Por Diego Kenis
Aunque aún no han podido determinarse sus identidades, las seis personas secuestradas por la dictadura que fueron fusiladas el 22 de febrero de 1977 en Avellaneda podrían tener pronto un homenaje permanente en el estadio “Presidente Perón” del Racing Club, donde se perpetraron los crímenes.
La iniciativa fue elevada a la comisión directiva académica por Micaela Polak, socia del club que investiga lo ocurrido aquella madrugada en las paredes exteriores de la entidad. Una primera entrega de su trabajo pudo leerse en esta nota.
El proyecto, que podría ser tratado en la reunión dirigencial de este lunes 30, repasa y resume la historia y propone la pintura de un mural conmemorativo en el predio del “Cilindro”. Para concretarlo, sugiere tres posibilidades: la designación de un/a artista, la apertura de un concurso entre el padrón societario para la coordinación de una pintura colectiva o un trabajo conjunto de Racing con la Municipalidad de Avellaneda, que ya plasmó en un proyecto de ordenanza su intención de señalizar el lugar como espacio de Memoria.
AGENCIA PACO URONDO dialogó con Polak, para conocer más de la historia que investigó y la propuesta con que busca recordar a las víctimas de esos crímenes.
APU: ¿Cómo llegó a vos este hecho y por qué decidiste investigarlo?
Micaela Polak: Leyendo el libro Corbatta, el wing, de Alejandro Wall, que es una minuciosa biografía de este ídolo de Racing. Alejandro investigó un montón. Suele pasar cuando uno se compenetra tanto con una historia, empieza a buscar los mínimos datos que pueda sumar, y amigos y colegas aportan lo que sea, por más desconectado que parezca. Así llegó a Alejandro el comentario de que Corbatta había sido mencionado en la causa del Primer Cuerpo del Ejército, donde había declarado como testigo, por otro hecho, su amigo Rafael Barone. Juntos pasaron por el lugar de los fusilamientos, en la misma madrugada del 22 de febrero del ’77, cuando iban camino a la pensión de Racing, donde vivía Corbatta.
APU: Titulaste tu investigación “Seis fusilados en la puerta de mi casa”. ¿Qué significa, como hincha de Racing, que en el estadio del club se haya producido ese episodio?
MP: La última dictadura cívico militar es muy cara a la Historia de nuestro país. Si bien era muy chica cuando terminó, siempre tuve muy presentes las heridas que había dejado y tuve conciencia de que todo el Pueblo había sido víctima del terrorismo de Estado. A su vez, la cancha de Racing es un lugar de mucha perternencia para mí: voy desde muy chica, con mi abuelo alguna vez, con mi viejo y sus amigos, con mi compañero, con mi hijo ahora. Es mi casa, en algún punto. Y vincular ese lugar con la dictadura no hace más que confirmar que todos fuimos víctimas, tengamos o no algún familiar o conocido desaparecido, exiliado o perseguido. Las heridas siguen abiertas y están en todas partes: en las aulas, en los laburos, en la calle, en las canchas. Y que no sepamos quiénes son estos seis compañeros, quiénes los de otro fusilamiento o tantos en alguna fosa común confirma que el cuestionamiento del número de desaparecidos es una aberración.
APU: ¿El fútbol tiene memoria? ¿Cómo ves la relación entre el fenómeno del fútbol y nuestro pasado reciente?
MP: Creo que el fútbol se está despertando a la Memoria. Si bien siempre tuvo vinculación con la política por acción u omisión, nuestra generación está rompiendo las barreras que existían. La Coordinadora del Fútbol por los Derechos Humanos es una gran iniciativa en ese sentido. Todos los clubes somos actores sociales y creo que lo estamos empezando a entender así. Como la hinchada de Chicago cantaba la marcha peronista cuando estaba prohibida, ahora se canta contra el presidente. Hoy no lo pueden prohibir, aunque quisieron. También estuvo presente en las canchas el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado, contra el 2x1 de la Corte que pretendía liberar a los represores y cada 24 de marzo los clubes expresan su voluntad de Memoria, Verdad y Justicia. Puede ser que sea careta, en algunas comisiones directivas, pero si están obligados a hacerlo es porque los obligamos los socios.
APU: Racing tiene una historia identificada con lo popular, incluso con las épocas de resistencia. ¿Creés que eso está presente en la cotidianeidad del club, o es una tarea pendiente?
MP: Creo que Racing podría hacerse cargo un poco más de eso. Nuestro estadio se llama “Presidente Perón” (ni “General”, ni “Juan Domingo”) y se llamó así durante la “Libertadora”, cuando estaba prohibido siquiera nombrar a Perón. Otros clubes tuvieron que cambiarse el nombre, como el “17 de Agosto” en Villa Pueyrredón, que hasta el ’55 se llamó “17 de Octubre”. Nosotros resistimos y eso no es menor. Sería interesante que pudiéramos hacer valer nuestra Historia, más allá de lo futbolísitico.
APU: ¿En qué consiste el proyecto conmemorativo presentado ante la comisión directiva del club?
MP: Desde que salieron las notas conmemorativas por los cuarenta años de los fusilamientos, hubo algunas iniciativas de socios y acercamientos a integrantes de la Comisión Directiva por este tema. Aunque la recepción fue aparentemente buena, nunca se concretó nada. La idea de presentar el proyecto tuvo que ver con notificar formalmente al club, para que se tome como punto a tratar en la próxima reunión. Somos muchos los que queremos que se realice algún memorial, ya sea en forma de mural, escultura o lo que fuera, para que lo tengamos presente, para que los chicos que van a la cancha pregunten qué pasó en este país, cada vez que vayan a disfrutar un partido. Es responsabilidad de todos que así sea y de una institución tan grande como Racing, que no sólo tuvo hinchas y socios desaparecidos –como da cuenta el libro Los desaparecidos de Racing, de Julián Scher– sino que además tuvo la desgracia de ser escenario de lo más aberrante de la dictadura.
APU: ¿Qué recepción tuvo en el club?
MP: Por ahora, fue recibido en la oficina de Víctor Blanco. Ojalá sea tratado en la próxima reunión de Comisión Directiva, que será esta semana.