lunes, 6 de mayo de 2013
“Construir memoria es fortalecer la democracia”
Entrevista con el Secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, en la inauguración de la muestra “Sociedad de trabajo. Una historia de dos siglos”.
APU: Cuéntenos un poco de la muestra, de qué se trata, cómo se abordó el tema.
Jorge Coscia: La muestra se llama “La sociedad del trabajo” y es la cuarta de lo que son las muestras temáticas de esta casa, creadas para conmemorar, no para celebrar el Bicentenario. Construir memoria y hacer un balance de los dos siglos de vida en Argentina. En este caso, la muestra de “La sociedad del trabajo” fue hecha en equipo con el Ministerio de Trabajo que aportó a su vez desde el Ministro hasta asesores, junto con el equipo del Bicentenario de la Casa de Cultura, poner en escena esta muestra. Casi un año de trabajo, valga la redundancia, todas las muestras requieren trabajo, esta también.
El resultado está aquí, lo vas a ver en la recorrida. En líneas generales, como muy bien explicaba el Ministro Tomada, aborda distintas temáticas abarcativas. Así como la cultura tiene que ver con todos los temas, el trabajo también, abarca temas que van desde la vivienda, las migraciones, la política, las organizaciones gremiales, las condiciones de vida, la inclusión social, la viabilidad de un proyecto de país. Creo que todo eso, de alguna manera está esbozado con un estilo que tiene que ver con la conducción de Liliana Piñeiro, de su equipo y esta casa que permite combinar lo conceptual, lo fotográfico, la ilustración, esto de libro que tiene la casa con el arte y la creatividad.
Hay hermosas obras de arte que metaforizan muchos de los temas aquí tocados y que lo hacen con absoluta libertad. El equipo es un equipo plural que por supuesto es parte de una dirección conceptual clara, de un proyecto de gobierno que expresa un proyecto de país como lo es el Ministro Tomada y como lo soy yo, que somos parte del Ministerio de la Presidenta Cristina. Pero también en el equipo ha habido voces disonantes, se ha discutido y ha habido debates, siempre con el afán de que el debate es enriquecedor.
Así que acá está esta casa y espero que esta casa ayude a que la democracia sea un poquito más sólida, ayude a recordar, sobre todo a algunos. El día en que presentamos esta muestra, tenemos la paradoja de que un Secretario general de una de las tres CGT, preocupado por la justicia, en un país donde la injusticia ha perjudicado en gran medida, con sus olvidos retrasos y desbalances a los trabajadores, es una paradoja. A mí me gustaría que ese Secretario General, hablo de Hugo Moyano, visite esta muestra porque tal vez esta muestra le ayude a recordar.
Y si recordamos, salvo que tengamos mala fe, no nos vamos a equivocar tanto como se han equivocado muchos sobre la base, insisto, sobre una de las mayores amenazas a la democracia que ha sido la desmemoria. Acordarse dónde estábamos en el 2001 los trabajadores, también dónde estaban los productores agrarios, los trabajadores del campo o también los dueños de la tierra. Construir memoria es fortalecer la democracia.
GB
"Gatica representaba la picardía argentina"
Entrevista con el escritor Enrique Medina, autor de una novela (1991) dedicada al boxeador. "El box es el más noble de los deportes, el más heróico", aseguró para explicar por qué la literatura vuelve una y otra vez sobre ese deporte.
Por Enrique De la Calle
AGENCIA PACO URONDO: ¿Por qué una novela sobre Gatica al comienzo de la década del 90? ¿Qué te llevó a querer escribir sobre el boxeador?
Enrique Medina: Es un homenaje al boxeo argentino que tanto me dio. Soy de la época de Lausse, Merentino, el genial Mario Díaz y otros muy brillantes. Y por supuesto también la novela es un homenaje a mi padre que fue boxeador y yo no conocí. También intenté el box pero no servía, no tenía condiciones. Mi boxeo era arrabalero, muy de las orillas, a matar o morir, que era la escuela de Las Tumbas. El secreto era no dejar de batallar en ningún momento, y eso no es inteligente en el box. Perjudica. Como lo perjudicó a Maravilla Martínez cuando el otro lo calzó en el último round y por poco lo noquea. Esas bravuconadas nunca las hace un boxeador inteligente y respetuoso del rival. Por ejemplo: Monzón, que fue el más inteligente de nuestros boxeadores. En su cabeza tenía una computadora que le llevaba la pelea round a round. Fue el más grande, sin duda. Después viene Pascualito. Y luego Firpo y César Brión. Éste fue un genio y tiene mucho que ver con Maravilla, porque se hizo en el exterior, acá boxeó poco y sin pena ni gloria. Afuera llegó a pelar dos veces con Joe Louis, uno de los más grandes pesos pesados de todos los tiempos. Perdió las dos por puntos, bien, pero en la primera se la robaron porque Brión era un don nadie. Luego vuelve al país y se retira y le regala a Perón sus guantes de boxeo. La novela Gatica se la dedico a mi padre. La primera intención fue hacer una novela sobre otro boxeador emblemático: Justo Suárez, casualmente ídolo del mismo Gatica. Al final, como yo tenía más relación con Gatica a quien había conocido y visto, no así al Torito de Mataderos, me decidí por él.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Volver sobre un símbolo del Peronismo plebeyo era un modo de repensar el Peronismo menemista? ¿De qué modo?
EM: Esos planteos nunca me los hice. Como escritor me interesa más el tema que la especulación sobre él. Tengo dos versiones de Gatica. La primera del 90, cuando yo estaba muy influenciado por grandes amigos que lo conocían al dedillo y no le tenían mucha simpatía: Américo Barrios, Dante Panzeri, Ulises Barrera, García Blanco. Casi todos ellos lo consideraban un boxeador menor y un símbolo poco edificante. Y en general era así aún entre la gente normal. Aunque se lo estimara, se aceptaba que no era buena letra su nombre. Nunca fue un ejemplo, a pesar de no ser mala persona, todo lo contrario. En la primera versión se nota esa influencia, especialmente la de Panzeri y Ulises. Incluso lo dice la tapa donde se ve el rostro deforme por un golpe. Ya pasado el tiempo, y cambiando uno su visión de las cosas, fui modificando la mirada y la tapa ya demostraba que el punto de vista era otro. La tapa lo muestra en una de El Gráfico en su mejor momento: espléndido, fuerte, gallardo y arremetedor. En esta nueva versión incluyo una breve segunda parte que antes no estaba y es un capítulo donde él ve una carpeta de estudios de una sobrina y en esas páginas hay fotos de Perón joven haciendo todo tipo de deportes, incluso el box. Ahí Gatica toma consciencia de su importancia como boxeador-referente y en esta versión marco más la parábola de él y el Peronismo: ambos nacen y caen juntos. También la más dolorosa metáfora de su vida: tomar consciencia de que él estaba destinado a ser el primer campeón mundial argentino, como se lo había pedido Perón, y no le cumple por una vida desordenada. Y ya en su declive, ve, desolado, que Perón va (rompiendo todos los protocolos) al aeropuerto para recibir a Pascual Pérez como Campeón mundial. Y lo peor de todo, para Gatica, es que el manager de Pérez era Lázaro Koci. El mismo que lo había sacado a él de la calle haciéndolo boxeador, y a quién Gatica le dio una patada cuando se engrupió y en el Luna Park, antes de firmar el contrato le dijo que prescindiera de Koci. Él aceptó desligarse de Koci y aceptar al nuevo mánager: Nicolás Prezioza, un borrachín como él. Y esta fue su perdición, el principio de su caída.
AGENCIA PACO URONDO: El mundo popular, plebeyo, tiene una presencia poderosa en este libro y en otros textos suyos. No es una visión romántica, digamos. Es un mundo atravesado por relaciones de dominación, violencias y también miserias humanas. ¿Cómo ves eso en relación a tu obra y al libro sobre Gatica?
EM: Gracias por percibir esos detalles de mi obra (ver entrevista al autor sobre su trayectoria). Sí, es así porque yo, claro, soy un poco y mucho Gatica, así qué sé todo lo que él sentía porque yo sentí lo mismo. Tuve suerte porque pude leer, aprender, salvarme, él no tuvo esa oportunidad y nadie a su lado que lo avivara. Al contrario, siempre estuvo rodeado de aprovechadores (salvo algunos fieles amigos) y él, buenazo, les seguía la corriente y se derrumbó solo. En mis novelas como en mis últimos libros, El Jardín de Anías (un periodista de espectáculos que mata gente y la entierra en su jardín y vive con muñecas) y La Yegua (un intercambio tecnológico entre una fisicoculturista profesora de literatura y un escritor, que intercambian textos y se ven pícaramente por Skype) siempre he mantenido la impronta que manifesté desde Las Tumbas: mi frontalidad contra las causas de la miseria, la opresión, el idiotizamiento de la juventud con la droga, la vagancia, la falta de ideales dignos, el desprecio a los jubilados que fueron los que hicieron a la Argentina grande, la seguridad del país en sus fronteras, una fuerza preparada para los cataclismos que nos esperan, etc, etc…
AGENCIA PACO URONDO: Como bien señalabas al principio, la de Gatica es una novela también sobre boxeo. Es un deporte que ha atraído mucho a la literatura y también al cine, tal vez más que otros deportes. ¿Cómo ves eso? ¿Por qué esa fascinación (si se puede hablar de algo así) con el deporte?
EM: Creo que el box es el más noble de los deportes, el más heroico, es el deporte en el que el deportista está absolutamente solo, únicamente ayudado por su fortaleza física y moral, su inteligencia, y su apego al entrenamiento. Vuelvo a Monzón: cuando Brussa le decía que peleaban dentro de x tiempo, él dejaba el cigarrillo, el buen vino y las mujeres, y se entrenaba como si tuviera que pelear contra una manada de elefantes. Esto lo hizo único. Desgraciadamente Gatica no era así, en este sentido representaba la picardía argentina, el piola. Ike Williams se lo recordó cuando lo bajó en el primer round. A Monzón jamás lo madrugaron como a Maravilla. La vez que lo calzaron bien, enseguida amarró y miró el reloj; esto es propio de un buen boxeador. En cambio, los tontos son aquellos que le dicen al rival que no le dolió y encima, bravuconamente ofrecen el mentón. Y se llevan la sorpresa. En fin, tengo afecto por Monzón porque en la revista Gente declaró estar leyendo Las Tumbas, y eso me emocionó mucho. Lo mismo hizo Sandro en otro momento. Lo que quiero decir es que Las Tumbas, Gatica, Sandro, Monzón, son un solo corazón. Jajaja…
AGENCIA PACO URONDO: Casi en simultáneo con tu libro apareció la película de Favio sobre Gatica. ¿Cuáles son las relaciones con esa película?
EM: Ninguna en absoluto. Y Favio se lo perdió. Tuvimos una charla en La Academia. Nos conocíamos de haber participado ambos en un programa de Horangel en el 13. Él era el invitado y yo uno de los panelistas. Le di Las Tumbas que me dijo que se lo llevara y luego de unos días tomamos un café. Pasados los años nos reunimos en La Academia y me charló de Gatica, sin concretar nada. Pasó el tiempo y empezó a hacerla. Nos volvimos a ver en el mismo bar y hablamos de Prada que no quiso agarrar viaje o había pedido mucha guita, entonces lo quitó. Le dije que era un error, que no se podía escribir la historia de River o de Boca sin mencionar al otro. Porque en mi novela escribo: Gatica fue Gatica porque tuve enfrente a Prada, y Prada fue Prada porque tuvo enfrente a Gatica. Es como separar a Gardel de Lepera. Ese fue un error y la última vez que nos vimos me reconoció que era así. Además le dije que lo había embanderado muy demagógicamente a Gatica. También lo reconoció, pero me dijo que eso era una licencia y lo acepté. Porque en la realidad, a Gatica (aunque se sacara fotos con Perón y Evita) no le importaba la política. Jamás asistió a ningún acto peronista y eso que Juan Duarte intentó llevarlo. El que sí era verdaderamente peronista era Prada. Pasó lo mismo que con Borges cuando tomando un café en el Foro con él y con Villordo, le pregunté sobre la división del Grupo Florida con el Grupo Boedo. Él me respondió: “A mí me hubiera gustado estar con los de Boedo, pero Bioy ya me había puesto con los de Florida y ahí me quedé”… En fin, a Gatica lo vi boxear en el Luna en sus ultimas peleas. Ya antes, en Las Tumbas, una vez fue a hacer una exhibición, con un boxeador muy bueno de esa época llamado Gonzalito. Luego lo vi un par de veces en el restorán de Prada, que lo ponía en la vidriera como gancho. Gatica, si hubiera sido norteamericano, sin duda hoy sería un estandarte mundial, estaría a la par de Graciano, Lamotta, y hasta del mismo Robinson, que fue el más grandes de todos los tiempos. Pero nació aquí, y el esfuerzo y los estímulos en estas tierras son otra cosa.
GB
GOLPE A GOLPE, EN LA PACO URONDO...Diego Kenis arriesga lecturas en torno a Cortázar, Panzeri, Favio, Borges y el boxeo.
"A Panzeri lo terminaron rajando porque se negaba a publicar boxeo. Decía que no era un deporte" relata Alberto Mac Dougall, con cuarenta años de periodismo en la histórica radio LU3 de Bahía Blanca, en el aniversario de la muerte del periodista que más admira. Mac Dougall todavía busca en sus archivos la carpeta de recortes de La Prensa, El Gráfico y La Opinión firmados por Dante Panzeri, quien –sí- descreía del boxeo como deporte.
Tan antisistema como lo definió hace poco Agencia Paco Urondo, la opinión de Panzeri conllevaba una sensibilidad que confronta con el circo romano de un “homicidio legalizado” donde existe la “regular obligación de golpear el cerebro humano” y en el que, agregamos, dos personas surgidas de escenarios marginales pelean para un ringside habitado por miembros de linaje o profesores universitarios que no se ensuciarían la camisa para combatir a puñetazo limpio ante una audiencia de pibes de la villa. Jorge Luis Borges, desde el ringside mismo, fichó aristocrática opinión que ya desarrollaremos.
Desde sus cuentos, o más bien en su cuento emblema “Torito”, Julio Cortázar ensayó otra visión, desde una sensibilidad social: el boxeo como la oportunidad de movilidad social ascendente y, luego, descendente. Apasionado seguidor del box, relator en épocas de vacas flacas, Cortázar armó un relato maravilloso del Torito venido a menos, nostálgico de los éxitos que le permitieron un amor de barrio que de otro modo le habría estado vedado. Era la postal de una Argentina, de la que la épica del boxeo era metáfora. También de la vida, claro. Golpe a golpe, para subir y para bajar. “Cuando estás abajo todos te fajan. Todos, che, hasta el más maula. Te sacuden contra las sogas, te encajan la biaba”. Parece una de las sentencias de Ringo Bonavena.
Sin embargo, el Torito Suárez no dejaba de hablar un poco como Cortázar. Un Cortázar jugando a ser un boxeador en caída libre. Algo señaló, en tal sentido, hace demasiados años, Sebreli. Cuando Gatica habló en las versiones que, cada uno por su lado, hicieron en novela y cine Enrique Medina y Leonardo Favio, se pudo escuchar al boxeador en su laberinto y más en su lenguaje. Favio era, valga la redundancia, director de cine y el estilo de Medina se vuelve particular en la costumbre de escribir personificando, a tal punto que la mayor parte de sus relatos son en primera persona.
Es sabido que Borges, por su parte, detestaba al fútbol porque le parecía un deporte de combate. Pero disfrutaba en cambio con el boxeo y las riñas de gallo, a las que casi no diferenciaba entre sí, por el valor que ostentaban sus contendientes. Cuando se le preguntaba por la contradicción en sus gustos, su explicación más humana refería a que eran deportes a la medida de un espectador con dificultades de visión, debido a que estaban hechos para ser vistos en las orillas del propio escenario. Ante una repregunta con una cita a Panzeri no explicitada, Rodolfo Braceli lo escuchó agregar que no existían riesgos para el cerebro de los boxeadores porque era poco probable que lo tuvieran antes de saltar al cuadrilátero.
Esta admiración por el coraje como valor en sí mismo está presente en muchos de sus escritos. Cierto es que no gestó cuentos de boxeo, pero sí dejó una larga serie de ficciones donde rescata el valor de malevos duelistas y gauchos cuchilleros. Eran los únicos “bárbaros” que rescataba en su desprecio de hombre “civilizado”. Las comillas subrayan palabras que no azarosamente tocan al tema: Sarmiento hizo lo mismo con Quiroga en su Facundo. Destacó su valentía, o más bien una temeridad animal que alejaba al caudillo de la sublimación de instintos de un hombre civilizado. Lo elogió para poder destruirlo.
¿Cómo se vincula esto con la admiración de Borges por el boxeo? Probablemente, de ningún modo. A menos que nos arriesguemos a plantear una hipótesis a discutir, casi en el aire. Borges admiraba el valor de los marginales y los consideraba personas sin cerebro. Se ve en sus palabras sobre el boxeo, deporte de marginales. ¿Puede verse también en su literatura?
Tal vez podamos verlo, si es que miramos a Borges como autor de relatos policiales. Sus cuentos de policial detectivesco están entre los más perfectos del género. Pero, aunque nunca se lo presente así, Borges también ejercitó en cierto modo el policial negro: el relato crudo de un duelo, los poemas y relatos borgianos dedicados a cuchilleros, a compadrones, a matones, donde se narra sin más el crimen. No hay en ellos complicadas elucubraciones mentales, ni un acertijo que descubrir ni un rompecabezas que armar con pistas que parecen sueltas y esconden una verdad de crucigrama. En todo caso, sí, guardan estos relatos descripciones de la moral imperante, de un cierto romanticismo salvaje: el duelo, la ofensa que le da lugar, la narración del combate, un primitivismo no exento de valentía, la exaltación de lo viril en el terreno del honor, y, por qué no, del amor.
Pidamos permiso ahora para dejar existir un rato el “hubiera”: ante la ausencia de corpus con que analizar lo que el escritor hizo con el boxeo, una posibilidad válida para el ejercicio es visualizar aquello que no hizo.
No situó Borges en el mundo del box, por caso, la trama de su extraordinario cuento “Guayaquil”, donde dos profesores universitarios protagonizan un duelo intelectual definido de antemano a partir de la noción de “voluntad”, para determinar quién estudiaría los pormenores de la entrevista entre San Martín y Bolívar. Al cabo del relato, los académicos han reeditado el encuentro de los libertadores, su desarrollo y resultado. Los golpes que han intercambiado durante cada round tienen la violencia de la erudición.
Convengamos que, amén de un salto al vacío, acusar a Borges por el escenario escogido puede pecar de superficial, aunque (por mérito suyo, claro) ningún ángulo desde el que se piense su obra resultará estéril. En el mejor de los casos, es una imputación populista –en el real sentido del término, no en el peyorativo de La Nación- que podemos hacerle si consideramos que buenos escenarios para representar lo determinante de la voluntad son los cuadriláteros o el rectángulo de juego. Que le pregunten si no a los hinchas de River: decenas de veces su equipo derrotó despreocupadamente a Belgrano pero un día entró a la cancha convencido de que perdería, y perdió. Sonó la campana.
¿Qué hacer después de las inundaciones? “Con la inundación emergen los problemas urbanos de fondo”
Por la licenciada en Urbanismo Laila Robledo, integrante del equipo de asistencia técnica de la Fundación Metropolitana, y Amelia Sardo, tesista de la licenciatura en urbanismo (UNGS). Fuente: Informe Digital Metropolitano.
A semanas de la inundación que afectó a Buenos Aires y a La Plata, dejando un saldo de más de medio centenar de muertos y pérdidas materiales que superan los $ 4.000.000.000, los cuestionamientos se focalizan en los problemas urbanos de fondo. Entre la urgencia y el dolor, la cuestión urbana se coloca en la agenda, exhortando a la reflexión, no sólo acerca de qué ciudad se pretende, sino también y fundamentalmente, sobre cómo la misma se planifica y se gestiona.
¿Qué falló? ¿Qué es lo que se “debe” desde el urbanismo? Esto sólo puede abordarse a partir del entendimiento de la ciudad como un sistema complejo. Desde esta base, se presentan algunas de las múltiples dimensiones de la problemática, al tiempo que se postulan acciones para su tratamiento, entendiendo la planificación urbana como política pública.
Las lógicas de ocupación del territorio desde la perspectiva histórica
En Buenos Aires, la falla histórica inicial se produce al otorgarle a la ciudad un tratamiento primario basado en criterios estéticos y funcionalistas. Las instrucciones fueron las de una cuadrícula, sin que importara la topografía dentro de esas líneas rectas. Así, la situación que hoy se percibe como un problema aislado, en realidad acompaña a la urbe desde su fundación.
El proceso de crecimiento de la RMBA pasó por alto importantes cuencas hidrográficas como las del Reconquista, el Luján y el Matanza- Riachuelo, cuyas subcuencas además recorren tanto la Provincia como la Ciudad de Buenos Aires.
En este marco, subyace la errónea idea de que el problema de fondo ha sido una ausencia de planificación, cuando en verdad, la forma de ocupación del territorio ha sido también producto de las corrientes de pensamiento de cada época. Precisamente, La Plata es la fiel expresión de los preceptos del higienismo del siglo XIX, abocados a intervenir la ciudad a fin de lograr el triple objetivo de saneamiento, orden y ornato. Cuando Dardo Rocha en 1880 ordenó la construcción de La Plata, las escalas de densidad de población eran menores que las actuales. Pedro Benoit tampoco imaginó códigos permisivos, precipitaciones de 300 milímetros en 6 horas, y construcciones habitadas sólo por inversiones especulativas. El crecimiento urbano y edilicio propició un aumento del coeficiente de impermeabilidad y de escorrentía, superando el diseño original del sistema fluvial platense desde su época fundacional.
Superar viejos paradigmas implica comprender a la ciudad como una construcción social, sustentada a partir de las relaciones entre actores, que se producen y reproducen, en el marco de las transformaciones socio-económico-políticas.
En los ’40 y ´50 se alentó el crecimiento en extensión de la ciudad a partir de normativas que permitieron loteos en zonas no aptas. El negocio de vender primero terrenos inundables y después realizar obras sobre ellos fue tan rentable, que se repitió en la totalidad de los arroyos que surcan la CABA y la RMBA.
En los ´90 se ocuparon indiscriminadamente los valles de inundación a partir de la construcción de urbanizaciones privadas, en aquellos márgenes de arroyos cuya ocupación previsible había sido hasta ese momento la de villas y asentamientos.
La lógica del mercado
De este modo, el problema de fondo ha sido la delegación de la cuestión urbana al capital privado. En esa línea, el Estado acompañó el proceso permitiendo que el derecho, o no, a la ciudad estuviese determinado por el precio del suelo.
Décadas de sucesivas incongruencias llevaron a crear las condiciones para que cientos de miles de personas habitaran terrenos inadecuados. La existencia de normas permisivas, la no aplicación de normas adecuadas, o bien, la falta de control y monitoreo de estas últimas, propició que los
bajos inundables fuesen ocupados, y valorizados, a pesar de los efectos sobre peligrosidad y vulnerabilidad evidenciadas en cada inundación.
Actualmente se han logrado importantes avances en términos normativos, la Ley de Acceso Justo al Hábitat introduce herramientas concretas de políticas de suelo con las que el Estado puede capturar las plusvalías urbanas que él mismo genera, a los efectos de crear las condiciones que faciliten el acceso a la ciudad por parte de los sectores históricamente postergados.
Dimensión política institucional
La inundación vuelve a colocar en la agenda pública la cuestión urbana de fondo. Esto implica la profundización de la discusión sobre el futuro de la ciudad a partir de políticas territoriales de largo plazo. En este sentido, el gobernador bonaerense Daniel Scioli reconoció que había que adaptarse al “gran crecimiento urbano y desarrollo a la nueva infraestructura de servicios públicos y a las necesidades hidráulicas, dada la realidad que puede tener cada casco urbano y haciendo un relevamiento del potencial riesgo que puede haber”.
Los problemas metropolitanos entonces se asoman como la punta de un iceberg ante desgracias y cuando la situación se encuentra al borde del colapso, tal es el caso del transporte, del estado del ferrocarril, de la saturación de los rellenos sanitarios de la CEAMSE; problemas que demandan tratamientos que superen las concepciones cortoplacistas y sectoriales. En definitiva, requieren de una gestión urbana integral que necesariamente, coordine y compatibilice los diversos intereses, pero siempre a partir de los requerimientos de respuesta a necesidades colectivas. La Fundación Metropolitana trabaja para promover, acompañar y fomentar este proceso, buscando y facilitando los consensos necesarios.
Lo técnico-político
Haciendo escaso honor a Carlos Matus, otro de los problemas que evidencian estas circunstancias es la escasa correlación entre lo técnico y lo político. Emerge la necesidad de potenciar las relaciones inter y transdiciplinarias para planificar lo urbano. Para citar un caso concreto: la comunidad científica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata había advertido sobre las inminentes inundaciones: “El sistema de evacuación de excedentes pluviales se presenta insuficiente aún para tormentas de baja intensidad”, alerta el informe.
En este sentido, queda clara la necesidad de realizar obras de infraestructura, pero si éstas no se producen en coordinación con la comunidad científica, e incluyendo a la comunidad en general, la situación tenderá a agravarse.
Dimensión ambiental
Desde la perspectiva ambiental emergen otras cuatro cuestiones centrales que hay que dejar claras:
- No está de más repetir, una y otra vez, que “las catástrofes naturales no existen: una catástrofe es la expresión social de un fenómeno natural. Un terremoto en un desierto no es un desastre; tampoco lo es una inundación sobre una costa despoblada” (Brailovsky, 2010)
- Todo río o arroyo cava con sus crecidas un área llamada “valle de inundación”, que es la que vuelve a ocupar cuando llueve por encima del promedio.
- En el AMBA no se cuenta con un sistema de espacios verdes y libres de escala metropolitana.
- El Río de la Plata está experimentando un incremento de su nivel medio, tanto por el aumento del nivel del mar, como por el cambio en la dirección de los vientos estacionales y el incremento del caudal de los tributarios principales que implican una mayor vulnerabilidad de la zona costera a las inundaciones. Dicha vulnerabilidad está determinada por el incremento progresivo de las recurrencias.
Qué se puede hacer desde el urbanismo
Como se observa, las ciudades requieren de nuevos abordajes que contemplen la problemáticas de fondo. La ciudad requiere, por ende, una planificación urbana como política pública. Esto significa que para “Hacer ciudad” se la deberá pensar primero como una totalidad, a largo plazo y en grande. Puntualmente, desde la perspectiva urbanística postulamos algunas pautas para abordar y encarar la problemática:
- Elaborar, gestionar y ejecutar planes integrales el Ordenamiento Territorial y Urbano, que incluyan tanto la dimensión económico-social como la cuestión ambiental. Que se adapten a la realidad local de cada ciudad, o municipio, pero siempre dentro de lógicas mayores y más complejas, como son las cuencas.
- Planificar la ciudad, considerando escenarios urbanos tendenciales que incluyan la variable ambiental, el aumento del nivel del mar, contemplación de la topografía urbana, la previsión de cantidad de suelo y de espacios verdes con capacidad absorbente. En definitiva, considerar su capacidad de soporte.
- Determinar los indicadores urbanísticos, la zonificación y las de unidades de gestión, a partir del análisis de las condiciones ambientales existentes expresadas en esa capacidad de carga.
- Considerar que Hacer urbanismo implica una responsabilidad social. A partir de las decisiones urbanas y de una visión sistémica pueden orientarse los procesos de densificación, consolidación y expansión urbana de forma selectiva.
- Compatibilizar crecimiento y preservación mediante instrumentos de planificación que orienten la gestión de la ciudad en un marco de sustentabilidad ambiental. Esta última entendida partir de la perspectiva de sistemas complejos.
- Respetar las lógicas propias del sustrato físico generando espacios verdes y libres que actúen como interfases de biodiversidad.
- Realizar obras de infraestructura de escala urbana, acompañadas con políticas de suelo, interjurisdiccionalidad, inter y transdiciplinariedad. La ciudad no puede abordarse por la sumatoria simple de partes y el problema abarca más de una esfera disciplinaria.
- Socializar el conocimiento para el empoderamiento. El conjunto de la población debe saber qué es lo que tiene que reclamar cuando se ve afectado derecho a la ciudadanía. De otra manera, los ciudadanos quedan invisibilizados.
- Por último, es preciso conservar el sentido común ¿De sirve una arquitectura verde manteniendo la especulación inmobiliaria y sin un modelo de crecimiento urbano?
GB
Frenkel (La Portuaria) cuestionó a Ari Paluch leído en LA PACO URONDO
Publicado por el músico Diego Frekel, quien fuera el líder de La Portuaria. Mostró su indignación en facebook ante una apología de la dictadura realizada por el locutor. Textuales.
"Iba en un taxi hace una hora y estaba ARI PALUCH, hablando en la radio. Sin tapujos, justificó la represión de EL BORDA, diciendo que algo la motivaba, más allá de los "excesos", del mismo modo que los militares (SIC) habían llegado al poder, por el hartazgo de la gente ante el terrorismo y las bombas, justificando la existencia de la última dictadura, más allá de los "excesos".
"Si bien no creo que uno deba ponerse paranoico, es de atender al recrudecimiento del fachismo que está latente en mucha gente resentida, rabiosa, peligrosa, del mismo modo en que los neonazis subsisten en Europa. Hace un par de años, este periodista y otros hubieran tenido al menos cierto pudor en verter sus opciones rancias, terroríficas así como si nada en medios de esta masividad.
"Otro detalle a tener en cuenta es el discurso "pacifista", "new age", "no violento", con que disfrazan sus demonios este tipo de personajes, del mismo modo en que los activistas de la derecha actúa (con cuadros pesados que pegan , lastiman) usan palabras como "agresión", "despotismo" para confundir a la gente de la misma manera en que la juventud hitleariana usaba la palabra "socialismo" por ejemplo.
"La primer estrategia del fachismo es construir un enemigo temerario y un discurso indignado , defensivo, envuelto en banderas hipócritas, usando palabras robadas a la dignidad de la gente como "libertad", "solidaridad", con el único objetivo de un triunfo individual, defendiendo siempre el domino de una minoría bruta, ambiciosa, vaga, egoísta.
LEEMOS EN AGENDA DE REFLEXION LOS INGLESES Y NOSOTROS, COLONIA DE SEGUNDO ORDEN.
Por José Luis Muñoz Azpiri (h)
El día 1º de febrero de 1849, la reina Victoria de Inglaterra inauguró con un discurso, ante el cuerpo diplomático, las sesiones del Parlamento. Se sabía que la oposición encabezada por el diputado Benjamín Disraeli -quien escribía aún su apellido “d’Israeli” con apóstrofo- tomaría como blanco de su ataque a la conducción de las relaciones exteriores. El discurso fue cauto y sobremanera reservado en lo relativo a la política internacional, hecho que no pasó inadvertido para el cuerpo diplomático. Causó extrañeza la omisión de la cláusula usual de que Su Majestad seguía recibiendo las seguridades de la amistad de los demás países, y que al rey de las Dos Sicilias se le diese simplemente el título de rey de Nápoles, designación que parecía preparar, en el ánimo de los mariscales de corredor, el reconocimiento de la separación de Sicilia a favor de cuya insurrección Francia e Inglaterra se habían mostrado siempre inclinadas a intervenir por medio de sus escuadras. Resultó notable, a la vez, que no hiciese ninguna alusión a la ruptura e interrupción completa en que se hallaban las relaciones con España, y sobre todo, a la cuestión con el Plata.
Las últimas noticias que habían llegado a Londres sobre las gestiones del ministro Henry Southern en Buenos Aires, en procura de una conciliación con Rosas, eran decepcionantes; la Confederación Argentina se negaba a transigir. La reina, el presidente del consejo de ministros, Russell y el secretario de estado, Palmerston, no podían refrenar su temor ante la divulgación de dicha novedad, en tanto, los “tories” acaudillados por Disraeli, se felicitaban por una noticia que les permitiría continuar ejercitándose en el arte de crecer en importancia, acorralando al gobierno con pedidos de explicaciones y censuras.
El 24 de enero, luego de un mes de anhelosa espera, llegó la primera información argentina en un velero que partiera el 27 de noviembre del año anterior, de Buenos Aires, y alcanzara Inglaterra “con el extraordinario viaje de menos de sesenta días aunque tocase, como es costumbre, en el Janeiro”, según aviso de Manuel Moreno a Arana. Ninguna nota trajo, con todo, del gobierno argentino para la legación, ni de Southern para el Foreing Office, el cual no podía explicarse “la causa de esta falta”. Conducía solamente copias de la correspondencia cambiada, desde el 17 de octubre hasta el 23 de noviembre, entre el gobierno de la Confederación y Southern, quién había arribado al Plata en los primeros días de octubre de ese año. El texto trascripto descartaba todo optimismo. Para entonces, ya había remitido Moreno a Buenos Aires, artículos de algunos diarios europeos, entre ellos, uno del “Courier del Havre” con referencias adversas al punto de vista argentino, y otro, del “Morning Herald” de Londres, donde un lector pedía se izase la bandera del protectorado francés en Montevideo.
La oposición inició el ataque la misma noche del discurso de la reina. Se produjo una “importante y extraordinaria discusión”, cuyo texto reprodujo el “Times” del día siguiente. El temible jefe de las bancadas “tories” habló extensamente contra los actos del gobierno en Europa y América, que pedía fueran severamente censurados, entre los cuales incluyó, de un modo especial, los del Río de la Plata. Despertó sorpresa esta última actitud, ya que, en anteriores sesiones, se había referido al incidente americano de un modo “bastante conveniente”, según la opinión de Moreno, quién prefirió usar de dicha expresión en vez del adjetivo “acertado”, que escogiera en un principio.
“La Confederación Argentina, una colonia de segundo orden…” comenzó el diputado opositor ante la estupefacción de una cámara donde las ostentaciones de violencia y crudeza oratorias eran desusadas.
Benjamín Disraeli, el autor del discurso, a quienes los íntimos llamaban “Dizzy” (”vertiginoso”), era un orador áspero y sarcástico, aunque excesivamente florido, carecía de rivales en el arte del ataque frontal y resultaba temible por el ímpetu de sus epigramas y la fuerza que proveía a sus argumentos. “Dandy insolente, de rebuscado atuendo”[1], procedía de una familia de israelitas italianos y había escrito novelas de éxito donde presentaba cándidos idilios adolecentes, sazonados con generosas ideas políticas liberales, que sostendría en la práctica, escogiendo por esposa a una viuda adinerada, doce años mayor que él, y desertando de las filas de los “whigs” para pasarse a las del proteccionismo y la aristocracia. De joven, había intervenido en especulaciones sobre minas sudamericanas, acerca de las cuales había publicado un folleto convincente e inexacto - creíase en Inglaterra, en tiempos de Canning, que emancipado el Nuevo Mundo de España, la próxima ruta de los veleros cargados de oro, tendría como punto de destino a Londres - y, habiendo perdido, en una baja del Stock Exchange, la suma de siete mil libras, quedó arruinado y desacreditado, conservando desde entonces una instintiva repulsión por las cosas de América del Sur y un hábito acentuado a vivir rodeado de acreedores. Vestía levita verde oscuro y un chaleco blanco, materialmente cubierto de cadenitas de oro, y usaba una sedosa cabellera rubia, desflecada en tirabuzones de oro que enloquecía a las lectoras de sus romances. Era un personaje frívolo, contradictorio y brillante.
“Una colonia de segundo orden, recientemente rebelada de España - prosiguió el orador - ha querido también imitar lo que se ha hecho en Madrid; ha repelido seis misiones, algunas del más alto rango, y, últimamente ha hecho el ultraje a Inglaterra de no recibir a su ministro y rechazarlo poco menos que con insultos…”
Russell y Palmerston soportaban el chubasco pensando en el pobre ministro “recibido con insultos”, en el continente lejano, aunque, conocedores de la composición histológica de la epidermis de Southern, meditaron en que no resultaba apropiada la preocupación. Resolvieron no darse por enterados de la embestida y mantener un silencio heroico acerca del Plata. El primer ministro respondió al discurso omitiendo referirse para nada al gobierno de Buenos Aires; presentaba un aspecto desolado, al hablar ante la mesa roja, enfundado en una levita negra anticuada. Era líder de los “whigs” y aborrecía las aventuras internacionales que complicaban su programa político liberal. Palmerston calló, igualmente, durante la segunda noche del debate, rebatiendo con todo, las demás partes de la interpelación de los “tories” y conquistando una inmensa mayoría de votos a favor del gobierno.
Disraeli, iracundo, se revolvía en su sitial. Su sanción contra la “indócil” colonia hubiera podido ser quizá la que se aplicara más tarde con los afganos y los zulúes, y que Rudyard Kipling, el cantor del imperio que él mismo posteriormente fundara, sintetizaría en la recomendación: “Sacad los cañones y matad”. Pero los cañones habían sido sacados tres años antes, en 1845, y habían matado profusamente, con alegría feroz: cuatrocientos argentinos yacían muertos por los obuses y la metralla, de cara a las estrellas, en las barrancas de Obligado. Era un remedio ineficaz, sin embargo: la guerra con la Confederación estaba perdida, y los muertos de las barrancas comenzaban a vivir una vida inmortal en el país al cual habían servido de admonición y baluarte.
GB
LEEMOS EN TIEMPO ARGENTINO EL PRO NO FUE SEGURO FUE CRISTINA.
04.05.2013 | para la justicia, además quiso borrar pruebas
Una funcionaria del PRO fue imputada por triple homicidio
El juez Ramos Padilla señaló que la encargada de fiscalizar a un geriátrico no hizo nada y, en consecuencia, tres ancianos murieron al comer alimentos en mal estado en 2009.
Por:
Néstor Espósito
La ex titular de la Dirección de Fiscalización y Control del actual gobierno porteño, Vanesa Berkowski, fue procesada sin prisión preventiva pero con un embargo de $ 200 mil por "triple homicidio culposo" de tres ancianos que murieron en un geriátrico en 2009 por consumir alimentos en mal estado.
Otros 23 abuelos tuvieron más suerte y, pese a sufrir trastornos de diversa gravedad, fueron hospitalizados y lograron sobrevivir.
La tragedia ocurrió entre el 16 y el 17 de noviembre de 2009 en la clínica Santa María de los Buenos Aires, del barrio porteño de Almagro.
El responsable del lugar, Humberto Oscar Velázquez, fue procesado hace un año por "homicidio simple y lesiones por dolo eventual" a raíz de la muerte de los pacientes Gerardo Freylejer, Martha De los Santos y Aldo Ricoy, y su caso está en camino al juicio oral y público.
Berkowski había sido beneficiada en aquella oportunidad con "falta de mérito". El juez de instrucción Juan Ramos Padilla consideró que debía en su caso profundizarse la investigación. Y tras ese proceso, concluyó que el gobierno porteño "durante casi un año y medio no controló el funcionamiento del lugar en un sentido amplio".
Con esa falta de control como dato, el juez dedujo que "la contaminación (de los alimentos) fue consecuencia del manejo indolente del establecimiento y la desidia de las autoridades de control, que en conocimiento de tales cuestiones que hacían a la higiene, sanidad y seguridad, nada hicieron".
Para el magistrado, las muertes eran evitables: "el descontrol generalizado era el que hacía prever que, tarde o temprano, muertes o daños en la salud habrían de ocurrir si no se corregían los procedimientos de control".
"Esta conducta sólo podía realizarse y mantenerse en el tiempo con los riesgos previsibles sí y sólo sí la directora de Fiscalización y Control de la Ciudad de Buenos Aires, Vanesa Berkowski, no cumplía con sus obligaciones legales".
El juez es contundente al afirmar que "de haberlo hecho, las muertes y los daños en la salud no hubieran ocurrido. Por ello habré de dictar su procesamiento", anotó Ramos Padilla a lo largo de una resolución de 37 páginas, a la que tuvo acceso Tiempo Argentino.
Existió, según el juez, una co-responsabilidad entre Velázquez y Berkowski. "En esa conjunción de temeridad de uno (Velázquez) e incumplimiento propio del cardo (Berkowski) se produjeron los desgraciados sucesos, que eran previsibles y que cualquiera de ellos pudo haber evitado si hubiera actuado como la sociedad les exige a quienes ocupan cargos de responsabilidad", subrayó.
El juez detectó también que cuando murieron los ancianos, "personal de la Ciudad de Buenos Aires" llegó al geriátrico "con la pretensión de sacar mercadería y extraer elementos probatorios", a tal punto que "incluso habían arribado al lugar con un camión de los que habitualmente se utilizan para la recolección de basura, por propia iniciativa y sin haber recibido orden judicial alguna".
Para Ramos Padilla, en esa escena, en la que acababan de morir tres personas y otras 23 corrían riesgos similares, "impresionaba una deliberada intención por parte del personal del gobierno porteño de deshacerse lo más rápido posible de cualquier indicio vinculado al mal estado de los alimentos hallados en el lugar". «
el caso de fabiana fiszbin
Hasta su renuncia en 2011, la ahora imputada Vanesa Berkowski ocupaba un área similar a Fabiana Fiszbin, funcionaria condenada por la tragedia de Cromañón, ocurrida durante el gobierno de Aníbal Ibarra.
Fiszbin era subsecretaria de Control Comunal porteño cuando sucedió el incendio y quedó en la mira de los familiares de las 193 víctimas fatales, como la responsable institucional de que el boliche estuviera abierto.
En diciembre del año pasado, la Sala III de la Cámara Federal de Casación Penal, integrada por los doctores Eduardo Riggi, Liliana Catucci y Mariano Borinsky, la condenó a cuatro años de prisión efectiva.
de ibarra a melconian
Vanesa Ileana Berkowski es abogada. Cuando egresó de la facultad se especializó en Derecho Administrativo en un estudio jurídico privado. En 2003, llegó al gobierno porteño como subsecretaria de Trabajo de la Ciudad bajo la gestión de Aníbal Ibarra. Sin embargo, en 2006 participó de elecciones internas del partido Recrear que lideraba Ricardo López Murphy y un año más tarde fue suplente a senadora nacional del economista Carlos Melconian en la lista que tenía el sello de Alianza Propuesta Republicana (PRO). Berkowski integraba el cuerpo de inspectores cuando ocurrió la tragedia de Cromañón (diciembre de 2004), pero zafó entonces y luego de las diferentes purgas que hubo en esa, la Dirección General de Fiscalización y Control.
investigada por extorsión y por beara
No es la única causa en la que Berkowski está imputada. La propia resolución recuerda que la fiscal Bettina Vota le reprocha "la conformación de un grupo destinado a la comisión de varios hechos ilícitos, entre ellos falsificación de documentos, tráfico de influencia y extorsiones". Se trata de la causa en la que se investiga la existencia de un mecanismo de presión a dueños de locales nocturnos para que, mediante el pago de sumas de dinero, se les habilitarán los establecimientos comerciales y se les avisara de antemano cuándo iban a ser inspeccionados. La funcionaria renunció a su cargo en agosto de 2011, cuando estalló la investigación en los medios de comunicación.
Además, Berkowski también es investigada en la denominada Causa Beara, el derrumbe de un entrepiso de un boliche que causó la muerte de dos jóvenes. "No puede desecharse la participación en aquellos hechos por parte de la nombrada a causa de falencias en orden a que hubieran fallado los controles de fiscalización gubernamentales", sostuvo un fallo de la Sala Séptima de la Cámara del Crimen firmado el 27 de diciembre del año pasado.
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