domingo, 22 de marzo de 2015

EL PAIS › OPINION El peronismo realmente existente

Por Edgardo Mocca
La última Convención de la UCR ha depositado su impulso de supervivencia en la convergencia electoral con la derecha macrista. La apuesta se sostiene en la esperanza de que la candidatura de Macri se constituya en un paraguas eficaz, debajo del cual el radicalismo pudiera acceder a algunas gobernaciones provinciales y acaso a una defensa del volumen de su actual representación parlamentaria. Todo esto se hace en nombre de la reconstrucción de un sistema de partidos en el país, en el que la UCR estaría llamada, por su larga tradición histórica, a ser la fuerza que balancee la preeminencia peronista y pueda asegurar la famosa “alternancia”. Esta jerga politológica, sin embargo, no tiene casi ninguna vitalidad a poco que nos alejemos un poco de las aulas de alguna carrera de ciencia política. Fue Europa la cuna de esa visión institucionalista de la política, necesaria para construir una mecánica política moderada y orientada hacia el centro, capaz de exorcizar los fantasmas del totalitarismo de entreguerras y, al mismo tiempo, construir un cerco contra la participación del comunismo en los gobiernos de aquellos países en los que llegó a tener una importante fuerza de masas. Hoy Europa vive la crisis del centrismo político; los partidos que la representaron –particularmente quienes se situaron en el supuesto hemisferio izquierdo de la contienda– están atravesando una fuerte crisis y defendiendo su espacio ante la irrupción de nuevas fuerzas a las que la ortodoxia académica califica como “antisistema”. La alternancia inocua y plenamente respetuosa de las reglas de juego del capitalismo financiarizado solamente puede sobrevivir en la ausencia de reales alternativas políticas de poder, como la que acaba de triunfar en Grecia y la que disputa palmo a palmo en España con el bipartidismo conservador. En nuestro país hace doce años que ese esquema de moderación y alternancia no funciona; previamente lo había devorado el incendio social de la crisis de 2001.
Puede sospecharse que el paisaje de recuperación que pinta la cúpula radical impulsora del acuerdo con el macrismo es un síntoma de “optimismo burocrático” que intenta ocultar la gravedad de la crisis partidaria. Lo más grave, sin embargo, no sería que la táctica fracase sino que tenga éxito. Si fuera así, el radicalismo se convertiría en el gran partido de la derecha argentina, esa fuerza de la que históricamente carecieron las clases dominantes argentinas, a partir de 1916. El círculo abierto por el triunfo de Yrigoyen contra los conservadores se cerraría con la resurrección de los conservadores organizados bajo la bandera de quienes se postulan como herederos del gran caudillo radical. Lo más probable, claro, es que todo esto sea pura imaginación porque el partido competitivo de la derecha argentina ya existe, es el macrismo.
Lo más importante de todo esto no es la suerte de un viejo partido político, sino la función que la decisión radical tiene en la definición de lo que verdaderamente está en juego en estos meses, es decir la continuidad del rumbo político que tomó el país en 2003 o su reversión –drástica o gradual– a partir de diciembre. La poco disimulada alegría de los columnistas del establishment con los resultados de la convención revela la esencia de la función adoptada por el radicalismo; su cúpula le abrió paso al gran reclamo del capital concentrado, articulado por los grandes medios de comunicación, el de facilitar la concentración del voto opositor para evitar un eventual triunfo del Gobierno en primera vuelta. ¿Por qué no triunfó entonces la propuesta de abrir una negociación amplia que incluyera a Massa? En principio, porque era una falsa hipótesis que presuponía decisiones que el radicalismo no podía tomar; obligaba a dos candidatos presidenciales bien instalados a resolver sus disputas en las primarias y ninguno de esos candidatos obedece las resoluciones de la convención de la UCR. Para concentrar el voto, entonces, hay que aliarse con uno de esos dos candidatos y se elige a aquel que tiende a predominar. Y no es solamente una cuestión de predominio en las encuestas: es la política del macrismo la que claramente se impuso a la de Massa. Así lo refleja la decisión radical, en llamativa coincidencia con el “fallo” que ya venían pronunciando los grandes medios de comunicación.
El desdibujamiento de Massa tiene, seguramente, más de una causa. Pero hay una que es la más relevante políticamente. La gran promesa de Massa era en 2013 la de construir una fórmula política de dominio neoliberal que incluyera al peronismo del orden, una suerte de neomenemismo. La estrategia tenía el gran atractivo de constituir una derrota muy profunda para la experiencia kirchnerista que sería doblemente desarraigada, del gobierno y del peronismo. El contexto previsto para el ascenso de Massa era el de un gobierno en retirada desordenada, enmarcada en una crisis de gobernabilidad, generada en el descontrol económico y un alto nivel de desafío callejero de los sectores que más encarnizadamente lo vienen resistiendo. Esa escena, el más audaz sueño de la derecha argentina, no se ha producido. La expectativa de una estampida de recursos políticos desde el kirchnerismo al Frente Renovador terminó en un puñado de deserciones de segundo orden en el andamiaje del justicialismo. Lo que se preveía como una pelea de los candidatos justicialistas por despegarse de la experiencia kirchnerista se convirtió en su exacto contrario: la disputa entre ellos hoy es para mostrar quién es el mejor garante de la continuidad del rumbo. Más allá de tal o cual encuesta circunstancial, el proyecto de Massa ha sido derrotado. La Convención radical no hizo sino refrendarlo. Los esfuerzos para generar la tan ansiada escena apocalíptica no desaparecerán sino que se intensificarán durante estos meses.
Puestos a justificar la línea de exclusión que contiene su propuesta de acuerdo con el macrismo, sus impulsores radicales han incursionado en una argumentación fundada en el antiperonismo. Algo así como que al peronismo no lo quieren ni para derrotar al kirchnerismo. La sinceridad, en casos como éste, no interesa. Lo que sí es importante es el cuadro que la operación deja abierta: se trata de que el kirchnerismo es en esta campaña el peronismo realmente existente. Lejos de ver debilitada la construcción de una identidad propia, el kirchnerismo tiene en esa condición hegemónica dentro del peronismo un activo político de extraordinario valor que fortalece esa construcción. La hegemonía consiste en que hasta quienes se le oponen deben hablar en su nombre. Lo que queda de peronismo fuera de las internas del Frente para la Victoria es una candidatura en franco proceso de declinación, el gobernador de Córdoba, más un conjunto de nombres aislados que responden sistemáticamente al comando de los grandes medios de comunicación.
Por otra parte, para que la decisión de la UCR se concrete falta una compleja ingeniería que la haga operativa. Que se sepa, la gestación de una “alianza” nunca se concreta con la decisión de uno de sus socios. Por si esto no quedara claro, el propio Macri salió a primerear la interpretación de los hechos: no hay coalición, dijo, el que gane la interna será candidato y será quien gobierne si la alianza triunfa. Nadie duda de que así será y son muy pocos los que dudan de que será Macri el candidato: tendría que haber una revolución de las conciencias a favor del radicalismo para que se revierta una tendencia en la que Sanz ocupa un lugar absolutamente marginal en las expectativas de voto. Carrió, por su lado, ya cumplió con su misión, la de hacer estallar el FA-Unen y empujar al radicalismo a las filas de la derecha. El hecho es que se forma una alianza que dice a los cuatro vientos que no es una unidad programática ni un proyecto común de país sino una fórmula de transacción entre la mejor colocación de Macri para llegar al ballo-ttage y el correspondiente pago al radicalismo en forma de triunfo en alguna provincia. El “nuevo ciclo” que proclama la derecha es, por ahora, una promesa bastante pobre.
La cuestión ordenadora de la disputa de octubre sigue siendo la continuidad o no del rumbo de gobierno de estos años. Y se resolverá en dos planos que se cruzan entre sí: por un lado la disputa entre el kirchnerismo –como la suma del peronismo realmente existente y los nuevos afluentes políticos que se articularon en estos años con el proyecto de gobierno– frente a una propuesta situada sin disimulo en el cuadrante de la restauración neoconservadora; y por otro lado la tensión interna del kirchnerismo que se resolverá en las primarias abiertas. La incógnita no es solamente quién será el candidato oficialista en octubre, sino cómo se resolverá políticamente la cuestión y, particularmente, cuál será la actitud de Cristina Kirchner frente a este dilema. Visto desde cierta perspectiva, no hay posibilidad de no intervención para Cristina, porque no sería sino una forma de decisión a favor de quien se encuentre en mejor posición a la hora de las internas. Los indicios de los que hoy disponemos son un gobierno en pleno ejercicio de la iniciativa política, recuperado del terrible golpe político que fue la muerte de Nisman y su utilización como arma política por la oposición mediático-política, con una fuerte decisión en materia de medidas redistributivas y con un discurso imposible de emparentar con la actitud de retirada ordenada. Una vez más el Gobierno sale fortalecido de una situación de amenaza política extrema sin hacer concesiones a los artífices de esa amenaza. En un par de meses se sabrá cuál es el tipo de decisión presidencial que las condiciones políticas habilitan.
Lo que produjo esta deriva no fue la intervención feliz de un candidato o una táctica de oposición fallida. Fue una política y un liderazgo cuyo futuro es la principal incógnita que esta etapa política terminará por develar.

› OPINION Un otoño inolvidable

Por Mario Wainfeld
Llegó el otoño, el panorama político se rediseña. Fijemos la mirada a partir de las elecciones de 2013: los cambios fueron la regla. La coalición entre el PRO y la UCR es la novedad, no por anunciada menos potente.
Hace rato que quedó atrás la hipótesis de competencia relativamente pareja entre cuatro fuerzas por las presidenciales: el Frente Amplio Unen fue el sueño de unas noches de primavera. Tres partidos o alianzas conservan aspiraciones a llegar a la Casa Rosada: el Frente para la Victoria (FpV), el Frente Renovador (FR) y PRO-UCR, más la Coalición Cívica, por llamar así a la diputada Elisa Carrió.
La Convención Nacional radical de Gualeguaychú da un envión a su espacio y causa un cimbronazo en las huestes del diputado Sergio Massa. El campo opositor se reacomoda, mientras el oficialismo conserva sus recursos y limitaciones: el liderazgo indisputado de la presidenta Cristina Kirchner, la gestión de gobierno y el límite constitucional a la reelección.
Las campañas y sus peripecias son una dadivosa fuente de trabajo para los encuestadores. Es tiempo de siembra. En este fin de semana largo comenzarán los “estudios de campo” más ambiciosos que seguramente darán cuenta de la espuma ascendente del PRO-UCR acaso en detrimento del FR. Los consultores trabajan, también les agrada platicar off the record y explorar los escenarios. Esta nota recoge pareceres de varias tiendas, lo que llega a distintas profecías.
Como siempre, es factible proyectar un escenario y sus tendencias dominantes. Jamás se llegará a predecir los resultados, no ya por los límites (ora técnicos, ora manipulados) de los sondeos sino principalmente porque las decisiones populares recién se conocen al terminar el escrutinio. La obviedad vale para lo que sigue, desde ya.

Sobrevivir es lo primero: Desde su primera salida anticipada del gobierno en 1989, el radicalismo practica estrategias de supervivencia. La primera fue el combo Pacto de Olivos-Constitución de 1994. La Alianza resultó la segunda en el tiempo. La candidatura presidencial de Roberto Lavagna en 2007, la tercera. El presidente Raúl Alfonsín promovió y prohijó a todas ellas. Los debates sobre qué haría Alfonsín hoy son comidilla cotidiana y motivo de disputas fervorosas entre sus correligionarios. Sin ánimo de terciar se puede agregar que los tiempos son diversos, tanto como el capital a defender o a tratar de agrandar.
El cronista sólo dirá que el primer presidente de la democracia, tras su época de apogeo, tenía “dos almas”. Una, la de defender la sobrevida del partido aún en los trances más infaustos. La otra, autodefinirse como progresista o socialdemócrata o aún de izquierda y denostar a la derecha. “¿Soportaría a Macri hoy?” es un interrogante que abre polémicas.
Toda interpretación es admisible cuando el protagonista no está.
Hoy día, los radicales han movido fichas para mejorar su caudal de gobernaciones (objetivo que todo indica lograrán en cierta o buena medida) y su representación en el Congreso nacional (afán peliagudo en el Senado, accesible en Diputados).
El senador y precandidato presidencial Ernesto Sanz habló de volver al poder. La impresión de este escriba es que ese proyecto es el más difícil de plasmar. Ganarle las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) al jefe de Gobierno Mauricio Macri sería un bonus no tan esperable, un batacazo. Como los batacazos existen aunque son atípicos resaltamos las tendencias y hasta ahí llegamos.
Una comparación relativa, que seguramente no encajará bien con el corazoncito de los respectivos sectores, puede parangonar a la UCR con la CGT. Esta, en etapas de bajamar, privilegió la defensa de las organizaciones por sobre sus objetivos reivindicativos. La idea proclamada en ambos casos es que sin estructura viva no había regreso posible. Es una táctica conservadora, pragmática... los frutos se saborean o mensuran con criterio resultadista. No sólo en el corto plazo, aunque lo inminente pesa más que el porvenir virtual.

Distribuir o contar los porotos: Sanz presentó el acuerdo con PRO como una coalición en cierne, que la mecánica de las PASO convalidarían. La réplica-desmentida de Macri fue veloz. El dirigente, al que Boca le debe tanto y tanto le debe a Boca, propuso su interpretación, que traducimos en clave futbolera. Para él no se formó una coalición sino que debe disputarse una semifinal. El que gana va por la Copa, el otro espera su turno. Minga de cogobierno, correligionarios.
La asimetría de lecturas dominará las tratativas por las listas de legisladores nacionales. Los dirigentes provinciales del radicalismo usan y gozan la soberanía federal y pactan con quien mejor les pinta.
El macrismo comparte con la abrumadora mayoría de los encuestadores que ganará la interna. De cualquier forma, necesita el armado territorial del radicalismo cuyos fiscales son un requisito para competir en serio.
Los negociadores tienen un diagrama difícil para cerrar, la necesidad conjunta gravitará para surfear las dificultades.
“Mauricio” es el dirigente opositor que mejor se ha posicionado desde hace dos años. Sumar al senador Carlos Reutemann y traccionar al radicalismo (con la cooperación tan hábil como riesgosa de Lilita Carrió) demuestra un afán de crecimiento.
La cena a cincuenta lucas el cubierto es una prueba de convocatoria y un sinceramiento. El pase de Juan José Aranguren, CEO de Shell, a “la política” una señal fuerte, plena de desparpajo, digna de mención.
Los grandes capitales “juegan” en esta parada, se exponen y dan la impresión de haber ungido a su pollo.
En 2013, cuando descontaban la caída electoral del oficialismo, tal vez cualquier bondi les venía bien. Ahora parecen estar jugados a favor del metrobus. Esa visión excede las fronteras del populismo, también inficiona parte del relato opositor. Volveremos sobre el punto tras conversar con aliados del massismo.

Preguntas y pases: La pregunta sobre “qué hará Cristina” sigue en pie. Desde la madrugada del domingo pasado otras dos repiquetean en los quinchos: “¿Cómo quedó el massismo?” y aun “¿se baja Massa?”. Ambas son tan prematuras cuan pertinentes.
La primera reacción, coinciden los allegados a “Sergio” y la información periodística que alguno de ellos propala, fue algo parecido a un shock. El veredicto de los convencionales boinas blancas era el más predecible, pongamos, desde principios del verano. Claro, nada es real del todo hasta que ocurre. El hecho movilizó al massismo. Hubo discusiones, algún enojo del candidato, hay dirigentes que husmean el viento y podrían levantar vuelo.
“Sergio conserva –cuenta un consultor que le reporta– un sólido veinte por ciento de intención de voto nacional. Y pelea palmo a palmo Buenos Aires. El impacto electoral no se percibe pero políticamente Mauricio creció.” “No creo que se baje, no le conviene. Sólo podría hacerlo si se le disgrega el frente interno.”
Dirigentes peronistas con experticia en campaña añaden en el haber las condiciones del candidato. “Camina, se acerca a la gente, conversa, tiene gancho en el contacto personal. Más como Menem que como Duhalde”, discierne un compañero más duhaldista que menemista, en promedio.
El realismo peronista no confina el diagnóstico a los datos reconfortantes. El ex gobernador Felipe Solá, que aspira a regresar, reconoció un “amesetamiento” en la intención de voto. Otro bonaerense pondera ese caudal en un “25 por ciento más o menos diez”. Imita a su modo, las ponderaciones de los peritos de la jueza Sandra Arroyo Salgado, claro que en una temática menos morbosa. Con esos márgenes de corrección todo queda “adentro”, sea el fracaso o el éxito.
Irrumpe en la narrativa massista un tópico caro al kirchnerismo. Helo aquí: el establishment existe, participa e incide. “Hasta ahora eran más o menos neutrales. Ahora Techint y Clarín apoyan a Mauricio”, se escucha por ahora en confidencia.
Como cualquier devoto del cambio cultural que produjo la ley de medios o como el público de 6,7,8 piensan que ese vuelco puede gravitar mucho. Pensando en plata, desde ya. También en los titulares del diario Clarín y las encuestas, envenenadas a su ver, que dispone en primera plana.
El círculo se cerraría, piensan unos cuantos, si Massa resignara su candidatura presidencial y “bajara” a provincia con los colores amarillos. Eso metería un ruido fenomenal en la promesa de gobierno no peronista (o anti, o gorila, por ahí) que pregonó Sanz. Pero podría ser clave para entrar a un territorio desolador para la UCR y no tan hospitalario para el PRO. Un post reciente del encomiable blog de Andy Tow refresca los precedentes: el presidenciable que saca más votos en “la provincia” gana en la general. Lo explica con dos argumentos complementarios: el peso numérico del padrón local en el nacional y la condición de “predictor” que tiene el veredicto bonaerense.
En un encuentro público, sí que minoritario, el directivo de Clarín José Antonio Aranda dijo con todas las letras que vería con agrado una postulación de Massa en la provincia.

Los saltos cerca del tigrense: “Si el establishment pretende que Massa se baje, el establishment es un estúpido”, razona el consultor del massismo que se vale de una palabra más coloquial, terminada en “...udo”. A su ver, los votos “liberados” no se trasvasarían en bloque a la alianza antiperonista. Hay un componente justicialista alto en los apoyos a Massa, en la disyuntiva, los ciudadanos se podrían dividir en mitades o algo parecido: el kirchnerismo crecería también.
“No debería hacerlo” proyectan dirigentes afines. “Si saliera tercero, tendría un bloque importante de diputados, en un Congreso dividido. Intendencias, quién sabe la gobernación. Con 41 años, el futuro sigue abierto.” He ahí una lógica política pura que deja entre paréntesis al peso y las presiones de los poderes fácticos que el ex intendente de Tigre recibirá, si se confirma la meseta.
Hay que esperar, comentan o aconsejan los aliados. Los intendentes o quienes quieren serlo ensayan movimientos. El de Escobar, Sandro Guzmán, regresa al FpV, del que se fue sin que lo echaran. Jesús Cariglino, alcalde de Malvinas Argentinas, enfila en otro rumbo: se da como posible su pase al PRO. A fuer de conurbano, Cariglino tiene más peso que Guzmán pero los baqueanos intuyen que si hay diáspora el FpV engordará más que el PRO.
La provincia es el bastión de Massa, su capacidad de irradiación por ahora está por debajo de lo que maquinó hace menos de dos años. La interna entre los pretendientes a la gobernación bulle. El diputado Francisco de Narváez es, quién sabe, el predilecto de los encuestadores. Solá despotrica porque el Colorado tiene muchos recursos, demasiada más plata que los antagonistas.
La plata puede mermar, he ahí un alerta rojo, atizado por la (obs) cena de Macri. Un massista de ley supone que hay que pasar el otoño, acude a la metáfora económica para hablar de política. “Estamos en un momento de crisis. Es como esas personas que dicen ‘no tengo problemas económicos sino financieros’. Es verdad, pero si lo financiero no se corrige pronto, el problema pasa a ser económico”. Hay que revertir en un mes o algo por el estilo.

Estaciones y mudanzas: Cuando asomaba el verano de 2013 las apuestas daban por noqueado al kirchnerismo. Hace cosa de un año se estimaba como posible su victoria en primera vuelta. Con el mapa actual, la sensación térmica y los pálpitos de los iniciados atisban un escenario de doble vuelta entre Macri y el (no destapado aún) candidato del FpV.
Entre tanto, Cristina Kirchner sigue gobernando y en campaña. En marzo relanzó el Progresar. En esta semana se llegó a un acuerdo con la Federación Agraria, que divide a la Mesa de Enlace y mejora a los pequeños productores agropecuarios. La resolución respectiva es la 126 de 2015. Es un pequeño símbolo que remite a lo que no pudo o no supo hacerse durante el conflicto suscitado por la Resolución 125 que se leyó como terminal.
“Cristina gobierna como si estuviera en el primer año de su mandato”, se entusiasma un joven funcionario de La Cámpora. Códigos nacionales de fondo, Código de Procedimientos, reforma en la siniestra estructura de Inteligencia, recursos económicos volcados a los humildes o a los empresarios pequeños o medianos, varios etcéteras...
La lista de Capital, cerrada con remezones, expresa el afán de poner en carrera electoral a dirigentes de probada lealtad y con pergaminos de gestión: el ministro Carlos Tomada y el presidente de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde.
No son gestos de quien va a menos o quiere perder, como vaticinan varios adversarios.
En otoño habrá elecciones en provincias importantes que la oposición controla (Capital y Santa Fe, para empezar) con ínfimas chances para el oficialismo nacional. Cerrarán las listas para las PASO, despejando pilas de incógnitas.
Llegará la Copa América en la que Mascherano, Messi, Tevez y ocho más buscarán el dulce sabor de una revancha parcial. Habrá competencia por todos lados y se irá viendo quién es quién en surtidos rectángulos de juego.

EL PAIS Investigar las filtraciones

La Policía Federal anunció anoche en un comunicado, que se ofrece a iniciar una investigación sobre la forma en la que se filtró el informe de los especialistas contratados por Sandra Arroyo Salgado, incluyendo fotos del cuerpo de Alberto Nisman. Pero, además, a las redes sociales llegó el viernes a la noche una foto morbosa del fiscal muerto, extraída de ese informe. “Ante la difusión –dice el comunicado– de documentos y fotografías que forman parte del expediente judicial de la investigación sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman, la Policía Federal Argentina afirma su enfática voluntad de colaborar a través de sus servicios especializados de policía científica para identificar a los autores de estas filtraciones. Esta fuerza ha intervenido en la causa en cumplimiento estricto de las instrucciones emitidas por la fiscalía y el juzgado intervinientes, aplicando los protocolos en todo momento; protocolos sistemáticos de preservación de la cadena de custodia de las evidencias. En ninguna oportunidad ha tenido acceso al expediente ni ha guardado copias de los materiales documentales y fotográficos de los dispositivos que la Justicia le encargara.”

Página 12

UNA PISTA QUE REFUERZA LA HIPOTESIS DEL SUICIDIO La foto del paño verde

Por Raúl Kollmann
La filtración del informe realizado por los peritos de Arroyo Salgado le permitió a este diario analizar en detalle, junto a especialistas, las dramáticas fotos de la escena de la muerte. En la toma de la bacha del baño, se percibe una evidencia que no es incontrovertible, pero que refuerza la hipótesis del suicidio. Al lado de las manchas de sangre se aprecia un paño verde. Lagomarsino declaró –a menos de 24 horas de la muerte de Nisman– que le llevó el arma al fiscal envuelta en un paño verde. Página/12 consultó ayer a Lagomarsino, a través de su abogado, Maximiliano Rusconi, y el informático confirmó que el paño que está sobre la bacha es el que envolvía el arma.
Eso hace suponer una secuencia lógica: Nisman fue hasta el baño, sacó la pistola de su envoltorio, dejó el paño sobre la bacha y, finalmente, de pie frente al espejo o arrodillado, se quitó la vida. La otra alternativa, planteada por los peritos de Arroyo Salgado, ahora se hace más rebuscada. Ellos afirman que a Nisman lo llevaron amenazado al baño, lo obligaron a arrodillarse y le dispararon. Si lo venían apuntando con la Bersa, no se explica para qué llevaron el paño hasta el baño. Puede ser, pero es bastante inexplicable. La otra alternativa es que lo vinieran apuntando con otra arma, tenían la Bersa a mano y resolvieron matar con ésa. En ese momento la sacaron de su envoltorio y dejaron el paño sobre la bacha. Tampoco parece lógico.
Lo que muestra la fotografía suma un elemento más al panorama que pintaron los forenses de la Corte Suprema en su informe preliminar: en la muerte de Nisman no hubo participación de terceras personas.

COMO LA EX ESPOSA DE NISMAN PELEA POR FORZAR LA INVESTIGACION DEL CASO La guerra de la jueza contra el informático

Por Raúl Kollmann

Las amigas nocturnas que no asistieron al homenaje.


La guerra entre la jueza Sandra Arroyo Salgado y la defensa del informático Diego Lagomarsino convirtió la causa por la muerte de Alberto Nisman en un vale todo que puso patas para arriba la investigación. Llama la atención que, siendo jueza, la ex esposa de Nisman esté dando una pelea tan feroz para que lo ocurrido en el piso trece de Le Parc sea, sí o sí, un homicidio. No les otorga la menor chance a los forenses y criminalistas para que en la junta médica y en la audiencia de criminalistas esbocen si Nisman se suicidó –como sugieren los forenses de la Corte Suprema– o si fue asesinado. En la guerra, Arroyo Salgado les hizo llegar el informe de sus peritos –incluyendo las escabrosas fotos del cuerpo de Nisman– a dos canales de televisión. También tiró sobre la mesa que Lagomarsino podría haber matado a Nisman a raíz de un conflicto económico y habló de la cuenta no declarada en Nueva York, impugnó peritos y celebró que la jueza Fabiana Palmaghini le haya quitado una pericia clave a la Policía Federal para pasársela a la Metropolitana, con la que Arroyo Salgado se siente más cómoda. Anoche, la Policía Federal anunció una investigación sobre cómo se filtró el informe de Arroyo Salgado y también cómo llegó a las redes sociales una foto del cuerpo del fiscal (ver aparte). En el tumulto, se pasó por alto una evidencia no categórica, pero que naturalmente reforzaría la hipótesis del suicidio: la foto en que se ve el paño verde con el que Lagomarsino llevó el arma a lo de Nisman. Ese paño está sobre la mesada del baño, al lado de donde estaba el fiscal antes de morir, lo que indica que la pistola se sacó del envoltorio segundos antes del disparo final (ver aparte).

Fotos I

En su desesperada ofensiva para instalar que Nisman fue asesinado, Arroyo Salgado puso en circulación el estudio que realizaron sus dos forenses, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli, y el criminalista Daniel Salcedo. Las carpetas les fueron entregadas a C5N y TN, según le consta a este diario, por un hombre del equipo de la jueza. Es significativo que Arroyo Salgado haya esbozado una queja muy tímida e indirecta por la filtración, cuando en filtraciones de muchísima menos envergadura salió a la cancha con máxima dureza. El material incluye descarnadas fotos del cuerpo sin vida del fiscal, capturas de video de la autopsia y los textos redactados por el equipo de Arroyo Salgado. En la carpeta hay una foto de la canilla, con luminol aplicado, que indica que la imagen fue tomada durante la inspección ocular que hicieron los peritos de la ex esposa del fiscal y se ven los textos redactados por esos especialistas. Un elemento que puede ayudar a demostrar el origen de la filtración es que sólo habría dos versiones de la carpeta con las fotos en color: una quedó en manos de la fiscalía, la otra en manos del equipo de Arroyo Salgado, porque a ellos les dieron copias de las fotos en colores originales. La defensa de Lagomarsino, en cambio, contaría con una fotocopia pero en blanco y negro.
De cualquier manera, la difusión del material le conviene a la querella que encabeza Arroyo Salgado: la intención es convencer a quien lea la carpeta de la hipótesis de asesinato. Son 98 páginas dedicadas a eso. Sobre el contenido ya opinaron varios especialistas, entre ellos el ex titular de la cátedra de Medicina Legal de la UBA, Mariano Castex, “todo lo que se afirma allí admite opinión en contrario”. “Es asombroso y hasta impropio en peritos tan prestigiosos que hayan descartado la hipótesis del suicidio. Es extraño”, sostuvo el criminalista Luis Olavarría (ver aparte).
Pero no sólo eso. La difusión trató de poner también énfasis en imágenes en las que se ve a numerosos funcionarios policiales y judiciales –entre ellos la fiscal–, por lo que se alegará que la escena fue contaminada. Es una forma de preparar el terreno para sostener que no es posible llegar a conclusiones válidas en la investigación.

El arma

Las fotos que filtró la querella permitieron apreciar, por primera vez, la pistola Bersa calibre 22, modelo 62, que produjo la muerte del fiscal. El arma llama la atención por la antigüedad (ver foto) y no encaja, desde ya, con un plan pensado por un superespía o un sicario.
A esto se agrega que Nisman no sólo le pidió el arma prestada a Lagomarsino sino también a su custodio de mayor confianza, Rubén Benítez, quien negó tener una para suministrarle. Pero todo el cuadro indica –en favor de la hipótesis del suicidio– que quien estaba buscando una pistola era el fiscal. Y los datos indican que la estaba buscando con ansiedad: cuando Lagomarsino fue a Le Parc a las 16, Nisman –en versión del informático– lo mandó a Martínez a buscar el arma y, como se demoraba, lo llamó para preguntarle si ya tenía la pistola y cuándo regresaría. El fiscal lo hizo volver a Le Parc desde Martínez ese mismo sábado a las 20. Las dos visitas al edificio de Puerto Madero están registradas, el paso por los peajes también y lo mismo ocurre con la llamada. Todo podría ser un invento del informático, pero está reforzado por el pedido del arma que Nisman también le hizo a Benítez.
El mayor argumento de defensa de Lagomarsino, hoy por hoy, es que si el informático fue el asesino, no hubiera dejado el arma en la escena. La pistola está a su nombre en el Registro Nacional de Armas (Renar), con lo cual dejar el arma era dejar una firma en ese baño. Y lo mismo vale para la hipótesis de que Lagomarsino no haya sido el homicida pero sí parte del plan criminal. A ninguna organización o servicio de Inteligencia le conviene dejar en la escena y nada menos que en el arma, el nombre y apellido de uno de sus integrantes.
Estos elementos abonan mucho más a la hipótesis del suicidio que a la del homicidio, algo que va en la misma línea que lo planteado por los que hicieron la autopsia. En sentido contrario, pesa el hecho de que no hubiera restos de fulminante en la mano de Nisman, aunque es algo que sólo se da en el once por ciento de quienes se disparan con un calibre 22, según la bibliografía norteamericana.

Cuentas

En su ofensiva para instalar que la muerte de Nisman fue un crimen, Arroyo Salgado viene señalando a Lagomarsino de forma implacable. “Miente cuando dice que le prestó el arma a Nisman. El fue parte del plan criminal”, afirman los colaboradores de la jueza. A esto le agregan un cálculo más que arriesgado de la data de muerte, situando el deceso el sábado a las 20, justito cuando estaba Lagomarsino en el departamento.
De entrada, Arroyo Salgado sugirió que Lagomarsino integró un servicio de Inteligencia y fue parte de un plan criminal sofisticado. Su principal argumento es que tiene una costosa estructura detrás para su defensa. Nuevamente no encaja bien el uso de una pistola tan antigua, que está a su nombre y el hecho de que Nisman también le haya pedido prestada el arma a un custodio.
A raíz de ello, la jueza empezó a cambiar el móvil presentándose ante la fiscal Viviana Fein y sugiriendo que entre Lagomarsino y Nisman hubo un conflicto económico. En esa asombrosa declaración, Arroyo Salgado contó que Lagomarsino era cotitular en una cuenta en Nueva York, con la madre de Nisman y la hermana del fiscal. Las dos mujeres iban a declarar en la semana que pasó, se excusaron por razones de salud, pero la versión es que se abrió una pelea con la ex esposa. En cualquier caso, Arroyo Salgado develó que el fiscal manejaba, como apoderado, una cuenta no declarada en Merrill Lynch. La versión indica que en esa cuenta había unos 600.000 dólares.
Lagomarsino contestó, a través de un escrito de su defensor, Maximiliano Rusconi, que no había conflicto económico y que el informático le prestó el nombre para la cuenta, es decir que fue testaferro de Nisman, sobre todo para realizar dos transferencias a Uruguay. Lagomarsino afirma que el dinero fue enviado para pagar expensas de un terreno, que –según parece– tampoco está declarado.
En el texto, Rusconi insiste en que la relación entre Lagomarsino y Nisman no era entre pares: sino que el fiscal tenía un fuerte dominio sobre el informático, al punto que se quedaba con la mitad de su sueldo. La revelación de Página/12 se basó en el escrito judicial presentado por Rusconi: el abogado sostiene que el vínculo Lagomarsino-Nisman era de patrón a empleado y que el informático no tenía margen para negarse a las órdenes y presiones de Nisman porque en los papeles éste le pagaba una cifra descomunal, 41.000 pesos por mes, y aunque Nisman se quedaba con 20.000, Lagomarsino cobraba casi sin trabajar. Rusconi argumenta que Nisman convocaba al informático a cualquier hora de cualquier día, lo hacía subir y bajar por el ascensor de servicio y en ese marco de patrón-empleado le resultaba imposible negarse a prestar el nombre para la cuenta de Nueva York o rebelarse ante la quita –reintegro lo llamaba Nisman– de la mitad de lo que cobraba.
Todo esto entra en un terreno dudoso que la Justicia tendrá que evaluar. Y también habrá que ver si marca o no un conflicto económico que pudiera derivar en un homicidio. Por ahora, el expediente no marcha en esta dirección, pero faltan medidas de prueba importantes; la pericia informática, la de los celulares y, nada menos, de las juntas médica y criminalística.

Juntas

El encuentro entre forenses, citado en principio para el día 30, anticipa pocos acuerdos en algunos puntos clave de los 25 puntos de pericia planteados por la fiscal. La cuestión de si Nisman estaba arrodillado y si hubo agonía no parecen decisivos para dirimir la alternativa suicidio/homicidio. El fiscal, sostienen los expertos, pudo haber sido asesinado, pero también pudo suicidarse arrodillado o de pie y el tiro pudo no haberle producido la muerte inmediata.
Igualmente, a la mayoría de los forenses les parece extraño que si se ejecuta a una persona arrodillada –como sostienen los que trabajan para Arroyo Salgado–, el disparo no sea de arriba hacia abajo. La autopsia afirma y Raffo y Ravioli admiten, que el disparo es levemente de abajo hacia arriba.
Un punto neurálgico que se va a dirimir es el que tiene que ver con la hora de la muerte. La autopsia, hecha por forenses de la Corte Suprema, evalúa que Nisman murió en la mañana o el mediodía del domingo 18 de enero. Para Raffo-Ravioli, en cambio, el deceso se produjo el día anterior e incluso estiran el horario posible hasta las 20, en el momento en que Lagomarsino estaba en el departamento de Le Parc. El debate sobre esta cuestión promete pocos acuerdos, pero la defensa de Lagomarsino insistirá en que no será posible dirimir el tema por vía de la medicina y en cambio exhibirán la apertura de la computadora de Nisman a las 7.25 del domingo como prueba categórica. Allí el debate se trasladará a la pericia informática.

Fein

En la asombrosa guerra desatada por Arroyo Salgado contra Lagomarsino y de éste contra la magistrada, no parece haber momentos de tregua. La ex esposa del fiscal arremetió contra la fiscal Fein tratando de sacarla de la investigación, en una movida que iba nítidamente contra lo establecido en el Código Procesal. La jueza Palmaghini le puso freno a una jugada demasiado irregular. El argumento tácito de Arroyo Salgado es que Fein deja entrever que cree que Nisman se suicidó.
Después Arroyo Salgado impugnó un perito designado por Fein, en esencia, porque registraba opiniones en las que diagnosticaba que Nisman se quitó la vida. En la pericia informática, de forma poco clara, apartaron a la Policía Federal para dejar a cargo a la Metropolitana, más afín a Arroyo.
En las últimas dos semanas aparecieron fotos y más fotos sobre los viajes de Nisman, así como comportamientos económicos irregulares del fiscal.
Finalmente, los colaboradores de la ex esposa de Nisman difundieron el estudio que hicieron y en el que se ve al fiscal muerto. En público, critican las filtraciones.
Parece una guerra sin reglas en que la verdad importa poco.

› EL CASO NISMAN, EL ATENTADO IMPUNE Y EL AÑO ELECTORAL Señores y señoras

Por Horacio Verbitsky
El miércoles 18 Sergio Bergman, Nelson Castro y Jacobo Kovadloff presentaron en público la asociación civil Memoria Nisman. Para ello convocaron a un acto en la Plaza Lavalle, frente al palacio de Tribunales de la calle Talcahuano, donde prometieron volver a reunirse los días 18 de cada mes.
La fecha y el escenario de la convocatoria son los que instalaron los familiares de las víctimas del atentado a la DAIA reunidos en la asociación Memoria Activa, de la que Bergman formó parte. En marzo de 1996 sus compañeros de Memoria Activa leyeron un artículo de Bergman en un periódico comunitario judío. Decía que se retiraba de la Plaza Lavalle y de Memoria Activa, que la presencia los lunes en la plaza ya no servía de nada, que lo que habría que hacer “era enterrar la causa AMIA en esa plaza”. Hasta entonces “era uno de los voceros, hablaba todos los lunes. Lo que hizo pasó a la larga lista de traiciones dolorosas que sufrimos a través de los años, siento que además fue cobarde, lo hizo de repente, sin darnos ninguna explicación”, rememora Diana Wassner, cuyo esposo Andrés Malamud fue uno de los 85 muertos en el edificio de Pasteur 633 el 18 de julio de 1994.
Bergman es diputado porteño por el PRO y rabino de la sinagoga de la calle Libertad. Una vez alejado de Memoria Activa se acercó a la Coalición Cívica Libertadora y al PRO, en cuyas listas fue elegido legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su actuación pública más descollante fue un acto en apoyo del ex ingeniero Blumberg en el que reescribió el Himno Nacional reemplazando Libertad, Libertad, Libertad, por Seguridad, Seguridad, Seguridad. Kovadloff fue uno de los intelectuales que adhirieron como funcionarios al gobierno del presidente Raúl Alfonsín y que luego acompañaron la diestra deriva de la UCR hacia el macrismo, con escala intermedia en la estación López Murphy. Además es ideólogo de la Sociedad Rural y escriba de los documentos del Foro de Convergencia Empresarial, que reúne a dos docenas de cámaras patronales. Castro es periodista del Grupo Clarín y con permanente gesto de indignación convoca a la unidad de las fuerzas políticas que se oponen al kirchnerismo.
Castro alegó que Nisman fue víctima de un magnicidio institucional, la afirmación dogmática de la exposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado. En su caso, y en el de la madre del fiscal, Sara Garfunkel, es obvio el interés patrimonial, ya que ningún seguro de vida cubre el suicidio. En la misma línea, y por sus propias razones, el gobierno de Israel sostuvo en el acto por los 23 anos del atentado a su embajada que Nisman pagó con su vida el intento de llegar a la verdad. Por eso el fiscal fue sepultado en el sector del cementerio comunitario destinado a los héroes de Israel. Otro tanto pretenden las organizaciones de lobby estadounidenses, efectores de los servicios de Inteligencia o de la derecha republicana más extrema, que han tomado el Capitolio como teatro de operaciones, con el respaldo del filántropo emplumado Paul Singer.
Pero nada de eso surge de la causa que instruye la fiscal Viviana Fein, caratulada hasta hoy como muerte dudosa. No hay en ella elementos irrefutables para considerar que se suicidó, pero menos aún para decir que lo mataron. Si la investigación culminara con la primera hipótesis, ¿sus restos serían trasladados al confín del cementerio, reservado a quienes se quitaron la vida? Improbable, porque eso implicaría un respeto por la verdad que hasta ahora no se ha manifestado en ese grupo familiar y político.

Mentar el prostíbulo

Todos los oradores de la Plaza Lavalle citaron como inspiración la marcha del 18 de febrero de 2015, cuya significación desplazó a los reclamos de justicia por el atentado del 18 de julio de 1994. Kovadloff dijo que hablando de la vida privada de Nisman atacan a un muerto que no puede defenderse y fustigó “la instrumentación prostibularia de la verdad”, una referencia tan audaz que en este caso bordea el acto fallido. Parecido argumento utilizó Elisa Con amigos así Carrió: la vida privada no cuenta, porque Churchill era borracho, mujeriego y aventurero pero salvó a Europa. Algunas precisiones son necesarias: Nisman no salvó a nadie de nada, sólo presentó una acusación contra Cristina que un juez desestimó porque no le encontró pie ni cabeza. Y los after hours en los puticlubs de Palermo Hollywood dejan de formar parte de la vida privada en cuanto se sabe que eran costeados con los recursos públicos puestos a su disposición para investigar el más grave ataque terrorista de la historia.
Es verdad que el muerto no puede defenderse, pero eso sólo le ahorra el sofoco de un balbuceo inconducente, porque las imágenes son tan explícitas que no bastarían mil palabras para conjurarlas. Y también se evita el juicio por malversación que le hubiera caído de conocerse estos hechos en vida. Si el fiscal general Germán Moldes denunció a la procuradora del Tesoro Angelina Abbona por peculado a raíz de los escritos en defensa del Poder Ejecutivo que le presentó al juez Rafecas sobre el Memorandum de Entendimiento con Irán, que Nisman consideraba delictivo, ¿qué cargos hubiera formulado por los reintegros que Nisman exigía a algunos empleados de su fiscalía, por sus viajes en primera a resorts de lujo con sus amigas mimosas, en días de trabajo sin licencia ni vacaciones, que cobraba doble, o por el pago a su nutricionista con un cargo en la fiscalía? Nunca se sabrá, porque la muerte extingue el delito. Pero cuando se comenzaron a conocer esos hechos, Moldes gruñó que eran cuestiones de la vida privada que no se ventilaron antes de que Nisman denunciara a la presidente. Ni antes de que lo encontraran sin vida en el baño, claro, porque sin su muerte no se hubieran abierto sus archivos, con las constancias de su vulnerabilidad ante cualquier extorsión.
Por eso, tampoco es cierto, como cree Fein, que esas fotos con las chicas sonrientes que juegan con falos de cotillón y cuyas corbatas dicen “La tenés adentro” sean irrelevantes para la investigación sobre su muerte. El cotejo entre esas fotos y la declaración testimonial de una de las escorts que curtía Nisman es elocuente: Alberto era un hombre muy correcto, no un viejo verde que intentara nada con las chicas, dijo. Tampoco con ella, por supuesto, de la que se han dicho tantas barbaridades, que la obligan a limpiar su nombre. Con ese sano propósito posó al natural para una revista y está esperando que la llamen para el baile del caño en televisión. Luego admitió que no sabía quién le pagó el ticket en primera del viaje a Cancún que compartieron. Pero como él nunca le hablaba de trabajo no valía la pena que Fein le preguntara si en esa playa Nisman esperaba encontrar alguna pista útil para el expediente al que consagró su vida. Esas fotos abren hipótesis sobre la interrupción de sus vacaciones para firmar en mes de feria su acusación, contradictoria con otros documentos simultáneos hallados en su caja fuerte, y sobre las causas posibles de su muerte. Incluso podrían resignificar la frase misteriosa que Lagomarsino dice haberle escuchado a Nisman cuando le pidió el arma: al día siguiente saldría con las chicas y temía que algún loquito se le acercara con un palo a gritarle traidor. Las hijas de Nisman estaban en Europa en ese momento. ¿A qué chicas se refería?
La exposa de Nisman pidió que se preservara la intimidad. Es razonable, si se piensa en las hijas menores, que Sandra Arroyo Salgado representa representa en la querella. Es comprensible. Pero, ¿alguien se preguntó que pensarían o sentirían las víctimas del atentado al ver por qué canaleta se escurrían los fondos asignados a la investigación, por decirlo con las palabras de Ernesto Sánz?

Amigas diurnas y nocturnas

“A diferencia de Bergman, Nisman no nos desilusionó, porque desde el principio no confiamos en él”, responde Diana Wassner de Malamud, cuya actividad se concentra en impulsar el juicio por encubrimiento en el que deberán defenderse los procesados Carlos Menem, Carlos Corach, Hugo Anzorreguy, Juan Carlos Anchezar, Fino Palacios, Carlos Castañeda, Juan Galeano, Eamon Mullen, José Barbaccia, postergado una y otra vez por la reticencia del presidente del Tribunal designado, Jorge Gorini, quien no acepta iniciarlo antes de las elecciones presidenciales, pese al reclamo de premura de las víctimas, respaldado por la presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Ana María Figueroa, y la Corte Suprema de Justicia.
“Su vida personal no me interesa para nada, las cosas que fuimos sabiendo desde su muerte muestran sus manejos espurios dentro de la UFI AMIA. Es claro, y así lo denunciamos en reiteradas oportunidades, que Nisman lejos estaba de representar los intereses de las victimas, sino sus propios intereses (hoy queda más claro esto), y los intereses de todos los que trabajaron y trabajan para que no sepamos la verdad y para que jamás tengamos justicia. Me entristece, porque se perdió el tiempo miserablemente, porque por acción u omisión los diferentes poderes del estado y los sucesivos gobiernos lo sostuvieron porque les fue útil. Le fue útil a los dirigentes de las instituciones de la comunidad judía diciendo siempre lo que todos querían escuchar.”
Con tanta amargura como lucidez, concluye: “Siempre dije que la causa AMIA sólo sirvió para enriquecer a muchos, que han vivido de esta causa a través de estos 21 años. Hemos visto, como en un desfile de modas, personajes que pasaron a vestirse con trajes de seda. Hemos visto a Nisman, junto a [la abogada de la DAIA Marta] Nercellas y a [su director general Alfredo] Neuburger, en reuniones de gente acomodada, juntar dinero para ‘la causa’. Demasiados se llenaron los bolsillos y salieron de fiesta. Nisman fue uno más, y pese a que denunciamos su incapacidad para llevar adelante esta causa, nadie hizo nada. Uno se viene a enterar ahora que entregar la mitad del sueldo es una práctica ‘usual’. Es más que lamentable, es abuso de poder y un delito. Lástima que ya no pueda ocupar un lugar en el banquillo de los acusados del encubrimiento”.
Al primer acto de la flamante asociación asistieron las amigas diurnas del fiscal. Si el 18 de abril se acercaran también sus amigas nocturnas tal vez la asistencia sería más digna, en cantidad y calidad, de la memoria de San Nisman Mártir.

Porno a los 60

Cuando los ecos locales comenzaban a apagarse, la revista brasileña Veja reforzó los cargos con una nota titulada “Chavistas confirman conspiración denunciada por Nisman”, en la que afirma que Irán habría financiado la campaña de Cristina Kirchner en 2007, a cambio de impunidad por el atentado de 1994 y secretos nucleares. La revista atribuye su información a ex miembros del gabinete de Chávez, exiliados ahora en Estados Unidos. Con el mismo estilo imaginativo de la denuncia de Nisman, Veja reproduce supuestos diálogos entre Chávez y el ex presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, en enero de 2007, en la que el venezolano se habría comprometido a intermediar ante la Argentina, en una cuestión que el iraní habría definido como de vida o muerte. A ese acuerdo atribuye la valija con 800.000 dólares que en agosto trató de ingresar Guido Antonini Wilson. La nota no dice que eso fue impedido por la Aduana argentina. Los presuntos desertores citados por Veja afirman que las negociaciones nucleares eran canalizadas por la embajadora en Caracas Nilda Garré. Aunque alegan haber pertenecido al círculo más próximo a Chávez, los arrepentidos de Veja admiten no saber si los iraníes obtuvieron la información que les interesaba sobre el reactor argentino de agua pesada. El lado más pintoresco del artículo es el que la revista dedica a Garré, a quien presenta como una ex guerrillera montonera (nunca formó parte, como tampoco su ex compañero Juan Manual Abal Medina, cuyo hermano Fernando fue el fundador de esa organización). Chávez y Garré, dice Veja, “tenían una relación personal íntima”, que uno de los presuntos desertores califica como “en la línea de 50 sombras de Gray, la película porno soft, en la que el sádico magnate Christian Grey somete a la estudiante de literatura Anastasia Steele, una recatada virgen de 21 años, cuarenta menos de los que tenía Nilda durante su gestión en Caracas, lo cual basta y sobra para ridiculizar la historia de Veja, según la cual cuando Chávez y Garré se encontraban en el Palacio de gobierno de Miraflores, “los ruidos de la fiesta se escuchaban desde lejos”. En tono insinuante y sin ninguna prueba, uno de los informantes que cita Veja dice que “no puedo afirmar que el gobierno de la Argentina entregó secretos nucleares, pero sé que recibió mucho por medios legales (títulos de deuda) e ilegales (valijas con dinero) a cambio de algo muy valioso para los iraníes”. Otro de los confidentes insiste que quien conoce esos secretos es Garré, quien regresó a la Argentina en diciembre de 2005, trece meses antes de la presunta intermediación de Chávez. Quien se apuró a reproducir en forma acrítica la versión fue el ex canciller Dante Caputo, responsable del único acuerdo nuclear que la Argentina firmó con Irán, durante la presidencia de Raúl Alfonsín. En un artículo publicado en La Nación en el que compara el poder de Luis D’Elía con el de Rasputín y López Rega (sic), alaba a Nisman y dice que Cristina “bordea la traición”. También reproduce el inverosímil diálogo de Veja entre Chávez y Ahmadinejad, pero en un reconocimiento vergonzante de que nunca ocurrió dice como al pasar que “una exportación de tecnología nuclear habría sido gravemente sancionada por el Consejo de Seguridad de la ONU”. “Luego el politólogo Caputo pasa a consideraciones jurídicas (para las que no es idóneo) y políticas (en las que desde el antetítulo ‘Encubrimiento’ está claro su sesgo interpretativo.
Desde su puesto de embajadora ante la OEA, Garré dirigió una carta a Veja. En ejercicio del derecho de respuesta previsto en la Constitución de la República Federativa de Brasil le requirió que publicara en sus versiones impresas y digital y en el mismo espacio “que desmiento categóricamente todo el contenido en que me aluden de modo agraviante e inexacto. Hago reserva asimismo de accionar judicialmente en caso de negativas injustificadas o silencio”. Garré aclara que su solicitud se encuadra en los estándares del ejercicio a la libertad de expresión recomendados por la Relatoría Especial de la CIDH en 2009, durante la gestión de la jurista colombiana Catalina Botero, recientemente premiada por la SIP: se debe acudir a las medidas menos restrictivas de la libertad de expresión para reparar el perjuicio: “en primer lugar, al derecho de rectificación o respuesta consagrado en el artículo 14 de la Convención Americana; si ello no bastare, y se demuestra la existencia de un daño grave causado con la intención de dañar o con evidente desprecio por la verdad, podría acudirse a mecanismos de responsabilidad civil que cumplan con las condiciones estrictas derivadas del artículo 13.2 de la Convención Americana”.