jueves, 12 de febrero de 2015

"Esclarecer la relación entre Massa y Díaz Gorgonio, quien visitaba con frecuencia su domicilio"

Mediante un comunicado, el Ministerio de Seguridad de la Nación pidió a la Justicia que investigue la relación entre el diputado nacional y el prefecto. Desmintió que perteneciera a la Dirección de Inteligencia del organismo.
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El Ministerio de Seguridad de la Nación informó que que el prefecto Alcides Díaz Gorgonio, acusado de robar en la casa del diputado nacional Sergio Massa, "nunca perteneció a la Dirección de Inteligencia Criminal de ese organismo". En una escucha telefónica, filtrada al Grupo Clarín, le asegura a su esposa, Graciela Garate, que "trabajaba para un área de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad".
A través de un comunicado, la cartera de Seguridad aseguró que "al momento de ser arrestado acusado de robar en la casa del señor Sergio Massa, este suboficial de la Prefectura Naval Argentina, revistaba en comisión en el desarticulado 'Centro de Planeamiento y Control', una dependencia funcional del Consejo de Seguridad Interior que recibía partes informativos que consignaban hechos policiales comunicados por fuerzas de seguridad de algunas provincias".
Asimismo, se detalló que Díaz Gorgonio se desempeñaba "en tareas administrativas" de la mencionada dependencia.
Finalmente, el texto ministerial insta al Poder Judicial a "esclarecer cuál es la relación existente entre la familia Massa y Díaz Gorgonio, quien solía visitar con frecuencia su domicilio, según lo declaró la empleada doméstica María Ester Martínez en una entrevista periodística al canal TN el 6 de agosto de 2013".

“Hay que crear espacios seguros, también para nuestros pibes”

AGENCIA PACO URONDO dialogó con Carla Gutiérrez, de JP Evita y con Joaquín Labagnara y Daniel Kaminszczik, secretario político y responsable de comunicación, respectivamente, de la Corriente Martín Fierro – Tres de Febrero. Sus visiones sobre el caso de Johan, que fue golpeado brutalmente por Gendarmería.
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Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cuál son las posiciones de las dos organizaciones en relación a la tortura que recibió el chico Johan por parte de Gendarmería en Tres de Febrero?
Joaquín Labagnara: Repudiamos las acciones de la Gendarmería y también de la Bonaerense. En tiempos como éstos, donde se priorizan los derechos humanos, no se pueden tolerar este tipo de acontecimientos. Detuvieron a un pibe, lo picanearon, son prácticas que tienen que ver con otras etapas oscuras de nuestro país. No puede volver a pasar.
Carla Gutiérrez: Desde el Movimiento Evita repudiamos enérgicamente lo sucedido. Las fuerzas de seguridad tienen que estar al servicio del pueblo, no en su contra. Hay que crear espacios seguros para todos, también para nuestros pibes.
APU: Este hecho tan grave, que según la familia de Johan incluyó el uso de picana: ¿es una práctica habitual de las fuerzas de seguridad en el territorio?
CG: No tenemos conocimiento de que sea moneda corriente un caso así. Sí sabemos que es corriente el abuso de autoridad en los barrios. Se detienen pibes con cualquier argumento, por “portación de rostro”, como suele decirse. En este barrio, Fuerte Apache, los pibes y las pibas sufren muchos acosos. Ha habido casos de abuso sexual, incluso. El Movimiento Evita participa de la Campaña contra la Violencia Institucional porque queremos hacer visibles este tipo de casos, denunciarlos públicamente. Entre todos tenemos que construir otra seguridad.
Daniel Kaminszcik: La actitud de las fuerzas de seguridad tiene que ver en los barrios vulnerables con vigilar y castigar más que con proteger y servir. Se pretende controlar a los barrios que se señala como "peligrosos".
JL: Sigue habiendo una estigmatización de los pibes de determinados barrios, como responsables de la inseguridad. Por eso es necesario avanzar con una seguridad más democrática. Hoy en los territorios hay un abuso de violencia institucional.
APU: Siempre se habla de la necesidad de “democratizar” las fuerzas de seguridad. ¿Se ha avanzado en ese sentido o sigue siendo una demanda pendiente?
CG: Es una pregunta compleja porque es un tema complejo. Son instituciones que tienen determinadas características, muy consolidadas durante muchos años. Hay mucho pendiente porque durante mucho tiempo se permitió todo un entramado muy corrupto al interior de las fuerzas. No alcanza con un cambio de Gobierno, más allá de que haya una clara intención política de avanzar en este tema. Se han creado organismos de control, se han renovado las fuerzas, pero sigue faltando mucho. Las autoridades, en todo nivel, son conscientes del problema. Quiero agregar que no alcanza con la sola decisión política desde arriba: es necesario que la propia sociedad civil participe en esa democratización.
DK: También tiene que ver el rol de la Justicia. En Tres de Febrero participa el tribunal de San Martín. La fiscalía no lleva adelante las causas sino que presiona a las víctimas para que desistan de ellas.
JL: Coincido con Daniel, porque tuvimos un compañero de Villa Bosch que tuvo un problema serio con la fuerza de seguridad y cuando llevó el caso a la fiscalía le dijeron que no podían hacer nada, que lo mejor era que desistiera. Es un tema muy complejo. Se ha hecho una limpieza importante de efectivos, pero todavía quedan agentes con prácticas de otras épocas.
APU: Hablaron del rol de los propios vecinos. La llegada de la Gendarmería a muchos barrios fue celebrada a partir de lo que es una problemática real como la inseguridad. ¿Cuál es la visión de los vecinos sobre la Gendarmería? ¿Qué opinan de estos abusos?
DK: Es una visualización que fue cambiando. Cuando se desplazó a la Bonaerense, muchas veces relacionada con las bandas delictivas, se celebró la llegada de la Gendarmería a los territorios. Pero con el tiempo la Gendarmería se preocupó más por cuidar a determinados sectores sociales. En Martín Coronado la Gendarmería cuida la boletería del tren o la estación de servicio de la esquina. No le interesa si están robando a dos cuadras. La expectativa fue cambiando con el tiempo. En los barrios cambió la mirada sobre la Gendarmería.
CG: Voy referirme al barrio Ejército de los Andes (Fuerte Apache), que es el que más conozco por mi militancia: ahí la intervención de la Gendarmería permitió tranquilidad en un principio. Pensemos que es un barrio muy afectado por las políticas neoliberales de los 90. Es un barrio que tenía índices muy graves de violencia. Por eso se celebró la llegada de la Gendarmería. En los últimos años eso cambió porque los abusos siguen pasando. Los vecinos son conscientes de lo que pasa. Johan estaba jugando en las canchitas del barrio. Podía ser el hijo de cualquiera. Algo que ha pasado en el barrio tiene que ver con recuperar de a poco los lazos sociales de solidaridad. Por ejemplo, con el tema de las alarmas barriales. La idea de que nos podemos cuidar entre los vecinos.
JL: Puede ser que se haya celebrado. Tuvo un importante despliegue territorial, caminan las calles. Pero la seguridad no se resuelve con más patrulleros y policías. Es necesario continuar las políticas de inclusión. Venimos de muchas décadas de neoliberalismo que destrozaron nuestros barrios. Recuperarnos de eso lleva tiempo.

"No nos pueden golpear así a los chicos del barrio"

Gabriela denunció que su hijo fue golpeado salvajemente por la Gendarmería. Lo detuvieron a las cuatro de la tarde en un plaza del barrio Fuerte Apache, en Tres de Febrero. "Lo torturaron con una picana".
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Por Redacción APU
Agencia Paco Urondo: ¿Qué fue lo que ocurrió con su hijo Johan?
G: Explico un poco cómo empezó el tema: yo tengo otro hijo que acompañó a una persona y quedó involucrado en una causa y le dieron pedido de detención. Johan y Brian se llevan 14 meses y son muy parecidos. Johan estaba jugando en el barrio cuando los gendarmes lo rodearon y le dijeron que le iban a hacer una pregunta. Cuando lo sacan del grupo lo esposan, lo golpean, lo suben a la camioneta; yo llego porque me vinieron a avisar.
APU: Cuando le dijeron a Johan que le iban a hacer una pregunta: ¿le llegaron a decir algo más?
G: Le preguntaron el nombre, él contestó Johan Pedroso y se lo llevaron.
APU: ¿Usted llegó a hablar con los gendarmes?
G: Mi hijo tiene 17 años, se lo llevaron esposado a la base. Llegué atrás en un remis y les mostré que era Johan, no Brian, les mostré fotos. Cuando pregunto por qué lo detienen me dicen que no saben. Les digo que sí sé por qué, están buscando a mi hijo Brian pero no es él. Muestro una foto donde están los dos juntos. Fue muy complicado hacerles entender.
APU: ¿Su hijo Brian tiene una causa?
G: No, tenía un pedido de detención porque lo habían nombrado en una causa, que yo sé que no tiene nada que ver. Tiene su abogado, se va a defender como se tenga que defender. El día que allanaron mi casa buscando a Brian también le pegaron a Johan por su parecido con el hermano y Gendarmería fue peor porque usó la picana eléctrica, que está prohibida. Lo quemaron todo.
APU: ¿Lo pudo ver un médico, un abogado?
G: Tardamos ocho horas en sacarlo de la base. Como Johan es uno de los que está pintando los murales en Fuerte Apache, vino gente del entorno de Johan a reclamar, a pedir por él. Cuando vamos al médico forense los gendarmes le dijeron: “fijate el informe que hacés porque si no lo llevamos a Campo de Mayo”. El forense tuvo que agachar la cabeza y puso que tenía un solo golpe muy grande pero Johan estaba muy golpeado, le mojaron la espalda y le ponían la picana encima.
APU: ¿Esto cuándo fue?
G: El lunes dos de febrero.
APU: ¿Se pudo comunicar con autoridades municipales, provinciales, gente del ministerio de seguridad?
G: No, lo que hice fue buscar a mi hijo Brian porque el gendarme me dijo “a partir de ahora nos vamos a ver muy seguido, señora”; yo les dije “espero no verlo nunca más” porque mi hijo no es una persona que yo tenga que ir a buscar, ninguno de ellos tiene entradas a la comisaría. El chico estaba jugando acá en el barrio, lo levantaron a las cuatro de la tarde, no a las dos de la mañana.
APU: ¿Usted llevó a su hijo Brian para presentarse a la justicia?
G: Si, porque si no Johan no iba a salir más. Yo llevé a Brian a la justicia y empecé a hacer un trámite pero es muy engorroso para pedir un recurso de amparo y como estoy moviéndome con lo de Brian también no me dan los tiempos. Los dos están con mucho miedo.
APU: ¿Brian está detenido?
G: Sí.
APU: Cuando se produce el momento de la detención, ¿no le pidieron documentos? ¿No constataron su identidad?
G: No le pidieron nada, lo único que le preguntaron es cómo se llamaba, lo cargaron por el nombre, le dijeron ¿es un nombre eso? Johan los miró y les dijo que sí, me llamo así, lo cargaron un poco y se lo llevaron.
APU: ¿Y, al momento de la entrada en la base de gendarmería, tampoco?
G: Tampoco. Cuando se dieron cuenta de que no era Brian, que era Johan, cuando yo llevé sus papeles, le siguieron pegando para que diga dónde estaba Brian. Siempre encontraron una excusa para seguir pegándole y él no sabía dónde estaba el hermano.
APU: Esta tortura que usted describe: ¿duró ocho horas?
G: Tardamos ocho horas en sacarlo, logré sacarlo a las 12 de la noche, pararon un poco de golpearlo cuando apareció gente que está haciendo los murales en el barrio.
APU: ¿Este tipo de prácticas de la gendarmería en el barrio es habitual?
G: Si, es habitual. Acá hay un par de cosas políticas, la JP Evita se está peleando contra la violencia institucional porque es algo de todos los días. Todo el mundo tiene miedo en el barrio, yo también pero creo que alguien tiene que romper el silencio. No nos pueden golpear así a chicos que no estaban haciendo nada.

Europa, con la mira puesta en Grecia

La reunión comenzó con tres horas de retraso para esperar a que lleguen de Minsk los gobernantes de Francia y Alemania, que cerraron en Minsk una mediación exitosa entre Rusia y Ucrania, por un alto el fuego en el este.
Tanto Merkel como el galo Francoise Hollande pedirán modificar el código de fronteras Schengen para reforzar los controles en las fronteras exteriores de la UE como medida contra el terrorismo yihadista.
El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, se mostró reticente a profundizar en la cuestión griega al considerar que debe ser abordada por los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro en su reunión del 16 de febrero.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, que participa por primera vez en un Consejo Europeo, aunque ya se reunió con varios de los líderes en bilateral, dijo que confía en que los Estados miembros encuentren "una solución viable para todos" y para volver al crecimiento y la cohesión social.

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Pérez Esquivel no marchará con "oportunistas políticos"

"No voy a estar, no. Me parece bien que los fiscales recuerden a un colega que murió y no se sabe cómo tiene que haber seguridad para ellos. Pero detrás de esta marcha se suman un montón de oportunistas políticos que jamás defendieron los derechos humanos", criticó Adolfo Pérez Esquivel durante una entrevista en radio La Red, en la que también pidió "responsabilidad" al gobierno nacional.
En este sentido criticó que el Ejecutivo apela a la "bravuconada" y "no llama a la serenidad, a la reflexión", y lo exhortó a "traer calma y no seguir con esta política de confrontación permanente". Además, sostuvo que la presidenta Cristina Kirchner debe "ser prudente en esto y llevar serenidad a la población".
"Estamos en un momento muy difícil en el país, con mucho dolor, tristeza y desconcierto en la población. Hay que tener mucho cuidado, más una jefa de Estado, que tiene que traer calma y no seguir con esta política de confrontación permanente", dijo.

› MARCHA DE LOS FISCALES "Tienen la vocación de ser procuradores de un futuro gobierno"

“Es bárbaro, no dicen que lo que hacen es en honor al fiscal muerto, que era su amigo, sino que manifiestan el beneficio personal que resultaría si otro fuera el gobierno. Y lo dicen sin ningún tipo de tapujo”, criticó el funcionario nacional en su habitual contacto matutino con la prensa antes de ingresar a la Casa Rosada.
“Hay seis o siete que hicieron esta movida tratando de sacarle ventaja a lo que no tiene que tener ventaja. Hay algunos que se expresaron, por lo menos me consta que tres de ellos, han expresado en reuniones privadas, su vocación de ser procuradores en un futuro gobierno”, dijo el funcionario
También diferenció entre “estos seis o siete fiscales” y “los fiscales” que representan a la totalidad del Ministerio Público. Además, analizó que “Nisman trabajó muy tranquilo y con muchísimo dinero, un presupuesto de 34 millones de pesos por año”, para investigar el atentado a la AMIA.

OPINION Vivir en emergencia

Por Horacio Cecchi
Hubiera sido un hecho policial intrascendente –léase de poco interés para cierto periodismo–. Pero se transformó en un escándalo con artificios. Esto no quiere decir que el tiroteo en la 1-11-14 no haya sido grave, máxime si murieron dos personas y otras dos resultaron heridas. Sólo intento llamar la atención sobre la bisagra que define si es o no intrascendente un hecho, y cuándo es que el fiel de la balanza se inclina para uno u otro lado.
Con la noticia de ayer parece muy difícil mencionar la posibilidad de la intrascendencia. ¿Cómo que intrascendente un tiroteo, que hayan baleado a una ambulancia; dos muertos, dos heridos, incidentes en el hospital?
¿Intrascendente? Sí. Sólo recordemos el caso del chiquito Kevin, en la Villa Zavaleta, para señalar que allí tenemos el fiel de la balanza volcado a la intrascendencia. ¿Qué cambió entre uno y otro caso para que uno sea “trascendente” para la prensa y el otro no?
Creo que el factor que interviene es aquel que provoca la emergencia de un mundo que se pretende sumergido. Emergencia que no se refiere a la sola urgencia médica, sino al acto de emerger a la superficie, el hacerse visible a la parte de la sociedad que flota por encima. En el caso de Kevin, no ocurrió esa emergencia. La muerte de un chiquito de 6 o 7 años, baleado mientas se escondía en su casa de paredes atravesables por una bala, durante un enfrentamiento semejante al que ocurrió ayer, no fue suficiente para que emergiera a la atención.
Es curioso. Parece que la emergencia no es la que viven los sumergidos sino que la emergencia viene a ser la palabra de los que flotan, indignados por el riesgo (verdadero) que corren los médicos (que forman parte de la sociedad flotante). ¿Cómo que no va a ser riesgosa la tarea médica?, si se tienen que internar en una ciudad de calles sin asfalto, de puro barro cuando llueve, sin cloacas, con cables de electricidad que cuelgan sobre las cabezas, sin luces, con olores fétidos e inseguridad de la intemperie.
Llama la atención la curiosa metáfora (involuntaria, creo yo) del director del Piñero, Cosme Pagano: “La gente cambió mucho –dice–. Ahora es más demandante”. ¿Le tocaron el bronce médico? Y sí, no es el que espera paciente, ahora demanda. Después de todo, para ser reconocida tiene que emerger, tiene que vivir en emergencia.
Llama la atención que la única funcionaria porteña que habló del tema es la ministra de Salud, Graciela Reybaud. Ninguno que hablara de la urbanización de las villas. Llama la atención que Reybaud diga que “nuestros médicos corren peligro”. ¿A qué se refiere con peligro? ¿Nuestros médicos? ¿Acaso estará anticipando alguna resolución que deje fuera a todo un servicio de pediatría como hizo exactamente hace un año? Parece que es más fácil culpar a los violentos. Que los hay, claro. Es más fácil culpar al chancho que al que le da de comer.