jueves, 1 de febrero de 2018

Agotadas las excusas, el Gobierno intenta dejar atrás otro “pésimo ejemplo” Etchevehere devolvió la guita para "concentrarse en el trabajo"

Tras el escándalo que provocó el "reconocimiento extraordinario" que había recibido el actual ministro de Agroindustria de parte de la Sociedad Rural, entidad que había presidido durante los últimos cinco años, el funcionario decidió devolver el dinero para poder "desarrollar el cargo con que fuera honrado, sin distracciones estériles".
Imagen: DyN
Dos meses después de la difusión de la noticia de que el ex presidente de la Sociedad Rural y flamante ministro de Agroindustria había cobrado 500 mil pesos en concepto de "reconocimiento extraordinario" de parte de la patronal que había presidido hasta el día en en que se incorporó al gabinete nacional, Luis Miguel Etchevehere decidió devolver el dinero a sus antiguos representados. 
De acuerdo con el comunicado difundido por el actual funcionario, la decisión estuvo motivada por "la necesidad de destinar mis energías y capacidades a desarrollar el cargo con que fuera honrado, sin distracciones estériles". 
En su momento, Etchevehere había justificado el cobro de aquel bono como una “liquidación de sueldos pendientes”, y había afirmado que era "algo normal de donde venimos, pero parece extraordinario”.
Etchevehere, quien asumió como ministro el 21 de noviembre pasado, había argumentado que el cargo de presidente de la Sociedad Rural que él ocupaba era remunerado. “Se le paga un sueldo al presidente y al vice porque la entidad pide que se deje la actividad particular del dirigente. Para que éste la pueda dejar, se le da una remuneración para que pueda seguir adelante con su vida”, detalló en su momento. 
El bono de 500 mil pesos había sido aprobado por la asamblea del consejo directivo de la Sociedad Rural en una votación dividida, que terminó con 14 votos favorables y 11 negativos y varios enojados. Un grupo de delegados del distrito 2 elevó una nota en donde calificaron el hecho como “un pésimo ejemplo y antecedente” que afectaba tanto el “buen nombre y honor” de la Sociedad Rural como “al sector Campo”. En esa nota que enviaron al actual presidenta de la SRA, Daniel Pelegrina, le agradecen a Etchevehere por sus cinco años de gestión pero afirmaron que “la persona de campo es austera, y esta conducta es profundamente contraria a la filosofía que caracteriza al productor”. 
A continuación el comunicado completo del actual funcionario:

miércoles, 31 de enero de 2018

Niño y los Don, y las Doñas

Don Padilla, sus asados domingueros, sus bocaditos de carne con grasita para el niño deseante, a través del alambrado.
Doña Julia su esposa, la mamá de Cacho, (barrendero y peronista, albañil, cordobés y peronista).
Camina cansina entre el gallinero, la huerta y llevatrae huevitos, lechuga, ají.
Don José, herrero, de Rácing, dos atados por día ( casi tres), se duerme, quema la cama.
 y...casi casi...
Gloria su esposa, la mamá de la Lili y Gracielita, ceba mates paradita, delantal, al lado del herrero.
Don Antonio, obrero de Eveready, taciturno, alto, dueño de un Auto Unión bordó, sábados arma y desarma, arregla y desarregla, siempre trabaja, menos lo domingos.
No se lo ve.
Don Alfonso, tano y verdulero, marido de Doña Rosa, tana y verdulera, siempre en chancletas, invierno y verano. Me enseñó a descubrir arañas "pollito" entre los cachos de banana.
Y a matarlas.
Don Félix, riojano, morochazo, peronista, hablaba solo con la mirada: El Almacenero.
Carrito empujado por él, invierno y verano llevando pedidos "a domicilio".
Vasito de soda fresca, parada obligada en casa por aquellos diciembres.
Don Montivero, también cordobés, alto, morochón, obrero, camiseta blanca, de Boca, peronista, y su mujer La Betty, con paraguas bajo el sol veraniego por temor a ser mas morocha de lo que ya era.
Vaya a saber uno qué estigmas la perseguirían...
Tantos dones con su dones.
Tantas doñas con sus dones.
Tanto barrio de apellidos o sobrenombres identificatorios (Rodríguez o Toto) como marcas indelebles de sus vidas recién iniciadas en el Eva Perón de Beccar.
Dejando atrás plazas, sindicatos, diecisietes, cincuenta y cincos.
Borrón y cuenta nueva.
Un barrio de ex o de nomeolvides, pero manso.
Hasta que un par de niños/as se nos ocurrió desempolvar cajones, roperos, galpones,
y fueron apareciendo fotos de un señor Sonrisa eterna, de uniforme, a caballo con pintitas
y se nos ocurrió preguntar quién.
Y ahí los Dones y las Doñas, polacos o tanos, criollos o no, tuvieron que decir, contestar, afirmar:
y...ese...esteee...ese es Perón, el General.
Y el barrio se hizo gracias a... esteee...Evita....
Tenemos la casa gravias a Evita retumbaba en cada jardín, mateada, cocina, vereda...
Ajá....hubiéramos dicho, pero no, eramos curiosos/as, pícaros/as, rebeldes, buscones/as.
Empezamos a hurgar en vidas y misterios.
Un verano aburrido de 1970, arrancamos entre bombita y baldazos carnavaleros a pensar volver
aunque no hubiéramos estado ni sido.
GB

Niño sentado.

Sentado en un tiemblo de pastos,
busco las vides en el oeste, o el río en el este,
o la llave del portón pequeño y el pedestal de abajo.
Sucede que todo pasa bajo mis ojos y miro hacia arriba.
En el norte un callejón de árboles, postes de luz y nidos varios.
En el sur curioseo y se que no existe.
Lámpara a kerosene que aún extraño.
Estufita celeste y negra.
Ganchos con mariposas atolondradas.
Casamenteras.
Mesa de fórmica verde clara, piso negro, agua en el tanque, braseo.
Balde de latón.
Higuerita al fondo, contra la pared de Pancho.
Siluetas en la esquina que no voltean.
Don Yaco, Sonia su perrita y Tatiana, juegan que sus no hijos no están perdidos.
Guerra y dolor, olvido y miseria de conejos grises.
Arboles medio blancos a la cal.
Gitanos del mediodía en la cocina de la vecina.
Susto, gruñido, la perrera que no puede.
El barrilete del campito, me veo de atrás con mi viejo, camisa blanca,
pantalón marrón, él.
Mañana de domingo, otoño suburbano.
En un tiemblo de pastos sentado viene el sol.
Se va otra mañana del riego y el rosal de pie.
Un brinco de soga calla la radio.
La ventana alumbra el plato blanco, mi vieja,
delantal, sonrisa a la vereda, fueguito al viento,
ve pasar a su madre de ayer que vuelve a buscarla.
Por suerte para mí, aún no la pudo encontrar.
Julia, mi abuela, es un suspiro vasco entre las frutillas de su huerta.
GB


La familia del joven que murió en medio de una brutal represión de Gendarmería invita a una jornada que se realizará mañana (1 de febrero) en el auditorio de Foetra.
La familia del joven que murió en medio de una brutal represión de Gendarmería invita una jornada que se realizará mañana (1 de febrero) el auditorio de Foetra.
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Revista Horizontes del Sur
6 h
En esta oportunidad, les compartimos esta carta redactada por el ministro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Eugenio Raúl Zaffaroni, en referencia a las declaraciones del Secretario de Derechos Humanos de la Nación Claudio Avruj.
Por Eugenio Raúl Zaffaroni Se ha circulado a los jueces de la Corte que integro copia de una curiosa nota con su firma, que considero personal, porque aunque Ud. manifiesta la preocupación del Estado Argentino y dice que lo representa, me permito recordarle que, conforme a nuestra Constitución Na...
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