lunes, 25 de abril de 2016

EL PAIS › OPINION El futuro del kirchnerismo

Por José Natanson *
¿Qué es hoy el kirchnerismo?
Es, en primer lugar, una cultura política. Durante años confinada a un rincón de la academia, que la consideraba una forma apenas disimulada de referirse a ese pescado resbaloso que los peronistas originarios llamaban “ser nacional”, la cultura política fue rescatada por los estudios pioneros de Gabriel Almond y hoy goza de un status científico equivalente al de variables en apariencia más cuantificables y explicativas. Medida a través de complejas investigaciones de opinión, estudios de comportamiento y grupos focales, la cultura política refiere básicamente al modo en que una sociedad organiza sus intereses y valores, tramita sus conflictos y se da a sí misma un orden que refleja su idiosincrasia y que es, por lo tanto, un saldo provisorio de su historia.
La encuesta de orientaciones ideológicas elaborada por Flacso-Ibarómetro es, en este sentido, contundente. De acuerdo a la investigación, un porcentaje mayoritario de los argentinos (61,8 por ciento) prefiere la intervención del Estado en la economía antes que la mano invisible del mercado, elige las alianzas con los países de la región antes que con las potencias del primer mundo (53,6 por ciento), apoya los juicios por violaciones a los derechos humanos (61,4) y cree que la búsqueda de la igualdad, más que la libertad, debe ser el principal objetivo de un gobierno democrático (50,5 contra 32,8).
Estos resultados, que hubieran sido muy diferentes en otros momentos de nuestra historia, por ejemplo en los 90, son también distintos si se los compara con los de otros países. Y confirman una evidencia: las principales orientaciones políticas de la década kirchnerista definen un núcleo básico de ideas compartido por un porcentaje mayoritario de la población. Ideas que, curiosamente, se encuentran todavía más afianzadas en los sectores medios: el mismo estudio revela que la clase media –definida por ingresos y nivel educativo– apoya estas políticas en porcentajes aún mayores que el promedio social. Como el gallego que habla en prosa sin saberlo, la clase media es kirchnerista sin darse cuenta.
Probablemente aquí radique la principal explicación del súbito “giro estatista” decidido por Mauricio Macri antes de su elección como presidente, que incluyó la promesa, honrada hasta el momento, de mantener bajo control público las jubilaciones, YPF y Aerolíneas. Y seguramente también se encuentren aquí los motivos que dan cuenta de las continuidades entre una gestión y otra, difíciles de apreciar a un lado y otro de la grieta pero no por eso menos reales.
Avancemos con cuidado para evitar los botellazos.
Es cierto que el diseño macroeconómico del macrismo es ostensiblemente neoliberal, que se mueve a dos velocidades –muy rápidamente para transferir recursos a los sectores privilegiados y muy lentamente para compensar los costos– y que su apuesta, en última instancia, consiste en la creación de empleo por vía del crédito para obra pública (es decir deuda) y la inversión privada (es decir derrame). Pero también es verdad que ha decidido sostener en lo esencial el amplio entramado de protección social construido durante el kirchnerismo, tal como demuestran los anuncios formulados por el presidente hace diez días: aunque tardíos e insuficientes para enfrentar una situación que a todas las luces se deteriora, incluyeron mejoras en derechos otorgados durante la década anterior (Asignación Universal y jubilaciones) y una innovación importante (la devolución del IVA a los sectores más vulnerables). Incluso se anunció un aumento para los cooperativistas del plan Argentina Trabaja, considerado clientelismo puro y duro durante la campaña.
Del mismo modo, tan cierto es que el desempleo, consecuencia de los despidos en el Estado y la recesión económica, seguramente aumentará durante el año, como que no se han impulsado iniciativas de flexibilización o precarización de la legislación laboral al estilo menemista, se siguen aplicando los Repro, aunque con menos entusiasmo, y hasta se ha llegado a un “pacto de gobernabilidad” con los movimientos sociales que garantiza la paz de los territorios. El hecho de que en cuatro meses de gestión Macri haya recibido a los líderes sindicales más veces que Cristina en todo su segundo mandato no convierte a su gobierno en un gobierno de los trabajadores sino en uno que se muestra dispuesto a hablar con sus referentes. Hasta cuándo puede durar esta estrategia es la pregunta del momento.
Como sea, estos trazos de continuidad, presentes en materia social y educativa y en menor medida laboral, confirman que el macrismo es algo nuevo, diferente a la vieja derecha conservadora pero también al menemismo de los 90, lo cual –sigamos caminando despacio– no debería leerse como un apoyo sino como un intento por reconocer la forma exacta del animal político en cuestión, así sea para no repetir errores: quizás uno de los principales motivos de la derrota del Frente para la Victoria en las elecciones de octubre haya sido el dogmatismo inconducente con el que concibió a su adversario.
Recuperando el razonamiento inicial, digamos que la prolongación de algunas políticas públicas de una gestión a otra es la reacción pragmática del gobierno ante el conjunto de orientaciones afianzado durante la década kirchnerista. Y como la política no es un arte de intenciones sino de hechos, y como los dirigentes no son juzgados por sus deseos sino por lo que finalmente hacen con ellos, importa menos si el macrismo cree de verdad en las políticas sociales que la evidencia de que las está aplicando.
Sucede que la cultura política opera entre otras cosas como una frontera que define lo que es posible hacer y lo que no, que dibuja, por así decirlo, el perímetro de la tolerancia social: así como la cultura política alfonsín-cafierista desterró el recurso a la violencia como forma de resolver los conflictos sociales, la cultura política pos-neoliberal excluye el ajuste sin compensación: cirugía pero con anestesia. Esto se refleja en la curiosa división de tareas del macrismo: en un gabinete dotado de una homogeneidad social, profesional y fonética inédita desde recuperación de la democracia, los ex gerentes de multinacionales se ocupan de las áreas duras de la gestión (finanzas, energía, empresas públicas), en tanto que aquellos que provienen de la sociedad civil se hacen cargo de las zonas blandas (desarrollo social, medio ambiente). En el particular juego de rol del macrismo, los CEO ajustan y los ONGistas compensan.
Pero hablábamos del kirchnerismo, de su sobrevida como cultura política y como su otra forma principal: el kirchnerismo como minoría intensa. Provisto de un conjunto de recursos institucionales, un liderazgo y un programa (oposición dura), la reaparición de Cristina le devuelve al kirchnerismo parte de la vibración épica y la conexión emocional que había logrado en el período más brillante de su largo ciclo en el poder, aquel que comenzó con una derrota (el voto no positivo) y concluyó con una tragedia (la muerte de Néstor), y que incluyó la estatización de las AFJP, la ley de medios, la ley de matrimonio igualitario y los festejos del Bicentenario.
Mi impresión es que el kirchnerismo se sintió demasiado cómodo en ese papel poco exigente, y que incluso después de haber obtenido el 54 por ciento de los votos siguió funcionando más como oposición de la oposición, como dice Martín Rodríguez, que como una fuerza hegemónica que incorpora e incluye, tal como confirma la trayectoria descendente de sus dos grandes dispositivos simbólicos: el programa 6,7,8, necesario en un contexto defensivo pero que se fue volviendo nocivo conforme iba pasando el tiempo; y el one-hit-wonder Carta Abierta, que tras su célebre hallazgo (el famoso “clima destituyente”) emprendió un camino sinuoso que lo llevó a respaldar al gobierno cuando era el momento de cuestionarlo (cuando era fuerte y estaba a tiempo de introducir correcciones) y a criticarlo (el “voto desgarro”) cuando había llegado el tiempo de apoyarlo más allá de toda crítica.
Con un despliegue hiperactivo aunque un poco redundante en las redes sociales y mucha presencia mediática (que no siempre suma), el kirchnerismo recuperó su centralidad tras la vuelta de su líder, obligó al resto del peronismo a definirse y confirmó que es el único actor político capaz de movilizar multitudes. Y sin embargo, el argumento “Cristina moviliza más que Macri” no es del todo pertinente, porque la estrategia del gobierno no consiste en oponer una movilización a otra sino, más sencillamente, no hacer movilizaciones (no se trata de contestar un cacerolazo con un acto masivo sino de evitar el cacerolazo). Las pruebas están al alcance de la mano (literalmente): Macri no quita a Evita del billete de cien pesos para hacer ingresar a Frondizi o Alsogaray sino para hacerle lugar a la ballena y al hornero. No quiere ganar la batalla cultural: quiere sobrevolarla, y trasladar sus tropas al nuevo teatro de operaciones de las finanzas, la economía y la obra pública.
El regreso de Cristina repuso el clivaje kirchnerismo-anti-kirchnerismo que había empezado desdibujarse. Y su reto a los manifestantes que insultaban a Bossio (“Así no van a convencer a nadie”), así como su propuesta de Frente Ciudadano (nebulosa pero que pareciera apelar a una cierta apertura), demuestra que es más inteligente que el kirchnerismo sunita que la rodea y aplaude. Pero ocurren dos cosas: por un lado, como escribió Verónica Gago, la orden de autogestionar un nuevo espacio resulta contradictoria (la autoorganización desde arriba es un oxímoron). Por otro, no está claro aún cuál será el mecanismo político, la astucia de la razón que traducirá la activación militante, el sustrato afectivo y el ascendente social que conforman el capital político del kirchnerismo en una opción de poder real, lo que en un sistema democrático significa en última instancia una opción capaz de disputar y ganar elecciones.
Concluyamos, también con cuidado.
Como ningún otro ciclo político desde la recuperación de la democracia, el kirchnerismo logró sobrevivir a su desalojo del poder. Y sin embargo, transformado hoy en una cultura política y una minoría intensa, no puede proponerse simplemente como un guardián de las conquistas del pasado, como un eco reivindicante de la década, por más ganada que haya sido. Para que no se reduzca a “un conjunto de personas con algunos recuerdos en común”, como decía Ricardo Sidicaro, el kirchnerismo necesita reinventarse apelando a nuevos sectores, recursos y discursos, una tarea pendiente desde el 2010 pero que debe encarar cuanto antes si quiere superar la derrota, que no es un accidente de la historia ni una conspiración de los poderosos sino el lugar en el que lo puso la sociedad tras las últimas elecciones.
* Director de Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur www.eldiplo.org

LA REAPARICION DE CFK, EL BALANCE DE SUS REUNIONES EN BUENOS AIRES Y SUS PROXIMOS PASOS Una vuelta que reacomodó el tablero político

Por Nicolás Lantos
En diez días, Cristina Fernández de Kirchner mandó barajar y dar de nuevo el escenario político nacional. Su reaparición, enmarcada por un acto multitudinario y que incluyó encuentros con los principales actores de la oposición al gobierno de Mauricio Macri, desde los intendentes del peronismo bonaerense hasta organizaciones sociales, desde científicos a sacerdotes, la ubicaron como referente central del sector político que se enfrenta a las políticas impulsadas el PRO. A pesar de que en cada una de sus intervenciones destacó su identidad peronista, también se abstuvo voluntariamente de participar de la interna del PJ, del que se dice “una simple militante” y propuso en cambio la conformación de un “frente ciudadano” cuyo formato final es aún incierto pero que funcionaría como paraguas de todos los sectores sociales y políticos que se definen como opositores.
La novedad sacudió el todavía inestable entramado de relaciones del peronismo, que no termina de reacomodarse después del knock out técnico de noviembre pasado. Por la nueva base de operaciones montada en el Instituto Patria desfilaron, durante una semana y media, 71 diputados (de 79), 52 intendentes bonaerenses (de 55) y 22 senadores (de 42); números muy superiores a los que podían preverse y que demostraron que, lejos de estar acabada, su voz deberá ser tenida en cuenta. Sin embargo los tiempos no son los mismos y el rol que cumple CFK no es tampoco el mismo que hasta diciembre: “Es una brújula, pero ya no es el capitán que decide, sin consultar, el destino de la nave”, grafica muy navalmente uno de los jefes comunales que participó de la reunión con la ex presidenta.
Ella, aseguran en su entorno, es la primera que entiende que ahora es así, y actúa en consecuencia. Después de cada reunión, sus interlocutores celebraban haberse encontrado con una Cristina Fernández de Kirchner que preguntaba y escuchaba más de lo que hablaba, algo inusual en su etapa presidencial. Ante ellos, además, por primera vez, ensayó una autocrítica por su rol como conductora del proceso que llevó a la derrota electoral. Hubo concesiones: a los intendentes les prometió que tendrían “la lapicera” para armar listas el año que viene; a los senadores les pidió que prioricen la unidad del bloque, a pesar de su público enfrentamiento con el presidente de la bancada, Miguel Angel Pichetto.
Parte de este renovado juego de seducción entre la ex presidenta y el partido en el que hizo toda su carrera política es su abdicación tácita a competir por la conducción del partido, una cruenta batalla con final incierto que podría tener consecuencias fatales para el peronismo y toda la oposición al gobierno de Mauricio Macri. Aunque algunos dirigentes más cristinistas que Cristina quisieron aprovechar el envión de su regreso a la arena pública para conformar una línea interna que presente batalla a la lista que encabezan José Luis Gioja y Daniel Scioli, por ahora estos intentos han sido frenados por la conductora.
Esto no significa que la ex presidenta no tenga planes para el peronismo. Aquí es donde entra en juego el Frente Ciudadano. Aunque las definiciones por ahora son vagas, distintos dirigentes que tienen diálogo cotidiano con ella coincidieron en definirlo como “un espacio político que va a englobar a todos los opositores” al gobierno de Mauricio Macri, independientemente de otras identidades preexistentes. En su discurso, ella planteó varias veces que, con la profundización de las políticas que aplica el PRO, más temprano que tarde el clivaje que va a partir aguas será la adherencia u oposición al modelo neoliberal.
En el Frente Ciudadano convivirían partidos de izquierda y centroizquierda, movimientos sociales, actores eclesiásticos, artistas y personalidades de la cultura, científicos, académicos, sindicatos, ONG.
Por supuesto que este espacio no tiene sentido si no incluye, como parte inevitable, al peronismo o al menos a buena parte del peronismo que concuerda con los lineamientos políticos que marcaron los doce años kirchneristas: mercado interno, Estado activo, derechos humanos. Pero ella sabe que no es ella quien puede, en este momento, conducir al PJ hacia ese lugar, y confía que el peso de la circunstancias terminará por poner todo en su lugar. “En el palacio, a lo mejor perdemos, pero en la calle ganamos seguro. Ellos tienen más dirigentes, nosotros tenemos más gente”, resume un dirigente muy cercano a la ex mandataria.
Mientras los gobernadores por ahora siguen marcando distancia, aunque algunos de ellos reconocen off the record que asistirían gustosos en caso de ser invitados por Fernández de Kirchner a una próxima ronda de reuniones en la Fundación Patria, el obstáculo más importante para su acercamiento al peronismo son las cúpulas sindicales, con quienes se rompió la relación en los últimos años a un nivel “irreparable”. Por eso ella apuesta a que hay por delante una inminente renovación de esa conducción y tiene la mirada puesta en una nueva generación de cuadros, criados en la práctica gremial durante los últimos doce años y que hoy ocupan lugares en la base de la pirámide.
CFK regresó el jueves al Calafate aunque no va a quedarse allí mucho tiempo: no va a volver a ceder la iniciativa política. Sin fecha estipulada ni confirmación oficial, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, uno de los aliados más importantes de la ex presidenta en esta nueva etapa, prepara un acto importante en el teatro Roma, de esa ciudad conurbana. Allí quedará formalmente inaugurado el Instituto Patria, donde funcionarán actividades de formación política, una agencia de noticias y las oficinas de la ex presidenta y algunos de sus asesores más cercanos.

EL PAIS › MOYANO ANTE UN POSIBLE VETO DE MACRI A LA LEY CONTRA DESPIDOS “Los trabajadores no lo van a aceptar

Mientras el Gobierno niega que exista “un escenario generalizado” de pérdida de puestos de trabajo, el jefe de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, advirtió que sería “un error muy grande” que el presidente Mauricio Macri vetara la ley contra los despidos que bloques opositores impulsan en el Congreso. Si “el Gobierno está manifestando que en el segundo semestre va a bajar la inflación e ingresarían inversiones que van a crear puestos de trabajo”, entonces “¿por qué el temor de ayudar a garantizar que no se produzcan despidos?”, planteó. El titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, advirtió, por su parte, podrían convocar a un paro general en mayo si el Gobierno acepta prohibir los despidos. Y el senador Guillermo Pereyra, uno de los autores del proyecto para declarar la emergencia ocupacional que ya tuvo dictamen favorable en la Comisión de Trabajo de la Cámara alta, afirmó que “esto es una emergencia y hay que tratarla como tal: urgente, ya, ahora”.
Frente a los reclamos del sindicalismo, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, volvió a justificar el rechazo de Macri a los proyectos para prohibir cesantías e implantar la doble indemnización. “Hay una preocupación más teñida de situación política que de realidad”, afirmó. “Sabemos que hay situaciones difíciles pero las creemos muy focalizadas en el sector de la construcción”, sugirió. “La caída de los pagos en la obra pública del año pasado a este ha generado muchas tensiones”, dijo y sumó las “dificultades asociadas a Brasil” que sufren sectores autopartistas que exportan a ese país. “Va a ser un golpe y un error muy grande que va a cometer el Gobierno, y seguramente el conjunto de los trabajadores no lo va a aceptar”, sostuvo Moyano ante la posibilidad del veto de Macri. “Hay que hacer algo para evitar que este momento tan especial que vive el país alguien lo aproveche para despedir gente”, planteó. “Los empresarios dicen que esto afecta” pero “¿de qué forma?”, preguntó: “Por lo menos es una garantía para el trabajador”. “Ningún trabajador quiere perder su trabajo por más que sea (cobrando una) indemnización doble”, sostuvo, y aclaró que “no se quiere perjudicar a nadie sino garantizar un poco más la estabilidad laboral”.
“Si no tenemos respuesta, en mayo habrá paro general”, dijo en tanto Micheli, quien dijo que el gobierno anterior “dejó miles de precarizados y eso lo aprovechó el gobierno actual par echar a miles de trabajadores a la calle como perros”. El secretario general de la CTA Autónoma acusó, además, a Macri de “pensar con cabeza de empresario y no como presidente de los argentinos” y agregó: “El poder adquisitivo de los trabajadores está destrozado. Pensar que a partir de julio todo va a mejorar como dice el Presidente es una aspiración de deseos y no un dato de la realidad.”
Pereyra aseguró que “el proyecto para declarar la emergencia ocupacional busca poner una capa protectora a los trabajadores para que no sean despedidos”. “Si un compañero es despedido sin causa tiene dos caminos: optar por un juicio sumarísimo donde debe ser reinstalado en su lugar de trabajo en pocos días; o la doble indemnización, una opción viable para el compañero despedido que está próximo a jubilarse”, explicó. Pereyra criticó la propuesta del bloque de Cambiemos de invitar al ministro Triaca a exponer al Congreso. “Eso no hace más que dilatar los tiempos. Esto es una emergencia y hay que tratarla como tal; urgente, ya, ahora”.

SMATA NO ARMARA MAS AUTOS QUE AUMENTEN SUS PIEZAS IMPORTADAS En defensa del empleo nacional

Unos dos mil delegados de Smata reunidos ayer en Cañuelas analizaron la crítica situación del sector.
Los mecánicos del Smata decidieron poner en marcha una de las medidas de fuerza más originales y drásticas de los últimos tiempos: se negarán a montar aquellas piezas importadas que a partir del lunes reemplacen a las de fabricación nacional. Así lo resolvieron ayer más de dos mil delegados reunidos en el plenario nacional del gremio, fruto del cual vio la luz un duro documento donde fundamentan la medida en que “el contenido nacional de los vehículos bajó del 35 por ciento en 2014 al 20 por ciento en 2016” y en que el negocio de las patronales automotrices “hoy es la importación y no la producción”. Para Smata, esa es una de las razones por las cuales dos mil trabajadores del sector perdieron su empleo en los últimos meses. “Es una estaca que ponemos los trabajadores para que la industria automotriz, una actividad multiplicadora de empleo, eche raíz en el país”, graficó el secretario general del gremio, Ricardo Pignanelli, en diálogo con Página/12.
El origen de la medida, explicó Pignanelli, es la puesta en práctica de los postulados de un proyecto de ley que impulsa Smata que plantea llegar al 50 por ciento de participación nacional en la producción de autopartes. Como el proyecto “podría tardar más de un año en aprobarse y reglamentarse”, dijo el dirigente, los trabajadores tomarán en sus propias manos la idea hasta tanto la iniciativa –que tiene acompañamiento oficial, aunque por ahora sólo de palabra– se concrete.
“Cada pieza que se desnacionaliza es un retroceso. Conocemos las mañas de los empresarios. Por eso, de acá en más, esa pieza no la vamos a montar”, afirmó Pignanelli. Consultado sobre cómo podrían reaccionar las patronales ante la medida, el dirigente sostuvo que “si algún patrón se enoja, está equivocado. Tendrían que aplaudir al gremio: lo que estamos haciendo es por mejor calidad de vida y más trabajo para todos”.
Pignanelli fue el encargado de cerrar ayer el plenario de Smata, que reunió dos mil delegados de todo el país en el polideportivo que posee el gremio en Cañuelas. Durante varias horas, los delegados intercambiaron ideas sobre la situación de los 200 trabajadores en conflicto de la planta de Honda en Florencio Varela, que marcharon el jueves hacia la Secretaría de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo y forzaron la conciliación obligatoria. Además, en el temario se abordó el licenciamiento de trabajadores en Volkswagen, la situación delicada de Ford y de la planta cordobesa de Fiat. El documento final, en cuyo título se hace referencia a las tres “T” (Tierra, Techo y Trabajo) por las que brega el papa Francisco, recoge posiciones críticas con las patronales y con la apertura económica que lleva adelante el Gobierno.
“Vemos con preocupación como los empresarios intentan cambiar las reglas de juego que traccionaron el crecimiento durante casi 10 años, no sólo en las terminales, sino en toda su cadena de valor que en la actualidad cuenta con no menos de un millón y medio de puestos de trabajo”, advierte el documento, que fue leído ante los delegados por el secretario adjunto, Mario Manrique.
El texto hace un repaso de los motivos del “retroceso” en la industria automotriz. Entre los principales, destaca “la reducción de los aranceles de las unidades importadas”, “las permanentes presiones de las multinacionales” del sector para “abandonar el mercado interno”, y “el aumento del precio en dólar de los insumos producto de la devaluación que las propias patronales pidieron a gritos”.
“La especulación le quiere ganar al trabajo, la desesperación a los sueños y la anarquía a la organización”, reza el documento, que pide “seguridad jurídica” para los trabajadores, “la misma que reclamaban las empresas para invertir y hoy desconocen o buscan vacíos jurídicos para especular y desabastecernos en pos de un mejor negocio sin contenido social”.
Dentro de la industria automotriz, Smata comparte representación con otros gremios con mayor peso dentro del rubro, como la UOM que conduce Antonio Caló y que tuvo su propio congreso esta semana, donde se planteó un plan de lucha que incluye un paro nacional de 48 horas a partir del 5 de mayo. Las reivindicaciones son similares: el freno a los despidos a partir del decreciente nivel de actividad industrial y, en ese marco de conflictividad, mejores acuerdos paritarios. “A pesar de que los gerentes no nos aprecian mucho, somos los más vehementes para cuidar la industria nuestra, que es muy débil aún, porque significa proteger el trabajo de la gente”.
Informe: Matías Ferrari.

EL PAIS › MARINA WALKER, DEL CONSORCIO DE PERIODISTAS QUE REVELO LOS PANAMA PAPERS “Los gobiernos permiten estos escondites”

Por Nora Veiras
Hace veinte días medios de ochenta países del mundo sorprendieron con las revelaciones de los Panama Papers. Por primera vez, una filtración de emails, contratos, recibos y documentos del estudio Mossack Fonseca había permitido a la prensa acceder a las sociedades offshore creadas en Panamá para ocultar el manejo del dinero del poder. En la Argentina, el escándalo derivó en sendas denuncias judiciales contra el presidente Mauricio Macri y su ex secretario de Hacienda y actual intendente de Lanús, Néstor Grindetti, titulares de sociedades fantasmas. La mendocina Marina Walker, radicada desde 2003 en Estados Unidos es la vicepresidente del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) que maneja la data compartida por el diario alemán Süddeustsche Zeitung. En diálogo con Página/12, Walker anticipa que están conversando para incorporar a dos colegas más de medios argentinos al manejo de esa cantera de información. “Parte del problema con el mundo offshore es que, entre comillas, es corrupción legal. Los gobiernos permiten estos atajos y escondites”, explica, respalda la cobertura del diario La Nación y se desentiende de la difusión que hizo Canal 13, cuya periodista Mariel Fitz Patrick, fue incorporada al ICIJ para esta investigación.
–¿Cómo analiza la repercusión en Argentina de la cobertura de los Panama Papers?
–Pienso que ha tenido bastante difusión. Me parece que naturalmente en Argentina hay una división en este momento. Se tiende a usar la información de un lado y el otro.
–¿Qué quiere decir con ‘de un lado y el otro’?
–Personas que están a favor de este Gobierno y a favor del Gobierno anterior. Eso se ve reflejado en las redes sociales. Lo que es interesante y que sería bueno que pasara es debatir qué significa que personas del poder económico y político utilicen paraísos fiscales y por qué pasa eso en el particular contexto argentino. Lo que vemos tanto en Argentina como en otros países es que no discrimina izquierda y derecha: comunistas chinos, capitalistas como David Cameron, grandes empresarios, un militar muy cercano a Hugo Chávez. Los paraísos fiscales no son solo de millonarios conservadores. Son atajos fiscales, amparados en el secretismo, que ocultan la mayor criminalidad y los utilizan todos, los utilizan de ambos lados. Parte del problema con el mundo offshore es que, entre comillas, es corrupción legal. Los gobiernos permiten estos atajos y escondites.
–En el caso argentino, aparece Mauricio Macri y no la ex presidente Cristina Kirchner.
–En Estados Unidos no nos permiten dar nuestra opinión. No quisiera opinar demasiado si la respuesta a lo de Macri fue o no adecuada. Hubo protestas en Plaza de Mayo, mucha repercusión en las redes sociales, un fiscal investigando, podría haber sido cero la reacción. En Islandia renunció el primer ministro, David Gunnlaugsson; venía muy herido por la crisis del 2008, la gente dijo basta, había tolerancia cero. El primer ministro manejó bastante mal la opinión pública. En Argentina hay otra realidad en este momento, hubo respuesta, hay que ver qué pasa con la investigación judicial. Mi pregunta es también qué pasa con las otras historias de quiénes sacaron fondos al exterior, como el caso del hipódromo, sería bueno que se investigara seriamente si se pagó todo lo que correspondía, si es legal.
–¿El apellido Kirchner aparece en los Panama Papers?
–No apareció, lo hubiéramos publicado. Lo que sí hay es un intento de abrir una sociedad, que no se materializó, de parte de la esposa del ex ministro Julio De Vido. Cuando empezó el tema de las empresas en Nevada, que es lo que investigan fiscales argentinos, no hay una empresa que hayamos podido encontrar nosotros, no hay una relación directa. En Nevada cuando empieza el pedido de información, el estudio Mossack Fonseca procede a hacer una limpieza de oficinas en Nevada. Les preguntamos por qué lo hicieron y respondieron que era una acción protectiva personal, no querían que sus clientes fueran asociados a una corte. Ellos niegan que destruyeran documentos. En las conversaciones queda claro lo que estaban haciendo.
–¿Es adecuada la cobertura de los medios que tienen acceso a los Panama Papers?
–Hasta ahora nuestros aliados en la Argentina publican en La Nación y Canal 13. De Canal 13 no puedo hablar porque desde acá (Washington) no lo veo.
–Ha sido muy escasa la difusión por ese canal.
–Quiero aclarar primero que nuestros acuerdos son con periodistas, no con medios. Estoy muy conforme con el trabajo de La Nación. Hugo Alconada Mon tiene un lindo equipo con Maia Jastreblansky e Iván Ruiz. Han publicado lo que han encontrado. El caso de Macri estuvo por días liderando el website de La Nación, eso para mí hubiera sido una indicación si desaparecía. No desapareció. Han desarrollado temas muy importantes como el del hipódromo, el del mundo del fútbol que sacaban dinero del país. El caso de Macri es superimportante porque es jefe de Estado pero la data no ayudaba mucho porque es muy básica, aparecía solo en una offshore como director. La Nación está trabajando historias de personalidades públicas de la Argentina que tienen una influencia muy grande. Puede haber historias que no se hayan encontrado y que gente con la mente fresca las encuentren. Por eso la idea es incorporar un grupo pequeño de periodistas que sigan interrogando la data. Muchas veces los nombres están mal escritos, de siete maneras diferentes. Gracias a dios figuran muchos números de pasaportes. Hemos ideado distintos recursos para la búsqueda.
–Le Monde criticó la forma en que La Nación informó sobre la participación de Luis Saguier, uno de sus dueños. ¿Coincide?
–Es un paso adelante que lo hayan dicho, pienso que debieron haberlo dicho periodísticamente, no en una forma editorial. Nosotros no podemos ni queremos meternos en la línea editorial, decirles qué publicar.
–Algunos medios señalaron que es llamativo que en los Panama Papers no haya offshores de Estados Unidos, Alemania e Israel ¿Es así?
–En el caso de Israel, el diario Haaretz ha publicado muchísimas notas sobre vendedores de diamantes, grandes empresarios. En Alemania, tengo entendido que no han salido nombres locales, porque tienen leyes de privacidad muy estrictas y tiene que haber pruebas de criminalidad para poder publicar. En Estados Unidos no es lo mismo, el tema es que hasta ahora no hemos encontrado nombres bomba como pueden ser políticos de alto nivel o financiadores de las campañas electorales de Donald Trump o Hillary Clinton. No perdemos la esperanza. En el caso de Hillary aparecen nombres que han estado vinculados en su carrera política pero no hay nada que los ate a la campaña actual. Se publicó sobre gente muy rica, sobre fraudes. Miami Herald publicó sobre dinero de latinoamericanos que compran empresas en Miami. Ahora estamos avanzando en la incorporación de periodistas de dos grandes diarios de los Estados Unidos. Quiero aclarar, dentro de las muchas teorías conspirativas que aparecen, dijeron que nos financia la CIA, el Departamento de Estado, Putin. No recibimos financiamiento de ningún gobierno del mundo. Nuestros donantes son fundaciones que se dedican a temas de democracia, de transparencia y un donante individual de Australia. Nuestro presupuesto es de 1,8 millones de dólares por año para sostener todo. Tenemos sede en Washington y un staff de 11 o 12 personas más algunos contratos free lance. Para los SwissLeaks (las revelaciones de las cuentas del HSBC en Suiza) trabajamos con 150 periodistas de 60 medios, ahora son 376 periodistas de 109 medios. Tratan de categorizarnos y no pueden. Dijeron que no sale nada del mundo occidental y aparecieron dos líderes europeos, como el de Islandia y Gran Bretaña, y en España, el ministro Juan Manuel Soria, que renunció.

EL PAIS › LAS EMPRESAS CON LAS QUE LAVARON EL ROBO DE BIENES A LOS DESAPARECIDOS Marinos offshore

EL PAIS › LAS EMPRESAS CON LAS QUE LAVARON EL ROBO DE BIENES A LOS DESAPARECIDOS

Marinos offshore


Por Alejandra Dandan
Las investigaciones sobre los Panama Papers reactivaron un capítulo del botín saqueado a los desaparecidos de la Escuela Mecánica de la Armada. Los archivos de acceso público consultados por este diario muestran sociedades offshore aún activas a nombre de integrantes del Grupo de Tareas de la ESMA, hermanos de ellos y civiles asociados a las Armada. Hay registros en Panama, Miami y Sudáfrica a nombre de Ricardo Miguel Cavallo y de Norma Radice, hermana de Jorge Radice, el marino contador de ESMA, investigada por el robo de bienes en Argentina. También aparecen sociedades a nombre de uno de sus viejos socios: Miguel Angel Egea. En 2014, la Unidad de Información Financiera (UIF) logró probar que una serie de empresas radicadas en paraísos fiscales del exterior “inyectan” dinero a empresas argentinas vinculadas a los marinos: entre 2001 y 2013 fueron 20 millones de pesos. Al entender que podía tratarse de lavado de dinero del robo de bienes a los desaparecidos, pidieron información a los organismos financieros de esos países y a la Justicia que avanzara en una investigación.
Estos nuevos papeles vienen a complementar esa investigación: confirman lo que hasta ese momento era una hipótesis: que las sociedades existen, que hay más de las conocidas hasta ahora y que están constituidas por ellos mismos. La investigación de la UIF de José Sbatella había logrado organizar por primera vez la información sobre el robo de bienes, después de casi cuarenta años de reclamos, e introducir una hipótesis eficaz sobre la profusión de sociedades creadas por la Marina. En ese sentido, también parece un camino posible para entender el uso actual de estas guaridas fiscales en las operaciones de lavado de dinero dentro y fuera del país.
Sin embargo, el nuevo contexto político generado por el gobierno de Mauricio Macri, con la desactivación de las investigaciones sobre crímenes de lesa humanidad dentro de la UIF, amenaza con dar jaque mate a los avances que se habían logrado. Hay un dato que parece destinado a clausurar la historia: como si fuera parte de una conspiración dramática, la sección fúnebre del diario La Nación señaló el 26 de marzo que “El Colorado” Miguel Angel Egea, uno de los ejes de la trama de estos negocios oscuros de la Armada, murió en Miami justamente el último 24 de marzo.

Activos

A nombre de Ricardo Miguel Cavallo existe una sociedad offshore registrada en Orlando, Florida, Estados Unidos. Según el sitio de open data denominado opencorporates.com la compañía se llama Mari USA LLC y figura actualmente activa. El agente es Larson Accounting & Consulting Service LLC. A nombre de un Jorge E. Acosta, nombre del jefe del Grupo de Tareas de la ESMA, figuran ocho sociedades en distintos lugares de Estados Unidos: Florida, California, Michigan, Connecticut y Michigan. A nombre del hijo de Jorge Vildoza, segundo del GT de la ESMA, llamado Jorge Ernesto Vildoza y también ex marino, existe una sociedad de nombre Maitreya SA, con domicilio en República Dominicana, registrada el 30 de septiembre de 2010 y dedicada al negocio de las máquinas tragamonedas de los casinos.
Cavallo, Acosta, Radice y Vildoza son algunos de los nombres asociados históricamente al robo de bienes de la ESMA. Cavallo, Acosta y Radice pasaron en distintas épocas por empresas como Seal Lock SA, Martiel SA y Talsud SA, conocidas en las investigaciones vinculadas a la trama del robo a los desaparecidos. Seal Look tuvo asignada la entrega de registros de la Ciudad de Buenos Aires. Vildoza creó compañías ligadas al mundo del juego cuyos bienes fueron congelados por la UIF cuando quedó probado que el flujo de dinero sostenía la condición de prófugos de él y de su esposa, Ana María Grimaldos, a quienes la justicia buscaba por la apropiación de Javier Penino Viñas.
La destreza de los represores en el robo y lavado de bienes tiene su origen en la dictadura. En el centro clandestino de la ESMA funcionó una imprenta que fraguaba documentos de identidad, pasaportes, credenciales, registros de conducir y títulos de propiedad. El GT montó distintas empresas, entre ellas algunas inmobiliarias. Hubo casas y propiedades robadas a los desaparecidos que pasaron a nombre de “Juan Ríos”, alias de Rádice, y al de su hermana Norma Beatriz. Radice pasó de la ESMA a las oficinas de la calle Cerrito donde Emilio Massera llevó adelante su campaña política cuando se preparaba para ser candidato a presidente. Ese núcleo de nombres cercanos al primer Estado Mayor de la Armada de la dictadura desarrolló una serie de sociedades con dimensiones aún desconocidas. La investigación de la UIF en 2014 dio una primera dimensión de sus actividades cuando detectó que el Banco Central señalaba que entre 2001 y 2013 sus compañías –con balances generalmente negativos– llevaban inyectados 19.008.513 pesos. Las nuevas pistas que provienen de la búsqueda colaborativa de ex investigadores y periodistas en registros de acceso público con acceso a empresas offshore ubicadas en distintos lugares del mundo, permiten comprender mejor los alcances de esa irradiación.

Si Adelita se fuera con otro

Dos de los nombres que emergen con fuerza de la investigación sobre las offshore son Norma Radice y Miguel Angel Egea. Ambos aparecen asociados a los marinos desde los años 80 en distintas sociedades creadas en Buenos Aires. Egea es un hombre de la derecha peronista, a quien Eduardo Luis Duhalde sindicó como fundador de los grupos de la Triple A en la provincia de Córdoba. Empresario, lobbista y ligado al mundo del juego durante el gobierno de Carlos Menem, fue asociado más tarde al Casino de Buenos Aires. Dada su presencia constante en las sociedades de los marinos en Buenos Aires, la UIF entendió que estas dos figuras eran una suerte de cobertura civil para los integrantes de la Armada cuando comenzaron a ser investigados en las causas judiciales.
Como su nombre lo indica, el Registro Público de Panamá, que tan famoso se hizo desde el estallido de los Panama Papers, es de acceso público. Allí aparece una sociedad muy simbólica en términos históricos y poco conocida en estas causas. Su nombre es Adela Compañía de Inversiones SA, un consorcio creado por capitales norteamericanos en 1966 para inyectar dinero en América Latina en el marco de la Guerra Fría. Según el registro panameño, Adela tiene duración “perpetua” y está “activa” con un capital declarado curiosamente importante: 10.000.000,00 dólares, un número poco frecuente en los archivos de otras sociedades offshore de ese país que muestran usualmente cifras de 1.000 dólares. El “presidente” de la compañía, de acuerdo a ese registro, es Miguel Angel Egea, que a la vez aparece como su “representante”. En el directorio están Norma Beatriz Radice y otros nombres asociados a ellos en otras empresas de Buenos Aires como Darío Jesús Orozco Acuña.
Carlos Schwartz es un periodista argentino radicado en España, especialista en flujos financieros, que siguió durante años el caso. “Adela era un instrumento imperialista apadrinado por el Banco Mundial para el saqueo de América latina”, dice. “Adela fue (y puede que siga siendo, hasta que se demuestre lo contrario) un instrumento de inversión para América latina de algunos de los capitales más poderosos de los años sesenta, como la familia de banqueros suecos Wallenberg, la Standard Oil (grupo Rockefeller) o Fidelity Philadelphia Trust Company. Es un consorcio tristemente célebre para la izquierda de las décadas de 1960 y 1970. Se suponía, y se la acusaba de ello, que Adela había inspirado los movimientos golpistas de los años 60 en América latina a través de sus profundos lazos con el Departamento de Estado de Estados Unidos y su relación personal con Henry Kissinger”.
Los marinos y sus socios argentinos desembarcaron allí en 1988 de la mano de un estudio de abogados llamado Arias, Fábrega & Fábrega, a quienes los diarios de Panama mencionan como parte de los estudios dedicados a crear y facilitar estos negocios. Por los papeles que surgen de las cuentas, Schwartz cree que “Egea, Radice y Orozco compraron Adela de Inversiones, que había sido abandonada por sus anteriores accionistas. Las fechas más o menos coinciden –dice–. Los abogados panameños dejan ‘durmiendo’ las compañías que suspenden actividad y cuando pueden las venden”. Pero tampoco eso es seguro: “En Argentina, Adela fue favorecida por el ministro de economía de Juan Carlos Onganía, Krieger Vasena –sigue Schwartz–. Es un misterio como esa sociedad cayó en manos de los marinos de la dictadura. ¿La compraron a un despacho de abogados de Panama? ¿O los socios antiguos siguieron como socios de los marinos depredadores?”
La presencia de ellos puede suponer, entonces, la salida de los propietarios anteriores, pero sigue siendo por lo menos curiosa la selección de un espacio vacante que en su origen estuvo dedicado a sostener las dictaduras del cono sur.

Adelita y después

En 2014, la UIF ya había detectado el nombre de Adela Compañía de Inversiones (Panamá) SA en el flujo de dinero de los marinos. Adela aparecía como aportante en tres empresas de Buenos Aires: Long Regent SA, Martiel SA y Sately SA. No era la única offshore que lo hacía: también recibían dinero de Puerto Margarita SA y Fedycor SA.
Norma Radice y Miguel Angel Egea también son los nombres que aparecen como accionistas y representantes de las empresas de Buenos Aires que recibían dinero de ellos mismos desde afuera: Long Regent SA y Martiel. De esta manera, los papeles de los registros de acceso público confirman aquí la hipótesis de la UIF.
“Esto último constituye una clara maniobra tendiente a lavar activos –decía la UIF en 2014 sobre esa maniobra y similares–, ya que mediante los aportes de una sociedad extranjera se ingresan al país sumas que se encontrarían en el exterior y que tendrían origen en la liquidación de todos los bienes que fueron apropiados por el Grupo de Tareas 3.3.2”.
La sorpresa sin embargo no termina ahí. Florida también tiene un registro público de datos de empresas. En ese caso, aparece una expansión extraordinaria de otros nombres asociados a este misterio: Miguel Angel Egea, ahora muerto, y su esposa Bárbara Franz. Ella es norteamericana. De acuerdo al sitio opencorporates.com Barbara Franz está vinculada a 132 sociedades en Florida. Cuando los nombres de esas empresas se ingresan a la base de datos de Florida, aparece asociadas a las mismas empresas los datos de su marido.
Una breve muestra de estos se desarrolla a continuación:
- London Clubs Investment SA, radicada en Bay Harbor Island de Miami, creada 18 de septiembre de 2007 y aún activa.
- Long Regent Holdings, LLC, radicada en Bay Harbor Island de Miami, creada el 18 de septiembre de 2007 y aun activa. Integrada por Egea.
- Lexington Equity Holdings, INC, radicada en Bay Harbor Island de Miami, creada el 22 de diciembre de 2004 y aún activa. En la que Egea y Barbara Franz se suceden como director, agente, vicepresidente y director.
- Mora Ranch CR, LLC, radicada en Bay Harbor Island de Miami, creada el 12 de mayo de 2009, aún activa, integrada por ambos.
- Elatar Ar, INC, que parece tener códigos cifrados. La sociedad, que se creó el 10 de mayo de 1993 y ahora está inactiva, está integrada también por Bárbara Franz y Egea. Pero lo curioso es el nombre del agente oficial: no se llama Juan Pérez, sino Juan H. Pérez.
Quienes trabajaron en la UIF y ya no están, creen que lo más importante que surge de la profusión de nombres de sociedades es el indicio de posibles movimientos de capital propio o de otras empresas. Pero entienden que hay que investigar. Respecto del total de las empresas y la confirmación de las hipótesis, también creen que las acciones podrían continuar y avanzar aún con la muerte de Egea. Como dice Nicolás Hernán Gómez, ex analista de la UIF: “Creo que se puede aplicar el artículo 305 del Código Penal y que por más que Egea haya muerto –en virtud de esa norma– se puede decomisar sin condena el producto del delito si se prueba el origen ilícito. Y ese dinero podría ser destinado a la reparación para las víctimas”.
Entre lo pendiente, falta saber si las sociedades que están a nombre de Acosta efectivamente son del jefe de inteligencia de la ESMA. También si Cavallo sigue activo en Miami. Y entender los estados contables de las sociedades. La investigación realizada por UIF en 2014, con la constatación de los ingresos de dinero desde afuera, puede servir de modelo en cambio para otras investigaciones pendientes sobre los poderosos del mundo.

Maitreya, una de las offshore del marino Vildoza.

La misteriosa Adela, compañía de inversiones, registrada hace medio siglo para financiar golpes militares y campañas de derecha, y luego comprada por, o cedida a, represores argentinos.

Tapa de la fecha 24-04-2016