martes, 8 de noviembre de 2016

FRANCISCO ADVIRTIO QUE HAY “UNA NUEVA FORMA ABUSIVA DE DICTADURA ECONOMICA” Contra el imperialismo internacional del dinero

El papa Francisco aprovechó ayer el cierre del Tercer Encuentro Mundial de Movimientos Populares celebrado en el Vaticano y promovido por la Santa Sede, para reafirmar su propuesta de las “Tres T”, “techo, tierra y trabajo para todos”, y para denunciar que “el dinero gobierna” el mundo “con el látigo del miedo, de la inequidad, de la violencia económica, social, cultural y militar que engendra más y más violencia en un espiral descendente que parece no acabar jamás”. También animó a los movimientos populares a que “no tengan miedo de meterse en las grandes discusiones, en política con mayúscula” y los llamó a “revitalizar” y a “refundar” las democracias que “pasan por una verdadera crisis”. A los dirigentes de estos movimientos volvió a llamarlos “poetas sociales” como había hecho un año atrás en Bolivia.
Hablando ante aproximadamente cinco mil personas provenientes de más de 60 países, el Papa sostuvo que existe “un terrorismo de base que emana del control global del dinero sobre la tierra y atenta contra la humanidad entera”. Según el análisis del pontífice católico “de ese terrorismo básico se alimentan los terrorismos derivados como el narcoterrorismo, el terrorismo de Estado y lo que erróneamente algunos llaman el terrorismo étnico o religioso” que, según Francisco, no existe porque “ningún pueblo, ninguna religión es terrorista”.
Del encuentro en Roma participaron dirigentes sociales, indígenas, obreros, cartoneros y campesinos, la gran mayoría de ellos no católicos, de la misma manera que había ocurrido en julio del año anterior en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. En la sala de audiencias Paulo VI, donde el Papa habló aproximadamente 50 minutos para pronunciar un discurso que parece haber surgido exclusivamente de su puño y letra, también estaba el ex presidente uruguayo José Mujica, a quien Francisco saludó especialmente al comienzo para luego parafrasear una frase suya resaltando la necesidad de la austeridad para quienes trabajan en política. Otro de los asistentes fue Juan Grabois, de la Confederación de la Economía Popular y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de Argentina, junto a otros dirigentes sociales del país que viajaron especialmente al Vaticano para la ocasión.
Apoyándose en el magisterio de sus antecesores Paulo VI y Pío XII, el Papa insistió en la existencia de una “dictadura” a la que llamó “imperialismo internacional del dinero” y “una nueva forma abusiva de dictadura económica en el campo social, cultural e incluso político”. Pero advirtió Francisco que “ninguna tiranía se sostiene sin explotar nuestros miedos”, y señaló que “al miedo se lo alimenta, se lo manipula” porque “el miedo, además de ser un buen negocio para los mercaderes de armas y de muerte, nos debilita, nos desequilibra, destruye nuestras defensas psicológicas y espirituales, nos anestesia frente al sufrimiento ajeno y al final nos hace crueles”. Dijo también que “cuando escuchamos que se festeja la muerte de un joven que tal vez erró el camino, cuando vemos que se prefiere la guerra a la paz, cuando vemos que se generaliza la xenofobia, cuando constatamos que ganan terreno las propuestas intolerantes; detrás de esa crueldad que parece masificarse, está el frío que es alimento del miedo”.
Al referirse a la democracia como sistema, el Papa sostuvo que “la brecha entre los pueblos y nuestras formas actuales de democracia se agranda cada vez más como consecuencia del enorme poder de los grupos económicos y mediáticos que parecieran dominarlas” y utilizó la referencia para volver a insistir a los dirigentes de los movimientos populares que no se dejen “encorsetar” en las políticas sociales, sino que se animan a cuestionar la política económica y la “política con mayúscula”.
Hubo también una crítica directa para “las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos” por considerar que se trata de “un volquete maquillado para contener el descarte del sistema”.
Al elogiar la labor de “los pobres organizados”, el Papa dijo también que “no me extraña que a ustedes también a veces los vigilen o los persigan y tampoco me extraña que a los soberbios no les interese lo que ustedes digan”. Y dijo que las “3 T” es un “proyecto-puente de los pueblos frente a proyecto-muro del dinero”.
Retomó también Francisco en su discurso la problemática de emigrantes, refugiados y desplazados, considerada por el Papa como una “tragedia”, cuestión que había sido abordada durante las deliberaciones del congreso. Se preguntó Bergoglio “¿qué le pasa al mundo de hoy que, cuando se produce la bancarrota de un banco, de inmediato aparecen sumas escandalosas para salvarlo, pero cuando se produce esta bancarrota de la humanidad no hay casi ni una milésima parte para salvar a estos hermanos que sufren tanto?”. Le pidió a los presentes que ejerciten su solidaridad con los desplazados y migrantes excluidos esperando que “algunos Estados y organismos internacionales abran los ojos y adopten las medidas adecuadas para acoger e integrar plenamente a todos los que, por una u otra circunstancia, buscan refugio lejos de su hogar”.
Y reiteró lo que había afirmado en Bolivia el año pasado, al señalar que “el futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las élites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio”.
El Papa pidió también a los dirigentes de movimientos populares que no se dejen tentar por la corrupción. “Es justo decir que hay una corrupción naturalizada en algunos ámbitos de la vida económica, en particular en la actividad financiera, y que tiene menos prensa que la corrupción directamente ligada al ámbito político y social”. También, agregó, “es justo decir que muchas veces se manipulan los casos de corrupción con malas intenciones”. Pero, dijo el Papa, “es justo aclarar que quienes han optado por una vida de servicio tienen una obligación adicional que se suma a la honestidad con la que cualquier persona debe actuar en la vida. La vara es muy alta: hay que vivir la vocación de servir con un fuerte sentido de austeridad y humildad”. Porque “la corrupción, la soberbia, el exhibicionismo de los dirigentes aumenta el descreimiento colectivo, la sensación de desamparo y retroalimenta el mecanismo del miedo que sostiene este sistema inicuo”, subrayó el pontífice.
Conocedor de que su audiencia estaba conformada por mayoría de no católicos, Francisco modificó en parte su ya tradicional pedido de despedida “recen por mí”. “Les pido por favor recen por mi -dijo- y a los que no puedan rezar, ya saben, piénsenme bien y mándenme buena onda”, remató.

OPINION Inmigrantes, go home

Por Mario Wainfeld
“Era un gringo tan bozal,
que nada se le entendía, ¡quién sabe de ande sería!
Tal vez no juera cristiano,
pues lo único que decía
es que era pa­po­litano.
(…)
Cuando me vido acercar:
¿quién vivore? Preguntó;
¿qué víboras?, Dije yo.
¡Ha garto! Me pegó el grito,
y yo dije despacito:
¡más lagarto serás vos!”
(…)
“Había un gringuito cautivo
que siempre hablaba del barco,
y lo augaron en un charco
por causante de la peste;
tenía los ojos celestes
como potrillo zarco”

Martín Fierro, José Hernández.

Peruanos que trafican droga, colombianos delincuentes, tiempo atrás senegaleses dedicados a la venta ilegal… El verbo del senador Miguel Pichetto merece cien reproches pero no el de ser original ni de pura cepa argentina. Tampoco contradice parrafadas anteriores de quien preside el bloque del Frente para la Victoria (FpV) desde hace largos trece años, “detalle” sobre el que volveremos más adelante.
Dirigentes de otras latitudes, más exitosos que Pichetto en las urnas, alertan sobre la dimensión mundial del discurso xenófobo. Marine Le Pen asciende en las preferencias populares en Francia, ahora dicen que Donald Trump puede ganar la presidencia en Estados Unidos. Pocas semanas atrás una mayoría superior al noventa por ciento quiso validar una legislación salvaje en Hungría: no llegó a aprobarse porque hubo poca participación pero el pronunciamiento espanta sobre todo porque se sabe que conjuga con convicciones extendidas y crecientes.
Los flujos financieros dan la vuelta al mundo en segundos, las migraciones humanas topan con muros, fortificaciones, guardias costeros que los llevan a la desesperación, al naufragio o llanamente a la muerte.
El contexto oprobioso maximiza la gravedad de los dichos de Pichetto, huérfanas de sustento numérico o fáctico. Las estadísticas comprueban que la cantidad de migrantes condenados o encarcelados antes de serlo supera apenas su porcentaje en la población general. Y es un hecho que los prejuicios de rudimentarios e iletrados miembros de las fuerzas de seguridad se ensañan con ellos tanto como el elegante y perfumado senador.
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Del Preámbulo a la calle: La Argentina es históricamente un país de acogida en el que siempre, sin embargo, hubo racismo y tensiones, en proporciones muy variadas.
La notable frase del Preámbulo de la Constitución de 1853, mantenida en la reforma de 1994 “y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino” se rectificaba (a menos) en el texto original cuando se encomendaba al Congreso promover la inmigración europea.
Las citas del epígrafe describían el imaginario de Martín Fierro, gaucho noble y perseguido, que despreciaba a los gringos. Los versos piadosos referidos al gringuito cautivo, los más tiernos del libro, tal vez demuestren un resquicio de humanidad. O por ahí, solo comprueban que para el paladín del criollismo los indios (que augaron al gurí) eran todavía peores que los gringos que no hablaban bien castellano. No azarosamente, a veces se decía “hablar en cristiano”.
La historia del reconocimiento de derechos es zigzagueante. La realidad nacional se ennoblece con el ingreso de millones de inmigrantes, mayormente pobres y raleados en sus patrias de origen. Las normas de la etapa kirchnerista se enrolaron en las mejores tradiciones, enlazándolas con los avances del siglo XXI, problemático y febril. La ley 25871 de migraciones fue dictada en 2004 y reglamentada en 2010. Es amplísima y tolerante, reconoció a la migración como un derecho humano. Abrió las fronteras, facilitó la adquisición de ciudadanía sometida a requisitos razonables y comparativamente reducidos. La función del Estado es integrarlos, proteger sus derechos, garantizarle los beneficios de la libertad porque “habitan el suelo argentino”.
El programa “Patria Grande”, olímpicamente ignorado por la narrativa “republicana” macrista y desactivado recientemente, era otra herramienta contra uno de los recursos más trillados para perseguir a las personas provenientes de otros países: la indocumentación. Un mecanismo que redobla la vulnerabilidad de gentes de sectores populares. Se los nombra “indocumentados” como si una situación vejatoria constituyera su identidad. O se redobla la injuria y se los moteja “ilegales” como si los seres humanos pudieran ser definidos así.
“Patria Grande” estableció un mecanismo accesible para regularizar la documentación de habitantes de estados del Mercosur y asociados. Se promovió que pudieran adquirir residencia transitoria o permanente acreditando contados requisitos sencillos: haber residido un lapso acá y no tener antecedentes penales. Cientos de miles de laburantes hombres o mujeres (de Paraguay, Bolivia y Perú en especial) tuvieron acceso al DNI lo que en esta etapa global infausta es un logro infrecuente. La privación de documento redobla la explotación de quienes trabajan: sus empleadores los destratan, les pagan por debajo de lo legal y de sus pares. Un estudio de la Universidad del Sur ponderó que la regularización mejoró el acceso al sistema de salud, al jubilatorio y al educativo. Combo más interesante que el paradigma represivo que anida en el corazón del “modelo Pichetto”.
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Conflictos y armonías: Pichetto lideró el bloque de senadores del FpV desde 2003. Parece haber una tensión o una contradicción ahí… porque existe. Se agrava porque el hombre fue revalidado dos veces desde el Ejecutivo y fue funcional a las tácticas y estrategias del kirchnerismo.
Dirigente del peronismo tradicional, se plegó con pragmatismo activo a sus políticas, como tantos otros compañeros. Desde la Casa Rosada se consiguió traccionarlos para conseguir que el Partido Justicialista, una fuerza conservadora popular, con sesgo a centro derecha, acompañara las mejores iniciativas de un gobierno de centro izquierda, progresista. Agustín Rossi, el ex líder del bloque de diputados del FPV, señala hace tiempo esa supuesta paradoja. El “Chivo” Rossi sí fue un protagonista convencido y sigue siéndolo. Piche- tto fue compañero de ruta de ese oficialismo y ahora vuelve al útero.
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner lograron que más del 60 por ciento de sus senadores votaran a favor de la Ley de Matrimonio Igualitario o que en casi su totalidad acompañaran la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LdSCA). Fue una proeza de hegemonía política que no se redondeó convenciendo a los aliados. Hablamos de uno de los límites que tocó el FpV, que ahora lo desafía en una coyuntura mucho menos propicia.
La convivencia jamás conllevó unanimidad. Pichetto había lanzado homilías laicas discriminatorias años ha. Otro tanto hizo el ex Secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien mocionó en 2014 deportaciones exprés y sin sentencia previa para (los que él pensaba eran) inmigrantes delincuentes. Para no repetirnos, nos remitimos a lo publicado por entonces en este diario, en una nota titulada “Deportar no es un deporte”.
La arremetida contra los mejores principios de la tradición argentina regresa, en un escenario muy complicado. Entre otros motivos, porque en Cambiemos no hay tensiones internas ni intra gubernamentales. La coalición gobernante de derecha no tiene fisuras a la hora de discriminar a “los extranjeros”.
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La cárcel, nada menos: Las invectivas del periodista Jorge Lanata contra jóvenes de otras nacionalidades que en proporción ínfima estudian en Universidades argentinas no fue replicada desde el gobierno ni por unx solx de sus intelectuales afines. Congruencia ideológica de distintas vertientes de la coalición.
Más grave aún es el proyecto de construir, en territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), una cárcel para migrantes “indocumentados” o con sus DNI en trámite. La CABA cedió terrenos al efecto mediante convenio firmado con el Estado nacional. La finalidad es encarcelar personas por carecer de documentación. O merced a decisiones policiales o administrativas, sin que medien decisiones judiciales. En América del Sur no existe ese instituto ni un presidio de esa naturaleza.
El método elegido es exorbitar las facultades de las fuerzas de seguridad y de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) para avasallar derechos constitucionales.
Las cárceles, reza el sentido común de quienes conocen el paño, se edifican para llenarse. Nadie asume el costo para dejarlas vacías.
Hasta ahora, el proyecto no avanzó pero es una amenaza en ciernes.
El Colectivo para la Diversidad (COPADI), el Movimiento de Profesionales para los Pueblos (MPP) y el legislador porteño José Cruz Campagnoli, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura de la Ciudad, presentaron un amparo ante los tribunales de la Ciudad cuestionando la cesión de un inmueble para que funcione como Cárcel de Migrantes. Se está sustanciando el trámite. El abogado patrocinante de la demanda de amparo, Martín Oteiza, orientó a este cronista en los lineamientos generales de este tramo de la columna. Se le agradece especialmente
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Mutaciones perversas: La ley 25781 sigue vigente pero el gobierno del presidente Mauricio Macri la burla en los hechos, día tras día. La función básica de la DNM es posibilitar y facilitar la regularización de los inmigrantes, ofrecer defensa pública gratuita, garantizar la revisión judicial en todo trámite de expulsión.
Una labor social, de contención e integración.
El Director Nacional de Migraciones, Horacio García, elige transformarlo en un ente represivo, dedicado a perseguir y no a respetar. Este diario informó, incluso, que desoye sentencias judiciales para revisar abusos:
Los reproches de organismos de Derechos Humanos le resbalan.
Amnistía Internacional, por ejemplo, alertó “sobre el impacto negativo de la detención relacionada con la migración sobre los derechos humanos de las personas detenidas” y se opone “a la utilización de la detención como una forma de castigo o con fines disuasorios, en lugar de abordar las causas que originan la migración irregular”. El próximo 24de noviembre el Comité contra la discriminación racial de Naciones Unidad evaluará al estado argentino, básicamente en temas vinculados a migración.
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Malas compañías: Embajadores de países vecinos y hermanos, directamente despreciados en la monserga xenófoba de Pichetto, lo denunciaron ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la xenofobia y el racismo (INADI). Les asiste derecho, es su obligación.
Llama la atención y hasta duele que hayan callado representantes de otras colectividades, sea de diferentes estados o de ONG argentinas. La DAIA, por caso, debería poner el grito en el cielo, pero es más macrista que partidaria de las libertades públicas.
Los extranjeros que viven acá son, desde hace décadas, menos del 5 por ciento de la población total. Es falso que su número haya crecido exponencialmente en tiempos recientes. Pero la xenofobia no se alimenta con datos sino con prejuicios o de mentiras de autoridad, a menudo permeadas por los medios hegemónicos. Como enseña Raúl Eugenio Zaffaroni, el discurso segregador no se funda en la regla, sino en la excepción, “el argumento legitimante de toda Inquisición”.
En un mundo donde priman la insolidaridad y el desprecio por la condición humana, los capítulos locales son preocupantes. El giro a la derecha se manifiesta de cien maneras, Pichetto es un emergente que no expresa nada nuevo, pero que contribuye a que en su patria prevalezcan las peores tendencias en boga. En ese oprobioso rubro, un aliado estratégico de Cambiemos.

GEMIGNANI RECUSO A LA FISCAL PALOMA OCHOA POR HABER PARTICIPADO DEL NI UNA MENOS EN TRIBUNALES El juez las prefiere sumisas y devotas

El juez de la Cámara de Casación Penal Juan Carlos Gemignani recusó a la fiscala Paloma Ochoa por participar en la protesta de #NiUnaMenos en defensa de los derechos de las mujeres y contra la violencia de género el 19 de octubre último. Según el juez es un factor que le resta objetividad en su trabajo. Ochoa es quien pidió su indagatoria por la privación ilegal de la libertad agravada de la prosecretaria de Casación Amelia Expucci, a quien Gemignani tuvo casi dos horas detenida por no cumplir una orden. Para cuestionar a Ochoa, el camarista hizo una interpretación peculiar de la manifestación que hubo en el edificio de Comodoro Py como parte del llamado “miércoles negro” que se extendió por todo el país: para él era un escrache dirigido contra su propia persona. Al responderle, la fiscala recuerda que la movilización tuvo respaldo de la Corte Suprema, del Ministerio Público Fiscal y el de la Defensa. Muestra que lo que intenta el camarista es dilatar su indagatoria y separarla a ella, única mujer a cargo de una fiscalía federal en el fuero, de la causa en contra. Y deja en evidencia que la teoría del escrache sólo “vuelve más verosímil” la acusación “por la que está siendo investigado”, como producto de un abuso de poder basado en el desequilibro entre varones y mujeres.
El miércoles 19 de octubre buena parte de las mujeres que trabajan en el edificio de los tribunales federales de Retiro fueron vestidas de negro, como forma de participar de la protesta contra la violencia machista y tras el femicidio de Lucía Pérez en Mar del Plata. “En Argentina, y a raíz de la cantidad de femicidios ocurridos en el mes de octubre de 2016, puede decirse que una mujer muere víctima de violencia de género cada 26 horas y no ya cada 30 horas; de hecho, durante los primeros 19 días de octubre de este año murieron 17 mujeres víctimas de violencia. Estas circunstancias por sí solas nos obligan a movilizarnos no sólo por ser mujeres, sino todavía con mayor énfasis para quienes somos fiscalas o ingresamos en la genérica categoría de funcionarias públicas o agentes del Estado. Si esto no nos da derecho ni siquiera a gritar, tenemos todavía más problemas de lo que pensamos”, dice un tramo del escrito de contestación a la recusación presentado por Ochoa. Ahora tendrá que analizarlo el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien está a cargo de la causa contra Gemignani por privación de la libertad y violencia de género.
La fiscala –la forma en que ella hace referencia a su cargo– relata que “prácticamente no conocía a las mujeres con las que ese día recorrimos el edificio (…) recorrimos una y otra vez todos los pisos de los tribunales de Comodoro Py bajo la consigna ‘NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS’. No comprendo cómo esta consigna salvo para quien pretenda nuestra muerte, o cuanto menos sojuzgarnos, pueda ser considerada un escrache a su persona. Nadie en todo el edificio de tribunales entendió que nuestro recorrido que entre aplausos clamaba por poder vivir, por ser libres e iguales, por tener derecho, fuera ofensivo o violento. Algunas magistradas y magistrados nos aplaudieron con gran emoción al vernos pasar por las puertas de sus despachos, e incluso, algunas magistradas nos acompañaron subiendo y bajando por el edificio”.

Historia de película

Gemignani, radical de origen, fue nombrado como juez de la Cámara Federal de Casación –máxima instancia penal antes de la Corte– en 2011. Suele tener enfrentamientos feroces con algunos de sus colegas y, en particular, con la jueza Ana María Figueroa. Pero lo que sucedió con Expucci fue un hecho sin precedentes. En el último día de la feria judicial, cuando había poco personal, la mandó a hacer un inventario de un material que estaba en una sala de audiencias, que había sido enviado por el Ministerio de Planificación, en un acuerdo previo al cambio de Gobierno. La intención del juez habría sido generar algún escandalete porque quien habría aceptado el equipamiento informático que estaba allí era Figueroa. Expucci le dijo que inventariar el material escapaba a sus funciones durante la feria y que en todo caso le pidiera permiso a su jefe directo. Gemignani montó en cólera y ante la resistencia de la joven la hizo detener por los policías que estaban de custodia allí. Estuvo cerca de dos horas encerrada e incomunicada. El camarista la denunció, pero el juez Marcelo Martínez de Giorgi ordenó liberarla y cerró la causa. Ella también lo denunció a él, y ésta es la investigación que quedó a cargo de Paloma Ochoa, quien le pidió al juez Canicoba Corral que cite al casador a indagatoria. También tiene un pedido de juicio político.
La recusación contra la fiscala pretende, como apuesta de máxima, sacarla del caso. De mínima, dilatar el proceso en su contra. El texto es una increíble revelación, casi una confesión, sobre cómo el camarista configura su razonamiento al decir que se siente escrachado por una manifestación en contra la violencia de género que es de alcance nacional. Dice que le pegaron un panfleto en la puerta de su despacho y que Ochoa lideraba la protesta. Los volantes estaban en todo el lugar, en todos los pisos, en casi todos los despachos y proclamaban la consigna “Ni una menos”, algunos reivindicaban la adhesión de una u otra dependencia al paro de mujeres d ese día, que duró una hora al mediodía. Pero ninguno aludía a él. La fiscala dice que no pegó carteles en el segundo piso, donde está el despacho del camarista: “sí pegué personalmente en el quinto piso del edificio de Comodoro Py donde trabajo cotidianamente, carteles que decían Ni una Menos y ninguno de los fiscales, todos ellos varones, entendió que tener ese cartel pegado en la mesa de entradas (…) podía ser interpretado como un escrache a su titular”.
¿Qué alega Gemignani? Su punto de partida es un recuadrito publicado por el diario Clarín que contaba como había sido la protesta y en una línea decía: “un grupo reducido de manifestantes pegó carteles contra la violencia machista en la puerta del despacho de Gemignani”. Entre las mujeres, mencionaba a Ochoa. Uno de los argumentos centrales del juez es que Ochoa violó “el estándar de imparcialidad y también la objetividad con que debió haber obrado en relación a mi persona cercenando así los derechos de debido proceso y defensa en juicio”; “participó y condujo un escrache por ‘violencia de género’ contra mi persona materializado en la puerta de mi oficina (…) adjudicándome ser un violento de género (…) aniquiló mi inocencia, la dignidad humana y el debido proceso”.
Ochoa le retruca que él no distingue entre la función de jueces/as y fiscales/as. Le recuerda, citando una decena de prestigiosos autores argentinos y extranjeros, desde Julio Maier, Gustavo Bruzzone, Esteban Righi, María Angélica Gelli hasta Claus Roxin, y precedentes de la propia Casación, que el Ministerio Público es autónomo, independiente, que no puede ser equiparado al Poder Judicial y que no tienen deber de imparcialidad sino de objetividad. Es “garante de la legalidad del proceso” y representa “los intereses generales de la sociedad”.
Gemignani la acusa de perder la objetividad porque cada decisión que toma ella como parte del juicio fue difundida en la página institucional fiscales.gob.ar. Ella le dice que está habilitada a difundir lo que quiera, y que siempre lo hizo con posterioridad a sus presentaciones o medidas. Lo toma como un acto para “transparentar su labor”, como lo hacen otros fiscales. También defiende la perspectiva de género que aplica en esta y otras causas: “Mi posicionamiento y, en particular, la mirada sensible al género que observé en este caso, como en todos los que intervengo, es claro que no puede llamarse nunca tendenciosidad, toda vez que la tendenciosidad no podría jamás estar basada en el cumplimiento de obligaciones legales, tanto a nivel nacional como internacional”. En el caso de Expucci analizó que además estaba frente a una situación de abuso de poder producto del desequilibrio de géneros. “Esta fue una de las razones que me llevó a no volver a citar a la denunciante cuando ya había ratificado su denuncia ante el juez, a efectos de evitar toda posible revictimización”, explicó.

Nada nuevo bajo el sol

Otro fundamento de Gemignani es que están cuestionados los concursos para fiscales/as en un amparo del Colegio de abogados de la calle Montevideo (el que avaló los golpes de Estado) por el modo de armar los jurados. Ochoa le dice que ni él ni ella son parte en ese amparo, y que de todos modos ella rindió examen, fue ternada, no tuvo ninguna impugnación y le prestó acuerdo el Senado. Luego insiste el juez que lo hechos de ese amparo “acreditan una clara subordinación de la nombrada Ochoa con la señora Procuradora General de la Nación, conspicua integrante de la agrupación Justicia Legítima, en la que también abreva el doctor Alejandro Slokar (presidente de la Casación), y de pública y notoria militancia kirchnerista” (sic). Ochoa le contesta que la Procuración es un organismo jerárquico, el procurador o la procuradora tienen carácter de jefes/as y dan instrucciones generales.
En ninguno de estos puntos el camarista explica qué relación tiene su planteo con la causa en la que tiene una grave imputación. Ochoa dice que, ya sea que se trate de un artilugio para dilatar la causa en su contra o que realmente responda a las “creencias del imputado” (“que manifestarse por el edificio bajo la consigna NI UNA MENOS, pueda ser entendido como un escrache a su persona”), nada de esto puede ser avalado por el juez Canicoba Corral “sin que ello implique violentar los derechos de las mujeres y, en particular, los derechos y autonomía que como mujer y fiscala, poseo”. “Hacer lugar al planteo de recusación implicaría por un lado enviar como mensaje a la sociedad, que las mujeres no sólo no podemos estar en lugares de decisión como lo es el lugar de fiscala, porque nuestra condición de mujeres altera nuestra objetividad, sino que además no tenemos derecho a movilizarnos en la reivindicación de nuestros derechos. Pero además, este razonamiento habilitaría el absurdo de que los varones recusaran a las fiscalas que tienen a su cargo la investigación de casos de violencia de género por la sola circunstancia de haber participado de movilizaciones en defensa de nuestros derechos”, advierte. A la vez pone en evidencia que en su papel de fiscal en la causa iniciada por Expucci, el planteo de Gemignani refuerza y hace verosímil su acusación: no se trató de un mero abuso de un jefe, sino de un jefe contra una secretaria por su condición de mujer.
Es un escenario, advierte Ochoa, de “una gravedad insospechada” y avalarlo sería admitir “que se ejerza violencia institucional sobre mi persona, en razón de que la recusación tendría por fin desplazar del caso, a la única fiscala en el fuero federal, para esta etapa del proceso, por la sola circunstancia de ser mujer y de movilizarse y trabajar en defensa de los derechos de las mujeres victimizadas por la violencia del patriarcado. Este apartamiento significaría, a su vez, violentar el ordenamiento nacional y los compromisos internacionalmente asumidos por el Estado argentino, en tanto éste debe garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres, a más de garantizar una vida libre de violencia”.

LA IRRUPCION DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES CAMBIO EL ESCENARIO POLITICO La posibilidad de la izquierda

 Por Eduardo Febbro
Página/12 En EE.UU.
Desde Washington
Hay un más allá de las elecciones presidenciales norteamericanas: sea Hillary Clinton o Donald Trump quien gane la consulta, los analistas estadounidenses apuestan por la reconstrucción de un bloque compuesto por la socialdemocracia progresista, la dispersada izquierda y la izquierda radical que protagonizó las movilizaciones sociales de 2011. Si el campo Demócrata cuenta con la movilización de los latinos y los afroamericanos para imponerse en una elección cuyo resultado se volvió incierto en los últimos días, el aporte de los movimientos populares de la izquierda del Partido Demócrata y de la izquierda radical no es menos sustancial. Descendientes de la agitación ciudadana representada por Occupy Wall Street en septiembre de 2011, varios grupos de la izquierda radical tuvieron un papel preponderante durante la campaña electoral. Los llamados grassroots (las bases) están unidos por una misma voluntad de cambio y de impugnación del sistema pero diseminados en movimientos no del todo convergentes: la justicia racial (Black Lives Matter), los derechos de los trabajadores inmigrados, el salario mínimo de 15 dólares la hora, el cambio climático, el cuestionamiento de la policía o la regulación de las finanzas.
La sorpresiva irrupción del senador de Vermont, Bernie Sanders, y el movimiento Feel the Bern, con su emblema central de una “revolución política y social” capaz de destronar a las elites, cambió las relaciones y el impacto electoral de estos grupos. Sanders aunó en torno de él a la coalición de izquierda más grande de la historia reciente de Estados Unidos. Se trata ahora de que esa entidad siga viva después de las elecciones. Para ello y pese a las dificultades estructurales propias del sistema político norteamericano, los simpatizantes de esos movimientos esperan el fin de las presidenciales para romper el viciado bipartidismo y constituirse en una suerte de “poder político independiente”, según lo definido por Cindy Wiesner, la coordinadora nacional de Grassroots Global Justice Alliance, una fuerza que agrupa unas 60 organizaciones progresistas presentes en 20 estados.
Si bien es cierto que la izquierda radical estadounidense desconfía del progresismo disfrazado de Clinton, la construcción de una propuesta electoral distinta a partir de estas elecciones es una realidad cada vez más tangible. Ya durante la campaña y apretada por las propuestas del Bernie Sanders, la candidata demócrata fue impulsada a posturas progresistas que no figuraban en su plataforma inicial. Lo esencial está sin embargo en el futuro, en lo que el columnista del diario The Washington Post y vicepresidente del Comité Político Nacional de Democratic Socialists of America, Harold Meyerson, llama “la nueva izquierda”. Habría incluso dos nuevas izquierdas: la que apareció con pujanza a la izquierda del Partido Demócrata detrás de Sanders, y la izquierda radical de todos los movimientos ciudadanos herederos de Occupy Wall Street. Ambas tienen una característica común: son electores jóvenes cuyas edades oscilan entre los 18 y los 30 años. Harold Meyerson anota al respecto: “Durante el último lustro, ha habido pruebas cada vez mayores del giro a la izquierda entre los demócratas y los jóvenes”. Estas dos izquierdas se sienten investidas de dos misiones: rescatar la dinámica de 2011 que renació con estas presidenciales y procesar una respuesta a la grosería política y el racismo de Donad Trump. Cindy Wiesner destaca que si bien el electorado de Trump aumenta “con el miedo de la gente, se puede deplorar el hecho de que Trump haya normalizado el racismo y la discriminación. A partir de él, se borró la frontera de lo que, antes, estaba políticamente permitido expresar”. Aunque el zócalo electoral sea hoy fértil para una gran movilización popular, nadie oculta el hecho de que, triunfe o pierda, Donald Trump ya ganó.
Sin embargo, la violencia de la campaña, su xenofobia y los disparates acumulados por el republicano crearon otro fenómeno: el reconocimiento, por parte del ala izquierda del Partido Demócrata, de todos los movimientos sociales radicales que, antes, no eran aceptados como izquierda normal. Puede que en el futuro esta convergencia se amplíe, incluso si, como lo reconoce Harold Meyerson, “la mayoría de las condiciones previas para convertirse al socialismo o incluso para llegar a simpatizar con el mismo, no parecen existir en los Estados Unidos de hoy. No existe desde luego ninguna organización socialista democrática que ande por ahí reclutando gente en gran número”. Con todo, el progresismo norteamericano se ha revitalizado en estos años y, aunque tarde en constituirse en una opción madura, su afianzamiento es inobjetable. Una vez más, Meyerson anota: “Que la izquierda haya necesitado aquí más tiempo para aparecer que la derecha se puede explicar por el hecho de que la mayoría de los demócratas y liberales creyeron inicialmente que la presidencia de Obama proporcionaría un remedio suficiente a los males de la economía. Sólo cuando quedó claro que esos males eran bastante más graves y exigían una cirugía bastante más radical que la ofrecida por la política convencional comenzó surgir una izquierda revitalizada”.
La izquierda radical y la socialdemócrata empujan hacia un cambio drástico. No se pusieron de acuerdo sobre la urgencia de votar por Clinton para impedir el ascenso de Trump –más de la mitad de la izquierda radical se niega–, pero los analistas convergen cuando vaticinan que habrá un pacto mínimo. Bruce Miroff, profesor de ciencia política en la Universidad de Albany, está convencido de que el Partido Demócrata se orientará hacia la izquierda, principalmente, por la necesidad del aporte de los votos de las minorías. “La postura de Hilary Clinton en 2016 está mucho más a la izquierda que la que asumía en los años 90 y que la de de su propio marido cuando fue presidente”, afirma Miroff. Las divisiones son desde luego persistentes y polimorfas: el ala izquierda del Partido Demócrata repudia a Hillary Clinton y la izquierda radical se tapa la nariz ante su nombre. El lema “todo menos Trump” no funciona con igual eficacia en todo el espectro de la izquierda norteamericana. Una encuesta de Genforward, de agosto, mostró que sólo la mitad de los simpatizantes de Bernie Sanders respaldaría a Clinton. El interrogante queda totalmente abierto: ¿hacia dónde irán las izquierdas norteamericanas luego de las elecciones? La respuesta es variada y oscila entre “la construcción de un poder político independiente” y la “duradera transformación del Partido Demócrata”. Lo cierto es que hay en Estados Unidos una opción impensable hasta hace unos años: se puede decir “socialismo” sin que lo tomen a uno por un delirante, e incluso existe formalmente una ultraizquierda con rostro y legitimidad. Así como hay una “derecha desacomplejada” que asumió la retórica de la ultraderecha, existe también una izquierda radical perfectamente asumida. El éxito creciente de la revista Jacobin prueba que hay lugar para debatir sobre las ideas marxistas o socialistas. Su editor, Bhaskar Sunkara, es uno de los más fervientes partidarios de una “izquierda política independiente como alternativa al Partido Demócrata”. La base de estas izquierdas en gestación es, según lo resume Sunkara, “la pujanza de los movimientos sociales, los únicos capaces de instaurar una relación de fuerzas con el poder del dinero”. La campaña electoral de 2016 creó un monstruo patético, Donald Trump, al mismo tiempo que diseña en el horizonte la figura de una izquierda que va, lentamente, configurando su identidad frente a lo que, en 1936, Franklin Roosevelt calificó como “los príncipes privilegiados de las nuevas dinastías económicas”.

Una licitación a la medida de DirecTV

Por Fernando Krakowiak
El Ministerio de Modernización publicó el viernes en el Boletín Oficial un llamado a licitación pública para la provisión, instalación y puesta en funcionamiento de puntos de acceso wifi en 200 localidades del país con transporte de datos satelital en banda Ka. Lo llamativo de la convocatoria es que la única empresa que puede brindar servicios satelitales en el país en esa banda es la empresa de servicio satelital DirecTV, gracias a una autorización “precaria y experimental” que le otorgó el Ministerio de Comunicaciones a través de la resolución 380, publicada en el Boletín Oficial el 16 de septiembre. De este modo, lo que aparece como una licitación al mejor postor es un pliego de bases y condiciones armado a medida para que la firma estadounidense obtenga un contrato de 12,2 millones de pesos. La apertura de ofertas se realizará el 17 de noviembre a las 11 horas.
La licitación está direccionada de tal manera que todas las especificaciones técnicas coinciden con las que DirecTV le ofrece actualmente a sus clientes, las cuales incluso había detallado el 5 de julio cuando le solicitó por escrito al Ministro de Comunicación, Oscar Aguad, autorización para llevar adelante la prueba experimental en banda Ka. El pliego especifica en las páginas 5 y 6 que la velocidad de cada estación remota deberá ser de 15 megabit por segundo (Mbps) de bajada y 3 Mbps de subida y que el proveedor debe soportar tres tipos de límites mensuales: 10 GB, 20 GB y 50 GB. Cualquiera puede ingresar hoy al portal de DirecTV y ver que la promoción válida hasta el 30 de noviembre para el servicio de internet satelital contempla 15 MB de velocidad y límites mensuales de 10, 20 y 50 GB. Incluso el pliego especifica que cada estación remota debe constar de una antena parabólica de 0,74 metros como máximo. La exigencia es llamativa porque el tamaño de las antenas depende de cuan alejado se está de la pisada del satélite en el territorio, pero no tiene relación con la calidad del servicio. Por lo tanto, fuentes del sector especulaban en los últimos días con la posibilidad de que ese tamaño de antena coincida exactamente con las que viene utilizando DirecTV para ofrecer servicios en banda Ka.
La banda Ka es una porción del espectro radioeléctrico que hace un uso más eficiente de las frecuencias que transporta. Por lo tanto, es ideal para brindar servicios de internet y banda ancha y, a su vez, permite utilizar antenas de recepción de menor tamaño. Ninguno de los dos satélites puestos en órbita por Arsat ofrece servicios en banda Ka. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner había previsto que esa banda fuera usada por el Arsat 3, pero su construcción se detuvo con la llegada del gobierno de Mauricio Macri.
Al no haber oferta de servicios en banda Ka por parte de Arsat, el Ministerio de Comunicaciones decidió darle luz verde al pedido de DirecTV para brindar servicios en esa banda, pero la autorización otorgada entra en contradicción con el decreto 267 de necesidad y urgencia que el propio Macri firmó a fines del año pasado para reformar artículos claves de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 26.522. Originalmente, el inciso A del artículo 45 de la ley había establecido que los operadores de servicios satelitales no podían ser titulares de ningún otro tipo de servicio de comunicación audiovisual, pero el decreto 267, tan desregulador en algunos aspectos, en este punto fue todavía más restrictivo y agregó que tampoco podían ser titular de “servicios TIC regulados por la ley Nº 27.078”, conocida como Argentina Digital. De este modo, fue más explicito al momento de dejar en claro que DirecTV ni siquiera podía brindar banda ancha.
A partir de entonces, la firma estadounidense expresó su malestar de manera informal a través de sus lobbistas habituales en distintas oportunidades, incluyendo la visita del presidente estadounidense Barack Obama al país, y logró que el gobierno le otorgase una autorización “precaria y experimental (…) para desarrollar una prueba piloto, utilizando 216 MHz de la capacidad del satélite geoestacionario denominado Spaceway 2, con operación en banda de frecuencias Ka”. La autorización es por dos años y en el pedido que presentó la compañía se aclara que es para brindarles servicio “a aproximadamente 5000 suscriptores”. El avance de DirecTV generó polémica en el sector porque utiliza un satélite que no tiene aprobados los derechos de aterrizaje en el país y porque el Gobierno en ningún momento explicitó claramente qué es lo que quiere probar a través de esa autorización precaria y a través de qué metodología. Además, la firma ya les brinda servicio a más de 5000 suscriptores.
Ahora la polémica podría recrudecer todavía más si DirecTV se vale de esa autorización para obtener un contrato millonario con el Estado, pues el servicio que brinda en banda Ka es experimental y lo viene haciendo de manera monopólica. Otra opción podría haber sido realizar la licitación sin especificar la banda de frecuencias, lo que le hubiese permitido al Estado también sumar a la contienda a las firmas que ofrecen internet en banda Ku.

OBAMA, HILLARY, TRUMP, QUE MAS DA?

EL MUNDO › LA CAPITAL, DAMASCO, FUE BLANCO DE LOS PROYECTILES CRUZADOS ENTRE OFICIALISTAS Y REBELDES

Intensos combates en toda Siria


Mientras arreciaban los combates en toda Siria, al menos siete personas resultaron heridas ayer por varios cohetes que cayeron en dos barrios del centro de la capital, Damasco, y en las cercanías de la Embajada rusa en esa ciudad, informaron fuentes policiales y médicas.
Los ataques fueron atribuidos por la policía y la agencia oficial de noticias SANA a “terroristas”, mientras el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos reportó la caída de proyectiles en los distritos de Al Adaui y Al Mazraa, donde se ubica la Embajada de Rusia, aliado del gobierno sirio.
La ONG con sede en Londres y una red de informantes en terreno subrayó que, de acuerdo a datos preliminares, varios de estos cohetes impactaron en las inmediaciones de la legación diplomática, pero no la afectaron.
Mientras, en la periferia de la capital, proyectiles de mortero impactaron contra el campo de refugiados palestinos de Al Wafidin, dijo SANA, que acusó al Ejercito del Islam, una de las principales facciones que actúan en esta región contra el gobierno de Bashar Al Assad, de estar detrás del ataque. Los cohetes cayeron cerca de una panadería, una estación de autobuses y un cementerio en Al Wafidin. El domingo, varias personas murieron entre ellas cuatro niños y otras treinta resultaron heridas por ataques similares contra barrios céntricos y del extrarradio de Damasco.
En tanto, las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada kurdo árabe, libraron combates con el grupo islamista radical Estado Islámico (EI) a unos 50 kilómetros al norte de la ciudad de Al Raqa, bastión sirio del EI, en el noreste del territorio sirio, con un número indeterminado de bajas, mientras los jihadistas perdían en Irak una ciudad clave al sur de Mosul. Los jihadistas lanzaban fulminantes ataques, con coches bomba, para frenar los avances de los combatientes de la operación “Cólera del Eufrates’’ en la carretera de Raqa. En esta región desértica y llana del norte de Siria, las fuerzas “avanzaron 12 km a partir de la localidad de Suluk (80 km al norte de Raqa) tras violentos enfrentamientos’’, informó ayer la portavoz de la ofensiva, Jihan Sheij Ahmad. “Hemos logrado apoderarnos de armas’’ del EI “y hemos matado a un gran número de sus combatientes’’, añadió. Las fuerzas avanzan también desde Ain Issa, a 50 km al norte de Raqa.
El portavoz del Frente de los Revolucionarios de Al Raqa (facción integrada en las FSD), Mahmud Hadi, explicó que los enfrentamientos se producen en zonas al sur de la ciudad.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en tanto, indicó que al menos seis miembros de las FSD han muerto y otros quince han resultado heridos por la explosión de coches bomba, el fuego de artillería y los combates contra el EI.
Hadi subrayó que el Frente de los Revolucionarios, otra facción rebelde, no está participando en la primera fase de la batalla cuyo objetivo es cercar y aislar Al Raqa, pero que sí lo hará cuando las FSD se aproximen y comience el asalto a la urbe, considerada la capital de facto del “califato” declarado por el EI en junio de 2014.
El FSD fue atacado, además, al sureste de la provincia de Al Hasaka, por fuerzas del EI. Según el Observatorio, los jihadistas iniciaron un asalto contra la zona de Al Malha, donde lograron avanzar y hacerse con el control de varios puntos. Por lo demás, las facciones sirias respaldadas por Turquía avanzaron en las últimas 24 horas frente al EI y tomaron el control de tres pueblos en su progreso hacia la ciudad de Al Bab, feudo de los radicales en la provincia septentrional de Alepo.
El portavoz de la División Al Hamza, Mayed al Halabi, cuyo grupo forma parte del Ejército Libre Sirio (ELS) y participa en la operación contra el EI, explicó por internet que los insurgentes sirios se hicieron ayer con el dominio de las poblaciones de Tel Batal y Sheij al Yarah, al norte de Al Bab. En su ataque, las facciones sirias cuentan con el apoyo de aviones y carros de combate turcos, que participan en la operación Cólera del Eufrates para expulsar al EI de Alepo e impedir el avance de las milicias kurdosirias.
La oposición siria está integrada por un amplio, fragmentado y volátil arco de milicias rebeldes que incluyen desde el laico Ejército Libre Sirio (considerado “moderado” por Estados Unidos, que lo apoya y financia) hasta Fateh Al Sham (ex Frente Al Nusra, filial siria de Al Qaida), pasando por EI.
En tanto, la organización Defensa Civil, un grupo opositor que desarrolla labores de rescate y propaganda en el conflicto sirio, denunció que al menos 32 personas presentan síntomas de intoxicación por un ataque químico la madrugada del domingo en un pueblo a unos 10 kilómetros al oeste de la sitiada ciudad siria de Alepo. El portavoz del grupo opositor denunció que helicópteros gubernamentales atacaron la región, pero ninguna fuente oficial corroboró la información y el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, señaló que su organización no pudo confirmar el supuesto ataque químico.
Las hostilidades se reanudaron en la urbe de Alepo tras una tregua humanitaria de diez horas declarada unilateralmente por Rusia y el gobierno sirio el viernes pasado. Durante esa jornada, una calma relativa reinó en la ciudad, que solo fue interrumpida por el disparo de cohetes rebeldes contra áreas controladas por el Ejército.

OPINION La guerra interna

Por Martín Granovsky
Igual que en la Argentina o en Brasil, en los Estados Unidos la sociedad puede ser evaluada por índices ilustrativos que acompañan a otros como la desocupación o la tasa de crecimiento. Hoy votarán los ciudadanos que representan el 5 por ciento de la población mundial pero tienen el 25 por ciento de los presos del mundo. Son 2.300.000, contra los 357.292 de 1970.
Como sucedía con algunos documentales de Michael Moore (las armas y la desigualdad en “Bowling for Colombine”, el salvajismo conservador en “Capitalismo: una historia de amor”) esa realidad puede verse en Netflix con solo hacer click en “Enmienda XIII”. Es un documental de la directoria californiana Ava DuVernay recién estrenado.
“Somos el producto que eligieron nuestros ancestros, si somos blancos”, dice uno de los textos del documental. “Si somos negros, somos el producto que no eligieron nuestros ancestros.” Y agrega: “Acá estamos, todos juntos, producto de esas elecciones, y debemos entenderlo para poder escapar de eso”.
La Enmienda XIII de la Constitución de los Estados Unidos es la que consagró la abolición de la esclavitud concretada en 1865. Que alguien sea esclavo es, desde ese momento, inconstitucional. Sin embargo, añadía que la servidumbre viola la Constitución “excepto como castigo por un delito”. Una puerta abierta a la persecución.
Con la esclavitud cuatro millones de personas eran propiedad de alguien y formaban parte de la economía del sur. Cuando fueron liberados engrosaron a los arrestados por delitos menores como arrojar basura, o incurrir en vagancia. Además eran sometidos a trabajos forzosos en el ferrocarril o en otro tipo de obras públicas.
Junto a ese neoesclavismo floreció el estereotipo del negro diabólico, capaz de violar y matar. Según el documental fue clave en la construcción de ese mito la película “El nacimiento de una nación”, de D. W. Griffith, de 1915, adaptación de la novela de Thomas Dixon “The clansman”, el hombre del clan, editada en 1905. En 1998 Iron Maiden tocaría una canción con el mismo nombre en alusión a los miembros del Ku Klux Klan. “Si los ancestros pudieran escuchar lo que pasa se revolcarían en sus tumbas”, dice la letra como si leyera los pensamientos de un miembro del KKK. “Cuando llegue el momento tomaré lo que es mío/ Soy un hombre del clan.” A Griffith se le ocurrió la idea de las ceremonias donde el KKK quema una cruz en la noche, costumbre que hasta ese momento la organización no tenía y que tomó del film por su espectacularidad.
Arreciaron los linchamientos. Muchos afroamericanos huyeron del sur y se desperdigaron por el oeste, en Los Angeles, o en el Este, en Nueva York, o en Chicago.
La segregación llegó después, como una estilización de la ilegalidad. La discriminación comenzó a ser aplicada por ley. No votar. No poder ingresar a sitios públicos. No compartir la misma playa en Miami.
“Cada vez que te indignabas frente a una prohibición, por ejemplo la de entrar por la puerta principal, o cada que vez que no te dejaran votar o ir a la escuela, cargabas con un peso injurioso”, dice Bryan Stevenson, abogado y fundador de Iniciativa para una Justicia Igualitaria. En los ‘50 y los’60, el movimiento por los derechos de los negros encabezado por Martin Luther King exhortaba a manifestar con un cartel sandwich que señalaba a cada lado: “Soy un hombre”.
El presidente Lyndon Johnson concedió los derechos civiles recién un siglo después de la abolición de la esclavitud. La reacción fue un estigma con este mensaje implícito: “Les damos la libertad y nos la devolverán cometiendo más delitos”. Hubo más delitos en los años ‘70 simplemente porque la población había aumentado por los nacidos en la Segunda Posguerra.
En 1970 el universo de encarcelados llegaba a 357.292 personas.
“Es en esa década, en la Era Nixon, cuando el delito empieza a asociarse con la raza”, explica en el documental Angela Davis, hoy profesora emérita de la Universidad de California en Santa Cruz a sus 72 años. En los ‘60 y ‘70 fue dirigente de los movimientos afronorteamericanos y contra la guerra de Vietnam e integrante del Partido Comunista. Para Richard Nixon el crimen abarcaba la protesta por los derechos civiles de negros y gays y debía ser combatido con referencia a una palabra: “guerra”. Sus discursos incluían otras dos palabras: “Ley y orden”. Nixon inició otra retórica destinada a perdurar. Fue el primero que convocó a “una guerra total contra las drogas peligrosas”. Allí empezó, y no terminaría, el aluvión de encarcelados por la simple tenencia de un cigarrillo de marihuana.
Al final de la década, en 1980, la población carcelaria había trepado a 513.900 personas.
En 1982 Ronald Reagan, el presidente ultraconservador que había asumido en 1981, comenzó literalmente la guerra moderna contra las drogas en el sentido en que Nixon lo había proclamado.
Población carcelaria en 1985, 759.100 presos.
Malkia Cyril, investigadora sobre medios, dice que los negros pasan a estar cada vez más sobrerrepresentados en las noticias policiales. “Con el miedo podés justificar que se tire una persona a la basura”, dice Cory Greene, ex preso y cofundador de la ONG HOLLA. Las pandillas y sus miembros, en general chicos y adolescentes, empiezan a ser llamados “superpredadores”. Lo dice en el documental, incluso, una joven Hillary Clinton. Y lo cree una parte de la comunidad afronorteamericana que sospecha de sí misma. También lo sostiene un empresario ya famoso. Es Donald Trump, que promueve la pena de muerte para chicos presuntamente autores de crímenes violentos en un famoso caso de asesinato en el Central Park. Años después una prueba de ADN demostraría su inocencia.
“¿Quieren cuidar a los criminales más que a las víctimas?”, preguntaba George Bush padre en la campaña de 1988. “Si no quieren eso voten por mí.” Lo hicieron. Ganó, en buena medida usando el caso de Willie Horton, un presidiario que cometió un crimen mientras gozaba de una salida en libertad condicional.
En 1990 la población carcelaria llegó a 1.179.200 personas.
Bill Clinton, que triunfó en 1992 hablando de economía, diseñó y condujo un plan masivo de construcción de cárceles mientras militarizaba las policías, incluso las rurales, y dotaba a todos los cuerpos de equipos Swat.
En el 2000 los encarcelados alcanzaron los 2.015.300. Hasta Clinton admitió que el énfasis había sido exagerado, y Hillary lo debió aceptar en un debate con Bernie Sanders.
Por detrás de estas campañas de encarcelamiento masivo estaba ALEC, American Legislative Exchange Council, un lobby apoyado por las grandes corporaciones encargado de conseguir votos para ellas y a la vez promover la venta de armas.
Uno de cada 17 hombres blancos tiene probabilidades de ser encarcelado en el curso de su vida. Para los jóvenes negros, las chances son de uno en tres. Los negros son el 6,5 por ciento de la población total pero representan el 40,2 por ciento de los presos. Son los esclavos de un Estado que hoy elegirá quién ejercerá su jefatura en los próximos cuatro años. Nadie es capaz de saber si la próxima presidencia terminará con la matriz perversa y menos conocida de la Enmienda XIII o la reforzará para ejemplo de los conservadores de todo el mundo.