martes, 23 de abril de 2013

HONESTISMO POR BRUNO BIMBI OPINION

Por Bruno Bimbi I El Frepaso nos hizo muy mal. Es triste decirlo, porque empecé a militar en el Frente Grande cuando estaba en el colegio secundario, y fue mi partido durante casi diez años. Pero hoy creo que nos hizo mal, muy mal. Y todavía pagamos las consecuencias. En su blog personal I Gracias al Frepaso aprendimos, primero, a confundir la ética con la política — y aclaremos, antes de que oscurezca, que con eso no quiero decir que haya que dejar la ética de lado para hacer política, muy por el contrario, pero el Frepaso nos hizo confundir una cosa con la otra. Terminé de entender el origen de esa falacia cuando Carrió, hace unos años, dijo que había que unir a los honestos de izquierda y de derecha, liberales y socialistas, porque lo importante era el “contrato moral”. Ahora creo que Lilita fue el último aliento del post frepasismo; exagerado, sobreactuado y un poco delirante, como todo en Lilita, pero frepasismo al fin. Porque la idea de que lo que divide aguas en la política (y en la definición de un proyecto de país) es apenas la honestidad, sin importar las ideas, es el colmo de la no-política que el Frepaso ayudó a instalar en el “progresismo” argentino. Y es una mentira enorme. Imaginemos a un funcionario honesto. No importa si es presidente, ministro, diputado o juez. Un funcionario ‘honesto’ en el sentido de que no roba, no se lleva a casa más dinero que el de su salario, no contrata a sus parientes y amigos sólo por serlo, no usa su función para favorecer a determinadas empresas con negocios en el Estado, no hace nada fuera de la ley, y termina su mandato más pobre de lo que era. ¿Alcanzaría eso para votarlo, para militar con él? ¿Alcanzaría su honestidad para hacer del país, la provincia o la ciudad donde ejerce su función un lugar mejor para vivir? Decir que sí sería como pensar que basta una buena ortografía para hacer literatura. La política es la lucha (en democracia, pacífica) entre diferentes visiones de mundo, entre diferentes proyectos de futuro colectivo, y no apenas un mecanismo para seleccionar administradores incorruptibles, que debería ser apenas un prerrequisito — aunque sabemos que, en la práctica, nunca lo fue. Si no, elegiríamos a los gobernantes por concurso público, analizando su currículum, investigando sus antecedentes y tomándoles examen, y no votando. Nuestro funcionario honesto ficcional podría ser, también, un empleado fiel del estatus quo, un cobarde incapaz de enfrentarse con inteligencia a los poderes fácticos en beneficio de las mayorías, un conservador obscurantista que ponga en peligro los derechos y libertades de las minorías, un administrador probo pero ineficiente, sin condiciones para manejar la economía, un autoritario mesiánico, un fanático del pensamiento neoliberal que nos abandone a nuestra suerte en la jungla capitalista y aniquile las defensas del Estado y sus funciones más elementales, un xenófobo, un racista, un homofóbico, un nostálgico de brigadas perdidas de otro tiempo cuyo dogmatismo le impida entender el presente, un bruto con carisma pero más peligroso que mono con navaja. O nada de eso pero, simplemente, un tipo que defiende un proyecto de país con el que no estamos para nada de acuerdo, sin por ello dejar de ser, en el sentido más estricto del término, honesto. Puede ser honesto y ser, sin embargo, todo lo que no queremos. Y aun su “honestidad” podría ser cuestionada, a partir de otras concepciones políticas de la ética. Lilita ponía como ejemplo de liberal honesto a Ricardo López Murphy, que probablemente nunca haya robado dinero público — no lo sé, pero supongamos. Sin embargo, ¿qué clase de ética es la del que trabaja como intelectual orgánico y operador político de los intereses de unos pocos que tienen demasiado, sin importarle el destino de millones sin casi nada a los que condenaría sin pensarlo dos veces a la falta de un futuro digno? ¿Qué honestidad tiene el tipo que en veinticuatro horas en el Ministerio de Economía casi acaba con la universidad pública? ¿Nuestra ética se limita apenas a no robar, y que los pobres sigan siendo pobres y los oprimidos sigan oprimidos? ¿Tan baratas son nuestras utopías? Además, ¿de dónde sacamos que es posible trazar una línea que divida la política en honestos y deshonestos coincidiendo con las fronteras de los partidos, como si la corrupción fuera un fenónemo exclusivamente político? ¿Los políticos vienen de Marte en un plato volador? No. Son del país que somos. El honestismo, como lo llama Martín Caparrós, fue un discurso eficaz durante el menemismo por dos razones: porque el menemismo era tan escandalosamente ladrón y mafioso que irritaba, daba asco y vergüenza, y porque había una mayoría que, aun sabiendo que se estaban robando hasta los ceniceros, creía que sus políticas económicas eran correctas o, al menos, que cambiarlas sería más peligroso que continuarlas. Menem, Neustadt y compañía habían ganado una batalla cultural e ideológica y habían convencido a la mayoría del país de lo que Álvaro Alsogaray no pudo, lo que les permitió hacer las reformas económicas estructurales que ni la dictadura había conseguido. Que nos hicieron mierda. Y el Frepaso, apurado por llegar al poder, no quería entrar en ese debate. Chacho era un cagón. Entonces le propuso al país un “contrato moral” que no tocara la convertibilidad ni cambiara la distribución del ingreso. De ahí fuimos a la Alianza, Agulla hizo una buena campaña, y así nos fue. Como frutilla del postre, lo más patético del frepasismo fue Chacho renunciando a la vicepresidencia porque habían comprado votos para aprobar una ley contra los trabajadores, pero sin cuestionar la ley ni defender a los trabajadores — la forma sobre el fondo. Y volviendo, después, para traernos a Cavallo. Que de honesto, dígase de paso, no tenía nada. El honestismo, además, era mentira, tan mentira como la ilusión de que la corrupción es “de derecha”, aunque para muchos de nosotros la honestidad fuera parte de nuestra concepción de lo que es ser de izquierda. Recuerdo cuando ganamos la intendencia de Avellaneda y, mientras algunos pensábamos que era la Revolución Sandinista, otros ya se imaginaban más ricos que Daniel Ortega unos años después. Recuerdo a un secretario que llegó al acto en el que asumió manejando una 4×4 imponente —tan menemista— que se había comprado unos días antes de asumir, reemplazando al Renault 12 con el que lo conocimos cuando tenía el pelo largo. Recuerdo a otro concejal de pelo largo que cantaba canciones de Mejía Godoy en las peñas del partido y dos años después había dejado de ser “el flaco” para ser “el gordo”, se había cortado el pelo y vestía trajes de empresario. Y votaba todo lo que tuviera que votar para comprárselos. Como cantaba Cazuza: E aquele garoto que ia mudar o mundo / Mudar o mundo / Frequenta agora as festas do “Grand Monde”. Ahí el Frepaso nos hizo mal otra vez, porque era todo falso. No había ética, ni siquiera honestista. Lo que importaba era el poder, que se justificaba, ahora, con política: “el proyecto”. Muchos empezaban a relativizar la honestidad, porque el fin justificaba los medios. Nuestros aliados radicales eran más ladrones que el menemismo al que habíamos combatido por ladrón, pero no importaba, nos decían para justificar la alianza, porque los necesitábamos para ganarle. Y nuestros compañeros “progres” aprendían a un ritmo cada vez más acelerado las reglas de juego. Y les gustaban. Para muchos de ellos, los que no entrábamos en ese juego éramos unos ingenuos, unos boludos. Nos decíamos que era un gobierno “en disputa”. Y es cierto que había mucha buena gente haciendo cosas muy valorables, siendo fieles a sí mismos. Hay que dar la pelea desde adentro, pensamos; luego nos debatíamos entre quedarnos o irnos a medida que nos dábamos cuenta de que se estaba yendo todo a la mierda. También estaba la inercia, el miedo al fracaso, la necesidad de dar la pelea para no reconocer que había salido todo mal, la omnipotencia, la excesiva confianza en nosotros mismos. Y la ingenuidad que hoy justificamos porque teníamos veintipico. Algunos hicieron carrera y se hicieron ricos — y hoy son kirchneristas, del FAP, lilitos, peronistas federales, radicales, hasta del PRO, pero aquí o allá tienen un carguito en algún lado. Otros nos encerramos en el pedacito de poder que nos tocaba, militando veinticuatro horas por día y tratando de ser fieles, ahí, a nuestra ética y a nuestro proyecto político, que no dejaba de ser micropolítica. Nos sirvió para aprender. Hasta que al final terminamos yéndonos decepcionados, a casa o a militar en otros espacios: los derechos humanos, el movimiento LGBT o la sociedad de fomento del barrio, asqueados de la política partidaria, porque ya no le creíamos a nadie; todo nos parecía cínico. Pagamos cara esa decepción. Muchos no volvieron a militar. Y ahí llegó el kirchnerismo, que nos sedujo después de ganar unas elecciones en las que no lo votamos, porque tampoco le creíamos nada. Llegaba de la mano de Duhalde, ¿cómo le íbamos a creer? Pero, de repente, Kirchner pateaba el tablero, desafiaba los límites de lo posible y hacía, desde el peronismo y aliado con muchos de los que siempre fueron nuestros enemigos, mucho de lo que nosotros hubiésemos querido que el Chacho se animara a hacer; y más. El kirchnerismo hacía inclusive lo que jamás hubiésemos soñado, lo que parecía imposible. No lo podíamos creer. Y nos enamoró. El kirchnerismo no nos proponía honestismo, sino mucha política. Toda la política que el Frepaso nunca nos dio, pero de arriba para abajo y sin chistar, con ladrillo y con bosta, como decía el General. Nos interpelaba poniendo en práctica lo que la cobardía política del progresismo de los noventa creía imposible, utópico, irresponsable. Nos mostraba que se podía, que no era el fin de la historia, que venían otros tiempos. Pero su manera de construir poder y su círculo de amigos nos alejaban. Acompañábamos desde afuera o asomados, sin ser parte del todo, pero entusiasmados. Con ladrillo y con bosta, el kirchnerismo hizo muchas cosas que nos enorgullecen; lo digo en tiempo presente. Las hizo sin nosotros y le ganamos respeto. Y para algunos, eso empezó a ser suficiente para olvidarse de aquella primera ética básica y mirar para otro lado ante muchas cosas. Y meterse del todo. No importa si roban. Roban pero hacen lo que nosotros no supimos. No importan los mamarrachos institucionales, no seamos puristas. Las reacciones de muchos compañeros a los que aprecio y respeto frente a las denuncias de corrupción en el gobierno —y las dudas que a mí mismo me generan a veces— parecen una revancha contra ese error fundacional del frepasismo. Hay que bancar el proyecto, porque si viene la derecha de nuevo hace mierda lo que conquistamos en estos años en los que por fin conquistamos algo. Y ese algo existe, no es una promesa vacía. Hay muchas cosas que están mal, pero también hay un país mejor en muchos sentidos, al que queremos defender. El piso y el techo, decía Sabatella, uno de los mejores de los nuestros, hasta que lo encuadraron y, como Chacho, nos dejó huérfanos. O bancás todo sin chistar o te vas a la vereda de enfrente, y Martín decidió bancar todo. La “oposición”, mientras tanto, hace frepasismo desde el otro extremo ideológico. Carente de proyecto de país y de un discurso convincente sobre cualquier cosa, disponibles para defender los intereses del mejor postor, juegan al honestismo con la misma falsedad con la que el Frepaso hizo la alianza con la UCR para echar a Menem. Su honestismo es más falso que billete de tres pesos. De Narváez hablando de la corrupción kirchnerista es como Carlos Monzón denunciando la violencia de género. Schiavi, antes de Once, fue jefe de campaña de Macri. Antes de estar con Macri, fue funcionario de Grosso. Y después de Macri, se fue con De Vido. A los radicales ya los conocemos. La oposición cacerolera, impresentable, hace de la honestidad, la república y todo el bla bla bla un circo hipócrita que desnuda su incapacidad para ofrecer política. Emulan al Frepaso, pero por derecha y sin un mínimo de credibilidad. A mí me molesta mucho más la corrupción del kirchnerismo que a cualquier antikirchnerista. Porque cuando un funcionario de este gobierno roba, pone en riesgo muchas políticas que defiendo y muchas conquistas que no quiero perder. Podemos decir: le hace el juego a la derecha. Y porque no quiero que, en nombre de principios en los que creo, un chanta se llene los bolsillos. Y también porque la corrupción corroe las conquistas, impide los cambios que faltan y trae consecuencias atroces, como Once. Por eso, me duele ver a compañeros que aprecio y respeto justificando cualquier cosa y diciendo que es todo una operación de la derecha y los medios y haciendo terapia cada noche con 678. Me duele verlos aplaudiendo a Mauro Viale con tal de criticar a Lanata, a quien admiraban cuando hacía, en los noventa, lo mismo que hace ahora. Ni lo uno ni lo otro. Como escribió Mendieta en este post, “¿qué carajo tiene que ver con nosotros un tipo como Fariña? ¿Cuál es la unión que nos une a personajes de la ostentación, del lujo vulgar, de esa estética tan noventista? Nada. Absolutamente nada. No los merecemos. Nosotros no somos eso ni lo queremos ser. (…) de este lado, acá donde bancamos a este gobierno precisamente por las cosas que esa clase de gente detesta, tenemos el derecho y la obligación de no hacernos los boludos. Y de exigir respuestas. Y pedimos respuestas políticas además de las judiciales. Y las pedimos porque no vamos a permitir que negreen nuestros sueños. Nuestros ideales. Y vamos a defender lo hecho y, sobre todo, lo que falta —lo muchísimo que falta— por hacer”. Comparto cada una de esas palabras, sin saber cómo sigue esta historia y deseando que no se vaya todo a la mierda, otra vez. Porque si se va a la mierda, va a seguir habiendo Fariñas, Schiavis y Onces, con otro color político, qué duda cabe, pero vamos a perder todo lo otro. Y porque lo otro se achicará cada vez más si lo que se impone, de nuevo, es la ética de los noventa, con sede en Puerto Madero. Hay que defender lo que conquistamos, aunque haya que defenderlo, también, de quienes lo hicieron posible y lo están poniendo en riesgo.

lunes, 22 de abril de 2013

EL PRO Y LOS FONDOS BUITRES.

Justo ahora que están nuevamente de moda ejerciendo loby contra la voluntad popular, leemos sobre las ONG´s ... Fondo buitre financia una ONG vinculada a una diputada del PRO El magnate Paul Singer, propietario del fondo NML Capital que solicitó el embargo de la Fragata Libertad en Ghana, es uno de los financistas de la fundación Vital Voices, cuya co-fundadora en Argentina es Laura Alonso. El especulador financiero Paul Singer, propietario del fondo buitre NML Capital que solicitó el embargo de la fragata Libertad en Ghana, es uno de los financistas la fundación estadounidense Vital Voices, cuya filial argentina fue fundada por la diputada del PRO Laura Alonso. Según el sitio web, Vital Voices Global Partnership "es una organización no gubernamental creada en 1997 por iniciativa de la entonces Primera Dama, Hillary Rodham Clinton, y la ex Secretaria de Estado, Madeleine Albright, con el propósito de promover el progreso de la mujer como parte de la política exterior de los Estados Unidos". La propia Laura Alonso confirmó en su cuenta de Twitter su vinculación con esta ONG, aunque aclaró que no la preside: "Es una fundación que no presido, capítulo de Vital Voices, se financia con donaciones. Soy miembro ad honórem del board". Según publica hoy el diario BAE, entre los principales financistas, con un aporte de 100.000 dólares o más (no está especificado el monto), figura la Fundación Paul Singer, del empresario titular del fondo buitre que desde hace años mantiene un litigio con la Argentina en representación de los bonistas que quedaron fuera de los canjes de deuda propuestos por el país. Pero no solamente Singer aporta dinero para esta entidad, algo que figura en la propia página web de Vital Voices, sino que también lo hacen Walmart, Goldman Sachs, Bank of América, ExxonMobil, el Departamento de Estado de los Estados Unidos y el Banco Mundial. El patrocinio de Paul Singer figura en el propio sitio web de Vital Voices. El patrocinio de Paul Singer figura en el propio sitio web de Vital Voices. Vital Voices Global Partnership llegó a la Argentina en 2009, co-fundada por Alonso. Según publica BAE, la diputada integra la “Red Global de Vital Voices” y un año antes de traer la fundación a la Argentina había sido galardonada como “Mujer Líder” por esta misma organización. En esos meses de 2008 la diputada también había salido becaria de Eisenhower Fellow, otra fundación estadounidense dirigida por el general Colin Powell. De las presentaciones y balances anuales de actividades de Voces Vitales se deduce un vínculo directo con PRO e incluso está recibe un subsidio de la Ciudad de Buenos Aires. Entre las asistentes a las charlas se encuentran la actual vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, la diputada Gabriela Michetti y la ex candidata a vicepresidenta por el FAP, Norma Morandini. GB

VENEZUELA, DEVALUACION Y VOTOS OPINION DE ALFREDO ZAIAT

ECONOMIA › OPINION Devaluación y votos Por Alfredo Zaiat La última elección para presidente en Venezuela es un interesante ejercicio para evaluar cómo influye la política cambiaria en la estabilidad económica y la legitimidad de los gobiernos. El resultado de los comicios arrojó un triunfo estrecho de Nicolás Maduro sobre el candidato unificado de la oposición Henrique Capriles. El chavismo logró retener el poder perdiendo unos 700 mil votos en apenas seis meses desde el comicio anterior que eligió a Hugo Chávez para un tercer mandato. En la elección de octubre la diferencia fue de 10 puntos porcentuales, brecha que disminuyó a 1,6 punto con Maduro pese a que analistas electorales afirman que la muerte de un líder político, en este caso de amplio apoyo popular como Chávez, en general fortalece aún más la simpatía hacia el candidato oficialista. La crónica posterior, ya con el veredicto de las urnas, explicó ese retroceso de las adhesiones en el discurso oportunista de Capriles de prometer el mantenimiento de conquistas sociales del chavismo y en la menor calidad de la campaña electoral de Maduro al descansar exageradamente en la figura de Chávez como aglutinador de voluntades. Esta evaluación forma parte del manual explicativo de especialistas de marketing electoral y comentaristas políticos. El sociólogo Artemio López ofrece un dato complementario. Señala que otro factor relevante para comprender el resultado de las elecciones en Venezuela es que dos meses antes de la votación Maduro, como presidente a cargo por la enfermedad de Chávez, dispuso una fuerte devaluación de la moneda, al subir la paridad de 4,3 a 6,3 bolívares por dólar. Cotización que subió aún más para los importadores al mes siguiente cuando comenzaron las subastas para conseguir las divisas necesarias para abonar compras del exterior. De ese modo, previo a las elecciones, el gobierno chavista sin Chávez aplicó con liviandad asombrosa una fortísima devaluación. Como se sabe, estos tipos de ajustes son muy regresivos en términos sociales provocando un shock inflacionario y pérdida del poder adquisitivo de los sectores más vulnerables. El saldo en Venezuela de esa medida fue una elección reñida ganada por el oficialismo con la merma de miles de votos. El chavismo está en condiciones de replicar que, pese a los costos de la significativa devaluación, igual triunfó en las urnas, que estaría expresando su fortaleza. Teniendo en cuenta experiencias latinoamericanas pasadas es un argumento consistente porque con los costos asociados a una fuerte modificación del tipo de cambio lo notable es que haya ganado las elecciones y no haya perdido aún más votos. Las devaluaciones bruscas provocan debilitamiento de los gobiernos. Pierden consenso social por los aumentos inmediatos de precios, en especial alimentos y bebidas, derivados del ajuste cambiario. Ese retroceso de la capacidad de compra de la población si no es rápidamente compensado por subas salariales o transferencias monetarias perturba la estabilidad política. Existen varios antecedentes regionales que muestran el efecto de la caída en la popularidad de líderes que ganaron elecciones hasta casos que tuvieron que abandonar el poder por las consecuencias de una fuerte devaluación. Después de una primera gestión que le permitió ganar la simpatía de mayorías en el período 1995-1998, Fernando Henrique Cardoso fue por su reelección, con éxito. En las primeras semanas de su nuevo mandato dispuso un ajuste cambiario del 50 por ciento. Después de esa medida ya no pudo recuperar los anteriores niveles de popularidad durante todo su segundo gobierno, quedando así con una gestión económica sin capacidad de recuperación política. Raúl Alfonsín transitó su gobierno en un terreno económico muy complicado hasta que terminó derrapando cuando el 6 de febrero de 1989 dispuso una inesperada y fuerte devaluación haciendo estallar por los aires el denominado Plan Primavera. Los meses siguientes fueron de un generalizado descontrol de las variables económicas con el desenlace conocido de hiperinflación, adelantamiento de las elecciones presidenciales y entrega anticipada del poder. Otra caso es el gobierno de Fernando de la Rúa, que no instrumentó una devaluación directa aunque el corralito de los depósitos actuó en los hechos como si la hubiera habido. El saldo fue una crisis política y social de proporciones con renuncia presidencial luego de jornadas de represión y muertes. La megadevaluación posterior en el período de Eduardo Duhalde fue la transferencia de ingresos hacia el sector del capital más brutal desde la política económica implementada por José Alfredo Martínez de Hoz en 1976 durante la dictadura militar. Duhalde tampoco pudo terminar su mandato presidencial otorgado por el Congreso. Estos antecedentes, como el reciente de la Venezuela de Maduro, son referencias ineludibles para un análisis más amplio de la cuestión cambiaria. En países periféricos, necesitados de divisas para importaciones imprescindibles de alimentos (Venezuela) o de bienes de capitales para la industria o de combustibles por la pérdida del autoabastecimiento por Repsol & Cía. (Argentina), una fuerte devaluación es regresiva económicamente y muy perturbadora en términos sociales y, por lo tanto, causante de inestabilidad política. Ese tipo de ajuste tiene como resultado una competitividad ficticia que entusiasma a muchos economistas de origen ideológico diverso encerrados en el microclima de papers, de clases universitarias o de asesoramiento empresario. De una u otra forma sugieren que una devaluación lisa y llana lograría superar los “desequilibrios” acumulados en la economía. Como el objetivo del equilibrio es una ilusión de laboratorio, las tensiones de competitividad existentes exigen un mayor esfuerzo de gestión y de aportes técnicos que la salida fácil de una devaluación precipitada. Más aún cuando existe una política de flotación administrada del tipo de cambio que, a diferencia de otros regímenes cambiarios de la región, va devaluando pausadamente la moneda. La existencia de dificultades de competitividad en algunos sectores requiere de medidas específicas. Incluso es interesante el debate si no es necesario acelerar el actual ritmo de miniajustes nominales (la variación porcentual de un centavo diario no es lo mismo con una cotización de 4 o de 5 pesos). Alteración de la paridad que, vale recordar, es una fuente de tensión inflacionaria y de alimentación de las sensibles expectativas sociales vinculadas con el dólar. El aspecto relevante en el análisis del tipo de cambio es precisar los elementos objetivos de su competitividad. Los múltiples elementos que intervienen en su determinación. Muy poca dedicación a esas cuestiones tienen quienes manifiestan preocupación por la competitividad del tipo de cambio o por la influencia del dólar blue en la economía. Lo que predomina es el análisis subjetivo quedando así limitado el dólar a ser un activo financiero de ahorro, entendible por el elevado grado de dolarización del excedente de actores económicos influyentes y fugadores seriales de capitales, pero que no aborda la complejidad del nivel de competitividad de la economía. El riesgo es que este comportamiento generador de sobrerreación y volatilidad financiera termine confundiendo hasta lograr consenso entre corrientes de pensamiento económico encontradas, para confluir en la minimización del indudable impacto negativo de una fuerte devaluación en el terreno político, como muestra la experiencia argentina y la última elección presidencial en Venezuela, y en el conocido carácter regresivo de esa medida en la redistribución del ingreso. azaiat@pagina12.com.ar

SANTA FE O SANATA FE.

eemos en análisis culinario de Daríos Schueri: El sismo Lázaro Báez se sintió en la Legislatura santafesina. Fue cuando la Diputada Alicia Gutiérrez justificó un proyecto de comunicación del FPCyS dirigido al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos acerca de “la actuación de la justicia ordinaria en la investigación penal por la compra de 140 motoniveladoras en el año 2005 provenientes de la República Popular China y la intervención del empresario Lázaro Báez y/o Austral Construcciones en el proceso de adquisición”, que disparara una vibrante replica del diputado obeidista Mario Lacava (las máquinas chinas las había comprado Jorge Obeid) y la consecuente replica de la diputada radical ex Vicegobernadora Griselda Tessio ,con clase magistral de Derecho Procesal Penal que por poco no mandó al abogado peronista preopinante de nuevo a la Facultad. La fecunda bota santafesina estará nuevamente en la mira nacional esta semana que se inicia, cuando la Cámara de Diputados de la Nación dé tratamiento definitivo al “Express” proyecto de “democratización de la Justicia”, debido a que 12 diputados tienen el poder para dar vuelta la votación que frene la reforma judicial. Entre la docena está el santafesino obeidista Juan C. Forconi, a quien sindican como un legislador “que a veces acompaña con su voto al oficialismo y a veces no”. Las ONGs autores de la iniciativa de convencer a estos doce futuros héroes de la democracia para que no voten la reforma, dan por sentado que el resto de los legisladores peronistas santafesinos votarán afirmativamente. Carlos Reutemann no sólo votó en contra, sino que se encargó de enviar a los Medios el demoledor texto de su discurso con una fraseología en contra del gobierno de Cristina Fernández que haría sonrojar a la mismísima Elisa Carrió, y que llama la atención no haya recibido una disonante réplica oficialista luego de ser leído en el recinto por Reutemann, quien dicho sea de paso ya se reunió con sus abogados ante las inquietantes informaciones que le llegan desde esta capital sobre la posibilidad, quizás remota, de que sea citado por la justicia en la causa abierta sobre la inundación causada por el Río Salado en el año 2003. Llegado el caso se ampararía en sus fueros y presentaría un escrito. El promocionado “18A” tuvo su expresión cultural de adhesión en la tradicional Plaza 25 de Mayo, que congregó a nuestro criterio ocular mas o menos la misma cantidad de manifestantes que el “8N”, pero con mucha mas bronca. Nos preguntábamos cartesianamente al ver tantas familias aplaudiendo o haciendo bulla con lo que tenían a mano en la casa: ¿serán el 30% que nunca votó a este gobierno?; ¿o estará aquí el 30% que define las elecciones? (utilizando el teorema de Rosendo Fraga). Evidentemente los que prefirieron la catártica comodidad de ver desde la comodidad hogareña la marea humana porteña justo en el momento en que el Senado de la Nación le daba media sanción a las socialmente rechazadas leyes de “democratización de la justicia”, quizás razonaron que ya no tiene sentido protestar públicamente contra un gobierno que después de cada manifestación redobla la apuesta. Seguramente los que fueron y los que se quedaron pero piensan igual confían en la libertad de conciencia de los 19 diputados santafesinos en cuyas manos estará el futuro de estas controvertidas normas que para el intuitivo Reutemann se transformarán en “ausencia de respeto a la República y la muerte de sus instituciones”. ¿Habrá otra madrugada de 125 en el Congreso?. El único candidato – y político - presente en la plaza santafesina fue Miguel Del Sel, a quien por lo visto los equipos de campaña del macrismo por él pedidos, le aconsejaron ganar terreno sobre la debilidad de su principal adversario: el socialismo gobernante, a quien compara y asocia con el kircherismo. La misma estrategia – casi letal- que usó el socialismo en el 2009 contra Reutemann candidato a Senador: pegarlo con el kirchnerismo, que en por ese entonces sufría una sustancial baja de las acciones, muy parecido al escenario actual. El artista Del Sel sale a pescar votos en el mismo estanque que Osvaldo Salomón: el peronismo descontento (y a esta altura aterrado) con el kirchnerismo; “hay muchos peronistas del obeidismo, reutemismo, que están descontentos y se están sumando para un cambio positivo”, alentó, dejándole la masa crítica del kirchnerismo acérrimo al “Chivo” Rossi, toda vez que el challenguer Alejandro Ramos, Secretario de Transporte de la Nación, viene siendo cuestionado por los foros comunales y municipales que deambulan por los esquivos despachos nacionales – de la mano de Ramos – por prometidas obras públicas que no llegan y encima enfrentan rumores de convenios que los obligarían a poner la plata (que no tienen) para el inicio a cambio de futuras devoluciones contra certificaciones. El Frente gobernante santafesino no habla aún de la lista de diputados que encabezará indiscutidamente Hermes Binner junto al radical Mario Barletta, que generó el encono público y posterior retractación en el Comité Provincia de su correligionario el Vicegobernador Jorge Henn, quien apadrinó una línea interna (“espacios”, según la nomenclatura política postmoderna) llamada “Cauce Progresista” para tratar de “encausar” alguna patrulla perdida del batallón político que básicamente en esta capital supo tener y con el que desafió a Mario Barletta por entonces intendente y su poderosa estructura universitaria, cuyo premio final fue la Vicegobernación del socialismo. De todos modos Barletta y su comando Escarapela saben bien que los circunstanciales aliados del Movimiento Afirmación Radical (M.A.R) de Santiago Mascheroni, y el Grupo Interior (que guía el caudillo del Departamento San Cristóbal senador Felipe Michlig) lo serán hasta que las circunstancias políticas ameriten lo contrario. El quinto lugar en la grilla del FPCyS prosigue técnicamente vacante ante las veleidades del PDP; de allí la oportuna intersección del ViceGobernador y el Intendente de la vecina ciudad de Santo Tomé Fabián Oliver para, llegado el caso, no quedar fuera de la discusión ante dos experimentados pesos pesados (de la política) como Mascheroni y Michlig. A Henn la queda la “construcción” de Cauce Progresista, que irá abonando con la generosa billetera del Senado para negociar chances en el 2015 cuando termine su mandato. El presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia Luis Rubeo se apresta a ser reelegido esta semana sin mayores sobresaltos, pese a los asados y arroces con pollo de algunos insurrectos que no pudieron hacer la digestión con el principal referente del Chivo Rossi. La inesperada, pese a lo previsible por su crónica enfermedad causada por el exceso de cigarrillos, muerte de Alberto Maguid no solo repercutirá en la interna del poderoso gremio UPCN (influyente por el manejo político de Maguid en los últimos 40 años, Amsafé tiene mas afiliados) cuyo sucesor natural es el experimentado Jorge Molina, sino en la vertiente política que – desarrollista al fin – el “Turco” supo construir para afianzar poder por partida doble: el gremio y la arena política. Su Partido Producción y Trabajo con representación provincial coló en las últimas elecciones cuatro diputados provinciales y a su nieto Sebastián Pignata como concejal en esta capital. Jorge Molinas – un peronista a quien Maguid había puesto en su momento como Vicepresidente de Ricardo Spinozzi en el Partido – ¿dispondrá de los recursos gremiales para seguir sosteniendo la estructura de PyT?. En dos semanas, la Cámara de Diputados, a pedido del Gobernador Bonfatti que lo envió a extraordinarias (aunque será tratado en ordinarias) pese a la resistencia de dos de sus ministros y las diputadas Griselda Tessio (radical) y la socialista Inés Bertero la media sanción del senador radical Lisandro Enrico de una Ley que amplía la facultad de los jueces para dictar prisión preventiva, titulada por el Diario Rosario/12 “Barrotes para pobres”. Lo que debería saber el titulador del matutino rosarino es que Bonfatti no tuvo más remedio que hacerse eco de la iniciativa de Enrico (aprobada casi por aclamación en senadores con enjundiosos discursos de los peronistas) por el apabullante pedido de la comunidad de Venado Tuerto asolada por la inseguridad y el aval del intendente de Venado Tuerto y Pte del PJ provincial José Luis Freyre, a quien las balas políticas por este tema le pican cerca de su despacho. El diputado peronista venadense Darío Mascioli Pte del bloque FPV, coterráneo del senador Enrico, consciente de la caldera que hierve en su terruño, pidió preferencia para dentro de dos sesiones. A veces no viene mal darse un baño de realidad. En todos los sentidos. GB

LEEMOS EN RAMBLE TAMBLE, EL COGRESO Y LA REFORMA.

una de cal , una de arena: el congreso desempatará... La reforma judicial que promueve el oficialismo y apoya la bancada mayoritaria en el parlamento , es materia de distintas visiones en la sociedad civil. Como es obvio, la controversia es modelada por la interpretación que cada quién hace de la norma según su posición política , aunque todo el mundo como es habitual también -- la ideología niega su condición de tal como condición de funcionamiento-- , se defina como a-partidario, a-politico, a-comerla. Leemos al respecto en Télam: ONGs opositoras llaman a impedir la votación de la reforma judicial Un grupo de cuatro ONGs, lideradas por Poder Ciudadano y Cippec, lanzó una campaña con el fin de difundir los nombres de diputados nacionales que el próximo miércoles deberían votar los proyectos para la democratización del Poder Judicial. Tanto Poder Ciudadano como Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), son organizaciones que se presentan como asociaciones civiles que se dedican a "analizar y monitorear" las políticas públicas de los distintos poderes del Estado, con el fin de asegurar la "transparencia" de la cosa pública. Si bien ambas ONGS se definen como "independientes" de los partidos políticos, la realidad dice otra cosa: en los últimos años, Poder Ciudadano y Cippec se han caracterizado por haber nutrido de cuadros políticos a algunos partidos de la oposición. En este sentido, los dos ejemplos más relevantes son los de la diputada nacional Laura Alonso, ex directora ejecutiva de Poder Ciudadano, y Nicolás Ducoté, ex presidente de Cippec y actual subsecretario de Asuntos Políticos en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Organismos de derechos humanos apoyan la reforma judicial Organismos de derechos humanos brindaron su apoyo a los proyectos presentados por el poder ejecutivo al Congreso nacional para "democratizar" la justicia y "construir entre todos un Poder Judicial más transparente, ágil, moderno y accesible". A través de una solicitada publicada en los diarios Página/12, Tiempo Argentino y Crónica, remarcaron que las iniciativas son para "consolidar el proceso de participación ciudadana y ampliación de derechos e introducir el principio de soberanía popular en los tres poderes del Estados". "Aún hoy persisten sectores de la Justicia que fueron cómplices del Terrorismo de Estado, poniendo jueces funcionales y generando así agencias judiciales impunes que operaron desde las sombras y fueron parte de la vulneración del Estado de Derecho", se destaca en el segundo párrafo del texto. Por último, los organismos subrayan que "hoy, al cumplirse 30 años de democracia, en Argentina se construye día a día un nuevo modelo sobre la base de la igualdad y la dignidad del ser humano, a través de políticas que reconocen y amplían derechos individuales, sociales, económicos y culturales". "Por eso, acompañamos con firmeza la decisión de avanzar en la democratización de la Justicia y construir entre todos un Poder Judicial más transparente, ágil, moderno y accesible", concluyen. Adhieren a la solicitada Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Asociación Madres de Plaza de Mayo, la Asociación Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Hijos por la Identidad Contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.) Rosario, H.I.J.O.S Paraná, H.I.J.O.S. Córdoba y la Asociación Nacional de Ex Presos Políticos.

MANIOBRAS PARA ELUDIR EL VOTO POPULAR

Leemos en Télam: La fragmentada oposición y los medios corporativos ensayan, una y otra vez, intervenciones públicas por fuera del parlamento y protagonizadas por actores no directamente partidarios para intentar torcer el rumbo socioeconómico del gobierno nacional. Tras las elecciones de junio del año 2009 desde los medios opositores se impulsó la unidad parlamentaria del conjunto de la oposición político partidaria constituyéndose el ya emblemático Grupo Ahhhh! Este engendro no solo no logró torcer un milímetro la agenda del gobierno nacional, sino que terminó profundizando la fragmentación opositora hasta el punto en que en octubre de 2011 , tras el experimento impulsado por los medios opositores, la diferencia entre el oficialismo y la segunda fuerza fue el equivalente al 80% de los votos de toda la opo sumada. Una bicoca. Frente a este notabilísimo fracaso sin antecedentes en la historia electoral -nunca una segunda fuerza lo fue con apenas 17% de los votos- producto de la sujeción de la oposición político-partidaria a la estrategia trazada desde las editoriales de los medios que adversan al gobierno, los ensayos de las corporaciones para intentar torcer el rumbo socioeconómico del gobierno nacional buscó nuevos escenarios no parlamentarios y actores no directamente partidarios. Surge así la saga de caceroleros el 8 de noviembre de 2012 y el más reciente del 18 de abril de este año promovidos al calor del impacto especialmente metropolitano de los medios opositores, que son los que llevan la delantera en la instalación de temas críticos de la agenda oficialista, simulacros de cacerolazos que, sin embargo, no parecen modificar en nada la arquitectura de preferencias electorales de octubre de 2011 que permanece inalterada. "Los ensayos de las corporaciones para intentar torcer el rumbo socioeconómico del gobierno nacional buscó nuevos escenarios no parlamentarios y actores no directamente partidarios.” Lo que logra este nuevo intento impulsado por los medios opositores es redundar sobre aquellos segmentos que ya adversaban al gobierno, algo así como cazar en el zoológico. Así las cosas, las recientes movilizaciones de las clases medias y medias altas porteñas residentes en el centro norte de la CABA, con muy limitadas réplicas en el primer cordón del GBA, La Plata, Mar del Plata, Rosario, Córdoba capital y Mendoza capital, son la materialización en otra dimensión del fenómeno de la redundancia que desarrollamos en esta columna. Se trata de segmentos mayoritariamente de medio alto y alto nivel socioeconómico, que ya adversaron al oficialismo en 2011 y vuelven a expresar su descontento en número decreciente cada vez, pero exacerbados por la escalada en la agenda de medios opositores, en franca disputa con el Gobierno desde el año 2007 con aceleración a partir del año 2009. El volumen de la última movilización de cacerolos opositores merece un párrafo aparte. Mucho se especula siempre sobre la magnitud de las movilizaciones oficialistas y opositoras. Es tradicional en los medios desde siempre, difundir cifras de acuerdo a su posición política. Así el acto de regreso del General Perón en el año 1973, reunió más de 2 millones de personas estimativamente, pero para la prensa opositora - el matutino La Prensa - la cifra se redujo a 200.000. Sucede lo mismo tras cada evaluación de actos por parte de oficialismo y oposición. Las proporciones se pierden nuevamente ahora cuando el sistema de medios opositores calcula en dos millones el número de movilizados este 18 de abril mientras cálculos alternativos llevan esa cifra a 170.000, el caso de la Policía Federal. Nuestra evaluación del acto mediante información de blogueros residentes en las zonas informadas, es la que sigue solo desagregada para capital. En todo el país el pico máximo de movilización se dio entre las 21.30 hs y las 22hs. Tomando cada punto (Barrio, localidad, Provincia) en su punto máximo, el total de personas movilizadas en todo el país ascendió a 167.200 personas. Es importante destacar la merma de manifestantes respecto a la última convocatoria -potenciada por los medios opositores, con activación por redes sociales y sectores políticos de la oposición - el 8 de noviembre de 2012, jornada durante la cual se manifestaron 258.500 personas. CABA CABA Cantidad de personas 9 de Julio y Santa Fe 100 Cabildo y Juramento 5.000 Cabildo y Lacroze 70 Corrientes y Medrano 160 Corrientes y S. Ortiz 20 Obelisco 20.000 Plaza de Mayo 30.000 Rivadavia y Acoyte 6.000 Rivadavia y Boyacá 350 Santa Fe y Callao 3.000 Santa Fe y Coronel Díaz 500 Otros puntos de concentración Comuna 4 80 Comuna 5 230 Comuna 7 50 Comuna 8 20 Comuna 9 50 Comuna 10 100 Comuna 11 860 Comuna 12 850 Comuna 13 60 Comuna 15 100 TOTAL 67.600 La presencia de la agenda mediática replicando sobre las demandas de los porteños de medio alto y alto nivel económico social era nítida en el caceroleo del 8N y 18A , con consignas que parecían impresas por los editorialistas políticos opositores, algunas de ellas fueron: Argentina sin Cristina, Basta de inseguridad e inflación, No a la reforma judicial, Defendemos a Francisco(¡!) , Nosotros la defendemos no la reformamos, La solidaridad no tiene pechera, ¿Democratización de la justicia?, Contáselo al pajarito de Maduro, Todo es culpa de Clarin?, Ni muertos ni desaparecidos escondidos. Como se lee, se trata de un compendio de consignas opositoras duras, muy poco originales, muchas extraídas literalmente de los medios. Desde el punto de vista político-electoral, nada nuevo bajo el sol. "La presencia hegemónica del pensamiento neoliberal en las organizaciones no gubernamentales más activas contra la Reforma Judicial, desbarata desde el inicio cualquier intento de darle aires de ’apoliticidad’.” Frente al nuevo fracaso de inducir cambios en la agenda de gobierno vía caceroleo metropolitano, la nueva intentona ahora consiste en lanzar al ruedo a las muy famosas “ONG´s”, esta vez para frenar la reforma judicial que impulsa el oficialismo. Se trata de una módica maniobra y a poco de analizar la composición de estas organizaciones típicas de los años noventa, se observa claramente su inscripción política. A lo ya dicho en esta nota no hay demasiado que agregar, la presencia hegemónica del pensamiento neoliberal en las organizaciones no gubernamentales más activas contra la Reforma Judicial, desbarata desde el inicio cualquier intento de darle aires de “apoliticidad” y entonces representatividad ciudadana extendida a las propuestas de estos grupos. Conceptualmente se trata una vez más de buscar sucedáneos de dudosa legitimidad a la voluntad popular expresada cada dos años en el voto universal y secreto, que asigna el lugar de las mayorías y minorías que ningún otro mecanismo puede alterar en democracia, ni siquiera tan respetables ONG’s como CIPPEC, cofundada por Miguel Braun, director Ejecutivo de la fundación PRO “Pensar” e integrada por, entre otras celebridades, Sonia Cavallo, que no es la esposa sino la hija del ex Ministro de Economía que en marzo de 2001 prometiera “Salvar a la Argentina”. Algo falló, ¡ay!

domingo, 21 de abril de 2013

MORDISQUITO 2013.

En un pasaje del último y notable texto leído por este filósofo popular el 10 de noviembre de 1951, un día antes del acto eleccionario que consagró el enorme triunfo de Perón para un segundo período de gobierno, dijo: “La nuestra es una historia de civismo llena de desilusiones. Cualquiera fuese el color político que nos gobernó, siempre la vimos negra. Aspiramos a gozar y al final nos gozaron. ¡Todos! ¡Siempre! Una curiosa adoración, la que vos sentís por los pajarones, hizo que el país retrocediese cien años. Porque vos tenés la mística de los pajarones y practicás su culto como una religión. Cuanto más pajarón él, más torpe y más crédulo vos. Te gusta oír hablar a la gente que no le entendés nada; la que te habla claro te parece vulgar. Yo también entré como vos y, ¿por qué no confesarlo?, me sentía más conmovido frente a un pajarón que frente a un hombre de talento. El pajarón tiene presencia, tiene historia larga, la que casi siempre empieza con un tatarabuelo que era pirata. Yo también me sentía dominado por los pajarones cuando era chico. Ahora, ¡no! Cuando era chico, sí. ¡Pero no ahora, Mordisquito! Salvate de los pajarones. El fracaso -por no decir la infamia- de los pajarones fue lo que trajo como una defensa a Perón y Eva Perón. Pero no fui yo quien los inventó. A Perón lo trajo el fraude, la injusticia y el dolor de un pueblo que se ahogaba de harina blanca y una vez tuvo que inventar un pan radical de harina negra para no morirse de hambre. Tampoco te lo acordabas. ¡Ay, Mordisquito, qué desmemoriado te vuelve el amor propio!” GB