martes, 29 de abril de 2014

SERA PARA LAS TRABAJADORAS DE CASAS PARTICULARES Una tarjeta con el historial laboral



El Gobierno puso en marcha una tarjeta para el personal de casas particulares. El instrumento permite que las trabajadoras en relación de dependencia de ese sector accedan a los datos precisos de su historial laboral, como la remuneración y el lugar de prestación de tareas informado por sus empleadores. Esa información, hasta ahora, no podía ser consultada por las asalariadas. La tarjeta es gratuita y también funciona como una SUBE. Las trabajadoras registradas del sector tienen acceso a la tarifa diferencial de transporte, con un descuento de 40 por ciento, vigente para los sectores más vulnerables de la población.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner realizó la entrega simbólica de las primeras credenciales ayer en el Salón de las Mujeres Argentinas de la Casa de Gobierno. La mandataria recordó que los elevados niveles de informalidad del sector más que duplican el promedio de la economía y recordó la resistencia que encontró la legislación entre “propios y ajenos”.

La creación del plástico estaba contemplada en la legislación que reguló el trabajo para el sector, uno de los segmentos de mayor informalidad y precariedad laboral del país. “Todas las empleadas comprendidas en el régimen de esta ley deberán contar con un documento registral con las características y requisitos que disponga la autoridad de aplicación, mediante la utilización de tarjetas de identificación personal u otros sistemas que faciliten la fiscalización y permitan un acceso pleno a los derechos consagrados en esta ley”, reza el artículo 16 de la nueva ley que reglamentó hace dos semanas el Ministerio de Trabajo.

Las tarjetas SUBE específicas para el segmento de trabajadoras de casas particulares en relación de dependencia pueden ser solicitadas en las dependencias del Ministerio de Trabajo y oficinas de la Anses, AFIP y Correo Argentino, entre otros organismos públicos. En el momento de la entrega se debe realizar la registración de los datos para vincular la tarjeta con el usuario.

La cartera laboral expresó que el objetivo es permitir que las trabajadoras tengan acceso a los datos principales de cada relación de trabajo, como la categoría laboral en la que fue inscripta, el lugar de prestación de tareas, la fecha de registración, la fecha de cese de la prestación, la ART, exámenes médicos preocupacionales y periódicos, remuneración, cantidad de horas trabajadas. Las trabajadoras que no están registradas por sus empleadores, más del 80 por ciento del total, no podrán acceder a ese instrumento.

29/04/14 Página|12
 

Felisa, la Pachamama de Amaicha del Valle Por Pedro Patzer

Mientras la tele y los diarios de Buenos Aires nos brindan sus cotidianos apocalipsis; mientras los mercaderes de las noticias nos convencen de que hemos perdido el paraíso; mientras desde los suplementos culturales siguen añorando los altillos de París y continúan desconociendo los antigales calchaquíes; mientras los intelectuales se emocionan con el cine exótico universal, pero dejan pasar,con más pena que gloria, a decenas de películas nacionales y latinoamericanas; mientras todo eso sucede, en Amaicha, sus pobladores eligen (en el epílogo del carnaval) a una abuela como Pachamama, a Felisa, la Pachamama de Amaicha del Valle!

Ahí, en el país de la vidala, ahí en el país de la coca, ahí en el país del cerro, ahí en el país de la copla, ahí en el país del carnaval, ahí donde la Virgen tallada y el eco de la sed de la Difunta Correa, ahí, donde la tucumanía profunda retumba en cajas, ahí donde los gringos se apunan, ahí donde se aprende a desaprender eso que llaman civilización para recuperar el asombro del ser nativo, ahí se olvidan del mundo que desprecia la sabiduría de los ancianos y cada año eligen a una abuela para que interprete, en su corazón, la voz ancestral de la Pachamama, el espíritu cósmico de la madre de los cerros.

Felisa Arias de Balderrama es la Pachamama de Amaicha del Valle , una abuela sabia, que durante doce meses, interpretará el ancestral mandato de la madre de los cerros. Felisa, con sus noventa años, acumula balbuceos de montañas, plegarias de caja, caminos angosto entre precipicios y ushutas mojadas. Felisa que anduvo en mula, entre nubes y hambre, que conoció el frío beso de la madruga de invierno en las manos del que pela caña, que padeció el fatídico acecho del familiar, ese perro negro que ladra en el silencio del zafrero. Felisa que sabe que el canto indígena permanece en Amaicha, que en lengua originaria quiere decir: “Cuesta abajo”, ella que muchas veces tuvo que bajar del cielo de la vidala para ir a Tafí o Catamarca. Porque Felisa comprende que Amaicha es la frontera de los vientos: por su sangre soplan los vientos libres de Abya Yala, los mismos vientos que agitaran los espíritus de San Martín y Felipe Varela, de Condorcanqui y Belgrano, los mismos vientos que hicieran del poncho de Atahualpa Yupanqui, bandera musical del caminante.

Felisa, Pachamama de Amaicha del Valle, recomienda abrevar en el libro de la chicha en febrero, en el cine de las apachetas y sus siglos de ofrendas paganas, en los lerdos milagros que acontecen en las horas del pastor, en los profundos conocimientos que se adquieren cuidando la majada y descifrando la secreta música del viento en el cañaveral. Felisa nos recuerda que el corral es como una escuela, y el sendero, como un templo. Esos caminitos donde la muerte juega en los precipicios, donde el silencio esculpe en el rostro cobrizo artesanías de raza, donde la copla huraña sabe a aguardiente de ríos andinos, donde el cóndor supersticioso mira de reojo a la diminuta abuela que por un año será la madre tierra. Ella, Felisa, la Pachamama de Amaicha, la que cambia los milenios de ecos por el ancestral sonido del “joi - joi” , que en definitiva es el eco del corazón nativo del país de los valles Calchaquíes

Bajo el cielo de los antiguos, Felisa arrea siglos de cantos y silencios, recibe la gratitud india, la corpachada, tributo a ella, madre de los cerros que junto a Inti y Quilla, custodian las almas ancestrales de Amaicha.

Fuente: Pan y Cielo, el blog de Pedro Patzer
www.pedropatzer.blogspot.com.ar

Militancia que sueña, debate y construye Por Martín Sabbatella *

La juntada de miles de militantes kirchneristas este fin de semana en el Mercado Central, para debatir y seguir construyendo futuro, demuestra que este proyecto tiene una vitalidad y una potencia extraordinarias. No hay fuerza en el país con este entusiasmo y esta capacidad de movilización y eso es consecuencia de la decisión de Cristina de avanzar sin pausa por el camino de una democracia cada vez más ancha y más profunda. Esta pasión militante es la mejor garantía para no retroceder a los tiempos de la antipolítica y del Estado gestionado por gerentes del poder económico.

Recordar para no volver

El siglo pasado no terminó como la inmensa mayoría de argentinos y argentinas hubiéramos querido. El terreno ganado en materia de acceso igualitario a derechos políticos, económicos, civiles y sociales que supimos conseguir fue bombardeado por minorías con mucha renta y sin escrúpulos, que combinaron violencia y corrupción para recuperar los privilegios perdidos. La profundidad de las conquistas sociales, la conciencia popular sobre sus propios derechos y la resistencia militante fueron diques importantísimos para evitar que el avance reaccionario fuera aún más devastador.

Agotado el recurso de imponer a fuego a fraudulentos y dictadores, el establishment se granjeó para el postre del milenio el servicio de dos gobiernos constitucionales –el de Menem y el de De la Rúa–, para darse una panzada de acumulación obscena con recetas neoliberales. Las diez recomendaciones que en 1989 el economista John Williamson extrajo de la cabeza y los balances contables de los poderes económicos y políticos estadounidenses para elaborar el borrador del llamado Consenso de Washington fueron aplicadas con empeño y audacia tanto en nuestro país como en casi toda América latina. La libertad de los sectores de privilegio (la que siempre los desveló: la libertad de acumular sin límites ni regulaciones) significó la condena de las mayorías populares. El enriquecimiento de esos pocos se correspondió con el derrumbe de una sociedad que tardó en comprobar que la exuberancia de los de arriba no iba a derramarse nunca, menos aun desde las copas con champán con las que festejaban la ruina del pueblo trabajador.

La legitimidad de las urnas no impidió que esos gobiernos serviles y corruptos se ensangrentaran las manos para defender políticas injustas. La ejecución de la desigualdad, al fin y al cabo, siempre es asesina: lo es por la represión violenta de las demandas populares o por la planificación deliberada de la concentración de la riqueza y la exclusión.

La patria es el otro

Desde las ruinas de ese país en llamas, abriéndose paso entre el escepticismo y la desesperanza, surgió una alternativa política, económica, social y cultural; un proyecto que hizo propias las luchas emancipatorias de los movimientos populares, que se desarropó del lastre posibilista y se erigió en un proceso transformador, rupturista, nacional, popular y profundamente democrático. Este proyecto lleva más de diez años de vigencia; una década que se caracteriza tanto por la recomposición del tejido social, que estaba destruido, como por la persistencia de las embestidas de quienes ayer se beneficiaron de la privatización del crecimiento y hoy sufren por la ampliación de derechos y la equiparación de oportunidades.

El kirchnerismo, inaugurado por Néstor el 25 de mayo de 2003, es el nombre de una identidad que llegó para quedarse, una identidad fundante de un nuevo momento histórico en el país. Un proceso político, social, económico y cultural, liderado por Cristina, que dialoga y se nutre con lo mejor de la historia nacional y latinoamericana; que recupera, actualiza y consagra conquistas sociales enterradas por quienes fueron gerentes públicos del poder privado y que instaura nuevos derechos, poniéndose a la vanguardia regional en la generación de una sociedad más integrada, solidaria y democrática.

Sorprende poco que los cómplices y beneficiarios de la desigualdad y la marginación denuncien este presente como una etapa de conflicto y crispación. Sorprende menos aún que, tras el disfraz del consenso y el diálogo (que histéricamente demandan y rechazan), quieran retornar a los tiempos en los que las decisiones se tomaban en el living de un CEO de una corporación o en los despachos de un organismo de crédito internacional en el exterior.

Cuando los pueblos no se callan ni se someten a la injusticia, cuando el protagonismo social se multiplica y las calles se pueblan de pasiones, ellos se inquietan y conspiran para revertirlo. Porque la puesta en marcha de sus programas económicos necesita de una sociedad paralizada y sin ánimo de salir adelante, necesita locales partidarios vacíos, parlamentos sin debate, plazas sin banderas. Persiguieron, torturaron, asesinaron y desaparecieron para aniquilar a los soñadores y para inyectar el miedo a soñar. Incluso secuestraron y negaron la identidad a cientos de bebés ante la sospecha de que por sus finísimas venas corriera la rebelión apasionada de sus padres y sus madres. Necesitaron, luego, construir la ilusión primermundista, el pensamiento único, la frivolidad impune, la fantasía de la prosperidad individual. Todo de la mano de una maquinaria mediática que publicitó mieles de un paradigma económico y social que condujo a la ruina a millones en nuestro país y en el mundo.

La desmemoria es su recurso para regresar, es la condición que necesitan para el retorno. Y por eso también ellos quieren instalar que lo que vive el país es algo pasajero. La derecha hubiera querido que el kirchnerismo no naciera. Pero como nació, lo que buscan es clausurarlo definitivamente; que haya sido, para ellos, un mal trago de la historia, y para nosotros, algo positivo guardado en la memoria.

La militancia debate y construye futuro

Frente a eso se impone no bajar los brazos y darle al kirchnerismo su verdadera dimensión fundacional, para que este proyecto marque los destinos y la defensa de los intereses populares por los próximos largos años. Esto es posible y necesario. No sólo por lo que expresa y significa la identidad kirchnerista: soberanía nacional, inclusión social, recuperación del Estado, crecimiento del consumo popular, ampliación y consagración de conquistas sociales, integración regional, derechos humanos, desarrollo productivo, reducción del desempleo y la pobreza, etcétera, sino también porque se trata de una identidad que ha logrado resumir y hacer confluir a las mejores tradiciones históricas de nuestro país, dándole continuidad en este siglo a la potencia plebeya de los grandes movimientos populares.

Kirchnerismo es el nombre del campo nacional, popular y democrático del siglo XXI. Los motivos por los cuales uno se reconoce peronista se encuentran en el kirchnerismo. Y las razones por las que alguien fue yrigoyenista a comienzos del siglo pasado hoy también se expresan en este proyecto; del mismo modo que las causas que llevan a alguien a identificarse como de izquierda, en términos universales, también están claramente expresadas en este espacio. No hay nada más peronista que ser kirchnerista, porque el kirchnerismo es el peronismo del siglo XXI. Y no hay nada más de izquierda que ser K, porque a la izquierda del kirchnerismo y de Cristina está la pared. El impulso transformador de Néstor y Cristina logró un nuevo sentido de pertenencia, una causa común que explica de dónde venimos y lo que queremos para nuestra patria y para nuestro pueblo.

Frente a los renovados candidatos a gerenciar las necesidades de un puñado de intereses privados y ejecutar desde el Estado las mismas recetas que hundieron al país, el kirchnerismo se alza como una identidad que garantiza no sólo no retroceder, sino sobre todo seguir avanzando en la profundización y ensanchamiento de la democracia.

La tarea militante es unir y organizar esa identidad que volvió a enamorar a miles y miles en el conjunto del país, para anclar territorial y socialmente el kirchnerismo y el liderazgo de Cristina en cada rincón de la patria.

Asumimos esa tarea como un deber militante impostergable con una Argentina que tiene que seguir caminando hacia el horizonte que soñamos y merecemos.

* Presidente de la Afsca - Nuevo Encuentro (Unidos y Organizados).

29/04/14 Página|12

CFK: "Siempre hubo derechos de exportación al trigo"


CFK: "Siempre hubo derechos de exportación al trigo"Cristina Kirchner anticipó también que el Gobierno nacional autorizó la exportación de "medio millón de toneladas de trigo (adicionales), con el acuerdo de que si llegara a faltar trigo para el mercado interno los exportadores deberán comprar lo que se necesite a su costa".

Luego de la firma de los convenios de reestructuración de las deudas públicas provinciales con la Nación y de anunciar el pago de reintegros a 10.519 pequeños y medianos productores de trigo (CEPAGA), la Presidenta recordó que en 2003 "existían más de 10 cuasimonedas en el país", reivindicó la creación del Plan Federal de Desendeudamiento, creado en 2010, confirmó el lanzamiento de una nueva línea de crédito (Fondear), de 10.000 millones de pesos para proyectos productivos, y advirtió que "si no queremos que haya más aumentos de precios tenemos que aumentar primero los créditos al sector productivo, después al consumo".

Por cadena nacional, la Presidenta precisó que el crédito del sector financiero destinado al consumo "creció un 545 por ciento", en relación al PBI, dato que contrastó con la oferta crediticia al sector productivo que, advirtió, "sólo creció el 221".

Después de comparar las variables históricas entre retenciones, tipo de cambio y productividad, Cristina instó a los jóvenes presentes en el Salón de los patriotas latinoamericanos a "mirar la política como un proceso histórico, no como un proceso electoral, no como una película, que empieza y termina en uno", y los exhortó a "explicar" las políticas aplicadas desde el 2003 en el país, "lo que hicimos, lo que estamos haciendo y lo que falta hacer que, por cierto, es mucho (...) casa por casa, amigo por amigo, desde la humildad, con palabras sencillas (...) como verdaderos predicadores, con alegría, sin ofensas", y a organizarse "territorial y doctrinariamente".

Por último, repitió lo dicho por el secretario Legal y Técnico de la Presidencia ayer en el plenario de militantes en el Mercado Central, quien había afirmado que los jóvenes "son lo único nuevo que se ve en el país", ratificó su confianza en ellos, "por el compromiso que tienen ustedes con el futuro", y le advirtió a la oposición que "explique cómo va a hacer para eliminar las retenciones, pagar el 82 por ciento de las jubilaciones e incentivar la producción, todo al mismo tiempo, porque a mí las cunetas no me dan".



PRIMERO DE MAYO DE 1886.

El periodista Adolf Fischer, redactor del Arbeiter Zeitung, corrió a su periódico donde redactó una proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25 000 octavillas. La proclama decía:
Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.
La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como la Revuelta de Haymarket.

Discurso de Evita a los trabajadores en la plaza el 1 de mayo de 1952

Juan Domingo Perón desde la Sede Central de la CGT (1973)