sábado, 7 de junio de 2014

› ROMA, CIUDAD ABIERTA Francisco se reunió con Milagro Sala

Durante un encuentro privado en el Vaticano, la referente del movimiento Tupac Amaru y legisladora jujeña le entregó a Jorge Bergoglio un documento en el que solicitaron "la apertura de los archivos de la época de la colonización" y convocaron a "escribir una nueva historia entre la Iglesia Católica y los pueblos originarios".
Sala llegó hasta Roma junto miembros de la comunidad kolla, guaraní y diaguita, además de varios integrantes de la organización que ella encabeza y que surgió en Jujuy. Al finalizar el encuentro manifestó sentirse "muy aliviada porque después de tantos años de despojos y explotación, teníamos muchas dudas en venir al Vaticano".
"Nos encontramos con un Papa muy humilde y dispuesto al diálogo. Me sorprendió mucho que me conociera", expresó y agregó: "Me dijo que sabía quién era yo y el trabajo social que hacíamos, lo que fue muy emocionante". Según informó La Tupac Amaru en un comunicado, durante el encuentro "sobre la labor social, el trabajo cooperativo en la construcción de viviendas, en salud, educación y deportes así como también en la atención a personas con discapacidad".


Página 12

Juan Santos, científico "La tarea científica está revalorizada"



La imagen del científico loco encerrado en su laboratorio puede parecer para algunos seductora, pero resulta falsa", sostiene el científico argentino Juan Santos (Buenos Aires, 1961), actualmente a cargo del Centro de Inteligencia Computacional del Departamento de Ingeniería Informática del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Santos estudió Ciencias Exactas en la Universidad de Buenos Aires, donde trabajó muchos años, antes de ser convocado por el ITBA. En 2002 participó junto con un grupo de alumnos de la UBA en el Mundial de Fútbol de robots en Corea. "Logramos un éxito que sorprendió a todos, incluidos nosotros mismos, porque la Argentina venía de pálida en pálida, en esos años de crisis, desinversión y desaliento", recuerda hoy, sentado en una sala del sexto piso del ITBA, en el Bajo porteño, donde tiene su laboratorio, que comparte con colegas y alumnos para hacer lo que sabe: robots.
Aquella vez en Corea, se trató de formar un equipo de robots que competían con el de otros países en una pequeña cancha de fútbol: "Llegamos a cuartos final, ojo", añade con una mezcla de timidez e hilaridad, la misma que mostrará durante toda la entrevista.

A mediados de 2005, y siempre desde la UBA, Santos dirigió el desarrollo de un robot anti explosivos que quedó terminado dos años y medio después, y que fue utilizado desde entonces por la Brigada de Explosivos en el cuerpo de Bomberos de la Policía Federal. "Fue una linda experiencia, y generó mucha expectativa. Los cambios de gestión, y el hecho de que yo haya tenido que migrar a una universidad privada, complicaron las cosas, pero incluso así, y con el paso del tiempo, la ex ministra de Seguridad Nilda Garré, y hasta la presidenta Cristina Fernández, quisieron reflotar el proyecto para que el país cuente con más unidades de este tipo. Fue una lástima no hacerlo, porque hoy, por ejemplo, Brasil compró a Estados Unidos diez unidades igualitas a la que hicimos nosotros para la seguridad en los estadios por el Mundial, cuando nosotros podríamos habérselas vendido perfectamente", explica.    

–Usted se dedicó fundamentalmente a desarrollar robots con aplicaciones muy prácticas.
–Desde hace bastantes años me dedico a eso, puntualmente. Ahora estoy dirigiendo un proyecto de un doctorando, Rodrigo Ramele, que se ocupa de robótica asistida. Y que consiste en procurarles ayuda a personas en proceso de rehabilitación. Muchas veces, esas personas con lesiones no muy severas, deben pasar mucho tiempo con sus terapistas. El proyecto de Rodrigo tiene que ver con crear una herramienta (interfaces cerebro computadora) que le dé información al terapista de los impulsos que una persona quiere llevar a cabo, pero no puede por sus lesiones. El terapista podrá contar con información básica como si la persona que tiene que ayudar no quiere o no puede hacer lo que el terapista le pide para su recuperación, o si la persona entendió bien lo que le piden, o está fatigado.
–En general, la imagen del robot se asoció a un tipo de robot con forma humana, eso que no se cansan de hacer y perfeccionar los japoneses.
–No sólo ellos, eh. Pero entiendo a lo que vas. Yo creo que la búsqueda de darle una forma humanoide al robot se explica en el caso de Japón por dos razones. Los problemas que allí existen en el cuidado de dos tipos de poblaciones: los ancianos y los niños. Un robot con forma humana tiene sentido para que sirvan en esos contextos de ayuda necesaria, y que esos grupos reconozcan al cercano como una compañía con forma humana. Dejando de lado este tema, que no es en absoluto menor, insistir en construir robots con forma humana no tiene ningún sentido.

–¿Se puede trabajar en robótica en la Argentina y no morir en el intento?
–Desde hace unos diez años, sí. Y no sólo en robótica, o en tecnología, o en tecnología aplicada en términos generales. Existe de un tiempo a esta parte toda una serie de financiamientos de proyectos que hace mucho no había, y toda una batería de revalorización de la tarea científica, desde el momento en que sea crea un ministerio dedicado a ello. Eso permite avanzar con la promoción de apoyos cotidianos, desde ofertas de repatriación de científicos, a becas, subsidios, mejora en los sueldos, y otros temas. Es de desear que esta situación, un poco tambaleante en estos momentos, no se suspenda. Ahora, desde luego, en la Argentina existen restricciones que no las tienen países muy ricos. Pero en nuestro país hoy existe un sistema científico. -<dl

Inicio > Argentina 07.06.2014 | volverá a analizarlo en setiembre de este año El FMI le dio el visto bueno al IPCnu y al nuevo PBI del Indec



"El Consejo Ejecutivo reconoció la implementación de todas las acciones especificas que había requerido en esta coyuntura y los pasos iniciales tomados por las autoridades del país para remediar la inexacta provisión de datos", señaló el organismo a través de un comunicado.
El FMI realizará dos nuevos balance; en septiembre de este año y en febrero de 2015. A finales de cada uno de esos meses el equipo técnico argentino debe presentar los avances registrados en las mediciones del Índice de Precios al Consumidor y del Producto Bruto Interno (PBI).

Una vez presentados los documentos se abrirá un período de unos 45 días de análisis del staff del organismo internacional y un par de semanas más hasta que se concrete el informe de la directora gerente, Christine Lagarde, a los directores del Consejo.
Los integrantes de este últimos son los que toman las recomendaciones técnicas y tienen la última palabra a nivel político.
Con este calendario en mente, el Fondo adelantó que la expectativa es que en novimebre Lagarde vuelva a informar a la junta Ejecutiva sobre el estado de la implementación de las modificaciones esperadas.
"El Fondo da la bienvenida a las conversaciones en curso con las autoridades argentinas para mejorar la calidad del IPC oficial y de los datos del PBI; y está dispuesto a continuar este diálogo y, más en general, en fortalecer aún más las relaciones con Argentina", agregó el organismo en su comunicado.
Estos pasos se dan porque en febrero del año pasado el FMI aplicó una moción de censura con potenciales sanciones al país por la falta de confiabilidad de los números que comunicaba el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Aunque en un principio la respuesta oficial fue de rechazo hacia la opinión del Fondo, el gobierno accedió a un trabajo conjunto y concretó el lanzamiento del IPCNu (que en su primer cuatrimestre de existencia acumuló un 11,9% de variación).
También llevó a cabo el cambio del año base de medición del crecimiento económico, que llevó a que el resultado total de 2013 bajara del 5 al 3%, lo que descartó el pago del cupón que está atado al PBI.  «

Pobreza: estudios, mitos y números que no cierran

Por Martín Romeo (@queruzo)
Es ya conocida la proliferación de mediciones sobre precios y evolución de los índices de pobreza e indigencia.
La indigencia se calcula como el % de población que no accede a una canasta básica alimentaria. La canasta supone la adquisición de productos de precio mínimo, es decir, el más barato de su rubro por la misma cantidad.
Esto en la práctica, es imposible de conseguir en un único lugar de compra por cuanto algunos productos son más baratos en unos lugares que en otros.
La canasta básica mide los precios de productos y cantidades que necesita un varón de 30 a 59 años para tener sus necesidades alimentarias cubiertas.
En referencia a lo alimentario existen incluso otros estudios que cuestionan la composición y las kilocalorías que proveen las canastas que habitualmente se utilizan para las estimaciones.
La canasta de pobreza es el resultado de multiplicar la canasta básica alimentaria por un coeficiente que agrega los gastos no alimentarios (vestimenta, transporte, salud, indumentaria, esparcimiento, vivienda, equipamiento, etc). Ese coeficiente se llama inversa de Engel; hagámosle un mínimo tributo.
De ahí se expande hacia el resto de los miembros según sexo y edad de los integrantes del hogar por cuanto cada uno de nosotros tenemos diferentes necesidades energéticas.
Aquí es donde, además, intervienen la estrategias de consumo de cada hogar que son muchas y distintas porque los hogares se componen de diferentes formas y tamaños.
De lo anterior se desprende que para medir pobreza hay que medir precios, el gasto de los hogares y luego la carencias por ingresos de la población de estudio. Estos son los requerimientos que hay que tener y que, no todos los que difunden estimaciones, tienen. No obstante, tenerlos no es garantía de nada.
El diario La Nación difundió en el día de hoy un estudio elaborado por la UCA sobre la incidencia de la pobreza en el conurbano de la Provincia de Buenos Aires que impactaría sobre el 30% de la población.

Durante la semana ya habíamos leído en Clarín que el 28,4% de los porteños vivía debajo de la línea de pobreza.


 La noticia del diario Clarín, remitía a un estudio elaborado por la Dirección de Estadísticas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que puede verse aquí.

Resultaba muy llamativa la convergencia de ambos estudios elaborados por un organismo oficial y una Universidad vinculada a la Iglesia por cuanto existe larga evidencia empírica de que los registros de pobreza de la ciudad de Buenos Aires y los partidos del Conurbano de la Provincia de Buenos Aires son marcadamente disímiles. Resultaba llamativo porque ambos estudios orillaban el 30% de pobreza para la región metropolitana casi sin diferencias entre las regiones.
Incluso, llamaba aún más la atención que la Dirección de Estadísticas del GCBA @EstadisticaBA difundiera desde su cuenta oficial una nota que claramente entraba en conflicto con sus propios datos.


Los resultados son claramente inconsistentes entre sí. Tal es así que la encuesta de la UCA (que difunde desde su cuenta la Dirección de Estadística del GCBA) informa que la pobreza en la Ciudad alcanzaría al 8%; algo que difiere notablemente del 28% informado por la propia Dirección.


Semejantes diferencias podrían tratar de entenderse a partir de márgenes de errores en las estimaciones como consecuencia de tamaños muestrales ostensiblemente diferentes.
La UCA informa un tamaño muestral (n=5700) discreto para medir la pobreza a nivel nacional y mucho más discreto si restringimos el análisis a los elementos correspondientes a la Ciudad de Buenos Aires. En consecuencia el margen de margen de error se expande en la estimación pero difícilmente podamos justificar la diferencia entre 8% y 28%.
En contraposición, la medición del GCBA informa un tamaño muestra de 9.578 elementos según surge de la Encuesta Anual de Hogares.
En síntesis, la muestra del GCBA es casi el doble de tamaño y para medir sólo la ciudad de Buenos Aires y sería una muestra con menor margen de error para la estimación.
¿Qué pasa entonces si proyectamos la pobreza nacional a partir de la muestra del GCBA?
Tomemos como referencia la encuesta de UCA y la relación de pobreza entre ciudad y país.
Si proyectamos esa relación a partir de la encuesta GCBA, la pobreza nacional sería de 101,4%. Un absurdo que nos eximimos de explicar.
Hay larga evidencia empírica que la pobreza a nivel nacional es claramente mayor que la registrada en la Ciudad. Tomando los datos oficiales informados por INDEC y para el período 2003-2007 para evitar discusiones al respecto del organismo, la pobreza en el país fue en promedio un 190% mayor que los valores registrados en la Ciudad.
En consecuencia, si aplicáramos esa relación histórica a la encuesta del GCBA (que como ya dijimos tiene una muestra más amplia) la pobreza nacional alcanzaría al 80% de la población. Otro absurdo que también nos eximimos de explicar aunque el valor esté comprendido en la escala porcentual.
Qué jodidos son los números. Porque una muestra de mayor tamaño (GCBA) nos lleva a un absurdo por la relación histórica de la incidencia de la pobreza de la ciudad respecto del total nacional.
Y una muestra discreta de tamaño menor y márgenes de errores más amplios (UCA) nos lleva a otras incongruencias que ya señalamos en otra oportunidad. Así es que las mediciones de UCA, alguna vez, registraron ya impresionantes caídas de pobreza nunca vistas (pero siempre publicadas jeje) del 35% al 22% tan sólo en meses.


Qué jodidos son los números.
Martín Romeo es Docente e Investigador de la UBA.

Por qué Argentina es importante para el BRICS, según la mirada rusa

Por: Juan Manuel Fontán

Entrevista exclusiva con el vicedirector de la televisión rusa y experto en política internacional, Sergey Brilev, a días de la cumbre del BRICS en la que participará Argentina. Qué tiene Argentina para ofrecerle al bloque económico. 

 

 

A una semana de la primera participación argentina en una cumbre de los BRICS (el bloque económico compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), INFOnews logró comunicarse con uno de los líderes de opinión más respetados y populares del Rusia, el gigante que encabeza junto a China este nuevo polo de poder mundial.
En una entrevista exclusiva, el subdirector de la televisión estatal rusa, Sergey Brilev, analiza el potencial aporte de Argentina a BRICS y hace hincapié en el aumento de las relaciones comerciales de los últimos tiempos entre su país y la zona rioplatense. Además, define la oportunidad de un organismo de financiamiento paralelo al FMI y cuenta su experiencia como entrevistador de líderes mundiales.
-¿Qué significa la invitación a Argentina para la cumbre de los BRICS?
-Muchas cosas. Es muy lógico, por un lado, porque Latinoamérica es una de las zonas más ambiciosas del planeta y está representada por sus dos gigantes: Brasil y Argentina. Yo no estoy de acuerdo con que el apogeo económico argentino haya terminado, creo que tiene mucho potencial. Si está en el G20, debe estar en el BRICS. Yo no comparto la versión radical antiimperialista del BRICS. No es productiva y hay que ser realistas. Pero nosotros (Rusia), no estuvimos presentes cuando se construyó el estado mundial financiero de hoy por el carácter socialista de la economía; y Argentina tampoco, por otras razones históricas. Ahora estamos en un mundo un poco raro donde, por ejemplo, debido al hecho de que el dólar es la moneda universal, tú y yo, hablando por Skype, financiamos a los Estados Unidos. Debe haber competencia, primeramente. Es normal. Al dólar le añadimos el Euro y, aunque no lo creas, el rublo ruso es de las monedas más convertibles libremente. Con los reales brasileros no podés ir a Europa. Con el rublo podés ir a Europa. El rublo se transformó en eso y estamos muy orgullosos. ¿Por qué no usar el rublo o el yuan chino para algunos pagos internacionales? BRICS sirve para esto.
-Significa crear lazos comerciales en monedas que no sean el dólar.
-Por ejemplo, vender el petróleo ruso a China. Los Chinos producen algo con ese petróleo que luego venden a Rusia. Es un sistema prácticamente autosuficiente. ¿Por qué pagamos en dólares entre nosotros? Argentina y Brasil hicieron pactos en reales y pesos. Estas cosas hay que desarrollarlas. Otra cosa es lo tecnológico-industrial. Los rusos y los brasileros somos competidores en el mercado mundial de aviones, pero hay muchas cosas en las que podríamos llegar a ponernos de acuerdo.
-¿En qué áreas podría aportar Argentina específicamente?
-En lo espacial, lo nuclear, lo energético, por poner algunos ejemplos. Si en Argentina hoy se vive una crisis energética, ¿por qué no lanzar todos esos planes industriales?
-¿A qué te referís con lo “espacial”?
-Me refiero a los observatorios argentinos. Participan con los rusos en sistemas de vigilancia del espacio hoy en día. Poca gente sabe eso. También hay un tema de cooperación entre el Mercosur y la Unión Aduanera acá. Las zonas francas del Mercosur para lo logístico y producción de cosas. Los camiones rusos Kamaz, que ganan el Dakar, se producen en Tatarstán. En Brasil los chasis de esos camiones ya se usan para los ómnibus Marcopolo.
-Julio De Vido estuvo en Rusia y China buscando inversiones para ese área justamente.
-Ahora, organizando una conferencia en Montevideo, he visto interés por parte de los inversionistas rusos en ir a la Argentina.
-Hay hace tiempo un acercamiento entre Rusia y Argentina. Hace poco más de dos meses se firmó un acuerdo de exportación de carne argentina a Rusia.
-En eso no hay nada nuevo. Si analizás el estado de cosas en el comercio bilateral ruso-argentino de los últimos 20 años, el ejemplo más grande es el de los años 80, 81 y 82, cuando la economía comunista de la Unión Soviética ya no funcionaba y estaba bajo el bloqueo occidental y cuando, paradójicamente, el gobierno militar argentino eligió no participar de ese bloqueo y exportaba carne argentina al mercado soviético. Ese mercado llegaba a 2 billones de dólares de aquel tiempo, que es un número enorme. Importaban carne y trigo. La Rusia moderna de hoy es exportadora de trigo y los rusos y argentinos somos competidores en ese mercado. No excluyo que Rusia se convierta en exportadora de carne en los próximos años.
-Argentina le vendió embriones a Rusia. Es como exportar razas.
-Eso es interesante y es inexplicable por qué no está Argentina involucrada en esta industria ya. Por ejemplo, en la comitiva rusa que viene a mi conferencia a Uruguay (a la inauguración del Instituto Bellinghaussen para las Américas) , viene el presidente de la República de Tatarstán, quien hace un par de años trajo un avión de vacas vivas desde Australia, ahora está trabajando en el tema de embriones. Están colaborando con Rusia los canadienses, los australianos, los neozelandeses y los estadounidenses. ¿Dónde está la República Argentina? Rusia impota, por ejemplo, fideos. Esos vienen de Italia o de otros países. Podemos comprarle a los italianos, pero también los argentinos, lo cual será más barato. ¿Por qué no pensar ahí?
Brilev es uno de los líderes de opinión más importantes de Rusia. Además de ser el subdirector de la televisión estatal de su país, es uno de los periodistas que más jefes de estado ha tenido la oportunidad de entrevistar cara a cara. Desde George Bush, Barack Obama y David Cameron, pasando por Vladimir Putin, Dimitri Medvedev y hasta miembros de la familia Castro, Michelle Bachelet, Daniel Ortega y Hugo Chávez. Sin embargo, su cuenta pendiente sigue siendo Cristina Kirchner.
Además, Brilev está especializado en latinoamérica desde su nacimiento, cuando fue en tierra cubana que su madre le dio a luz. También pasó parte de su infancia en Uruguay, por lo tanto su español es casi perfecto. Actualmente se encuentra por inaugurar el Instituto Bering-Bellingshausen para las Américas (IBBA), cuyo objetivo es estrechar las relaciones comerciales entre la zona rioplatense y Rusia.
¿Ves alguna ventaja en especial en la zona del Río de la Plata?
-Argentina, a pesar del desequilibrio económico, tiene una ventaja muy seria que comparte con toda la región rioplatense. El PNB (Producto Nacional Bruto) per cápita es prácticamente igual al ruso, 16 o 18 mil dólares por persona. En Europa están en 32 o 33 y en Estados Unidos cuarenta y pico. Económicamente estamos a la par, pero si venís a Moscú y comparás precios, te darás cuenta que los precios de muchos productos son 20, 30 o 40 por ciento más caros que en Europa. Sin embargo, en Argentina el nivel de precios refleja mejor el nivel de ganancias. Si en un mercado de precios rusos, producen cosas alimentos a precio argentino, el margen de ganancias va a ser mucho más ventajoso.
-En Argentina el periodismo es muy escéptico con las posibilidades de Argentina a entrar a BRICS. Vos, con el acceso a la información que tenés, ¿crees que se equivocan?
-Esperamos a que vengan los argentinos a la cumbre y discutan cosas. Lo que me parece que puede ser muy útil para Argentina es involucrarse en el proyecto interbancario de BRICS, porque está creando un fondo de apoyo a las economías frente a la crisis sin tener que ir al FMI. Es un organismo paralelo. Es muy lógica la decisión porque el FMI ya no refleja el estado de cosas de la economía de hoy. O sea, los países líderes del mundo en desarrollo no están adecuadamente representados en organismos como ese o el Banco Mundial. BRICS llegó a la conclusión de crear un mecanismo propio. Creo que eso sería ventajoso para la Argentina.
-Has entrevistado a muchos mandatarios de latinoamérica, por ejemplo a Hugo Chávez. ¿Qué recuerdos tenés de tus encuentros con él?
-Chávez fue una persona muy interesante. Antes de encontrarme con él por primera vez, tenía esa imagen de orador populista. Yo tuve la suerte de encontrarme con alguien que lo conocía bastante bien. Le pregunté a esa persona con qué me iba a encontrar, cómo tenía que portarme. El señor me dijo que me iba a encontrar con una persona muy diferente a la imagen pública. Tuvo razón. Me he encontrado con Chávez cuatro o cinco veces. Fue un tipo sorprendentemente pensador, muy tranquilo en circunstancias privadas. Tenía una agenda en la que creía, pero estaba dispuesto a pensar y a discutir. Si te encontrabas con él en circunstancias públicas, era otra cosa. Era un tipo muy interesante. Yo tuve el privilegio de conocerlo. No necesariamente estaba de acuerdo con sus ideas, pero era un tipo muy especial.
-Si pudieses entrevistar a Cristina Kirchner, ¿cuál sería la pregunta central de tu entrevista?
-Ignoraría lo puramente argentino doméstico. Hablaría con ella sobre lo que hablamos en esta entrevista. La visión de ella del mundo. Norte, sur. Países en desarrollo y desarrollados. Coincidencias y conflicto. Si hablás con los argentinos de la agenda argentina se repite lo mismo de lo que se habla en Rusia. Son países muy similares.
Producción: Katerina Medvedeva, editora de Russia Beyond the Headlines en Argentina y Uruguay.

La Cámara Federal sobreseyó a Mulford y otros ocho acusados por el Megacanje

La Cámara Federal porteña sobreseyó por prescripción del delito al banquero estadounidense David Mulford, en la causa que investiga el llamado "Megacanje" de deuda durante el gobierno de Fernando de la Rúa, y tomó la misma decisión con otros ocho acusados, entre ellos Horacio Liendo y el actual diputado nacional por el PRO Federico Adolfo Sturzenegger.
La decisión fue de la Sala II delTribunal Federal de Apelaciones que dispuso el sobreseimiento de Mulford, quien nunca pudo ser llevado a declarar ante la justicia argentina, según la resolución firmada por los camaristas Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah.

En otra resolución simultánea se sobreseyó, además, a otros ocho procesados en la causa, entre ellos el ex secretario de Hacienda Jorge Baldrich; el ex subdirector de Financiameinto, Jacobo Dreizzen; el ex asesor del entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, Horacio Liendo; y el ex secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger.
La Cámara entendió que "es forzoso concluir que a esta altura –procesal y temporal– en la cual no ha logrado superarse el estado de incertidumbre que llevó, en todos los casos, al dictado de un criterio expectante, sólo procede la solución conclusiva prevista por el artículo 336, inciso 4° de Código Procesal Penal de la Nación", es decir el sobreseimiento.
Los camaristas revocaron también un pedido de captura dictado respecto de Mulford por el juez Marcelo Martínez de Giorgi en septiembre de 2012, quien consideró al ex funcionario de EE UU y actual alto ejecutivo del banco suizo Credit Suisse, en "rebeldía" por no presentarse a testificar en la causa de la que era el instructor. Martínez de Giorgi requirió los servicios de Interpol para lograr el arresto de Mulford, cosa que nunca sucedió.

El "Megacanje" fue una operación financiera realizada en junio de 2001 por el equipo económico que comandaba Cavallo y que derivó en la transformación de ciertos bonos en poder de algunos bancos extranjeros en préstamos garantizados. No sólo no impidió el default de fines de ese año sino que abultó la deuda pública en 53 mil millones de dólares. Ahora, la investigación de diez años sobre el desfalco producido al calor de esa operación financiera queda en fojas cero. No obstante, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo irá a juicio oral por esta causa, aunque en medios tribunalicios presumían ayer que la decisión de la Cámara Federal porteña podría abrir el camino de su absolución.
En febrero del año pasado, la Cámara Federal rechazó un planteo de la defensa de Mulford que reclamó la nulidad del pedido de captura internacional del banquero. Y pocos días antes, la Corte Suprema había rechazado un recurso de queja presentado en favor de Mulford y que buscaba evitar que éste declarara en la causa que instruía Martínez de Giorgi. No obstante estos antecedentes, la Cámara consideró que no hay elementos ciertos para seguir la causa. «
TIEMPO ARGENTINO

Orlando el Sucio Por Osvaldo Soriano

Orlando el Sucio vino al club como entrenador en 1961. Declaró que nos iba a conducir a la copa de la mano o a las patadas. "Yo soy un ganador nato", nos dijo y se refregó la nariz achatada.
Era petiso, barrigón, de pelo grasiento y tenía tantos bolsillos en la ropa que cuando viajaba no necesitaba equipaje. Después del primer entrenamiento nos llamó uno a uno a todos los del plantel. No sé qué les dijo a los otros, pero a Pancho González y a mí nos llevó a un costado del terreno y nos invitó con caramelos de limón que sacó del bolsillo más pequeño.
—Usted tiene aspecto de no hacerle un gol a nadie —dijo y miró los ojos tristes de Pancho. Orlando tenía las pupilas grises como nubes de tormenta y la barba mal afeitada.
—Para eso está él —le contestó González y me señaló con la cabeza. Pancho era nuestro Pelé, un tipo capaz de arrancarle música a la pelota y si no hacía goles creo que era por temor a que después no le devolvieran la pelota.
—Usted es duro con la derecha, viejo —me dijo a mí—, pero desde mañana empieza a pegarle contra la pared hasta que se le ablande.
Desde entonces me tuvo un mes haciendo rebotar la pelota contra una pared con la pierna más torpe. Había colgado un neumático de coche a un metro del suelo y yo tenía que embocar en el agujero desde veinticinco metros de distancia. A cada rebote corría para recogerla al vuelo otra vez con el mismo pie y así me quedaba, horas y horas. Orlando el Sucio me vigilaba y de tanto en tanto se acercaba a invitarme con un caramelo y decirme que un goleador debe ser preciso como un relojero y ágil como una liebre.
Cuando vio que yo había afinado la puntería, llamó a González y nos reunió en un boliche de mala muerte donde el viento del desierto sacudía la puerta y entraba por las rendijas de las ventanas.
Pedimos vino blanco y queso de las chacras y Orlando revolvió en los bolsillos hasta que encontró un frasco sin etiqueta y una libreta de apuntes. Echó la cabeza hacia atrás, se llenó la nariz con unas gotas amarillentas, respiró hondo con un gesto de disgusto y nos miró como a dos amigos de mucho tiempo.
—No quiero pudrirme en este lugar de mierda —dijo con voz desencantada—. Hay que rajar para Buenos Aires antes de que nos lleve el viento o nos agarre la fiebre amarilla.
González asintió con su cara dulce y se dio por aludido.
—Tengo que tirar más seguido al arco —se disculpó.
—No, usted va a hacer algo más útil. Mire.
Bebió un trago de vino que se le chorreó sobre la camisa, abrió la libreta llena de apuntes a lápiz y se puso a dibujar un arquero con trazo torpe. Lo hizo con gorra pero sin ojos ni nariz ni boca.
—Éste es su hombre en el córner —y buscó en otro bolsillo un pañuelo con un nudo—. Usted lo anula y él la manda adentro.
Me estaba señalando con el lápiz. Pancho González puso cara de sorpresa.
—En el área chica no se puede cargar al arquero.
—No, no se trata de eso, hay que darle un pinchazo, nada más.
Al principio no entendimos pero cuando desanudó el pañuelo vimos las espinas de cactus atadas con un hilo azul.
—Aquí, ¿ve? —señaló la silueta del arquero a la altura de las nalgas—. Se quedan duros como estarnas.
Sacó dos espinas, las miró al trasluz y nos alcanzó una a cada uno. González observó la suya con curiosidad y un poco de repugnancia, él, que siempre se marchaba del terreno felicitado por los adversarios.
—Yo no soy ningún criminal —dijo y tiró la espina sobre la mesa. En ese momento el viento hizo temblar las ventanas y los tres quedamos cubiertos de polvo.
Orlando el Sucio hizo una mueca de contrariedad o de desilusión y le puso una mano sobre el brazo:
—Vea, González, usted no le va a marcar un gol a nadie en toda su vida y yo necesito salir de aquí. Si usted no quiere hacerlo, puedo poner a otro. Piénselo. Uno no puede pasarse la existencia con la nariz seca y pagando mujeres en el prostíbulo. Yo tengo un contacto en Boca y si ganamos nos vamos los tres a Buenos Aires. ¿Ustedes ya conocen?
Los dos dijimos que no. Entonces me miró a mí, con sus ojos de tormenta y se tocó la nariz.
—¿Usted sangra fácil? —me preguntó.
Al principio no entendí pero más tarde tomé conciencia de que en esa mesa habíamos empezado a ganar la final que un mes después se jugó dos mil kilómetros más al sur, en Río Gallegos.
—Como todo el mundo —le contesté—. Si me dan un codazo...
—Justamente —dijo—, usted va a recibir un codazo y se va a quedar en el suelo, chorreando sangre. Sin hacer aspaviento, medio desmayado, ¿me sigue?
—La verdad, no.
—En el momento en que yo le haga una seña desde el banco usted se pellizca la nariz hasta que sangre. Hay que hacerlo expulsar al cinco de ellos que es el que lleva la manija.
Después, en la pensión donde él vivía, Orlando el Sucio me revisó la nariz con una linterna, encontró la vena adecuada y me explicó cómo debía hacerlo.
Detestaba ese lugar y si había venido desde Buenos Aires era porque necesitaba algún dinero y andaba detrás de alguien. Por las noches se sentaba solo en el bar mirando el fondo del vaso y dibujaba la silueta de una mujer en las servilletas. La madrugada antes de viajar a Río Gallegos lo encontré en el prostíbulo del pueblo. Estaba sentado en el sillón de la sala de espera de la gitana Natasha, diluido detrás de una lámpara, con el cigarrillo entre los dedos y un paquete de masas sobre las rodillas apretadas.
Al verme puso cara de reproche pero después me convidó con un caramelo de limón y señaló la puerta de la pieza con un gesto.
—¿Usted también cobró?
Le dije que sí.
—Un goleador tiene que cuidarse —dijo y volvió a señalar la puerta de la habitación—. Si usted aprende a pegarle con la derecha nos vamos a llenar de oro.
—Eso ya me lo dijo otro entrenador.
No me oyó. Metió la mano en un bolsillo perdido entre los pliegues de la cazadora y sacó una revista arrugada, abierta en la página donde había una foto de la calle Corrientes en el cruce del Obelisco.
—Mire —me dijo—, aquí tenemos que llegar noso¬tros. Yo tengo un amigo...
—En Boca —dije.
—Boca —sonrió—. Ése es el primer paso. Después Barcelona o Juventus. Pero para eso hay que manejar las dos piernas y acercarse a algún lugar civilizado donde nos puedan ver.
—¿Por qué odia tanto a este pueblo? —le pregunté.
—Algún día, cuando llegue aquí —señaló la foto de la revista—, se lo voy a contar.
La gitana Natasha abrió la puerta y lo vi darle un beso en la mejilla mientras dejaba el paquete de masas sobre la cama. Afuera el viento levantaba remolinos de arena y hacía rechinar los dientes de las mujeres que esperaban clientes en la puerta. Entré en lo de una flaca muy blanca, de piernas afeitadas, que hablaba todo el tiempo de unos inspectores de higiene que la perseguían y la extorsionaban. Mientras le pagaba vi, abajo del cenicero, la misma revista que tenía Orlando el Sucio, abierta en la misma página.
Al día siguiente salimos para Río Gallegos en un ómnibus al que hubo que empujar en los pantanos y en las subidas. En dos días llegamos a una ciudad cubierta de nieve y fuimos a jugar casi sin descansar, con un frío inolvidable.
Pancho González se puso a pisar la pelota, a hacer amagues, a mover la cintura, a picar y a gambetear hasta que nos mareó a todos. El cinco de ellos no se me acercó demasiado pero igual yo protesté y me quejé varias veces para que el referí lo tuviera bien señalado. Cuando empezó el segundo tiempo pasé a su lado, me pellizqué la vena de la nariz y me tiré al suelo con la camisa bañada en sangre.
El cinco se cansó de explicar que no me había hecho nada. Yo estaba allí en el piso, sangrando como un cordero degollado y a él lo expulsaron de la cancha por juego sucio. Orlando vino a ponerme una pomada para cicatrizar la herida y me dijo que así nunca iríamos al cielo pero que tal vez llegáramos a Chacarita y en una de ésas a Boca. Enseguida Pancho González hizo un gol de tiro libre y nos asombró a todos. Después fue goleada y todo anduvo bien hasta que en un córner se produjo un entrevero y González se dejó la espina clavada en un brazo del arquero. El árbitro se enfureció pero como le discutíamos y alguien se atrevió a patearle los tobillos, suspendió el partido y llamó a los gendarmes para que pusieran orden.
Estuvimos tres días refugiados en un cuartel de bomberos y no hubo manera de salir por la carretera donde nos esperaban los hinchas de Río Gallegos. Al amanecer los gendarmes nos pusieron en un barco de carga y ésa fue la única vez que estuve en el mar. Viajamos dos semanas sin camarote, comiendo porque¬rías, hasta que nos arrojaron en un puerto miserable. Mucho tiempo después nos enteramos de que el partido había sido declarado nulo y que ese año no hubo cam¬peón. Orlando el Sucio ya no estaba con nosotros.
Años más tarde, cuando yo era periodista en Buenos Aires, se apareció en la redacción, ya calvo, pero siempre lleno de bolsillos. Venía a publicitar un método infalible para ganar a la ruleta y me preguntó por qué me había frustrado como goleador.
—No sé, un día el arco se me hizo más chico —le lije.
—A veces pasa —me dijo, y me alcanzó una foto de cuando él era joven. Estaba con la camiseta de Independiente—. Tres cosas marcaron mi vida —explicó—. El día que se me achicó el arco, la noche que perdí cien mil pesos en el casino y la madrugada que se fue la mujer de la que estaba enamorado. Cuando nos conocimos en leí sur yo estaba buscando a esa mujer y a alguien que hiciera los goles en mi lugar. Usted no pudo ser por aquel accidente, pero encontré a otro pibe en Mendoza y nos cansamos de ganar finales. ¿Sabe cómo volví a Buenos Aires? ¡Me trajeron en andas!
—¿Encontró a la mujer? —le pregunté. —No —dijo, y se le ensombreció la mirada—. Siem¬pre hay que resignar algo en la vida. ¿Quiere que le diga una cosa? Usted tenía talento en el área. Es una lástima que haya terminado así, teniendo que escribir tonterías. Seguro que no aprendió a pegarle con la derecha.
—Al menos tengo suerte con las mujeres —mentí. Me miró con una mueca despectiva, sacó un par de caramelos de limón y me pasó uno.
—Ése es un buen consuelo —dijo, y me guiñó un ojo.

(De Cuentos de los años felices)