lunes, 8 de septiembre de 2014

"Es ilegal que las inmobiliarias cobren dos meses de comisión"

Ricardo Botana es uno de los abogados que brindan asesoramiento legal en la Unión Argentina de Inquilinos. La necesidad de un marco legal que proteja a los inquilinos.
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Por Enrique de la Calle
APU: ¿Qué es la Unión Argentina de Inquilinos?
Ricardo Botana: Tenemos personería jurídica desde 1992. Nos dedicamos al asesoramiento de todos los inquilinos, de todo el país (vía mail, teléfono, redes sociales o de forma presencial). La Unión está integrada por abogados. Además, colaboramos con legisladores en relación a diferentes proyectos que se han evaluado hasta el momento. La experiencia nos muestra que es muy difícil modificar la ley actual, de Locaciones Urbanas. Aunque creemos que es necesario su cambio. Hay mucho lobby de los propietarios y de las inmobiliarias.
APU: ¿Las consultas van creciendo con el tiempo?
RB: Muchas tienen que ver con los requisitos para ingresar a un domicilio. Eso ha cambiado en el último tiempo, han crecido los requisitos. Se piden hasta dos garantías. Son cosas que hace 8 años no se veían, por ejemplo. Se piden recibos de sueldo de los garantes, además de los inquilinos. Ese es uno de los principales reclamos. Algo positivo que vemos en los últimos 5 o 6 años es que se han reducido notablemente los juicios de desalojo por falta de pago. Antes capaz que teníamos cinco o seis demandas de este tipo por día, ahora tenemos uno cada dos meses.
APU: Un reclamo que también se escucha tiene que ver con los dos meses de comisión que cobran las inmobiliarias. ¿Es legal eso?
RB: No. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires una ley establece que como máximo para una vivienda única se puede cobrar el 4,15 % del total del contrato de dos años. Eso equivale a un mes de comisión. Por lo tanto, no pueden cobrar dos meses.
APU: ¿Es legal que los contratos incluyan cláusulas que establecen aumentos progresivos?
RB: Eso sí. La jurisprudencia actual permite eso en los contratos. Lo que está prohibido es cobrar más de lo que está establecido por el contrato.
APU: ¿La cantidad de reclamos aumentaron en los últimos años?
RB: Sí, pero hay que considerar que aumentó mucho el número de inquilinos, que pasó del 11 % al 16 % la media nacional de inquilinos. En Capital la situación es aún peor: de cada 3 viviendas 1 está alquilada. Entre otras cosas, eso se da porque se hace muy complicado acceder a un crédito hipotecario.
APU: ¿Qué cambios habría que hacerle a la actual ley?
RB: Muchos. Hay algunas cosas que son importantes y que se podría hacer sin mayores obstáculos. Por ejemplo, aumentar a dos meses el tiempo de preaviso que el propietario cuenta para comunicarle al inquilino que no le va a renovar el contrato.
APU: La ley actual: ¿contempla sólo el interés del propietario?
RB: El inquilino tiene pocos derechos. Es muy complicado para el inquilino defender sus intereses. No le avisan cuando no le van a renovar, el propietario no se hace cargo de lo que se pueda romper, a pesar de que por ley se tiene que hacer cargo.
APU: De los proyectos de ley que han circulado en el último tiempo: ¿Cuál le pareció más conveniente?
RB: Acompañamos el del senador Osvaldo López, que entre otras cosas establecía un organismo nacional de control, lo que nos parece muy importante. Muchas veces las propiedades que se alquilan están en muy malas condiciones y nadie controla esa situación. Es necesaria más regulación.
APU: Ese proyecto proponía regular el precio del alquiler (se establecía un número que era un porcentaje del precio de la propiedad). ¿Existen antecedentes similares en otras partes de América Latina?
RB: No. Según entiendo en la mayoría de los países de la región está muy desregulado. En Venezuela hay leyes en ese sentido, incluso el inquilino puede comprar. Pero son situaciones más extremas.
APU: ¿En los países desarrollados?
RB: Está muy regulado el derecho de los inquilinos, que incluso no se desviven por ser propietarios. No pasa lo que ocurre acá que son situaciones que muchas veces provocan angustia, porque la familia no sabe donde puede ir a vivir en el mediano plazo.
APU: ¿Hay posibilidades de diálogo con las inmobiliarias para hacer algunas modificaciones?
RB: Cuando hemos participado en las reuniones de la Comisión de Vivienda en el Congreso, la posición de la Cámara Inmobiliaria es la de no cambiar nada. Dicen que si se ponen topes a los precios van a retirar a todas las viviendas del mercado. Eso lo podrán hacer los que tengan 10 o 15 inmuebles, no los que tienen menos propietarios. Siempre plantean escenarios catastróficos ante cualquier posibilidad de cambio.
APU: Desde el lado de la clase política argentina: ¿Ven como un problema serio el tema de los alquileres?

RB: Desde el Gobierno nacional se ve, por eso le dan tanto impulso al Procrear, que en la provincia de Buenos Aires ha generado la construcción de muchas viviendas. En Capital repercutió menos porque no hay terrenos para construir. El Gobierno de la Ciudad, por su parte, tiene una línea de crédito que no tiene llegada a todo el mundo.

Inquilinos alquilados: cuando regula el mercado

Por Enrique de la Calle
El déficit habitacional en Argentina tiene varias caras, una de ellas se hizo visible la semana pasada con el desalojo de mil familias en Lugano. El Estado cumplió una orden judicial y mostró su faceta represiva. Sin embargo, hace años que el Ejecutivo macrista incumple una ley que lo insta a urbanizar las villas porteñas. Dime qué órdenes obedeces…
El siguiente dossier, por su parte, aborda uno de los rostros menos visibles de la problemática de la vivienda: los alquileres. En el país incluye al 16% de los hogares. En Ciudad Autónoma, el número llega al 30%, uno de cada tres. En Neuquén, al 19%. Por motivos diferentes, en los dos distritos tuvo lugar en el último tiempo un boom inmobiliario que presiona sobre el mercado inmobiliario, encareciendo los costos.
El caso neuquino fue abordado en entrevista con Guillermo Torres, de la Unión de Inquilinos de esa provincia. “Después de Vaca Muerta, un departamento con un dormitorio puede costar hasta 5000 pesos”, aseguró. La contracara del fenómeno: “A principios de año dijimos que los inquilinos iban a ocupar propiedades. El sábado pasado hubo una toma muy importante”, describió.
Los alquileres ponen en juego un doble mercado. Por un lado, el formal está dominado por las inmobiliarias y tiene por destino a los sectores medios y altos. Por el otro, un sistema informal se pone en juego en los barrios más pobres. En ambos es la arbitrariedad de los propietarios la que se impone. Jonatan Baldiviezo, del Observatorio del Derecho a la Ciudad, analiza las peculiaridades de esas lógicas.
La ley y el orden
Rige a nivel nacional una ley de 1984, la 23.091, de “locaciones urbanas”. Es el marco general: después cada provincia o ciudad tienen normas locales que se ocupan de aspectos específicos. En general, prima el principio de que se trata de un contrato entre privados. Así las cosas, el Estado debería hacerse a un costado.
El abogado de la ONG “Unión de Inquilinos Argentinos”, Ricardo Botana, analizó en diálogo con AGENCIA PACO URONDO las debilidades de la normativa actual. “El inquilino tiene pocos derechos. Es muy complicado que pueda defender sus intereses”, aseveró. El obstáculo de siempre son las inmobiliarias: “La posición de la Cámara es la de no cambiar nada. Siempre plantean escenarios catastróficos”.
En casi todas las provincias la sociedad civil se moviliza con la pretensión de hacer visible la necesidad de regulación. La estrategia es doble. Por un lado está la discusión de una nueva ley nacional; por el otro, está la disputa en el pago chico: en esa cancha se apunta a aprovechar los grises de la normativa para introducir cambios favorables a los inquilinos.

Los reclamos son variados: van desde topes a los precios, cláusulas más favorables a los que alquilan (contratos más largos, más tiempo de preaviso), hasta la creación de un organismo público de control. En algunas jurisdicciones se pide el castigo impositivo a las propiedades ociosas, de modo de incrementar la oferta de inmuebles. De fondo, lo que se sigue discutiendo es el modo en que se accede a una vivienda

CABA: proyecto para garantizar derecho al voto de extranjeros residentes

El interbloque del Frente para la Victoria de la legislatura porteña presentó una iniciativa para garantizar el derecho a sufragio de las personas extranjeras que residen en la Capital.
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El interbloque del Frente para la Victoria de la legislatura porteña presentó en la Casa Patria Grande Presidente Néstor Kirchner, el proyecto de ley sobre Empadronamiento Automático de Inmigrantes, con el objetivo de seguir profundizando las políticas de inclusión social para los inmigrantes de los países de la región que residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La actividad, que tuvo lugar ayer en el marco del Día del Inmigrante, contó con la presencia de los subsecretarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, de Acceso a la Justicia, Florencia Carignano, y de Promoción de Derechos Humanos, Carlos Pisoni; el director de la Casa Patria Grande, Pablo Vilas; los legisladores porteños Paula Penaca y Pablo Ferreyra; y referentes barriales de las villas porteñas 1.11.14 y Zavaleta.
Carignano sostuvo que desde la cartera de Justicia y Derechos Humanos se apoya la iniciativa “porque en los centros de Acceso a la Justicia venimos trabajando desde hace tiempo con las comunidades migrantes, sobre todo las que viven en situaciones de vulnerabilidad”.
El proyecto presentado por los legisladores, busca garantizar el derecho a sufragio de las personas extranjeras que residen en la Ciudad de Buenos Aires, para igualar sus derechos con los de los ciudadanos argentinos. También propone la creación de un padrón único para que los extranjeros residentes puedan votar en las mismas escuelas y mesas que el resto de la ciudadanía, y puedan presentarse como candidatos a comuneros.
Carignano señaló que “venimos acompañando a los migrantes en este dificultoso proceso que es hoy el empadronamiento porque entendemos que hay una serie de obstáculos y barreras que les ponen todos los días para que no ejerzan el derecho a voto” y que en definitiva “desde el Estado lo único que tratamos de hacer es facilitarle las herramientas para que puedan desarrollarse y acceder a una mejor calidad de vida.”
La subsecretaria de Acceso a la Justicia también afirmó que “es importante que el proyecto se presente en este momento porque el debate está en la agenda mediática”, y agregó: “nosotros creemos que los proyectos políticos se caracterizan por las leyes que promulgan, y la primera ley que sacó Néstor Kirchner fue la ley migratoria que no sólo anuló la ley Videla sino que le dio derechos a los extranjeros”, y que “no hay ninguna duda de que el proyecto nacional y popular siempre va hacia adelante y sigue ampliando los derechos de los migrantes”.

El proyecto de ley que presentó el interbloque del Frente para la Victoria se inscribe en una serie de políticas públicas de inclusión social para los inmigrantes de la Patria Grande que residen en nuestro país, en el marco de la integración regional política, económica y cultural con los países sudamericanos.

Los verdaderos artistas conocen la muerte antes de morir"

El Indio Solari escribió un emotivo texto para recordar a Gustavo Cerati. "Ahora sí vas a poder evitar el cansancio de huir de la muerte", escribió.
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Por Indio Solari
Gustavo: Ahora sí vas a poder evitar el cansancio de huir de la muerte.
Todo este tiempo dormido fue necesario, quizá, para enseñarte a morir consolando a tus queridos. Los verdaderos artistas, estoy convencido, conocen la muerte antes de morir. No se dejan llevar ni un minuto antes ni uno después de reconciliarse con la vida. Dicen por allí que al morir nos es dado conocer el secreto de la música en nuestro primer llanto al nacer.
En cuanto a lo que me toca, me has hecho disfrutar de tu dulce voz y de tus espléndidos juegos con las guitarras. Tu etapa solista fue sólida y aventurera y es lo que más me gusta de lo que nos has dejado.
Bueno… a comenzar de nuevo en tierra incógnita.

Mi aplauso para vos

14) Ciudad Baigon (El Tesoro de los Inocentes) - Indio Solari (subtitulado)

viernes, 5 de septiembre de 2014

Las formas del miedo nacional Por Alejandro Horowicz



Desde el de las clases trabajadoras a perder el trabajo, o a los piquetes, al temor de las clases poseedoras. La máquina para fogonearlos nunca fue apagada del todo. Lo que dejo el paro del jueves.

Cuanto más cerca está un trabajador de la suspensión o del despido en la empresa donde trabaja, y cuanto más joven es, más lejos está de respaldar un paro general como el del jueves pasado. Estos axiomas provisionales regularon las evaluaciones políticas de las distintas dirigencias sindicales, y definieron su comportamiento frente al paro en mucha mayor medida que la proximidad o la distancia con el gobierno nacional; el miedo a quedar sin trabajo no impulsa precisamente el enfrentamiento, la búsqueda de acuerdo con la patronal pareciera el camino que la mayoría de los trabajadores considera válido. No faltaran quienes sostienen: el "miedo no es sonso". Admito que desconocer el miedo no ayuda, pero una decisión fundada en el miedo inmoviliza, y la inmovilidad nunca resultó una estrategia eficaz en ninguna crisis. Y se trata de eso, de la crisis económica global que finalmente terminó por desembarcar en la sociedad argentina.

En ese punto los fantasmas de 2001 readquieren toda su potencia disciplinante. La insistencia mediática sobre la similitud entre ambos escenarios, ya no es percibida por la sociedad como un ejercicio de "terrorismo verbal". El sogazo recesivo se hace sentir tanto en el consumo como en la producción, y el enfrentamiento con los fondos buitre complejiza el horizonte político. El precio de pizarra del dólar blue, a pesar de la pequeñez del mercado en el que opera, no deja de impactar en el comportamiento colectivo. Además, los medios comerciales concentrados, siguen su evolución como si se tratara del dato más relevante de la economía nacional.

Mientras tanto, estamos en medio del lanzamiento de las candidaturas presidenciales para 2015 en los diversos espacios políticos. Cuando la necesidad de simplificar al máximo el discurso político suele ser la regla de la propaganda electoral, las propuestas se vuelven cuadradamente binarias; entonces, la distancia entre los problemas a inteligir y resolver choca con la lógica de campaña, y ese choque se resuelve en detrimento de cualquier explicación argumentada. Es la distancia entre un análisis concienzudo del paro general y las chicanas portuarias entre Daniel Scioli y Sergio Massa.

Volvamos al inicio. La hipótesis analítica sobre el papel del miedo a perder el puesto de trabajo en la decisión de parar puede confirmarse por dos vías: la encuesta que realizara el Centro de Estudios de la Opinión Pública, CEOP, y negociaciones puntuales entre sindicatos y patronales. Scania, por citar un ejemplo relevante, negoció con el sindicato del ramo no despedir a 80 operarios, el 10% de sus trabajadores, a cambio de una sensible reducción del salario obrero. Ergo, el aumento obtenido en la última paritaria se terminó diluyendo, y como en rigor sólo era una corrección por inflación, la merma salarial se retraduce como disminución de la demanda solvente. El clásico ajuste que el gobierno rechazara como camino para salir de la crisis, terminó en este caso imponiendo sus términos.

La lectura de la encuesta del CEOP ayuda a entender matizadamente. El cuestionario incluyó una pregunta hipotética: plantear a los entrevistados qué harían en una situación de paro, sin piquetes y sin clima de incertidumbre; es que no pocos de los que se quedaron en casa pensaron que situaciones de violencia podían impedir su acceso al trabajo. En este cuadro hipotético, sólo el 23% se hubiera adherido al paro, mientras que el 68%, afirmó que hubieran ido a trabajar.

Es posible objetar metodológicamente esa pregunta. Sin embargo la uniformidad de la respuesta relativiza la crítica, y nos hace saber que se trata de una tendencia real. Los sectores de menores recursos, la clase media y los de altos ingresos, dijeron exactamente lo mismo. No deja de llamar la atención la distribución por edad de la respuesta, dado que los jóvenes irían a trabajar en una proporción aun mayor, 80%, que los demás; es decir, los que ingresaron al mercado laboral después de 2003 están menos dispuestos a sumarse a un paro general que los que ingresaron antes.

Algo termina quedando claro: un huelguista no es igual a otro huelguista; ¿el motivo de la diferencia? No arriesgan lo mismo. Para un trabajador de una empresa afectada por la recesión parar no es igual que para un empleado público. Muy difícilmente un docente pierda su puesto de trabajo por adherir a una huelga, a lo sumo le descontarán el día. En cambio, para un obrero de Pirelli o Firestone la cosa es más compleja. Por eso el nivel de presentismo entre los docentes de La Matanza difiere del número de los que el jueves trabajaron en FATE. En ese punto, una pregunta falta en la encuesta de CEOP: ¿considera usted que el paro es la medida de fuerza adecuada? Y si lo fuera: ¿cómo se organiza un paro general eficaz?

Algo no se le escapa a casi nadie: la preparación del paro fue mínima, y las consignas apenas si lograron dibujar vagamente un objetivo a materializar.

LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL. Un documento distribuido por el Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, informa que el número de muertos a manos de las fuerzas federales tuvo un incremento vertical: de 15 en el primer cuatrimestre de 2012, a 36 en el mismo período de 2014. De proseguir este ritmo, la cantidad anual de víctimas sería la más alta en todo el ciclo de gobiernos K.

Y otro tanto ocurre en la provincia de Buenos Aires, cuya policía ha duplicado la letalidad de los enfrentamientos a partir de 2005; el gobierno de Scioli utiliza la cantidad de "delincuentes abatidos" a modo de indicador operativo: mayor número de muertos, mayor el éxito de su plan de "emergencia en seguridad". Este plan eximió de control a las policías municipales, y habilitó en "forma provisoria" agencias de seguridad privadas. Para que se entienda, parte de los exonerados de las fuerzas de seguridad, que por antecedentes deberían ser excluidos, reingresan por esa discreta vía.

La seccional Capital de H.I.J.O.S equiparó los hechos de violencia institucional cometidos en el desalojo de Villa Lugano por la Policía Metropolitana, con los de la Policía Federal y la Gendarmería. El secretario general de La Cámpora, Andrés "Cuervo" Larroque, ya había expresado su desacuerdo con el método. H.I.J.O.S, por su parte, responsabilizó en el mismo plano al jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, su ministro de Seguridad Guillermo Montenegro y al secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni. Los machos malos –así los denominan– sostienen su proselitismo electoral en la exhibición de una práctica de represión al conflicto social, que una parte significativa de la sociedad mira con creciente simpatía.

Considere el miedo de los más vulnerables a perder su empleo. Además está el otro miedo con que también se manipula la sociedad. La máquina para fogonearlo nunca fue apagada del todo. Cada vez que el conflicto social despunta, ya porque la crisis sopla las brasas que lo alimentan, ya porque la sociedad alcanza una nueva conquista democrática (la alegría popular por la reaparición del nieto 114 llenó de odio a muchos) el miedo inflamado crece.

Un hilo negro recorre la historia nacional. Puede rastrearse a comienzos del siglo XX con la denominada Ley de Residencia. La 4144 permitía expulsar a un trabajador extranjero del territorio nacional, sin intervención del juez y sin admitir prueba en contra. La máxima discrecionalidad acompañaba el estado de excepción contra los trabajadores. El miedo de las clases poseedoras perdía sentido de las proporciones e iba acompañado de los instrumentos de represión más crueles.

Hoy el mismo miedo circula por otros andariveles. No se trata del temor a la Revolución Social, sino del temor a los delitos contra la propiedad. No pretendemos ignorar que ese miedo tiene una base legítima, pero es evidente que la respuesta represiva resulta manifiestamente ineficaz. Sobre todo, cuando las fuerzas encargadas en ejecutarla están colonizadas por la estructura mafiosa del delito que dicen combatir. El combo delito-crisis resulta particularmente inflamable, y en el escenario electoral en construcción las propuestas represivas parecen tener premio electoral.

Infonews

 

Insensibilidad y barbarie Por Hugo Presman


La mochila despareció entre los escombros de la casilla demolida por la topadora. El televisor fue destruido junto a la heladera y las camas. Debajo de la destrucción quedaron los esfuerzos y las esperanzas. La ropa y los juguetes, las zapatillas y los pulóveres, las frazadas y el calentador. Las cosas fueron aplastadas mientras los gritos de los chicos y el alarido de aquellas madres que aún no se habían despedido de sus crías para ir a trabajar, increpaban a los uniformados de la Metropolitana y la Gendarmería. Integrantes de las misma clase social, el poder económico los enfrentaba, unos jugando el papel de victimarios y los otros, cuatro mil personas, en su rol de víctimas. Ese lugar que la sociedad le asignó a los desposeídos mucho antes de haber nacido. Una vasta legión de empleadas de casas particulares, obreros de la construcción, trabajadores informales de talleres clandestinos. Seguramente conviviendo con algunos delincuentes en sus aspiraciones de ganarle una batalla al destino inexorable.

Fueron engañados como es habitual. Le dijeron que era un allanamiento por el crimen de una joven. Y salieron de sus humildes casillas, muchas de ellas de material, cuyos ladrillos fueron pegados con el cemento diluido en sudor y lágrimas, a la noche y al frio. Las estrellas titilaban pero algunos supusieron que lagrimeaban ante lo que estaba por suceder.

Cuando se dieron cuenta, ya era tarde. No era un allanamiento, era una expulsión de un espacio que habían ocupado en la desesperación del pavoroso problema de la tierra en el área metropolitana. Ahí en Villa Lugano, en un barrio llamado Papa Francisco, el mismo Papa que ha declarado: “Parecía Gaza, y me puse a llorar.” Sólo unos pocos, con la previsión que da otras dolorosas experiencias, pudieron salvar algunas de sus pertenencias.

La prepotencia de los desalojadores, solo es posible porque su corazón le fue extirpado para cumplir con su función. Nadie se imagina las topadoras entrando al Country El Camel donde fue asesinada María Marta García Belsunce, para esclarecer el mismo.

No vamos a discutir aquí la ocupación y la posibilidad del desalojo en un terreno contaminado, por haber sido un antiguo cementerio de autos. Lo que se plantea es la forma de la desocupación y la falta de soluciones alternativas posteriores por parte del gobierno de la Capital Federal en primer lugar y del gobierno nacional en segundo lugar.

No se puede esperar NADA del gobierno de Mauricio Macri que destina el 2,3% del presupuesto a la construcción de viviendas y encima subejecuta el mismo. El ex Presidente de Boca y candidato presidencial para el 2015, intenta presentarse como la nueva política pero atrasa muchas décadas y se opone al desarrollo industrial satelital afirmando que “hacen empresas tecnológicas que no funcionan” siendo aplaudido por empresarios integrantes de una burguesía de una torpeza cercana a la idiotez.

Llama la atención el estruendoso silencio de la jerarquía católica, tan sensible para hablar de la pobreza si es una forma de pegarle al gobierno nacional e imperturbable si el afectado puede ser el jefe de gobierno de la Capital.

La violencia desenfrenada no reparó en los fueros de los diputados del Frente para la Victoria Pablo Ferreyra y Horacio Pietragalla.

En cambio sí se debe y se puede tener expectativas por el gobierno nacional que se inscribe y se auto inscribe en la calificación de nacional y popular.

En el campo se decía que cuando el carro tirado por caballos quedaba empantanado, el propietario dirigía el rebenque hacia el mejor caballo porque era el único que lo podía sacar del pantano.

Por eso el rebenque- la crítica- va hacia Ud. Presidenta. Porque de Ud. se espera que no hubiera sido partícipe secundario de este horror y admitiendo que no puede estar en todo, una vez producida la barbarie, intentar paliar el daño producido. Si la política de un gobierno nacional y popular hacia los desposeídos de todo se superpone con el que representa fundamentalmente a los poderosos, las diferencias empiezan a desdibujarse.

Imaginemos por un instante que hubiera hecho Evita. Es fácil suponer que inflamada de ira hubiera denostado públicamente a Sergio Berni y al jefe de gendarmería, pidiendo sus relevos. Se hubiera trasladado a Villa Lugano y se abrazaría protectoramente con las víctimas. Y movería cielo y tierra para encontrarle un lugar provisoriamente adecuado para las víctimas. Porque Evita, mucho antes que el Che, practicaba lo que el revolucionario argentino les dijo a sus hijos en su carta de despedida: “….Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.” A Evita no había que contarle nada de la pobreza y de los dolores derivados, la conservó en cada partícula de su cuerpo, para que las alfombras del poder no le produjeran amnesia.

A veces Presidenta, siento que Ud. es más inteligente que sensible. Que su formación política, muy superior a la de Evita, a veces le endurece algunos sentimientos. Y otra vez es bueno recordar al Che: “Hay que endurecerse sin perder jamás la ternura.”

Volvamos a Villa Lugano y a esas madres con chicos que ocupan ahora la calle, a la intemperie, en algunos de los días más fríos de este invierno. En esos chicos a los que desde diarios centenarios u otro que cumple 69 años, le hablan de la educación como inserción en la sociedad y permanecen impasibles, porque simpatizan con Macri, a las topadoras que destruyen mochilas escolares y futuro. Y el silencio del gobierno nacional es estruendoso, porque es el mismo gobierno que destina positivamente más del 6% del presupuesto a educación, que fomenta la ciencia y la tecnología y repatría científicos.

En medio de la barbarie perpetrada, me imagino a algunos de esos chicos que hoy lloran por su hombre – araña destruido, por su muñeca desaparecida o por sus cuadernos debajo de los escombros, con la escuela ahora mucho más lejos, con la noche de horror alojado en su memoria, marginados y hambreados, mientras en la televisión un mundo maravilloso del cual están más lejos que el hombre de Saturno, tratando de robarle dentro de algunos años el celular o la bicicleta a mi nieto. O tal vez la mochila como una revancha con destinatario equivocado, de aquella que quedó en su recuerdo, bajo los escombros, en una noche de niebla e indiferencia. Actuando despiadadamente. Ejerciendo una violencia que calificaremos como incomprensible. Y en los noticieros y programas periodísticos tratándolo como otro caso de inseguridad. Y gente indignada, pidiendo nuevos desalojos y exigiendo la expulsión de los inmigrantes.

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