sábado, 1 de noviembre de 2014
Sólo se aceptarán peritajes de argentinos, advierten familiares La vida de nuestros hijos no es negociable, dijeron el miércoles al Presidente
La vida de nuestros hijos no es negociable, dijeron el miércoles al Presidente
Más de 5 mil personas, encabezadas por los padres de los normalistas desaparecidos, marcharon ayer en Tixtla, Guerrero, para exigir la aparición con vida de los 43 alumnos de la normal de Ayotzinapa. Foto Lenin Ocampo Torres
Por Sergio Ocampo y Rubicela Morelos
La Jornada, México
Los padres de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa desaparecidos sólo reconocerán como válidos los resultados que los antropólogos argentinos presenten de los análisis que realizan a los cadáveres hallados en fosas clandestinas, advirtió el orador Felipe de Jesús en un mitin celebrado en esta ciudad.
Ayer al mediodía más de 5 mil personas, entre padres de desaparecidos, afiliados a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, labriegos y civiles marcharon para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes.
En el mitin, en nombre de los maestros de la zona 8 –que comprende Apango y Tixtla–, un orador recordó que de estos municipios son 17 de los 43 ausentes y "regresaremos a las aulas hasta que regresen los jóvenes".
Hizo un reconocimiento a los estudiantes de Ayotzinapa que el año pasado, durante la inundación de la laguna de Tixtla, apoyaron a la población. "¿Quién no recuerda a esas cabecitas pelonas ayudando a sacar el agua de las casas?", preguntó.
Osorio se equivocó
El profesor recordó que cuando el actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fue gobernador de Hidalgo desapareció la Normal de El Mexe, "pero se equivocó, porque Tixtla no es Hidalgo y Ayotzinapa no es El Mexe".
En tanto, Felipe de Jesús, en nombre de los padres de los estudiantes desaparecidos, agradeció al pueblo de México por exigir la presentación con vida de los alumnos y denunció que el gobierno federal pretende cerrar el caso, pero "no vamos a descansar hasta que aparezcan vivos nuestros 43 hijos".
Recordó que durante la plática que los paterfamilias sostuvieron el miércoles con el presidente Enrique Peña Nieto, reclamaron que a sus hijos sólo los busquen en fosas clandestinas y exigieron que no haya "más simulacros" como ese "porque sabemos que nuestros hijos están vivos".
En tono irónico, Felipe de Jesús dijo que "ya se pasaron del número de 43 los cuerpos hallados; incluso el procurador (Jesús Murillo Karam) dijo que ya había 56 detenidos, pero que les faltaba uno".
Descartó que los estudiantes hayan ido en el mismo camión con gente armada del grupo delictivo Los Rojos. "Conocemos a nuestros hijos y tenemos información de que fueron a Iguala a recabar recursos para participar en la marcha del 2 de octubre en la ciudad de México".
Explicó que Peña Nieto les dijo que siente dolor, igual que ellos, y que incluso no duerme, y "nosotros le dijimos que llevamos más de 30 días de no verlos".
Destacó que advirtieron al jefe del Ejecutivo federal que la vida de sus hijos no es negociable y que "si no puede con el paquete, que renuncie. (Él) nos pidió que le diéramos un mínimo de confianza y respondimos que la confianza se gana con hechos".
Marcha en Chilpancingo
Alrededor de mil estudiantes y maestros de Ciencias Químicas y de Economía de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) marcharon en Chilpancingo en demanda de la presentación de los 43 normalistas.
Arquímides Morales Carranza, quien estuvo al frente de la rectoría en el bienio 1973-1975, recordó que en esa época desaparecieron unos 80 universitarios y "por eso nos preocupaba que mejor en otros estados hubiera movilizaciones y no en la UAG"
También en las preparatorias uno y 9 de la UAG, estudiantes y maestros cerraron las instalaciones en solidaridad con la Normal Rural de Ayotzinapa y colocaron 43 butacas sobre la avenida Juárez, reclamando el regreso de los estudiantes.
También hubo actividades de apoyo en Ciudad Universitaria, donde se ubica la mayoría de las escuelas superiores de la UAG.
Las Jornada, México
Más de 5 mil personas, encabezadas por los padres de los normalistas desaparecidos, marcharon ayer en Tixtla, Guerrero, para exigir la aparición con vida de los 43 alumnos de la normal de Ayotzinapa. Foto Lenin Ocampo Torres
Por Sergio Ocampo y Rubicela Morelos
La Jornada, México
Los padres de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa desaparecidos sólo reconocerán como válidos los resultados que los antropólogos argentinos presenten de los análisis que realizan a los cadáveres hallados en fosas clandestinas, advirtió el orador Felipe de Jesús en un mitin celebrado en esta ciudad.
Ayer al mediodía más de 5 mil personas, entre padres de desaparecidos, afiliados a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, labriegos y civiles marcharon para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes.
En el mitin, en nombre de los maestros de la zona 8 –que comprende Apango y Tixtla–, un orador recordó que de estos municipios son 17 de los 43 ausentes y "regresaremos a las aulas hasta que regresen los jóvenes".
Hizo un reconocimiento a los estudiantes de Ayotzinapa que el año pasado, durante la inundación de la laguna de Tixtla, apoyaron a la población. "¿Quién no recuerda a esas cabecitas pelonas ayudando a sacar el agua de las casas?", preguntó.
Osorio se equivocó
El profesor recordó que cuando el actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fue gobernador de Hidalgo desapareció la Normal de El Mexe, "pero se equivocó, porque Tixtla no es Hidalgo y Ayotzinapa no es El Mexe".
En tanto, Felipe de Jesús, en nombre de los padres de los estudiantes desaparecidos, agradeció al pueblo de México por exigir la presentación con vida de los alumnos y denunció que el gobierno federal pretende cerrar el caso, pero "no vamos a descansar hasta que aparezcan vivos nuestros 43 hijos".
Recordó que durante la plática que los paterfamilias sostuvieron el miércoles con el presidente Enrique Peña Nieto, reclamaron que a sus hijos sólo los busquen en fosas clandestinas y exigieron que no haya "más simulacros" como ese "porque sabemos que nuestros hijos están vivos".
En tono irónico, Felipe de Jesús dijo que "ya se pasaron del número de 43 los cuerpos hallados; incluso el procurador (Jesús Murillo Karam) dijo que ya había 56 detenidos, pero que les faltaba uno".
Descartó que los estudiantes hayan ido en el mismo camión con gente armada del grupo delictivo Los Rojos. "Conocemos a nuestros hijos y tenemos información de que fueron a Iguala a recabar recursos para participar en la marcha del 2 de octubre en la ciudad de México".
Explicó que Peña Nieto les dijo que siente dolor, igual que ellos, y que incluso no duerme, y "nosotros le dijimos que llevamos más de 30 días de no verlos".
Destacó que advirtieron al jefe del Ejecutivo federal que la vida de sus hijos no es negociable y que "si no puede con el paquete, que renuncie. (Él) nos pidió que le diéramos un mínimo de confianza y respondimos que la confianza se gana con hechos".
Marcha en Chilpancingo
Alrededor de mil estudiantes y maestros de Ciencias Químicas y de Economía de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) marcharon en Chilpancingo en demanda de la presentación de los 43 normalistas.
Arquímides Morales Carranza, quien estuvo al frente de la rectoría en el bienio 1973-1975, recordó que en esa época desaparecieron unos 80 universitarios y "por eso nos preocupaba que mejor en otros estados hubiera movilizaciones y no en la UAG"
También en las preparatorias uno y 9 de la UAG, estudiantes y maestros cerraron las instalaciones en solidaridad con la Normal Rural de Ayotzinapa y colocaron 43 butacas sobre la avenida Juárez, reclamando el regreso de los estudiantes.
También hubo actividades de apoyo en Ciudad Universitaria, donde se ubica la mayoría de las escuelas superiores de la UAG.
Las Jornada, México
La Nación: el diario de las proclamas Por Fabián Rodríguez
El editorial del diario La Nación sobre la agrupación La Cámpora publicada hoy nos recuerda que detrás de la impostada modernización que el diario viene ensayando desde el diseño, el lenguaje y algunos formatos periodísticos, sigue estando el rostro de la tradición más conservadora y antipopular del país.
En diciembre de 1924, durante las celebraciones en Perú por el centenario de la batalla de Ayacucho, el ensayista y vate Leopoldo Lugones pronunció un discurso en el defendió la injerencia de las Fuerzas Armadas en el sistema político, y en el que lanzó su ya célebre advertencia: "Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada".
Con aquel alegato, Lugones, para muchos el mejor poeta argentino de primera mitad del siglo XX, inauguró un género literario-periodístico que se volvió tradición en nuestro país: la proclama golpista.
Las palabras de Lugones en Ayacucho terminaron siendo el fundamento teórico que fundió las ideas de militares y civiles que seis años después, en septiembre de 1930, conspiraron para derrocar al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, iniciando la saga de Golpes de Estado que se extendería por varias décadas, según la intesidad de las proclamas gopistas que se irían escribiendo desde las páginas editoriales de diarios como La Nación, el matutino fundado por Bartolomé Mitre a instancias de su mecenas, el vendedor de armas y pertrechos Anacarsi Lanús.
Cada una de las asonadas militares que pusieron en peligro o directamente interrumpieron el orden institucional en la Argentina durante todo el siglo pasado, fueron preanunciadas y acompañadas por La Nación sin ninguna excepción.
Tomemos como ejemplo el editorial del 25 de marzo de 1976, cuando La Nación afirmaba que "La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa hay una enorme expectación (...) Precisamente por la magnitud de la tarea por emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquí. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza, pero también hay un terrorismo que acecha".
Si llegara a ser cierto que los hechos de la historia se repiten, el diario La Nación multiplicó la tragedia y la farsa tantas veces como pudo. E insiste.
Esta mañana, el diario otra vez nos ¿sorprendió? con una diatriba en forma de columna editorial, en la que define a La Cámpora como una organización cuya ideología "se inspira en el neomarxismo gramsciano propuesto por Ernesto Laclau" (sic), mientras sus dirigentes "iluminados por una ideología retrógrada y perimida, parecerían no intentar avanzar en dirección de Caracas, sino directamente hacia su casa matriz, en La Habana".
Finalmente, para no defraudar a sus lectores más entusiastas, La Nación asegura que "es necesario que la sociedad tome real conciencia de este peligroso retroceso y que se activen todos los resortes institucionales para frenar los ataques contra la República".
Es inútil. Por más que intente aggiornarse con una diagramación canchera y columnistas más o menos copados, la línea editorial del diario La Nación continúa siendo gobernada por la misma ideología antediluviana que desde hace más de un siglo viene marcando el rumbo periodístico del matutino.
En 2014, el diario de los Mitre pretende seguir escribiendo el guión de una oposición que afortunadamente ya no cree en los golpes militares y que viene sufriendo el elevado costo social y electoral de oponerse automáticamente a todo lo que propone el gobierno, empujada por los intereses sectoriales de corporaciones que irán por ellos mismos, el día que dejen de necesitarlos.
Télam
En diciembre de 1924, durante las celebraciones en Perú por el centenario de la batalla de Ayacucho, el ensayista y vate Leopoldo Lugones pronunció un discurso en el defendió la injerencia de las Fuerzas Armadas en el sistema político, y en el que lanzó su ya célebre advertencia: "Ha sonado otra vez, para bien del mundo, la hora de la espada".
Con aquel alegato, Lugones, para muchos el mejor poeta argentino de primera mitad del siglo XX, inauguró un género literario-periodístico que se volvió tradición en nuestro país: la proclama golpista.
Las palabras de Lugones en Ayacucho terminaron siendo el fundamento teórico que fundió las ideas de militares y civiles que seis años después, en septiembre de 1930, conspiraron para derrocar al presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, iniciando la saga de Golpes de Estado que se extendería por varias décadas, según la intesidad de las proclamas gopistas que se irían escribiendo desde las páginas editoriales de diarios como La Nación, el matutino fundado por Bartolomé Mitre a instancias de su mecenas, el vendedor de armas y pertrechos Anacarsi Lanús.
Cada una de las asonadas militares que pusieron en peligro o directamente interrumpieron el orden institucional en la Argentina durante todo el siglo pasado, fueron preanunciadas y acompañadas por La Nación sin ninguna excepción.
Tomemos como ejemplo el editorial del 25 de marzo de 1976, cuando La Nación afirmaba que "La crisis ha culminado. No hay sorpresa en la Nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto mucho antes de su eliminación por vía de un cambio como el que se ha operado. En lugar de aquella sorpresa hay una enorme expectación (...) Precisamente por la magnitud de la tarea por emprender, la primera condición es que se afiance en las Fuerzas Armadas la cohesión con la cual han actuado hasta aquí. Hay un país que tiene valiosas reservas de confianza, pero también hay un terrorismo que acecha".
Si llegara a ser cierto que los hechos de la historia se repiten, el diario La Nación multiplicó la tragedia y la farsa tantas veces como pudo. E insiste.
Esta mañana, el diario otra vez nos ¿sorprendió? con una diatriba en forma de columna editorial, en la que define a La Cámpora como una organización cuya ideología "se inspira en el neomarxismo gramsciano propuesto por Ernesto Laclau" (sic), mientras sus dirigentes "iluminados por una ideología retrógrada y perimida, parecerían no intentar avanzar en dirección de Caracas, sino directamente hacia su casa matriz, en La Habana".
Finalmente, para no defraudar a sus lectores más entusiastas, La Nación asegura que "es necesario que la sociedad tome real conciencia de este peligroso retroceso y que se activen todos los resortes institucionales para frenar los ataques contra la República".
Es inútil. Por más que intente aggiornarse con una diagramación canchera y columnistas más o menos copados, la línea editorial del diario La Nación continúa siendo gobernada por la misma ideología antediluviana que desde hace más de un siglo viene marcando el rumbo periodístico del matutino.
En 2014, el diario de los Mitre pretende seguir escribiendo el guión de una oposición que afortunadamente ya no cree en los golpes militares y que viene sufriendo el elevado costo social y electoral de oponerse automáticamente a todo lo que propone el gobierno, empujada por los intereses sectoriales de corporaciones que irán por ellos mismos, el día que dejen de necesitarlos.
Télam
Impresiones de una jornada histórica Por Ignacio Ramonet
El martes 28 de octubre ha sido una jornada histórica.
Primero, porque no es frecuente que el Papa convoque, en el Vaticano, a un Encuentro Mundial de Movimientos Populares, en el que participan organizaciones de excluidos y marginados de los cinco continentes, y de todos orígenes étnicos y religiosos: campesinos sin tierras, trabajadores informales urbanos, recicladores, cartoneros, pueblos originarios en lucha, mujeres reclamando derechos, etcétera... En suma, una asamblea mundial de los pobres de la Tierra. Pero de los pobres en lucha, no resignados.
Segundo, es menos frecuente aún que el Papa se dirija directamente a ellos, en el Vaticano, diciéndoles que quiere "escuchar la voz de los pobres" porque "los pobres no se conforman con padecer la injusticia sino que luchan contra ella" y que él (el Papa) "los quiere acompañar en esa lucha". También ha dicho Francisco que "los pobres ya no esperan de brazos cruzados por soluciones que nunca llegan; ahora los pobres quieren ser protagonistas para encontrar ellos mismos una solución a sus problemas", pues "los pobres no son seres resignados, sino protestan" y su protesta "molesta". Ha dicho que espera que "el viento de la protesta se convierta en vendaval de la esperanza".
Asimismo ha afirmado el Papa: "La solidaridad es una forma de hacer historia". Y por eso se une al pedido de los pobres que reclaman "tierra, techo y trabajo". Y ha añadido: “Cuando pido para los necesitados tierra, techo y trabajo, algunos me acusan de que ‘¡el Papa es comunista’! No entienden que la solidaridad con los pobres es la base misma de los Evangelios”.
También ha afirmado Francisco: "¡La reforma agraria es una necesidad no sólo política sino moral!" Y ha acusado (sin nombrarlo) al neoliberalismo de ser la causa de muchos de los males de hoy: “Todo esto ocurre –ha afirmado– cuando se saca al ser humano del centro del sistema y que en ese centro está ahora el dinero”. "Por eso hay que alzar la voz", ha repetido. Y ha recordado que "los cristianos tenemos un programa que me atrevería a calificar de revolucionario: las bienaventuranzas del Sermón de la Montaña, del Evangelio según san Mateo".
Un discurso fuerte, valiente, que se inscribe en el filo directo de la doctrina social de la Iglesia que el papa ha reivindicado explícitamente. Y en la opción preferencial por los pobres.
Hacía mucho tiempo que un Papa no pronunciaba un discurso tan social, tan "progresista" sobre un tema, el de la solidaridad con los pobres, que constituye la base misma de la doctrina cristiana.
Tercero. Todo esto ha sido tanto más importante cuanto que este discurso, el Papa lo ha pronunciado en presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales, ícono de los movimientos sociales y líder de los pueblos originarios. Un momento más tarde, el presidente Morales, muy aplaudido, ha tomado la palabra ante el mismo auditorio de movimientos populares en lucha para explicar, con muchos ejemplos, que "el capitalismo que todo lo compra y todo lo vende ha creado una civilización despilfarradora". Ha insistido en que "hay que refundar la democracia y la política, porque la democracia es el gobierno del pueblo y no el gobierno de los capitales y de los banqueros". También ha puesto el acento en que "hay que respetar a la madre Tierra" y oponerse a que "los servicios básicos sean privatizados". Ha sugerido a todos los movimientos populares aquí reunidos que creen "una gran alianza de los excluidos" para defender los "derechos colectivos".
El sentimiento general de los participantes, en este inédito encuentro, es que estas dos intervenciones confirman el enorme liderazgo político y moral, a escala internacional, del presidente Evo Morales; y el nuevo papel histórico del papa Francisco, como abanderado solidario de las luchas de los pobres de América Latina y de los marginados del mundo.
La Jornada, México
El lío en Roma Por Sandra Russo
Si por la ventana que uno abre lo único que se ve son los ecos del coloquio de IDEA, se mira muy poco. Esa reunión empresarial que abrió cebada por Miguel Blanco con su sentencia del “modelo agotado”, y que terminó en el stand up medio alocado del abogado Sabsay, dejó planteado el núcleo duro del discurso del “odio conveniente”. Ellos son los titulares de ese odio, bajo el que subyace el aborrecible techo a su propia rentabilidad, pero para hacerlo efectivo, convenientemente efectivo, necesitan esparcirlo como espuma de Carnaval. El reclamo por el título de abogada de la Presidenta –o mejor dicho, el revival del reclamo– no es inocente. Su esqueleto es el presunto delito que invocan, el de “usurpación de título”. Lo que sienten, expresan, denuncian y pretenden es tener a mano un argumento que les permita esgrimir que la Presidenta ha usurpado el poder. Hacia allí se inclina la derecha restauradora de los ’80, a la que le resulta muy complicado volver a engañar a millones de personas con las recetas de ajuste y devaluación. Esos sectores, que son los que siempre tuvieron la sartén por el mango, quieren recomenzar un camino de concentración de riqueza, destinado al uno por ciento de la población. Lo demás es pura espuma, pomo y Sabsay desmelenado planeando su fuga tras la persecución “del régimen”.
El núcleo duro que promueve “el odio conveniente” no es un fenómeno argentino y ya ni siquiera regional. Es una carta de juego global, puesta en marcha por las innúmeras fundaciones y centros de pensamiento financiados por buitres, halcones y redimidos extremistas de derecha, a cuyo servicio están hoy los medios concentrados globales. Miren cómo Veja fue repartida gratis y adelantada dos días sólo para ensuciar a Dilma y a Lula sin darle tiempo al electorado a que escuchara las desmentidas del denunciante de esa nota. El problema nunca fue el gobierno argentino contra Clarín. El problema son los medios concentrados al servicio del capital concentrado, cuando una democracia no se inclina ni acepta sus convites de corrupción. O quiénes son, si no ellos, los grandes corruptores de la política.
Si este modelo de sustitución de importaciones y de impulso al mercado interno está en problemas de diversa índole, cabe buscarle soluciones y el diálogo tiene sentido. Pero si “está agotado”, de eso se desprende que lo que se propone es cambiar de modelo. El gran problema es que, si se mira el mundo, no hay ningún otro modelo aplicable que no sea el que la semana pasada, en Gran Bretaña, provocó que el Lloyd’s Bank despidiera a 9000 empleados, en una de las zonas presumiblemente “protegidas” de ese modelo de endeudamiento externo que aquí reclama el empresariado sobre el que editorializa y al que apoya La Nación.
Estuve unos días en España y pude sentir la tensión general de zozobra, y eso que para ese entonces había estallado el escándalo de las “tarjetas opacas” con las que dirigentes políticos de los dos principales partidos y notorios gremialistas habían hecho gastos inexplicables con fondos explicables sólo por corrupción, pero todavía no se habían llevado a cabo las decenas de detenciones que tuvieron lugar esta semana, también por hechos de corrupción y por las que el presidente Rajoy pidió perdón. Con el perdón no alcanza. Saben que están entregando su país a las garras de los mil demonios, pero insisten con “lo inevitable” de dejar contentos a los bancos. A la salida de Madrid, camino a Barajas, se yerguen algunos de los enormes edificios construidos en los últimos años bajo el hechizo de la burbuja inmobiliaria, una estafa especulativa calcada de la que estalló en 2009 en Estados Unidos, y pese al calco, hubo miles de incautos que sacaron sus créditos impagables. ¿Los grandes medios no tenían especialistas económicos que leyeran ese calco y que advirtieran a los ciudadanos españoles que estaban cayendo en una trampa? ¿Cómo es que esas estafas a las clases medias y las clases bajas no son señaladas, desmontadas y explicadas a la ciudadanía? Esos son los edificios que están comprando los buitres.
Mientras tanto, este martes, en el Vaticano, tuvo lugar “una jornada histórica”, en palabras de Ignacio Ramonet. Por primera vez, un papa llamó a Roma a los principales dirigentes de los movimientos populares latinoamericanos que desde hace décadas luchan contra el neoliberalismo y la exclusión. Tras repasar algunos tramos de los discursos del papa Francisco y del presidente Evo Morales –que no fue al encuentro en tanto presidente, sino como dirigente popular–, Ramonet concluye que “el sentimiento general de los participantes, en este inédito encuentro, es que estas dos intervenciones confirman el liderazgo político y moral, a escala internacional, del presidente Evo Morales, y el nuevo rol histórico del papa Francisco, como abanderado solidario de las luchas de los pobres de América latina y de los marginados del mundo”.
En efecto, el Papa avanza por senderos imprevistos, y profundiza su involucramiento al punto tal de que, en lo simbólico, esa duplicación de fuerzas entre el obispo de Roma, al que los pueblos originarios latinoamericanos tienen aún mil reclamos que hacerle, y el primer mandatario originario de la región necesita más lectura. Esa duplicación de fuerzas es necesaria, porque el embate del capital salvaje está a las puertas de cada gobierno popular de esta parte del mundo, y listo para carroñear en donde sea. En su discurso del martes, el Papa fue taxativo: “En los países de Europa, y éstas sí son estadísticas muy claras, acá en Italia se pasó un poquitito del 40 por ciento de jóvenes desocupados. Ya saben lo que significa el 40 por ciento de jóvenes, toda una generación; anular a toda una generación para mantener el equilibrio. En otro país de Europa está pasando el 50 por ciento, y en ese mismo país, en el sur, está pasando el 60 por ciento. Son cifras claras, óseas, del descarte. Descarte de niños, descarte de ancianos que no producen, y tenemos que sacrificar una generación de jóvenes para poder reequilibrar un sistema en el cual en el centro está el dios dinero y no la persona humana”. Luego se dirigió a la asistencia, todos luchadores de varias generaciones, entre ellos unos de los pioneros, los Sin Tierra de Brasil. “Ustedes –dijo hablándoles a todos–, con su búsqueda, con su solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo han logrado y lo están logrando. Y déjenme decírselo, eso, además de trabajo, es poesía. Gracias. Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, a los que se les niega la posibilidad de sindicalizarse y que no tienen un ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos en su lucha.”
Evo, por su parte, después de asociar su Pachamama con la Hermana Tierra de San Francisco de Asís, de la que se acababa de enterar, fue al hueso de la cuestión política planteada en el encuentro. Interpeló a los propios. “Yo quiero decirles qué importante es la unidad. Unidad por la dignidad, para corregir las profundas asimetrías que hay entre familia y familia, en mi país yo diría entre departamento y departamento, y de continente a continente. Si no hay unidad, no se pueden lograr transformaciones muy profundas. Pero yo quiero compartir nuestra experiencia (...). Quiero decirles que se puede luchar no sólo sindicalmente o socialmente, que se puede luchar electoralmente.” Ese es el gran lío que tiene a tantos tan agitados. Que en los territorios destinados al saqueo, los destinados a saqueados se organicen electoralmente. Que compitan y que ganen.
01/11/14 Página|12
El núcleo duro que promueve “el odio conveniente” no es un fenómeno argentino y ya ni siquiera regional. Es una carta de juego global, puesta en marcha por las innúmeras fundaciones y centros de pensamiento financiados por buitres, halcones y redimidos extremistas de derecha, a cuyo servicio están hoy los medios concentrados globales. Miren cómo Veja fue repartida gratis y adelantada dos días sólo para ensuciar a Dilma y a Lula sin darle tiempo al electorado a que escuchara las desmentidas del denunciante de esa nota. El problema nunca fue el gobierno argentino contra Clarín. El problema son los medios concentrados al servicio del capital concentrado, cuando una democracia no se inclina ni acepta sus convites de corrupción. O quiénes son, si no ellos, los grandes corruptores de la política.
Si este modelo de sustitución de importaciones y de impulso al mercado interno está en problemas de diversa índole, cabe buscarle soluciones y el diálogo tiene sentido. Pero si “está agotado”, de eso se desprende que lo que se propone es cambiar de modelo. El gran problema es que, si se mira el mundo, no hay ningún otro modelo aplicable que no sea el que la semana pasada, en Gran Bretaña, provocó que el Lloyd’s Bank despidiera a 9000 empleados, en una de las zonas presumiblemente “protegidas” de ese modelo de endeudamiento externo que aquí reclama el empresariado sobre el que editorializa y al que apoya La Nación.
Estuve unos días en España y pude sentir la tensión general de zozobra, y eso que para ese entonces había estallado el escándalo de las “tarjetas opacas” con las que dirigentes políticos de los dos principales partidos y notorios gremialistas habían hecho gastos inexplicables con fondos explicables sólo por corrupción, pero todavía no se habían llevado a cabo las decenas de detenciones que tuvieron lugar esta semana, también por hechos de corrupción y por las que el presidente Rajoy pidió perdón. Con el perdón no alcanza. Saben que están entregando su país a las garras de los mil demonios, pero insisten con “lo inevitable” de dejar contentos a los bancos. A la salida de Madrid, camino a Barajas, se yerguen algunos de los enormes edificios construidos en los últimos años bajo el hechizo de la burbuja inmobiliaria, una estafa especulativa calcada de la que estalló en 2009 en Estados Unidos, y pese al calco, hubo miles de incautos que sacaron sus créditos impagables. ¿Los grandes medios no tenían especialistas económicos que leyeran ese calco y que advirtieran a los ciudadanos españoles que estaban cayendo en una trampa? ¿Cómo es que esas estafas a las clases medias y las clases bajas no son señaladas, desmontadas y explicadas a la ciudadanía? Esos son los edificios que están comprando los buitres.
Mientras tanto, este martes, en el Vaticano, tuvo lugar “una jornada histórica”, en palabras de Ignacio Ramonet. Por primera vez, un papa llamó a Roma a los principales dirigentes de los movimientos populares latinoamericanos que desde hace décadas luchan contra el neoliberalismo y la exclusión. Tras repasar algunos tramos de los discursos del papa Francisco y del presidente Evo Morales –que no fue al encuentro en tanto presidente, sino como dirigente popular–, Ramonet concluye que “el sentimiento general de los participantes, en este inédito encuentro, es que estas dos intervenciones confirman el liderazgo político y moral, a escala internacional, del presidente Evo Morales, y el nuevo rol histórico del papa Francisco, como abanderado solidario de las luchas de los pobres de América latina y de los marginados del mundo”.
En efecto, el Papa avanza por senderos imprevistos, y profundiza su involucramiento al punto tal de que, en lo simbólico, esa duplicación de fuerzas entre el obispo de Roma, al que los pueblos originarios latinoamericanos tienen aún mil reclamos que hacerle, y el primer mandatario originario de la región necesita más lectura. Esa duplicación de fuerzas es necesaria, porque el embate del capital salvaje está a las puertas de cada gobierno popular de esta parte del mundo, y listo para carroñear en donde sea. En su discurso del martes, el Papa fue taxativo: “En los países de Europa, y éstas sí son estadísticas muy claras, acá en Italia se pasó un poquitito del 40 por ciento de jóvenes desocupados. Ya saben lo que significa el 40 por ciento de jóvenes, toda una generación; anular a toda una generación para mantener el equilibrio. En otro país de Europa está pasando el 50 por ciento, y en ese mismo país, en el sur, está pasando el 60 por ciento. Son cifras claras, óseas, del descarte. Descarte de niños, descarte de ancianos que no producen, y tenemos que sacrificar una generación de jóvenes para poder reequilibrar un sistema en el cual en el centro está el dios dinero y no la persona humana”. Luego se dirigió a la asistencia, todos luchadores de varias generaciones, entre ellos unos de los pioneros, los Sin Tierra de Brasil. “Ustedes –dijo hablándoles a todos–, con su búsqueda, con su solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo han logrado y lo están logrando. Y déjenme decírselo, eso, además de trabajo, es poesía. Gracias. Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, a los que se les niega la posibilidad de sindicalizarse y que no tienen un ingreso adecuado y estable. Hoy quiero unir mi voz a la suya y acompañarlos en su lucha.”
Evo, por su parte, después de asociar su Pachamama con la Hermana Tierra de San Francisco de Asís, de la que se acababa de enterar, fue al hueso de la cuestión política planteada en el encuentro. Interpeló a los propios. “Yo quiero decirles qué importante es la unidad. Unidad por la dignidad, para corregir las profundas asimetrías que hay entre familia y familia, en mi país yo diría entre departamento y departamento, y de continente a continente. Si no hay unidad, no se pueden lograr transformaciones muy profundas. Pero yo quiero compartir nuestra experiencia (...). Quiero decirles que se puede luchar no sólo sindicalmente o socialmente, que se puede luchar electoralmente.” Ese es el gran lío que tiene a tantos tan agitados. Que en los territorios destinados al saqueo, los destinados a saqueados se organicen electoralmente. Que compitan y que ganen.
01/11/14 Página|12
A 35 AÑOS DE LA TOMA DE LA EMBAJADA DE EE.UU. EN IRAN La herida que marcó al imperio La herida que marcó al imperio
Estudiantes iraníes queman una bandera estadounidense durante la toma de la embajada.
La crisis se resolvió, luego de 444 días, con la liberación de 52 rehenes; la toma sigue siendo reivindicada por los grupos más conservadores de la Revolución Iraní, que se oponen a la política de deshielo del presidente moderado Hassan Rohani.
A 35 años de la toma de la embajada estadounidense en Irán, ocurrida el 4 de noviembre de 1979, hoy sigue siendo reivindicada por los grupos más conservadores de la Revolución Iraní que se oponen a la política de deshielo puesta en marcha con la Casa Blanca por el presidente moderado, Hassan Rohani. La crisis se resolvió luego de 444 días, con la liberación de 52 diplomáticos y ciudadanos estadounidenses, el 20 de enero de 1981. Previamente, otro grupo había sido puesto en libertad por cuestiones humanitarias.
Todo empezó cuando alrededor de 500 estudiantes ocuparon la sede diplomática estadounidense, mientras se realizaba una marcha por las calles de Teherán. Al grito de “marbar Estados Unidos” (muerte a Estados Unidos), los estudiantes protestaban por la decisión del gobierno del demócrata Jimmy Carter de dar asilo temporal al derrocado sha Reza Pahlevi. El ex monarca había viajado a Nueva York, el 22 de octubre de 1979, para someterse a un tratamiento contra el cáncer, tras ser derrocado por la Revolución Iraní que lideraba Ruholá Khomeini para establecer un gobierno de carácter islámico, el 11 de febrero de 1979.
Algunos informes, citados por la prensa, señalan que la toma de la embajada había sido planificada por los grupos más radicales de la Revolución Iraní, comandados por el ayatolá Sadeg Jaljali. Este ayatolá, quien falleció en noviembre de 2003, ganó notoriedad por haber condenado a muerte por contumacia (actitud de mantenerse obstinadamente en un error) al ex sha de Irán. Además, ordenó la ejecución del ex primer ministro Amir Abas Hoveyda, entre otros ex jerarcas del antiguo régimen.
Luego de tomar la embajada, los estudiantes reclamaron que Washington entregue al ex sha, a quien consideraban un títere de la Casa Blanca, para que sea juzgado por los crímenes cometidos por la policía secreta Savak.
A pesar de que rompió relaciones diplomáticas con Irán en abril de 1980, y luego impuso un embargo comercial contra ese país, el presidente Carter nunca pudo encontrarle la vuelta a la crisis para lograr una solución satisfactoria para Washington.
El 25 de abril de 1980, Carter lanzó un desesperado intento de rescate para liberar a los rehenes llamado Operación Garra de Aguila que fracasó en el desierto iraní. El comando de marines –que viajaba a bordo de un portaaviones que atravesaba el Golfo Pérsico– partió en ocho helicópteros que debían reunirse con aviones de transporte en un punto secreto. Pero dos de las aeronaves interrumpieron su misión por fallas técnicas durante el vuelo, y un tercer helicóptero fue abandonado en el desierto. Además, un cuarto helicóptero chocó contra un avión de transporte, después de llenar sus depósitos de combustible, causando la muerte de ocho soldados estadounidenses.
La llegada de Reagan a la presidencia marcó el inicio de una nueva etapa en la crisis, ya que la fracasada misión de liberar a los rehenes fue decisiva para que el candidato republicano venciera a Carter en las elecciones del 4 de noviembre de ese año. Reagan se impuso a Carter por el 51 por ciento de los votos, contra el 41 por ciento del líder demócrata, además de lograr la mayoría en el Senado por primera vez en 28 años. Carter ganó en sólo 6 de los 50 estados de la Unión.
Finalmente, los rehenes norteamericanos fueron liberados el 20 de enero de 1981, tras una serie de negociaciones en las que intervino la diplomacia argelina. Según algunos historiadores, Teherán accedió a negociar seriamente cuando la Casa Blanca advirtió que el bloqueo económico dispuesto por Estados Unidos impediría a ese país el recambio de armamento pesado, lo que era fundamental para la guerra contra Irak (1980-1988).
El 12 de junio de 1981, ambos gobiernos firmaron los Acuerdos de Argelia, que implicaron la liberación de los rehenes y el fin de las sanciones a Irán. También se descongelaron propiedades financieras en Estados Unidos por unos 8000 millones de dólares, y se suspendió la prohibición a las importaciones petroleras, entre otros puntos.
“La caída del sha de Irán en 1979 fue con mucho la revolución más importante de los años setenta, y pasará a la historia como una de las más grandes revoluciones sociales del siglo XX”, dice el celebrado historiador británico Ernest J. Hobsbawm en su libro Historia del Siglo XX.
Para Hobsbawm, la Revolución Iraní “fue la respuesta al programa de modernización e industrialización (y rearme) que el sha emprendió sobre las bases de un firme apoyo de Estados Unidos y de la riqueza petrolífera del país, cuyo valor se multiplicó tras 1973 a causa de la revolución de los precios de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo)”.
Este nuevo aniversario de la toma de la embajada estadounidense se conmemora en momentos en que Teherán y el Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania, están a punto de firmar un acuerdo antes de la fecha límite del 24 de noviembre, que pondría fin a más de una década de negociaciones y sanciones contra Irán.
La crisis se resolvió, luego de 444 días, con la liberación de 52 rehenes; la toma sigue siendo reivindicada por los grupos más conservadores de la Revolución Iraní, que se oponen a la política de deshielo del presidente moderado Hassan Rohani.
A 35 años de la toma de la embajada estadounidense en Irán, ocurrida el 4 de noviembre de 1979, hoy sigue siendo reivindicada por los grupos más conservadores de la Revolución Iraní que se oponen a la política de deshielo puesta en marcha con la Casa Blanca por el presidente moderado, Hassan Rohani. La crisis se resolvió luego de 444 días, con la liberación de 52 diplomáticos y ciudadanos estadounidenses, el 20 de enero de 1981. Previamente, otro grupo había sido puesto en libertad por cuestiones humanitarias.
Todo empezó cuando alrededor de 500 estudiantes ocuparon la sede diplomática estadounidense, mientras se realizaba una marcha por las calles de Teherán. Al grito de “marbar Estados Unidos” (muerte a Estados Unidos), los estudiantes protestaban por la decisión del gobierno del demócrata Jimmy Carter de dar asilo temporal al derrocado sha Reza Pahlevi. El ex monarca había viajado a Nueva York, el 22 de octubre de 1979, para someterse a un tratamiento contra el cáncer, tras ser derrocado por la Revolución Iraní que lideraba Ruholá Khomeini para establecer un gobierno de carácter islámico, el 11 de febrero de 1979.
Algunos informes, citados por la prensa, señalan que la toma de la embajada había sido planificada por los grupos más radicales de la Revolución Iraní, comandados por el ayatolá Sadeg Jaljali. Este ayatolá, quien falleció en noviembre de 2003, ganó notoriedad por haber condenado a muerte por contumacia (actitud de mantenerse obstinadamente en un error) al ex sha de Irán. Además, ordenó la ejecución del ex primer ministro Amir Abas Hoveyda, entre otros ex jerarcas del antiguo régimen.
Luego de tomar la embajada, los estudiantes reclamaron que Washington entregue al ex sha, a quien consideraban un títere de la Casa Blanca, para que sea juzgado por los crímenes cometidos por la policía secreta Savak.
A pesar de que rompió relaciones diplomáticas con Irán en abril de 1980, y luego impuso un embargo comercial contra ese país, el presidente Carter nunca pudo encontrarle la vuelta a la crisis para lograr una solución satisfactoria para Washington.
El 25 de abril de 1980, Carter lanzó un desesperado intento de rescate para liberar a los rehenes llamado Operación Garra de Aguila que fracasó en el desierto iraní. El comando de marines –que viajaba a bordo de un portaaviones que atravesaba el Golfo Pérsico– partió en ocho helicópteros que debían reunirse con aviones de transporte en un punto secreto. Pero dos de las aeronaves interrumpieron su misión por fallas técnicas durante el vuelo, y un tercer helicóptero fue abandonado en el desierto. Además, un cuarto helicóptero chocó contra un avión de transporte, después de llenar sus depósitos de combustible, causando la muerte de ocho soldados estadounidenses.
La llegada de Reagan a la presidencia marcó el inicio de una nueva etapa en la crisis, ya que la fracasada misión de liberar a los rehenes fue decisiva para que el candidato republicano venciera a Carter en las elecciones del 4 de noviembre de ese año. Reagan se impuso a Carter por el 51 por ciento de los votos, contra el 41 por ciento del líder demócrata, además de lograr la mayoría en el Senado por primera vez en 28 años. Carter ganó en sólo 6 de los 50 estados de la Unión.
Finalmente, los rehenes norteamericanos fueron liberados el 20 de enero de 1981, tras una serie de negociaciones en las que intervino la diplomacia argelina. Según algunos historiadores, Teherán accedió a negociar seriamente cuando la Casa Blanca advirtió que el bloqueo económico dispuesto por Estados Unidos impediría a ese país el recambio de armamento pesado, lo que era fundamental para la guerra contra Irak (1980-1988).
El 12 de junio de 1981, ambos gobiernos firmaron los Acuerdos de Argelia, que implicaron la liberación de los rehenes y el fin de las sanciones a Irán. También se descongelaron propiedades financieras en Estados Unidos por unos 8000 millones de dólares, y se suspendió la prohibición a las importaciones petroleras, entre otros puntos.
“La caída del sha de Irán en 1979 fue con mucho la revolución más importante de los años setenta, y pasará a la historia como una de las más grandes revoluciones sociales del siglo XX”, dice el celebrado historiador británico Ernest J. Hobsbawm en su libro Historia del Siglo XX.
Para Hobsbawm, la Revolución Iraní “fue la respuesta al programa de modernización e industrialización (y rearme) que el sha emprendió sobre las bases de un firme apoyo de Estados Unidos y de la riqueza petrolífera del país, cuyo valor se multiplicó tras 1973 a causa de la revolución de los precios de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo)”.
Este nuevo aniversario de la toma de la embajada estadounidense se conmemora en momentos en que Teherán y el Grupo 5+1, formado por Estados Unidos, China, Rusia, Francia, Reino Unido y Alemania, están a punto de firmar un acuerdo antes de la fecha límite del 24 de noviembre, que pondría fin a más de una década de negociaciones y sanciones contra Irán.
Los monstruos existen Por María José Sánchez
“Pero cuando se anote el resultado final, la carne y la sangre derrotarán al monstruo maldito.” (Adam Smith)
Hay un montón de cosas que me dan miedo. Algunos de esos miedos crecieron conmigo, otros se me presentaron de grande y llegaron para quedarse. Algunos se han ido, con el tiempo. Pero lo cierto es que le temo a muchas cosas, creo que la gente que no le tiene miedo a nada es porque miente o anda por la vida sin prestar demasiada atención.
Le temo a las ratas, a algunos perros, a cómo habría sido mi vida sin algunas personas y a como sería mi vida si se mueren antes que yo. Esas cosas me dan pánico, de ese miedo antiguo que paraliza, como cuando de chicos escuchábamos un ruido y creíamos, mejor dicho, estábamos positivamente seguros de que había un monstruo horrendo debajo de nuestra cama. Y lo había, el miedo era el monstruo.
Pero cumplimos años y dejamos de pensar así, de revisar detrás de la puerta, de creer que desde cada forma que adquieren las sombras puede asaltarnos una alimaña siniestra. Dejamos de revisar debajo de la cama. Nos confiamos. Y la cosa es que bajamos la guardia, el escudo con el que nacemos, desconectamos la alarma ancestral que siempre nos acompañó y caemos en la trampa más absurda e inevitable de todas: crecer. Y ahí pisamos el palito. Porque un día, aunque seas grande, aunque las sombras desde hace mucho tiempo son sólo sombras, un día, los monstruos reaparecen. Y te das cuenta de la obviedad y si no te paralizara el pánico te gustaría palmearte la frente para amonestarte por no darte cuenta antes.
Un día vez una foto, es la mano arrugada de un viejo, sabés que esa mano es de un asesino, torturador, secuestrador de niños. Eso no te da miedo, te da bronca e impotencia, pero ya no miedo, hasta que leés el papel que sostiene en su anciano puño. En el papel, escrito con su letra, dice “Jorge Julio López”, y ahí te das cuenta que ése es el Viejo de la Bolsa, el que de chiquita te decían que se llevaba a los nenes y no los devolvía. Y ése es el monstruo horrible que se escondía debajo de la cama. Es él. Miguel Etchecolatz es la sombra de las pesadillas, el ruido de pasos en la nada, la amenaza invisible que bajaba la temperatura de la habitación, de noche. Es él.
Pero ahora el monstruo es enjuiciado, justamente, por su vida monstruosa. Pero el monstruo amenaza, todavía quiere regodearse en la impunidad que ya no tiene con su cinismo denso, e invoca a un dios que de existir ha de ser una abominación terrible.
Pero ahora los monstruos van presos, cosa que no pasaba cuando eras chiquita, que siempre se escapaban por algún recoveco de los sueños, por la ventana, o se esfumaban en el aire cuando alguien tenía la bella idea de encender la luz. O cuando tu mamá te tomaba de la mano o acariciaba tu cabeza, que era otra forma de iluminar.
Y está bien que ese monstruo te despierte el miedo visceral que en la infancia te generaban las cosas más horribles que podía inventar tu imaginación, que siempre fue un poco desaforada. Pero de chica no sabías que la Justicia tranquilizaba, ahora tenemos eso a favor. Porque ahora los monstruos, que existen, no ganan. Ahora los monstruos se pudren en la cárcel.
Diario Registrado
Hay un montón de cosas que me dan miedo. Algunos de esos miedos crecieron conmigo, otros se me presentaron de grande y llegaron para quedarse. Algunos se han ido, con el tiempo. Pero lo cierto es que le temo a muchas cosas, creo que la gente que no le tiene miedo a nada es porque miente o anda por la vida sin prestar demasiada atención.
Le temo a las ratas, a algunos perros, a cómo habría sido mi vida sin algunas personas y a como sería mi vida si se mueren antes que yo. Esas cosas me dan pánico, de ese miedo antiguo que paraliza, como cuando de chicos escuchábamos un ruido y creíamos, mejor dicho, estábamos positivamente seguros de que había un monstruo horrendo debajo de nuestra cama. Y lo había, el miedo era el monstruo.
Pero cumplimos años y dejamos de pensar así, de revisar detrás de la puerta, de creer que desde cada forma que adquieren las sombras puede asaltarnos una alimaña siniestra. Dejamos de revisar debajo de la cama. Nos confiamos. Y la cosa es que bajamos la guardia, el escudo con el que nacemos, desconectamos la alarma ancestral que siempre nos acompañó y caemos en la trampa más absurda e inevitable de todas: crecer. Y ahí pisamos el palito. Porque un día, aunque seas grande, aunque las sombras desde hace mucho tiempo son sólo sombras, un día, los monstruos reaparecen. Y te das cuenta de la obviedad y si no te paralizara el pánico te gustaría palmearte la frente para amonestarte por no darte cuenta antes.
Un día vez una foto, es la mano arrugada de un viejo, sabés que esa mano es de un asesino, torturador, secuestrador de niños. Eso no te da miedo, te da bronca e impotencia, pero ya no miedo, hasta que leés el papel que sostiene en su anciano puño. En el papel, escrito con su letra, dice “Jorge Julio López”, y ahí te das cuenta que ése es el Viejo de la Bolsa, el que de chiquita te decían que se llevaba a los nenes y no los devolvía. Y ése es el monstruo horrible que se escondía debajo de la cama. Es él. Miguel Etchecolatz es la sombra de las pesadillas, el ruido de pasos en la nada, la amenaza invisible que bajaba la temperatura de la habitación, de noche. Es él.
Pero ahora el monstruo es enjuiciado, justamente, por su vida monstruosa. Pero el monstruo amenaza, todavía quiere regodearse en la impunidad que ya no tiene con su cinismo denso, e invoca a un dios que de existir ha de ser una abominación terrible.
Pero ahora los monstruos van presos, cosa que no pasaba cuando eras chiquita, que siempre se escapaban por algún recoveco de los sueños, por la ventana, o se esfumaban en el aire cuando alguien tenía la bella idea de encender la luz. O cuando tu mamá te tomaba de la mano o acariciaba tu cabeza, que era otra forma de iluminar.
Y está bien que ese monstruo te despierte el miedo visceral que en la infancia te generaban las cosas más horribles que podía inventar tu imaginación, que siempre fue un poco desaforada. Pero de chica no sabías que la Justicia tranquilizaba, ahora tenemos eso a favor. Porque ahora los monstruos, que existen, no ganan. Ahora los monstruos se pudren en la cárcel.
Diario Registrado
Suscribirse a:
Entradas (Atom)