lunes, 8 de diciembre de 2014

La conflictiva deuda interna del imperio Por Jorge Muracciole

Lo que en otros tiempos era un problema de la comunidad negra es ahora, como dijo Obama, "un problema americano".

Hay veces que el tiempo cronológico de una sociedad se ve alterado con un acontecimiento que nos remite a décadas pasadas, irrumpiendo en la realidad y haciendo evidente la falta de soluciones a viejas cuestiones.

El hecho de que las marchas contrarias a las segregación racial que hoy carcome Estados Unidos se produzcan con un afroamericano en la presidencia, Barack Obama, y otro en la Fiscalía General, Eric Holder, no es sino la paradójica evidencia de la gravedad de un problema que muchos daban por superado. Lo que en otros tiempos era un problema de la comunidad negra es ahora, como dijo Obama, "un problema americano".

Las históricas luchas de los años sesenta contra la segregación racial, buscaban establecer la igualdad de derechos de los negros, en una sociedad que intentaba instalarse a escala planetaria como el modelo de democracia, de libertad individual y de movilidad social ascendente. El llamado "sueño americano" no es tal para los jóvenes de las barriadas pobres de la comunidad negra estadounidense. Los indicadores de desocupación, como las estadísticas de detenciones, muestran la marcada diferencia en la aplicación de la justicia para un joven blanco o un descendiente afroamericano. Las últimas investigaciones demuestran con claridad que existen un número mayor de afroamericanos dentro de la población carcelaria que el número de estudiantes universitarios en el total de universidades de los Estados Unidos.

Que una seguidilla de muertes por el accionar policial, sobre miembros de la comunidad afroamericana, sigan produciéndose, y se conviertan en noticias cotidianas en diversas localidades estadounidenses es un hecho a tener en cuenta. Pero si la condena de la justicia a tales hechos se torna imposible, por recurrentes fallos de jurados populares, dicha decisión se convierte en algo aún mas grave. Ya que lo que denota es la existencia de arraigados prejuicios culturales de significativos sectores de la población blanca hacia la igualdad de derechos de la comunidad negra.

En las últimas semanas las prejuiciosas decisiones de los jurados populares, en el juzgamiento de casos de muerte por el accionar policial, sobre miembros de la comunidad negra, se convirtieron en el punto de inflexión de la indignación ciudadana. En la pequeña localidad de Ferguson en San Luis Missouri, la negativa del gran jurado a juzgar al policía blanco que dio muerte en el mes de agosto al joven negro Michael Brown, desató jornadas de lucha callejera que trascendieron las fronteras del estado de San Luis, siendo materia de análisis y preocupación por el mismísimo presidente de los Estados Unidos. 

A una semana de la exoneración del agente de policía blanco Daniel Pantaleo, por la muerte del vendedor ambulante afroamericano Eric Garner, quien fuera literalmente asfixiado por el policía neoyorquino, mediante una toma de defensa personal prohibida por ley, ante la incontrastable prueba fílmica de los hechos, La indignación ciudadana, ante los hechos de State Island, expresada en decenas de marchas callejeras, han consolidado un frente común de más de 25 organizaciones en defensa de los derechos civiles contra la segregación racial y el accionar políciaco. 

La convocatoria para el próximo sábado 13 de diciembre de una masiva marcha de protesta a escala nacional, en cercanías de la Casa Blanca en Washington. Se convertirá seguramente en un acontecimiento que marcará el nuevo escenario político , donde la renovada batalla contra la segregación racial y la defensa de los derechos civiles de la minoría afroamericana, pone de manifiesto las profundas injusticias que perduran a lo largo del tiempo en el modelo societal por antonomasia de occidente.

Dejando al descubierto que el hecho emblemático de la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, como el primer presidente de la minoría afroamericana en los Estados Unidos de Norteamérica, no salda la deuda histórica el autodenominado "gendarme de la libertad".

Como arengaba en esta última semana ante la indignación ciudadana el reverendo Al Sharpton, rodeado de 25 organizaciones comunitarias en la barriada negra del Harlem "2015 será el año de la lucha por la justicia".

Infonews

Brasil y la espiral sin fin Por Eric Nepomuceno

Las denuncias se suceden, el escándalo de Petrobras se mantiene con fuerza; la oposición luce su vestal virginidad en muestras de profunda indignación, mientras algunos de los más altos ejecutivos de las gigantes de la construcción siguen en la cárcel. El gobierno de Dilma Rousseff parece más acosado que nunca.

Se insinúa con todas las letras que, de confirmarse que parte de las "comisiones" cobradas a los constructores que trabajan para Petrobras fueron transformadas en donaciones para el Partido de los Trabajadores, se abrirán dos frentes de batalla para decretar la inhabilitación de la presidenta recién electa. Serían dos movimientos: uno, en la Justicia Electoral, denunciando que la campaña que llevó Dilma a la victoria recibió dinero de corrupción; otro, en el Congreso Nacional, pidiendo que se inhabilite a la mandataria, ya que el proceso electoral habría perdido legitimidad.

Claro que se trata de una maniobra sin posibilidades de éxito. Primero, porque si determinada constructora declaró a la Justicia Electoral una donación acorde con los requisitos de la ley, no hay cómo probar que se trató de una ilegalidad. Será la palabra del denunciante como única prueba. Y segundo, porque el gobierno tiene mayoría en el Congreso y el pedido de inhabilitación no pasaría.

De todas formas, el desgaste que enfrenta Dilma antes aun de que se inicie formal y oficialmente su segundo mandato, es inmenso.

Aécio Neves, el neoliberal derrotado, se desdobla para asumir el papel de líder máximo de la "indignación nacional". Trata de dejar claro que no se trata del lloriqueo de perdedor. En los bolsones de las clases más privilegiadas es saludado como una mezcla de mesías y ángel vengador.

Sin embargo, cada semana que pasa es evidente que el escándalo que empezó en Petrobras es un mar sin fondo. Ya se sabe que fueron denunciados "decenas" de políticos, y se da por descartado que esa cifra podrá alcanzar a por lo menos 70 de ellos en plena actividad, que están en muchos partidos, de la oposición, incluso.

Es decir: la marea recién empieza a crecer y podrá transformarse en tsunami. Lo que se lanzó como investigación policial para detectar un esquema de lavado de dinero y envío ilegal de dólares al exterior está lejos de su final. Ya nadie cree que el tema quedará circunscrito a Petrobras.

Además de Paulo Roberto Costa, que por años integró el colegiado de directores de la estatal, y de Alberto Yousseff, el doleiro, que es como se conoce a los operadores del mercado ilegal de dólar en Brasil, otros "operadores" empezaron a hablar frente al juez. Uno de ellos ofreció, en su primer interrogatorio, restituir nada menos que 98 millones de dólares desviados de Petrobras.

Con la prisión de ejecutivos de algunas de las principales constructoras brasileñas, el abanico se extendió. Si cuentan lo que saben, las empresas serían legalmente impedidas de trabajar para el poder público (gobiernos municipales, estaduales y, claro, el nacional). O sea: se paralizaría casi todo lo que se construye en el país.

Nadie con plena conciencia ignora que en Brasil contemporáneo la corrupción es algo endémico, que empezó a alzar vuelos más elevados durante la dictadura cívico-militar (1964-1985). Con su obsesión por obras faraónicas, se abrió espacio para que fuesen creadas gigantescas compañías constructoras que pasaron a actuar no sólo en el país, sino por varias regiones del mundo.

Pagar "comisión" es parte de una tradición que viene de lejos y se arrastra por toda obra realizada con recursos públicos. Sin pagar "comisión", dijo uno de los ejecutivos detenidos, nadie logra ser contratado para poner un solo adoquín en una calle brasileña.

La novedad en el caso de Petrobras reside en dos factores: primero, el volumen de dinero desviado; segundo: el esquema fue denunciado. Lo que a esta altura todos se preguntan es: abierta la puerta, ¿cómo impedir que el resto de la historia salte a la calle con todo su enredo y todos sus personajes?

Hasta el momento, la Policía Federal dice haber encontrado, en las oficinas del Yousseff doleiro, documentos que registran 750 obras públicas realizadas en Brasil o en el exterior, pero con financiamiento público brasileño, por 170 constructoras de todos tamaños. Hay otras estatales involucradas y, en este primer momento, la cantidad de dinero llega a 5 mil millones de dólares: poco, frente a lo denunciado en Petrobras. Pero por ser apenas la punta del ovillo, se puede suponer que habrá cantidades asombrosas de dinero desviado.

Surgió una espiral sin fin. Empiezan a adentrar al salón de fiestas los fantasmas que irán a perturbar cada minuto de toda la clase política brasileña. Las vestales opositoras que ahora gritan su indignación seguramente tendrán su hora de la verdad. Y el gobierno, a su vez, corre el riesgo de, más que nunca, ser víctima de los usuales chantajes de los aliados.

El segundo mandato de Dilma empieza formalmente el primero de enero de 2015. Los vientos del infierno, sin embargo, ya empezaron a soplar.

La Jornada de México

HORACIO VERBITSKY, MARA LA MADRID Y MACARENA GELMAN EN LA FIL “Su romance con la palabra está al margen de la ideología”

“Sólo la maravillosa calidad de la poesía deGelman pudo relegar en la consideración pública su obra periodística”, dijo Verbitsky.

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara rindió un merecido homenaje al poeta fallecido este año. Su viuda, su nieta y el periodista y escritor detallaron sus facetas y su lucha, en una charla inevitablemente salpicada de referencias a Ayotzinapa.

Por Silvina Friera

Desde Guadalajara

“Si Juan estuviera aquí, haría lo que vamos a hacer nosotros ahora: hablar de México y los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa”, subrayó Horacio Verbitsky en el homenaje a Juan Gelman realizado en la 28ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) junto a la viuda del poeta, Mara La Madrid, y la nieta, Macarena. “Esperamos que sea el punto de partida del Nunca Más mexicano, como el que hemos logrado dar en la Argentina y que aquí se hace absolutamente imprescindible”, comparó el periodista y escritor. Los tres desplegaron una fotografía de 43 alumnos argentinos del Colegio Nacional de Buenos Aires con la leyenda “con vida los llevaron, con vida los queremos” y las banderas de ambos países. “Sólo la maravillosa calidad de la poesía de Gelman pudo haber relegado a un segundo plano de la consideración pública su obra periodística, que de otro modo luciría con brillo propio para todo el mundo”, planteó Verbitsky sobre el poeta y periodista con quien compartió 50 años de trabajo en distintos medios gráficos de la Argentina, desde la revista Confirmado hasta Página/12.

Verbitsky entrevistó a Mara para un suplemento especial que publicó este diario. “Me contó un diálogo que tuvieron un día antes de la muerte; estuvo lúcido hasta el último instante, supo exactamente lo que estaba sucediendo y miró de frente el momento definitivo de su vida. Cuando ya tenía poca voz, estaba preocupado porque tenía el cierre de la nota semanal de Página/12: ‘No voy a poder escribir la nota’. Mara le dijo que todo no se puede. Y Juan le dijo: ‘¿De qué voy a vivir?’. ‘Casi lo mato’, dijo Mara”, recordó el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). La primera nota que el periodista y poeta publicó desde París fue la cobertura del juicio a Klaus Barbie, “el carnicero de Lyon”, el torturador y asesino del líder de la resistencia francesa, Jean Moulin. A partir de septiembre de 2001 hizo un seguimiento minucioso de la denominada “guerra contra el terrorismo” y todas las atrocidades que en su nombre se cometieron. También escribió sobre la Shoá, sobre la masacre de palestinos en Israel, los asesinatos seriales de (George) Bush y (Barack) Obama en Afganistán e Irak, las dictaduras de Africa y América, “notas con datos duros, más que con juicios de valor”, analizó Verbitsky y comentó que se ocupó también de México, viajó a la selva Lacandona para entrevistar al Subcomandante Marcos; y que escribió artículos sobre pintores, escritores, científicos, cineastas, músicos y actores.

“Al hablar de esos escritores, estaba hablando también de sí mismo. En un artículo sobre Ezra Pound y Céline dice: ‘La ideología de un escritor es sólo una parte de su subjetividad, de su experiencia y su vocación expresiva’”, ejemplificó Verbitsky una idea que está presente en toda la obra de Gelman, sobre todo en la poesía, que nunca fue política en el sentido convencional de la palabra. “Su romance con la palabra está al margen de cualquier ideología. Hablando de Flaubert, lo dice de nuevo de otra manera: ‘Flaubert piensa que todo dogma es espiritualmente falso, llámese religión, progreso, catolicismo o democracia’. Juan nunca se manejó con dogmas ni en el periodismo ni en la poesía; en la política sí fuimos víctimas de algunos dogmas. Y así nos fue”, reconoció el periodista, que se refirió a los proyectos políticos de los cuales se alejó Gelman o lo alejaron porque “no toleraba el sectarismo político ni el ejercicio perverso de la autoridad”.

El autor de Violín y otras cuestiones fue generoso y nunca tuvo gestos mezquinos. “En una página que escribió sobre Borges, a pesar de la adhesión inicial a Pinochet y Videla, antes de que María Kodama le abriera las puertas a una concepción distinta de la realidad argentina, cita algo que dice Borges: ‘Al ser ciego y no leer los diarios, yo era muy ignorante’. Juan toma esto con mucho respeto, sin ninguna actitud sectaria”, destacó Verbitsky, y mencionó que el poeta solía citar también a William Burroughs: “El valor más alto es la fidelidad a un propósito que da sentido a la vida y es lo único que puede oponerse a la nada”.

Desde el asesinato de su hijo Marcelo, la desaparición de su nuera María Claudia García Iruretagoyena y la apropiación de su nieta Macarena, Gelman encaró la búsqueda como una rigurosa investigación periodística. El poeta recibió una información del Vaticano en la que le confirmaron con absoluta precisión que su nieto había nacido, pero no le dijeron si era varón o mujer. En la “Carta abierta a mi nieto” que escribió en 1995 dice que “los dos somos huérfanos de Marcelo” y expresa su perplejidad ante lo que vendrá: “Si arrancarte del hogar que tenías o hablar con tus padres adoptivos para establecer un acuerdo que me permitiera verte y acompañarte, siempre sobre la base de que supieras vos quién eras y de dónde venías”. Verbitsky ponderó que Gelman le dio a su nieta todo el espacio necesario para que ella pudiera integrar las partes que “la represión había desintegrado”. Se lamentó el periodista porque el poeta no llegó a escribir la historia de esta búsqueda que Verbitsky definió como “una tragedia con final feliz”. “Juan tuvo un rol fundamental en el diseño de la estrategia con la que fue acorralando a los líderes políticos uruguayos y a los jefes militares argentinos que trataron de frenar la investigación”, confirmó el autor de los cinco tomos de la Historia política de la Iglesia Católica.

“¿Cómo fueron las primeras pistas que consiguieron? ¿Cómo llegaron a determinar qué había pasado después de ese día de agosto de 1976 en que habían secuestrado a Marcelo y a María Claudia?”, preguntó el periodista. “Más que pistas se produjeron situaciones que nos fueron empujando a hacer”, contestó Mara y evocó la muerte de su hija Marcela en enero de 1995 “asesinada por un cáncer”. “Ese agujero en nuestra vida nos empujó a escribir un libro juntos, Ni el flaco perdón de Dios/ Hijos de desaparecidos con la coincidencia en ese momento de la formación de HIJOS. Cuando estábamos terminando el libro, empezó a aparecer gente, sobre todo alrededor de Juan, que decía ‘mi vecino tiene una hija que podría ser la hija de Marcelo; es igualita a tu nuera’. Nos embarcamos en un caso raro de adopción y resultó que no era”, repasó La Madrid. “Sabíamos a qué campo de concentración los habían llevado por un sobreviviente”, un testimonio encontrado en el archivo de la Conadep.

Macarena, diputada electa por el Frente Amplio que hasta el 2000 ni siquiera sospechaba que no era hija biológica del ex comisario uruguayo Angel Tauriño, continuó con la reconstrucción de la pesquisa en la que tuvieron un papel importante los datos aportados por testigos de la represión como la sobreviviente Sara Méndez. “Surgió la información de que a mi mamá la trasladaron a Uruguay desde el campo Automotores Orletti, un centro de coordinación del Plan Cóndor donde confluían detenidos secuestrados de diferentes nacionalidades”, relató la nieta del poeta y señaló que la última vez que vieron a su madre con vida en Montevideo fue el 12 de diciembre de 1976. Un ex soldado, (Julio César) Barbosa Pla, observó cómo dos militares se llevaban a la beba que fue Macarena en una “canastita” y escuchó que uno decía: “A veces hay que hacer cosas embromadas”.

La Madrid contó que con Juan habían tomado una decisión: “Cualquier pista que apareciera la íbamos a seguir hasta el final”. Paso a paso fueron avanzando en los datos y les confirmaron que el que simulaba ser padre de Macarena era “un alto funcionario de la policía, seguidor de un sector del Partido Colorado”, precisó la viuda del poeta y agregó que Gelman le pidió una entrevista al presidente uruguayo Julio María Sanguinetti. “Siempre supe con Juan que íbamos a conocer la verdad, porque Uruguay es un país chico, con poca población, alguien seguro tenía que saber algo”, reflexionó Mara, y Verbitsky añadió que unos vecinos se comunicaron con una institución de defensa de los derechos humanos y pudieron ubicar a la nieta del poeta. “Yo no supe absolutamente nada hasta que me enteré de todo”, admitió Macarena, que nunca advirtió la campaña iniciada por su abuelo ante la desidia de las autoridades uruguayas. “Mi conocimiento empieza el día que quien fue mi mamá de crianza me dice que había un señor argentino, escritor, que pensaba que yo podía ser su nieta. Y ahí me cuenta que yo no soy hija de ellos. Yo tenía una vida normal, no lo conocía a él como escritor y para mí fue todo nuevo.”

–Quisiste saber y eso fue muy valiente de tu parte –intervino Mara–. Cuando nos conocimos, Maca me preguntó: “¿Ustedes qué seguridad tiene de que soy yo?”. “Un 99 por ciento, para el 1 por ciento que falta te tenés que hacer el ADN”. Y Maca inmediatamente lo hizo.

Macarena tenía 23 años cuando se reunió por primera vez con su abuelo. “Mi identidad no estaba construida sobre cosas sólidas. En algún lugar uno tiene un registro de que hay algo que no cierra –explicó–. Hasta los 14 años no podía dormir sola, tenía miedo y me despertaba llorando; en mis sueños irrumpían hombres armados en mi casa que venían a robar. Sin embargo yo estaba allí, pero ellos no me veían; con los años me di cuenta de que esto tenía un sentido.” La nieta del poeta elogió el respeto que tuvieron tanto Juan como Mara con su vida previa. “Recuerdo las primeras conversaciones y más allá de que las cosas no fueron fáciles, hicimos un enganche inmediato. Me divertía muchísimo con mi abuelo y teníamos una empatía que a lo largo de todos estos años se ha mantenido. Había una consigna de no perder más de lo que ya habíamos perdido –afirmó Macarena–. Hoy puedo decir que se trata de un final feliz y que estaré eternamente agradecida a Mara por su trabajo y su perseverancia. Me faltaron muchos años con mi abuelo, inclusive poder seguir conociéndolo. Saber la verdad vale la pena. Nunca hubiera preferido no saberla. A pesar de todo el dolor y de todas las cosas feas, que también las hubo y las hay, convivo cotidianamente con una historia que sigue incompleta y que yo trato siempre de ir completando.”

Al cerrar la mesa, Verbitsky dijo que todavía falta encontrar los restos de María Claudia. “Estoy seguro de que entre Macarena y Mara van a conseguirlo. Y falta encontrar a los 43 de Ayotzinapa”, concluyó.

07/12/14 Página|12

Elecciones en Uruguay Un fin de ciclo que no llegó Por Walter Mariño | Periodista.

Dos o tres temas centrales de la campaña repiquetearon en los oídos de Luis Alberto Lacalle Pou. A pesar de intentar una campaña “blanda”, por la positiva, el apocalipsis del fin del ciclo populista estaba al alcance de su vista y de su mano. 

Dijeron los medios: la inseguridad es insoportable. Incluso, apostaron a bajar la edad de la imputabilidad y no tuvieron suerte. El logotipo de la campaña, los colibríes, se multiplicó y multiplicaron las voluntades juveniles, incluidas las de los jóvenes de los partidos tradicionales. 

Como todo el mundo sabe, la inflación erosiona las entradas de los más vulnerables. Extraño. Después de haber provocado las crisis más tremendas, los ajustes más perversos, la derecha descubrió la pobreza. 

Dijeron también que la enseñanza se caía a pedazos y que había que revertir ese deterioro. 

En los próximos años, dijeron con voz de augur, no habrá “viento de cola”, los precios de los commodities bajarán y entonces no habrá nada que repartir. 

Inseguridad, inflación, menor crecimiento. Apocalipsis now. 

Sin embargo, ¿ésa era, es, la realidad? ¿Es cierto lo que difunden el diario El País / La Nación, la televisión, las radios, un día y otro también?

Clave oriental. La contundencia de los resultados de la primera vuelta y los de la segunda permitieron ver a la derecha arrastrando los pies hacia el rincón, como un boxeador vencido (esta es una fácil metáfora, pero es la primera que se me ocurrió). Como se repitió en los análisis políticos de una y otra orilla no hubo sorpresas el 30 de noviembre: el Frente Amplio consolidó posiciones y hará un tercer gobierno progresista incluido en un contexto que vale la pena observar. 

Para repasar en la región nada más que los últimos hechos. Los ganadores. Bachelet, en Chile. Evo, en Bolivia. Dilma, en Brasil. Tabaré, en Uruguay. Este es el contexto latinoamericano al cual hay que añadir, por supuesto, la Venezuela de Maduro, el Ecuador de Correa. 

Los resultados parecerían alimentar el anuncio: hay un final de ciclo. ¿Hay un final de ciclo? Los populismos, dicen, no escarmientan. Ya no es el comunismo tan temido. Los socialistas se transformaron en ovejas del sistema. Los cañones apuntan contra los reverdecidos populismos.

Para intentar comprender lo sucedido en Uruguay y en América latina, habría que escuchar al doctor Julio María Sanguinetti (dos veces presidente de la República), quien además de coleccionar sombreros y ser hincha de Peñarol, se caracteriza por acumular frases célebres. Veamos. “Ensoberbecidos por los resultados de octubre, la mayoría del Frente Amplio ‘va por todo’. Es imprescindible que a la mayoría parlamentaria sumen ahora una mayoría ciudadana que sea interpretada como un cheque en blanco para cambiar las bases republicanas y liberales de nuestra Constitución, la que hoy sienten como un corset. Como dijo la senadora Topolansky, ‘hay que pasar al socialismo, lo que requiere otra Constitución’.”

La frase que nos sirve de título, sigue planteando Sanguinetti, “fue dicha por la Dra. Cristina Kirchner luego de su reelección. Embriagada por su formidable éxito electoral, ungida por un 54% de la ciudadanía, no optó por el camino superior de convocar a todo el país para un proyecto nacional sino, por el contrario, ir ‘por todo’, o sea, apañar todo el poder posible. Ya sabemos lo que pasó después con la prensa, con los impuestos, con el dólar, con las empresas favorecidas y las perseguidas. En ese programa absolutista incluyó también la re-reelección, que –felizmente– quedó en el camino”.

El doctor Sanguinetti está enojado. Con Jorge Batlle y Pedro Bordaberry que han sido los enterradores del batllismo, un sector emblemático del Partido Colorado que reunió el 12% de los votos en octubre (la primera vuelta). Ese porcentaje es el más bajo de su historia. ¿Cuántos votantes batllistas podrían contabilizarse en la exigua votación? Nadie lo sabe, pero el resultado provocó la ira de muchos y una sangría de cuadros. Algunos, como legisladores del departamento de Salto, migraron al Frente Amplio. Otros se han reunido, discuten, piensan. La duda es la de siempre: cómo asegurar un sector progresista en el Partido Colorado, cuando los dinosaurios se mantienen al mando.

Amenazadora, la nube de ceniza se acercó al país colorado.

Nadie pierde en las vísperas. El Guapo Larrañaga (y ojo, no es una transgresión, él se hace llamar así) lo mira serio, muy serio, al “windsurfista” Lacalle Pou, que intenta sonreír, pero no puede. Es una foto, pero así aparecen públicamente. Están solos, no llegó Bordaberry al que no pudieron localizar para que ayudara en la última semana de campaña. Ellos querían inaugurar el fin de un ciclo que fuera la aurora de otros días para la derecha en el país y en la región. Por eso, sus bunkers fueron visitados por partidarios del Pro de Macri y por Sergio Massa, políticos argentinos cuya presencia no fue objetada, más bien alentada por los deshilachados equipos de campaña locales.

Pero más que atender a invitados, Lacalle Pou tiene otros temas que encarar. Por ejemplo, sabe que su liderazgo ya empezó a ser cuestionado. ¿Qué ganó hasta ahora el windsurfista? Poco y nada. Una interna.

Sonrientes. Tranquilos, los dirigentes progresistas, ¿izquierdistas?, ¿populistas?, festejan porque el presidente electo los alentó y, además, creen que lo merecen. Y los festejos no son ortodoxos, pautados, acartonados. Nada, después de un día lluvioso, con los servicios meteorológicos anunciando truenos y centellas, después de una campaña agotadora, el Frente juntó entre 80 mil y 90 mil personas en la avenida 18 de julio, con un estrado ubicado frente al monumento al Gaucho y a la Municipalidad, mirando a la plaza Independencia. Hay organización, estructuras partidarias, pero por encima de todo ello, hay ganas de festejar la década ganada a la vida.

“Mirá si esto lo viera Artigas”, me susurra una vieja militante al oído. La avenida está llena de colores rojo, azul y blanco. Hay rachas de viento que hacen tremolar las banderas. Somos un poco sensibleros, nos emocionamos pero otro quiere reafirmar: “En realidad Artigas es todo esto, somos nosotros”.

Relaciones. En la vecindad las relaciones siempre son dignas de atención. Entre la Argentina y Uruguay hay temas pendientes y es bueno no barrerlos debajo de la alfombra. Luis Almagro fue el canciller que ejecutó con mano fina las directivas de Mujica. Los resultados han tenido todos los matices. Sin embargo, el medio vaso vacío sirvió siempre a la derecha para alentar un falso sentimiento nacionalista, algo que Mujica combatió personalmente y por ello lo tratan de traidor y servidor incondicional del gobierno argentino. Ahora Tabaré nombró al ex vicepresidente Nin Novoa, un productor agropecuario, proveniente del Partido Nacional, sin demasiados antecedentes diplomáticos. Algunos medios prevén la inauguración de una nueva etapa. Sin embargo, según las fuentes consultadas en el partido ganador, también para las relacionales internacionales debe tenerse en cuenta que, más allá de las improntas personales, quien ganó las elecciones fue el Frente Amplio. En la concentración y luego de invitar a los uruguayos a que “festejen” dado que “más que nada es una noche de festejo, de festejo del alma”, Vázquez puntualizó que el tercer gobierno frenteamplista no se apartará “ni una coma” del programa de la fuerza política y exhortó a la sociedad a participar del proceso de construcción nacional: “No queremos que nos sigan, queremos que nos acompañen y que nos guíen”.

Lo que vendrá. “La Cancillería sirve para proteger los intereses nacionales fuera de fronteras y haremos lo necesario para concretarlo”, dijo el futuro ministro al periodismo. Respecto de la relación con Argentina, señaló que allí “va a haber un cambio de gobierno y tenemos que renovar nuestros vínculos políticos”.

Y recordó que “Daniel Scioli fue vicepresidente cuando yo fui vicepresidente y tuvimos mucho contacto, conversamos de muchas cosas. Yo no sé quién va a ser el presidente de Argentina y la verdad que no me interesa, yo no me meto en absoluto en esos temas, ese es un lineamiento clarísimo en la Cancillería”, pero señaló que “si es Scioli, obviamente tengo una relación con él, lo conozco. No lo conozco a Massa, ni a ninguno de los otros”.

“Siempre hemos sido muy amistosos con los argentinos”, aunque resaltó que “Argentina a veces ha tomado algunas medidas que son legítimas, pero que son inamistosas para el Uruguay. Nosotros nos solidarizamos con ellos y no les dejamos venir los barcos que vienen de las islas Malvinas y nos perjudicamos. Hay una doble mano, seamos amistosos y si querés que te dé, dame”, dijo Nin Novoa, y aseguró que “hay oportunidad” para mejorar las relaciones.

Molinos. Hubo tiempos en que hombres idealistas luchaban contra los molinos de viento. En las tierras manchegas un Quijote afiebrado cargaba contra gigantes. El Uruguay del Pepe, del Frente Amplio, se sembró de molinos gigantes que generosos ya están brindando la energía que necesita la sociedad para sus emprendimientos, para vivir mejor. En 2015, el 30% de la energía que consumirá el país provendrá de fuentes renovables: represas hidroeléctricas, parques eólicos, biomasa, paneles solares. Dato insólito: el país no tiene una gota de petróleo, siguen buscando, pero hasta la fecha no se encontró nada. Sin embargo, el balance enérgetico es sumamente favorable y provee de energía eléctrica a los países vecinos (Argentina y Brasil). En todo este cambio sustancial, para el presente y para el futuro el rol del Estado es sustancial. Las empresas UTE y Ancap que los militares primero y luego Luis Alberto Lacalle quisieron descuartizar y privatizar, ahora tienen gestión y en asociación con emprendimientos privados que aportan capitales y tecnología llevan adelante la tarea. 

Les planteamos a los dirigentes frenteamplistas si ¿esto es populismo? 

–No lo sabemos.

–¿Es el paraíso? 

–Seguro que no.

–Entonces...

–Es un país mejor que el que teníamos y merece ser vivido.

07/12/14 Miradas al Sur

Derechos Por Daniel Cecchini

Le propongo un ejercicio, Cecchini, me dice Argañaraz. Preste atención, insiste y se pone a leer: “Nilda Garré es una persona que sabemos de dónde viene, que, está bien, tiene un fuerte compromiso con los derechos de los delincuentes. Y yo me ocupo de los derechos de la sociedad”.

¡Epa!, le digo, y quién lo dice…

Sergio Berni, me contesta. Y agrega engolando la voz: el viceministro de Seguridad de la Nación.

Hace una pausa y me lo veo venir: el tipo se muere por deconstruir la frase. La verdad es que cuando se pone así, Argañaraz me irrita, pero como estoy en un día conciliador digo las palabras justas para darle el gusto. Hay tela de sobra para cortar, le digo.

Un montón, se entusiasma. Empecemos por el final, me dice.

Dele nomás, lo animo (a Argañaraz siempre lo trato de usted para no confundirme con él).

Fijesé la diferencia que hace en cuanto a derechos, me dice. Berni dice que Garré defiende los de los delincuentes y él los de la sociedad. Ergo, los delincuentes no forman parte de la sociedad.

O no tienen derechos, lo interrumpo.

Es lo mismo, retruca, como no son parte de la sociedad, no tienen derechos, o por lo menos no los mismos derechos que el resto de los ciudadanos. Y me desafía: ¿A qué le hace acordar? Dígame lo primero que le viene a la memoria…

Y…, le contesto, a la doctrina de seguridad nacional.

Exacto, me dice, hay un enemigo ajeno al cuerpo social, que se infiltra malignamente en él y busca destruirlo. 

Tal cual…, empiezo a decirle pero me corta.

Entonces vea cómo se resignifica el comienzo de la frase…

¿A ver?, le pregunto.

Fijesé, me dice. Garré defiende los derechos de los delincuentes porque, Berni dixit, “sabemos de dónde viene”. Garré, en los ’70, militó en Montoneros, es decir, era una “delincuente subversiva”, por eso defiende los derechos de los delincuentes. Y los delincuentes,“subversivos” o de los otros, no tienen derechos. Bueno, ya sabemos lo que hizo el Estado con ellos.

Me parece que está forzando un poco las cosas, Argañaraz, le digo, por ahí fue una chicana política, o un exabrupto del teniente coronel.

Claro, Cecchini, no me joda, ¿por qué no me dice también que fue un “exceso”?

07/12/14 Miradas al Sur

 

Nada más y nada menos que un año

La presidenta entra en los últimos doce meses de su gestión con una intensidad que desafía la teoría del pato rengo.

Por Hernán Dearriba

La Argentina empezará a recorrer a partir del miércoles el último año de la presidencia de Cristina Fernández. La presidenta inicia el tránsito final de su mandato con un capital político de relevancia: las encuestas la ubican con un grado de aceptación superior al 40% pese al desgaste natural de siete años en la Casa Rosada, y una intensidad de gestión que desafía abiertamente la teoría del pato rengo. 

El caudal de leyes que recorrió en los últimos meses el tránsito parlamentario es prueba de ello. Esta misma semana se transformó en ley el nuevo Código Procesal Penal que cambia de plano el funcionamiento de la justicia y espera para su sanción definitiva el proyecto Argentina Digital, que regula el funcionamiento del sector de las telecomunicaciones. Pero antes pasaron, por ejemplo, las leyes de defensa del consumidor.

Se trata de iniciativas de peso que dejarán una huella profunda en la sociedad argentina. De hecho, a un lado y otro del mostrador reconocen que buena parte de los movimientos espectaculares que tuvieron su origen en los tribunales en las últimas semanas fueron impulsados por la reforma del Código Procesal que precisamente recorta el poder de los jueces federales.

El Consejo de la Magistratura sancionó esta semana al juez Claudio Bonadio con una quita del 30% de su sueldo. Por esa decisión, Adrián Bastianes, precandidato a jefe de gobierno porteño por el partido Voz Ciudadana, denunció penalmente a los consejeros por "asociación ilícita". La denuncia recayó por sorteo en el juzgado del propio Bonadio que deberá excusarse. Pero más allá de la nota de color, el episodio sirve de ejemplo para entender hasta qué punto algunos sectores de la oposición han decidido apelar a la justicia para intentar torcer una historia que se les presenta complicada en la captación de la voluntad popular. Pretender que un organismo de la Constitución que juzga a los jueces sobre la base de reglamentos es una asociación ilícita es una muestra clara de la sensación de impotencia y desesperación que recorre algunos escritorios. 

En el oficialismo denuncian que hay una embestida de un sector de la justicia contra el gobierno. Es de esperar que en los próximos días haya más novedades de esta novela. 

La intensidad de la gestión tiene también su contraparte económica. El Ministerio de Economía sorprendió esta semana con el anuncio de que el Estado cancelará de manera anticipada el vencimiento del Boden 2015, que operaba en octubre del año próximo. La decisión fue bien recibida por el mercado que encuentra en el asunto un negocio interesante ya que la tasa de interés que se ofrecerá por el nuevo bono es atractiva. 

La movida sirve para limpiar el horizonte de vencimientos de la deuda en 2015 y, por sobre todas las cosas, les resta argumentos a quienes afirmaban que la importante carga en esa materia que debía afrontar la Argentina el año próximo hacía imprescindible un acuerdo a cualquier precio con los fondos buitre.

El Estado debería pagar unos 6500 millones de dólares el año próximo por el Boden 2015, prácticamente la mitad de todos los vencimientos del período. Si una parte importante de tenedores de esos bonos aceptan la propuesta argentina de cobrar por anticipado, o tomar a cambio el Boden 2024, la necesidad de dólares para hacer efectivos los pagos será significativamente menor. 

En esa línea, hay que considerar que se espera en breve un nuevo desembolso del acuerdo con el Banco Central de China, por el que podrían ingresar 1000 millones de dólares adicionales a las reservas del Banco Central, mientras siguen las negociaciones con Rusia para rubricar un acuerdo parecido. Otra fuente de financiamiento será la licitación de 4G. Con esa suma, tanto en Economía como en el Banco Central esperan poder transitar el verano holgadamente, hasta llegar al nuevo período fuerte de liquidación de divisas producto de la exportación de cereales, cuando arranque el segundo trimestre.

Mientras tanto, el virtual congelamiento del dólar oficial en torno a 8,50 pesos, empezó a trabajar como ancla para la inflación. El economista Miguel Bein estimó esta semana que la evolución promedio de los precios será del 24% para este año, bien lejos del 41% que inflan las consultoras privadas en el llamado "índice Congreso". El presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, sostuvo ayer que "la inflación no es del 24%, pero es exagerado hablar de un 40 por ciento". Más allá de la cuestión numérica, hay coincidencia entre los analistas de que la inflación se está desacelerando, seguramente en alguna medida producto del impacto de la caída en la actividad económica.

Fue en la Conferencia Anual de la UIA donde Cristina Fernández anunció a principios de semana la decisión de que el medio aguinaldo de diciembre no tributará el impuesto a las Ganancias para los salarios de hasta 35 mil pesos. La medida sirvió para desactivar un paro de los trabajadores del transporte en puerta, al que se había sumado la CGT opositora que conduce Hugo Moyano. 

El socio de Moyano, Luis Barrionuevo, fue el principal impulsor de continuar con el paro pese a la decisión oficial. El líder de los gastronómicos tuvo una semana intensa que incluyó una foto con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, en lo que fue interpretado como el alejamiento definitivo del renovador Sergio Massa, con el que había coqueteado en tiempos mejores del tigrense.

La intensidad del Gobierno tiene a mal traer a la oposición. Massa intentó volver al ruedo con duros cuestionamientos a un fallo judicial que ordena pagar aguinaldo y vacaciones a los detenidos que trabajen en prisión. "Lo único que falta es que se los indemnice cuando salen de la cárcel", se quejó Massa y pidió que trabajen para indemnizar a las víctimas. El problema para el ex intendente de Tigre, es que eso ya pasa: el 10% del salario se destina para indemnizar por daños y perjuicios causados por el delito. El renovador ha decidido claramente radicalizar su campaña, a contramano de lo que propone Macri, que busca mostrarse más moderado.

El jefe de Gobierno se mostró con Elisa Carrió en una cena de beneficencia organizada por Gabriela Michetti, que aspira a suceder a Macri. Lilita insistió entonces con la necesidad de abroquelar a la oposición para ganarle al kirchnerismo. Ayer mismo anunció que se postulará como candidata al Parlasur, el parlamento del Mercosur, con el único objetivo de ganarle a Cristina Fernández.

Lo gracioso del asunto es que la presidenta nunca confirmó esa candidatura al parlamento regional. Pero media oposición ya denunció que se trata de una estrategia para obtener fueros que la amparen de las seguras condenas judiciales que le esperan. La estrategia de Lilita parece salida de un guión de Les Luthiers y no hay dudas de que son actitudes como esas las que ubican a Carrió entre los políticos con imagen negativa más alta de la Argentina según una encuesta de Ricardo Rouvier que se publica en la edición de hoy. 

El próximo sábado el kirchnerismo reunirá seguramente una multitud en la Plaza de Mayo en la ya tradicional fiesta de la democracia de cada diciembre que marcará precisamente el ingreso en el último año de gestión de la presidenta. 

El oficialismo no definió todavía quién será su candidato y si bien por ahora perdura la idea de dirimir el asunto en las PASO, son cada vez más las voces que se preguntan si es conveniente presentar más de dos candidatos, particularmente si Massa y Macri –como parece– no tendrán rival interno en las primarias. Hay tiempo para esas definiciones. 

Mientras tanto, lo que queda claro, es que Cristina Fernández tiene la decisión de gobernar hasta el último día con la impronta de profundizar la construcción de derechos. Le queda un año, nada más y nada menos.

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La peor de todos Carrió es la precandidata con mayor imagen negativa nacional


La diputada de la Coalición Cívica es una de las dirigentes con más alto nivel de conocimiento en el electorado pero suma un 52,2 por ciento de percepción adversa entre los votantes.

Por Demián Verduga

La diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió tuvo una parábola singular en las últimas dos elecciones. En 2011, cuando se presentó a la presidencia, sacó el 2% de los votos a nivel nacional. Dos años después, en las parlamentarias 2013, Lilita resurgió como el Ave Fénix, en el distrito en el que conserva su principal caudal electoral, la Ciudad de Buenos Aires. Se alzó con el 32% de los sufragios en la categoría de diputados, quedando a sólo dos puntos del PRO, que ganó en el distrito.

Esta recuperación pareciera quedar circunscripta al particular electorado capitalino y no trasladarse a la imagen de la diputada. Su hábito de eterna ruptura, que en las últimas semanas volvió con su renuncia a la coalición política que ella misma había ayudado a fundar meses atrás, el Frente Amplio UNEN (FAU), parece tener sus costos. Cabe recordar que Lilita reiteró con el FAU el modus operandi que había tenido con el Acuerdo Cívico y Social, en 2009, y antes, con la Coalición Cívica-ARI. Trabajó para hilvanar un frente con varias fuerzas y poco después de las elecciones lo dinamitó.

Toda esta introducción es para ir al punto: en la última encuesta de la consultora Ricardo Rouvier y Asociados, en la que entre otras cosas se midió imagen de varios dirigentes políticos a nivel nacional, Carrió logró un primer puesto que no es para envidiar. Obtuvo el mayor nivel de imagen negativa entre los dirigentes que aparecieron en la encuesta. Tiene 52,2% de percepción adversa contra un 37 a favor y un 10 que no se pronunció. A modo de comparación, Daniel Scioli obtuvo 64,7 de imagen positiva contra un 23,8 de negativa; Mauricio Macri un 56,1 a favor y un 35 en contra; y el diputado radical Ricardo Alfonsín, uno de los ex aliados de Carrió, 54,1 de percepción favorable y 34,7 en contra. Nada es gratis.

LA CONOCEN TODOS. El dato clave que le juega en contra a la diputada de la Coalición Cívica, que esta semana se fotografió divertida con Gabriela Michetti y Mauricio Macri alimentando la idea de un acuerdo con el PRO, es la relación entre su imagen negativa y el alto nivel de conocimiento que logra en el electorado. Entre los encuestadores circula una máxima según la cual aquel dirigente que es conocido por casi todos los votantes y reúne una percepción negativa por encima del 50% está en las peores condiciones para disputar una elección, sobre todo si se trata de una presidencial. En el caso de Lilita, el "no sabe, no contesta" que suele incluir, entre otras cuestiones, el nivel de desconocimiento del votante sobre el candidato, suma sólo un 10,7%.

La propia Carrió parece tener claro que, de presentar una candidatura presidencial, su performance podría volver al histórico 2% que logró en 2011. Acaso por eso, sus últimos movimientos la muestran más cerca del rol de armadora política (o desarmadora, según el punto de vista desde el que se evalúe) que trajinando calles en una campaña con final cantado.
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