domingo, 26 de agosto de 2012

OESTERHELD, HECTOR GERMAN

"Nació el 23 de junio de 1919. Su padre era un inmigrante alemán y su madre vasca (Elvira Ana Puyol). Se recibe de geólogo. Se casa con Elsa Sanchez y tiene cuatro hijas, todas secuestradas-desaparecidas por la última dictadura militar. Con su hermano Jorge funda la mítica editorial Frontera, distribuidora de las historietas "Hora Cero" y "Misterix" entre otras. Para 1957 y con dibujos de Francisco Solano López crea la historieta argentina mejor logarda de los últimos tiempos: "El Eternauta". Ambientada en Buenos Aires, una nevada mortal seguida de una invasión exraterrestre obliga a sus moradores al aislamiento y a la autosuficiencia ya que los personajes de la tira, un pequeño industrial (Juan Salvo), un intelectual universitario (Favali), un jubilado (Posky), y un empleado burocratón (Lucas) típicos exponentes de la pequeña burguesía, están acostumbrados, fueron educados para eso, para "el sálvese quien pueda individual". Oesterheld a través de la historieta predica que no hay que aislarse sino que hay que unirse y resistir: el que vale, el que sirve realmente, es el héroe colectivo.

En su juventud Oesterheld simpatizó con el Partido Comunista pero luego desencantado con el rumbo que este tomaba en la Argentina se acercó al peronismo combativo de la JP de sus hijas, en la que vio seguramente la posibilidad concreta de efectivizar la revolución soñada.
Pasó a ser un cuadro montonero.

Puso su profesión de historietista al servicio de la causa nacional, popular y revolucionaria.En 1968 termina una historieta sobre la vida y obra del "Che" Guevara.Para 1969 brinda una nueva versión de "El Eternauta" con dibujos de Breccia.En "Noticias" el diario peronista y montonero, en 1973, presenta todos los días una tira: "La guerra delos Antartes". En ese mismo año en la revista "El Descamisado" todas las semanas ilustra sobre las luchas de la emancipación nacional.Y durante 1974-1975 escribe sobre la vida militante de un pibe como cualquiera, "Camote", en la revista "Evita Montonera".

Oesterheld es secuestrado el 27 de abril de 1977 y se lo vio vivo, hasta enero de 1978.

Primero en el campo de concentración "Sheraton" y luego en el Regimiento Viejobueno de Monte Chingolo en la provincia de Buenos Aires. Precisamente ahí, un oficial del Ejército a cargo, le ofrece escribir una historieta sobre el cruce de los Andes por el General Don José de San Martín.
Acepta.
Cuando está haciendo la misma, otro grupo de tareas lo "visita" lo "interroga" sobre algunos compañeros suyos que andan buscando, no dice nada, se niega a colaborar con los represores y queda con un brazo fracturado.
La historieta se interrumpe y el compañero Héctor German Oesterheld con su inmensa diginidad a cuestas desaparece a la edad de 57 años."

La memoria de los de abajo.1945-2007.
Roberto BASCHETTI.

GB  

viernes, 24 de agosto de 2012

EL GAUCHO RIVERO

El 26 de agosto de 1833 se produjo la heroica sublevación de un grupo de gauchos e indios en las Islas Malvinas, acaudillados por el gaucho Rivero, un precursor de la unidad de las banderas de la justicia social y de la soberanía nacional en las luchas populares.

Antecedentes

1833 no fue un buen año para la
Confederación Argentina. Don Juan Manuel de Rosas, a pesar de la ayuda que ha brindado a los Treinta y tres orientales es, todavía, solamente el astuto estanciero de Los Cerrillos; no se ha plasmado aún en plenitud su personalidad de gran caudillo nacional.

Ha finalizado su primer gobierno de Buenos Aires en diciembre de 1832, ha rechazado en varias oportunidades su reelección en la Sala de Representantes, y marcha a la
expedición al desierto.

Lo sucede en el gobierno de la provincia
Juan Ramón Balcarce, un federal íntegro aunque moderado, que empieza por cometer el error de designar ministro de guerra a su primo Enrique Martínez, cabeza de los “lomonegros” y de la política antirrosista.

Al déficit económico público habría que sumar los estragos producidos por las
continuas sequías, y ahora también el reclamo por parte de la Casa Baring del préstamo otorgado durante la administración de Rivadavia en 1824.

La esposa de Rosas, doña
Encarnación Ezcurra, acosada en Buenos Aires, le escribe al brigadier general en campaña: “... lo mismo me peleo con los cismáticos que con los apostólicos débiles, pues los que me gustan son los de hacha y tiza”. Es que se está gestando -misteriosamente, en forma lenta pero firme- la Revolución de los Restauradores.

Mientras, muy lejos de Buenos Aires, se había producido la
usurpación británica a las Islas Malvinas por los marinos ingleses de la corbeta Clío. El capitán Oslow había dejado encargado al colono irlandés William Dickson la administración del archipiélago, y la misión de izar el pabellón británico cada vez que un barco se aproximara a puerto.

El gobernador Luis Vernet había renunciado a su cargo en marzo de 1833 a fin de evitarse problemas con Gran Bretaña; regresó a Buenos Aires, pero siguió desarrollando normalmente, con la autorización inglesa y a través de sus capataces, la administración de sus negocios particulares en la colonia de Puerto Louis.

Desde tiempo atrás, un vivo descontento cundía entre los peones de Vernet, en razón de la explotación a que eran sometidos. Además, la paga se les abonaba no en dinero, sino en vales emitidos por el propio ex-gobernador, y que para colmo Dickson, que oficiaba a la vez de despensero de la colonia, no aceptaba.

Por otra parte, les prohibían matar ganado manso para alimentarse, obligándolos a cazar animales chúcaros. La indignación creció cuando luego de la usurpación se comprobó que los explotadores actuaban en perfecta armonía con los extranjeros que izaban la insignia británica.


La rebelion de los gauchos.

El 26 de agosto de 1833 un grupo de ocho peones, todos analfabetos, acaudillados por el gaucho entrerriano Antonio Rivero, se sublevó y atacó a los encargados del establecimiento, dando muerte a cinco personas, entre ellas al capataz Simón y al despensero William Dickson. Luego se instalaron en la vivienda principal, arriaron la bandera inglesa e izaron la azul y blanca.

En días subsiguientes, el resto de los colonos cuyas vidas habían sido respetadas pudieron escapar y permanecieron refugiados en el pequeño islote Peat. Así, ambos grupos vivieron separados durante varios meses, sufriendo avatares diversos.

Finalmente, los primeros días de 1834, dos buques británicos llegan a la isla Soledad para recuperar la usurpación, organizando una partida armada para capturar a los gauchos, los que a su vez sufren una traición y una deserción antes de huir al interior de la isla.

No les resultó fácil a los ingleses, que necesitaron enviar varias expediciones, pero por fin logran apresar a los peones, engrillarlos y conducirlos detenidos a Gran Bretaña para ser juzgados.

Allí permanecen por varios meses presos hasta que el ministerio fiscal, estudiados los antecedentes del caso, le aconseja al Almirantazgo dejarlos en libertad y embarcarlos de vuelta a Buenos Aires, lo que así ocurre.

Se ha afirmado -aunque sin demostrarlo- que el gaucho Antonio Rivero perdió la vida mucho después, luchando valientemente para la Confederación en el combate de la
Vuelta de Obligado.
Prof GB
FUENTE la gazetafederal.org

jueves, 23 de agosto de 2012

CABILDO ABIERTO DEL JUSTICIALISMO-DISCURSO DE EVA PERON.


Excelentísimo señor presidente; mis queridos descamisados de la Patria:

Es para mí una gran emoción encontrarme otra vez con los descamisados como el 17 de octubre y como en todas las fechas en que el pueblo estuvo presente. Hoy, mi general, en este Cabildo del Justicialismo, el pueblo, que en 1810 se reunió para preguntar de qué se trataba, se reúne para decir que quiere que el general Perón siga dirigiendo los destinos de la Patria. Es el pueblo, son las mujeres, los niños, los ancianos, los trabajadores, que están presentes porque han tomado el porvenir en sus manos, y saben que la justicia y la libertad únicamente la encontrarán teniendo al general Perón al frente de la nave de la Nación.

Mi general: son vuestras gloriosas vanguardias descamisadas las que están presentes hoy, como lo estuvieron ayer y estarán siempre, dispuestas a dar la vida por Perón. Ellos saben bien que antes de la llegada del general Perón vivían en la esclavitud y por sobre todas las cosas, habían perdido las esperanzas en un futuro mejor. Saben que fue el general Perón quien los dignificó social, moral y espiritualmente. Saben también que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatria todavía no están derrotados, y que desde sus guaridas atentan contra el pueblo y contra la nacionalidad.

 Pero nuestra oligarquía, que siempre se vendió por cuatro monedas, no cuenta en esta época con que el pueblo está de pie, y que el pueblo argentino está formado por hombres y mujeres dignos capaces de morir y terminar de una vez por todas con los vendepatrias y con los entreguistas.
 
Ellos no perdonarán jamás que el general Perón haya levantado el nivel de los trabajadores, que haya creado el Justicialismo, que haya establecido que en nuestra Patria la única dignidad es la de los que trabajan. Ellos no perdonarán jamás al general Perón por haber levantado todo lo que desprecian: los trabajadores, que ellos olvidaron; los niños y los ancianos y las mujeres, que ellos relegaron a un segundo plano.

Ellos, que mantuvieron al país en una noche eterna, no perdonarán jamás al general Perón por haber levantado las tres banderas que debieron haber levantado ellos hace un siglo: la justicia social, la independencia económica y la soberanía de la Patria.
Pero hoy el pueblo es soberano no sólo cívicamente sino también moral y espiritualmente. Mi general: estamos dispuestos, los del pueblo, su vanguardia descamisada, a terminar de una buena vez con la intriga, con la calumnia, con la difamación y con los mercaderes que venden al pueblo y al país.

El pueblo quiere a Perón no sólo por las conquistas materiales –este pueblo, mi general, jamás ha pensado en eso, sino que piensa en el país, en la grandeza material, espiritual y moral de la Patria-, porque este pueblo argentino tiene un corazón grande y piensa en los valores por sobre los valores materiales. Por ello, mi general, hoy esta aquí, cruzando caminos, acortando kilómetros con miles de sacrificios, para decirnos "presente", en este Cabildo del Justicialismo.

Es la Patria la que se ha dado cita al llamado de los compañeros de la Confederación General del Trabajo, para decirle al Líder que detrás de él hay un pueblo, y que siga, como hasta ahora, luchando contra la antipatria, contra los políticos venales y contra los imperialismos de izquierda y de derecha.

Yo, que siempre tuve en el general Perón a mi maestro y mi amigo –pues él siempre me dio el ejemplo de su lealtad acrisolada hacia los trabajadores-, en todos estos años de mi vida he dedicado las noches y los días a atender a los humildes de la Patria sin reparar en los días ni en las noches, ni en los sacrificios.

Mientras tanto ellos, los entreguistas, los mediocres, los cobardes, de noche tramaban la intriga y la infamia del día siguiente, yo, una humilde mujer, no pensaba sino en los dolores que tenía que mitigar y en la gente a que tenía que consolar en nombre vuestro, mi general, porque se el cariño entrañable que sentís por los descamisados y porque llevo en mi corazón una deuda de gratitud para con los descamisados que el 17 de octubre de 1945 me devolvieron la vida, la luz, el alma y el corazón al devolverme a Perón.

Yo no soy más que una mujer del pueblo argentino, una descamisada de la Patria, pero una descamisada de corazón, porque siempre he querido confundirme con los
trabajadores, con los ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando codo a codo, corazón a corazón con ellos para lograr que lo quieran más a Perón y para ser un puente de paz entre el general Perón y los descamisados de la Patria.
Mi general: aquí en este magnífico espectáculo vuelve a darse el milagro de hace dos mil años.

No fueron los sabios, ni los ricos, ni los poderosos los que creyeron; fueron los humildes. Ricos y poderosos han de tener el alma cerrada por la avaricia y el egoísmo; en cambio, los humildes, como viven y duermen al aire libre, tienen las ventanas del alma siempre expuestas a las cosas extraordinarias.

 Mi general: son los descamisados que os ven a vos con los ojos del alma y por eso os comprenden, os siguen; y por eso, no quieren más que a un hombre, no quieren a otro: Perón o nadie.

Yo aprovecho esta oportunidad para pedir a Dios que ilumine a los mediocres para que puedan ver a Perón y para que puedan comprenderlo, y para que las futuras generaciones no nos tengan que marcar con el dedo de la desesperación si llegaran a comprobar que hubo argentinos tan mal nacidos que a un hombre como el general Perón, que ha quemado su vida para lograr el camino de la grandeza y la felicidad de la Patria, lo combatieron aliándose con intereses foráneos.

No me interesó jamás la insidia ni la calumnia cuando ellos desataron sus lenguas contra una débil mujer argentina. Al contrario, me alegre íntimamente, porque yo, mi general, quise que mi pecho fuera escudo para que los ataques, en lugar de ir a vos, llegaran a mí. Pero nunca me dejé engañar. Los que me atacan a mí no es por mí, mi general, es por vos. Es que son tan traidores, tan cobardes que no quieren decir que no lo quieren a Perón. No es a Eva Perón a quien atacan: es a Perón.

A ellos les duele que Eva Perón se haya dedicado al pueblo argentino; a ellos les duele que Eva Perón, en lugar de dedicarse a fiestas oligárquicas, haya dedicado las horas, las noches y los días a mitigar dolores y restañar heridas.

Mi general: aquí está el pueblo y yo aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos los humildes, a todos los trabajadores, a todas las mujeres, niños y hombres de la Patria, que en su corazón reconocido han levantado el nombre de una mujer, de una humilde mujer que los ama entrañablemente y que no le importa quemar su vida si con ello lleva un poco de felicidad a algún hogar de su Patria.

Yo siempre haré lo que diga el pueblo, pero yo les digo a los compañeros trabajadores que así como hace cinco años dije que prefería ser Evita antes de ser la esposa del presidente, si ese Evita era dicho para calmar un dolor en algún hogar de mi Patria, hoy digo que prefiero ser Evita, porque siendo Evita sé que siempre me llevarán muy dentro de su corazón. ¡Qué gloria, qué honor, a qué más puede aspirar un ciudadano o una ciudadana que al amor del pueblo argentino!

Yo me siento extraordinariamente emocionada. Mi humilde persona no merece el cariño entrañable de todos los trabajadores de la Patria. Sobre mis débiles espaldas de mujer argentina ustedes cargan una enorme responsabilidad. Yo no sé cómo pagar el cariño y la confianza que el pueblo deposita en mí. Lo pago con amor, queriéndolo a Perón y queriéndolos a ustedes, que es como querer a la Patria misma.

Compañeros: Yo quiero que todos ustedes, los del interior, los del Gran Buenos Aires, los de la Capital, en fin, los de los cuatro puntos cardinales de la Patria, les digan a los descamisados que todo lo que soy, que todo lo que tengo, que todo lo que hago, que todo lo que haré, que todo lo que lo que pienso, que todo lo que poseo no me pertenece: es de Perón, porque él me lo dio todo, porque él, al descender hasta una
humilde mujer de la Patria, la elevó hacia las alturas y la puso en el corazón del pueblo argentino.

Mi general: si alguna satisfacción podría haber tenido es la de haber interpretado vuestros sueños de patriota, vuestras inquietudes y la de haber trabajado humilde pero tenazmente para restañar las heridas de los humildes de la Patria, para cristalizar esperanzas y para mitigar dolores, de acuerdo con vuestros deseos y con vuestros mandatos.

Yo no he hecho nada; todo es Perón. Perón es la Patria, Perón es todo, y todos nosotros estamos a distancia sideral del Líder de la nacionalidad. Yo, mi general, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados de la Patria, os proclamo, antes que el pueblo os vote el 11 noviembre, presidente de todos los argentinos. La Patria está salvada, porque está en manos del general Perón.

A ustedes, descamisados de mi Patria, y a todos los que me escuchan, los estrecho simbólicamente muy, pero muy fuerte, sobre mi corazón".

GB

EDUCACION Y SUBVERSION: Cualquier relación con el ministro de educación en nuestra Ciudad sería mentirosa.

Subversión en el ámbito educativo
Luego del golpe del 24 de marzo, Ricardo Bruera fue designado como Ministro de Educación de la Dictadura (1976 a mediados de 1977).

La concepción pedagógica de Bruera y sus colaboradores sostenía que debía existir una articulación entre la libertad individual y colectiva pero que ésta sólo era concretable a partir del establecimiento del orden. No sólo orden social sino un orden interno generado por un disciplinamiento externo y el autocontrol personal.

Desde el Ministerio de Educación y Cultura, se gestó la "Operación Claridad". Se trataba de un plan a través del cual se pretendía identificar a los opositores al régimen en el ámbito cultural y de lograr la propugnada articulación entre libertad individual y colectiva a través del orden. Los integrantes de “El Proceso” se sentían amenazados por las ideas y proyectos extranjerizantes, por eso, buscaron restaurar los valores occidentales y cristianos y erradicar toda concepción ideológica que no fuera afín a esos contenidos. En una entrevista al presidente de facto, Jorge Rafael Videla, expresaba:

"La Argentina es un país occidental y cristiano, no porque esté escrito así en el aeropuerto de Ezeiza; la Argentina es occidental y cristiana porque viene de su historia. Es por defender esa condición como estilo de vida que se planteó esta lucha contra quienes no aceptaron ese sistema de vida y quisieron imponer otro distinto [...]
[...] consideramos que es un delito grave atentar contra el estilo de vida occidental y cristiano queriéndolo cambiar por otro que nos es ajeno, y en este tipo de lucha no solamente es considerado como agresor el que agrede a través de la bomba, del disparo o del secuestro, sino también aquel que en el plano de las ideas quiera cambiar nuestro sistema de vida a través de ideas que son justamente subversivas; es decir subvierten valores [...]
El terrorista no sólo es considerado tal por matar con un arma o colocar una bomba, sino también por activar, a través de ideas contrarias a nuestra civilización, a otras personas".

[Diario La Prensa, 18 de diciembre de 1977]

La censura fue uno de los mecanismos de control que aplicó la dictadura militar. En dependencias del Estado, trabajaron muchos censores determinando qué se podía publicar; recortando películas; letras de canciones; etc.

Muchos escritores, intelectuales, actores, cantantes, fueron considerados terroristas y por eso fueron proscriptos junto con sus obras, otros fueron secuestrados, muertos o tuvieron que marchar al exilio.

También en las instituciones educativas de los diferentes niveles de la escolaridad, centenares de docentes fueron cesanteados, inhabilitados para enseñar, perseguidos, desaparecidos y muertos. Lo mismo ocurrió con el estudiantado.

Para cumplir con este “objetivo”, se organizó un aparato de espionaje dentro de las escuelas –infiltrando estudiantes, colocando en los cargos directivos agentes de las fuerzas de seguridad, logrando la “colaboración” de docentes y estudiantes- para detectar y delatar a que fueran opositores a los lineamientos educativos planteados por la dictadura y, a partir de esos datos, incorporarlos en las llamadas “listas negras”.

Los sucesivos ministros -Bruera, Catalán, Llerena Amadeo, Burundarena y Liciardo- entendían que el ámbito de la cultura y la educación eran los más adecuados para que la subversión pudiera realizar su trabajo de captación ideológica. Por esa razón, trataron de ejercer un control estricto de esos dos ámbitos a partir de la producción de materiales que revelaran el accionar del enemigo y orientaran a los integrantes de la comunidad educativa para encarar la lucha contra él. La Resolución 538/77 firmada por el ministro Juan José Catalán expresaba que entre los Propósitos y los Objetivos Básicos del Proceso de Reorganización Nacional se encuentra:

“[...] la erradicación de la subversión en todas sus formas.
[...] la vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino y la conformación de un sistema educativo acorde con las necesidades del país, que sirva efectivamente a los objetivos de la Nación y consolide los valores y aspiraciones culturales de ésta.
[...] Que el personal docente y directivo de establecimientos educacionales es el que, en definitiva, en forma directa, ejercita la transmisión de conocimientos y la conducción de los respectivos ámbitos.
Que por tal motivo resulta necesario proveer a dicho personal de la mayor información para el cumplimiento de sus funciones y la delicada labor a su cargo”.

En consonancia con lo expuesto resolvía:

“1°. El folleto titulado “Subversión en el ámbito educativo (Conozcamos a nuestro enemigo)” se distribuirá en todos los establecimientos educacionales [...]”

También establecía que los directivos serían los responsables de dar a conocer el contenido del folleto entre el personal docente y administrativo y que, en la medida en que fuera viable, su contenido se haría extensivo a los estudiantes. Los supervisores eran los encargados de velar por el cumplimiento de la Resolución 538. Se pretendió infundir la idea de que la “guerra” contra la subversión se peleaba también en la escuela.

En la aludida Resolución, se enumeran los argumentos utilizados por los subversivos para captar adeptos: que todos puedan estudiar; que no se atienden las necesidades estudiantiles; que no hay libertad de expresión ni diálogo; aumento del presupuesto educativo, entre otros (Subversión en el ámbito educativo. Conozcamos a nuestro enemigo. Buenos Aires, Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, 1978, p. 40-41).

Todo estaba bajo control. Se realizaron purgas del material bibliográfico que circulaba en las escuelas porque las fuerzas de seguridad habían advertido Quema de libros calificados como subversivos llevado a cabo bajo el atento cuidado del personal de las fuerzas de seguridad durante la dictadura militar en 1976. que desde “páginas inocentes” en apariencia, objetiva o subjetivamente, se emitían mensajes contrarios a los “valores nacionales”. Fueron prohibidos, quemados, sacados de circulación muchísimos libros considerados “material subversivo”

Los integrantes del gobierno de facto pretendían que la sociedad toda debía participar, vigilar y denunciar al enemigo. La nota dirigida al ministro de educación publicada en la Revista Gente da cuenta de cómo accionaban los “colaboradores”:




Doctor Catalán: esto tiene que preocuparlo.
El país viene de sufrir una guerra. Armada e ideológica. Y la ganó gracias al valor y el sacrificio de muchos. Pero esa guerra no terminó. El enemigo aprovechará cualquier fisura para seguir con su trabajo destructor. Un área fundamental para ellos es la educación en los tres niveles. Su táctica es atrapar mentes y en especial la de los jóvenes, que son el futuro de la Nación.
Nos preocupa entonces que aún hoy circulen en los colegios libros con frases y conceptos como los que transcribimos. No pretendemos desatar una caza de brujas. Pero el lenguaje y la ideología que esos libros expresan se parecen demasiado a la ideología que imponen los subversivos marxistas en la prédica diaria. Creemos que esto debe ser controlado y corregido".

[Revista Gente, Buenos Aires, Atlántida, abril de 1978]


QUEMA DE LIBROS: En 1980 un millón y medio de volúmenes del Centro Editor de América Latina fueron quemados en un baldío de Sarandí.
“Doctor de muchos. Pero esa guerra no terminó. El enemigo aprovechará cualquier fisura para seguir con su trabajo destructor. Un área fundamental para ellos

La nota hacía referencia al libro de historia “Las edades Moderna y Contemporánea”, de los profesores Juan Antonio Bustinza y Gabriel Ribas de la Editorial Kapelusz. Poco tiempo después, a través de la Resolución 555/78 del Ministerio de Educación, se establecía que los contenidos del libro no eran acordes a los objetivos educativos de “El Proceso” y por ello no se podría utilizar ni recomendar en las escuelas, debiendo ser retirado de las bibliotecas bajo supervisión de las autoridades.

Todo aquellos materiales didácticos, actividades y docentes que tendieran a generar en el estudiantado la reflexión crítica; la democratización de los conocimientos; valores como la solidaridad, la libertad, la participación; eran incompatibles con los Objetivos del gobierno de facto y debían ser censurados, exonerados, encarcelados, desaparecidos, exiliados.

La política educativa implementada por la dictadura militar tendió al vaciamiento de los contenidos curriculares, redujo el presupuesto del área, impulsó la privatización de la educación pública y la transferencia de los servicios educativos a las provincias y municipalidades y militarizó la escuela. Esto fue posible merced a la complicidad de muchos integrantes de la población civil.

Fuente: www.abc.gov.ar/docentes
Prof GB

miércoles, 22 de agosto de 2012

HOMENAJE A CACHO EL KADRI.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=4JqSs6CDppU#t=0

(Jorge Daniel Arcolia)
Envar Cacho El Kadri, uno de los nuestros

GB

CACHO EL KADRI


"Ellos tenían una mezcla explosiva de corazón y cabeza"
La presidenta participó del homenaje a Envar El Kadri realizado en el Centro Islámico de la República Argentina

Cristina defendió la militancia de los jóvenes y criticó el 0800 macrista.

Recordó a "Cacho" El Kadri, un emblema de la resistencia peronista, y dio cuenta de los puntos de contacto entre su vida y la del ex presidente Néstor Kirchner. "Ellos tenían una mezcla explosiva de corazón y cabeza", aseguró.

Por Martin Piqué

Ironía y palabras filosas. Más una ocurrencia que despertó carcajadas en el auditorio. La presidenta cuestionó la iniciativa del ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, de crear una línea gratuita 0800 para denunciar la “intromisión política” de La Cámpora en las escuelas de la Ciudad. Lo hizo apelando al manual del orador que busca minimizar a su adversario. La mandataria confió que, durante el fin de semana en El Calafate, estuvo tentada de llamar al 0800 para comprobar cómo era el funcionamiento de la denuncia telefónica ideada por el PRO. “En el fondo me dio risa”, comentó sobre la propuesta de Bullrich. Fue anoche, en el Centro Islámico de la República Argentina, donde se realizó un homenaje al militante peronista Envar El Kadri, fallecido en 1998. “A mí los que me asombran (por su militancia) son los pibes de la secundaria, pese a que algunos les quieren poner un 0800. ¿Pero por qué no ponen un 0800 para los que venden paco o droga en las puertas de los colegios?”, se preguntó Cristina entre los aplausos de los asistentes que llenaban el salón de actos, en pleno barrio de Balvanera.

La jefa de Estado llegó al homenaje a El Kadri pasadas las 20:30. El anfitrión, aparte de Ester El Kadri, (madre del histórico referente de la resistencia peronista) y sus nietos, fue el sheij Mohamed Abdel Moeiz Ahmed Zanaty, imán de los musulmanes en la Argentina.

Todo empezó con una oración del imán, que rezó en árabe por el alma del homenajeado. Siguieron unas palabras de la madre de El Kadri. “Es poquito, doctora”, le aclaró a Cristina antes de leer el texto que había preparado. La mujer recordó desde el micrófono que cuando su hijo Envar murió –el 19 de julio de 1998 en Tilcara, Jujuy–, su familia pudo conocer a “una persona que dejó todo en la provincia de Santa Cruz, donde era gobernador, para ir a despedir a un amigo”. Hablaba de Néstor Kirchner. “Mi hijo siempre estuvo al pie de las rebeldías. Y ahora, gracias a Dios, tenemos una presidenta que ha interpelado lo que sentía él. Quiero agradecer enormemente la bondad de Cristina”, dijo. “A mi hijo y a Néstor los unió la misma pasión por los humildes y por la doctrina peronista”, sentenció.

Sonriente, la presidenta comenzó con un llamado ecuménico a la paz, al considerar que la oración del culto musulmán “no era tan distinta de la que rezamos los católicos o la que rezan los primos, como dice Timerman”. Por “primos” se refería a la religión judía. “Quiero aclarar que no sólo vine por ‘Cacho’ (El Kadri), también vine por Néstor. A los dos les hubiera gustado que estuviera hoy acá”, aclaró. Luego habló sobre los puntos de contacto entre El Kadri, abogado, fundador de las Fuerzas Armadas Peronistas, preso político y exiliado, quien falleció a los 57 años; y su esposo, el ex presidente, muerto tempranamente en 2010, a sus 60 años. “Ellos tenían, como muchos otros, una mezcla explosiva de corazón y cabeza. Y entregaron su vida por la grandeza de la patria y la felicidad del pueblo”, aseguró Cristina aludiendo a dos banderas emblemáticas del peronismo.

El discurso de Cristina incluyó una referencia a la revisión crítica de las experiencias políticas de los ’70. “Las vanguardias pueden servir para satisfacer cuestiones individuales pero si no se entiende que lo importante es lo colectivo se frustran los procesos y se pierden a los hombres más valiosos”, advirtió. Las palabras de la presidenta eran seguidas con atención por un auditorio heterogéneo en el que se codeaban militantes del kirchnerismo con miembros de la comunidad islámica de Buenos Aires.

22/08/12 Tiempo Argentino

FELIPE VALLESE LA PATRIA SE ESTREMECE

Hace 60 años desaparecía Felipe Vallese
"¿Puede desaparecer una persona?"

Por Alejandro Incháurregu. Fundador del Equipo Argentino de Antropología Forense

Felipe Vallese desapareció a los 22 años, en el año 1962. Era obrero metalúrgico y delegado del establecimiento donde trabajaba, la fábrica TEA. Consecuencia casi obvia de ello, militaba en un grupo juvenil de la resistencia peronista. El 23 de agosto de ese año, junto a un grupo de militantes, fue secuestrado en Capital Federal por un grupo de la Unidad Regional de San Martín. Para entonces, no se pedía zona liberada: simplemente se operaba.

Luego del silencio inmediato, la versión sobre la desaparición de Vallese trasciende. El diario El Mundo publica el 25 de agosto el siguiente artículo, titulado “Como en Chicago”: “Rarísimo el suceso en Flores Norte, que la policía dice ignorar. Frente al 1776 de Canalejas, a las 23.30 del jueves, un hombre fue secuestrado. Desde hacía varios días había autos ‘sospechosos’ en las inmediaciones. Una estanciera gris frente a aquel número, un Chevrolet verde en Canalejas y Donato Alvarez y un Fiat 1100 claro en Trelles y Canalejas. Dentro de ellos, varios hombres y otros en las inmediaciones de los coches. A la hora citada, el automóvil de Donato Alvarez hizo guiños con los focos señalando el avance del hombre. Le respondieron y todos convergieron sobre él. Se le echaron encima y lo golpearon. Y pese a que se aferró con manos y uñas al árbol que está frente al número señalado, lo llevaron a la estanciera gris que partió velozmente, con las puertas abiertas. Los gritos de desesperación que habían comenzado con la agresión poblaban la noche y atrajeron a todos los vecinos que, alarmados, dieron otro tono a la cuadra. Todos corrieron. Algunos quisieron acercarse, un hombre armado, pistola 45 en mano, los detuvo. ‘Esto no es para ustedes, piénsenla si no quieren ligarla.’ Y se tuvieron que ir, viendo, inermes, cómo en plena ciudad se raptaba un hombre”.

Junto a Vallese, fueron secuestrados su hermano mayor Italo, Francisco R. Sánchez, Osvaldo Abdala, Elba R. de la Peña, Rosa Salas, Mercedes Cerviño de Adaro, Felipe Vallese (h) de 3 años de edad y dos niñas de 8 y 10 años, hijas de una de las detenidas. Todos fueron sometidos a las consabidas torturas mientras repiqueteaba la pregunta “¿Dónde está Rearte?”. Como la emblemática pregunta “¿Dónde está Tanco?” de la Operación Masacre de 1956, a Vallese lo interrogaban por el militante de la Juventud Peronista Alberto Rearte. Su hermano Italo lo vio destrozado. En la golpiza, Vallese debe haber muerto y su cuerpo ocultado. Felipe Vallese nunca apareció, ni vivo ni muerto.

Las denuncias fueron masivas y desde el sindicalismo corrieron especialmente por cuenta de los dirigentes metalúrgicos Augusto T. Vandor y Rosendo García con el asesoramiento letrado del Dr. Fernando Torres.

Diez días después la evidencia y los testimonios de los detenidos luego blanqueados fueron aplastantes. La patota de la Unidad Regional de San Martín había estado comandada por el oficial principal Juan Fiorillo. El intento oficial de desmentir los sucesos se expresa en un comunicado formal del jefe de Policía Bonaerense que, releído luego de 40 años, suena como un lugar común: “Detenidos el 23 de agosto de 1962 en la localidad de José Ingenieros, partido de Tres de Febrero, por una comisión del servicio de calle de la Unidad Regional de San Martín, cumpliendo directivas de la superioridad para la prevención y represión de actividades subversivas y disolventes, al mando de Juan Fiorillo”.

Así, la policía no incluía a Felipe Vallese entre los detenidos y quitaba la Capital Federal como escenario del crimen. Un impensado elogio a lo mejor de Vallese surge del mismo comunicado de la policía: “Los detenidos tenían abundante propaganda peronista-comunista, panfletos cuyos títulos decían ‘Contra los préstamos del F.M.I. que atentan contra la soberanía del país’ y ‘No queremos préstamos que engorden a los enemigos del pueblo’. Firmados: Juventud Peronista”.

Suceden las gestiones públicas y judiciales y no se esclarece la suerte corrida por Vallese. Diez meses después, en junio de 1963, La Fraternidad publica una solicitada reclamando por la aparición de Vallese. El gran título es premonitorio para la década siguiente: “¿Puede desaparecer una persona?”. El final del texto, luego de reclamar enfáticamente por la aparición de Vallese, dice “medite quien lea este alegato: mañana puede tocarle ‘desaparecer’”.

El caso de Felipe Vallese es paradigmático por los elementos que lo componen: las consignas políticas que como militante reivindicaba, su condición de víctima de desaparición forzada e involuntaria, la impunidad de la Bonaerense, la aterradora precisión de quienes reclamaban por una desaparición y la infinita lucha por mantener la memoria del desaparecido.

La lucidez de Paco Urondo debe haber advertido todas las dramáticas aristas y matices que hacen a esta historia. Por eso su novela Los pasos previos incluye el caso Vallese. Sin saberlo, describió en él a otros miles que, como un eco, se repitieron interminablemente.


GB