domingo, 18 de mayo de 2014

Por Hernan Dearriba Los primeros pasos hacia 2015

La política transita las semanas previas al Mundial de fútbol entre los devaneos preelectorales y las complicaciones económicas. Los tiempos de las candidaturas se aceleraron más de lo esperado y pese a los comentarios de rigor sobre lo inoportuno de hablar de postulaciones con semejante antelación, todos los actores cumplen su rol escénico pensando pura y exclusivamente en qué les deparará el 2015. 
Para muestra basta un botón. El cordobés José Manuel de la Sota le abrió una vez más la puerta a la resignación de su candidatura presidencial. Profeta en su tierra, el mediterráneo nunca alcanzó una dimensión política nacional. Después de un par de intentos fallidos, el último cuando Eduardo Duhalde debió resignar su intención de impulsarlo como su sucesor porque media menos que el propio Néstor Kirchner, De la Sota señaló esta semana que estaría dispuesto a ir a una interna con el ex intendente de Tigre Sergio Massa por afuera del peronismo. 
Dicho en criollo, el gobernador de Córdoba reconoció públicamente lo que todas las encuestas sostienen: que no le alcanza para entrar en la selecta foto de los que tienen posibilidades de aspirar al sillón presidencial el año próximo. Massa recibió de buen grado la insinuación de De la Sota y recordó sus cualidades para la política internacional (le quedaron aceitados contactos luego de su paso como embajador en Brasil).
Lenta pero inexorablemente, todos van mostrando sus cartas. El kirchnerismo, con aciertos y errores, hace su apuesta por los sectores más desprotegidos.
La oferta del cordobés lo seduce al líder del Frente Renovador porque le habilita un sparring para enfrentar en las primarias abiertas de su fuerza política, por afuera del peronismo, pero con la garantía de que ganará por un amplio margen. Una de las preocupaciones en la conducción del Frente Renovador es que la interna del peronismo termine acaparando la atención mediática y política y relegue a un segundo plano la figura de su principal referente, que iría a las primarias compitiendo contra sí mismo. Todos los políticos miran como positiva la experiencia de UNEN en la Ciudad de Buenos Aires. 
Para esta altura está claro que ni Massa ni el gobernador Daniel Scioli harán caso a los consejos del ex presidente Eduardo Duhalde, quien le recomendó a ambos ir por adentro del PJ para garantizar un triunfo electoral. 
El bonaerense mantuvo una intensa agenda política que incluyó al presidente de la UCR, Ernesto Sanz, en un encuentro institucional con los intendentes radicales de la provincia. Scioli va aglutinando el respaldo del sector mayoritario del peronismo, pese a que se sigan sumando candidatos a la campaña. Esta semana fue el turno del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, quien oficializó sus intenciones de llegar a la Rosada el próximo turno.
Si se le hace caso a la foto que hoy muestran las encuestas, la disputa final no pasaría de Scioli, Massa, el alcalde porteño Mauricio Macri y el postulante que salga del conglomerado del Frente Amplio-UNEN. 
Lo de la alianza entre el pan-radicalismo y los socialistas es muy difícil de desentrañar por estas horas –puede salir pato o gallareta–, mientras que la mayoría de los postulantes que aspiran a mojarle la oreja a Scioli por adentro del oficialismo están lejos en los números. 
La excepción es el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, quien se enfrentó esta semana con una medida de fuerza difícil de explicar por parte de los trabajadores del ferrocarril Sarmiento. La línea está a punto de ser completamente renovada y los seguidores de Rubén "Pollo" Sobrero reclaman una indemnización por el traspaso de la concesión de una empresa privada a manos del Estado. El sindicalista sostiene que en otras líneas se otorgó ese beneficio a los trabajadores, mientras que Randazzo asevera que el planteo es injustificado e ilegal. En el medio, 300 mil personas sufren las consecuencias todos los días.
La economía no atraviesa su mejor momento. El INDEC reconoció el viernes que en marzo la actividad se contrajo 0,9% y revisó a la baja sus números de los primeros dos meses del año. Se multiplican las suspensiones en la industria automotriz, que se contrajo un 25% en marzo. Los empresarios coinciden en que la tormenta pasará en el segundo semestre y desde el gobierno garantizan que la tendencia declinante en los precios se mantendrá en los próximos meses. El objetivo sería garantizar una inflación que al final del año se ubique más cerca del 25 que del 30%, con paritarias en torno del 30% y el dólar contenido en un nivel no muy superior al de los ocho pesos. La tarea de hacer confluir esas variables no será sencilla, pero si lo consigue, el equipo económico podrá aspirar a un 2015 mucho más tranquilo.
Mientras tanto, el frente judicial se volvió a abrir para el gobierno. El jueves, la Cámara Federal declaró la inconstitucionalidad del Memorándum de Entendimiento con Irán para intentar esclarecer el atentado contra la sede de la AMIA. El planteo lo realizó la DAIA y fue rechazado en primera instancia por el juez Canicoba Corral. 
La Cámara Federal señaló que el Ejecutivo se extralimitó en sus funciones, aunque destacó la buena voluntad del gobierno por conocer la verdad. En cambio, la Casa Rosada denunció que la justicia se entrometió en funciones que la Constitución claramente atribuye al Ejecutivo y al Senado. 
En cualquier caso, algunos referentes de la oposición celebraron el fallo como un duro revés contra el kirchnerismo. No es nueva la utilización política de una investigación de la justicia que les debe a las víctimas, a los familiares y a todos los ciudadanos argentinos respuestas, Memoria, Verdad y Justicia. Así lo planteó el vicepresidente en ejercicio de la presidencia de la AMIA, Thomas Saieg, quien sostuvo que la entidad "no tiene nada que festejar". Al final de la historia, la Cámara invalidó un instrumento que era apenas una alternativa que se le otorgaba al juez Canicoba Corral para destrabar la investigación. Elisa Carrió una vez más se despistó y Massa propuso hacer "algunos ajustes" para permitir el juicio en ausencia de los acusados. Esos "ajustes" implican ni más ni menos que una reforma de la Constitución Nacional. 
Es historia contrafáctica, pero después de las críticas que efectuó el año pasado en la Asamblea General de las Naciones Unidas, era probable que en la reunión de septiembre próximo la presidenta optara por tomar una decisión drástica sobre el tema. Ahora aparece obligada por las circunstancias a defender el Memorándum que, según los tiempos procesales naturales, ya no podrá ser aplicado durante lo que resta de su mandato. El fallo de la Cámara entonces terminó con el Memorándum y acrecienta la posibilidad de que el crimen quede impune. 
Para cerrar la semana, el viernes la Cámara de Casación rechazó el pedido del vicepresidente Amado Boudou para que sea sobreseído en la causa Ciccone. La investigación seguirá y el titular del Senado podrá ser llamado a declarar, un acto de defensa que no implica culpabilidad, pero el impacto político no debe ser soslayado.
De todos modos, el oficialismo también pudo anotarse sus porotos. El Grupo Clarín anunció formalmente su propuesta de división y terminó con algunos interrogantes. Finalmente, Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble se desprenderán de sus participaciones en el diario Clarín, radio Mitre y las señales televisivas. El planteo inicial es que puede tratarse de un maquillaje, pero eso no será tan sencillo. Por primera vez en cuatro décadas, el hombre fuerte del sistema mediático argentino quedará afuera del negocio de la palabra. Todavía es temprano para especular sobre el impacto que tendrá esa movida en el gigante mediático y para saber si Magnetto se retirará también de la actividad gremial empresaria, en la que es un protagonista central. Es la consecuencia de la aplicación de una ley de la democracia, largamente debatida y sancionada por el Parlamento, pero para el oficialismo es bastante más que eso. 
Lejos de las recomendaciones ortodoxas y de los planteos de algunos sectores de la oposición, la presidenta Cristina Fernández ratificó el ADN de las políticas kirchneristas y anunció un incremento del 40% en las asignaciones familiares. Lo hizo el mismo día en que enfrentó una deslucida marcha de la CGT opositora que conduce Hugo Moyano, que subió al estrado a Juan Carlos Blumberg para ratificar su cambio de agenda con eje ahora en los reclamos contra la inseguridad.
El camionero y buena parte de la oposición insistieron en cambio con una modificación en el Impuesto a las Ganancias que afectan al 20% de los trabajadores. No hay dudas de que el sistema tributario argentino pide a gritos una reformulación, para hacerlo menos regresivo. El oficialismo no puso nunca en su agenda esa renovación y la propia presidenta aclaró que los ingresos por IVA y Ganancias son centrales para garantizar el pago de las jubilaciones actuales y la Asignación Universal. 
Lenta pero inexorablemente, todos van mostrando sus cartas. El kirchnerismo, con aciertos y errores, hace su apuesta por los sectores más desprotegidos. Scioli incrementa su perfil de gestión con tradición peronista. El Frente Renovador concentra sus fichas en la clase media y otros actores, como Elisa Carrió, sobreactúan su antiperonismo. Son apenas los primeros pasos de un largo camino hasta el 2015.
TIEMPO ARGENTINO

Fontevecchia publicó un mail de Lanata y le recomendó "bajar un cambio"

Lo que podía haber quedado como un título ganchero terminó en un enfrentamiento entre el director de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia, y la principal espada periodística del Grupo Clarín, Jorge Lanata. Es que al fundador de Página/12 y Crítica no le gustó que el semanario Perfil señalara en tapa que el reality show MasterChef lo había vencido en rating y realizó un monólogo en su programa de Radio Mitre criticando el enfoque del artículo.
"Llega un momento que tengo las pelotas por el piso de tipos con mala leche, o brutos, como los de Perfil, que terminan poniendo “Cómo el programa de cocina destrozó a Lanata”. Matate, querido. Primero vendé ejemplares, Javier Calvo, Fontevecchia y todos los que se te ocurran. Esto es lo que quería decir. Me enojé porque me parece que estoy rodeado de hijos de puta en un medio hijo de puta, y completamente injusto para con nosotros", lanzó sin pausa Lanata.
Fontevecchia parece haber quedado afectado por esos dichos y decidió responderle en su tradicional columna dominical, pero además publicó un mail personal que le había enviado Lanata.
Lanata: "Llega un momento que tengo las pelotas por el piso de tipos con mala leche, o brutos, como los de Perfil"

"Javier, acabo de llegar de la tele. Esta noche –no sé el promedio porque recién sale mañana –calculo que les habremos ganado a los cocineros por dos puntos aproximadamente. Ellos nos ganaron el domingo pasado por MEDIO PUNTO. Sin embargo, eso fue suficiente para que Perfil, en su tapa de hoy, publicara un artículo donde explica “por qué los cocineros le ganaron a Lanata”. ¿El domingo que viene qué van a poner? ¿Por qué no le ganaron? O ustedes no entienden un pomo de televisión, lo que es probable, o lo hicieron de mala leche. En cualquiera de los dos casos, quería decirte que me rompe las pelotas. Copio este correo a Jorge. Saludos”.
El CEO afirmó que "no precisa Lanata hacer el programa de más rating del mes o del día para ser el más influyente", le reprochó al periodista que su editorial es donde "siempre más solidariamente se lo recibió" y dijo que de la única manera en que podría pensar que "se podía tener mala leche contra él, era porque estaba pasado de revoluciones".
Fontevecchia: "Té de tilo para Lanata, quien precisa bajar un cambio de su frenético ritmo de trabajo porque, a doscientos kilómetros por hora en un auto, no se ve bien el paisaje".

Con respecto a la baja venta de ejemplares, Fontevecchia chicaneó con que "todas las veces que nos tocó competir por el reconocimiento de la audiencia en gráfica (el diario Crítica versus Perfil o la revista XXI versus la revista Noticias), las publicaciones de Editorial Perfil tuvieron siempre promedios de venta de ejemplares (equivalente al rating en la TV) superiores a las publicaciones de Lanata".
Para cerrar recomendó "té de tilo para Lanata, quien precisa bajar un cambio de su frenético ritmo de trabajo (ese lunes contó haber dormido sólo algunas horas) porque, a doscientos kilómetros por hora en un auto, no se ve bien el paisaje. Y si hoy ganara el Martín Fierro de Oro, que no vuelva a acelerar".

El fin de ciclo de Magnetto y Noble

Un paso crucial en el proceso de adecuación en el que será central el control del Estado. Cómo se decidió la operación de escisión del Grupo Clarín SA que pretende aprobar el 30 de junio en asamblea de accionistas para cumplir con la Ley de Medios de la democracia. El viaje del CEO a Nueva York y la congoja de Pagliaro, uno de los socios. La actitud vigilante de la AFSCA, la CNV y la UFI. ¿Para quién queda Papel Prensa?


La noticia es impactante por su fuerte contenido simbólico y práctico. Quizá sea la más relevante luego del fallo que resolvió la constitucionalidad plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). "Magnetto y Herrera de Noble se van de Clarín para adecuarse a la Ley de Medios", tituló Tiempo Argentino. "El Grupo Clarín presentó su propuesta de nuevos accionistas", dijo Clarín. "El Grupo Clarín quedó dividido en dos partes con socios diferentes", publicó La Nación; y Página/12 decidió titular: "Los nombres de la división de Clarín".
En síntesis, con su informe a la Comisión Nacional de Valores (CNV) presentado el miércoles 14 de mayo y su notificación a la AFSCA dos días más tarde, los accionistas del Grupo Clarín S.A., cotizante en las bolsas de Buenos Aires y Londres, iniciaron formalmente el proceso comercial y legal para subdividirse y desprenderse de todos sus excesos frente a la ley que combatieron ferozmente durante cinco años.
La concentración empresarial en materia de comunicación entró en su fin de ciclo; y con él, su máximo exponente, el hacedor de un modelo de negocios que empieza a conjugarse como tiempo pasado, Héctor Magnetto. La nueva ley democrática, que cumple con todos los requisitos exigidos por el sistema interamericano de DD HH en materia de libertad de expresión y derecho a la comunicación, ya no le permite mantener su oligopolio.
No parece sencillo. Pero en el manual de las prácticas conducentes del kirchnerismo, se sabe que lo imposible sólo demora un poco más.

Las interpretaciones pueden ser dispares, más cautas o más optimistas, con perspectivas más legalistas o exclusivamente políticas, pero sin dudas el paso que dio el Grupo Clarín S.A. y se conoció este viernes va en un sólo sentido: la adecuación a la LSCA dispuesta por sus accionistas directos e indirectos, escenario que se abrió con un viaje de Magnetto y Lucio Pagliaro a Nueva York, el 21 de abril, para presentarse ante un notario público estadounidense, prueba del grado de extranjerización de los '90 que todavía rige el mercado local de la comunicación.
De las 30 páginas del documento que entregó María de los Milagros Páez, la apoderada del holding, lo que surge como novedad inmediata es que el oligopolio decidió aplacar la visceralidad de sus escritos previos. Hay un lenguaje frÍo, técnico, de negocios, que parece haber enterrado el diccionario bélico que había usado hasta ahora.
La capitulación verborrágica puede también advertirse en la crónica sin firma de Clarín de ayer sobre la noticia: "El Grupo propuso que los cuatro accionistas controlantes se dividan en dos empresas principales, que serán continuadoras de Cablevisión y de los medios periodísticos del grupo. En tanto que otras cuatro unidades se venderán a terceros, dentro del plan de adecuación a la ley de medios".
Ya no es "Ley de medios K", ni de "control de medios", ni "ley mordaza", ahora es "ley de medios", a secas. Hay un notorio avance pretendidamente democrático en la prosa.
El periodista de La Nación José Crettaz, implacable crítico de la LSCA, en su nota de ayer también introdujo este ánimo pacificador como si de golpe se le hubiera elevado la cuota de "Francisco en sangre": "Los cuatro socios controlantes del Grupo Clarín decidieron dividir en dos la empresa para cumplir con las disposiciones de la ley de medios (…) Aprobada en 2009 y declarada plenamente constitucional por la Corte Suprema en octubre de 2013 establece múltiples topes a la cantidad de licencias de TV por cable en compatibilidades cruzadas entre la propiedad de distintos tipos de medios que hicieron completamente ilegal la actual configuración del grupo empresario". ¿La Nación tratando de "ilegal" a su socio en Papel Prensa, si no se adecúa? Leer para creer.
Claro que no todas son rosas. También puede leerse: "La propuesta de escisión, que ya está en manos de la CNV, desconcertó a la Autoridad de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), que hasta último momento especuló con que el grupo presentaría como nuevos titulares a los herederos de los actuales accionistas, una versión que hizo circular públicamente el socio minoritario del Grupo Clarín en Cablevisión, David Martínez".
El que especuló con esa posibilidad, primero que nadie, fue Jorge Fontevecchia, CEO del Grupo Perfil, a través de su bisemanario; y no el AFSCA, que conduce Martín Sabbatella. Es raro que se hable de desconcierto del órgano de aplicación de la ley, cuando Este tendrá la última palabra sobre el proceso de adecuación que todo indica comenzó este viernes. Aún se desconoce a manos de quiénes irán las otras cuatro unidades de negocios, que Clarín tiene que poner a la venta a terceros. Todo, finalmente, será analizado por los equipos técnicos y jurídicos de la AFSCA y la CNV.
Según el material que presentó el Grupo Clarín S.A., integrado por los accionistas ELHN Grupo Clarín New York Trust, HHM Grupo Clarín New York Trust, LRP Grupo Clarín New York Trust, José Antonio Aranda, Aranlú S.A., GS Unidos LLC, Ralph Booth II, el holding se va a dividir en dos grandes unidades de negocios. La Unidad 1, que queda para los socios José Aranda y Lucio Pagliaro (a los efectos legales, Aranlú S.A., LRP Grupo Clarín New York Trust), e integra a Artear (Canal 13), Canal 12 de Córdoba, Canal 6 de Bariloche, la señal de noticias TN y Radio Mitre de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, más las 24 licencias locales de TV por cable de la actual Cablevisión, y aunque no está regulado por la LCSA, con el diario Clarín, con el 49% de Papel Prensa, con el 55% de Polka, con el 100% de CIMECO (diario Los Andes y La Voz del interior), el 100% de AGR, Tinta Fresca, Librería Cúspide y el 50%  de Impripost, en sociedad con Techint, entre muchas otras empresas.
Y la Unidad 2, que queda en poder de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble (sus firmas legales son HHM y ELHN New York Trust), que nuclea al cableoperador Cablevisión, más otras 24 licencias de cable, además de la declarada ilegal por la famosa resolución 100 Fibertel, tampoco contemplada en la LSCA.
En teoría, Aranda y Pagliaro administrarán las empresas que representan el mayor capital simbólico del grupo (Canal 13, TN, Clarín, Radio Mitre, La Voz del Interior de Córdoba, Los Andes de Mendoza, entre otros) y Ernestina de Noble y Magnetto –en sociedad con Fintech, de Martínez– se refugian en la cableoperadora y sucedáneos que generaban el 70% de la facturación de todo el grupo hasta ahora. De hecho, en medio de la crisis económica tan fogoneada por sus medios y licencias, los accionistas le informaron a la CNV que antes del 28 de mayo y antes de la escisión se van a repartir dividendos por 80 millones de pesos producto del ejercicio 2013. Mucha plata para un grupo que se dijo "jaqueado" por el gobierno, que se queja en la misma presentación por "la baja valoración del Grupo Clarín debido al deterioro valuatorio de las empresas argentinas en general y las contingencias y trabas regulatorias y judiciales que afectan a los negocios de la sociedad en particular".
Quedan pendientes cuatro unidades que tendrán nuevos dueños sin vínculos legales entre ellos, ni con los viejos accionistas, según la ley. La Unidad 3: con un porcentaje de Cablevisión que incluye 18 licencias de TV por cable y una licencia de TV por suscripción con uso de espectro. La Unidad 4: son señales de cable, entre ellas, TyC Sports, TyC Max, El Trece Satelital, Magazine, Volver, Quiero Música, Canal Rural y Metro. La Unidad 5: son radios del interior, FM 99,5 de Tucumán, FM 92,1 de Bariloche, FM 93,3 de Santa Fe y FM 96,5 de Bahía Blanca. Y, por último, la Unidad 6: es TV abierta del interior, entre ellas, LU 81 TV Canal 7 de Bahía Blanca y LV 83 TV Canal 9 de Mendoza.
El pedido a la CNV para que acepte la escisión conlleva un plazo para la venta de estas cuatro unidades, que es setiembre próximo. En el caso de Martínez –dueño del 40% de Cablevisión–, no podría venderle su parte a Noble y Magnetto. Circuló la versión de la llegada de una oferta desde Televisa, si es que finalmente es aprobado su ingreso a Telecom.
Aclara la apoderada de Clarín: "La conclusión exitosa de la adecuación a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual conforme al Plan de Adecuación está sujeta a (…) la aprobación en asamblea extraordinaria de accionistas del Grupo Clarín, la aprobación en asamblea de accionistas de Cablevisión, la transferencia a terceros de distintas participaciones accionarias, directas o indirectas, de Cablevisión S.A. (…) la obtención de las autorizaciones regulatorias de la CNV, de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, la Secretaría de Comercio Interior, la Inspección General de Justicia y la AFIP." La asamblea extraordinaria del grupo es el 30 de junio.
Es interesante detenerse en la comunicación de los alcances de la escisión que el grupo le hace a su socio estadounidense Ralph Booth II, bajo supervisión ordinaria del Departamento de Estado: "Las transacciones que resultaran en esa composición final de accionistas reflejadas en los puntos a y b precedentes (la división entre Unidad 1 y 2) cumple y cumplirá cabalmente con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, especialmente considerando que los accionistas que mantendrán las tenencias de las sociedades participantes en esta reorganización societaria ya han sido reconocidos por AFSCA, autoridad que ha dictaminado que Grupo Clarín S.A. cumple con su actual conformación con las condiciones de admisibilidad que exige la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual".
Lo más importante, según le dice Lucio Pagliaro al presidente del directorio, es que "la escisión evitaría que la Sociedad tenga que vender las Unidades más relevantes y permitiría además que los accionistas minoritarios de la Bolsa puedan mantener entre las dos sociedades escindidas y los negocios no alcanzados por el plan de adecuación aproximadamente el 92,7 de las ventas y el 92,8 por ciento de la ganancia de la Sociedad antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones del Grupo Clarín S.A. según balances al 31 de diciembre de 2013".
Tanta escrupulosidad legal. El esfuerzo por confirmar que el grupo "cumple y cumplirá cabalmente" con la LSCA. El plazo del 30 de junio indirectamente impuesto a otros organismos del Estado. Todo da para múltiples lecturas. Los antecedentes de Clarín llaman a no abandonar jamás la cautela. Los festejos anticipados siempre están de más.
Pero sería torpe no advertir que desde el fallo de la Corte, los márgenes de Clarín para evadirse de la ley se han acotado. En la AFSCA hay varios pares de ojos analizando la última propuesta. "No los vamos a dejar que hagan trampa. Va a haber una supervisión técnica, jurídica y financiera desde todos los organismos del Estado involucrados para que no se hagan los vivos. Las ventas tienen que ser ventas, las unidades independientes y la desconcentración verdadera", aseguran, convencidos, en las oficinas más encumbradas del edificio de Suipacha.
Martín Sabbatella sabe que su misión es compleja, inimaginable en cualquier otro contexto político. Su éxito definitivo se traduce en una sola cosa: que Clarín se adecúe a la ley. Si además el Estado logra controlar que Cablevisión no le pase plata a Clarín, el oligopolio entró en fase crepuscular. Eso depende de la AFSCA, de la CNV y de la Unidad de Información Financiera (UFI), que deberán garantizar que no ocurra. La ley ya hizo todo lo que pudo.
No parece sencillo. Pero en el manual de las prácticas conducentes del kirchnerismo, se sabe que lo imposible sólo demora un poco más.
Y Sabbatella es, ante todo, un kirchnerista convencido de que el camello debe pasar por el ojo de la aguja.
TIEMPO ARGENTINO

Quién paga los gastos de Carrió La santacruceña Mariana Zuvic acompaña las denuncias de la diputada chaqueña. El dinero de su marido y el vínculo con Carrió.

La diputada Elisa Carrió cuenta con el financiamiento de un aspirante a la gobernación de Santa Cruz. Una mujer que considera de su círculo íntimo logró aceitar su vínculo con el empresario y diputado Eduardo Costa. Personas cercanas a la chaqueña señalan al líder radical del sur como quien paga las cuentas de la diputada, que se presenta como la paladina de la transparencia.
Se trata de la líder del ARI santacruceño, Mariana Zuvic, una persona con estrecha relación con Carrió, quien está casada con el diputado y aspirante a la gobernación Costa. La mujer se convirtió en la financista de Carrió y, además, acompaña las denuncias de la chaqueña contra el kirchnerismo.
Carrió, junto a la santacruceña Mariana Zuvic.
Carrió, junto a la santacruceña Mariana Zuvic.
Costa es uno de los propietarios de la cadena Hipertehuelche, denunciada de“abuso de posición dominante” en el mercado y señalada por vender cemento con sobreprecios. "Es inadmisible que Costa venda la bolsa de cemento en Río Gallegos aplicando un cargo adicional del 33,5 por ciento del costo del cemento en fábrica aprovechando su posición dominante y perjudique a los consumidores de esa ciudad", denunció el secretario de Obras Públicas en febrero.
Zuvic es señalada en su provincia por su cercanía con el poder, su habilidad para las relaciones públicas y su debilidad por las denuncias. Es además, una de las más cercanas colaboradoras de Carrió.

martes, 13 de mayo de 2014

La economía social, bastión de la batalla cultural La cultura de la insatisfacción Por Carlos Raimundi

La declinación del capitalismo vista en clave lógica, no sólo ideológica (II).

Un atardecer estival, paseando con mis hijas adolescentes por el centro comercial de una playa atlántica, pasamos por delante de una "bijouterie", que, desde luego, atrajo la atracción de ellas. Yo, por mi parte, nunca había visto tantas unidades juntas de un mismo producto. De cada objeto, miles. Un número tan enorme que jamás se iba a poder vender. Luego de esperar que miraran todo lo que quisieran mirar, pude entablar con ellas la siguiente conversación: "¿cuánto trabajo humano, cuántos materiales, cuánta maquinaria, cuánto capital, cuánta energía para el transporte, cuánto deseo despertado en personas que jamás accederán a esas mercancías? ¿qué cantidad impresionante de mercancías que nadie comprará ni disfrutará jamás, y que quedará reducida a un mero producto de la explotación, y luego a mero residuo?" La conversación continuaba, y afortunadamente teníamos la inmensidad del mar a un paso y al atardecer rosado posándose sobre él…

"¿Y si en lugar de tantas horas de trabajo alienado e insatisfecho –y por otra parte inútil– aquel trabajador o aquella trabajadora las hubiera dedicado a sus afectos, o a contemplar y disfrutar de la naturaleza, en lugar de maltratarla? ¿Y si todos aquellos recursos fuesen más equilibradamente repartidos.? ¿Y si todo aquel deseo subvertido en ansiedad por consumir tomara el camino de un gozo más introspectivo? ¿Y si el frenesí por adquirir el último modelo trocara por el placer de buscar tréboles de cuatro hojas?, ¿seríamos más, o menos felices?"

Nunca olvidamos esa conversación, que se dio sin planearla, como suele ocurrir con algunos momentos importantes de la vida. Insatisfacción en quien produce, insatisfacción en quienes desean consumir y no pueden… En fin, sin buscarlo, estábamos poniendo en lenguaje cotidiano, estábamos tomando conciencia de que vivimos bajo una insoportable cultura de la insatisfacción. Estábamos construyendo sentido sobre el agotamiento de un sistema de acumulación. Si un modelo de acumulación conlleva a la insatisfacción, genera infelicidad. Y si genera infelicidad, la política debe intervenir para conducirnos hacia otro camino, porque la finalidad última de la política es elevar las posibilidades de cada conciudadano y conciudadana de sentirse mejor, más autónomo y autónoma en sus posibilidades de elección, lo más dueño y dueña posible de su plan de vida. Con las limitaciones que impone toda convivencia. Con la permanente tensión entre las porciones de anhelo de libertad y el arreglo a normas generales. Con capacidad de adaptación transformadora a cada realidad social. Con compromiso ético con el colectivo.

La sensación de agotamiento del modelo de acumulación capitalista debido a su injusticia intrínseca, al menos en su versión eminentemente financiera, va mucho más allá de un nuevo "malestar de la cultura", para inscribirse en el plano del análisis político profundo de la época. Y si bien –como sostiene Gustavo González Ramella en su tesis doctoral– "todos estamos en mayor o menor proporción cautivos de ciertas ignorancias y prejuicios", el presente del capitalismo nos lleva a revalidar el concepto de alienación, desde el momento que tantos congéneres creen que sus decisiones son propias, y no de otros, y se identifican –paradójicamente– con quienes los someten. Nada menos que en un capitalismo donde las 85 personas más ricas concentran más recursos que los 3500 millones de seres humanos más pobres. Donde no puede ser que un estadounidense consuma más de 1000 litros de agua por día y un latinoamericano tenga acceso a menos de la cuarta parte. En la citada tesis doctoral, el autor relata su experiencia con un grupo de reflexión, donde una vecina relata su angustia por no lograr que su marido se despegue de la pantalla de TV, que muestra con más de cien repeticiones en las últimas 72 horas, la trágica búsqueda del cuerpo de una adolescente: "él llora, yo le digo no mires más, te vas a enfermar. Él llora, pero sigue mirando…" "Yo miro y miro mientras hago las cosas de la casa", dice otra mujer, "porque si no miro me siento culpable… todo el mundo habla de eso y yo no quiero desentenderme de la realidad". Instalar la angustia, el miedo, el desaliento y la impotencia, son, en consecuencia, parte de los objetivos del neocolonialismo cultural. La moral de lucha es un rasgo de identidad de un sujeto que procura emanciparse; la angustia y el desaliento, por el contrario, lo debilitan. De allí que propugnan con tan habilidosa insistencia el malestar y la desmoralización.

LA OPORTUNIDAD DE LA ECONOMÍA SOCIAL. Más allá de sus particularidades y de sus dificultades, durante este primer tramo del siglo XXI América Latina ha decidido desempeñar un rol diferente al que había tenido históricamente, ya sea por la complacencia de los regímenes pro-imperialistas que la gobernaron, como por la insuficiencia de sus experiencias populares alternativas. Esta vez se han conjugado una serie de factores que permiten avizorar una expectativa distinta: fundamentalmente, un hartazgo masivo frente a las recetas ortodoxas y una férrea voluntad de cambio de sus pueblos, se ha encontrado en el camino con una serie de líderes populares que supieron interpretar esa voluntad. El predominio de la política sobre la mera economía de números, y el rol regulador del Estado por sobre el papel rector que hasta finales del siglo XX desplegaban los mercados, constituyeron los pilares de otras políticas activas sobrevinientes, que tuvieron como eje una mayor autonomía en sus decisiones políticas y respecto del sistema financiero internacional, la recuperación de la renta de los recursos estratégicos, la inclusión y la movilidad ascendente de las franjas sociales más vulnerables. Y todo esto en un marco de coordinación política que permitió la ampliación del Mercosur, y la formación de foros de gran repercusión política como Unasur y Celac. Inclusive, la Revolución Bolivariana de Venezuela, el Estado Plurinacional de Bolivia y la República del Ecuador, plasmaron en sendas Reformas Constitucionales una serie de nuevas instituciones como las del Buen Vivir, distintas formas de poder popular y de propiedad social. Y países como la Argentina, que fuera quizás, históricamente, quien más despreció y renegó de sus raíces indoamericanas, ha ido rescatado su pertenencia y forjando una comprensión masiva de la importancia que tiene el atar su destino de desarrollo al conjunto de la región. Esta concepción autónoma del presente, mucho menos anudada a las decisiones del poder mundial de lo que estuvo históricamente, le ha deparado a nuestro subcontinente una prolongada etapa de crecimiento económico, desarrollo social y legitimidad política, lo que nos sitúa en un lugar de mayor incidencia para plantear iniciativas diferentes al modelo de acumulación ortodoxo en los diversos foros multilaterales como el G-20, Naciones Unidas o la OMC. En definitiva, una mayor capacidad de fijar temas de agenda.

Infonews

ENTREVISTA A TERESA PARODI, NUEVA MINISTRA DE CULTURA “Este gobierno es el que más hizo por la cultura”

Flamante funcionaria de un flamante ministerio, Parodi delinea una acción que buscará profundizar y ampliar una política que, dice, estuvo presente desde el primer día: “No es casual que tanta gente de la cultura se haya sentido escuchada, valorada”.

Por Eduardo Fabregat

Teresa Parodi no para. El miércoles pasado, por la noche, recibió un llamado que vino a cambiarlo todo. El jueves juró como primera ministra de Cultura en un emotivo acto en la Casa Rosada; inmediatamente después despidió a la delegación que viajó al Festival de Cannes, donde el cine argentino tendrá una fuerte presencia; el viernes inauguró las jornadas de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares en la Feria del Libro. Tuvo un fin de semana intenso, de permanentes consultas e intercambio de impresiones con el equipo de trabajo más íntimo en su nueva función. Ayer, la sede de Alvear 1690, eso que antes se conocía como secretaría y ahora ostenta un rango esperado, fue escenario de reuniones continuadas con representantes de varias áreas. En el medio, la ministra estuvo presente en el encuentro de Cristina Fernández de Kirchner y Michelle Bachelet (ver páginas 2 y 3), para volver rápidamente y seguir con una serie que incluyó el encuentro con Página/12, y amenazaba seguir hasta entrada la noche. A pesar de todo, cuando recibe al cronista y al fotógrafo sonríe, y no muestra trazas de cansancio: lejos de eso, no puede ocultar la inyección de energía que supuso ser elegida para encabezar una cartera que es un viejo anhelo de los hacedores de cultura en la Argentina.

Está claro que una charla en esta instancia está obligatoriamente signada por la dificultad de entregar definiciones tajantes o dar cuenta de cambios abruptos. Sobre todo porque Parodi deja claro en todo momento que, más allá del salto que supone llevar una secretaría a ministerio, su gestión viene a reconocer una política estatal anterior y su misión es continuar, profundizar, ampliar, ir más allá. Y nada le empaña el entusiasmo.
–¿Cómo fue el llamado de la Presidenta? ¿Qué fue lo primero que le cruzó por la cabeza ante el ofrecimiento?

–La Presidenta me hizo llamar y podían ser muchas cosas, ella me ha llamado otras veces para hablar de otras cosas o para invitarme a algún lugar... ella siempre ha tenido un vínculo afectivo con muchísimos artistas, ha sido muy cálida siempre, nos ha recibido, nos ha convocado para diferentes cosas. Por supuesto que no me imaginaba que era para crear el Ministerio de Cultura, pero cuando me lo dijo me emocionó, porque es un deseo largamente acariciado por el sector al que pertenezco, por todas las áreas. Y por muchas razones, porque este gobierno es el que más hizo por la cultura. Las políticas ya existían y se pueden intensificar, porque siendo un ministerio cambian y mejoran muchas cosas. Pero independientemente de eso acá hay una gestión de políticas culturales muy claras. El rol que tiene la cultura en el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner está clarísimo desde el primer día. Y creo que no es casual que tanta gente de la cultura se haya sentido escuchada, se haya sentido más valorada, respetada, en este tiempo. Eso está claro, es algo que se delineó muy claramente con todos los secretarios que estuvieron. Pero me parece que crear el ministerio... al crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología dejó claro cuál es el lugar que la ciencia y la tecnología tienen en la gestión y en la mirada de este gobierno nacional y popular, y en la política concreta. Todo lo que recuperamos, lo que significó que se creara, el lugar que se le da.
–Un cambio de filosofía desde el Estado.

–Exactamente, desde el Estado que está conducido por este modelo nacional y popular.
–El Ministerio de Cultura, usted lo dijo, era un deseo de vieja data. ¿Por qué tardó tanto?

–Fueron los tiempos que necesitó. No siempre se puede hacer todo junto, porque armar un ministerio también es mover un montón de cosas, darle una respuesta a la cultura, y la cultura también recibió respuestas concretas desde la secretaría. Se puede empezar a especular, y alguno ya lo ha hecho, conque es todo parte de la campaña. Pero yo creo que esto es la culminación de una política que se dio desde el primer momento: que finalmente se decida la creación del ministerio en el momento en que realmente se le puede dar todo, como debe ser. Porque había otras cosas que el Gobierno tenía que desplegar en muchísimos sentidos de la política, la política diseñada para poder hacer lo que hizo en este país, para hacer que este modelo dé resultados concretos. En el marco de todo eso, éste es el momento justo. Eso es quizá la gran noticia, que después de todo lo que se hizo hasta ahora llega este broche de oro.
–Volviendo a la charla con la Presidenta...

–Ella dijo “tiene que estar al frente alguien de la cultura, alguien que refleje algo de la cultura, y ahí pensé en Teresa”. Me emocioné mucho cuando lo dijo, para mí es un honor, valoriza mi trabajo. Soy mujer, soy del interior, represento a la intensa diversidad musical de este país; porque no sólo soy del litoral, de donde vengo y de donde viene el mayor bagaje de mi música, sino que tengo una formación de folklorista, vengo de todas esas músicas, soy parte de eso, me formé para eso con tantos otros compañeros que se sintieron reivindicados.
–Cuando se conoció la noticia fue notoria la oleada de artistas populares que expresaron su alegría.

–Me tocaba a mí, pero podía ser cualquiera de nosotros, que somos muchos. Quiero dejar esto bien claro: hay muchos compañeros que estaban en condiciones de estar en este lugar, con un gran compromiso y una gran pasión. En un lugar como éste no es necesario que esté sólo un artista, sino también alguien a quien le guste la gestión. Que comprenda la cultura y que pueda abarcar con su trabajo a todo el amplio espectro, pero que le guste la gestión porque no es sencillo, es muy bello pero muy complejo, y hay que tener una capacidad de poder armar equipos y articular políticas que es fascinante... pero es una cosa tan fuerte que de golpe tenés que dejar en un segundo plano tu tarea, tu oficio, tu profesión, la que fuere. Seas director de teatro, cineasta o músico, tenés que dejarlo a un costado. Hay que tomar esa decisión, y yo soñé con esto, con que hubiera un Ministerio de Cultura, y siento que este gobierno es el que más respuestas le ha dado a la cultura. Casi sería negarme a la oportunidad histórica de ser una herramienta. Sólo eso, pero con ganas, con la necesidad perentoria de hacerlo.
–¿No lo dudó ni un segundo?

–No podía decir que no. Acabo de grabar un disco en el que puse mucha expectativa, muchas ilusiones, un disco importante, que lo grabé en el campo, lo diagramé, lo pensé, lo desarrollé, lo hice con un equipo de gente maravillosa, lo filmé todo, vinieron todos los amigos que pudieron estar. Y todo eso es un disco y un DVD que saldrá, pero saldrá sin mí. Todo eso tenía que pensar en ese momento y responder... y lo que respondí es claro porque estoy acá. En ese momento le pregunté a la Presidenta “¿y cuándo hay que hacer esto?”. “Mañana”, me dijo. Y asumí. Ella es muy inteligente y sabe indagar y me preguntó por la gestión, y yo le dije que a mí me gusta y que, para gestionar, yo me di cuenta por mi experiencia en otros lugares donde trabajé, hay que proponerse armar equipos y proponerse articular, no cerrarse sólo a las políticas que puedan salir del propio ministerio, el lugar donde estás. Tenés que tener ideas, pero también ir a buscar. Y este gobierno siempre articuló, todos los ministerios están articulados, y eso es maravilloso.
–De hecho, la secretaría trabajó varias cosas en articulación con otras dependencias.

–Los caminos y los puentes están hechos, es algo que ayuda muchísimo al desarrollo de cualquier actividad, y todas se enriquecen. La Presidenta me dijo que quiere que la cultura llegue hasta el último rincón, que llegara aún más de lo que de hecho ya llega. Que quiere dejar esta marca, esta huella. Tiene razón, porque cuanto más alto llevemos el nivel de todo lo que se puede desarrollar desde aquí, de cantidad y de calidad de respuestas, de hacer visible esa ebullición cultural que existe en la Argentina... el mensaje es claro: nunca menos. De ahí no se puede bajar, y esto es muy importante. Ella lo tiene muy claro. Yo sentí que debía decir que sí, y así es como llevo horas aquí armando, estructurando el equipo, pensando nombres, gente que ya conozco porque viene de trabajar conmigo... en eso estoy.
–¿Cuál es el desafío más importante? Porque la creación del ministerio es un hecho, pero queda claro que hay un tiempo acotado hasta el final de este mandato.

–Pero el ministerio queda. Hay que diseñar un ministerio ágil, que pueda dar respuestas. Cuando digo ágil quiero decir... la burocracia es un gran inconveniente en general, sabemos que es así, pero una cosa que nace tiene formas de hacer un administración, una tarea de ir a lo burocrático de lleno, de tratar de hacer un trabajo lo más ágil posible para que haya respuestas contundentes, se pueda poner en marcha el trabajo del ministerio desde ya. Por otro lado, pensar bien las áreas en que se va a dividir, cómo se va a realizar el organigrama para lograr esta interacción, los mecanismos necesarios para valorizar eso. Como la secretaría, que empezó y se fue desarrollando y cambiando tal como van cambiando los tiempos. Las herramientas de que disponemos hacen que toda esa organización pueda ser mucho más efectiva, que el manejo de políticas sea más dinámico. Por lo menos que eso se pueda dejar en marcha, un esquema de cosas que pueda ser adaptable, modificable en el futuro. Con una herramienta como ésta, con un ministerio finalmente creado, los que vengan tendrán un lugar donde seguir desarrollando. No voy a pensar nunca que el que venga va a decir “esto no sirve”. Eso sería el “nunca menos”.
–Bueno, pero es una preocupación lógica: conociendo cómo ha operado la Argentina en el pasado, cabe preguntarse qué sucedería con un Ministerio de Cultura con los cambios de color político.

–Bueno, por un lado yo aspiro a que no cambie el color político. Esa es mi ilusión y mi convicción. Porque con este modelo, con todo lo que tuvo de errores y de aciertos... son diez años de un trabajo intenso, de una transformación en muchos sentidos, que deja políticas a largo plazo, a futuro. En la Argentina hubo políticas que se hacían hacia atrás, emparchando, y de última nunca se emparchaba nada. Aquí quedan políticas a futuro, de inclusión y de igualdad, alucinantes. Esa transformación, ese cambio profundo, se va a tener que seguir en el mismo sentido, no se va a poder salir de eso. Pero olvidémonos de lo que puede ser una aspiración mía. Si la Argentina como país, nosotros, no aprendimos, después del oscurantismo que se vivió durante una década... vivimos una década donde llegaron a vaciarnos no sólo en la economía, sino culturalmente, nos instalaron otro modelo en la cabeza de manera deliberada y programada. Primero desa-parecieron a las personas y después instalaron ese modelo perverso que nos excluyó, que casi nos hizo invisibles, pero no pudieron, porque estamos aquí. Habremos aprendido que las cosas que están bien hechas hay que aprovecharlas y profundizarlas, desarrollarlas, llevarlas para adelante. Si no aprendimos eso, pues los dirigentes...
–Bueno, allí es donde entran a tallar cuestiones políticas y no tanto culturales, ¿no?

–Yo no soy dirigente político, soy una cantora del pueblo que se baja del escenario y se viene a trabajar acá porque conoce el territorio. Yo zurcí este país, lo conozco: me encanta decir esta palabra porque nunca zurcí una media, pero sí zurcí este país. Lo viajé, lo conozco palmo a palmo, de arriba abajo, hablé con la gente, los escuché, escuché su música, me emocionaron, me enseñaron. Yo vengo de un lugar interior, y me gusta esa palabra. A veces se usa la palabra “interior” peyorativamente, pero para mí tiene un gran significado ser del interior profundo de la Argentina. Si no aprendimos esto pensaré que la dirigencia política no aprendió nada, no representa al país que tiene. Digo: pensaría, desde mi lugar de artista, de mujer de trabajo, qué lástima que no aprendimos nada. Pero creo que esto va a continuar, y se va a profundizar, y va a dar sus frutos y respuestas que estamos esperando siempre en la cultura y la educación, que son fundantes. ¿Por qué no desaparecieron los pueblos originarios después de tanta masacre? Porque supieron conservar su cultura, traspasarla, oralmente, unos a otros. Eso demuestra que la batalla cultural hay que pelearla, porque define un país.
–En los últimos tiempos hubo iniciativas que buscaron ir por fuera de la lógica de mercado que imperó en otros tiempos. Usted estuvo muy involucrada en la Ley Nacional de la Música, ahora ingresó la Ley Nacional de la Danza.

–Hay que atacar con esas herramientas, que las elabora la misma gente en forma horizontal, de trabajo, de debate, como se hizo la ley de medios. La ley de medios se debatió hasta en los últimos lugares, y así se hizo también la Ley de la Música. Se debatió profundamente, son los protagonistas los que la hicieron, los que saben qué se necesita, de qué se trata. Esta es una característica muy definitoria de estos diez años, y son herramientas que quedan y que le van a hacer muy bien a la cultura, a todos esos sectores. De eso tampoco se puede volver atrás.
–En lo estrictamente operativo, más allá de ese equipo que usted está armando, ¿qué cosas surgen en las primeras charlas con los representantes de cada sector? Recién salió de aquí la gente del Instituto Nacional del Teatro...

–Yo siento que en todos lados hay pasiones. El INT, que existe desde hace quince años, está haciendo una tarea extraordinaria, creció enormemente, hay un circuito, hay en todo el país encuentros de teatro, festivales, ahora acaban de llegar de Jujuy con un espectáculo muy especial en las Salinas Grandes, momentos emocionantes que tenían que ver con todo lo que estaba sucediendo allí. Esto fue un acontecimiento cultural impresionante. Y pasa en todos los territorios del país, cuando las personas que son hacedores y trabajan para el Estado vienen y lo cuentan se emocionan... cuando yo era niña y llegaba el circo se paralizaban los pueblos; yo tenía la idea secreta de irme con un circo, sentía que había vida ahí. A veces eran pobres y eran tristes, pero era maravilloso cómo se transformaban cuando se prendían las luces y cómo transformaban a los chicos. Y ahora llegan los teatristas con sus escenarios y sus escenografías y montan sus obras y es una fiesta en el pueblo, vienen todos. Y así hay un montón de actividades culturales que hacía la secretaría y ahora el ministerio, en todo el país. Igualdad cultural que atraviesa el país, en todas las áreas, una actividad concreta que a veces es difícil que se sepa, que se visualice. Y se hace aunque no se lo vea. La gente ya sabe de esto que estoy hablando. Yo veo en estos gestores mucha emoción, y es muy lindo cuando alguien que trabaja en un ministerio se emocione. Por ahí lo veo desde un lugar emotivo, pero es un hecho, es una política que ya dio resultado, y eso queda. Es una huella digital que no se va a poder cambiar.
–Es claro que la cultura consigue cambios: aquí se está rescatando la experiencia que tuvo Colombia, que supo abrir Casas de Cultura en territorios que antes eran dominio del narcotráfico y la miseria.

–La cultura hace que la gente se ponga en otra cosa. Es inclusiva, y al ser igualitaria hace que la gente se sienta protagonista de su propio destino. Todos hacemos cultura, todo el tiempo, y ser valorizados por eso es muy fuerte, muy necesario y urgente. América latina ha sido penetrada culturalmente, eso no paró nunca. Pero resiste desde lo cultural y eso es extraordinario. Sigue habiendo resistencia.
–Si hay algo que llama la atención de este país es la constante generación de creadores....

–¡En todas las áreas! En cine, en literatura, en música, en artes plásticas, es un estallido que atraviesa toda América latina. Es la resistencia de estos pueblos a esa penetración.
–Hablando de América latina, ¿cuál es el peso del Micsur que va a inaugurar este fin de semana en Mar del Plata?

–Es algo que ha crecido muchísimo, el MICA y ahora el Micsur. Es una prueba más de lo que son las industrias culturales: son generadoras de un montón de trabajo y vuelven como cultura, se retroalimentan. Eso existe, está ahí. A esta edición, del jueves 15 al domingo 18, vienen ministros de Cultura de varios países latinoamericanos y grandes productores que van a participar de rondas de negocios de las distintas áreas; representantes culturales de América y de otros países del mundo. Son cuatro días que literalmente van a tomar Mar del Plata. Yo lo tomo ya hecho, pero voy a acompañarlo intensamente, porque me parece una iniciativa extraordinaria que el ministerio esté detrás de esto. Ahí se va a ver mucho todo lo que estamos hablando. Es muy inteligente de parte de los países que intervienen, hay foros de todos los países, y eso contribuye enormemente a mejorar la calidad con la que se desarrollan todas las áreas.
–¿Es complicado tener que responder entrevistas en una etapa que recién está iniciando?

–Esta es una etapa de hacer esto para lo que fui llamada, llevar estas mismas pautas y proyectarlas más aún. De profundizar.
–Es de suponer que para profundizar hay una mayor asignación de recursos.

–Sí, claro, y eso es bueno, pero estamos hablando de un gobierno que le ha dado muchísimo a la cultura, aunque ese hecho también es importantísimo. Yo voy a poner todo, con mucha alegría, entusiasmo y certeza de qué es lo que queremos y venimos a hacer, y con la expectativa de dejar algo útil. Algo que sirva para el futuro.
Las reglas del juego
Ya en los primeros días hubo algunos indicios de que su nombramiento no iba a escapar a cierta lógica de crítica a cualquier cosa que haga el Gobierno. ¿Tiene claro que, sea cual fuere su historial y su accionar, va a recibir mucha hostilidad de algunos sectores?

–Sí, lo tengo claro. Pero yo siempre salí a decir las cosas que no me gustaban, y también me pareció bien salir a decir cuando algo me gustaba. Si uno sale a decir cosas, siempre hay alguien que puede estar en desacuerdo. Yo no me detengo en eso. No me parece constructivo, ni me detiene tampoco en mi pensamiento ni en mi trabajo. Sea el trabajo que sea, el canto, escribir canciones o como sucede ahora, estar aquí para trabajar. Eso va a pasar siempre, son las reglas de la democracia, todos tienen derecho a opinar. Me va a encantar saber qué se opina después, si hice una buena gestión. Eso sí lo voy a escuchar. Y también voy a escuchar si me estoy equivocando, no soy soberbia. Hay algo que yo aprendí enseguida, en cuanto me fui a poner en práctica algo que había estudiado y me creí muy apta, que era enseñar en una escuelita del monte: supe que iba a enseñar, pero también a aprender. Y eso es algo que no me olvido nunca. En todos los lugares uno tiene que pensar que tiene que aprender mucho. Yo escucho. Y me importa si hay una crítica constructiva, desde un buen lugar, un lugar que busque mejorar, construir.
–Pero usted sabe que habrá críticas no muy constructivas.

–Son las reglas del juego. Repito: no me detienen ni me detengo. Pero creo que la gente también juzga eso. Si vos te sentás en un lugar y todo, pero todo lo que se hace decís que está mal, estás negando por negar. Con perdón y con respeto, me parece un lugar un poco necio. Si vos dejás cosas que están bien hechas, y viene alguien y las destruye, como se ha hecho históricamente en la Argentina, como hizo la Revolución Libertadora, que destruyó todo lo que hizo Perón, se paralizaron hospitales escuela, cosas que eran maravillosas para la gente, los dejaron caer, los destruyeron... que haga eso un gobierno que no ha sido elegido por el pueblo es una forma de violencia, pero que lo haga un gobierno elegido por el pueblo significa que nos equivocamos en grande, no aprendimos nada. En la democracia debe garantizarse la continuidad de las políticas que le hicieron un bien al pueblo. Pero eso lo iremos viendo, yo ahora en este momento no puedo hacer futurología ni me interesa.

13/05/14 Página|12

Pensar con Lenin Por Alejandro Horowicz

Es una tarea pendiente, a poco más de 90 años de su muerte. La importancia de ayudar a resolverla.
Hace 90 años, el 21 de enero de 1924, moría Vladimir Ilich Ulianov mucho más conocido como Lenin. Esta vez la magia de los números redondos funcionó menos, mucho menos que durante el 40 aniversario, cuando la UNESCO le dedicara un homenaje internacional al jefe indiscutido de la Revolución de Octubre. 

Por entonces, El Correo, mensuario de la institución, publicó un número especial –un repertorio hagiográfico olvidable–, pero mas allá de la cortedad de sus ocasionales comentaristas, su nombre equivalía a una amenaza: la revolución proletaria, la posibilidad de confiscar a los confiscadores, un orden socialista mundial. Por esos años circuló una suerte de mito urbano. Se decía: basta pedir un tomo de sus obras completas, en alguna biblioteca pública, la del Congreso por ejemplo, para que los servicios de informaciones, automáticamente, ficharan al solicitante como miembro de una conspiración internacional destinada a implantar el comunismo.

Esa amenaza ya no existe, la revolución que Lenin encabezara fue derrotada. Primero en la arena internacional, y luego en la propia URSS. Por tanto, su nombre remite a una revolución que no sucedió, a una posibilidad histórica abortada. Sólo unos pocos fieles, defensores incondicionales de sus textos, repiten acríticamente fórmulas pensadas para un mundo otro. Ni el capitalismo es el que Lenin estudiara en sus célebres escritos sobre el imperialismo, en las postrimerías de la I Guerra Mundial; ni los trabajadores están organizados en partidos de clase, ni la burguesía dirige el mercado mundial. En estas condiciones, los que hemos escarbado con atención algunos de sus trabajos, no podemos dejar de hacernos la siguiente pregunta: ¿Tiene sentido leer hoy a Lenin? ¿O solamente se trata de una suerte de culto nostálgico a la pasada juventud? 

LA APROXIMACIÓN DE LUKACS, O EL REALISMO IMFAME DE LOS BIÓGRAFOS ACTUALES. La sovietología ha dejado de ser una actividad académica intelectualmente respetable. Hace demasiado tiempo que un trabajo como El marxismo soviético de Herbert Marcuse, confeccionado en su condición de experto universitario, podría alcanzar los honores del imprimatum. No se trata de mis acuerdos o diferencias con Marcuse, sino de la escrupulosa seriedad de su labor. Marcuse no falsifica, ni cree que se trata de denostar a Lenin, tratándolo como si fuera una suerte de asesino serial. No es obligatorio coincidir con el fundador del bolchevismo; lo que no se puede es desconsiderar los problemas teóricos que enfrentó, ni la distancia entre su abordaje conceptual y la realidad histórica sobre la que insidiera decisivamente.

Ese comportamiento ya no goza de prestigio. Robert Service, historiador británico especializado en el siglo XX (University College, London) publicó un trabajo, Lenin: A biography; y no sólo no hace los honores a la monumental historia de E.H. Carr (Trinity College, Oxford), sino que recoge como buenas las más vulgares difamaciones sobre el arribo de Lenin a Rusia, tras la revolución de febrero del año '17. Discutir seriamente si Lenin era un agente alemán, cuyo propósito era permitir al Estado Mayor del kaiser batirse en un solo frente, por retirar sus ejercitos de Rusia, carece de toda objetividad histórica. Basta recordar el comportamiento de las fuerzas del kaiser, que siguieron avanzando en territorio soviético, y las condiciones de paz impuestas a los bolcheviques, para comprender que el reagrupamiento de sus propias fuerzas no era una prioridad estratégica. 

Muy lejos estaban los generales de Erich von Ludendorff de financiar a los bolcheviques. Por tanto, el intento de enmierdar a Lenin, no forma parte de "pensar" nada, sino de evitar toda reflexión sobre su labor. Es la última forma que asume el miedo a la revolución, una suerte de tributo póstumo, puesto que sólo degradados morales o imbéciles sin valía conceptual pueden defenderla. 

La derecha intelectual, en este terreno como en tantos otros, no se propone absolutamente nada. Con sacar a Lenin del medio sobra; por tanto, desde que fuera concebido por su madre, sólo puede ser una suerte de crápula sin destino. 

El otro enfoque tampoco aporta. En su célebre ensayo sobre la significación del leninismo, el pensador húngaro Georg Lukacs sostuvo en la década del 20 que Lenin pensaba la inmediatez de la revolución. 

Mientras los soviets, los consejos obreros, fueron la forma de organización espontánea de los trabajadores, mientras Berlín formara parte de los objetivos inmediatos de la III Internacional, mientras la insurrección era posible, mientras existía la Internacional y mientras el fascismo no era aún el instrumento de la victoria conservadora, esa síntesis apresurada y reduccionista funcionó a medias. 

Muy rápidamente quedó claro que el conocimiento sobre la Revolución Rusa, en tiempos de Lenin vivo, no era particularmente adecuado. Basta señalar que el trabajo que Vladimir Ilich recomendaba para conocerla, Diez días que conmovieron el mundo, fue realizado por un periodista norteamericano que no sabía ruso. John Reed publicó en 1919 la única crónica solvente sobre la toma del poder, y un pensador como Antonio Gramsci –en uno de sus artículos de L'Ordine Nuovo, "La revolución contra El Capital" –no solamente lo desconoce, sino que razona en la dirección socialdemócrata clásica. 

Para la II Internacional la revolución en Rusia sólo podía ser democrático-burguesa; El Capital había sido leído en Rusia como manual de instrucciones, desconociendo así los comentarios del propio Marx –carta a Vera Zasulich–. Esa lectura transformaba las tareas democráticas en necesidad de dominio burgués directo; por tanto, los socialistas debían ser el ala izquierda de la revolución; encabezarla y llevarla en dirección al socialismo no formaba parte de sus objetivos lícitos. 

Ese es el punto: Lenin no pensaba así, consideraba que ambas revoluciones "no estaban separadas por una muralla china" y la defensa de la revolución agraria –reparto directo de la tierra– solo podía ser garantizado por un ejército de obreros y campesinos victoriosos. 

Sólo él y León Trotsky –con muy distintos argumentos– pensaban de ese modo. En lugar de acercarse al problema de la revolución como un doctrinarista adocenado, en lugar de repetir las fórmulas consagradas, Lenin optó por un camino intelectual y político propio. 

Ahora bien, la derrota de la Rusia Soviética impone el problema de explicarla. No se trata de mostrar la falta de fidelidad de los ejecutores testamentarios de Lenin a su legado, la traición al programa no deja de ser una explicación muy pobre, imprescindible reconsiderar todo el problema. Y para reconsiderarlo volver a pensar cómo Lenin resolvió y no resolvió la madeja de la historia, es la tarea pendiente. Ayudar a resolverla, leninismo vivo, sirve, y todo lo demás no pasa de la voluntariosa teología política.

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