miércoles, 27 de marzo de 2013

DISCEPOLO II POR GALASSO

A 112 años del nacimiento de Enrique Santos Discépolo (1901 - 1951) El "sociólogo" de la Década Infame que celebró la llegada de Perón El historiador Norberto Galasso repasa la importancia de Discepolín en la conformación de la cultura nacional: actor y autor teatral y cinematográfico, escribió las letras de tangos como Yira, yira, Uno y Cafetín de Buenos Aires. Por Norberto Galasso Arturo Jauretche enseñó que "lo nacional es lo universal visto por nosotros", es decir, que los interrogantes del ser humano (universales) generan diversas respuestas según la época y el lugar (nacionales). Una de las mayores pruebas de esta afirmación reside en la vida y obra de Enrique Santos Discépolo. Ante la frustración, la cuestión moral, el amor, el suicidio, la injusticia social y tantas otras cosas, Discépolo fue dando respuestas "nacionales" –a través del teatro, las canciones y el compromiso político– a esos temas sobre los cuales poco o nada aportaron los intelectuales de la Argentina semicolonial, europeizados y ajenos. Enrique nació el 27 de marzo de 1901 y quedó huérfano a los nueve años. Su hermano mayor, Armando Discépolo, pasó a dirigir la familia, con su temperamento severo, verdadero "padre padrone", ya por entonces, autor teatral. Armando ha incursionado, primero, en obras dramáticas, para pasar luego al sainete que recoge el "crisol de razas" que es el conventillo porteño, desde una perspectiva reidera, junto con Folco, De Rosa y principalmente, Vacarezza, entre otros. Desde niño, Enrique siente atracción por el mundo del teatro en que se mueve su hermano mayor y a los 17 años, estrena, en coautoría con Mario Folco, la obra Los duendes, de la cual un comentarista de La Prensa sostiene que "si bien es una farsa con algunas situaciones cómicas, ellas confinan con lo 'grotesco'", y poco después, también con Folco, la obra Páselo cabo, en el ámbito de la Semana Trágica, la cual provoca el comentario del crítico Pujol: "El contraste entre el escándalo familiar y el drama de la represión obrera dibuja un cierto efecto 'grotesco'". Estas referencias al 'grotesco' no son casuales: el grotesco es el salto del sainete desde lo simplemente reidero, a lo dramático, y aparece ya más netamente expresado en el estreno, en 1923, de Mateo, obra que relata la frustración del inmigrante que carece de trabajo con su coche de caballos ante la preponderancia del automóvil. La obra alcanza notable éxito a tal punto que ese tipo de carruaje es llamado "mateo" hasta hoy, donde sobreviven algunos en Palermo para una vuelta, con fotografía, de recién casados. En Mateo ya no predomina la risa, sino el drama, el dolor, al estilo de Pirandello. Enrique lo ha escrito, a los 22 años –según lo aseguran familiares y amigos– pero quien aparece como autor es su hermano mayor –Armando, que le lleva 14 años– y con esa obra pasa a la historia del teatro como creador del "grotesco". Diversos testimonios (publicados en un libro por Jorge Dimov y quien escribe estas líneas) prueban que la obra es de Enrique y que ella anticipa la crítica social de sus futuros tangos: "Es muy difícil ser honesto y pasarla bien. Hay que entrar, amigo. Sería lindo tener plata y caminar con la frente alta y tener la familia gorda, pero la vida es triste y hay que 'entrar' o reventar." Al año siguiente, Enrique registra la obra Mascaritas, que no llega a estrenarse y de la cual señala el crítico Sergio Pujol que con ella "el grotesco empezaba a envolver a Enrique". Poco más tarde, año 1925, se estrena El organito, firmada por los dos hermanos, también "grotesco" –y no sainete– donde pululan ex hombres con sus ilusiones marchitas y sus sueños destrozados, hundidos en la miseria del suburbio, drama social sobre el cual un crítico se anima a señalar que "quizás haya sido obra exclusiva de Enrique". Tiempo después, en 1928, se pone en escena un nuevo grotesco titulado Stéfano, el mejor de nuestra producción teatral, con la firma de Armando. Es la historia de un músico que sueña con crear una obra famosa pero que arrinconado por la miseria queda sometido a un modesto lugar en la orquesta municipal, frustración que resume así: "¿Qué hice con la música?... La puse a un 'cacho' de pan y me la comí." Cátulo Castillo me dijo una vez, respecto a esta frase: "Póngase en la puerta de SADAIC (Sociedad de autores y compositores) y pregúntele a los que entran quién puede haberla dicho. La inmensa mayoría le dirá: Enrique Santos Discépolo." Sin embargo, con el correr de los años, se dirá que Enrique fue un autor de tangos –a lo más, "un filósofo de la porteñidad"– y que Armando es el creador del grotesco. Lo curioso es que, Armando, el presunto autor del grotesco, lo define erróneamente: "Es el arte de llegar a lo cómico a través de lo dramático", mientras Enrique lo define correctamente: "Grotescas son aquellas obras de forma cómica pero de fondo serio." Asimismo es sorprendente que Armando produzca sólo sainetes hasta que Enrique alcanza la mayoría de edad, luego 'escriba' grotescos entre 1922 y 1928 y después, no escriba ninguna obra de teatro más desde el momento en que dejan de vivir juntos pues se enoja con Enrique a causa de su relación con Tania, no obstante que muere en 1971, casi 40 años más tarde. Enrique, por el contrario, transfiere el dolor y la frustración del grotesco a sus tangos, primero con Qué Vachaché, Chorra y Esta noche me emborracho y a partir de 1930 se convierte en el gran poeta testimonial de la Década Infame: Yira, Yira (1930: la desocupación, la miseria, los zapatos rotos, la ropa que van a usar los hijos del difunto, 'buscando un pecho fraterno para morir abrazao'), ¿Que sapa, señor? (1931: 'los chicos ya nacen por correspondencia/ y asoman del sobre sabiendo afanar'), Tres esperanzas (1933), Quien más quien menos (1934: "pa' malcomer, somos la mueca de lo que soñamos ser"), Cambalache (1935: la caída de todos los valores, 'todo es igual, nada es mejor'). En el caso de Tres esperanzas, la sensibilidad social de Enrique causa asombro, estrenado en 1933, termina así: "Cachá el bufoso y chau/ vamo' a dormir", justamente el año en que las estadísticas revelan el punto máximo de suicidios en la Capital Federal: ¡dos por día! De este modo, Enrique se transforma en el "sociólogo", que radiografía la siniestra Década Infame con sus fraudes, sus negociados, su entrega económica, su humillación como país, mientras Armando pasa a desempeñarse como director de teatro, donde se destaca pero ni prosigue el grotesco, ni denuncia el drama social. Convertido en juglar de la calle, en la segunda mitad de la década del '30, Enrique continúa abordando los grandes temas: interroga a Dios en Tormenta, aborda la desesperanza en Uno, la ruptura sentimental en Sin Palabras, la soledad en Martirio, es decir, expresa lo universal a través de la cultura nacional, los grandes interrogantes en versos de tango. Pero es tanta su sensibilidad social que cuando cambia el país, a partir de 1945, Enrique ya no escribe más tangos tristes. Se dedica a la cinematografía (El Hincha), al teatro (Blum), al gremialismo (en SADAIC). Y se compromete políticamente apoyando la reelección de Perón en 1951 con sus charlas de "Pienso y digo lo que pienso", donde inventa su personaje "Mordisquito" para confrontar la década peronista con la Década Infame que la había precedido. ("No, Mordisquito, no, a mí no me la vas a contar"). El odio de clase lo cerca entonces y su corazón deja de latir un 23 de diciembre de 1951. Tenía sólo 50 años, que había vivido intensamente, expresando a su pueblo en las malas y en las buenas. Desde el grotesco del teatro hasta sus versos implacables y sus charlas radiales había expresado las grandes cuestiones universales tal como se daban nacionalmente. Por eso este flaco –"hueso y sólo hueso", como diría Julián Centeya– es una de las columnas fundamentales de la cultura nacional. 27/03/13 Tiempo Argentino

LA DERECHA IBEROAMERICANA, WERNER PERNOT

LAS FIGURAS DE LA DERECHA IBEROAMERICANA VUELVEN A REUNIRSE EN ARGENTINA Sólo va a faltar Neustadt Vargas Llosa dará un taller sobre “Cómo mejorar la participación del sector privado en las políticas públicas”. Mario Vargas Llosa y su hijo, el español José María Aznar, la cubana Yoani Sánchez, el uruguayo Luis Lacalle y otras figuras del neoconservadurismo participarán de encuentros en Rosario y Buenos Aires, donde Macri les prestará una sala del Teatro Colón. Por Werner Pertot Vuelven. Las estrellas del neoliberalismo aterrizarán, una vez más, en la Argentina. Entre el 9 y el 12 de abril, el escritor Mario Vargas Llosa, su hijo Alvarito, el ex presidente español José María Aznar, la bloguera cubana Yoani Sánchez, la presidenta del Partido Popular de Madrid Esperanza Aguirre, el ex presidente boliviano Jorge “Tuto” Quiroga y el ex mandatario de Uruguay Luis Lacalle vendrán al país a festejar los 25 años de la neoconservadora Fundación Libertad de Rosario. La mitad del encuentro se hará en esa ciudad y la otra en Buenos Aires, donde Mauricio Macri les prestará un salón del Teatro Colón para el cóctel de cierre del encuentro de figuras de la derecha iberoamericana. No es la primera vez que las figuras estelares del neoliberalismo asisten todas juntas a la Argentina. En pleno conflicto con las entidades rurales, en 2008, se reunieron en Rosario algunos de los que estarán aquí en unas semanas y también otros que esta vez no serán de la partida, como el ex presidente mexicano Vicente Fox y el halcón Roger Noriega, ex secretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos. En ese cónclave, el antichavismo, el anticastrismo y las viejas recetas estuvieron a la orden del día. Allí se vio a un alicaído Bernardo Neustadt. Estaba en su salsa. Esta vez, volverán por los 25 años de la Fundación Libertad, para un seminario que se titula “América latina: Desafíos y oportunidades”. El encuentro se desarrollará en Rosario el 9 y 10 de abril y luego todos se trasladarán a la ciudad de Buenos Aires para dos días más de quejarse del populismo en América latina. La figura estelar, como siempre, es el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien ya fue parte de una polémica cuando inauguró la Feria del Libro en 2011. En esa oportunidad participó también de un encuentro en el Hotel Sheraton de la Mont Pelerin Society, una entidad fundada por los próceres neoliberales Milton Friedman y Friedrich Von Hayek. ¿El tema? “El desafío populista en América latina”. La gira actual de Vargas Llosa incluye una conferencia sobre “Cultura y democracia en el mundo actual” y otra sobre “La civilización del espectáculo”. En Rosario también hará talleres con temas que incluyen “Cómo mejorar la participación del sector privado en las políticas públicas” (un título que lo dice todo) o “América latina y Europa: una relación con historia y futuro”. El seminario de apertura lo organizan la Fundación Friedrich Naumann y el CATO Institute, dos de las entidades neocon más importantes a nivel internacional. En Buenos Aires habrá una conferencia sobre “Las amenazas a la seguridad en América latina”, que organizan la Fundación Nuevas Generaciones y el Center For A Secure Free Society, una entidad que considera “terrorismo” la disputa de los indígenas por las tierras en Chile y sostiene en su página web disparates tales como que la organización armada Sendero Luminoso se está rearmando en la Argentina y tiene contactos con el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Entre las celebridades que asistirán está la bloguera cubana Yoani Sánchez, uno de los faros del anticastrismo, y el infaltable Aznar, que ha dedicado sus años posteriores al mandato a pregonar en toda América latina el evangelio contra el populismo. Junto a Esperanza Aguirre, seguramente podrán explicar a los asistentes la combinación precisa de ajuste económico y represión a los manifestantes que están aplicando en España. Otros invitados estelares serán la diputada antichavista María Corina Machado y el empresario Marcel Granier, presidente de la venezolana RCTV, acusada de ser uno de los principales medios masivos de comunicación que respaldó el golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002. En la comitiva de ex presidentes de derecha estarán Jorge “Tuto” Quiroga –sucesor del dictador Hugo Banzer en Bolivia– y el uruguayo Luis Lacalle. El presidente de Chile Sebastián Piñera no será de la partida, pero enviará a varias de sus espadas: el ministro de Desarrollo Social de Chile, Joaquín Lavin, y el secretario general chileno Cristian Larroulet. Además, asistirá el ministro de Defensa de Perú, Pedro Cateriano Bellido. De la comitiva argentina hablarán el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy, el economista del PRO Carlos Melconian, el columnista de La Nación Marcos Aguinis y el director de la consultora Poliarquía, Sergio Berensztein. Pese a que les dejará usar el Salón Dorado del Teatro Colón para el cóctel de cierre del encuentro, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, no figura entre los disertantes. En 2008 tampoco fue al cónclave, alertado por sus asesores sobre la posibilidad de quedar demasiado pegado al neoconservadurismo. En la Fundación Libertad aclararon que tienen la mejor de las relaciones. 27/03/13 Página|12 MARIO VARGAS LLOSA VUELVE A ROSARIO A MILITAR CONTRA EL "POPULISMO" Y POR EL LIBRE MERCADO Amigo de las fundaciones neoliberales El premio Nobel de Literatura fue invitado por la Fundación Libertad. El periodista José "Coco" López escribió el libro Libertad o libertad de mercado, que se centra en el escritor y desmenuza las estrategias imperiales para América Latina. José Andrés "Coco" López (foto) desarrolla una crítica de las ideas neoliberales para América Latina. Imagen: Alberto Gentilcore Por Leo Ricciardino En pocos días más, el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa llegará nuevamente a Rosario invitado por la Fundación Libertad. No viene para hablar de sus libros, sino en su otro rol de difusor de las ideas neoliberales y protagonista del debate político en Latinoamérica desde hace décadas. Para aportar a ese debate, el periodista rosarino José Andrés "Coco" López, escribió un libro -recientemente editado en México- que lo tiene al escritor casi como protagonista. Libertad o libertad de mercado, del Consenso de Washington a Mario Vargas Llosa y las fundaciones neoliberales, pretende precisamente "aportar a una discusión central: Si es posible desarrollar en América Latina democracias políticas con un Estado protagonista o si, por el contrario, sólo son posibles esos procesos democráticos si el mercado funciona libremente con sus propias reglas", dice a Rosario/12 el autor del libro que aclara -por si hiciera falta- que en el trabajo se lee la toma de posición al respecto. "Este no es un fenómeno nuevo, nacido con lo que ahora se denomina los neopopulismos casi de manera despectiva", dice López y agrega que "viene de momentos muy puntuales de la historia, como fue la irrupción de la revolución cubana en la década del '60". A partir de allí comenzaron los intentos de contrarrestar los efectos de esa revolución, primero desde el punto de vista militar y luego "a través de una batalla cultural que precisamente es la que siempre han dado esas fundaciones a las que alude el libro". Para ilustrar, López cuenta una anécdota concreta. "Richard Bisell presidía la Fundación Ford en los Estados Unidos y de allí pasó a dirigir operaciones concretas de la CIA, por ejemplo la invasión a Guatemala y el asesinato de Patrice Lumumba en Africa o las operaciones de los famosos aviones no tripulados (U-2) que tanta inquietud le generaron a la Unión Soviética". La conexión, muchas veces, era extremadamente cercana y en muchas ocasiones los organismos de inteligencia financiaron a las fundaciones que dieron una verdadera batalla cultural en la Guerra Fría. -Ahora esa batalla apunta ¿hacia que lado en Latinoamérica? -se le pregunta al autor del libro. -Bueno, es claro que ahora la gran lucha es contra el populismo que engloba a todo el proceso de integración de América Latina. Al respecto hay que decir que el gran tribuno de todo ese proceso me parece que era Hugo Chávez y que hay un momento clave en esta historia que fue Mar del Plata, en el 2005. Ahí se cae el último gran proyecto de Estados Unidos para Latinoamérica que fue el ALCA. La estrategia que cerraron Lula y Néstor Kirchner fue clave, todo estaba acordado de antes y Chávez fue el que la puso en marcha desde su carisma y su verborragia, con aquel slogan "ALCA, al carajo". A partir de esta derrota de George Bush Jr., la verdad es que no hubo otro plan concreto de Estados Unidos para este región -concluye López. "Cada capítulo del libro comienza con un pensamiento del propio Vargas Llosa", dice López y explica que la idea fue "que quede expresada de manera concreta su idea que por sí sola refleja en muchos pasajes su idea de fundamentalismo de mercado". Enemigos del populismo Por Coco López (Extracto del libro "¿Libertad o Libre Mercado?") "Como, estoy seguro ustedes saben muy bien, hay desde distintas trincheras políticas una ofensiva muy grande contra el llamado neoliberalismo, algo que no sé que cosa es, y el liberalismo me interesa mucho y de hecho me considero un liberal. Y si ustedes le preguntan a estos ochenta liberales que se han reunido en Rosario, ¿que cosa es un neoliberal?, estoy seguro de que les van a responder lo mismo que yo: que no saben". Mario Vargas Llosa, Fin de siglo. Desafíos y oportunidades. El interrogante que se hace Vargas Llosa sobre el término neoliberalismo, es necesario contextualizarlo. Sus palabras fueron dichas en el año 1998, en un seminario sobre "Los desafíos a la sociedad abierta a fines del siglo XX", organizado para festejar diez años de vida de la Fundación Libertad en la Argentina, en la ciudad de Rosario. El momento era oportuno para hacer una profesión de fe liberal. En América Latina se aplicaban a rajatabla los paradigmas del Consenso de Washington que ubicaba como objetivo fundamental la desregulación de los mercados financieros, productivos y laborales. Un lugar destacado, en el texto que sirvió de sostén ideológico para un largo período en la política latinoamericana, ocupaba el respeto sin límites a la propiedad privada y el énfasis en los procesos de privatización que significaban hacer a un lado al Estado, lo que algunos llamaron el desguace del Estado y otros la construcción de un "Estado tonto". Los ideólogos del Consenso de Washington estructuraron primero el armazón ideológico, luego vinieron la desregulación y la apertura de los mercados que se fueron dando paulatinamente en la práctica, a través de los planes de estabilización que el FMI imponía a los países después de la crisis de devaluación de sus respectivas monedas. El interrogante de Mario Vargas Llosa sobre qué es el neoliberalismo, puede ser respondido con los conceptos del Premio Nobel de Economía Joseph Stglitz, cuando señala que "las políticas del consenso de Washington son a veces denominadas neoliberales o fundamentalistas del mercado, resurrección de las políticas del laissez faire que fueron populares en algunos círculos en el siglo XIX". Uno de los Presidentes sudamericanos favoritos para impulsar el Consenso de Washington, fue el argentino Carlos Saul Menem... Contemporáneamente con la aplicación a rajatabla del plan neoliberal, Menem proclamó su adhesión incondicional a los postulados de Washington. El fantasma del populismo La caída del Muro de Berlín, la desaparición de la URSS y el campo socialista europeo, repercutieron con gran fuerza en el debate latinoamericano. Si bien persiste la experiencia cubana, por parte de los sectores tradicionales de la región ya no se erige el socialismo-comunismo como el enemigo a batir, ahora es el populismo. El populismo ocupa casi la totalidad de los desvelos de las fundaciones y organismos que se atribuyen el rol de salvadores de Latinoamérica e incluso de Occidente. Un ejemplo de ello es la Reunión Regional de la Mont Pelerin Society, que deliberó en Buenos Aires del 17 al 20 de abril de 2011, bajo el título "El desafío del populismo a la Libertad de Latinoamérica". El invitado estelar fue Mario Vargas Llosa quien compatibilizó su rol de flamante Premio Nobel de Literatura, interviniendo en la Feria del Libro de Buenos Aires, con su condición de adalid del liberalismo, participando en el seminario de Mont Pelerin. Los nombres destacados eran entre otros: Ed Feulner, ex Presidente de la entidad organizadora y Presidente de la Heritage Fundación de los Estados Unidos y Andres Illarionov, del Instituto Cato. En el día final del encuentro se realizó una mesa redonda con un título que parece ser el desvelo de los popes liberales: "¿Por qué el populismo es tan popular y el capitalismo tan temido en el mundo actual?". Los voceros del Consenso de Washington, se lamentan que "ignorando las recetas que han funcionado en economías emergentes, la izquierda populista latinoamericana defiende la nacionalización de los recursos naturales y la colectivización de tierras, con el consiguiente daño al derecho de propiedad y el alejamiento de las inversiones". 26/03/13 Rosario|12

El reclamo de dolarización de la economía El equipo técnico de la Argentina semicolonial Con el FMI expulsado del país, el ejército de lobbistas de reserva made in Argentina está en ebullición.

Por Federico Bernal Atiborrados de trabajo están los equipos del CEMA, FIEL, Fundación Mediterránea, la Di Tella y demás consultoras privadas creadas por ex funcionarios entre 1976 y la presidencia de Eduardo Duhalde o por asesores del FMI-Banco Mundial o por ex alumnos de Harvard, MIT, Oxford, etcétera. Sus nombres más representativos inundan los medios del país. González Fraga, Federico Sturzenegger, Aldo Pignanelli, Melconian, Miguel Kiguel, Pablo Guidotti, Tomás Bulat, entre otros, forman parte del equipo técnico que presiona, fronteras adentro, por reencauzar a la Argentina como apéndice de las naciones industrializadas de Occidente. Conocerlos a todos y en detalle es, por ende, más que fundamental. A propósito, el distinguido historiador, politólogo y activista estadounidense Howard Zinn señaló: "La historia o la ausencia de conciencia histórica, son claves para definir el carácter de la pugna política y social estadounidense. La verdad es que el establishment depende mucho de la amnesia histórica, del hecho de que en este país (EE UU) la gente generalmente no conoce esta historia. No sólo no conoce lo que ocurrió a fines del siglo XIX o principios del XX; desconoce la historia de los últimos 15 o 20 años." Se explica así que estos hombres de negocios, lobbistas de los grupos financieros y las corporaciones siempre apunten para adelante. No les conviene sacar a relucir su historia personal y el rol que jugaron en décadas anteriores. Visitan medios afines, con periodistas cómplices que por lo general no les interrogan sobre su pasado ni sobre sus reiterados pronósticos fallidos. Atemorizan a la sociedad, le provocan ansiedad e inculcan un razonamiento dependiente y contrario al interés de la clase media a la que dicen servir. Aíslan de sus análisis a la región y al mundo (¡y luego se quejan de una Argentina aislada!). Montados en una catarata de números, porcentajes, indicadores y vocabulario técnico indescifrable para el 99,99% de la población (los economistas no superan el 0,01%), van forjando en la opinión pública la sensación de caos, de que no hay más remedio que las viejas y consabidas recetas de ajuste, que "vivir con lo nuestro" es impracticable y que el Estado y la propia moneda son inservibles para crecer y prosperar. EL MENSAJE DEL EQUIPO TÉCNICO DE LA SEMICOLONIA. Con el principal grupo de presión expulsado del país, el FMI, el ejército de lobbistas de reserva made in Argentina está en ebullición. El mensaje común de la soldadesca: el país está en caída libre; se necesita reducir drásticamente el "gasto público", terminar con los controles a las importaciones, liberar el tipo de cambio, devaluar fuertemente la moneda, volver a convertir en Caja de Conversión al Banco Central, desregular los controles al ingreso y egreso de capitales, tomar nuevos empréstitos en el extranjero para saldar deuda, eliminar el "intervencionismo" de Estado en la economía, el crédito y las finanzas, llevar a cero las retenciones a las exportaciones de granos y desregular el sector agropecuario. En pocas palabras, la receta del FMI que hoy arrasa a las clases populares europeas. El crecimiento del producto bruto no puede depender de factores internos, definidos y administrados por la Casa Rosada (autosuficiencia y soberanía política y económica), sino de la Argentina-casino (ingreso descontrolado de importaciones y capitales foráneos especulativos). Las privatizaciones, y muy especialmente, los nuevos préstamos del FMI aportarán los capitales que habrán de cubrir los saldos negativos de la cuenta corriente del balance de pagos. Y así para siempre. Si cerramos el año con una balanza negativa: más "blindaje" y más privatizaciones. Claro que olvidan explicar un pequeño detalle: a mayor endeudamiento y ajuste menos recursos genuinos, más dependencia, más pobreza y exclusión. El progreso en la Argentina debe restringirse a un puñado de miles de residentes. Y la "Nación", si bien con bandera e himnos propios, deberá gestionarse desde afuera, estar directa o indirectamente dolarizada, limitando su rol en el mundo a gran exportadora de productos primarios y de alguna que otra manufactura de origen agropecuario, con un mercado consumidor de productos industrializados eternamente foráneos (pero no muy grande el mercado consumidor porque mientras más personas más bocas que alimentar, menos excedente que exportar, más escuela para el forjamiento de una burguesía interesada en el mercado doméstico y la industrialización). FEDERICO "FREDDY" STURZENEGGER. "El dólar no tiene techo", dice el economista PRO Federico Sturzenegger, actual presidente del Banco Ciudad. Se refiere al dólar ilegal, al que él como los restantes citados al comienzo agigantan toda vez que asustan a la población y estimulan las expectativas inflacionarias, porque, cosa terrible, han ligado la inflación al dólar ilegal en una relación directamente proporcional. "La verdadera incidencia de la disparada del dólar es que la gente tiene temor que los pesos se licúen en las manos por la inflación, y busca una moneda que le asegura una reserva de valor" (Aldo Pignanelli). Redolarización neuronal; brillante estrategia, sin dudas. Pero volvamos a Federico "Freddy" Sturzenegger. Observemos cómo piensa este economista ultra-proteccionista: "La Argentina necesitaría liberar todo para que el dólar encuentre su precio. El dólar bajo genera muchos problemas". En una palabra: mega-devaluación. Otra emblemática frase suya, replicada tres días atrás por el house organ del buitrismo (fase superior del mitrismo), es decir, el diario La Nación: "El Plan Primavera (en el final del gobierno de Raúl Alfonsín) terminó en híper porque el gobierno no atendió el problema de fondo, el agujero fiscal." Luego y refiriéndose al kirchnerismo: "Claramente hay mala praxis del gobierno. Podés traer al mejor economista del mundo, pero si la presidenta quiere mantener el nivel de gasto, los problemas los vas a tener igual." Adviértase lo siguiente. Uno, que el Plan Primavera no fue un mal en sí mismo sino un remedio mal aplicado. Dos, la forma en la que el estatuto del coloniaje está impreso a sangre y fuego en su pensamiento: "Podés traer al mejor economista del mundo..." ¿Por qué "traer"? ¿"Traer" de dónde, para qué? ¿No podemos solucionar los argentinos y argentinas nuestros problemas que tenemos que "traer" de afuera para que los "solucionen" por nosotros? REDOLARIZACIÓN DE LA ARGENTINA, LA CUESTIÓN DE FONDO. Recordemos la cita de Zinn del inicio y hagamos memoria: "Freddy" Sturzenegger tiene PhD (piechdi) de la MIT. Fue además economista Jefe de YPF entre 1995 y 1998, y Secretario de Política Económica en 2001. En la MIT tuvo de tutor a Rudiger Dornbusch, ese economista estadounidense que en 2002 propuso que el control y la gestión económico-financiera del país pase a manos de un grupo de notables extranjeros. La propuesta era lógica: Argentina en ruinas, cuasi-dolarizada, con un Banco Central como Caja de Conversión, un porcentaje deuda/PBI del 166,5% y una relación deuda/dólar del 96 por ciento. ¿Para qué gestionarnos desde Buenos Aires? Pues bien y como era de esperar, Fede & Rudi encontraron profundas coincidencias. La pasión por una Argentina soberana y autosuficiente los llevó a escribir juntos varios libros y sendos papers. Entre los primeros se destacan: 1) La macroeconomía del populismo en América Latina (1991), cuyo capítulo "Description of a Populist Experience: Argentina, 1973-1976" lleva la estampa de Freddy; y 2) el indudablemente más seductor Dollarization, escrito en coautoría con Levy Yeyati y publicado en 2001. ¿Qué arriesga el lector, a favor o en contra del peso? ¿Feliz coincidencia que el año de su publicación haya sido el de su designación como funcionario público? Asimismo y entre sus artículos distinguidos citamos "Dollarization: The Link between Devaluation and Default Risk" (octubre de 2000), escrito desde el que propone la adopción del dólar para la Argentina puesto que, argumenta allí, "la eliminación del riesgo monetario a través de la dolarización puede derivar después en una significativa reducción del riesgo país". También y en el mismo trabajo se observa su posición en relación a las amenazas que entonces se cernían sobre la Convertibilidad: "La eliminación del riesgo devaluatorio es potencialmente el más importante beneficio de la dolarización." La crisis terminal boicoteó el broche de oro del 1-1, inaugurado informalmente en 1976 y profundizado en los ochenta: la dolarización lisa y llana de la economía nacional. Para terminar y llegado a este punto, volvamos a la afirmación de Sturzenegger: "El dólar no tiene techo." El actual presidente del Banco Ciudad nunca abandonó su función promotora de la dolarización del peso. Y es justamente la redolarización de la economía nacional la punta de lanza neoliberal para terminar con el modelo vigente desde 2003, derribar el Mercosur y desenterrar el ALCA. Si el equipo técnico de la semicolonia liga el dólar con la seguridad económica de la Nación y la del bolsillo del ciudadano, nosotros debemos ligar a los dolarizadores de la actualidad con las espeluznantes crisis sociales y económicas de antaño. Como dijo Zinn, el establishment depende mucho de la amnesia histórica. Estos "economistas" no pueden ser definidos simplemente de ortodoxos. Estos "economistas" son enemigos de una Argentina soberana, moderna y socialmente justa. 27/03/13 Tiempo Argentino

OPOSICIONES E IDENTIDADES, JORGE DORIO, OPINION

Oposición e identidades Un clásico preelectoral: las identidades sosias, listas Por Jorge Dorio Si bien es cierto que diez años de gestión del Frente para la Victoria son un antídoto eficaz para los siempre numerosos sosias peronistas, no sucede lo mismo con las máscaras adoptadas por quienes pretenden capitalizar para sí las adhesiones de eso que alguna vez se llamó la izquierda. Por ejemplo, Hermes Binner. Sosias es un doble, un gemelo. O mejor aún, alguien que parece ser pero no es. El origen del mote debe buscarse en la comedia clásica Anfitrión, de Plauto. En la obra, el dios Mercurio toma la apariencia del esclavo Sosias para ayudar al lascivo Júpiter a seducir a una incauta dama llamada Alcmena. El recurso del amo del Olimpo será, una vez más, asumir la apariencia del dueño de casa, el general Anfitrión, cuyo nombre, con el pasar de los años, también terminará recibiéndose de sustantivo. Los enredos generados por la duplicidad de identidades han conquistado durante siglos la sonrisa de los espectadores. Con un antecedente semejante, resulta llamativo que la misma operación, trasladada a otros ámbitos, sea tomada en serio por cualquier público contemporáneo. Un caso reciente es el protagonizado por un puñado de británicos descendientes de un núcleo de ocupación colonial implantado en América del Sur, que amparados por el gobierno de Londres y protegidos por fuerzas armadas británicas, actuaron un referéndum en el que decidieron seguir siendo británicos. La comedia no tuvo gran suceso en la escena política internacional pero contó con la crítica favorable de un periódico producido en la Argentina y llamado cómicamente "La Nación" pese a una larga historia dedicada a la defensa de los intereses coloniales. Pero hay émulos locales de Plauto que han actuado con un poco más de sutileza y audacia. Es el caso de una banda de delincuentes responsables de crímenes de lesa humanidad que, en una de las audiencias donde estaban siendo juzgados por otras acciones aberrantes, lucieron en sus solapas escarapelas con los colores del Vaticano, pretendiendo asumir para sí la identidad de una fe cuya doctrina se basa en la condena de las acciones que han definido el accionar de los citados facinerosos. Estos intentos de usurpación identitaria no parecen ser especialmente peligrosos justamente por la desmesura de su pretensión. Deben mirarse de otro modo, en cambio, algunas apariencias que, merced al respaldo machacón de la prensa hegemónica y a históricas trapisondas, pueden llegar a confundir a más de un ciudadano desprevenido. Riesgo que se acrecienta con la cercanía de las elecciones de medio término. El caso más emblemático está encarnado por el ex-gobernador Binner. El pasado fin de semana, en el mismo escenario donde nació la Constitución del 94 -cifra no ociosamente inversa al 49- Binner presidió una suerte de lanzamiento electoral de la fuerza que lidera, el FAP. Por mesura y algo de piedad no nos detendremos en el no tan lejano antecedente de la sigla que supo identificar en su momento a las Fuerzas Armadas Peronistas. Más complicada en cambio resulta la denominación de socialista para caracterizar al dirigente santafesino, dueño de una mirada tan singular, que no hace mucho eligió el adjetivo “picante” para dar su opinión sobre la obra El Eternauta de Héctor Oesterheld. Mayor escozor produjo incluso a sus aliados enterarse que el sedicente socialista habría elegido en los recientes comicios de Venezuela al candidato liberal Capriles antes que al Comandante Hugo Chávez. Para quienes recuerden que la compañera de fórmula del santafesino fue Norma Morandini, crítica serial de cuanta iniciativa progresista llegó a su banca senatorial, no debería llamar la atención que dirigentes de su alianza, como Victoria Donda y Humberto Tumini, hayan compartido temporada de verano con un referente insospechable de maximalismos como Alfonso Prat Gay. La histórica nobleza del calificativo socialista, llevada con dignidad por dirigentes como Jorge Rivas, cuenta el pasado nacional con usurpaciones que en su momento minaron la candidatura de Hipólito Yrigoyen. A esta altura de la escena es menester consignar que, si bien es cierto que diez años de gestión del Frente para la Victoria son un antídoto eficaz para los siempre numerosos sosias peronistas, no sucede lo mismo con las máscaras adoptadas por quienes pretenden capitalizar para sí las adhesiones de eso que alguna vez se llamó la izquierda. Aún así, debe destacarse un simpático gesto de coherencia por parte de Binner frente a los amantes de la cultura clásica: Mercurio, usurpador de la identidad de Sosias, se llama entre los griegos, adecuadamente, Hermes. Télam

DISCEPOLIN

II) MORDISQUITO Una de las facetas fundamentales del universo de Enrique Santos Discépolo (27 de marzo de 1901 - 23 de diciembre de 1951) fue su comprometida militancia peronista. Y uno de los factores que provocaron su depresión y un final divorciado de la elite intelectual fue, justamente, este aspecto esencial, amén de su propuesta poética vinculada al conflicto social. Discépolo murió distanciado de varios viejos amigos y criticado por sus pares, que le hicieron un vacío a raíz de su ideología. Defendió con convicción, ironía y vehemencia lo que él entendía un enorme avance en el desarrollo político y social del pueblo argentino, el gobierno del General Perón. La radio iba a ser el vehículo para difundir su ideario, en su famoso y fulminante micro-programa: "¿A mí me la vas a contar?". El último texto leído por Discépolo el 10 de noviembre de 1951, un día antes de las elecciones que concluyeron con el triunfo arrollador de Perón dijo: "Mordisquito ¿A mí me la vas a contar? Bueno, mirá, lo digo de una vez. Yo no lo inventé a Perón. Te lo digo de una vez, así termino con esta pulseada de buena voluntad que estoy llevando a cabo en un afán mío de liberarte un poco de tanto macaneo. La verdad: yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a los malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien vos y los tuyos habían enterrado de un largo camino de miseria. Nacieron de vos, por vos y para vos. Esa es la verdad. Porque yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón. Los trajo esta lucha salvaje de gobernar creando miseria, los trajo la ausencia total de leyes sociales que estuvieran en consonancia con la época. Los trajo tu tremendo desprecio por la clases pobres a las que masacraste, desde Santa Cruz hasta lo de Vasena, (se refiere a la Patagonia Rebelde y a la Semana Trágica) porque pedían un mínimo respeto a su dignidad de hombres y un salario que les permitiera salvar a los suyos del hambre. Sí, el hambre y de la terrible promiscuidad de sus viviendas en las que tenían que hacinar lo mismo sus ansias que su asco. No. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón. ¡Vos los creaste! Con tu intolerancia. Con tu crueldad. Con la misma crueldad aquella del candidato a presidente que mataba peones en su ingenio porque le pisaban un poco fuerte las piedritas del camino a la hora de la siesta (se refiere a Robustiano Patrón Costas, cuya postulación en la fórmula con Ramón Castillo se malogró con el golpe del 4 de junio de 1943). Sí, yo sé que te fastidia que te lo recuerde. Es claro, pero vamos a terminarla de una vez. Porque yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón. Los trajo la injusticia que presidía el país. Porque a fuerza de hacer un estilo de tanto desmán, terminó por parecerte correcto lo más infame. Claro, a vos no te alcanzaba esa injusticia. Tendrías, como un señor que yo conocía y que iba todos los meses a cobrarlo, un puesto de ama de cría para cubrir sus gastos, que se lo pagaban oficialmente, y un sueldo para salir con el clan. Yo me acuerdo del clan. Y vos también. Aquella mafia siniestra que salía sólo para aterrorizar gente y mataba una vez a gomazos, otra vez a tiros y a veces con el camión para hacerlo más divertido. No, si la memoria fastidia. Pero yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón. Los trajo la injusticia que manejaba el país. Mirá, si vos hubieras estado en la Semana Trágica como yo y como tantos, en Cochabamba y Barcala, y hubieras visto morir primero a aquellos cinco, luego a cientos, y hubieras visto masacrar judíos por una gloriosa institución que nos llenó de vergüenza, no hubieras formado nunca más parte de ese partido que integrás por amor propio y quizá por ignorancia de tantos hechos delictuosos que son los que empezaron a preparar la llegada de Perón y Eva Perón. En un país milagroso de rico, arriba y abajo del suelo, la gente muerta de hambre. Los maestros sirviendo de burla en lugar de hacer llorar porque estaban sin cobrar un año entero. ¡No! ¡Y todo vendido! ¡Y todo entregado! Yo sé que te da rabia que te lo repitan tantas veces, pero es que entristece también pensar que no lo querés oír. El otro día, en un discurso oí que decías refiriéndote a un gobierno de 1918: Ya por ese entonces los obreros gozaban.... ¿De qué gozaban? ¡Los gozaban!, que no es lo mismo. Y, sí, Mordisquito, ¡los gozaban! La nuestra es una historia de civismo llena de desilusiones. Cualquiera fuese el color político que nos gobernó, siempre la vimos negra. Aspiramos a gozar y al final nos gozaron. ¡Todos! ¡Siempre! Una curiosa adoración, la que vos sentís por los pajarones, hizo que el país retrocediese cien años. Porque vos tenés la mística de los pajarones y practicás su culto como una religión. Cuanto más pajarón él, más torpe y más crédulo vos. Te gusta oír hablar a la gente que no le entendés nada; la que te habla claro te parece vulgar. Yo también entré como vos y, ¿por qué no confesarlo?, me sentía más conmovido frente a un pajarón que frente a un hombre de talento. El pajarón tiene presencia, tiene historia larga, la que casi siempre empieza con un tatarabuelo que era pirata. Yo también me sentía dominado por los pajarones cuando era chico. Ahora, ¡no! Cuando era chico, sí. ¡Pero no ahora, Mordisquito! Salvate de los pajarones. El fracaso - por no decir la infamia - de los pajarones fue lo que trajo como una defensa a Perón y Eva Perón. Pero no fui yo quien los inventó. A Perón lo trajo el fraude, la injusticia y el dolor de un pueblo que se ahogaba de harina blanca y una vez tuvo que inventar un pan radical de harina negra para no morirse de hambre. Tampoco te lo acordabas. ¡Ay, Mordisquito, qué desmemoriado te vuelve el amor propio!. Te dejo. Con tu conciencia. ¡Perón es tuyo! ¡Vos lo trajiste! ¡Y a Eva Perón también! Por tu inconducta. A mí lo único que me resta es agradecerte el bien enorme que sin querer le hiciste al país. Gracias te doy por él y por ella, por la patria que los esperaba para iniciar su verdadera marcha hacia el porvenir que se merece. ¡A mí ya no me la podés contar, Mordisquito! Hasta otra vez, sí. Hasta otra vez". En una de sus apariciones radiales anteriores dijo: "... a mí no me duele que vos tengas más... me duele que los demás no tengan nada. ¿Te has olvidado que la vida de los otros vale tanto como la tuya? Por eso me escribís diciendo que este gobierno ha desatado una tormenta de clases. ¡Qué error el tuyo! Lo que ha desatado este gobierno no es una tormenta de clases, sino que ha desatado a un montón de clases que vivían en la tormenta... sin paraguas, sin comida, sin más sueños que los que dan el cansancio y la miseria. De gente como vos. Como vos, que sos capaz de llorar a gritos con una película de esclavos, y los has estado viendo morir de tristeza al lado tuyo durante tu vida, sin comprender cuál era tu destino generoso frente a ellos...". Enrique Santos Discépolo asumió, como Leopoldo Marechal, aquello que "El hombre por el solo hecho de nacer está comprometido, y el no compromiso es una manera de comprometerse...".

IGLESIA ARAMBURU Y MONTONEROS.

La Iglesia, los´70 y funeral después de William Morris Martes 19 de Marzo de 2013 Por: José Luis Ponsico I El lunes 7 de setiembre de 1970, a las 20.35, Bar y Pizzería "La Rueda" el jefe y fundador de la organización Montoneros, Fernando Abal Medina, departía con su amigo y compañero Gustavo Ramus, cuando ingresó un grupo policial fuertemente armado de la Bonaerense y se produjo un violento tiroteo. Hubo muertos y heridos. Abal y Ramus cayeron acribillados. Norma Arrostito pudo huir. Fundadores de una de las más fuertes expresiones de la lucha armada de raíz peronista. Quizá una de las que congregó la mayor cantidad de militantes en todo Latinoamérica hace 40 años. Se hablaba de más de 6 mil seguidores del grupo estrictamente guerrillero. Dos jóvenes. Junto a Norma Arrostito y Mario Eduardo Firmenich habían planificado el secuestro del general Pedro Eugenio Aramburu, 29/5/70. A fines de los ´60 la dictadura del general Juan Carlos Onganía había dejado sin voces a las clases populares. El 16/9/55 se alzó la "Revolución Libertadora". El jefe del Ejército, militar nacionalista Eduardo Lonardi. A partir del 9 junio del´56, denominada "Fusiladora" por ejecuciones del general peronista Juan José Valle y coronel Oscar Lorenzo Cogorno. Ellos quisieron desalojar a los que derrocaron al gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón. Saldo: 14 militares y una decena de civiles, fusilados. Lo que sigue es reconstrucción de distintos autores (Gabriela Saidon, "La Montonera"; Editorial Sudamericana 2005; Alejandro Tarruella, "Guardia de Hierro", Sudamericana´05) además de crónicas periodísticas. Se indica que también estaba Firmenich -aparentemente en un auto- y huyó en medio del tiroteo provocado por varios policías, dos de ellos cabos que rodearon la mesa "de los sospechosos". La revista "Así", dedicada exclusivamente a la crónica policial, uno de los hallazgos de Héctor Ricardo García, comienzo de los´ 60 -con tirada y venta de ejemplares superando las 400 mil publicaciones semanales- describe con detalles velatorio, luego funerales de los militantes Montoneros rodeados de "sacerdotes del tercer mundo" y representantes de la "Iglesia oficial", dice. "Así" titulaba: "El adiós a dos Montoneros". Imágenes de la misa en la Iglesia de San Francisco Solano. "En una de las fotos se observa a los dos ataúdes cubiertos con la bandera de guerra, Argentina", reproduce Saidon en su libro dedicado a la vida y militancia de Norma Arrostito. "El origen de las coronas llegadas al domicilio de Fernando Abal Medina, calle Moreno 1130 de Capital Federal, a sus padres Carmen Medina y Antonio Abal, resumen el momento ideológico que se vivía desde los grupos enrolados en el peronismo y opositores al régimen", añade la autora. Se leía "Tus compañeros en Cristo". Y hasta una corona "del mismísimo general Perón", abunda. Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus eran católicos. Cercanos a la Iglesia desde la primera adolescencia. El Padre Carlos Mugica brindó una despedida. "Los hermanos Fernando y Carlos están con el Señor", dijo. "Debemos seguir con Cristo en el camino de la causa de los desprotegidos; no caer en la indiferencia sin comprometernos", sostuvo el "cura de los pobres". Asesinado en el mismo lugar cuatro años más tarde. El sacerdote Hernán Benítez, teólogo reconocido, cura confesor de María Eva Duarte de Perón, tomó la palabra. "Vivimos en una Nación que sirve para el goce de unos pocos y el sacrificio de muchos", empezó diciendo uno de los artífices del Congreso de Filosofía, 1949, en Mendoza, veinte años antes, inspirador de "Conducción política", de Juan Perón. "A los ojos de Dios cuando reclama "Dad de beber al sediento" respondido con por Fernando y Gustavo con sus vidas, tal vez con errores y aciertos, pero para que en el mundo no hubiera más sed ni hambre de los desposeídos", describió el cura Benítez que en los´60 se había distanciado de Perón. Benítez fue más lejos: "Señor, te pido perdón por esto. Por lo ocurrido con éstos jóvenes. De algo que nosotros somos culpables al punto que los dos jóvenes fueran acribillados a balazos", impactó el sacerdote en un momento de notoria emotividad según las crónicas de la época. Otro referente de la Iglesia y la Revolución, Jaime Dri, cuando analiza a la Iglesia ecuménica y dice que "ya en 1958 las cosas habían cambiado con la entronización de Juan XXIII en lugar de Pío XII (Eugenio Pacelli) líder del Vatciano en una etapa donde aparecía una Iglesia cerrada en sí misma; monárquica y autoritaria", explica Dri también militante rvolucionario en los´60 y 70. "Una ola revolucionaria desde la Iglesia, arrastró a las juventudes del mundo", siguió Dri a la hora de explicar la participación de una notoria transformación "cultural, política y social" hace 45 años y en la que la juventud de la Argentina no estuvo ausente. Onganía se fue después del "Cordobazo" en mayo del´69. La dictadura militar siguió con Roberto Levingston y Alejandro Lanusse. Los´70 serían signados por la tragedia política. Otros tiempos. El autor es periodista de la agencia Télam. Militante peronista y miembro del Sindicato de Prensa de Mar del Plata. Debió irse cuando la dictadura genocida secuestró al secretario general Amílcar González y descabezó la militancia en Prensa.

MAS HORACIO GONZALEZ Y BERGOGLIO, ENTREVISTA

Entrevista con el intelectual y director de la Biblioteca Nacional, Horacio González. En esta oportunidad, desarrolla sus reflexiones acerca del Papa Francisco. Por Juan Ciucci I APU: En referencia a su intervención del sábado pasado en la asamblea de Carta Abierta y su texto en Página/12, queríamos que nos amplíe su idea de que este nombramiento viene a cerrar como un ciclo histórico. Horacio González: Partamos de la base que la historia tiene flujos permanentes, no se puede decir de una manera tan explícita, ni nadie puede estar tan seguro que un conjunto de hechos históricos de gran dimensión tienen por fin una resolución definitiva. No se refería a eso lo que dije. Sino que un conjunto de polémicas de los años setenta, en relación a organizaciones sociales y políticas del Peronismo, implicado en la militancia católica por un lado, y las distintas interpretaciones del legado de la Iglesia en cuanto a su visión de la sociedad, y su visión de las ciencias sociales; sí podría interpretarse como un cierre con la presencia de Bergoglio en el Vaticano. Puesto que él ha sido un activo participante en aquellas épocas y en una de las corrientes, no sé si como miembro activo o simplemente como alguien afín, que tenían fuertes implicancias en la interpretación del Peronismo. De ahí que el ciclo que podría cerrarse es: sobre cúal es la relación del Peronismo con las corrientes de militancia cristiana o católica vinculadas a distintas interpretaciones de la misión sacerdotal, en relación a los conflictos sociales, a la definición de la pobreza. Un conjunto de hechos que supondrían que una sociedad encontraría por fin mecanismos definitivos de Justicia Social. Por ejemplo, podría suponerse que se cierra o se debilita el ciclo de la Justicia Social, que no pertenece sólo a la definición del Peronismo, sino a muchas fuerzas sociales y que ahora se hablaría de caridad, aunque no sea de la manera solamente de las damas de beneficencia. Sino que sería un espíritu cristiano que comprendería el modo en que hay sufrimiento social, pero no habría estructuras o acciones permanentes de Justicia Social entendidas como movilización colectiva o de un cierto papel del Estado. Ese es un ciclo que podría cerrase. También, el hecho de hablar de pobres. Una política para los pobres, tiene cierto grado de a-historicidad. En los años `70 no lo tenía, y era un lenguaje que se resolvía, no tanto con la palabra pobres, sino con la palabra oprimidos. Ese lenguaje también podría cerrarse. En cuanto a las interpretaciones teológicas, la Teología de la Liberación, que llegó a ser célebre, podría hoy cerrar su ciclo, que de todas maneras fue muy explícito luego del Concilio Vaticano II. Se fue desvaneciendo, a partir que sus principales miembros tomaron otras tareas, o se dedicaron a otras ocupaciones, incluso dentro de la Iglesia. O se sintieron desplazados o no pocos perseguidos y algunos asesinados. Podría reemplazarse, como escuché el otro día de uno de los colaboradores de Bergoglio, por una Teología de los pobres. Los temas son casi siempre los mismos, lo interesante de esta situación que va a originar un debate que no va a terminar sólo en la Argentina, es que la relación Iglesia, Sociedad y Movimientos Sociales, con el nombre de Peronismo o no, pero sobre todo con el nombre de Peronismo, siguen siendo los términos de un debate, sólo que han cambiado cada uno de esos términos su relación. Por ejemplo, la expresión que tuvo cierta fortuna los últimos días en las calles de Buenos Aires era “el Papa peronista”. Después, la conjunción de símbolos muy fuertes, como el mate y la cruz, puestos en el mismo nivel. En ese sentido, creo que también se cerraría un ciclo en el que el Peronismo, depositario de múltiples afluentes de la vida histórica y social argentina, entre otros y quizás mayoritariamente los del cristianismo, pero no siempre en primer plano. Te doy un ejemplo: La razón de mi vida es un libro de raíz netamente cristiana, pero no es un libro de lectura que explícitamente se defina como tal. Es decir, hay mediaciones de todo tipo entre la lengua hablada por el Peronismo y la lengua cristiana que suministra toda clase de conceptos. Incluso hay una cierta dramaturgia en Evita -menos en Perón por supuesto- pero sí en Evita, que tiene algo que ver con las interpretaciones de la acción social y política del cristianismo, que constituye martirologios, santorales, calendarios sacros. Todo eso, no sólo no prescribió, sino que fue motivo de creación de formas de vida entusiastas por lo social y por la militancia. Esto también podría cerrase por el hecho de haber pasado a primer plano una visión de una militancia social cristiana, más absorbente de la vida política. Por un lado, limitando los aspectos seculares que tiene en la vida política argentina, y absorbiéndolos con mayor fuerza en una especie de teología moralizante no-moderna. Bastante distanciada de la secularización que tiene la sociedad argentina. Por ejemplo, todos los temas de la relación familiar, la preferencia sexual, aborto, etc. Eso podría ser un distanciamiento muy fuerte y por muchos años, puesto que la sociedad argentina estaba debatiendo estas cuestiones. Podría también ser un distanciamiento, en cuanto a fin del período me refiero, de las discusiones no cerradas sobre los años `70, y la acción de muchos miembros de la Iglesia. Ya está claro que Bergoglio no fue un colaborador principal, no denunció a nadie, no es responsable directo de nada. Pero formaba parte de una estructura conservadora de la Iglesia que participaba con muchos puntos de vista comunes con el Ejército que estaba a cargo del Estado, o con las Fuerzas Armadas en general y sus acciones de represión específicas. Ese debate también podría cerrarse, entre otras cosas porque el gobierno, como un gran navío en la tormenta, se vio exigido y eso lo comprendo. Creo que todos lo hacemos, a dar un gran giro respecto de estas cuestiones. En la reunión de Cristina con Bergoglio se hablaron de los temas que recorren la historia argentina, la relación entre las repúblicas latinoamericanas, el viejo concepto de Patria Grande, la cuestión Malvinas. Incluso la lectura de un libro de Leopoldo Marechal, Megafón o la guerra, que lo mencionó Cristina creo, según el tuit que ella escribió. Y que Bergoglio complementó diciendo que era uno de sus libros de cabecera. Ahí tenés unos nuevos puntos de contacto que pueden generarse en términos de un horizonte bibliográfico tan importante. Marechal, el principal escritor católico vinculado al Peronismo, que originó una literatura absolutamente modernista. Su estilo modernista lo comparte con Borges, con Macedonio Fernández, con el grupo martinfierrista de los años `20; que incluso mucho tiene que ver después con FORJA. La interpretación de Marechal, que es el famoso autor de la tesis (bíblica por otro lado pero tomadas humorísticamente) en relación a la batalla celestial y la batalla terrenal, creo que en ese caso Cristina se refirió a Bergoglio como protagonista de una gran batalla celestial. Pero en realidad, lo de Bergoglio, como también se señaló en esa misma reunión por parte de la Presidenta, es la de un cuadro político. Esa expresión es absolutamente laica, y supone que es un Papa político, con muchas ideas evangelizadoras a través de parábolas, con sus pequeñas anécdotas alrededor de sus diálogos con el diariero, el zapatero, etc. Estamos dentro de una reinterpretación del legado de la movilización católica en Argentina de carácter estrictamente conservador, por un lado. Y de carácter militante, social y activista, porque viene a reactivar una Iglesia mohosa y además comprometida con dilemas financieros; como si fuera una república dudosa en cuanto a sus tratos internos en relación a la economía. Y que de algún modo el Vaticano lo es. Entonces, viene a combinar acciones de militancia que toma temas de los `70, y acciones sumamente tradicionalistas contrarias al proceso de secularización que tiene la sociedad argentina, y que pueden tener nombres equívocos como “el Papa peronista” o un “peronismo papal”. Todo esto justificado por el temor de que una intervención electoral de Bergoglio, una intromisión directa en Argentina, incline acciones de miles y miles de ciudadanos entusiastas por esta nueva situación, y además de convicciones católicas. Que son condiciones mayoritarias, totalmente genuinas, de millones de personas en Latinoamérica. Temor uno: que por esa vía se haga una disputa de la dirección moral e intelectual de las masas populares que termine tornándolas conservadoras y limitando al extremo, sino hasta la desaparición, los movimientos sociales que han surgido en los últimos años y que seguirían existiendo, pero ya bajo el control de alguna oficina del Vaticano. Temor dos: que la discusión sobre los años setenta, que origina juicios, un intento de la sociedad de rehacerse a través de las estructuras formales de la Justicia, estas también renovadas a partir de tener una sensibilidad ante estos hechos que antes no tenían, sea también otro ciclo que pueda cerrarse. De todas maneras, la situación es sumamente interesante. Es una discusión que no sólo involucra tácticas políticas, como ser elaborar una serie de elogios ante una persona que antes no se la consideraba elogiable. Eso lo podemos poner en el capítulo de las acciones políticas que elige un militante de un gobierno, que ve un cierto riesgo en la intervención directa, que no va a ser así, no es el estilo de Bergoglio. Él es un gran creador de alegorías, a través de pequeñas parábolas, que en otro momento la Iglesia hizo con mayor calidad. Pero estas son las que hace Bergoglio, y por cierto lo hace muy bien porque es un cura con intereses sociales muy avanzados en cuanto a su facultad de intervención a través de formas retoricas de la Iglesia. Y sumamente conservador, me parece. Estas son hipótesis muy certificadas por la acción anterior de él, no podemos desconocerlas. Y al mismo tiempo una situación abierta, que sin dudas va a tener que ser discutida de otra manera. La discusión táctica se hizo, aparece esta idea, este concepto, esta sinopsis, esta mancomunión de cristianismo y Peronismo. Otra vez, porque en la historia del Peronismo hay muchas betas de antes y de hoy, vinculadas al catolicismo, y por eso el fracaso en la Argentina del Partido Demócrata Cristiano, que la Iglesia formó en la posguerra en todo el mundo. Fracasó porque el Peronismo contiene esos elementos, pero no sólo a estos elementos. De modo que también hay una tradición laica en la Argentina, con intereses sociales, que no es una tradición sin metafísica ni religiosidades diversas, ni sin intereses simbólicos o legados. Es una tradición laica compleja la de la Argentina, que no es una tradición de un árbol seco que desprecia las creencias de las personas, por el contrario, toma mucho e inspira mucho las creencias colectivas. Esa tradición no puede desaparecer, y pertenece a todos los partidos políticos. Desde un Lisandro de la Torre a un David Viñas, pasando por John William Cooke. Si uno ve el mapa hoy de la Argentina, de lo que se habla y de lo que sacan los diarios, parece que desapareció. Al punto que también lo hacen los propios dirigentes liberales. Me refiero a un artículo de Luis Alberto Romero que leí en La Nación, es un personaje de fuerte inscripción de las tesis más liberales y contradictorias con lo que dice el gobierno. Es decir, tiene una especial inquina por los procesos de tipo nacional popular. Y uno diría que una persona así, de un carácter liberal republicano casi purificante, pondría algún tipo de objeción a una recreación conservadora de la Iglesia. Bueno, al contrario, hace un elogio a Bergoglio como si las fuentes del viejo liberalismo, que criticaba incluso al Peronismo por tener un cierto ascendiente social cristiano en muchas de sus definiciones. Ahora, en ese artículo elogia a Bergoglio como una persona de diálogo, que el Peronismo no tendría, o como una persona con las virtudes de la conversación o la escucha, que el gobierno no tendría. Y apenas le hace alguna observación sobre su tradicionalismo católico, con una observación muy precisa, por cierto. En las homilías de Bergoglio, que son muy efectivas, se menciona siempre “la ciudad coimera”. Bueno, una definición tan simplista hacia las grandes metrópolis, donde sin dudas hay coimas, pero que hay muchas más cosas, revelaría que hay un cierto profetismo negativo respecto a la vida múltiple y tan llena de acciones y de profetismos que son de todas las fuentes religiosas que tiene la humanidad. Es no comprender lo que es una ciudad contemporánea. Eso lo dice Romero, pero antes lo elogia a pesar de considerarlo dentro de la doctrina social conservadora de León XIII, de Pio XII. Entonces, habría que preguntarle a este sector que esgrime la palabra socialismo, a los radicales mismos que tienen un cierto misticismo originario en la doctrina de Yrigoyen. En la oración laica, a la que el viejo Alfonsín siempre recurría, o sea las Constituciones como parte de una mística colectiva. Todas esas personas que tienen el acceso a la mística política pero que vienen del laicismo, han callado, o han gozado íntimamente con la idea de que por fin venía alguien a debilitar el proyecto gubernamental, que parecía difícil atacarlo por otras vías. Ahí me refiero, más bien, a lo que Marechal llama batalla celestial. Ésta es batalla por valores, por lenguajes, por formas de cultura. Y si atendiéramos a los dirigentes del liberalismo republicano, la más conocida Elisa Carrió dice “yo inventé a este Papa, yo lo profeticé”. Da la impresión que el papismo es el único horizonte para pensar la Argentina. Sé que esto forma parte de decisiones políticas más inmediatistas, y hay que verlo así. De todas maneras, no puede esto reemplazar la complejidad de las creencias en Argentina, y el hecho de que el Peronismo no tiene sólo una veta de catolicismo, aunque esta pueda ser mayoritaria, sino que conviven expresiones de las izquierdas y demás. Y que tampoco la opción cristina sea la opción por los pobres o un cristianismo más tradicional. Tampoco actuó directamente en la vida política, no en vano hay una frase muy conocida y de mucha sabiduría “al Dios lo que es del Dios, al César lo que es del César”. Que no sé si la inventó César, o la inventaron los teólogos cristianos, pero aunque nunca se cumple realmente -porque su cumplimiento es imposible-, siempre el nivel teológico está vinculado al nivel político, la separación es interesante. Porque si no estaríamos todos ya envueltos en una franciscomanía, que no sería tanto una acción vinculada a la televisión mundial y al hecho de que es argentino; sino que deberíamos volver a una teología menor en la Argentina, y la política argentina absorbida en uno de los departamentos de política exterior del Vaticano. Bueno, espero que eso no suceda. APU: Hay sectores dentro del Peronismo que creen que esas discusiones se habilitarían, podrían volver a discutirse. ¿Cómo analizás esa interpretación? HG: La situación queda muy abierta. Ahora ocupando Bergoglio la situación de Francisco, aunque Francisco no borra a Bergoglio. Hay una historicidad, no se borra uno con otro. Veremos si ahora la Iglesia puede informar sobre el robo de bebés y sobre los modos en que actuó durante la dictadura. Actuaba dentro de una ideología conservadora, muy oscura, como intermediaria entre los bebés nacidos en cautiverio y las familias católicas. Esa información podría ser conocida si Bergoglio se anima a eso, más ahora que posiblemente se avance (es un rumor por ahora) con la beatificación de un sacerdote asesinado. En ese caso, se podría pasar a una instancia superior. De ese modo se producirían formas de diálogo, de relación con las hipótesis eclesiáticas socialcristianas que tiene Bergoglio, en su "batalla terrenal" digamos. Y también la relación con la "batalla celestial", con lo que significa el "pescador de almas", con criterios, con valores, con diálogo con los procesos llamados de secularización en el mundo, que debilitan la fuente de religión pero habilitan otras formas religiosas, otras tribus de salvación. Personalmente, creo que la historia de la Iglesia Católica es muy rica, con sus lados muy oscuros y con sus grandes militancias en los 70, como para considerar banal el tema. Eso tiene que quedar claro. La humanidad no puede perder ni las confesiones de San Agustín, ni puede perder los escritos de Carlos Mugica, bien diferentes por cierto. La Iglesia como gran productora de grandes textos, de grandes metáforas de la humanidad. Como son todas interpretables, estamos justamente insistiendo en que no debe triunfar una de las tantas interpretaciones, que alguna vez tuvo que ver con la Santa Inquisición y hoy -aunque no tenga que ver con eso- tiene que ver con la clausura de los espíritus más críticos. En Bergoglio, es cierto lo que dicen muchos, no hay juzgarlo de antemano. Hay elementos para suponer que la figura que ha asumido como Papa, un cambio de nombre que es algo dramático en la historia de un hombre, no anula los capítulos anteriores de una biografía. Por más que el propio Bergoglio, en su faceta más plebeya o más publicitaria, insiste en que se lo llame Bergoglio o Papa. Está instalada una gran discusión y es muy apresurada cerrarla diciendo que tenemos un único Bergoglio, diciendo que Bergolgio va a reconstruir la Iglesia a partir de una militancia social. Creo que Pérez Esquivel se apresuró muchísimo, cumplió un papel poco interesante. Actuó muy apresuradamente. Este no va a hacer un debate inmediato, los tiempos de la Iglesia y los tiempos de la Nación son otros. El Gobierno fue girando hacia un reconocimiento hacia Bergoglio que no era un elemento que estaba presente en la política argentina. Que esto origine una discusión me parece interesante para todos y para el Gobierno. No hay que olvidar que la política social activa tiene la misión de desentumecer algunos criterios sacros que están en manos de burocracias litúrgicas. Estos problemas o dilemas van a abarcar a la Argentina y lo van a hacer un país interesante. Todas las instancias públicas tienen la responsabilidad de hacer interesante ese debate. APU: Usted decía que con la lógica propia de los jesuitas estaba en juego la dirección de los pueblos. ¿Cómo evalúa cierta efervescencia popular en torno a la figura de Francisco? HG: Es un liderazgo universal, con fuerte incidencia en la Argentina. En ese sentido, hay una disputa que ya está en los libros de Gramsci, que él llamaba moral e intelecual por los pueblos. La dirección de los rumbos que toman los pueblos. Es una disputa que en la Argentina la han hecho otros frailes y curas también vinculados a la vida intelectual. Recordaba la polémica entre Lisandro de la Torre y Gustavo Franceschi. Franceschi era un cura conservador con mucha capacidad de discusión y de creación de grupos activos en la Iglesia. Esa discusión se instaló dentro del Peronismo. En ese sentido, sería ingenuo no verlo. Aunque se considere que pueda ser apresurado, que tenga que ver con no confrontar con Francisco, como se hacía con Bergoglio. Todas las homilías de Bergoglio eran una crítica al Gobierno. Esas homilías de Bergoglio siempre fueron muy efectivas, porque su lenguaje no está construido con las liturgias cerradas, oxidadas, que muchas veces se usan. Él renueva ese lenguaje, es un inventor, combina las sagradas escrituras, construye alegorías y habla en un tono popular, coloquial, usando palabras de la vida urbana. No se trata de un obispo de cualquier índole. Es un obispo que con lenguaje popular disputa la dirección colectiva de los pueblos en cuanto a sus opciones históricas. Esto se va a hacer sentir, no de forma directa como creen algunos. Por supuesto, no va a tener partido electoral, pero va a ser algo más poderoso. Le va a hablar a la fibra íntima que todos tenemos, que es una fibra en la que habitan múltiples dioses. La Compañía de Jesus es la que se ha caracterizado por tomar los lenguajes de los otros pueblos. Por ejemplo, los pueblos originarios, y pasarlos a otro lenguaje. Esta tarea tiene un rol cultural colosal, todos los diccionarios de traducción del guaraní al castellano -que debemos agradecer- y por otro lado una dimensión de control del lenguaje, de la vida íntima, de las preferencias culturales. Por supuesto, la Compañía de Jesus ha cambiado, pero no ha cambiado esta mezcla de activismo social notorio y fuerte conservadurismo estamental. En fin, esto puede decirse en relación al hecho histórico que vivimos. Muchas personas han hecho un giro a prestar atención a Bergoglio, otras personas se han apresurado como Pérez Esquivel, su palabra es muy importante como para salir enseguida a descargar las responsabilidades de Bergoglio. Con eso no estoy de acuerdo. Sí estoy de acuerdo en dar el debate en el más alto nivel y respetando todas las creencias. APU: Hubo una manifestación de dirigentes latinoamericanos, como Nicolás Maduro y Rafael Correa, que saludaron la designación de Bergoglio. ¿Cómo analiza eso? HG: Considero que lo de Maduro fue una humorada. No hay que olvidar que el pueblo venezolano tiene una fibra interna de cristianismo social muy fuerte. Aún más, todo el discurso de Chávez, que bebe de muchas fuentes, también lo hace del catolicismo. Por eso en Venezuela, Argentina y Brasil, se dan procesos culturales, sociales, donde la Iglesia tiene fuerte manifestación, no tanto como institución, sino como creencia popular. Una de las tareas del Papa será poner esa creencia en un lugar menos subordinado que tiene hoy, en eso disputará con esos procesos sociales que no tienen solamente esa tradición, sino la de las izquierdas. Es una gran discusión intelectual. Por eso cité a Gramsci, que quiso fundar un partido de izquierda en Italia disputando con el sector tradicional del campesinado que estaba regido por la idea de espacio, de tiempo, de muerte y de vida, de la gran Iglesia Católica italiana. El tema es de gran raigambre gramsciano. Y más en Venezuela, donde Gramsci tiene cierta vigencia. No se trata de un laicismo cualquiera. Sí de criticar a los laicos que se pasan a un papismo sospechoso. Pero no se trata de un laicismo despojado de la vida de los grandes signos, las grandes metáforas sobre los enigmas de la vida. Sí hay que permitirse hacer una crítica política a las repentinas banderas del Vaticano en los edificios desde dónde salen los núcleos del cacerolazo. APU: El otro día, en su intervención en la Bilioteca Nacional decía algo que viene a consideración ahora que estamos a días de un nuevo aniversario del Golpe Militar. Decía que no es fácil matar, que esa muerte estuvo protegida por la Iglesia. HG: Eso hay que atribuirlo a un sector de la Iglesia. Cuando uno habla en una asamblea se escapan los matices. Eso debe ser matizado, pero también afirmado en el sentido de que un proyecto genocida como hubo en la Argentina necesitó de una asistencia moral. En ese sentido, muchos sacerdotes -no la mayoría- hicieron esa tarea sacrosanta de bendecir crímines de guerra. Eso se sabe ampliamente, son muy conocidos los libros de Horacio Verbitsky. Esos temas no pueden ser omitidos por la elección de un Papa, ni ser declarados los que hablamos de estos temas como personas que estamos en una suerte de omisión de lo que sería la Argentina papal que muchos festejan ahora. Celebramos que muchos celebran, pero estos temas no los vamos a dejar de lado.