miércoles, 11 de julio de 2012

Canal 13 y TN: trabajadores siguen exigiendo por derechos sindicales



Mirá el duro comunicado de UPTBA y la Comisión Interna de Delegados cuestionando al Grupo Clarín por vulnerar derechos de los empleados en dos de sus empresas.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1Z7bHIMkeufYDr84Ln9mBraFuBrjJwmNyF0CJkLEXSVFejrudgWW-_TwCmWkgTNK8LG5XXemHbXtcCiHmqPeTJaCMvBze1PKvEeoAob1SyQke9dgfBvknMGMwT1UL9-D5NrLyI8YaPds/s640/Canal+13+TN++delegado.jpg
COMUNICADO I Después de que el 30 de mayo  Artear SA se negara a reinstalar en su puesto de trabajo a nuestro compañero delegado Ricardo Junghanns, tal cual lo ordenara el fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Sala Nº VIII, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) y la Comisión Interna de Delegados de Canal 13 y TN reiteraron ante el MTEySS la denuncia de la actitud de desobediencia judicial y las persistentes prácticas antisindicales de parte de la empresa.
En respuesta el MTEySS decidió convocar a una audiencia a las autoridades de Artear SA y a los representantes de los trabajadores con el  fin de encontrar los mecanismos que permitan el cumplimiento efectivo de la reinstalación de nuestro compañero delegado y el ejercicio de la libertad sindical en canal 13 y TN.
Antes de abandonar la mesa de diálogo, el día 25 de junio en una reunión convocada por el Subsecretario de Relaciones Laborales del MTEySS,  Dr. Álvaro Ruiz, se hicieron presentes por parte de  Artear SA su Presidente,  Lic. Saturnino Herrero Mitjans, acompañados por el Gerente de RR.HH. Ángel Franco Cosentino y el apoderado legal de la empresa Matías Fredriks.
Allí se expresó que es deber del estado Nacional garantizar el efectivo goce de los derechos de los trabajadores protegidos por la Constitución Nacional, Leyes específicas y convenios internacionales sobre libertad sindical.
A lo que la empresa respondió persistiendo en su negativa a cumplir con la sentencia judicial y decidió ausentarse de las siguientes audiencias convocadas por el MTEySS a pesar de los apercibimientos recibidos.
En consecuencia el MTEySS ordenó, entonces, las medidas pertinentes para reinstalar en su puesto de trabajo y desempeño gremial al compañero Ricardo Junghanns.
El día 3 julio a las 12 hs., con la presencia del Subdirector de Inspectores del MTSS, compañeros de la Conducción de la UTPBA, la Comisión Interna de Delegados, a Ricardo Junghanns se le prohibió, como en diciembre de 2008, ingresar a Canal 13/TN para retomar sus puesto de trabajo y funciones gremiales.
Ninguna autoridad del Canal dio explicaciones  ni a los trabajadores, ni a las autoridades del Ministerio.
A las 14 hs. de ese mismo 3 de julio estaba convocada una audiencia para continuar con la paritaria conformada en el ámbito del MTEySS para discutir sobre la falta de aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo. ARTEAR SA  estuvo representada por un abogado sin otras atribuciones que el informarse sobre hechos suficientemente denunciados y discutidos.
Qué más debemos agregar después de 4 años de insistencia que los trabajadores de prensa de Canal 13 y TN tenemos derecho a percibir las horas extras trabajadas, a cobrar los días feriados y a gozar de los francos compensatorios que nos correspondan.
Que los trabajadores tenemos derecho a  que las categorías en que la empresa nos encuadra correspondan a las tareas que efectivamente realizamos. Que los trabajadores de prensa tenemos derecho a ser bonificados por la circulación indiscriminada de nuestras producciones en cuantas señales de aire y cable opera la empresa.
El cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo de Prensa Televisada Nº 124/75 y el respeto a la Libertad Sindical, son obligaciones para todas las empresas periodísticas y para Artear SA también.
“ Las organizaciones suelen tener una gestión humana autoritaria." Reconoció el Presidente de Artear SA Lic. Saturnino Herrero Mitjans en una nota periodística publicada en El Litoral.com, los Trabajadores de Prensa de Canal 13 y TN no tenemos dudas al respecto.
Comisión Interna de Delegados de Canal 13/TN (UTPBA)

GB

Eva Perón: Entre la sacralización y el mito



Por Francisco José Pestanha *

“El futuro que, sin lugar a duda recordará y juzgará el destino admirable de esta mujer, advertirá que no usufructuó ella de las circunstancias, sino que las circunstancias usufructuaron de ella como lo hace invariablemente la Historia con las vocaciones (o llamados) individuales que la misma historia usa, y con los cuales realiza o pone “en acto” sus acontecimientos posibles. Eva Perón escuchó ese llamado y respondió a él con heroica fidelidad ¿Y qué provecho sacó de las circunstancias? La vigilia, el cansancio, la enfermedad y la muerte.
Leopoldo Marechal
La vida, la obra y la muerte de Eva María Duarte, así figura en la fe de bautismo datada el 21 de noviembre de 1919 bajo el folio 495 emitida por la Capellanía Vicaria de Nuestra Señora del Pilar, Partido de General Viamonte, estuvieron y aún están sujetas a una serie manifestaciones socioculturales, sobre las cuales, bien vale hacer breve referencia a pocos días de conmemorarse un nuevo aniversario de su precoz agonía.
- Evita sacralizada -
Mientras una acepción corriente del vocablo “sacralizar” nos remite a un procedimiento mediante el cual suele asignarse o atribuirse carácter sagrado a un elemento o individuo, para nuestro devenir indo-afro-ibero-americano, la sacralización constituye a la vez de un fenómeno frecuente, una forma de expresión profundamente arraigada en el sentir y en el obrar popular que, reconocemos, adquiere ribetes complejos.
Numerosos autores vinculados a esa matriz epistemológica que en el país constituye el “Pensamiento Nacional” nos han enseñado que en nuestra región, la sacralización constituye un instrumento a través del cual los sectores populares no solamente suelen volcar sus devociones, sino también ciertas  expectativas, y en cierto sentido además, sus peculiares derroteros. Rodolfo Kusch, uno de los pensadores argentinos más originales, sentenciaba al respecto en su valiosísima obra “América Profunda” que “…cuando un pueblo crea sus adoratorios, traza en cierto modo en el ídolo, en la piedra, en el llano o en el cerro su itinerario interior…”.
Así esas circunstancias a las que refiere Marechal en el encabezado y que según él “se aprovecharon de Eva”, no hacen más que ratificar que la sacralización en nuestra América no solo contribuye a reforzar el sentido histórico del sujeto sacralizado, sino que además, lo instituye en presente y en futuro viviente. Arturo Jauretche, en plena sintonía, sostendrá en alguna oportunidad  respecto a Evita que “… hay seres en los que se mete la historia y se expresa a través de ellos como si quisiera símbolos vivos que inútilmente la inteligencia trata de explicar.
- Evita mitificada  -
Sobre la abanderada de los humildes ha recaído, además, otro tipo de dispositivo de características no tan originales e imperecederas como el descrito precedentemente, y que supone, en alguno de sus de sus sentidos, el despliegue de una operación intelectual tendiente a transformar hechos acontecidos efectivamente o inventados, en relato creíble o plausible aunque la veracidad de tales circunstancias no pueda ser comprobada”.´ Me refiero especialmente a la mitificación.
Entre otros aspectos mitificados del transcurrir de Evita hay cuanto menos dos a los que suele apelarse con cierta frecuencia y que a nuestro criterio, han contribuido a desnaturalizar la realidad acontecida.
El primero nos vincula a la afirmación que Evita encarnó per-se la efervescencia justicialista, y que su pasión revolucionaria la llevó a ejercer una especie de jacobinismo contrastante con el conservadurismo de quien fuera en vida el conductor del justicialismo. El segundo, que su predica y acción pueden ser perfectamente separadas o disociadas de las del mismísimo Perón, con quien habría mantenido diferencias inconciliables.
El primero, llevado a extremos, ha llevado a compañeros de fuste como Roberto Surra a sostener que ante la imposibilidad de negar a Evita, ciertos sectores que en su tiempo la repudiaron y la combatieron, empezaron a exaltarla “… llegando al colmo de presentarla como a una dama que látigo en mano, dominaba a su macho (Perón) quien es presentado por esta particular y pintoresca visión de la historia, como un timorato dominado por su miedo de perder el poder y temeroso del carácter de su mujer” .
He aquí uno de las formas que ha asumido el evitismo un verdadero “artilugio intelectual de manual”, cuyo fin último estuvo orientado a minusvalidar y opacar la obra y la figura de Perón, recurriendo al enaltecimiento acrítico de Eva.
Sobre la vida de la Jefa espiritual del peronismo mucho se ha escrito. Alguno de los textos han aportado valiosísima información y rectificado otra que durante un tiempo fue aceptada sin constatación alguna. Otros constituyen simplemente un verdadero sancocho.
Pero de la simple lectura de las obras más serias escritas sobre ella, como del testimonio de los hombres y mujeres que la acompañaron de cerca hasta su muerte, como de sus propios textos que constituyen su herencia como la comprobada “La razón de mi vida” o el otrora cuestionado “Mi mensaje”, surge incontrastablemente que Evita encarnó la revolución “…no como un acto propio o un gesto individual, sino en el contexto de Juan Perón, su doctrina y su pueblo en marcha hacia la liberación”. Ella misma afirmará tajantemente al respecto, tal vez recurriendo a una voz excesiva, pero plenamente sentida que: “todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que pienso y todo lo que siento es de Perón”.
No existe así testimonio o prueba alguna que Eva Perón hubiese concebido la revolución peronista sin Perón.
El segundo de los artilugios está orientado a obliterar ese verdadero lazo amoroso que unió a la pareja y la admiración mutua que se prodigaron. Desde facciones provenientes especialmente del materialismo, se intentó presentar a la pareja como el producto de una relación de medios a fines, donde ella, en oportunidades, aparecerá como uno de los instrumentos a los que apeló Perón para concretar alguna de sus inconfesables intenciones, y en otras, en menor medida, donde él será presa de las ambiciones extremas de “esa mujer”.
Nada más alejado de la realidad. Más allá de las naturales y lógicas desavenencias que toda pareja sufre en su devenir, y de las cuales casi ningún vestigio comprobable ha quedado, todos los relatos coinciden que su relación fue próspera e indestructible, aún a pesar de complejísimas circunstancias históricas y personales que les tocó compartir.
En “Mi Mensaje”, obra póstuma afortunadamente autenticada judicialmente gracias a los ingentes oficios de Fermín Chávez, entre las previsiones conspirativas respecto a sectores de la jerarquía eclesiástica y sospechas similares respecto a militares, Evita ilustrará al lector sobre su lealtad a Perón y reafirmará el proyecto de vida que eligió vivir junto al conductor del justicialismo. Sostendrá allí taxativamente:Quiero vivir eternamente con Perón y con mi Pueblo. Esta es mi voluntad absoluta y permanente y será también por lo tanto cuando llegue mi hora, la última voluntad de mi corazón. Donde esté Perón y donde estén mis descamisados allí estará siempre mi corazón para quererlos con todas las tuerzas de mi vida y con todo el fanatismo de mi alma. Si Dios lo llevase del mundo a Perón antes que a mí yo me iría con él, porque no sería capaz de sobrevivir sin él, pero mi corazón se quedaría con mis descamisados, con mis mujeres, con mis obreros, con mis ancianos, con mis niños…”
Algunos traficantes de la intelligentzia han recurrido a otras artimañas  para transfigurar el sentido histórico de Eva Perón. El ocultamiento de cierta información vital para comprender integralmente a Evita se convirtió en otro de los artificios preferidos. Entre otros tantos datos obliterados, se encuentra la profunda fe que nutrió su pensar y accionar.
Afortunadamente, registros documentales y testimonios escritos y audiovisuales de, entre otros, su confesor y Director espiritual Hernán Benítez y del poeta y amigo José María Castiñeira de Dios, permiten resguardar esa y otra información para las nuevas generaciones.
Nadie seriamente puede dudar hoy que sus creencias religiosas y la espiritualidad profesada por Eva fueron decisivas, y que su vida estuvo plagada de jirones vinculados a tales circunstancias.
Eva, según coinciden sus principales biógrafos, mantuvo siempre una profunda fe, y promediando su vida, llego a profesar oración diaria. Valentín Thiebaut, director del legendario periódico oficialista “Democracia” declarará oportunamente que, entrevistada respecto a las circunstancias de su viaje a Europa, Eva expresó que su encuentro con el Papa fue la etapa más impactante del viaje. La influencia de tal encuentro, y en especial la de Hernán Benítez, fueron decisivas en la concepción de esa fundación modelo que adquirió virtualidad categórica  con posterioridad  a aquel derrotero.
Roberto Surra en el texto precitado sostendrá enfática e irónicamente, que el “Evitismo es uno de los inventos más inteligentes y perversos que concibió la oligarquía para alimentar al antiperonismo. No hay nada más antiperonista que el Evitismo, ya que supone una actitud independiente y hasta contrapuesta de los ideales de Perón. Y culmina: Quienes digan amar a Evita, pero no a Perón deberían leer más, estudiar más, hacer memoria, o ¡hacer terapia!
Sin llegar al extremo, las recomendaciones de Surra resultan oportunas para advertir a los lectores respecto algunos libelos que seguramente  circundarán en estos tiempos, probablemente emergidos de algunos cenáculos donde suele recalar cierta vulgata revisionista.

* Francisco José Pestanha: Es Profesor Titular del Seminario Introducción al Pensamiento Nacional en la Universidad Nacional de Lanús,  y miembro de número del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.

En “Eva Perón sin mitos”, obra de Fermín Chávez publicada por editorial Theoría en el mes de febrero de 1996, se halla incorporada luego de la página 49, copia de la partida original.
Kusch Rodolfo: “América Profunda” . Editorial BIBLOS  Buenos Aires, 1999.
Jauretche Arturo Martín: “Juicios y testimonios”. Suplemento especial de la revista Dinamis. Año 1969.
Surra, Roberto: “Algunas consideraciones en torno al evitismo y una anécdota: Evita ante Franco”. En www.nomeolvidesorg.com.ar .
Castiñeira de Dios,  José María: “El esfuerzo de Evita, era antes que una misión, una forma de realización personal.” Diario la Opinión 26 de julio de 1972. página 16
Perón Eva, Mi mensaje, Ediciones del Mundo, Buenos Aires, 1987.
Chávez Fermín: “Eva Perón sin mitos”. Editorial Teoría. Febrero de 1996. Página 188

Prof GB

martes, 10 de julio de 2012

CHINA

Y la Argentina, que hasta hace unos años no tenía prácticamente vínculos con China, hoy está en la rueda de los proveedores destacados. Es que con un territorio extenso y con apenas 40 millones de habitantes, la Argentina tiene capacidad para abastecer a la demanda de 600 millones de seres humanos, tal como está desarrollado en el Plan Estratégico Agroalimentario 2020. Pasando por una gama variada que va desde el poroto de soja sin elaboración o por el aceite de soja comestible hasta llegar a una variedad de productos, algunos de los cuales tiene una interesante elaboración. Valga como ejemplo: la bodega Catena Zapata vende el 80% de su producción a destinos chinos. Dicen que algunas variedades de ese vino se llegan a pagar en restaurantes exclusivos de Beijing hasta 700 dólares la botella. También está entrando de a poco la carne vacuna argentina.

Pero ningún trato comercial es posible sin tener escala suficiente como para abastecer una porción de mercado. La primera frontera que es preciso vencer en las relaciones comerciales no es sólo la de que ellos venden productos de alto y medio valor tecnológico mientras que compran materias primas. Se trata, ante todo, de poder abastecer la demanda de un gigante. Por eso, la comitiva de Wen Jiabao trató de coordinar proyectos a escala Mercosur: porque quieren que Brasil y la Argentina conformen una suerte de banco de oleaginosas y alimentos que les permita comprar a un único oferente (un acuerdo firme entre estos dos países) la soja, el girasol, el maíz y otros productos de los que China es fuerte demandante. Nada más que de soja, compran más de 50 millones de toneladas anuales. Estados Unidos les vende más de 10 millones y es el principal proveedor, seguido muy de cerca por Brasil, mientras que la Argentina es el tercer proveedor. Es decir, una alianza Mercosur podría ponerlo en el primer lugar. Sería tanto ingenuo como propio de una visión neoliberal festejar esa situación. Es decir, aprovechar los excepcionales precios internacionales de la soja y valerse de los recursos que generan las retenciones para financiar planes sociales no es poca cosa. Pero tampoco son en sí mismo un objetivo. El desastre que puede acarrear el monocultivo es ambiental pero también social y político. Un debate serio sobre la mal llamada extensión de la frontera agropecuaria no puede dejar de lado que, por ejemplo, en Resistencia se ha conformado una vasta población de viejos agricultores minifundistas o arrendatarios que vendieron o alquilan sus tierras a los pooles sojeros. Ni hablar de las usurpaciones o compras por apriete de tierras a campesinos en Santiago del Estero. Por no mencionar la salvaje expulsión de habitantes sin casa en Villa General San Martín, en Jujuy, donde los ejecutivos de Ledesma no querían ceder ni una hectárea a campesinos y obreros desplazados por el avance de esa poderosa y cruel empresa. Tampoco puede desdeñarse el avance de productos de alta toxicidad, como consecuencia del uso indiscriminado de aviones fumigadores en los bordes de los pueblos rurales enclavados en cultivos de soja. O el desmonte irracional. O que las empresas que venden la soja en los Estados Unidos son Cargill, ADM o Louis Dreyfus; es decir, las mismas que las comercializan en la Argentina. Tan es así que Wen Jiabao y su comitiva visitaron un puerto del complejo enclavado en la zona de influencia de Rosario: el de Louis Dreyfus. No es fácil pensar en crear un organismo que replique el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio pero también es difícil pensar en un país soberano sin instituciones como el IAPI.

El gobierno argentino le dio jerarquía a la vieja Secretaría de Agricultura al convertirla en Ministerio. Mucho puede decirse de los logros alcanzados por Julián Domínguez al frente de esa cartera. No sólo en haber sido el vehículo de la presidenta para reabrir diálogos con productores rurales y con sus organizaciones a partir de una agenda muy abierta que abarcó desde el precio de la leche en tambo hasta la colaboración con asociaciones y empresas para ganar mercados externos, para conseguir créditos o para mejorar la participación de laboratorios de universidades nacionales y del INTA. Hay una continuidad con su sucesor, Norberto Yauhar, quien ocupaba la Secretaría de Pesca y quedó un equipo que tiene cuadros valiosos formados en la convicción de que es preciso diversificar y agregar valor a los productos agrícolas. En ese sentido, la Subsecretaría de Valor Agregado y Nuevas Tecnologías, que tiene al frente a Oscar Solís, es una de las áreas claves en la relación con los funcionarios del gobierno chino a la hora de intentar equilibrios ante tan evidente disparidad de poder entre el gigante chino y las poco –o casi nada– industrializadas exportaciones argentinas con ese destino. El desafío de aprovechar el vínculo con China –al menos en materia de exportaciones agrícolas– no puede quedar en compartimentos estancos o en un ministerio. Así como la perspectiva de la energía como un desafío clave llevó a la nacionalización del 51% de las acciones de YPF parece también necesario plantearse algo similar en materia de la acción del Estado en materia sojera. No parece lógico que la voracidad de los pooles sea lo que ponga el ritmo al crecimiento del yuyo verde. No parece lógico que las multinacionales alimentarias sean las que lo comercialicen. Al menos, lógico, desde una perspectiva soberana y de incorporación de valor. Sobre todo, valga paradoja, si el principal comprador no tuvo empacho en agregarle valor capitalista a sus instituciones comunistas.

10/07/12 Tiempo Argentino


GB

lunes, 9 de julio de 2012

"Vinieron y les presentamos batalla" Segunda y Ultima Parte.

El factor externo que se proyecta sobre nuestro país y no con fines benéficos.
El pueblo que encontrando sus líderes naturales u ocasionales, defiende su patria, su integridad, su patrimonio, su identidad, en una palabra: su honor.
Internamente, personalidades, grupos minúsculos pero con poder, que acepta la interferencia, agresión, intromisión y más aún, actúa como aliado, como auxiliar o cómplice de esa agresión, o intervención de espaldas al pueblo argentino y comprometiendo el destino soberano y la dignidad de la Nación.
A grandes rasgos, estos elementos se hicieron visibles durante el transcurso la Guerra de Malvinas. Tras la derrota, el presidente Galtieri fue derrocado por un golpe palaciego impulsado por los altos mando liberales de las Fuerzas Armadas, la diplomacia norteamericana y ciertos sectores de la partidocracia nativa. Todavía está pendiente la explicación verdadera y objetiva de este episodio cuidadosamente silenciado. Lógicamente, también contribuyó al derrumbe las limitaciones del propio Galtieri y la Junta Militar, que los llevaron a confundir su condición de súbditos de los Estados Unidos con la de aliados, al designar a un agente británico como Roberto Alemann en el Ministerio de Economía y a creer que se podía librar una guerra anticolonial sin apoyarse en la movilización popular y en la conformación de una ideología nacional antiimperialista, que uniera al gobierno, los trabajadores y las fuerzas armadas en pos de un objetivo patriótico. Es decir, sin reconstruir el Frente Nacional contra el que la dictadura cívico-militar se había alzado en 1976. Porque la Guerra de Malvinas puso estas cuestiones a la orden del día, fue que cundió en pánico en el establishment y sus representantes más conspicuos se dieron a la tarea de darle fin. Ahora podríamos sumarle los manifiestos de un grupo de escribas y, en menor lugar, de ciertos impresentables, que con el escándalo de sus declaraciones, buscan un lugar en los medios. Incluso, tenemos el caso de un docente universitario, beneficiario perenne del CONICET que ha llegado a proponer “Malvinas: Conmemorar sí, pero el 14 de junio” (diario “Clarín” 22/3/12).

En la antigua Grecia, el maestro Sócrates se enfrentaba con los sofistas por causas similares. Calicles, Protágoras o Hipias subalternizaban el lugar de la polis ante un vago cosmopolitismo. A su vez, Antifón, proclamaba una extraña cosmopoliteia y adelantándose a ciertos voceros de la intelligentzia vernácula, coincidía en que sacrificarlo todo por la ciudad era un absurdo y una forma de injusticia. Para estos hombres que habían secularizado su mirada, el vínculo sagrado que enlazaba la existencia del solar patrio y las normas y leyes divinas en que se sostenía, carecía de sentido y se había quebrado para siempre. Sólo quedaban los intereses individuales bajo el amparo de una fraternidad abstracta y de un igualitarismo ecuménico que nunca dejaba de ser un discurso vacío. En cierta forma, esta era la forma de pensar del Rivadavia que se niega a San Martín afirmando “lo que le conviene a Buenos Aires es replegarse sobre sí misma”; el Sarmiento de “el mal que aqueja a la Argentina es la extensión” o de los artículos en “El Progreso” de Santiago de Chile, o el Echeverría de “la patria no se vincula con la tierra natal”. Es decir, al igual que en Malvinas, no cabe ya pensar en combatir sino en aliarse con los poderosos para prosperar, y si algún conflicto aún quedara, siempre podrá apelarse a los mercenarios o a una justificada rendición. Alceo y Anquíleco, abandonando sus escudos en el campo de batalla y ufanándose de ello, son las figuras emblemáticas de esta modalidad apátrida ahora revestida de “racionalidad” y respeto a la “autodeterminación de sujetos de derecho”.

Sócrates, que había sido guerrero y en grado heroico, les responde duramente enseñándoles el valor trascendente de la patria soberana: “La Patria - le dice a Critón - es digna de más respeto y más veneración delante de los dioses y de los hombres, que un padre, una madre y todos los parientes juntos. Es preciso respetar la patria en su cólera, tener con ella la sumisión y miramientos que se tiene a un padre, atraerla por la persuasión u obedecer sus órdenes, sufrir sin murmurar todo lo que quiera que se sufra, aún cuando ésta sea verse azotado o cargado de cadenas, y que si nos envía a la guerra para ser allí heridos o muertos, es preciso marchar allá porque allí está el deber, y no es permitido ni retroceder, ni echar pie atrás, ni abandonar el puesto, y que lo mismo en los campos de batalla, que ante los tribunales, que en todas las situaciones, es preciso obedecer lo que quiere la República, o emplear con ella los medios de persuasión que la ley concede; y, en fin, que si es una impiedad hacer violencia a un padre o una madre, es mucho mayor hacerla a la patria”.

Sin embargo, nuestro país ha sido pródigo en engendrar personajes como Cirsilo, el personaje del capítulo once del libro tercero de Los Oficios de Cicerón, que aconsejaba entregar Atenas a Jerjes victorioso y someterse a los “beneficios” de su dominación omnímoda antes que batallar en su contra, para enseñarnos que “nunca se ha de pecar por la República”. Así lo entendieron aquellos atenienses y corrieron a pedradas a Cirsilo hasta las puertas de la ciudad. Hoy se le daría espacio en todos los medios en todos los medios de difusión.
Este tipo de manifiestos, como otros, que proclaman tímidamente nuestra soberanía sobre los territorios australes, pero sin soldados, son falaces, pero transparentes. Expresan con tosca simpleza el odio visceral que la causa del orden substantivo, abroquelado en la fe y el patriotismo, suscita en los propugnadores del “realismo periférico”

“Una Nación no debe sufrir por una batalla perdida más que un hombre robusto por un arañazo recibido en un duelo de espada - solía decir el escritor Anatole France - Es suficiente para remediarlo un poco de espíritu, de destreza y de sentido político. La primera habilidad, la más necesaria y ciertamente la más fácil, es extraer de la derrota todo el honor militar que se pueda dar.
Tomadas así las cosas, la gloria de los vencidos iguala a la de los vencedores y es más tocante. Es conveniente, para hacer que ese desastre sea admirable, celebrar al Ejército que ha estado en la guerra y publicar los bellos episodios que destacan la superioridad militar del infortunio. Los vencidos deben empezar por adornar, hacer lucir y dorar su derrota, engalanándola con signos relevantes de grandeza. Leyendo a Tito Livio, se ve que los romanos no erraron en esto y suspendieron palmas y guirnaldas en las espadas rotas de Trebia, Trasimeno y Cannas.”

El Premio Nobel pertenecía a la Nación que se reponía de los estragos de la Primera Gran Guerra, que había conocido las glorias Napoleónicas y la amargura de la derrota en la guerra franco-prusiana. Sin embargo, contrariamente a ciertas plumas de esta orilla del océano, que se han manifestado en los últimos días por la autodeterminación de los ocupantes ilegítimos, este “genuino” intelectual genuino no se avergonzaba de la suerte de sus armas ni se cuestionaba los reclamos sobre Alsacia y Lorena. Lo sorprendente es que estos mismos voceros del llamado “realismo periférico”, que definen a la recuperación de las Malvinas como un acto criminal y descabellado, fueron durante décadas los principales impugnadores de la neutralidad argentina en las dos guerras mundiales del pasado siglo. “La victoria tiene muchos padres, la derrota solo uno” y en este caso en particular el responsable no es una camarilla de pretorianos, sino el propio pueblo argentino que acompañó la decisión soberana y aún hoy pese al resultado adverso de lo que en el futuro sólo será una gran batalla, se enorgullece de sus combatientes.

La estrategia de desmalvinización, que no es otra que la de imponer en el inconsciente colectivo el fatalismo de la impotencia nacional frente a las agresiones coloniales, responde a la necesidad de que los Acuerdos de Madrid, suerte de Tratado de Versalles de similares condiciones vejatorias, sean aceptados como un fatalismo bíblico. Así, nuestros recursos naturales serán una nueva Cuenca del Ruhr y nuestro sistema de defensa desmantelado (Proyecto Cóndor, Fábrica de Aviones, Centros de investigación, etc.) con el argumento enlatado de que la globalización ha hecho obsoletas las naciones. No parece considerarlo así nuestro vecino Brasil que desarrolla una formidable capacidad disuasiva ante los apetitos que genera su Amazonia y los yacimientos energéticos de su litoral marítimo.

Con este objeto se ha implementado una banalización suicida de nuestra historia, contrariamente a países como Francia e Inglaterra, paradigmas de cómo construir historias gloriosas para consumo mundial, aun a partir de crímenes notorios. Hoy nos intoxican con películas de soldados llorones y capitanes sádicos, para que no nos percatemos que perdimos no solo contra Inglaterra, sino también contra Europa y los Estados Unidos que desarrolló la más formidable movilización bélica desde la Segunda Guerra Mundial: la “Task Force”, formada por casi 200 navíos, entre transportes y buques de guerra, y perdió en menos de 60 días de combate en el atlántico sur el 40% de sus unidades, hundidas, averiadas, fuera de combate, blancos de los muy bien coordinados y ejecutados ataques de la aviación naval y la Fuerza Aérea. El año pasado, el príncipe Andrés de York, en un lapsus memorable ante las cámaras de la televisión británica, reconoció que siendo él tripulante del portaaviones “Invencible”, nave insignia de la fuerza invasora, debieron de soportar un serio ataque de la aviación argentina, el cual dañó el buque; textualmente, él tuvo temor de ser encontrado cuerpo tierra, carbonizado sobre la cubierta del buque, con el cubo mágico que intentaba armar entonces con otro tripulante.
De la misma forma, en una sola jornada de combate, el BIM 5 había diezmando un batallón de paracaidistas escoceses, más de 800 hombres, aniquilando unos 300 gurcas, todos estos acontecimientos relatados por los protagonistas británicos y subidos a “youtube”. Se cuentan por centenares episodios de una épica homérica.

El Ejército tuvo más de 1.200 bajas entre muertos y heridos en Malvinas. De ellas 61 fueron oficiales y 199 suboficiales, lo cual significa un elevado porcentajes en relación con la cantidad que integraba el contingente y, sobre todo, teniendo en cuenta la distribución de los hombres en el terreno y el hecho de que las acciones principales no afectaron a todas las guarniciones y unidades, esas bajas se concentraron en algunas que sufrieron pérdidas realmente severas.

Así el Regimiento de Infantería 7 que defendió el cerro Logdon y Wireless Ridge, tuvo un total de 188 bajas, el Regimiento de Infantería 4 que defendió los cerros Harriet y Dos Hermanas tuvo 140 bajas, el regimiento de Infantería 12 que luchó en Darwin y Pradera del Ganso tuvo 107 bajas y la Compañía C del Regimiento de Infantería 25 que peleó en el mismo lugar sumó 31 bajas más.

En determinadas posiciones, el 50% o más de los jefes de las fracciones de primera línea, resultaron muertos o heridos: en el cerro Dos Hermanas 5 sobre 6 oficiales que iniciaron la lucha y en el cerro Logdon 3 sobre 5 fueron muertos o heridos, pudiendo agregar en el último caso un suboficial que se desempeñaba como jefe de sección y también resultó herido. El 50% de los oficiales del Grupo de Artillería 3 también fue muerto o herido. Sería del caso preguntar a los ingleses cuántos de sus oficiales corrieron la misma suerte, aunque alguien podrá argumentar entonces que si no tuvieron la misma proporción es porque saben combatir mejor.

Es por todos conocida, y más en el exterior, la magnífica actuación de la Fuerza Aérea Argentina, y quien nos obsequia estas páginas fue integrante de la misma. Con una prosa ascética pero no exenta de cierta poesía, mi compañero de estudios secundarios, que durante todo el conflicto sirvió en la Base Militar Malvinas, desarrolla un verdadero diario de guerra con un estilo que nos remite a las crónicas de Jean Lartéguy o las memorias de Ernst Junger en sus “Tempestades de acero”. No es para menos, durante el conflicto la Base Militar Malvinas concretó 1.533 operaciones aéreas durante las que se descargaron 6.500 toneladas de suministros y equipos, se trasladaron 9.800 pasajeros y se evacuaron 264 heridos. Durante los 45 días de combate sufrió el impacto de 51 bombas de 500 kg., 140 de 250 kg y 16 del tipo “rompepistas”, además de 1.200 proyectiles de artillería naval.

Los días y las terribles noches, “donde nada se ve donde solo hay latidos”, son relatados minuciosamente y tiene la honestidad de no ahorrar menciones a las pequeñas miserias humanas que se expresan en las situaciones límites, como también destacar, con la modestia del soldado cabal, las heroicidades que durante el conflicto fueron cotidianas. Tal vez el espíritu que animó a los hombres de uniforme azul, se exprese en las estrofas de un piloto, escritas durante el conflicto:

No permitas Señor que en el olvido
Caiga nunca lo que hicieron en la guerra
los halcones que unieron en la paz
con su vuelo, los rincones de mi patria.
Nunca dejes que sus alas se fatiguen,
porque aún, más allá de la contienda,
representan con su vuelo la esperanza,
el orgullo, la entereza…
el respeto hacia un pueblo que nutrió
con su esencia
el espíritu mismo de esas alas abiertas
Más, no dejes Señor que con sus nombres
Se dispersen tales actos de grandeza
Que si bien cada uno ha dado todo,
Todos juntos constituyen una fuerza.
Tal, el espíritu que se desprende de las páginas de este libro. Teniente Jorge Luis Reyes, nuestro querido “Negro”, ¡Me siento orgulloso de ser tu amigo!

José Luis Muñoz Azpiri (h)Miembro de Número del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas ”Juan Manuel de Rosas”.

Fuente Agenda de Reflexió.
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TUCUMAN ERA UNA FIESTA

Por Alberto Carbone
Ese día fue martes. No llovió.
Esa jornada gris y auspiciosa que jalonó seis años antes aquel 25 de Mayo en Buenos Aires no fue tal en el norte argentino, en el lugar que posteriormente al año 1816 se reconocería como el “Jardín de la República”.
El sol, entero.
Igual al ánimo de los diputados, que a las 14.00 horas comenzaron a sesionar.
Recordemos que se trataba del famosísimo Congreso de Tucumán, que a pedido del Gral. San Martín, debería cumplimentar un anhelo soñado por el Padre de la Patria: la Declaración de la Independencia.
Recordemos que el propio Libertador había solicitado oficialmente a su amigo personal y Presidente de aquel mentado Congreso, Narciso de Laprida, una Declaración Emancipadora para las Provincias Unidas.
San Martín afirmaba que le era imposible cruzar “el Ande” sin aquella decisión, en virtud de que debería mostrar a los pueblos vecinos el camino a seguir, el ejemplo político.
América toda era una fiesta de ejemplos, de entrega, de sacrificios personales en pos de la consecución de utopías.
Era la tierra de héroes epónimos.
¡Que lejos estamos de todo aquello!
Entonces, volviendo al tema, el Congreso en Sesión debatió como hasta hoy se hace, a solicitud de uno de sus miembros.
El diputado por Jujuy Sánchez de Bustamante reclamó el tratamiento del “Proyecto de Deliberación sobre la libertad e independencia del país”. Se aprobó por unanimidad.
Como quería San Martín.
Como necesitaba el resto de América.
Y los festejos por aquella decisión comenzaron a prepararse para el día siguiente.
Época del gobernador de Tucumán Bernabé Aráoz, puntal de aquellas magnas jornadas y de muchas otras en apoyo del ejército emancipador que comandaba Manuel Belgrano. Un auténtico forjador de batallas, que se mostró siempre valiente y decidido. Quizás por todo ello, el propio General San Martín lo elogió ante el Directorio al escribir: “Me atrevo a asegurar, que no se encuentran diez en América que reúnan más virtudes”…

Aquellos actos del festejo por la decisión emancipadora comenzaron el 10 de julio a las 9.00 horas, presididos por Aráoz y bendecidos como corresponde por el sacerdote Pedro Ignacio de Castro Barros. Un riojano que posteriormente sería designado asesor económico del Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón. Quien por supuesto, también se encontraba en la provincia para celebrar.
La gente en la Plaza principal estuvo desde muy temprano, revoleando ponchos, sacudiendo botas en malambos interminables y escuchando los cantores populares que pululaban todos de calle en calle, vitoreando de mil formas el motivo central de la jornada, la Independencia política del país.

A la noche, se proyectaba la gran comilona con baile y la famosa “Casa de Tucumán” no podía usarse. Por eso lo paradójico es que el Congreso terminó de deliberar, después de la Misa de Castro Barros, en la mismísima casa del gobernador Aráoz. Allí decidieron nombrar a Belgrano como General en Jefe del ejército del Alto Perú, en reemplazo de Rondeau, después de lo cual, el Director Supremo Pueyrredón, partió a Córdoba, donde lo esperaba San Martín, para debatir respecto del cruce de los Andes, tema secreto hasta entonces para las mayorías.
Siga el baile siga el baile

Además, la ciudad de Tucumán era un verdadero vergel. Estaba llena de flores, guirnaldas y banderas. Cuando llegó la noche se fueron organizando las peñas y los bailes. Como siempre y en todo lugar, la gente quería expresar su alegría. En la histórica Casa fue dispuesto el salón principal para el baile, dejaron lugar para la orquesta y para los paisanos guitarreros también, porque el minué y la zamba se entrecruzaban.
Dicen que Manuel Belgrano no se despegó en toda de la noche de Dolores Helguera, quien sería la futura madre de su hija.
Lo curioso es que ya en aquella época los políticos imaginaban concursos de belleza.
¡Pueden creer que en esta ocasión salió elegida Lucía Aráoz, que de casualidad era la hija del gobernador!.

La denominaron como “la rubia de la Patria” y a pesar de que no había fotógrafo, todos quisieron bailar con ella.
¡Al fin de cuentas, uno se emancipa sólo una vez en la vida!
Pero como no podía ser de otra manera, Aráoz determinó que era una verdadera injusticia que aquel baile sólo fuese para algunos y decretó una festichola infernal con todo el pueblo en la calle para el 25 de junio. Primero hubo desfile militar y entre los varios discursos, dicen que el de Belgrano conmovió a la concurrencia, porque fue quien exaltó la valentía de los caídos, les rindió un homenaje vibrante y propuso allí, frente a todos, la posibilidad de crear entre los pueblos de América un Imperio del Sur, convocando un descendiente de los Incas.

Don Manuel Belgrano, el mismo de siempre e igual a ninguno, que festejó con el pueblo, que luchó por la autonomía, quien nos legó los colores de la Patria.



Alberto Carbone[Profesor de historia, UBA]

FUENTE AGENDA DE REFLEXION.

Prof GB

PATRIA III


9 de julio 1816 - 9 de julio 2012. La voz de Leopoldo Marechal (1900-1970) recitando "Descubrimiento de la Patria", de su obra Heptamerón.

PATRIA II

La cuestión nacional en Manuel Ugarte y Raúl Scalabrini Ortiz
Por Emanuel Bonforti *

El presente artículo hará referencia al ideario y la lucha de dos pensadores nacionales, estos son Manuel Ugarte y Raúl Scalabrini Ortiz quienes pretenden dar cuenta de una situación de dependencia en dos períodos de crisis de capitalismo como fueron la Primer Guerra Mundial y la Crisis del 30, que a pesar de la especificidad de cada crisis desnudan los avatares de una economía subordinada a los intereses del imperio inglés. Vale aclarar que tal situación no reviste únicamente una explicación de carácter económico, sino que existen factores históricos que la determinan. El proceso de balcanización llevado a cabo por Inglaterra en el continente americano generó el surgimiento de veinte repúblicas separadas, exportadores-importadores, oligarquías locales socias del imperio que lograron imponer su visión sobre las ideas de Bolívar y San Martin, es decir, el de La Patria Grande, y así generar estructuras económicas permeables y dependientes del Viejo mundo. Sobre este legado se montan los trabajos de Ugarte y Scalabrini Ortiz, quienes con su pluma focalizan en una cuestión nacional a resolver.

Acerca de las especificidades de cada época

El contexto donde Ugarte realiza sus principales denuncias acerca de la dominación económica que sufre Argentina es durante la Primera Guerra Mundial, conflicto que se explica en parte por la emergencia de una nueva etapa del capitalismo, conocida para Lenin como la del Imperialismo, momento en que se quiebran los principios capitalistas de libre comercio y se sustituyen por el de monopolio, que no es más que una tendencia a la centralización en pocas manos de la actividad económica que resultara en el aumento de la pobreza, la opresión y la esclavitud. Las viejas potencias coloniales –Inglaterra y Francia- intentan mantener sus privilegios territoriales en África y Polinesia mientras que las nuevas potencias centrales, como el caso de Alemania, discuten los privilegios de las primeras. Para esta época, comienza a tallarse una nueva categoría que es la del capital financiero, la fusión del capital bancario con el capital industrial. Argentina en su situación semicolonial sufrirá en mayor medida la aparición del capital financiero, lo cual se traduce en que los ferrocarriles, los frigoríficos, los seguros, los puertos, las fábricas de conservas quedaran en manos de capital británico.

La obra de denuncia de Scalabrini se centra durante la Década del 30, conocida como la Década Infame, donde Argentina en su condición semicolonial arrastra las consecuencias internacionales de la explosión de la Bolsa de Nueva York, dice Jorge Abelardo Ramos de ese viernes negro del 29 de octubre de 1929 “… la cinta registradora de la Bolsa de Nueva York empezó a retrasarse en relación al ritmo de las ventas de las acciones empujadas por una ola de pánico. En un solo día, bajo el impacto del terror generalizado se vendieron 12.894.650 de acciones”.1
La crisis en el período de entre guerras desnuda que el capitalismo está sujeto a situaciones intermitentes en las cuales hay vencedores y vencidos. Más allá de que el origen de la crisis es Estados Unidos, Argentina sufre principalmente los efectos de la misma vía con Inglaterra, quien decide recostarse en sus colonias directas para abastecerse de materias primas empleando una política arancelaria perjudicial a nuestro país. Durante este período, Argentina es considerada el sexto dominio británico, donde Scalabrini dedicara siete años de su vida solamente a investigar la historia de los ferrocarriles.

Como dato que vincula a los dos autores de esta nota, podemos mencionar que Ugarte y Scalabrini son compañeros de redacción del semanario Señales, participan además de dicha publicación, Manuel Ortiz Pereira, Amable Gutiérrez Diez, Luciano Catalano, José Gabriel.

Ugarte el primer acusador del imperio

La actividad de denuncia hacia el imperialismo por parte Manuel Ugarte se realiza principalmente en su publicación La Patria, que si bien tuvo un tiempo corto de vida de setenta ejemplares y salió a la luz entre noviembre de 1915 y febrero de 1916, en sus páginas enarbola la bandera de lo que el autor considera un sano patriotismo tangible, donde aboga por el desarrollo de las industrias nacionales, denuncia a los monopolios de bandera inglesa y norteamericana, y critica a las compañías extranjeras radicadas en el país y que envían buena parte de sus ganancias a sus casas matrices de origen.

Conocedor del rol argentino dentro de la economía mundial como mero almacén de la metrópolis londinense y pasivo receptor de productos terminados, Ugarte considera que el contexto de la guerra a través de una posición neutral es crucial para desarmar ese tejido que nos ubica en la posición de país dominado. Estos aires de cambio que sostiene el autor se pueden observar en la reducción del déficit de la balanza comercial ya que la guerra obligaba a Argentina a sustituir productos industriales que previo al conflicto provenían de Inglaterra. Para reforzar esta independencia económica lanza desde sus páginas un pedido hacia la consolidación de un proceso de industrialización que logre derribar al ideario oligárquico económico, como también la posibilidad de extender a través de este proceso los beneficios industriales a la totalidad del país y no centralizarlos solamente en Buenos Aires como sucedía hasta ese momento.

El trasfondo de pensamiento Ugarte se recuesta en el reconocimiento a la cuestión nacional, en una nota de La Patria sobre industrias nacionales se ve resumida la necesidad de completar las tareas nacionales “Los que solo exportan materias primas son, en realidad pueblos coloniales. Los que exportan objetos manufacturados son países preminente (…) ensanchar gradualmente el radio de las actividades, hasta ser al fin un país completo, digno de su pasado y de su porvenir”.

Lo trascendental del ideario de Ugarte es que él no piensa únicamente en el presente sino también en la Argentina de posguerra, y así lo expresa el 27 de diciembre “… terrible fue el momento en que Europa saco su espada, pero será terrible el regreso de la paz”

Por otra parte, plantea incorporar actividades en la estructura económica que antes del conflicto bélico no eran tenidas en cuenta por la clase dominante, explica el 29 de enero en La Patria “… en épocas con anterioridad a la guerra era considerable la cantidad de hierro, carbón, zinc, que anualmente hemos introducido por valor oro.”
Las denuncias hacia la dominación económica dentro de un contexto de ingreso del capital financiero interviniendo buena parte de nuestra industria no podían omitir puntos como los ferrocarriles y el petróleo, pero lo destacable es que en términos de ferrocarriles se puede considerar a Ugarte un pionero en el tema. Si bien Scalabrini con su trabajo aportará una sistematicidad invaluable en la temática, debe considerarse los aportes de Ugarte como de gran importancia, quien desde La Patria denuncia los altos costos de los fletes ferroviarios. El 13 de diciembre Ugarte manifiesta “… convengamos en que hubo interés en dar facilidades a las empresas ferroviarias, bastantes prebendas han tenido desde su comienzo hasta la fecha. Rige aparte de los poderes públicos un concepto muy original, se antepone el interés de las poderosas compañías al de la economía nacional (…) la realidad es que han conseguido siempre lo que quisieron”.

Con respecto al petróleo, el autor denuncia que cualquier intento de desarrollo autónomo en materia de combustible es saboteado por Inglaterra, “En la Argentina carecemos de combustibles líquidos no porque no los hay en nuestros suelo, sino porque así les place a unos cuantos señores feudales”.

Apuntar contra un régimen de dominación que solo era independiente en términos nominales pero que en aspectos económicos funcionaba como un apéndice del imperio inglés, le causó a Ugarte buenos dolores de cabeza, entre ellos los problemas económicos que enfrentó durante los tres meses de publicación de La Patria, y que a pesar de ello, puso en evidencia a buena parte de la dirigencia política, y la intelligentzia semicolonial de la época, así lo expresa el 3 enero de 1916 “… los poderes públicos siempre jugaran a favor de los importadores y exportadores. Contaron con el apoyo de los grandes diarios”.

“Descubridor de la realidad argentina”2

El trabajo maratónico que realiza Scalabrini se da en plena Crisis del 30, el mote de sexto dominio no iba a ser discutido por la elite gobernante golpista que apeló durante diez años al fraude, sino que era reforzado en cada uno de sus declaraciones, época del pacto Roca-Ruciman, donde Julio Argentino (hijo) sostuvo que desde el punto de vista económico Argentina es parte integrante del imperio británico y es también el momento en que George Cannig Ministro inglés de siglo XIX, quien trabajara en favor de la segregación continental, es homenajeado con un monumento.

Como Ugarte, Scalabrini denuncia al imperialismo, en gran medida el inglés, y observa que los principales resortes de la economía argentina obedecían a directivas inglesas. Pero el aporte sustantivo de la tarea del autor de El Hombre que está solo y espera será la denuncia del trazado de la red ferroviaria como principal arma de dominación; en los cuadernos de FORJA, demuestra que la forma en que está estructurada la red ferroviaria se asemeja a una tela de araña.

La doctrina pura del libre comercio que los imperios quisieron imponer como válida avalada por la intelligentzia liberal desde su biblioteca de cristal, fue rechazada por Scalabrini como lo fue por Ugarte allá en 1916, quien desde Señales sostiene que “… el librecambio fue fatal para el interior, no preparado con anterioridad para la lucha. Se lo sacrifico repentinamente llevando a la desocupación y hasta el hambre a grandes zonas del país….Inglaterra posee el arma sutil, el arma incisiva y mortal como un estilete, que son las tarifas ferroviarias”. Esta línea de proteccionismo provinciano que vimos en Ugarte se profundiza en el autor que denunció el trazado de los ferrocarriles en el primer número de Reconquista del 15 de noviembre de 1939, donde apunta hacia el imperialismo inglés “… ustedes impiden que las industrias prosperen porque la industria crea riqueza, fuerza y unidad, y porque perjudica a la industria británica y al comercio de importación. Las provincias que no producen nada de lo que ustedes necesitan, caen la miseria sin esperanzas”

Si algo puede vincular a nuestros autores en cuestión es la situación de guerra mundial que transitaron y su profundo convencimiento hacia una posición neutralista. Por un lado, desde las conferencias de FORJA, Scalabrini y sus compañeros denuncian a los emisarios ingleses que llegaban a la Argentina para obtener el apoyo de sus gobernantes, y por otro lado, ambos autores sufren las acusaciones de otras fuerzas políticas que los acusan de tomar parte en favor del Eje, escribe en Reconquista “La guerra europea nos preocupa solo para cuidarnos de ella. Nos preocupa la posibilidad de que bajo presión de los inmensos intereses británico, cedan nuestras autoridades y seamos una astilla mas de aquella hoguera”.

Sin embargo, la figura de Scalabrini no puede solo circunscribirse al análisis de los ferrocarriles, sus denuncias atravesaron diferentes estamentos; en una sociedad porteña cuya subjetividad se encuentra moldeada por la muletilla del granero del mundo, Scalabrini consideraba que era necesario condenar la falsedad de la cual estuvimos presos buena parte de nuestra historia, y como Ugarte, denunciar a los medios de comunicación como buenos sostenedores de las mentiras de las cuales necesita una sociedad que apunta a la desigualdad social y el fraude. Scalabrini no escapa a esa lógica y en Política Británica en el Rio de la Plata, sostiene que “La prensa argentina es actualmente el arma más eficaz de la dominación británica”.

Conclusión

Tanto Ugarte como Scalabrini cuestionan aspectos de la vida económica que hasta ese momento se encontraban naturalizados por la opinión pública, y en mayor medida Scalabrini coloca en discusión el ideal de prosperidad o la cosmovisión de granero del mundo que la oligarquía quiso moldear culturalmente a través de la superestructura cultural. Ambos autores con sus denuncias en el plano económico demuestran que otro modelo de desarrollo es posible, sin la injerencia del capital imperial en la economía local.

Ambos autores ubican a la juventud como actor de transformación en oposición a las viejas estructuras de la oligarquía, y mantienen la esperanza en un hombre nuevo que pueda desprenderse de los moldes conservadores de la clase dominante. Además, la juventud era un sector al cual debía protegerse, por eso resultaba tan importante mantener la neutralidad entre otras cosas; según FORJA si Argentina iba a la guerra, trescientos mil jóvenes habrían muerto.

En la posición neutralista, ambos son criticados por formar parte de lo que se llamó las “potencias centrales” o del Eje Roma-Berlín; las críticas que sufrieron atravesaron un amplio abanico, donde los sectores pro soviéticos los ubicaban como defensores del imperialismo, y sectores liberales y nacionalistas conservadores los tildaban de comunistas.

Para finalizar, es significativo destacar que si bien ambos pudieron ser parte de la intelligentzia y disfrutar de los placeres que su origen social les brindaba, decidieron dejar sus comienzos de obras literarios, y abocarse a la denuncia de la cuestión nacional y la cuestión social.

1-Jorge Abelardo Ramos, La Factoría pampeana, editorial Galerna pagina 93.
2- El término descubridor se lo pone Arturo Jauretche en una conferencia de FORJA.

* Sociólogo (Universidad de Buenos Aires). Miembro del Centro de Estudios Juan José Hernández Arregui http://hernandezarregui.blogspot.com.ar