lunes, 1 de diciembre de 2014

29 de Noviembre de 2014 Guerra sin cuartel en Ucrania

La OTAN está enviando enormes cargamentos de armas a la Junta de Gobierno de Kiev para debilitar la posición de las milicias prorrusas.

Guerra sin cuartel en Ucrania
Tensión. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, redobla la ofensiva contra Moscu.
Hay signos evidentes que indican la inminencia del estallido de una gran guerra en Ucrania. Una guerra promovida activamente por los países de la OTAN con el apoyo de sus aliados y clientes en Asia (Japón) y Oriente Próximo (Arabia Saudí). Estará caracterizada por una ofensiva militar a gran escala contra la región suroriental de Dombas –donde se sitúan las repúblicas populares ucranio-rusas de Donets y Lugansk, de aspiraciones separatistas– con la intención de deponer al gobierno elegido democráticamente, desarmar a las milicias populares y acabar con los guerrilleros de la resistencia y su base ciudadana, desmantelando a las organizaciones populares representativas y participando en la limpieza étnica de millones de ciudadanos bilingües ucranio-rusos. El próximo ataque militar de la OTAN a la región de Dombas es una continuación y una extensión del golpe de Estado violento de Kiev, que derrocó en febrero de este año al gobierno electo.
La junta de Kiev y sus gobernantes clientelares recientemente “elegidos”, así como sus patrocinadores de la OTAN, están resueltos a llevar adelante una gran purga con tal de consolidar el gobierno dictatorial del títere Poroshenko. Las recientes elecciones patrocinadas por la OTAN excluyeron la participación de varios de los partidos políticos que tradicionalmente habían apoyado a las grandes poblaciones minoritarias del país y fueron boicoteadas en la región de Dombas. Esta farsa electoral de Kiev sentó las bases para el siguiente movimiento de la OTAN, que tiene como objetivo convertir a Ucrania en una gigantesca base militar multifuncional de Estados Unidos, para poder llegar al corazón de Rusia y servir como una nueva colonia del capital alemán, suministrando a Berlín cereales y materias primas y sirviendo de mercado cautivo para los bienes manufacturados alemanes.
Occidente está siendo barrido por una fiebre bélica y las consecuencias de esta locura se agravan con el paso de las horas.
El redoble oficial de guerra, iniciado por la junta de Kiev y sus milicias fascistas, resuena a diario en todos los medios de comunicación occidentales. Los principales creadores de propaganda y los portavoces de los gobiernos publican o anuncian nuevos relatos manipulados sobre el aumento de las amenazas militares rusas a sus vecinos y las incursiones transfronterizas en Ucrania. Se “informa” de nuevas incursiones rusas desde las fronteras nórdicas y los estados bálticos al Cáucaso. El gobierno sueco contribuye a aumentar el nivel de histeria al hablar de un misterioso submarino “ruso” cerca de la costa de Estocolmo, sin llegar a identificarlo o localizarlo (ni, por supuesto, a confirmar su “observación”). Estonia y Lituania afirman que aviones militares rusos han violado su espacio aéreo, aunque tampoco llegan a confirmar la noticia. Polonia expulsa a “espías rusos”, sin pruebas ni testigos. Al mismo tiempo, los ejércitos de estados clientelares de la OTAN desarrollan ejercicios militares conjuntos a gran escala a lo largo de las fronteras rusas, en los países bálticos, Polonia, Rumania y Ucrania.
La OTAN está enviando enormes cargamentos de armas a la junta de Kiev, así como asesores de las “fuerzas especiales” y expertos en contrainsurgencia, en anticipación de un ataque a gran escala contra los rebeldes de Dombas.
El régimen de Kiev nunca ha llegado a cumplir en alto el fuego acordado en Minsk. Según la oficina del Derechos Humanos de la ONU, un promedio de 13 personas –civiles en su mayoría– han muerto cada día desde la firma del alto el fuego de septiembre. Los informes de la ONU hablan de 957 personas asesinadas en ocho semanas, la inmensa mayoría de ellas por las fuerzas armadas de Kiev.
Por su parte, el régimen de Kiev ha suprimido todos los servicios públicos y sociales básicos a las “Repúblicas Populares”, incluyendo la electricidad, el combustible, las pensiones, los suministros médicos y los salarios a funcionarios, profesores, personal sanitario y trabajadores municipales, además de bloquear la banca y el transporte.
La estrategia consiste en estrangular aún más la economía, destruir la infraestructura y forzar a un éxodo masivo de refugiados desde las ciudades densamente pobladas de la frontera hacia Rusia, para luego lanzar ataques masivos, con misiles y artillería, por tierra y aire contra los centros urbanos y las bases rebeldes.
La junta de Kiev ha dispuesto una movilización total en las regiones occidentales, acompañada de furiosas campañas de adoctrinamiento contra los rusos y los ortodoxos del este, destinadas a atraer a los matones más violentos de la extrema derecha chovinista e incorporar brigadas militares filonazis a las tropas de choque de vanguardia. La utilización cínica de milicias fascistas irregulares “liberará” a la OTAN y a Alemania de cualquier responsabilidad por el terror y las atrocidades inevitables de la campaña. Este sistema de “denegación verosímil” reproduce las tácticas de los nazis alemanes, cuyas hordas de ucranianos fascistas y croatas de la Ustacha fueron notorias durante sus campañas de limpieza étnica.
Con el fin de aislar y debilitar la resistencia en Dombas y garantizar la victoria de los inminentes bombardeos del ejército ucraniano, la Unión Europea y Estados Unidos están intensificando sus presiones económicas, militares y diplomáticas sobre Rusia para que esta abandone a las recientes democracias populares de la región sudeste de Ucrania, que tienen en Moscú a su principal aliado.
La escalada de sanciones económicas contra Rusia está diseñada para debilitar la capacidad de la resistencia de Dombas de defender sus hogares, pueblos y ciudades. Cada uno de los envíos de suministros médicos básicos y de alimentos que realiza Rusia a la población sitiada crea nuevos estallidos de histeria, porque contrarrestan la estrategia de la OTAN destinada a matar de hambre a los partisanos y a su base popular para obligarles a someterse a o provocar un éxodo en busca de la seguridad tras la frontera rusa.

29 de Noviembre de 2014 Lo que gatilla Ferguson

Además de la evidente segregación racial, la absolución del agente Wilson en Wisconsin pone de relieve la supremacía de la policía por sobre la sociedad civil.

Lo que gatilla Ferguson
Protestas. El grito de la comunidad afroamericana se extendió de costa a costa.
El agente Darren Wilson subió el volumen de su radio policial para chequear con más precisión el dato del robo a un supermercado ubicado en el barrio de Ferguson que estaba patrullando el último 9 de agosto. A los minutos, Darren observó caminar de forma presurosa a un masculino negro y no se lo pensó dos veces. Obsesionado con su sospechoso, Darren tuvo un brote de insistencia laboral y  gatilló doce veces para detener la marcha del joven afroamericano Michael Brown. El policía de Missouri desistió de sobrepasar la docena de disparos cuando comprobó a la distancia el derrumbe estrepitoso del adolescente al tiempo que su último proyectil abría la parte superior de la cabeza de Brown como si fuese la corteza de una fruta madura. Wilson caminó unos pasos, dio vuelta el cuerpo de Brown, que yacía pesado y aún caliente sobre el asfalto, abrió su mano izquierda y comprobó que se había equivocado: Michael no portaba un arma, entre sus dedos aferraba un paquete de cigarrillos, ya todo estrujado y manchado de sangre color fresa. En ese momento, el uniformado de Ferguson, menor de 30 años, blanco al igual que todos sus colegas, el pelo rubio como los copos de cereal pálidos de su breakfast cotidiano, pasó el informe a sus superiores pero, seguramente, no se hizo grandes remordimientos por haberse equivocado en su procedimiento. Esta semana, un Jurado de la región no sólo liberó de culpa y cargo a Wilson; además de comprobar la inalterable segregación racial vigente en la curva final de la era Obama y activar las protestas más fuertes de la comunidad afroamericana de la última década, el fallo del Poder Judicial de Missouri puso de relieve la supremacía de las fuerzas policiales por sobre la sociedad civil en los Estados Unidos.
La reconversión de los policías norteamericanos en robocops urbanos comenzó en los años noventa, durante la presidencia del halcón George Bush. En ese momento, las políticas de seguridad macro del Pentágono terminó armando a los uniformados estadounidenses como si estuviesen librando en las calles de Nueva York o California una lucha cuerpo a cuerpo contras las milicias fundamentalistas de Medio Oriente. En principio, los asesores NeoCom convencieron a Bush padre que los agentes policiales no podían ser sobrepasados en su poder de fuego por los cárteles de la droga locales. Además, el Departamento de Defensa terminó concluyendo que las fuerzas policiales podían ser una buena recepción de toda la logística de guerra que ya no servía para apertrechar a los marines estadounidenses en sus misiones externas. De esa manera, la Casa Blanca comenzó a tunear al agente de calle, que comenzó a patrullar los vecindarios con el porte y la coraza de un soldado de guerra. “El gobierno federal otorgó, en su momento, a los departamentos locales de policía acceso a millones de dólares para el combate a las drogas. Además, a comienzos de los noventa, el Congreso autorizó al Departamento de Defensa para que básicamente le diera a la policía local el acceso a su arsenal militar. Los vecindarios no son zonas de guerra y no creemos que los agentes de policía deban tratar a la gente que vive en las comunidades como enemigos de guerra”, contextualiza y aduce la activista legal Kara Dansky, autora del informe “War comes home” (“La guerra llega a casa”) de la organización Unión Americana de Libertades Civiles.
Darren Wilson aseguró esta semana en un reportaje televisivo que “tiene la conciencia tranquila”. Seguramente, Darren también tiene su espalda tranquila ya que la Guardia Nacional movilizó estos días los reconocidos vehículos militares multipropósito Humvee, muy utilizados por el Pentágono en las guerras de Irak y Afganistán, para cercar las principales arterías de Ferguson y así cerrar el paso a las fuertes movilizaciones callejeras que piden “justicia” por el caso Brown. Darren se siente tranquilo. Además, previo a la sentencia, Wilson sabía que un fallo de la Corte Suprema de Justicia del año 1989 beneficia a los agentes en los denominados casos de gatillo fácil porque, según los supremos norteamericanos, los Tribunales de Estados Unidos deben contemplar el uso de la fuerza policial según la “perspectiva de un oficial racional en la escena”. Por si fuera poco, a la militarización de la fuerza policial y al blindaje jurídico otorgado por la Corte, Darren contaba con un hecho a favor durante el juicio. El Fiscal del Condado de San Louis, Bob McCulloch, es hijo de un policía muerto en servicio en un tiroteo cruzado contra un sospecho afroamericano. Además, el hermano, el tío y el primo del hombre encargado de administrar el proceso acusatorio contra Wilson también portan chapa y andan en patrullero. El fallo estaba escrito en el aire de Ferguson antes de ser leído por el gran jurado. De ahí la bronca popular. Como afirma cáusticamente Vince Warren, director ejecutivo del Centro para los Derechos Constitucionales, en declaraciones al portal informativo Democracy Now: “Hay que reconocerlo, la absolución de Wilson abrió oficialmente la temporada de caza de negros para las fuerzas policiales”.

El impacto en los medios El caso Brown en la prensa de EE.UU.

*“Aunque muchos dicen que la decisión puede tener que ver con la raza, es más probable que Wilson no afronte cargos porque los tribunales han restringido las leyes que responsabilizan a los policías de uso excesivo de la fuerza. A menos que los tribunales cambien y se ocupen de las deficiencias en el entrenamiento y la supervisión de la policía, a menos que dejen de mirar para otro lado ante la conducta policial, a menos que se ocupen de estos asuntos como se supone que deben hacer cuando existe desde hace décadas un estatuto de derechos civiles, habrá más Fergusons.” Nancy Gertner, en The Boston Globe.
*“Ferguson debe ser visto como un espejo para toda América. En todas las comunidades de este país hay negros y morenos que son considerados peligrosos y culpables. Y esto pasa en las escuelas, donde sufren mayores tasas de suspensos y expulsiones, y pasa en los grandes almacenes, y en las calles. Y esa carga de ser presuntamente peligroso y culpable es extremadamente frustrante.” Bryan Stevenson,  abogado, en declaraciones al canal Democracy Now.
*“Estaba escrito en las paredes, y en los cuerpos de los que han protestado pidiendo justicia. Nadie con quien hablé en Ferguson creía que fuera haber condena. Incluso, con si Wilson hubiera habido condena, la justicia real no habría llegado a Ferguson, San Luis, Missori o América. Sólo una justicia que valore la vida de los negros es capaz de eso. Los que protestan en Ferguson no deberían calmarse, como han sido advertidos por todo el mundo, empezando por el presidente. Michael Brown no necesita calma. Los chicos y chicas negros que crecen en América necesitan que se respeten sus vidas. Necesitan justicia.” Mychal Denzel Smith, en The Nation.
*“La población debe tener garantías de que se tomarán medidas para prevenir el uso innecesario de la fuerza. Las acciones que se emprendan para imponer la ley en los próximos días serán absolutamente críticas para generar la necesaria confianza en que se ha aprendido la lección. Amnistía Internacional, y de hecho el mundo, estarán observando.” Steven W. Hawkins, director ejecutivo de Amnistía Internacional para Estados Unidos.
*“Casi tan importante como las particularidades de este caso es el marco general, y es inquietante. Las estadísticas del FBI muestran que la policía disparó a matar en más ocasiones –461– el año pasado que en ningún otro momento en las dos décadas pasadas. Esa cifra es probablemente baja, porque no todos los departamentos de policía informan de muertes producidas por ellos mismos, pero datos no oficiales apoyan la creencia general de que muy, muy pocos agentes –menos del 2%, según un informe– son acusados de disparar y matar a alguien.” Editorial del USA Today
*“La policía debería reunir mucha más información, en  forma de pruebas que deberían ser recogidas mediante cámaras corporales, unos utensilios que deberían estar mucho más arriba que los chalecos antibalas o los vehículos blindados en la lista de artículos que el gobierno federal pide que utilicStephen Stromberg, miembro del equipo editorial de The en los departamentos de policía locales.”Washington Post.

MULTITUDINARIO PLENARIO NACIONAL DE SALUD

El sábado 29 de noviembre, más de 3000 militantes de todo el país participaron del Plenario Nacional de Salud de Unidos y Organizados que, bajo el lema “El camino hacia […]
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El sábado 29 de noviembre, más de 3000 militantes de todo el país participaron del Plenario Nacional de Salud de Unidos y Organizados que, bajo el lema “El camino hacia la transformación sanitaria en el Proyecto Nacional y Popular, se realizó en el Espacio para la Promoción y los Derechos Humanos (ex Esma).
El encuentro arrancó con la emotiva entonación del himno nacional y contó con la presencia de miles de militantes, dirigentes, funcionarios, personal de salud y autoridades de distintas provincias del país que se reunieron con el fin de continuar profundizando el proyecto de inclusión social conducido por la compañera Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y considera a la salud como un derecho fundamental y una política de Estado. Es por eso que, durante la jornada que duró todo el día, los participantes se distribuyeron en seis mesas en donde se discutieron los grandes desafíos del campo de la salud para los próximos años. El fortalecimiento del primer nivel de atención, la política nacional de medicamentos, el sistema de residencias y la formación de recursos humanos, entre otras cosas.
Durante la tarde, dirigieron sus palabras a los militantes numerosos compañeros como el Secretario General de La Cámpora  y diputado nacional, Andrés  “Cuervo” Larroque; la Ministra de Desarrollo Social y referente de Kolina, Alicia Kirchner; los referentes de La Cámpora, Mariano Recalde (presidente de Aerolíneas Argentinas) y Juan Cabandié (legislador de la Ciudad), Edgardo Depetri (Frente Transversal), Adrián Grana de Nuevo Encuentro, Arnaldo Medina, el Viceministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, el director de la Región Sanitaria XI  -Movimiento Evita,  Nery Funes y la Senadora Provincial de Nuevo Encuentro, Mónica Macha.
Alicia Kirchner se dirigió a los presentes y aseguró: “Algunos se creen que en una década se puede ganar todo lo que merecen los argentinos, y la verdad es que nos falta mucho y vamos a seguir trabajando en este proyecto nacional y popular con toda la fuerza”. Y llamó a seguir organizándose, asegurando que “hay  que trabajar sobre la salud en cada lugar. Hay que fortalecer la atención primaria. Es necesario que nuestros hospitales den respuestas y  trabajar sobre la violencia que trae serios problemas de salud”.
Por su parte, Andrés “el Cuervo” Larroque subrayó fuertemente la diferencia entre las lógicas del Estado y el mercado convocando a apoyar a la democracia y explicó que es ésta “la pelea que estamos dando nosotros y para eso necesitamos más fuerza política”.
“Nosotros Llegamos a tener este tipo de discusión porque hemos avanzado en la batalla cultural. Cuando Néstor hablaba en Parque Norte, nosotros recién estábamos sentando las bases de la gestión y de la construcción de una fuerza política. Hoy hemos pasado a otro tipo de discusión, una discusión cultural que nos permite ir más allá y redefinir qué patrones de sociedad queremos. Antes queríamos que la gente consuma y ahora podemos discutir qué tipo de consumo queremos y qué tipo de salud queremos. Estamos avanzando en otro tipo de discusiones”, concluyó Larroque.
Recalde comenzó su discurso diciendo que “el proyecto kirchnerista goza de buena salud” e hizo hincapié en la importancia estratégica de este tipo de encuentros para la profundización del proyecto nacional y popular. Aseguró a su vez que “al mismo tiempo que vamos ganando presencia territorial y vamos construyendo organización en cada uno de los rincones de la patria tenemos que seguir avanzando en la formación de cuadros técnicos, la organización de las propuestas para lo que se viene y la elaboración de aquellos proyectos que nos permitan seguir profundizando. Con la militancia vamos a seguir manteniendo el gobierno nacional y popular  y con los cuadros técnicos vamos a contribuir a la profundización de los cambios. Sigamos por ese camino.”
Cabandié hizo referencia a los avances en materia de salud  y dijo que “a la a salud hay que entenderla integralmente: como la medicina, pero también como la posibilidad de tener agua potable, cloacas, para que nuestro pueblo pueda vivir mejor en cada lugar”. Y agregó: “Esta tarea épica que nosotros tenemos que llevar a cabo es para institucionalizar en la Argentina los avances que ha tenido nuestro pueblo y que ha logrado Néstor Kirchner y la presidenta en este tiempo”.
Asimismo, el militante y subsecretario de Medicina Comunitaria, Maternidad e Infancia de la Nación, Nicolas Kreplak, a cargo de una de las comisiones de debate, aseguró que este plenario es “el corolario de un trabajo muy importante llevado a cabo durante todo el año en el que se recorrió todas las provincias del país y se discutió con los compañeros y los equipos de saludal respecto de cómo estamos en la materia y cuáles son las líneas rectoras en las que tenemos que avanzar en los próximos 20 años de proyecto nacional y popular”.
También estuvieron presentes en el encuentro los diputados Juan Diaz Roig, Carolina Gaillard y Gabriela Alegre. Los viceministros de Salud de la Nación Daniel Gollan y Eduardo Bustos Villar, los ministros de Salud de Santiago del Estero, Luis Martinez y de Catamarca, Noemí Villagra, además de la presencia de secretarios y subsecretarios de distintos distritos.