jueves, 15 de agosto de 2019

Los culpables

¿Ustedes me echan la culpa? No me hagan reír, yo canté primero. Los culpables son ustedes, los que se emocionaron en el cuarto oscuro al elegir una boleta que no tenía mi rostro en calma; ustedes son los culpables por sentir esa vaga emoción cívica cuando ponían el sobre en la urna y no era con mi boleta; ustedes son los culpables al creer que se podía elegir cualquier cosa y no la papeleta que los iba a llevar, desde esas escuelas destartaladas en las que votaban, directamente al Mundo. Sí, al Mundo. ¡Si era tan fácil!
Ahora me acusan, pues como siempre el salvador recibe las pullas de los mafiosos. ¿No fue suficiente que le mostráramos como procede el Tigre Verón? Me dicen de todo, que pedí que me defiendan sin argumentos, que no se necesitaba demostrar nada sino solo mostrar mi foto tomada con una insinuante risa sarcástica. ¿No percibieran las nuevas formas de hacer política? Sigan, sigan otorgándome responsabilidades por la corrida del dólar, cada artículo en que quieren demostrar mi locura --es cierto, apenas la insinúan, porque muchos no se animan a hablar claramente--, en realidad fortalece mis decisiones. Hasta escuché que me delaté a mí mismo cuando dije que si me vuelvo loco, soy capaz de cualquier cosa. ¿No se dieron cuenta que son advertencias con las que les facilito la crítica, pero que al declararla les anticipo que esa crítica es inútil? ¡Cómo pisan el palito!
Como siempre, no me entienden, y me alegro, al estadista de anticipación no lo entienden las pobres criatura que viven solo en presente. ¿Me volví loco? Los que lo dicen, no hacen más que repetir frases mías sin darse cuenta que el loco no es consciente de serlo. Esa es su fuerza, mi fuerza. ¿Hago cualquier cosa? Es verdad, pero ahí apelo a la diversificación semántica, igual con mi célebre frase napoleónica “pasaron cosas”. ¿Quién no las dice? Hablo el idioma popular, que también es el de los filósofos. Pasaron cosas. ¡Qué frase para disfrazar la decisión de la indecisión! Aprendan progresistas, su inocencia es hija de un Kirchner, un Alfredo Palacios, un Alfonsín o un ... ¿cómo se llama? ¿Me olvidé de alguien? ¿Pichetto? ¿Belgrano? ¿Pinedo? ¿Juan José Paso?
Lo que cunde en el mundo es la incerteza... mejor dicho, la incertidumbre, como bien dijo mi ministro de Educación, hoy sabio senador en su egregio silencio. ¿Cómo se llama? Sí, ya se, Bullrich... ¿creyeron que también estoy desmemoriado? No tengo memoria extensa, la mía es como un balazo, un momento único y punzante. De alguna manera cultivo la desmemoria, sí, porque los desmemoriados son los estadistas del futuro. ¡Tanta memoria! ¡No perciben el olvido, que es el verdadero consuelo de la gente! Ahora, chúpensela... sorry, se me escapó. Ahora, lo digo mejor, acepten la culpa. ¿Me echan a mí la culpa? ¿Quienes? Los culpables del pueblo argentino, que hasta ahora yo pensé que se dedicaban serenamente a fabricar cerveza artesanal. Insensatos, no saben lo que dicen. ¿Creen que la quiebra de la economía del país, la extinción del país mismo, es un juego de niños paranoicos que se divierten haciendo mal? ¡Ingenuos! La cosa va mucho más allá. Es una obra colosal, a la que apliqué mi talento todos los días, sin faltar uno solo.
¿No me vieron el primer día bailando en el balcón como a mí me gusta, dislocando el cuerpo, dando pasos de palmípedo, poniendo mi rictus favorito, el sátiro que pocos perciben en mi aviesa mirada oblicua, incluso cuando lloro? Es mi modo político. Dicen que lo tomé de las clases de Durán Barba. No, eso afirman los que me desvalorizaron y yo dejé correr esa superchería. El pobre ecuatoriano creyó reinar sobre mi conciencia. Jamás. Todas las innovaciones políticas las hice yo, yo dije que se vayan dormir... ¡a todo un pueblo! No puedo creer hasta dónde llega mi lucidez, mi carácter burlón. ¿Qué presidente mandó a dormir a tantos millones de personas, a una hora en que seguramente le harían caso? ¿Qué solo obedecieron los taxistas que trabajan de día? No importa, en los manuales de ciencia política del Cardenal Newman se va a estudiar esa frase y la van a comparar con la de una marcha que nos hacían cantar, creo, un general a caballo que al parecer era la voz de un gran jefe que a la carga ordenó.
¿Y yo? Ordené la dormidera general, preparé la corrida bancaria, culpé a varios millones de personas, un formidable abuso de la estadística, y ni siquiera hubo que ordenar el ataque. Se hacía solo, bastaba con no impedirlo. “Deje correr la cosa Sandleris, que pasen cosas”. Era el Mundo que hablaba por mí, que los castigaba a los aceitosos personajes que no me votaron, eran muchos, lo sé, pero he aquí al mundo, al mercado, a los que pertenezco como la avispa pertenece a la orquídea, porque le transporta el polen. ¿Dónde escuché este ejemplo? Seguro, mientras ustedes dormían por mi orden. ¡El Mundo, formidable, castigando a un pueblo mandándoles la inundación! ¡Qué digo! Carajo, si no se inundaba más...
Los que me desobedecieron todavía quieren probar que la culpa fue mía, alegan que una votación democrática solo produce democracia, que un desbarajuste financiero se explica porque precisamente la mayoría se manifestó contra ese modo de poner a todo un país bajo la dependencia de financistas sin rostro, funcionarios que diagrama desdichas colectivas. ¿Querían estar en el mundo, con Despegar.ar? Entre paréntesis, cómo me gusta esa propaganda “Al Mundooooo”. Bueno, así no lo lograrán, si no me votan se hunden, se masacran, se pierden la república que con tanta insistencia (un poco me cansa, no se lo digan a nadie) promulga al Doctora Carrió. Llamen al ecuatoriano: querido Durancito, ¿cómo fue que me dijo el otro día? ¿Qué hay una eximición compulsivo-negativa? ¿El culpable se castiga al echarle la culpa a los demás, porque él también se hunde con todos? No lo creo, son todos unos muertos de frío, valga la metáfora, para los que dicen que no sé emplearlas.
Cuando venga a salvarnos el Mundo --poderoso caballero, aunque se le debe pasar el enojo que le produjimos--, quizás tengamos suerte y nuestro país de dormilones se incorpore en forma estable, ya en la otra orilla del río, ahora convertido en la circunscripción continental de Falklans Company, que pondrá una cadena de supermercados de productos marítimos, donde a los clientes nos llamarán por nuestro propio nombre, como en Starbucks. Ahora, que vengan los analistas de mis tendencias patológicas a decime que algo no salió bien.

"Lo que hizo Macri fue destituirse como presidente"

Alemán reflexiona sobre el resultado de las elecciones primarias, la reacción de Macri y el rol de Alberto Fernández. "Vivimos en un período donde todo puede volver a pasar, por eso hay que cuidar mucho este proyecto y el resultado electoral", dice.
Alemán dio una charla en la Facultad de Psicología (UBA), organizada por Feduba y el Frente de Graduados.
Alemán dio una charla en la Facultad de Psicología (UBA), organizada por Feduba y el Frente de Graduados. 
Imagen: Leandro Teysseire
“Macri realizó una gran extorsión, les pidió a sus amos -que no sabemos bien quiénes son- que nos castigaran. Pero lo que en cierta forma hizo fue destituirse como presidente”, dijo el psicoanalista Jorge Alemán, refiriéndose al discurso que pronunció Mauricio Macri el pasado lunes. En diálogo con PáginaI12, el autor de Capitalismo. Crimen perfecto o emancipación analizó el triunfo electoral del Frente de Todos en las elecciones del domingo, la figura de Macri y la de Alberto Fernández: “Pienso que Alberto Fernández tomó verdaderamente el liderazgo del proyecto cuando contrapuso a los jubilados con las Leliq”, dijo.
-En base a los resultados del domingo, ¿se puede decir que existe una identidad del pueblo argentino que no se deja capturar por discurso neoliberal?
-Sí, pero se trata de algo más misterioso y enigmático porque una identidad tiene contornos y límites. En la noche electoral surgió algo del orden de lo excepcional, de lo extraordinario. Si tenemos en cuenta cómo está oscureciendo el mundo, el tipo de discurso que va atravesando las naciones y cómo se están configurando las nuevas culturas políticas, hay muchas razones para emocionarse por lo sucedido. El resultado del domingo no basta explicarlo como consecuencia de la pésima situación económica -un factor que no podemos relativizar-, también creo que este país tiene un rasgo que lo distingue. Hay una combinación entre una gran mitología fundacional surgida del peronismo más distintas prácticas emancipatorias, que atravesaron el 17 de octubre, Eva Perón, las Madres de Plaza de Mayo, la tendencia en los ‘70 y luego todo lo que reactualizó el kirchnerismo, que dan lugar a un sujeto político que la derecha nunca logra disolver del todo y que constantemente retorna. Todo el aparato mediático y los sicarios que fueron encargados de intentar desactivar a ese sujeto fracasaron y se ha mantenido, gracias a las decisiones populares, esta secuencia simbólica que ha provocado el enorme resultado electoral.
-La conferencia de prensa que dio Macri el lunes estuvo fuertemente centrada en la supuesta reacción de los “mercados”. ¿Qué opina de eso?
-Macri se victimizó y amenazó. Dijo que el pueblo se había equivocado y que iba a recibir un castigo porque hay "un mundo" y “unos mercados” -que no se sabe bien cuáles son- que no están conformes con la decisión popular. En su discurso pareciera que en Argentina hay una tierra promisoria de inversiones que el kirchnerismo desconoce y que en cambio él conoce porque "está en el mundo". Lo cual es falso porque hace tiempo las páginas económicas de la prensa de derecha que circulan en Europa dicen que la economía argentina es un desastre y que el Presidente es un inepto. Macri realizó una gran extorsión, les pidió a sus amos que nos castigaran. Pero lo que en cierta forma hizo fue destituirse como presidente. Se erige como representante de los mercados, pero si los representara hubiera habido inversiones durante su gobierno y no las hubo.
-¿A qué se refiere cuando dice que Macri es un cínico?
-Yendo a la acepción clásica es alguien que piensa exclusivamente en su modo de gozar sin atenerse a ninguna de las consecuencias que eso conlleva. Hace un tiempo circuló un texto, que me adjudicaron y no era mío, que decía que Macri es un psicópata. No diría psicópata, el lunes lo vi bastante loco. De hecho el señor que lo acompañaba -Miguel Ángel Pichetto- parecía asustado del hombre que tenía al lado. En un momento dijo: "Sigue en funciones". Claro, se ve que tan mal no está Pichetto como para no darse cuenta de que Macri estaba realizado una operación extraña. Pedir una autocrítica a quienes sacaron 17 puntos de ventaja es algo que no tiene precedentes.
-¿Cómo ve la coalición que logró el Frente de Todos? ¿Cree que está bien la incorporación de sectores que quizás tienen distintas posiciones?
- Dado el contexto mundial no me parece mal que se haya elegido un antagonismo mínimo. Que se haya puesto como antagonista a los bancos, las Leliq, la financiarización. No era el momento de plantear un bloque hegemónico de otro tipo, era momento de consolidarse. Ha sido muy duro lo que ocurrió en estos años. El ejercicio de sumar voluntades, que al principio parecieran ser un poco conservadoras, es acertado. De ahí el nombre "Frente de Todos". Sin embargo el “todos” no es “el todo”. Un “todo” siempre está descompletado, tiene que tener algún tipo de exterior constitutivo que es el adversario y ese elemento es el que le da sustancia al antagonismo. Pienso que Alberto Fernández tomó verdaderamente el liderazgo del proyecto cuando contrapuso a los jubilados con las Leliq y cuando planteó que el “todos”, a pesar de que lógicamente sea una coalición, tiene ese límite.
-¿Qué queda en estos meses? ¿Cree que hay peligro de un avance más coercitivo por parte del Gobierno?
-Sí, porque les va a costar mucho abandonar el gobierno. Están implicados en operaciones de las cuales van a tener dificultades para dar cuenta. Hay que pensar cómo va a ser el desenlace porque sabemos que Macri es capaz de todo, no tiene ningún límite y forma parte de una banda que está gobernada por algo que no tiene barreras. He vivido bajo gobiernos de derecha en España y nunca asistí a nada semejante. Hay que tener cuidado y no aceptar las provocaciones que le sirvan al Gobierno para decir: “La situación es caótica y por eso hay que decretar el estado de sitio”. Hemos vivido momentos durísimos de nuestra historia para saber que no tenemos que ir a donde nos están esperando.
-Más allá del resultado de las elecciones, ¿qué importancia tiene dar la batalla cultural?
-Va a ser clave la participación del feminismo, de los jóvenes, la construcción de nuevas lógicas comunicativas que rompan con la feria mediática de colaboracionistas. Hay que aprovechar lugares que incluso están más allá del Estado, que surgen de las comunidades mismas. Hay que tener muchas superficies de inscripción de prácticas emancipatorias que erijan modos de transmisión nuevos: en el cine, en la literatura, en las revistas y Argentina tiene en ese sentido un caudal privilegiado. Vivimos en un período donde todo puede volver a pasar, por eso hay que cuidar mucho este proyecto y el resultado electoral. Es un mito ilustrado eso de que hay conquistas irreversibles.
Entrevista: Melisa Molina.

miércoles, 14 de agosto de 2019

¿Qué se puede esperar de las medidas económicas anunciadas por Macri?

No hay cambio de rumbo y quizá lo peor sea que no se compensan las pérdidas provocadas por la devaluación que se dejó correr.
Imagen: AFP
Y al tercer día resucitó. Sí, el “coucheo”, una de las armas que constituyeron la esencia del macrismo y a la que los votantes le dijeron basta el domingo, volvió a la vida. Nunca el contraste fue tan evidente. En cuestión de horas Macri pasó del niño rico caprichoso y desencajado de la conferencia del lunes, en la que culpó a los votantes opositores por la corrida inducida, al típico escenario M de luminosidades y pastitos de este miércoles, con discurso leído y frases hechas , tono calmado y sonrisa impostada.
Habían saltado todas las térmicas del marketing político. Sus palabras post PASO impactaron mal hasta en los votantes propios. Ensayando humildad pidió disculpas y esta vez asumió la responsabilidad de la derrota. Más vale tarde que nunca, finalmente el macrismo siempre apeló al recurso de “decir la verdad” como una suerte de confesión religiosa para expiar los pecados de sus malas políticas.
El mandatario reconoció que incluso muchos de quienes lo votaron se hartaron del ajuste sin fin. Un ajuste que para la población, según sus palabras, habría sido como “trepar el Aconcagua”, claro que sin logros, sin paisajes placenteros y sin llegar a cumbre alguna. Una trepada en el vacío y que terminó en una caída “al décimo subsuelo”, el lugar de donde dijo el presidente haber partido. El eterno reino del revés cambiemita.
Tras el mazazo electoral que lo despidió del poder, Macri dijo que venía a traer alivio. Aclaró no haber tomado las medidas antes porque había otras urgencias, como la imaginaria explosión de obras (cloacas, “no se inunda más”, “mi condición de ingeniero”) de un gobierno que en realidad redujo la inversión pública. Pero hubo anuncios concretos. Para los trabajadores en relación de dependencia “hasta” 2000 pesos extra sólo en septiembre y octubre. Este monto será financiado restando aportes personales, de los que se hará cargo el Estado. Para quienes pagan Ganancias habrá una reducción de 2000 pesos por mes, en este caso “hasta fin de año” y se subirá 20 por ciento el “mínimo no imponible”. También habrá dos pagos extra de la Asignación Universal por Hijo y se aumentarán un 40 por ciento las becas Progresar. Los empleados públicos, incluidas las fuerzas de seguridad, recibirán un bono de 5000 pesos a fin de mes. También se convocará al consejo del salario para aumentar el mínimo. Finalmente para las pymes habrá un plan de refinanciación impositiva de hasta 10 años y se congelará el precio de la nafta por 90 días.
Es mejor que el gobierno haya tomado estas medidas que no tomarlas, pero de lo enunciado se desprenden unas pocas conclusiones. Los aumentos son por única vez o hasta pasar las elecciones, igual que el congelamiento de los combustibles. Sólo se trata de intentar cambiar el clima electoral, pero no se despeja la incertidumbre de los tiempos por venir. No hay cambio de rumbo y quizá lo peor sea que no se compensan las pérdidas provocadas por la devaluación que se dejó correr. Cuando a fin de mes lleguen los mayores ingresos ya habrán sido comidos por los aumentos de precios en marcha. Difícilmente alcance siquiera para recuperar la pérdida de poder adquisitivo. Cuando las medidas que favorecen la demanda llegan tarde y en cuentagotas son apenas pólvora mojada.
El segundo dato notable es el sello Cambiemos en el envoltorio del paquete, el sesgo de clase: no hay una sola nueva carga para quienes vuelven a beneficiarse con la renovada carrera devaluatoria iniciada el lunes. Cómo se señaló desde el minuto cero, los aranceles de suma fija a las exportaciones instauradas a desgano bajo la presión del FMI quedaron absolutamente licuados. Tampoco se dijo nada sobre el tema principal, el freno a la incertidumbre en la cotización del dólar que mantiene paralizada la economía.

Macri hace todo para acelerar la corrida

Las medidas económicas presentadas como un alivio serán insignificantes para el bolsillo de la mayoría. El shock inflacionario pulverizará ese dinero.
Para evitar desbordes emocionales y ocultar su estado de ánimo, el presidente Mauricio Macri leyó el discurso ayudado por un teleprompter . Además de informar que si duerme mal deja al descubierto que pierde noción de la realidad, como el domingo cuando recibió una tremenda paliza en las urnas, reiteró la línea argumental de su gobierno. No cambió nada de la concepción y de la política que derivó en una crisis de proporciones . Afirmó que recibió una pesada herencia, que exigió mucho a la población, que la mayoría no lo pudo acompañar y que necesita más tiempo para seguir haciendo lo mismo que ha derrumbado a la economía. También insistió con la misma estrategia electoral de aplicar una dosis adicional de populismo “bueno” , como en los meses previos a las elecciones de 2017 y las PASO 2019. Las mismas medidas no tienen el mismo resultado si el escenario político ha cambiado. Y es lo que pasó este domingo. La realidad política se alteró y el gobierno se niega a aceptarla. Congelar tarifas, en este caso la de los combustibles, y entregar pocos recursos a sectores castigados son medidas anunciadas por un gobierno al que se le ha evaporado su legitimidad con el resultado de las PASO.
Como si no hubiese pasado nada en las urnasMacri se victimiza, insiste con el discurso de que reconoce que cometió un error, redobla la apuesta diciendo que lo que hizo estuvo bien y que la culpa es de la población que no tiene aguante, vuelve con la misma receta económica y sigue proponiendo que el camino para el país es el que él ordena. En una economía real desquiciada y una corrida cambiaria y contra activos financieros descomunal, Macri continúa en campaña electoral. No mencionó a Alberto Fernández ni al Frente de Todos, y hace una convocatoria general sin precisar que con quien tiene que hablar es con uno solo de los candidatos. Y no lo hizo ni lo invita públicamente a reunirse.
La responsabilidad de agudizar esta fase de la crisis de la economía macrista tiene en este discurso un elemento clave. Contiene todos los factores para acelerar la caída. Simulación del arrepentimiento por lo que dijo, ratificación de la política económica y distribución de una propina subestimando al electorado que lo castigó en las urnas. En el frente financiero, agudiza la vulnerabilidad porque la crisis de la economía macrista es la manifestación de la disputa por los recursos fiscales entre el pago de los intereses de la deuda y el resto de las partidas del presupuesto nacional, y también de la puja por los dólares disponibles en el Banco Central entre los acreedores y el resto de la sociedad.
Las medidas económicas presentadas como un alivio serán insignificantes para el bolsillo de la mayoría. El shock inflacionario pulverizará ese dinero. Solo servirán para alimentar la corrida de los grandes jugadores de las finanzas globales invitados a participar del casino financiero de la economía macrista.       

Los inversores pegaron el portazo después del discurso de Macri

Otra ola de ventas de bonos de la deuda soberana que disparó el riesgo país hasta los 1891 puntos. 
Los inversores pegaron el portazo. Los activos financieros de la Argentina tienen un valor de baratija. En los últimos tres días hábiles los bonos y las acciones perdieron casi la mitad de su precio y las caídas no se detienen. La reacción del mercado ante los anuncios económicos estaba cantada: otra ola de venta de los bonos que los lleva a perder más del 6 por ciento en las primeras horas de la jornada. Las reservas bajaron más de 3500 millones de dólares en las últimas tres semanas y encienden todas las luces de alerta. Las acciones argentinas en la bolsa de Nueva York marcan bajas de hasta 20 por ciento.
La incertidumbre
Las medidas propuestas para los próximos meses van a contramano de todo lo que se hizo hasta el momento. El congelamiento de los combustibles para los próximos 90 días resulta imprudente. La devaluación es superior al 30 por ciento y la inflación tiene un piso interanual superior al 50 por ciento. Esto potencia la preocupación por la inestabilidad macroeconómica en un modelo de absoluta desregulación de los capitales.
Las expectativas de precios y tipo de cambio para los próximos meses no encuentran techo. La devaluación retroalimenta la inflación de agosto y las tasas de interés en niveles cercanos al 75 por ciento no alcanzan para contener las compras de dólares. La reacción del mercado puede ser exagerada pero no resulta irracional. Los inversores no encuentran propuestas consistentes y la desconfianza aumenta cada vez que se hace un anuncio.
La deuda
El valor de los títulos públicos es casi la mitad que la semana pasada y la tercera parte de lo costaban a mediados del 2018. El riesgo país no consigue calmarse esta semana: subió cerca de 1000 puntos en los últimos tres días hábiles. Este miércoles dio un nuevo salto de 120 puntos para ubicarse en 1891 unidades. Los fondos de inversión extranjeros no tienen interés en conservar activos argentinos y se desprenden de los bonos sin mirar precio.
Los títulos de corto plazo como el Bonar 2020 ofrecen tasas de beneficios imposibles de conseguir en otras partes del mundo. Se puede ganar cerca del 70 por ciento en dólares invirtiendo a menos de 14 meses. La cifra lo dice todo y los empresarios que conocen las crisis argentinas hace décadas lo resumen a la perfección: “Pones 100 y te llevas 170 el año que viene. Significa sólo una cosa. El que tiene que pagarte esa deuda esta con la soga al cuello. La posibilidad de cobrarla es cercana a cero”.
Los inversores más arriesgados no piensan igual: algunos empiezan a hacer compras de oportunidad. La apuesta que hacen es simple. El equipo económico del próximo gobierno tendrá una lectura consistente del mercado interno argentino. La regulación de los flujos de entrada y salida de los capitales, el acuerdo con el Fondo Monetario de nuevas condiciones para el repago del crédito standby y el aumento de las retenciones pueden ser medidas claves para evitar una reestructuración de la deuda. El dato que ofrecen es potente: en 2007 no había un gobierno pro mercado y el riesgo país era de 184 puntos. 
La bolsa
Las acciones de las empresas atraviesan también un momento de crisis. Este miércoles vuelven a anotar importantes caídas. Las firmas argentinas que cotizan en la bolsa de Nueva York muestran rojos de hasta 20 por ciento. Las compañías energéticas son algunas de las que más pierden en las primeras horas de la jornada. El rojo de las acciones en el año sorprende: empresas como Edenor acumulan una baja del 75 por ciento. Entre las caídas de este miércoles se destaca el retroceso del 5 por ciento de la petrolera YPF. La firma ya cotiza a un precio idéntico respecto del que anotó cuando fue estatizada en 2012.

Las reservas
La caída de las reservas internaciones es uno de los temas que genera mayor preocupación en el mercado. El Central en los últimos días perdió reservas a un ritmo que no es posible sostener con el correr de los meses. Este miércoles vendió otros 50 millones de dólares para intentar contener el avance del tipo de cambio y a partir de las 7 de la tarde se difundirá el dato actualizado del stock de reservas. Este martes bajaron más de 500 millones de dólares y la pérdida acumulada es de más de 3500 millones en tres semanas. Se consumieron 7 de cada 10 dólares del último desembolso del Fondo en julio.