domingo, 24 de abril de 2011

CARTAS EN NUESTRA MEMORIA 2






"No luchamos contra un gobierno determinado, sino contra todos los que hacen posible la esclavitud de la patria y del pueblo argentino.

Nuestros objetivos son, pues, la liberación del país, entregado al neocolonialismo desde 1955, y la soberanía popular usurpada por los que han ocupado el poder desde esa fecha. Es preciso actuar, y aunque la experiencia cuesta cara y llega tarde, ello no ha de ser obstáculo para la acción. De cualquier manera, peor de lo que lo han hecho los viejos, no lo podrán hacer.


Basta con contemplar el mundo que les dejamos.


Para el Movimiento Justicialista, todo lo que provenga de los muchachos, tiene para mí un sello entrañable. Soy un viejo luchador que asiste entristecido y proscripto a las desgracias de su pueblo. Sea por lo menos que por este medio, pueda servirlos desde lejos.Me queda llegar a ustedes con un gran abrazo, que espero pueda algún día reafirmar personalmente en la patria."


Mensaje del General Perón a los jóvenes, a finales del año 1970.


Prof GB

CARTAS EN NUESTRA MEMORIA.











"Si es cierto que los pueblos que olvidan a su juventud renuncian a su porvenir, nosotros no tendremos el cargo de conciencia que esta presunción supone, porque siempre hemos tratado de dar a la juventud el lugar que le corresponde en la comunidad.



Desde 1945 a 1955, la juventud, tal vez equivocada por sus dirigentes, tomó una posición desviada de lo que representaba el justicialismo; pero ha bastado lo ocurrido entre 1955 y 1970, para que los muchachos abrieran los ojos y pudieran percibir la verdad. Tenemos una juventud marvillosa, que todos los días está dando muestras inequívocas de su capacidad y su grandeza. Y tenemos una verdad que el tiempo se ha encargado de confirmar. Yo tengo una fe absoluta en nuestros muchachos, que han aprendido a morir por sus ideales. Y cuando una juventud ha aprendido y ha alcanzado esto, ya sabe todo lo que una juventud esclarecida debe saber.



Tenemos un destino que cumplir, para que nos desentendamos egoístas del deber de la hora. La guerra revolucioanria en que está empeñado, impone una conducta: luchar con desición y perseverancia. Nuestros grupos activistas que la realizan están dando todos los días el testimonio fehaciente de sus grandes valores..."



Mensaje del General Perón a los jóvenes a finales del año 1970.



Prof GB.



sábado, 23 de abril de 2011

Debates a media luz.

Dice Marcelo Moreno del multimedios clarín que la presidenta miente al opinar acerca del color de las escarapelas que se repartían el 25 de Mayo de 1810.


Y que, de continuar así, mentirá acerca del tirano Rosas o del salvaje Quiroga.
Inventando una Historia para gusto del kirchnerismo.

La defensa de una Historia oficial liberal-positivista, escondedora de las luchas populares es el eje de esta opinión trasnochada de un periodista que porfía en defender a Mitre, Alberdi y Sarmiento, por sobre el "Chacho" Peñaloza, Felipe Varela o el Paraguay soberano de Solano López.
La Vuelta de Obligado es para él y el establishment opinador recuerdo de tiranías y oprobios nacionales.

Dicen dos ignotos periodistas del mismo multimedios, que no hubo escraches pero sí "palos" contra Vargas de parte de dos ministros de nuestro gobierno nacional, además del consabido veto contra el ideólogo de la derecha neoliberal y denostador de la democracia de nuestro país y del suyo propio (recordar que no entiende como se ha votado al amtrimonio Kirchner y que los dos candidatos que se presentarán al ballotage en su país son "el cáncer y/o el SIDA").



Dice Marcelo Bonelli, opinólogo de la economía creciente y redistribuidora del modelo nacional y popular, que continúa "el desembarco" del Estado en las empresas privadas.



Tal como los marines lo hicieran en 1961 en Bahía de los Cochinos.



Savater y Vargas, y sus encubridores mediáticos, opinan, critican, hablan, ironizan, comparan al gobierno democrático con Hitler (Grondona dixit), o con Franco o con Chávez (el demonio mas cotizado por estos lares occidentales).



Que populismo sí, que populismo no.



Populismo No.



Reagan, Thatcher, Mount Pelerin y Hayek agradecidos.Idem Obama con sus aviones no tripulados que siguen asesinando civiles en Libia.



Mientras el Licenciado Horacio González, director de la Biblioteca Nacional, militante histórico de la cultura nacional, es denunciado como un censor e inquisidor de las ideas Vargasllosistas pro capitalismo de mercado único e imperial.



La Nación de Bartolomé Mitre, auspicia y regentea la oposición culturosa.



Y está bien.



Está mal, muy mal, que quienes así opinen se escondan trémulos de pavor detrás de la democracia, la libre expresión y la libertad así en general, muy en general.



Mejor dicho mas en general Videla que en particular justa libre y soberana.



También aquí, a Ellos, Nosotros, que somos los Otros, debemos darle batalla ideológica, desde la Historia, y el recupero de la Memoria.



Contra los apropiadores del pasado nacional.



Prof GB.




miércoles, 20 de abril de 2011

Son los pibes que debemos cuidar hoy.






Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Por Jóvenes Al Frente.
Un 20 de Abril de 1991, Walter Bulacio era detenido por personal de la comisaría 35, en la entrada del recital de los Redondos en el estadio de Obras, seis días más tarde dejaba este mundo en el sanatorio Mitre producto de la represión policial.

La muerte de Walter marco a fuego a la juventud argentina, pero lamentablemente no fue la última, la lista de pibes y pibas victimas de la represión policial se ha ido incrementando en los 20 años que han pasado desde el asesinato de Bulacio.
Torturas, palizas, insultos, simulacros de fusilamientos entre otras son escenas cotidianas para los pibes de los barrios mas humildes de nuestro País que son acosados todos los días por las distintas fuerzas de seguridad.
Como Walter, Rubén Carballo en 2009 perdió la vida a manos de la policía en el recital de Viejas Locas y Luciano Arruga continúa desaparecido por negarse a trabajar para la policía, lamentablemente estos casos son pequeñas muestras de lo que los jóvenes vivimos día tras día en los barrios de la Argentina.
En el País de las desigualdades y la represión solo un camino nos queda a los jóvenes, la organización. Organizarnos para defender nuestros barrios, nuestros amigos, nuestras familias y nuestra dignidad, ante un sistema que nos relega, que nos pone palos en las ruedas para estudiar, trabajar y crecer, que nos mete la droga para terminar con nuestro futuro y a la policía para amedrentarnos. Los jóvenes tenemos que mostrar que estamos de pie, que no nos han vencido y que vamos a ir por todo. (Agencia Paco Urondo)

Se hizo Justicia Compañeros Pereyra Rossi y Cambiasso, Compañeros del alma, Compañeros...

Derechos Humanos y Memoria

Capital Federal (Agencia Paco Urondo, por Analía Garelli) El Tribunal Oral Federal Uno de San Martín condenó al ex subcomisario de la Policía Bonaerense a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad cometidos en la última dictadura. También recibieron la misma pena el ex dictador Reynaldo Bignone, Santiago Omar Riveros y el ex agente de Inteligencia del Ejército, Martín Rodríguez. Galería exclusiva de La Paco Urondo.










"Que cosa fuera la maza sin cantera, un eternizador de dioses del ocaso..."





PAKA PAKA




Derechos Humanos y Memoria
Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Los Abogados por la Justicia Social (AJUS) realizaron, el 12 de abril de 2011, una presentación formal ante la Comisión de Libertad de Expresión de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, que preside la diputada por el radicalismo Silvana Giúdici, para solicitarle a la legisladora que se manifieste públicamente respecto a la censura del Canal infantil "Pakapaka".

En el marco de la reglamentación de la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, aprobada en septiembre de 2010 por ese cuerpo legislativo, se dispuso la incorporación a la grilla de programación de ésta nueva señal producida por el Ministerio de Educación de la Nación, disposición que, pasados seis meses, aún no fue cumplida por la empresa Cablevisión S.A. del Grupo Clarín.
Esta situación "implica no sólo el incumplimiento de leyes nacionales y de tratados internacionales con jerarquía constitucional, sino también un acto de arbitrariedad manifiesta que atenta contra el Estado de Derecho", sostienen los firmantes de la misiva, quienes también califican de "preocupante" la existencia de "grupos que deciden soslayar abiertamente el cumplimiento de la ley".
Los integrantes de AJUS hicieron referencia, también, al conflicto gremial ocurrido días atrás en el diario Clarín, que derivó en la decisión empresarial de que el matutino no saliese a la venta un día domingo. Al respecto, puntualizaron que "no podemos dejar de mencionar que durante los últimos días asistimos a un escenario en el que se victimiza a una empresa del rubro de la comunicación audiovisual, grupo que justamente es propietario de la empresa Cablevisión S.A. y de cientos de empresas de cable-operadores del interior del país, las que resultan responsables de violar la libertad de expresión al censurar la transmición del canal PakaPaka".
"No puede ni debe tolerarse que los legisladores, que son electos por el voto popular, defiendan los intereses económicos de un grupo de poder, dándole la espalda a la ciudadanía, que efectivamente los colocó en ese lugar con el objeto de representar su voluntad", señalaron, y "en ese escenario de victimización que mencionábamos, no puede pasarse por alto el patético papel desempeñado por algunos legisladores al confundir el quebrantamiento a la libertad de expresarse con el legítimo ejercicio de derechos que les corresponden a los trabajadores".

AJUS es una agrupación político-jurídica que nuclea a un numeroso grupo de abogados cuyo principal objetivo es contribuir, desde el derecho, a la profundización del modelo de país con inclusión social que iniciaron en el 2003 Néstor y Cristina Kirchner. (Agencia Paco Urondo)

www.agendadereflexion.com.ar

N° 706 - La tajada de sandía
- 15 de Abril de 2011 ≈ 10:18
Por Olmedo Beluche
[Panamá]
El 15 de abril de 1856 se produjo la primera insurrección popular panameña contra la presencia norteamericana. Hecho de dimensiones históricas que ha pasado a conocerse como El Incidente de la Tajada de Sandía, y que tuvo como saldo 14 norteamericanos y un francés muertos, y 18 heridos; mientras que por el lado panameño murieron 2 personas, con media docena de heridos; además de la destrucción de propiedades extranjeras, en particular de la Panama Railroad Company.
El suceso se inició cuando un norteamericano, de nombre Jack Oliver, y apodado New York Jack, tomó un pedazo de sandía del puesto atendido por el pariteño José Manuel Luna y no lo quiso pagar. Ante el reclamo de Luna, Jack respondió con la conocida frase yanqui: “bésame el culo”. A lo cual el frutero le dijo sabiamente: “Cuidado, aquí no estamos en Estados Unidos, págame el real y estamos al corriente”.

Uno sacó su cuchillo y el otro su pistola. Se arremolinó la gente por bando y bando, pues ese día había cerca de 1,000 norteamericanos en ruta a California traídos por la llamada “Fiebre del Oro”. La gresca fue subiendo de tono y para el atardecer se había convertido en una pequeña guerra, en la que el pueblo de los arrabales de la ciudad, apoyado por la gendarmería panameña, acorraló en la estación del ferrocarril a los norteamericanos, quienes atrincherados respondían con armas de todo calibre, incluso un pequeño cañón.

Al final, se impuso el pueblo, las autoridades y las leyes nacionales y a los sobrevivientes se les permitió partir. Pero se abrió un proceso judicial con ribetes internacionales que, al cabo de los años, terminó con el pago de una indemnización de más de 400 mil dólares por parte del gobierno de Colombia, de la cual Panamá era una provincia, al gobierno de Estados Unidos.
La pregunta clave respecto al Incidente de la Tajada de Sandía es: ¿Qué factores se conjugaron para producir aquel estallido social del pueblo panameño contra la presencia norteamericana? El historiador Aims McGuinness (”Aquellos tiempos de la California”) nos aporta tres elementos decisivos.

La pérdida de los panameños del control y los beneficios de la ruta transístmica
Hay que ir un poco atrás en el tiempo para comprender el suceso. El istmo de Panamá siempre ha sido un paso obligado de viajeros del Caribe al Pacífico, del Norte al Sur de América y viceversa. La zona de tránsito tuvo un período de esplendor bajo la colonización española, a partir del “descubrimiento” del Mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa. En especial cuando se inició el saqueo del oro y la plata del Perú y lo que hoy es Bolivia.
Pero aquel esplendor colonial llegó a su fin hacia finales del siglo XVII e inicios del XVIII, cuando reiterados ataques de piratas ingleses motivaron al imperio español a dejar de lado la ruta por Panamá en beneficio del río La Plata. Para mediados del siglo XIX, el Istmo llevaba siglo y medio de decadencia demográfica y cultural, salvo algún comercio de mercancías inglesas provenientes de Jamaica rumbo al sur. De este período data la expresión lanzada por Rufino Cuervo: “El que quiera conocer a Panamá que corra porque se acaba”.

Pero el expansionismo norteamericano vino a cambiar las cosas. Entre 1845 y 48, Estados Unidos se extendió hacia el oeste tragándose la mitad del territorio mexicano a punta de pistola. Y, casi por casualidad, hacia 1848 se descubren importantes yacimientos de oro en California, naciendo la llamada “Fiebre del Oro”, debidamente incentivada por el gobierno norteamericano, para forzar la migración de decenas de miles que colonizaran el lejano oeste.
A California se podía llegar atravesando el territorio norteamericano, con todas las dificultades que muestran las películas de vaqueros. Pero había una ruta más rápida, aunque tampoco exenta de dificultades por Nicaragua y por Panamá. De manera que, el inicio de la Fiebre del Oro produjo un renacimiento de la zona de tránsito. Decenas de miles de viajeros empezaron a llegar a nuestras costas volviendo a reactivar el transporte en botes por el río Chagres y de mulas por el antiguo Camino de Cruces.
Incontables testimonios de la época señalan lo inhóspito del clima, los peligros del camino, la falta de alojamientos y restaurantes. Pero, mal que pese, al inicio todo el negocio, con su correspondiente inflación de precios, estuvo en manos de los habitantes del Istmo. Esto fue cambiando, pues los empresarios norteamericanos se dieron cuenta que podían “hacer su agosto” y empezaron a abrir sus propias instalaciones. Por ejemplo, se dice que el poblado de Chagres, creció como dos pueblos diferentes, uno a cada orilla del río. Las chozas de paja de los panameños, de un lado, y un moderno pueblo con hoteles, cantinas y casinos, del otro, controlado por norteamericanos.

En 1850, el general Tomás Herrera atisbaba el problema en ciernes: “Chagres, Gorgona, Cruces y Panamá progresan extraordinariamente y sólo se sufren las molestias que de vez en cuando ocurren entre los norteamericanos y los hijos del país. Parece que los naturales han reconocido ya la necesidad de obrar con energía. Esto es bueno, pero temo que el Gobernador y demás autoridades no proceden con celo y energía se forme una, cuyos resultados pueden ser de funestas consecuencias” (Araúz, C. y Pizzurno, P. “El Panamá colombiano”).
El control principal de la ruta transístmica a manos de empresas norteamericanas se dio cuando en 1848 el gobierno de la Nueva Granada firmó con la Pacific Mail Steamship Co. el contrato para la construcción de un ferrocarril, creándose la Compañía del Ferrocarril de Panamá. La obra se inició en 1850, inaugurándose por tramos, quedando completamente abierta para enero de 1855 (Araúz y Pizzurno).
De modo que los actores principales del Incidente de la Tajada de Sandía son elementos populares que se sentían desplazados del negocio por la Compañía del Ferrocarril. Aims McGuinness da cuenta de múltiples quejas al municipio, entre ellas de los boteros de la ciudad que perdieron sus negocios con el vapor Taboga, propiedad de una de estas empresas norteamericanas.
De ahí que la sublevación popular identificara con claridad a la Compañía del Ferrocarril como causante de sus miserias, recibiendo la furia del arrabal. Era la confirmación de lo que ha sido la triste historia panameña: el control de nuestro principal recurso, la posición geográfica, a manos extranjeras.
La conciencia política del arrabal y la revolución liberal

Aims McGuinness nos aporta otro elemento clave para la comprensión de los sucesos: la revolución liberal de mitad del siglo XIX. La Revolución de 1848 en Europa tuvo indudables consecuencias en la Nueva Granada (Colombia), la principal fue la irrupción en el gobierno del liberalismo radical, también llamado “Draconiano”.
Los gobiernos liberales que se sucedieron en aquella época aportaron una serie de reformas sociales y políticas de positivas consecuencias: eliminación de la esclavitud, voto universal masculino, federalismo, etc.
En Panamá el liberalismo colombiano tuvo un bastión importante, destacándose la figura de Justo Arosemena, inspirador del federalismo, no sólo panameño, sino luego extendido a todos los Estados Unidos de Colombia. Pero hubo sectores mucho más radicales, asentados en el arrabal de Santa Ana, que dieron origen al llamado “liberalismo negro”, cuyo líder histórico fue Buenaventura Correoso.

Según McGuinness, esto forjó una conciencia de sus derechos entre esa población pobre de la ciudad de Panamá, y llevó al ejercicio de importantes cargos públicos a gente de “color”. Lo cual chocó con el racismo consuetudinario y el desprecio que los norteamericanos sentían por la población istmeña. Aims da cuenta de una carta firmada por centenares de viajeros norteamericanos quejándose ante el gobierno de Colombia porque autoridades negras o mulatas les obligaban a cumplir las leyes del país.
No olvidemos que, para esa época, en la mente de los yanquis gobernaba la filosofía del Destino Manifiesto, por la cual los norteamericanos se creían llamados por Dios para llevar la civilización a los bárbaros (hoy le llaman “democracia”). Y que la eliminación de la esclavitud en Norteamérica todavía tardaría unos 20 años más.
Este choque entre dos visiones distintas, entre una población marginada que había adquirido plena conciencia de sus derechos y unos migrantes cargados de prejuicios es otro de los combustibles sociales que hicieron ignición el 15 de abril de 1856.
El filibusterismo y la unidad latinoamericana
Desde la debacle del imperio colonial español, con las guerras de independencia, a inicios del siglo XIX, Centroamérica, y en particular Nicaragua y Panamá, eran vistas con codicia tanto por Inglaterra como por la emergente potencia Norteamericana. Ambas naciones eran concientes que el control del Istmo catapultaría sus intereses comerciales.
Hacia la década de 1840, Inglaterra parecía el principal peligro pues había iniciado un proceso de influencia y colonización sobre todo el Caribe centroamericano, desde Belice, pasando por Nicaragua, hasta lo que hoy es la provincia de Bocas del Toro en Panamá. Aquí inclusive habían movido sus fichas con algunos capitalistas que oficiaban de agentes comerciales de los ingleses para proponer en diversos momentos la creación de una ciudad “anseática”, es decir, separarla de la soberanía neogranadina para, en nombre de una falsa autonomía, sujetarla a Inglaterra cuya cabeza de playa se hallaba en Jamaica.
Diversos incidentes con los ingleses, por entonces la principal potencia naval del mundo, llevaron a la diplomacia neogranadina a firmar, en 1846, el nefasto Tratado Mallarino-Bidlack, por el cual la Nueva Granada ofrecía a Estados Unidos paso libre de impuestos a cambio de que sirviera de garante a su soberanía sobre el Istmo de Panamá. La intención inicial era que el tratado sirviera de contención a los intereses expansionistas de los ingleses, los cuales se verían confrontados con los norteamericanos. Pero a la larga fue una mala jugada que dio pie al intervencionismo norteamericano.

Muchos historiadores panameños, interesados en justificar los hechos del 3 de Noviembre de 1903, inventando un inexistente movimiento nacionalista panameño a lo largo del siglo XIX, presentan este tratado como si el asunto de la soberanía se refiriera a sofocar una sublevación de los istmeños contra Colombia. Esta interpretación es desmentida, tanto por el contenido del tratado, como por las circunstancias políticas de la época, como por la propia diplomacia colombiana que va a chocar en diversos momentos con Washington respecto a la interpretación y los alcances del Mallarino-Bidlack.
El hecho es que, una década después de firmado ese pacto, el expansionismo que se había tornado concreto y peligroso era el norteamericano. Uno de los subproductos de la guerra contra México fue el surgimiento de bandas paramilitares norteamericanas que empezaron a actuar en la región para imponer por la fuerza sus intereses. Eran bandas privadas, parecidas a lo que hoy serían las empresas de “seguridad”, al estilo de Blackwater, que funcionan en Irak y otros países. Se les llamó filibusteros.
El más conocido filibustero fue William Walker, contratado por empresarios norteamericanos para imponer su control en Nicaragua, y que terminó autoproclamándose presidente de ese país, justamente en 1855. Walker pretendió que Nicaragua fuera anexionada a Estados Unidos como un estado más. Lo cual no logró, siendo derrocado en 1856 y posteriormente ejecutado hacia 1860 en Honduras.
La lucha contra Walker había revivido los sentimientos de unidad latinoamericanos y, de hecho, es la lucha unificada de los centroamericanos la que le derroca y expulsa de Nicaragua. El historiador Aims McGuinness afirma que de esta época data el concepto “latinoamericano” por oposición al “anglosajón”, y un renovado sentimiento de unidad hispana contra la dominación norteamericana, que había quedado dormido tras el fracaso de Simón Bolívar. El panameño Justo Arosemena sería uno de los primeros en apelar a esta idea a mediados del XIX.

El asunto viene a cuento porque un elemento poco conocido en Panamá es que los filibusteros tuvieron un papel relevante en el Incidente de la Tajada de Sandía. Según Aims, el 15 de abril de 1856, se encontraban en Panamá unos 40 filibusteros que se dirigían a Nicaragua para reforzar el ilegítimo gobierno de Walker. La prensa panameña había alertado de su presencia, prevaleciendo el temor de que podrían intentar aquí una aventura semejante a la de Nicaragua.
Y no estaban errados quienes así creían, pues las indagaciones judiciales posteriores informan que los filibusteros jugaron un papel central en el enfrentamiento. Uno de ellos, Joseph Stokes, muerto en la estación del ferrocarril, liderizó la resistencia armada contra las autoridades panameñas. Lo cual fue reconocido por Horace Bell, otro de los filibusteros, quien llegaría a ser cronista en la ciudad de Los Angeles, California.
La fuerza demostrada por el pueblo panameño durante el “incidente”, no constituyó simplemente una respuesta frente a la marginación y el racismo yanquis, sino que fue una lucha consciente contra cualquier intento anexionista de los norteamericanos, un acto de solidaridad con el hermano pueblo de Nicaragua, y un gesto hacia la unidad latinoamericana.
Hoy debemos conmemorar aquella gesta, no como un hecho inusual en nuestra historia, sino como el primero de una larga lista de luchas generacionales (a las que se suman la Huelga Inquilinaria de 1925, el Movimiento Antibases del 47, el 9 de Enero de 1964, etc.) por la soberanía panameña y la unidad latinoamericana que, en el fondo son la misma cosa, ya que una es imposible sin la otra.
Lamentablemente, nuestras élites gobernantes, entonces como ahora, siempre han sido proclives a entregar nuestra soberanía sobre el Istmo a cambio de unas pocas monedas, como Judas. Pocos meses después, en septiembre de 1856, el gobernador conservador y oligarca veragüense, Francisco de Fábrega, solicitó la primera intervención armada del ejército norteamericano en Panamá, apelando al Tratado Mallarino/Bidlack, para que le asegurara las elecciones que temía perder a manos de los liberales radicales del arrabal.
Hoy los oligarcas panameños regalan nuestras sandías con los Tratados de Libre Comercio y nuestro canal con una ampliación que pretenden que el pueblo pague para beneficio de bancos, navieras y empresas constructoras transnacionales. “Pro Mundi Beneficio”, es su lema. La consigna del pueblo panameño es otra: Un canal panameño, para beneficio de los panameños y latinoamericanos.
Olmedo Beluche, sociólogo, profesor de la Universidad de Panamá
Texto gentileza de Rebanadas de Realidad