer la rentabilidad financiera en esas economías. Los capitales en los emergentes volarían hacia los países centrales. Además, está el precio de los commodities. ¿Qué pasa si el debilitamiento que estamos viendo en el precio de la soja es un síntoma de lo que viene para la economía mundial?”, fue el diagnóstico de Kicillof.

Minutos antes había disertado el ex ministro de Economía de Chile durante la primera gestión de Michelle Bachelet, Andrés Velasco Brañes, quien también vaticinó un mundo más complicado para los países emergentes, pero planteó exactamente lo opuesto que Kicillof con relación al contexto desde 2009 a esta parte. “Estuvimos viviendo en el estado nirvana: altos precios y baja tasa de interés”, dijo. Levantó los (pocos) aplausos de la jornada cuando dijo que el buen desempeño de las economías de la región en la última década “fue más buena suerte que buena gestión”.

Para sostener su posición, Kicillof citó la revisión a la baja que en julio mostró la proyección del FMI para la actividad económica mundial y en especial de los principales socios económicos de la Argentina. “Nuestras exportaciones no están siendo un factor dinámico. El problema no es de competitividad sino que no hay demanda. Si las economías que nos compran no logran revertir su situación, difícilmente puedan nuestros sectores exportadores ser dinámicos, porque tiene que haber demanda para que se cree la oferta. Cuando la demanda exterior flaquea, hay que incentivar la demanda interna”, planteó el ministro. Diferenció la situación económica global actual de la que primó durante el primer lustro del kirchnerismo: “Indudablemente los primeros años hubo viento de cola, pero siempre es más importante el piloto”.

El funcionario planteó como desafío lograr el autoabastecimiento energético. “Hay mucho trabajo para hacer en los yacimientos maduros, cuya producción declinó muchísimo. Esa tarea de recuperación es encabezada por YPF, que ya ha logrado morigerar la declinación y en breve revertirá la tendencia. Además, tenemos la suerte de contar con Vaca Muerta, que es viable porque hoy hay tecnologías para extraer esos recursos”, dijo. Anticipó que este año el déficit comercial energético será mayor a los seis mil millones de dólares del año pasado, factura que vinculó también al déficit fiscal. “Cuando se habla de subsidios, cabe aclarar que cuando se empezó a importar energía, el Estado se hizo cargo de la diferencia de precios entre el valor en el exterior y al consumo interno. Eso golpea sobre las cuentas públicas”, detalló.

29/08/14 Página|12

Una jornada tibia Por Mario Wainfeld

La huelga es un derecho constitucional. Si se ejerce de manera pacífica, nada cabe cuestionar al respecto. Una medida de alcance nacional convocada por varias centrales sindicales es, por esencia, política. Esa característica no la descalifica, apenas la describe.

Hasta ahí, un cuadro común a todas los paros desde 1983. Si de la etapa kirchnerista hablamos, debemos ceñirnos al segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. No los hubo entre 2003 y 2011. Ahora se cuentan tres, los anteriores son referencia para encontrar factores comunes y diferencias entre ellos.

El común denominador es que la principal convocante es la CGT liderada por Hugo Moyano. Sin esa central no hay movida viable. Con ella sola, da la impresión de que tampoco alcanza. Ocurre que el dirigente camionero está al frente de un conglomerado que evoca con variantes lógicas al Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) con el que arrancó allá por los ’90. Un abanico de gremios de transporte, aderezado con alguno de servicios como los Judiciales. Y muy contadas actividades industriales. Ese sector acotado no expresa ni representa a la totalidad de la clase trabajadora, ni aun a su sector mejor posicionado que es el que en sustancia encarnó la protesta.

La CGT contó ayer, el 10 de abril y en noviembre del año pasado, con la adhesión de la CTA opositora, que conduce Pablo Micheli, y de gremios o partidos de izquierda clasista. Suman modos de acción directa: piquetes, cortes de rutas o calles.

Moyano los congrega, los necesita... pero no los conduce. Evita convocar a manifestaciones o actos. Le son riesgosos, medidos en términos de capitalización política: se contarían las costillas y podrían asomar las divergencias. Y no está garantizada la masividad.

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Los piquetes fueron resonantes en 2013 y notorios cuatro meses atrás. En esa ocasión, los popes de la CGT Azopardo se enojaron bastante porque pensaban que los compañeros “zurdos” les habían robado cámara y parte del rédito simbólico de la jornada. A su ver, simplifiquemos, los cortes “sobraron”. Juan Carlos Schmid, uno de los más agudos y serenos cuadros del moyanismo, tiró la bronca en una conferencia de prensa: arguyó que en su pequeño sindicato (Dragado y balizamiento) el ausentismo había sido total y no había mediado piquete acuático alguno. La CGT quería para sí todo el rédito.

Ayer, los cortes influyeron en la lesividad e impacto generales, tanto que hasta los moyanistas más acérrimos se rindieron a la evidencia. No sólo incidieron los del día, también los anticipados por la protesta más extendida de la CTA opositora. Los medios dominantes, en especial los audiovisuales, colaboraron a su modo: se empeñaron con entusiasmo en anticipar una jornada caótica.

Así las cosas, se hace complicado especificar quién dejó de moverse por adhesión estricta, quién por haber cambiado su agenda preventivamente, quién por haberse cancelado servicios que generan actividad en su torno (aviones y trenes, tribunales, bancos, ni qué decir escuelas donde hubo paros docentes).

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Los organizadores y el Gobierno exageran sus ponderaciones a más o a menos: es un clásico. Demarcan un techo o un piso para que el resto de los argentinos armen su propia interpretación.

Moyano se entusiasmó por la mañana: calculó un inverosímil ochenta por ciento de acatamiento. A la tarde se conformó con expresar que el paro fue “contundente”, que es menos preciso y menos pretensioso. Puertas adentro, habrá hecho cuentas más ceñidas y menos voluntaristas.

En un país federal y diverso, los impactos fueron diferentes. La Capital y la zona metropolitana llaman la atención y a menudo sólo se habla de esa región. Los ejemplos pueden abundar, el cronista no tiene un panóptico para medir todos los territorios. Es también aconsejable esperar a los días sucesivos para revisar distintas lecturas y pareceres o para ensayar un balance general.

Como es de manual, fue determinante que la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) no adhiriera. Minó potencia y visibilidad respecto del paro anterior. La verba de Moyano y de Micheli se encarnizaron con Roberto Fernández (secretario general de la UTA). Una parte de razón les cabe: el compañero dista mucho de ser una figura ejemplar o aun estimable. No es que haya cambiado desde abril, cuando formó parte del dispositivo y no le llovieron diatribas. Nada es definitivo en alianzas pragmáticas: no sería imposible que un protagonista tan veleta vuelva al redil en futuros convites.

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Llama la atención la limitación de demandas específicas o su concentración en los trabajadores formales, usualmente los mejor remunerados. El mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias es el ejemplo clavado: la reivindicación es tan válida como opinable. El segmento concernido, los laburantes de sueldos más elevados. El criterio de este escriba se ha repetido muchas veces: es lógico que exista el impuesto, es mala la legislación, son bajas las alícuotas, debería haber más trabajadores exentos. Son pareceres, desde ya; lo innegable es que se alude a menos del quince por ciento de “la clase”.

Y hablando de clase: si se protesta por impuestos o por la inflación es clavado interpelar al Gobierno. De todas maneras, sorprende la falta de argumentos o críticas antipatronales. Si se promedia la nutrida oratoria, parecería que la Argentina es la Comunidad organizada. Armoniosa en todos sus estamentos, sólo perturbada por un gobierno avieso, depredador y hasta psicópata. La misma versión infantil que propagan los medios hegemónicos, las corporaciones patronales, las multinacionales y, a su zaga, las principales oposiciones políticas.

Ese extraño sentido común acaso sea inevitable para dirigentes como Gerónimo Venegas, socio de los patrones y aliado de la explotación tradicional en “el campo”. O para quienes lo abrazan como si fuera Agustín Tosco y Saúl Ubaldini juntos. No fue ésa la trayectoria de Moyano durante muchos años.

Claro que el sayo no les cabe a los gremios de izquierda clasista. Su cuestionamiento es más vasto e inclusivo: castiga al Gobierno y a los empresarios. También condena a la “burocracia sindical” categoría que no deja afuera a Moyano ni a Luis Barrionuevo, allende la “unidad en la acción”.

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El esquema normativo que rige al sindicalismo argentino (tan particular, tan peronista de los ‘50-’60) funciona con parches: la realidad lo erosiona y reformula aun sin intervención del legislador. La fragmentación de las centrales sindicales agrega su cuota.

Para este cronista, desde que Moyano se pasó a la oposición gremial y política, el único sector que mejoró su posición relativa es, precisamente, la izquierda radical. No fue un salto abrupto, sino la continuidad de un proceso de acumulación. Lo cierto es que ha ganado representatividad por “abajo”, en comisiones internas, en delegados de base.

Es minoritaria, comparada con los sindicatos de las dos CGT, pero crece y prospera. Paradoja interesante en la larga década kirchnerista que promovió leyes progresivas y reparadoras, propiciando el crecimiento de los sindicatos por su política laboral. Y también por el crecimiento económico que se sostuvo durante muchos años.

La necesidad motiva acciones conjuntas, pero no unidad ni armonía. Moyano jamás podría ir a saludar a los piquetes de los aliados tácticos que están a su izquierda. Sería abucheado o algo peor.

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Al cierre de esta nota (en la noche del jueves), se registran pocas agresiones, todas repudiables pero aisladas. No descalifican la protesta en conjunto. El saldo es tibio, máxime en capitales y ciudades del interior. Lejos estuvo de las concentraciones épicas de Ubaldini y hasta de las horas más gloriosas de Hugo (que jamás fue tan popular ni convocó a las muchedumbres como Saúl).

La huelga no puso una bisagra en la historia, acaso ni será recordable.

Tampoco fue un fiasco terminal: a la CGT y sus compañeros de ruta les queda piolín para programar otros paros antes de fin de año.

Dejemos de lado la verba inflamada que es pura espuma, venga de donde venga. Poner a los fondos buitre en el centro de cualquier polémica es una simplificación excesiva del oficialismo, que frisa con la banalización de un tema serio. Los insultos de Barrionuevo o las agresiones verbales de Moyano no suman fuera de sus reductos. Son arropados y reproducidos con algazara por los grandes medios que alardean de ser artífices de la tolerancia y promotores del diálogo.

Ni grandes vencedores ni enormes derrotados. El Gobierno queda enfrentado a los desafíos y dificultades socioeconómicas cotidianas, que son muchos. En cuanto a Moyano, su proyecto político se fue diluyendo hasta quedar confinado a Independiente.

Esta historia continuará, queda dicho.

mwainfeld@pagina12.com.ar

29/08/14 Página|12

Cómo arman operaciones a favor de los fondos buitre Por Alberto Daneri *


Por Alberto Daneri *

Hubo dos esta semana. Ambas en el diario “La Nación”. Con su ciego pedantismo tradicionalista, allí se expone la evidente negligencia para pensar por sí mismos. Prefieren cierta desidia. La primera fue una nota del periodista Mariano Obarrio publicada este domingo 24 de agosto, y titulada inexacta: “Aún sin la RUFO Cristina dice que no pagará el fallo de Griesa”. La Presidenta no adelantó nada, dijo que debía pagarse al 100 %. Pero a los embusteros no les preocupa, porque una ley de ella misma los ayuda a evadir el juicio por calumnias que en otros tiempos hubiese sido la respuesta. Esperan que dicha nota la levante (ocurrió con otras de ese diario y de otros) Robert Cohen, uno de los abogados líderes de Singer; luego se publique en EE.UU y “La Nación” vuelva a publicarla como opinión original llegada del Norte. El mismo domingo, en un debate en España en Hispantv un panelista la citó como verdad. Esto brinda al lector una idea del daño que los cipayos causan al país.

El fin oculto de la nota es bajar más los precios de los bonos antes del 3 de setiembre, fecha del pago de los seguros de default. Cuánto más bajen, más dinero (la diferencia con el 100% del fallo) cobrará Singer. Quizás, si algunos se asustan y venden, el mismo Singer compre esos bonos. Acotemos que en las elecciones de 2011, Obarrio denunció un fraude y que “las autoridades serán las mismas que en las primarias, pese a que cientos de ellas fueron cuestionadas”. Las “cientos”, frente a 170 mil mesas, fueron seis. Soberbio, inquirió a Florencio Randazzo.

Éste lo trataba correctamente. Y escuchó: “¿Vamos a tener que pedir permiso al Gobierno para publicar algo?”. Después lo acusó por tratar al periodismo de irresponsable y mentiroso. Para su pesar, Randazzo no pisó el palito y señaló que no había preguntado nada pero que no debía pedir permiso para hacerlo. Lo anuló. En la nota citada, Obarrio mintió sobre la Presidenta: “Cuestiona la sentencia y no quiere pagar nada, aseguró un operador de la Presidenta”. ¿Qué operador? No da ninguna fuente, por tanto es presumible que todo sea un invento suyo.

No feneció allí la difamación. Según Obarrio (qué desdicha, un cero en Economía) el fallo “no lo pagó con la insistente excusa de no activar la cláusula RUFO”. ¿“Insistente excusa”? Debería hacer cálculos con la maquinita, y si también tiene cero en matemáticas tomar lecciones con el Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, que aplaude el proyecto. Sin dudas, sabe más que los informantes de Obarrio, asesores en la tele. Sigue: “Además, el art. 10 del proyecto de pago soberano local de la deuda ya insinúa que el Gobierno desconocería el fallo de Griesa”.

Eso está en su mente, no en el proyecto, que por otra parte no puede (antes del 31 de diciembre) prometer nada a los buitres. Dice Obarrio que “hasta que termine su mandato ella no quiere pagar todo, sino lo mismo que a los del canje, dijo un operador de Cristina, preocupado por las consecuencias del canje”. ¿No quiere, no puede, no debe? Le duele al defensor de los buitres que les ofrezca lo mismo que a todos. De paso, le endilga a Cristina un asesor “preocupado” por los buitres.

Si el operador existe (lo dudamos) será un defensor empresarial como Alberto Fernández (cobró salarios de Repsol) o Sergio Massa. Según cable de WikiLeaks (2009) su asesor y constructor de barrios privados en la zona norte Jorge O´Reily, invitó a un miembro de la embajada de EE.UU e inversores a la Casa Rosada (Massa era Jefe de Gabinete) para hablarles mal del ex presidente Néstor Kirchner. Al hombre de la Embajada le sorprendió presenciar tamaña actitud. Es decir: a lo sumo habrá otro traidor, como los que tal vez saltarán de partido hasta 2015.

En su perfil de Facebook, Obarrio se autodefine “periodista interesado en un futuro con integración de ideas y sectores en un país dividido”. Advierta el lector que la palabra clave es “interesado”. Aún dentro de lo entendible, resulta inexplicable su haragán afán para desentenderse de lo que no se comparte: el deber de cada uno hacia el otro. Pues el día previo, 23 de agosto, asustó en Twiter: “Ni siquiera a propósito se podía hacer tanto daño a la economía. Ahora la OMC falló en contra y lo vamos a pagar”. Cualquier periodista conoce que a la Organización Mundial de Comercio la dominan los intereses de los países centrales.

Según el lingüista Noam Chomsky en 2003, EE.UU la usa de acuerdo a lo que le conviene u opera fuera de ella, si es preciso. Dijo Chomsky: “La ONU y otras instituciones son útiles para los propósitos de poder, y es el caso de la OMC, la cual está aún más bajo la dominación del gobierno mundial de facto, compuesto por EE.UU, las instituciones financieras internacionales, y los otros poderes mayores. Se utilizan las instituciones cuando se puede, y se ignoran cuando uno tiene que hacerlo así”. No se retira de las instituciones internacionales, sino "que está feliz de usarlas cuando vale la pena, y es lo mismo con la OMC".

Argentina deberá imitar a EE.UU si es útil para el país. ¿Acaso no dejó de lado al FMI cuando fue necesario? Si bien la OMC la dirige desde 2013 el brasileño Roberto Azevedo, más cercano al Mercosur y a los BRIC´s, siempre garantiza los derechos de los inversionistas privados y la ausencia de contenido social y laboral. Su rival y quizás próximo presidente fue Herminio Blanco, representante de la escuela liberal de Chicago y candidato de empresas trasnacionales y rentistas privados.

La OMC luce una larga serie de abusos contra los países periféricos. Pero en setiembre de 2013 en Rusia, la Presidenta clarificó: “Estamos esperando que EE.UU nos abra el comercio de carnes y limones, hoy frenados por barreras proteccionistas. Las declamadas aperturas de las economías desarrolladas no son tal. Nada es más proteccionista que los países desarrollados. Se llenan la boca hablando de libre comercio, pero luego hacen lo contrario”. La Argentina le exigió este marzo a la OMC un panel contra las medidas proteccionistas de la Unión Europea, que le cerró el mercado a nuestras exportaciones. Si bien algunos censuraron alguna “falta de transparencia”, la mayoría de los 35 países miembros de la OMC felicitaron al país. Antes de dar la razón a quien no la posee, Obarrio debería informar con veracidad.

El calibre ético del periodista se deja a criterio del lector. Es tiempo de que los devotos de ciertos plumíferos de los medios no perjuren que muchos lenguaraces son brillantes y quien profesa lealtad a la causa nacional peca de inculto. Tanta abulia para desentenderse de lo que no se quiere entender, les adosa a la inmoralidad. Es inmoral su lógica buitre. E inmoral el nulo apego a la justicia distributiva dada su defensa de la OMC. Sus razones, aclimatadas en la ruindad, revelan pequeñez y los desvalorizan. Parecen ya irrecuperables para las buenas causas.

La otra operación refleja el mismo intento, bajo otro engaño solapado. Con mala fe, “La Nación” ubica en tapa de su web el 26 y 27de agosto una nota del antiguo diario de izquierda “Le Monde” (que ya olvidó esa tendencia) titulada “Lecciones argentinas”, y la adjudica a la izquierda. No es así. Su autor es el analista francés Jean-Pierre Petit, director de Les Cahiers Verts de L´Economie, un grupo privado que asesora a las empresas. La nota ataca al peronismo y a las políticas progresistas de Argentina y del Gobierno. Resulta extraño que un supuesto hombre de izquierda critique tan acerbamente a Perón, mientras reconoce que en 1950 (cuando gobernaba) el país era la novena potencia mundial y su nivel de vida igual al de Francia. Luego refuta el proteccionismo usual en los gobiernos de izquierda, en tanto defiende el mercado y destaca “el éxito” de los tres países más cercanos a EE.UU: Chile, Colombia y México; en dos de ellos (que conocemos) la desigualdad es pavorosa. El propósito de “La Nación” es claro. Si Argentina está ya, según Petit, “en el infierno”, es que entró en default y debemos pagar a los buitres.

Investigamos. Con un Master en Economía, Petit inició su labor en el Banco de Francia (1986-94); luego fue consultor del FMI y director de Estrategias del banco BNP Paribas (1999-2008). ¿Se podía esperar de él algo distinto al fiel neoliberalismo que destila su artículo? Tal vez más de un adicto a la indescifrable izquierda argentina lo acepte como referencia. Quizás algún intrépido huelguista del jueves 28 de agosto.

Lo narrado revela el descaro de la corporación mediática apoyando a los fondos buitres. Los huecos políticos argentinos suelen desvelarse en calma esperanza, aguardando que los poderosos les arrojen una migaja de poder. Es comprensible que el Pro se oponga al proyecto de deuda soberana, pues debe pagar 475 millones de dólares en 2015 y anhela refinanciarlo a 890 millones para 2017 (debería pagarlo sólo el 64% que lo votó), pero no puede realizarlo si existe un default técnico.

El resto revela su ignorancia: la “impericia” del Gobierno según Cobos; la “soberbia” (Massa, autor de un proyecto inútil similar al presidencial) o la “pésima defensa del Estado” (la vidente Carrió); y la “inoperancia” (Hermes Binner) se derrumban al comprobar que los fondos buitres no aceptan nunca menos que el 100 % más los intereses. El latiguillo “no saben negociar” es absurdo. Basta leer los casos previos. Claro, esto sería duro trabajo para políticos que cobran salarios altísimos y están con bolsillos forrados. Pero les pagamos asesores que ganan mucho. Su pasión deleznada por la incompetencia les acorrala. Por lo demás, aunque hay demasiado contraste en sus filas, nadie atina a cambiar.

Los opositores se cuidan bien de apuntar que si el Gobierno le pagara todo al fondo NML, en días asomaría el resto del 7, 6 % que no entró a los canjes a exigir lo mismo. ¿Ellos qué harían? Dejarían al país con la mitad de las reservas y un veloz apriete de los especuladores locales, ya con campo libre para lograr lo que más buscan: mayor devaluación. Los buitres dicen que la sentencia es sólo una parte de las demandas que harán; han comprado más bonos a los pequeños inversores. Hay intermediarios y fondos de inversión que tienen estos títulos y esperan escondidos para dar el zarpazo. Si aprueban el proyecto presidencial y logra la aceptación de los bonistas que integran ese 92,4 %, la presión hacia la Justicia de EE.UU. será alta para lograr “acuerdo sustentable”. Ser obsecuente del establishment no daría buen resultado práctico. A los buitres les gusta “pisar a los perdedores”. Es su frase de cabecera.

El destrato generalizado de la oposición y de los medios extranjeros a una patriota como la Presidenta, excede lo usual. El objetivo buitre es manipular el mercado y la opinión pública para abultar sus ganancias. Aunque la disputa sigue abierta, la mezquindad opositora es un calco de la de Rajoy (PP) contra los socialistas en España. Ha dicho Massa: “Si nos escuchan, en 476 días lo resolvemos nosotros”. Así prometía Rajoy. Su solución fue: más ajuste en empleo, salud y educación. Ya van seis años de Depresión y no se ve la luz al final del túnel. La clase media mundial se acostumbra a vivir peor de lo que vivía. Y quienes no han conocido jamás las privaciones no están preparados para ello. Aquí, nadie de la oposición señala que la legislación argentina prohíbe al Gobierno incumplir normas dictadas en los canjes de 2005 y 2010.

Lo primero que tendrían que apuntar, es que este país soberano antes que nada debe cumplir su propio orden legal. Si el Gobierno hiciera lo contrario, violaría cinco leyes y un decreto sancionados entre 2002/13. Leyes que no tienen fecha de caducidad. Esto lo ignora Griesa pero no la usina desinformativa mediática replicada por lobistas y sospechosos “economistas” que no exhiben un título…¡pero critican al Nobel Stiglitz! Tan angostas e indigentes son sus ideas, que a veces requieren, para imponerlas, de un ocultadito vendaval lleno de palabrerío donde no es factible decantar siquiera una verdad. Y confunden, si uno es ingenuo.

Griesa parece un desafortunado provocador profesional del Tea Party. Al bloquear las leyes de reestructuración votadas por el Congreso, el juez viola varias leyes internacionales que avalan que este país no es un sujeto privado (como él lo asume) sino una nación soberana. Es el derecho internacional aceptado por EE.UU en 1976, mediante FSIA, y decreta que los Estados tienen igualdad jurídica y sus bienes no son pasibles de medidas ejecutorias. Lo avaló la Corte Suprema en 2014.

Antes, el gran jurista argentino Luis María Drago escribió en 1868 una cláusula esencial, incluida por varios países de Latinoamérica en sus Constituciones, aunque EE.UU. la rechazó, como hace cuando un país intenta juzgar delitos de sus militares. Dice: “Los Estados soberanos gozan del derecho de estar libres de cualquier forma de interferencia por parte de otros Estados”. La famosa doctrina Drago surgió en 1902, al bloquear Inglaterra, Alemania e Italia puertos de Venezuela a pedido de sus empresas: por deudas. Venezuela las suponía competencia de sus tribunales. Drago, ya ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país, declaró que la deuda de un Estado no puede ser argumento para justificar la agresión militar ni la ocupación de su territorio. Pero si bien EE.UU. prometía la Doctrina Monroe (“América para los americanos”), luego cobraría sus deudas con intervenciones en los países del área.

El deber principal de un gobernante –según E. Zacarías en 1830 y N. Kirchner- rige y es superior al de pagar deudas: mantener vivos a sus ciudadanos. En el planeta son muchos los industriales y políticos que para estimular el crecimiento, avalan hoy los resultados de “la década ganada” en Argentina y aceptan no recortar el gasto público. Algo que no promueve nuestra inepta oposición. La Presidenta y sus ministros enfrentan a los buitres para mantener vigente la reestructuración de la deuda y defender el futuro de hijos y nietos de la gente que les critica.

Con impiedad insultan y deshonran. Pero todo ello está prefigurado en el carnet de quien se dedica a la política pensando en defender a las mayorías. Ella está habituada. Soportar es su lema. Por eso solicitó en twiter defender lo alcanzado. Si habla con firmeza, la acusan de dura. Si la emociona el recuerdo de su compañero, la tildan de débil. Tenía razón el cómico Groucho Marx. Referido a los ruines, propuso: “No le cuentes tus penas a nadie: que se diviertan a costillas de su familia”.

* Nació en Buenos Aires. Su bisabuelo combatió en Sicilia con Garibaldi (quien forjó la unión de Italia) y su padre en una Guerra Mundial. Como escritor, publicó libros de poesía, teatro, cuentos y ensayos. Fue periodista en diarios y revistas y durante 2010-12 columnista en Tiempo Argentino. Dio conferencias sobre literatura italiana (1998-2004) en la Asociación Dante Alighieri. Y sobre otros temas en España e Italia. Tiene obras traducidas a varios idiomas. Obtuvo el Primer Premio Municipal de Buenos Aires; Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; Premio Fondo Nacional de las Artes; Mención de Honor del Premio Tirso de Molina (España, 1994) y Medalla al Mérito Literario de la Unione e Benevolenza de Buenos Aires. En 2013 publicó Presencias interiores (Editorial Catálogos), ensayos sobre escritores italianos y la historia de ese país durante los últimos dos siglos.

Diario Registrado

LA HUELGA CONVOCADA POR EL CAMIONERO HUGO MOYANO Y SUS ALIADOS TUVO MENOR ADHESION QUE EL ANTERIOR PARO OPOSITOR Un paro que no consiguió mover el velocímetro

Un paro que no consiguió mover el velocímetro
Los colectivos circularon, los negocios abrieron y en las escuelas hubo clases. “La gran mayoría de los argentinos ha concurrido a trabajar”, destacó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Moyano estimó el acatamiento en “casi el 85 por ciento”.

Por Laura Vales

Hubo poca gente en la calle, pero los comercios abrieron, las escuelas dieron clases y el transporte público de pasajeros, con excepción de los trenes, funcionó. El segundo paro nacional en el año de las centrales sindicales de Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Pablo Micheli mostró un acatamiento desigual y sin dudas menor al del 10 de abril. La no adhesión de los colectiveros de la UTA le quitó la contundencia que en la huelga anterior, cinco meses atrás, le habían dado las calles desiertas. El Gobierno evaluó que la medida de fuerza fue débil. “La gran mayoría de los argentinos ha concurrido a trabajar”, aseguró en este sentido el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. El titular de la CGT Azopardo, en cambio, aseguró que “casi el 85 por ciento” de los trabajadores se sumó a la huelga, que calificó de “extraordinaria”.

La jornada de protesta convocada contra la aplicación del Impuesto a las Ganancias a los sueldos, la inflación, los despidos y la inseguridad comenzó en rigor en la noche del miércoles. Ya antes de las 22, los camiones recolectores de basura dejaron de salir a hacer sus recorridos. A esa misma hora, en las estaciones de servicio se formaron colas para cargar nafta o GNC, ya que a las 12 de la noche las mangueras de los expendedores serían cruzadas.

A la medianoche, por la adhesión de los maquinistas de La Fraternidad, los trenes fueron estacionados en sus terminales para quedar ahí. Durante la jornada tampoco abrieron los bancos en el centro –en los barrios no todos estuvieron cerrados– ni hubo actividad en los puertos, mientras que los trabajadores de peajes levantaron las barreras.

Acompañando al paro, partidos y agrupaciones de izquierda cortaron varios de los accesos a la Capital Federal en la franja horaria en que la mayoría de la gente viaja al trabajo (ver aparte).

La huelga también afectó los vuelos de cabotaje e internacionales y de manera desigual a la administración pública. En cuanto a las escuelas, la afectación fue parcial, porque el principal gremio docente, la Ctera, que integra la CTA de Hugo Yasky, dictó clases. Como sucede tradicionalmente, muchos padres decidieron de todas formas evitar riesgos y no mandar a sus chicos al colegio. La huelga tuvo mayor incidencia en los colegios bonaerenses, porque en el resto del país los docentes concurrieron a clase como lo hacen habitualmente.

En la ciudad de Buenos Aires se pudo viajar en subte con algunas demoras y un servicio que la empresa Metrovías decidió finalizar dos horas antes que lo habitual. De las cinco líneas no funcionó la B, ya que sus delegados se plegaron al paro. En cuanto a los colectivos, el grueso de las líneas circuló normalmente, si bien en algunas zonas calientes, como el sur del conurbano y Rosario, hubo ataques contra las unidades, tras lo que dejaron de circular.
Cálculos y Ganancias

Las estimaciones de la adhesión al paro que hicieron los dirigentes sindicales de la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanco y la CTA opositora y los números que dio el Gobierno fueron diametralmente opuestos.

Moyano, que lo largo de la jornada dio dos conferencias de prensa, sostuvo que “casi el 85 por ciento” de los trabajadores hizo huelga. “El paro tuvo una contundencia muy importante”, aseguró en la sede la CGT, acompañado por Barrionuevo, Gerónimo “Momo” Venegas y otros jefes gremiales.

“El Gobierno puede negar que haya inflación, puede decir que bajó la inseguridad, pero lo que jamás van a poder negar es la voluntad del trabajador. El trabajador está con bronca y quiere mejores condiciones. Esperemos que el Gobierno escuche”, advirtió.

En cuanto a los colectiveros y la incidencia que tuvieron en la adhesión o no a la medida, Moyano remarcó que los colectivos “estuvieron vacíos, andaban con muy pocas personas viajando”.

A su vez, Barrionuevo anticipó nuevas medidas de fuerza. “Esperamos respuestas y si no, tendremos que reunirnos nuevamente, pero quédense tranquilos porque la próxima vamos a estar en la calle y no vamos a hacer el acto en el Patio de las Palmeras, lo vamos a hacer en la Plaza de Mayo”, advirtió el titular de la CGT Azul y Blanco.

En contra de la tradición, ayer la nota del día no la dio el gastronómico, sino el número de bares y restaurantes que levantaron sus persianas. Otro dato que resaltó en el mar de declaraciones fue una admisión del presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, que a pesar de haber respaldado el paro declaró con sinceridad que “a lo mejor no fue tan contundente como otros”.

Desde el gobierno nacional, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, fue el primero en replicar las estimaciones de las centrales opositoras con números opuestos. En este sentido, aseguró que “el 75 por ciento de los trabajadores” concurrieron a sus empleos.

El funcionario discutió, por otra parte, el reclamo por Ganancias. “Ese impuesto alcanza al 10,4 por ciento de la población; son los trabajadores que más ganan”, señaló. Capitanich defendió la “equidad distributiva” de recursos que el Gobierno realiza con lo recaudado. “Que (las centrales opositoras) no oculten ese debate. Los que más enfáticamente se quejan son esos sindicatos que tienen los trabajadores de mayores niveles de ingreso”, remarcó. “No les interesa el rol del Estado en la protección de los que menos tienen. No les importa la política redistributiva. Si no quieren pagar impuestos, que lo digan claramente.”

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, llamó por la tarde a una rueda de prensa en la que insistió en que la adhesión a la medida había sido baja. “La gran mayoría de los argentinos ha concurrido a trabajar”, por lo que “no se puede decir que lo que hoy ocurrió sea un paro general”, aseguró.

Tomada dio los datos de un relevamiento de su ministerio, según el cual la concurrencia a los lugares de trabajo fue de un 80 por ciento en la zona centro del país, de entre un 55 y 60 por ciento en el conurbano, de un 85 por ciento en el NOA y en la zona austral de un 65 por ciento.

Con una evaluación similar, la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) aseguró que “en los principales centros urbanos del país, la mayor parte de las pymes industriales y los trabajadores cumplieron normalmente con sus actividades, a pesar de los inconvenientes en algunos medios de transportes y cortes de calles”.

“Han intentado producir el lógico daño económico que implica una medida de este tipo –agregó–, pero no lo han logrado porque el aparato productivo de nuestro país funcionó normalmente.”

Con respecto a los reclamos expresados en el paro, Tomada dijo sobre el empleo que el Gobierno va a continuar trabajando en el fortalecimiento de políticas para “que no se quiebre el vínculo laboral”. De la reapertura de las negociaciones salariales dijo que no es un tema demandado y que “la gran mayoría de las paritarias no se han terminado de cobrar”.

En la rueda de prensa también le preguntaron por una modificación en el piso del mínimo no imponible de Ganancias. El ministro contestó que “no es una prioridad en este momento” porque es una reclamo de los “sectores de mejores ingresos”, que no superan el 10 por ciento.

Capitanich con ladrilleros
En el marco de la jornada de paro convocada por las centrales obreras opositoras y los piquetes realizados por los partidos de izquierda, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, encabezó un acto junto al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en el que aseguró que el Gobierno sigue “apostando a generar trabajo genuino”. Capitanich suscribió un convenio de cooperación con representantes de la actividad ladrillera que implementará un programa de apoyo al empleo y la producción del sector. El jefe de Gabinete destacó el carácter “dignificador” del acuerdo, que prevé “establecer un mecanismo de organización en consorcios y un sistema de acceso a la formalización laboral”. Según el jefe de ministros, el objetivo es “tener un sector ladrillero fuerte, con trabajadores que tengan un ingreso digno y que cuenten con el reconocimiento del Estado y la sociedad”. “El día del ladrillero debería ser hoy porque este día dejamos de ser invisibles para el Estado”, aseguró Luis Alberto Cáceres, titular de la Unión Obrera Ladrillera.

Bloqueo a los surtidores
Una veintena de personas recorrió ayer estaciones de servicio para impedir que los empleados trabajaran y de ese modo garantizar la adhesión al paro convocado por las centrales obreras opositoras. Según testimonios de taxistas se trató de “una patota” que “respondería al sindicato de trabajadores de estaciones de servicio que lidera el massista Carlos Acuña”. Situaciones de ese tipo se registraron en la estación de Riobamba y Perón, a pocas cuadras del Congreso, donde “mediante amenazas precintaron el lugar, que tuvo que cerrar”. Taxistas contaron que otro tanto ocurrió en Avenida La Plata y Bonifacio, en Caballito, donde había una cola de dos cuadras de autos a la espera de cargar GNC. “Vino la patota, empezaron a decir ‘acá no se carga gas’ y precintaron toda la estación”, relató un testigo. Los empleados se comunicaron con el dueño de la estación, que ordenó cerrarla. Según los testimonios, la “patota sindical” se movilizaba en una Trafic blanca y los hombres usaban camperas azules del sindicato de Acuña. “Esta patota sindical es inaceptable. Somos laburantes y queremos trabajar”, se quejó un taxista entrevistado por Crónica TV.

La justificación de los cortes
El diputado por el Frente de Izquierda Néstor Pitrola reconoció que la función de los piquetes realizados ayer temprano apuntó a la “disuasión” de los trabajadores para “reforzar el paro resuelto por las organizaciones obreras”. El referente del Partido Obrero, que ayer motorizó la mayoría de los cortes en los ingresos a la ciudad, afirmó que “el piquete está bien porque hoy se ha decidido un paro nacional”. Pitrola, quien ayer recorrió algunos de los cortes, sostuvo que “el día que se une el trabajador en un paro nacional necesita reforzar la medida resuelta por las organizaciones obreras de todas las maneras posibles”. En ese sentido, aseguró que “el piquete es de disuasión y de un carácter activo, ésta es la función tan rescatable de los piquetes”. Para Pitrola, un paro sin piquetes “tendría menos fuerza y menos visibilidad, porque el piquete le da carácter activo y permite expresar los objetivos del paro”. Con todo, aseguró que, a su entender, el acatamiento al paro hubiera sido el mismo aunque no hubiera habido piquetes.

Piquetes mañaneros
Las cortes fueron en los principales accesos a la Capital Federal para bloquear la marcha de quienes se trasladaban a sus trabajos. Antes del mediodía fueron levantados.

Militantes de partidos de izquierda y de movimientos sociales, estudiantes y trabajadores de empresas en conflicto realizaron piquetes en los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires. A media mañana y antes del mediodía, los manifestantes levantaron los cortes, luego de haber bloqueado la marcha a quienes intentaban llegar a sus lugares de trabajo durante el comienzo de la jornada laboral.

El grupo más numeroso cortó ambas manos de la Panamericana en el kilómetro 35. En el Puente Pueyrredón hubo algunos roces y refriegas menores entre la Prefectura y los militantes, que sólo lograron cortar la vía de acceso a la Capital. Un grupo más reducido cortó el Acceso Oeste mano a Capital a la altura del Hospital Posadas. Puñados de militantes lograron con distinta suerte interrumpir parcialmente el tránsito en la subida a la Autopista Buenos Aires-La Plata en la capital bonaerense, en Puente La Noria, en el Obelisco y en el cruce de Callao y Corrientes, en la rotonda de San Justo y sobre la avenida Rivadavia, en Ramos Mejía.

Antes de que amaneciera y con las luces de la autopista todavía encendidas, una columna de avanzada de militantes del Partido Obrero –encabezada por el legislador porteño Marcelo Ramal– interrumpió el tránsito en el kilómetro 35 de la Panamericana, a la altura del cruce con Henry Ford, ante un amplio despliegue de efectivos de la Gendarmería.

Rápidamente se sumaron otras columnas de partidos de izquierda, como el PTS con el diputado provincial Christian Castillo a la cabeza, el MST de la ex legisladora Vilma Ripoll, agrupaciones estudiantiles de la FUA y trabajadores de varias empresas en conflicto –Kraft, Lear, Donnelley, Pepsico– del cordón industrial de la zona norte del conurbano bonaerense. La Gendarmería se limitó a mantener las colectoras libres. Minutos después de las diez de la mañana, los manifestantes liberaron el tránsito en ambas manos del Acceso Norte y marcharon por la colectora (mano a Capital), que cortaron para hacer un acto frente a la imprenta Donnelley.

El corte del Puente Pueyrredón comenzó algo más tarde. Los manifestantes se concentraron del lado de Avellaneda. Poco después de la nueve de la mañana, comenzaron a subir al puente ante el frustrado intento por impedirlo de parte de la Prefectura, que igual formó un cordón para impedir que los manifestantes cortaran ambas manos. Allí se produjeron algunos forcejeos y empujones que no pasaron a mayores. Poco a poco, los grupos partidarios más pequeños fueron dejando el puente. Los últimos en irse fueron los militantes de los partidos que integran el FIT. La columna que encabezó el diputado nacional por Mendoza Nicolás Del Caño comenzó a bajar del puente después de que varias cadenas de noticias internacionales, entre ellas una de China, culminara su cobertura periodística. Antes del mediodía, el Puente Pueyrredón estaba totalmente liberado al tránsito.

Desde muy temprano, el despliegue de un reducido grupo de militantes de partidos de izquierda –entre los que estaba el diputado nacional por Salta Pablo López– sólo alcanzó para cortar la mano al centro de la Autopista del Oeste a la altura del Hospital Posadas. Igual que en Panamericana, la Gendarmería se replegó para garantizar que el escaso tránsito hacia Capital eludiera el piquete por la colectora. Las barreras de peaje estaban levantadas porque sus trabajadores (afiliados al gremio de Facundo Moyano) se plegaron al paro, cosa que no sucedió en las autopistas porteñas. A las diez y media los manifestantes abandonaron el corte para realizar un acto frente al Posadas.

Tampoco fueron muchos los manifestantes que lograron cortar en la Ciudad de las Diagonales la subida a la autopista La Plata-Buenos Aires y el Puente La Noria sobre el Riachuelo, en el empalme con la avenida General Paz, uno de los últimos en levantarse, ya sobre el mediodía.

Dispar suerte tuvieron los piquetes porteños. Muy temprano, un grupo de manifestantes se aglutinó en el Obelisco. Otro del MST, con el legislador Alejandro Bodart al frente, cortó la avenida Callao, pero los integrantes de las fuerzas de seguridad evitaron que los pocos manifestantes también interrumpieran el tránsito sobre la avenida Corrientes, en medio de algunos encontronazos y forcejeos. Ambos piquetes fueron de los primeros en levantarse.

En el conurbano, los piquetes se concentraron en La Matanza. Un puñado de militantes de partidos de izquierda cortó por momentos la avenida Rivadavia a la altura de la estación ferroviaria de Ramos Mejía del Sarmiento, cuyo servicio no funcionaba. Otro grupo, un poco más numeroso, se concentró en la rotonda de San Justo, donde cortó la Ruta 3, pero no le alcanzó el despliegue para hacer lo mismo sobre la Ruta 4 (Camino de Cintura), ante un vigilante despliegue de Gendarmería y la Policía Bonaerense. Poco después de las diez de la mañana, los cortes estaban liberados.

29/08/14 Página|12

STIGLITZ Y SOLOW RECLAMAN QUE SE REGULEN LOS PROCESOS DE REESTRUCTURACION Dos Nobel le piden a la ONU por la deuda

Dos Nobel le piden a la ONU por la deuda
Stiglitz es una de las personalidades que se mostró más activa contra el fallo de Griesa.

En una carta firmada junto a otros intelectuales, solicitaron una herramienta legal para evitar “la aparición de comportamientos especulativos y desestabilizadores en los mercados internacionales”. La influencia del caso argentino.

Los premios Nobel de Economía, Joseph Stiglitz y Robert Solow, enviaron ayer una carta al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que se regulen a nivel mundial los procesos de reestructuración de deuda soberana. La iniciativa contó con el apoyo de otros intelectuales de las ciencias económicas y sociales. La presentación destacó que los países desarrollaron mecanismos para resolver en forma ordenada casos de deudas entre privados, pero que no existe una herramienta legal comparable para solucionar tensiones con el pasivo de las naciones. Agregó que la disputa judicial de la Argentina contra los fondos buitre es un caso concreto de la necesidad de implementar un nuevo marco normativo.

“Los eventos recientes (por la sentencia del juez Griesa) han puesto a la luz los riesgos de no contar con un mecanismo de reestructuración de la deuda soberana”, indicaron los intelectuales. Mencionaron que “estos acontecimientos motivaron la aparición de comportamientos especulativos y desestabilizadores en los mercados internacionales de deuda”. A su vez, subrayaron que “la relevancia de esta laguna (legal), con sus serias repercusiones, ha sido reconocida en múltiples ocasiones por el Fondo Monetario Internacional y por la Comisión de Expertos en Reformas del Sistema Monetario y Financiero Internacional, convocada por el presidente de la ONU”. Frente a este panorama, los especialistas pidieron la construcción de una convención para resolver problemas de deuda de las naciones. “Existe la necesidad urgente de mejorar la coherencia, la gobernanza y la consistencia de los sistemas monetarios y financieros internacionales a través de fortalecer la arquitectura financiera internacional”, aseguraron en el documento.

Stiglitz fue una de las personalidades del mundo de la economía que se mostró más activo para señalar las distorsiones que generó la sentencia del juez Griesa contra la Argentina. En un nota de opinión de esta semana en el diario El País de España, criticó las ganancias “ridículas” que pretenden conseguir los fondos buitre en el juicio contra el país, la especulación de los bonistas no reestructurados con los seguros contra default y las distorsiones de la Justicia norteamericana y del sistema financiero internacional. Aseguró que el magistrado de la Corte de Nueva York es el responsable de las tensiones financieras que atraviesa la Argentina, al tiempo que se manifestó en contra de que Estados Unidos sea la sede para emitir títulos de deuda soberana.

“El desembolso en los términos de Griesa devastaría la economía de la Argentina”, dijo. También explicó que los fondos especulativos NML Capital y otros buitres representan sólo el uno por ciento de los bonistas, pero recibirían un total de 1500 millones de dólares. El resto de los holdouts representan el 6,6 por ciento de acreedores y percibirían cerca de 15.000 millones de dólares. Pero a esto se sumaría que los bonistas que aceptaron reestructurar su deuda estarían en condiciones de reclamar el mismo trato que los buitres, por lo que la deuda ascendería a más de 140.000 millones. “Cada argentino, por tanto, tendría una deuda de más de 3500 dólares, equivalente a la tercera parte del ingreso per cápita del país. Todo para llenar los bolsillos de algunos multimillonarios decididos a exprimir al país y dejarlo sin un centavo”, agregó.

Además de Stiglitz y Solow, la presentación de los intelectuales ante la ONU llevó la firma del vicepresidente de Brookings Institution, Termal Dervis; del profesor de Economía de la Jawaharial Nehru Universisty, New Delhi y secretario ejecutivo de Ideas, Jayati Ghosh, y de los docentes de la Escuela de Ciencias Sociales en el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Dani Rodrik y Albert O. Hirshman. También del profesor de Ciencias Políticas y Económicas de la Yale University, John Roemer, y del ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, Héctor Timerman.


Más pedidos contra los buitres

La Asociación Internacional de Mercado de Capitales (ICMA), la cual agrupa a bancos e inversores globales, se reunirá hoy en Londres para promover la implementación a nivel mundial de reformas financieras para evitar que se repitan las maniobras especulativas de los fondos buitre en la disputa judicial contra la Argentina. La propuesta de la ICMA contemplará medidas para reducir “la capacidad de los acreedores holdouts para litigar y socavar las reestructuraciones de deuda”, según lo informó ayer la asociación católica Jubileo USA. Agregó que un objetivo central será fomentar el uso de cláusulas de contrato de deuda que obliguen al conjunto de los bonistas a aceptar un canje de deuda una vez que se supera el 75 por ciento de aceptación. Otro punto será aclarar el significado de las cláusulas de paridad (pari passu) para que beneficien a tenedores que entraron a los canjes y no a los buitres. La organización ICMA se compone por 460 miembros de 53 países. La sede se encuentra en Suiza y tiene oficinas en París y Hong Kong.

29/08/14 Página|12