miércoles, 2 de enero de 2013

CARTA ABIERTA A LANATTA POR CESAR NEGRI.

Carta abierta a Jorge Lanata. por César Negri

 
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipIth2Ee4MSuVeTbCIYleTHfEKH4woEPvwCikIwYAZX6DIOmXyVIEcwJWf4rI8CgeVC2955StMAYtec1rgb3f9xmyDarvfzhVWqLGIuwXTHgFwuxHb0Cns-6Jy3pwk8q_9tAGXCQbMGrIQ/s1600/258582867jorge_lanata%5B1%5D-759621-759637.jpg
La carta puede leerse también en el blog del autor I Es posible que nunca llegue a leer estas líneas, menos aún que le interesen, sin embargo siento la necesidad de intentar comprenderlo en estos tiempos en que es amado y odiado, no solo por su capacidad, si no principalmente por ser crítico al gobierno de CFK. Este texto decidí escribirlo luego de que el periodista Juan Mascardi hiciera su propia “Carta abierta” donde expresaba algunas, creo yo, desilusiones al ver el programa Periodismo para todos.
Mascardi, Licenciado en Comunicación Social egresado de la Universidad Nacional de Rosario, comenzó reflejando su admiración, la cual a ser verdad, no sé si alguna vez la sentí hacia usted. “Era oxigeno, aire, creatividad, denuncia, su voz era la nuestra” dijo para luego analizar PPT donde una tribuna de jóvenes estudiantes de periodismo cumplen una “función decorativa”. Agrego yo, similar a los “aplaudidores oficiales”. Finalmente le pidió que quite la “coronita” no solo a los políticos oficialistas, también a todo el arco opositor, los sindicalistas, los jueces, la policía y los narcotraficantes.
Como así no pude llegar a admirarlo como tantos, quizás por mi corta edad que me hizo conocerlo cuando Página 12 ya era el diario que muchos querían leer y otros incendiar, sí debo decirle que mi respeto lo tenía hasta antes de leer a experiodistas que perdieron sus trabajos después de “Crítica” por sus errores o decisiones empresariales, equivalente a malas intenciones que varios patrones tienen ante sus empelados. Es posible que no conozca la historia entera de ese conflicto, pero escuchar a varios reporteros a los que creo, me hace inclinar la balanza hacia el otro lado.
Sin embargo no quiero increparlo por el famoso archivo que hoy los medios y fanáticos kirchneristas recuerdan sobre sus viejas opiniones hacia los medios concentrados, o por uno en particular. No por esto debo dejar de decir que esa actitud lo emparenta bastante a la clase política que tanto se encargó de desenmascarar.

Haber visto el programa “El péndulo” de Juan Pablo Varsky me ayudó a entender por qué hoy camina esos pasillos que como bien sabe, hicieron grandes negocios con los militares y con cada uno de los gobiernos que vinieron después, siempre con “El gran diario argentino” (o ex) como principal pantalla. Este Grupo “montó ilegalmente Radio Mitre, obtuvo Canal 13 del menemismo y logró la fusión monopólica del cable con Kirchner”; sé que no debo temer represalias judiciales porque estos dichos por son textuales a los suyos años atrás.

Usted Jorge se ha peleado con todos los gobiernos, cumplió con su rol que desde la duda, desde las preguntas, interpeló a políticos. Lo ha dicho muy bien, “preguntar de manera retórica no es ser periodista, es ser publicista”, por esto y otras cosas es incompatible con ser funcionario.
A Varsky le dijo: “No hay otro canal donde hoy yo pueda trabajar”. Por ello intento entender su presencia. Seguro sintió que nadie decía, o lo hacían pero con poca fuerza y sin su capacidad, las cosas malas de este gobierno. Se comprende allí por qué en Clarín, pero me surge un interrogante: ¿cuál era el límite para formar parte de un micrófono opositor? Si este grupo hubiera desinvertido cuando usted apoyaba la Ley de Medios y si él estuviera en manos de otro acérrimo enemigo K, por ejemplo amigos de la dictadura como titulares de La Nación, del menemismo u otros, ¿igual lo hubiese elegido?

En el citado programa también dijo que “Clarín estuvo con Néstor antes de pelearse y volverá a estar con otro gobierno cuando cambie”. ¿Esto significa que lo de hoy es una utilización del poder mediático? O por el contrario, ¿seguirá vinculado a un grupo económico que no lo quiere por lo que fue ni lo que es como periodista, sino por lo que genera ante su enemigo de turno?
Creo, ojalá el tiempo demuestre lo contrario, ha cruzado una línea de la que no podrá volver jamás.

Lamentablemente lo imagino muchos años más con sus nuevos amigos, es difícil tener tanto “poder” y dejarlo ir. Por lo pronto, seguiré sin ver sus envíos domingueros porque “el placer solitario” que a muchos les genera escuchar solo odio hacia una persona, no me llega. Prefiero otros que alguna vez estuvieron a su lado, como Tenembaum, Zlotogwiazda, Montenegro, Sietecase y compañía.

GB

HOMERO MANZI IN MEMORIAM

- Homero Manzi y la influencia de lo popular en América
- | 24 de Diciembre de 2012 ≈ 14:49 |
Al debatir la Cámara de Diputados, en mayo de 1951, la posibilidad de homenajear al poeta Homero Manzi, recientemente fallecido, el diputado peronista John William Cooke alegó: “Muchas veces esta Cámara rinde respetuoso homenaje a los espíritus menores, soldados que batallan impávidos la campaña de la vida, sin esperar otra recompensa ni otra paga que la justa.

Homero Manzi, el poeta recientemente fallecido, fue uno de esos hombres. Su pasión del pueblo lo volvió sin cesar a su fuente, y en ella enraizó su arte con la cálida verdad que exprimía del mundo palpitante que lo rodeaba”. Homero Nicolás Manzione -tal su verdadero nombre- había nacido el 1º de noviembre de 1907 en la localidad santiagueña de Añatuya. Quinto entre ocho hermanos, hijo de un modesto empresario rural, Manzi se mudó con su madre a Buenos Aires cuando tenía nueve años. Pompeya fue el mundo de su infancia, la que le inspiró el amor por lo barrial. De joven, comenzó a escribir poemas y escenas teatrales y, muy pronto, sus primeros tangos.

Entonces, ya había ingresado al mundo de la política en un comité radical. El golpe de 1930 lo encontró como profesor de literatura de colegios nacionales y defendiendo la causa yrigoyenista. Tras una breve estadía en la cárcel, Manzi volvió al barrio y desató entonces su pasión por el tango. Habitué de cafés y milongas, entabló relaciones con Enrique Santos Discépolo, Leónidas Barletta, Nicolás Olivari, Roberto Arlt, Aníbal Troilo, Lucio Demare, Cátulo Castillo y Sebastián Piana, entre muchos otros, con quienes compartió largas charlas o para quienes escribió numerosas letras. No tardó en convertirse en uno de los poetas, letristas y rimadores más reconocidos del país, inmortalizando tangos como “Sur”, “Malena”, “Che, bandoneón” y “Milonga sentimental”, entre otros.
Compositor de tangos, valses, candombes y milongas, no fue la música el único ámbito de indagación de los sentimientos nacionales. Manzi también fue periodista y director de cine, destacándose su adaptación de la novela de Leopoldo Lugones La guerra gaucha.

Pero a la par que plasmaba en el tango la poesía a la clase humilde, Manzi prosiguió su militancia política. Partidario del abstencionismo y la insurrección, en su combate contra el régimen de la década infame, su casa se convirtió en una especie de comité clandestino, que llegó a albergar pólvora para la fabricación de bombas caseras, hasta que accidentalmente estalló en pedazos el baño. Fundador de FORJA, a mediados de los ‘30, junto a Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz, se alejó de la política años más tarde y se mantuvo distante y hasta opositor al peronismo emergente. Sin embargo, hacia 1947, ya miraba con otros ojos al presidente Juan Perón y, a finales de aquel año, en un mensaje radial, lo equiparó a su fallecido líder, Hipólito Yrigoyen, como forjador de la causa nacional. Pero entonces enfermó de cáncer. Falleció tiempo después, a los 43 años, el 3 de mayo de 1951. Para recordarlo, ofrecemos las palabras en prosa poética que publicara el 6 de mayo de 1948 en el periódico Línea, del cual fuera director honorífico, cuando los fuertes dolores ya habían comenzado a atacarlo.

Fuente: Luis C. Alen Lescano, Homero Manzi, poesía y política, Buenos Aires, Nativa, 1974.



Documento
Alguna vez, alguien que sea dueño de fuerzas geniales tendrá que realizar el ensayo de la influencia de lo popular en el destino de nuestra América para, recién entonces, poder tener nosotros la noción admirativa de lo que somos.
Esta pobre América, que tenía su cultura y que estaba realizando tal vez en dorado fracaso su propia historia y a la que de pronto, iluminados almirantes, reyes ecuménicos, sabios cardenales, duros guerreros y empecinados catequistas ordenaron: “¡Cambia tu piel! ¡Viste esa ropa! ¡Ama a este Dios! ¡Danza esta música! ¡Vive esta historia!”
Nuestra pobre América, que comenzó a correr en una pista desconocida, detrás de metas ajenas y cargando quince siglos de desventajas. Nuestra pobre América, que comenzó a tallar el cuerpo de Cristo cuando ya miles y miles de manos afiebradas por el arte y por la fe, habían perfeccionado la tarea en experiencias luminosas. Nuestra pobre América, que comenzó a rezar cuando ya eran prehistoria los viejos testamentos y cuando los evangelios habían escrito su mensaje; cuando Homero había enhebrado su largo rosario de versos, y cuando el Dante había cumplido su divino viaje.
Nuestra pobre América, que comenzó su nueva industria cuando los toneles de Europa estaban traspasados de olorosos y antiguos alcoholes; cuando los telares estaban consagrados por las tramas sutiles y asombrosas; cuando la orfebrería podía enorgullecer su pasado con nombres de excepción; cuando verdaderos magos, seleccionando maderas, concavidades y barnices, sabían armar instrumentos de maravillosa sonoridad; cuando la historia estaba llena de guerreros, el alma llena de místicos, el pensamiento lleno de filósofos, la belleza llena de artistas, y la ciencia llena de sabios. Nuestra pobre América a la que parecía no corresponderle otro destino que el de la imitación irredenta.
Todo estaba bien hecho. Todo estaba insuperablemente terminado.
¿Para qué nuestra música?
¿Para qué nuestros Dioses?
¿Para qué nuestras telas?
¿Para qué nuestra ciencia?
¿Para qué nuestro vino?
Todo lo que cruzaba el mar era mejor y, cuando no teníamos salvación, apareció lo popular para salvarnos.
Instinto de pueblo. Creación de pueblo. Tenacidad de pueblo.
Lo popular no comparó lo malo con lo bueno. Hacía lo malo y cuando lo hacía, creaba el gusto necesario para no rechazar su propia factura y, ciegamente, inconscientemente, estoicamente, prestó su aceptación a lo que surgía de sí mismo y su repudio heroico a lo que venía desde lejos.
Mientras tanto, lo antipopular, es decir, lo oculto, es decir lo perfecto rechazando todo lo propio y aceptando todo lo ajeno, trataba esa esperanza de ser, que es el destino triunfador de América.
Por eso yo, ante ese drama de ser hombre del mundo, de ser hombre de América, de ser hombre argentino, me he impuesto la tarea de amar todo lo que nace del pueblo, todo lo que llega al pueblo, todo lo que escucha el pueblo.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
 AGENDA DE REFLEXION

GB

OJOS MEJORES PARA VER LA PATRIA.

“Ojos mejores para ver la Patria”
- | 28 de Diciembre de 2012 ≈ 14:22 |
Por José Luis Muñoz Azpiri (h)
Salvo breves períodos, cuando el pueblo ejerció soberanamente su mandato, el territorio argentino ha estado desde nuestro nacimiento como Nación en manos de la contrarrevolución cultural. De aquí que la lucha por la emancipación nacional e iberoamericana sea, fundamentalmente, un combate que se libra en el terreno más difícil: el del pensamiento, el de las categorías culturales.
El maestro Osvaldo Guglielmino, quién desde sus juveniles 90 años sigue dictando cátedra nacional, destaca que “Así como los ingleses urdieron el dominio económico, es decir, el imperialismo de la libra cuadrada ante el fracaso de sus invasiones por el kilómetro cuadrado, los liberales dependentistas forjaron la trama conceptual colonizante para silenciar la realidad auténtica, la Patria Grande proclamada en 1816 a nombre de la Provincias Unidas de Sudamérica e institucionalizar la falsa y pequeña que formularon después a nombre de las provincias Unidas del Río de la Plata”.
Cuando se produce el derrumbe de la Confederación Argentina, tras las batallas de Caseros y Pavón, la incipiente vida autóctona nacional sufre un corte drástico y traumático, más rudo para su identidad o autoconciencia que el de la turbulenta Revolución de Mayo de 1810. El país se acultura moral y físicamente mediante una europeización acelerada que le impone un poblamiento anárquico y masivo y un sistema de instrucción pública que imparte, con la alfabetización, un patriotismo desarraigado y teórico. Este último no iba más allá de la devoción sentimental a los símbolos de la bandera, el himno, la escarapela y el escudo, más el culto al progresismo cosmopolita que habían enseñado a identificar lo propio con la barbarie, empujando a Santos Vega al limbo y a Martín Fierro a la toldería.
“Ningún pueblo de habla española -escribió Alejandro Korn- se despojó como el nuestro, en forma tan intensa, de su carácter ingénito, so pretexto de europeizarse”. El modo más eficaz y violento de romper con ese “carácter ingénito” fue la total carencia de gobiernos representativos, electos por consenso expreso de la ciudadanía, desde 1852 hasta 1916. “Este país, según mis convicciones -escribió Joaquín V. González- después de un estudio prolijo de nuestra historia, no ha votado nunca. Todos nuestros gobiernos han sido, pues, gobiernos de hecho”.
Por ésta y por tantas razones afines, Arturo Jauretche clasificaba a los argentinos en nacionales y coloniales. Y por esto también, el historiador Eduardo Astesano, sostenía fundadamente que en Nuestra América el concepto de Nación contiene un elemento que lo singulariza frente al eurocentrista: el de la lucha por la independencia que continúa hoy frente a las modernas estrategias sobre todo transculturales, del neocolonialismo. En más de una ocasión hemos comentado, no sin cierta amargura, que la cultura, el arte, la creatividad, están exiliados de sus espacios tradicionales. Una subcultura preferentemente audiovisual, mundializada a través de los medios técnicos se presenta como cultura nueva y moldea el pensamiento. Pero apenas logra encubrir su nihilismo radical. Se cumple la dramática sospecha de Hegel: el arte (y la Cultura) por el lado de su “suprema destinación, es ya cosa del pasado; como expresión y construcción de lo humano y de las formas de civilización, ha sido relegada a las catacumbas. El poeta ha sido por fin exiliado de la polis”. Quién logra adueñarse o intoxicar cuantitativamente, el Internet y los mecanismos globales de comunicación, logrará incomunicar casi definitivamente a la verdadera cultura. Quién se apropie del medio se apropiará de la verdad (que será virtual, sin otro contenido que su nihilismo). La verdad será como pasa con la moda o la comida chatarra: la impone mundialmente quién tiene el aparato financiero y publicitario para imponerla. Por lo cual lo nacional, que es lo natural, que es lo verdaderamente histórico, que es la realidad cierta, no es un extremo de una antinomia, sino el centro, la única verdad básica de nuestra vida y nuestro destino.
Por todas estas razones es sumamente oportuno recordar el imperativo que, para una básica higiene mental, estableciera Raúl Scalabrini Ortiz: “Volver a la realidad es el imperativo inexcusable. Para ello es preciso exigirse una virginidad mental a toda costa y una resolución inquebrantable de querer saber exactamente cómo somos”. Que es a lo que se refería el gaucho Jauretche cuando enseñaba que la cosa ”cuesta al principio, porque hay que apearse de todas las petulancias intelectuales que son tan caras al “culto” que generalmente es solo un culterano porque practica una suerte de cursilería del saber. Cuesta también porque está el riesgo de pasar como promotor del analfabetismo a medida que se constata que el analfabeto razona más naturalmente que el erudito, porque aquel ve las cosas directamente, con su propia vista, que luego es deficiente pero más útil que el no mirarlas directamente sino buscar su imagen en el espejo que le ha proporcionado una erudición antinatural. Más claro es decir que el hombre sencillo tucumano está mejor enterado de lo que en Tucumán pasa, que el que solo se informa cuando vienen reflejado desde alguna metrópoli ya interpretado, clasificado y adoctrinado según el modo de ver de aquella”.
Es decir, los “ojos mejores para ver la Patria” que anhelaba el poeta Lugones, porque cada hombre y cada pueblo logran el desarrollo y el afianzamiento de una cultura propia mediante la armonización de su pensamiento con su entorno natural, sus particularidades y sus condiciones subyacentes, que no son otros que aquellos de donde partió Juan D. Perón para erigir su edificio político: “Hemos dado una doctrina que no hemos extraído de nosotros sino del pueblo. La doctrina peronista tiene esta virtud, que no es obra de nuestra inteligencia ni de nuestros sentimientos; es más bien una extracción popular, es decir, que hemos realizado todo lo que el pueblo quería que se realizase y que hacía tiempo que no se ejecutaba. Nosotros no hemos sido más que los intérpretes de eso: lo hemos tomado y lo hemos ejecutado. Ahora, como los auditores de Alejandro, tienen que venir los que expliquen por qué hemos hecho esto; lo hemos hecho porque el pueblo lo quería, porque hay una razón superior en el deseo popular”.
Este, y no otro, es el fundamento del pensamiento nacional.

José Luis Muñoz Azpiri (h) es Prosecretario y Académico de Número del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas”.

AGENDA DE REFLEXION

Porf GB

RAFAEL NOGALES, PARTE II

La contracara de Lawrence de Arabia
El 15 de noviembre de 1937, el escritor Roberto Arlt publica en el diarioEl Mundo un artículo titulado “Lawrence: 500.000 dólares. ¿Y Rafael de Nogales?”. Allí se pregunta:
“¿Por qué se recuerda a Lawrence y se olvida a Nogales? Los dos han sido temerariamente aventureros, los dos ‘han trabajado con las manos tintas en sangre’ durante varios años en el desierto; los dos fueron escritores. [...]Cuatro años bajo la Media Luna, el libro del general Nogales, tiene la misma grandeza sombría que Los siete pilares de la sabiduría de Thomas E. Lawrence. [...] Creo que era un deber de justicia evocar el libro del aventurero Nogales, agotado en castellano, mientras que en estos momentos se recuerda tan vivamente la obra de Lawrence”.
Al igual que Lawrence, su contraparte en Oriente Medio, Nogales nunca se casa ni tiene hijos. Pero a diferencia del inglés, no existen testimonios de que le gustaran los jovencitos. Hay que reconocer, sí, que quiere más a sus caballos y mulas que a las mujeres. Está convencido -y así lo escribe en Memorias de un soldado de fortuna- que “las mujeres, con excepción de aquellas que sirven como enfermeras, se convierten en verdaderos problemas para los ejércitos”.

Don Quijote militar
Nogales frecuenta a compatriotas exiliados en Londres y da conferencias en Europa. Aunque él combatió en el bando rival a Gran Bretaña, el gobierno le reconoce haber salvado la vida de prisioneros ingleses.
“Profesores de Salamanca, Coimbra, Oxford y Cambridge le rinden pleitesía”, recuerda la periodista y poetisa Ana Mercedes Pérez, que lo conoció de pequeña porque era hija del cónsul de Venezuela en Londres.  Pero el embajador venezolano lo considera un “comunista y peligroso terrorista, apoyado por bolcheviques rusos y mexicanos”. El consulado no opina igual… y “rompe relaciones” con la embajada.
Nogales viaja a Nueva York, donde conoce a la feminista, poetisa y escritora Muna Lee, nacida en Mississippi y esposa del periodista Luis Muñoz Marín, futuro gobernador de Puerto Rico. Ella mejora notablemente la traducción al inglés de Cuatro años bajo la Media Luna y logra que la crítica se ocupe del autor. “Don Quijote militar”, lo define The New York Herald Tribune.
Entre 1927 y 1928, Nogales es corresponsal de guerra en Nicaragua. Entrevista al “general de hombres libres” Augusto C. Sandino y colabora con su causa. Después publica El saqueo de Nicaragua, donde describe al Héroe de las Segovias así:
“Pálido y ojeroso. Mirada penetrante. Labios resecos. Estatura de Bolívar. Sandino no es un Napoleón ni tampoco un hotentote. Para mí, es un líder de masas, un estratega astuto de la escuela de Abd-el-Krim, de fama en Marruecos. Como Abd-el-Krim, Sandino consiguió adaptar las tácticas militares modernas a las condiciones topográficas y climáticas de la región en la cual realiza sus operaciones. Es un hombre sencillo, hecho a propio esfuerzo, de lo que está orgulloso”.
En 1930 el libro es prohibido por el gobierno en Estados Unidos. La editorial Robert McBride & Co debe pagar una multa de 250.000 dólares -una suma exorbitante para la época- y quiebra. El autor lo publica nuevamente en Londres, pero enviados de Washington compran casi toda la edición.
“Ya no es el viajero que vaga errante por los siete mares, a caza de un contrabando de armas o de una mina de oro”, escribe Ana Mercedes Pérez en el prólogo de 1975 a El saqueo de Nicaragua. “Ahora lucha contra las invasiones armadas en América Latina y contra el oro robado de nuestras minas. Tampoco es el Bey Nogales a la cabeza de doce mil turcos tomándose la ciudad de Van, ni es el caballero ocioso fuera de combate, buscando ingeniosamente el modo de hacer fortuna. Prefiere viajar con título de periodista, armado de su pluma y cámara fotográfica al mismo teatro de los acontecimientos, para desnudar el alma de la dolida Nicaragua”.
Entre Estados Unidos e Inglaterra, Nogales publica Memorias de un soldado de fortuna (1932) y Sombrero de copa y espuelas (1934).

Con la pobreza en los talones
El tirano Juan Vicente Gómez -apodado “El Bagre” y padre de 15 hijos reconocidos y más de 70 naturales, casi todos empleados en la administración pública- muere en 1935. Al año siguiente, Nogales regresa a Venezuela y se pone a las órdenes del nuevo gobierno. Quiere contribuir como militar o político a la reorganización de su patria.
Pero la desconfiada mediocridad ambiente de algunos compatriotas le retacea un cargo en el ejército o una banca en el Senado. Brilla demasiado y temen que los opaque. Sólo le ofrecen un puesto de administrador en la aduana de Las Piedras, un pueblucho costero al noroeste del país, a más de 500 kilómetros de Caracas. Acepta porque no tiene un centavo. La humedad del lugar agrava sus enfermedades.
“La pobreza rondaba sus talones de hombre honesto”, recuerda Ana Mercedes Pérez. “Ahora era simplemente Nogales, escritor, que había sobrevivido por el oficio quijotesco de vender sus libros. [...]. En pocos meses se había envejecido. Su aparente artritis parecía venirle del alma”. Inactivo, aburrido y desterrado en su propia tierra, renuncia a los cinco meses.

Un bulto en un depósito
Para alejarlo de Venezuela, le ofrecen viajar a Panamá a estudiar el funcionamiento de la Guardia Nacional. Llega de traje raído, suelas gastadas, muy enfermo. El 10 de julio fallece de pulmonía. Faltaban tres meses para que cumpliera 60 años y ya era un anciano decrépito, pero de tristeza. Entre las pocas pertenencias de su austera vivienda se encuentra un cheque del National Bank of New York por poco más de mil dólares que se destina a embalsamarlo y trasladarlo en barco a su país.
Como paradoja final, el 24 de julio de 1937, mientras se conmemora el natalicio del Libertador Simón Bolívar, su cadáver es descargado en el puerto de La Guaira. Nadie lo espera ni lo reclama. El gobierno y los políticos permanecen tan indiferentes como cuando el militar se enfermaba en la aduana de Las Piedras. Una semana después, unos periodistas logran rescatar el bulto abandonado en un depósito.
Lo entierran el 2 de agosto sin honores ni ceremonia. El káiser de Alemania, su amigo exiliado en Holanda, envía una corona de flores al cementerio y una tarjeta:  “A Rafael de Nogales Méndez, generalísimo en la gran guerra, uno de los caballeros más valientes y nobles que haya conocido”. Recién en 1975 -casi cuatro décadas después- sus restos son trasladados al panteón de las Fuerzas Armadas de Venezuela. Sus condecoraciones se hallan en el Museo del Recuerdo de la Escuela Militar.

Nacionalista y bolivariano
En los últimos años, ha comenzado a rescatarse la figura de este militar hidalgo que proponía la unificación de América latina a través de carreteras y redes ferroviarias construidas sin participación estadounidense ni europea. Una de las personas más activas en esta tarea es el embajador Kaldone G. Nweihed, quien en un prólogo reciente a Cuatro años bajo la Media Luna afirma:
“Su pensamiento político sigue siendo materia prima poco aprovechada. A nivel venezolano era nacionalista, admirador del Libertador y manifiestamente opuesto a la dictadura. A nivel latinoamericano reiteraba su fe en la integridad histórica y cultural del continente con plena autonomía con respecto a Estados Unidos. A nivel universal partía de la defensa de los países débiles desde una plataforma antiimperialista e izquierdista”.
La historiadora Jasmina Jäckel de Aldana coincide:
“Desde el punto de vista nacional, Nogales aparentemente fue influido por la idiosincrasia bolivariana y democrática, mientras que en el aspecto regional latinoamericano se manifestó expresamente panlatinoamericanista y pionero de la unificación. Abogó por la idea de la ‘raza’ latinoamericana unida, como contrapeso a las potencias mundiales, Estados Unidos y Europa, proponiendo la idea original de una alianza con la naciente potencia japonesa”.
En la dedicatoria de Cuatro años bajo la Media Luna, Nogales indica: “Esta modesta obra, escrita con la tosca pluma de un soldado, la dedico respetuosamente a la memoria de mis compatriotas latinoamericanos, desde México hasta la Argentina, que durante la Guerra Magna supieron combatir y morir con gloria para mantener en alto la tradición guerrera de nuestra raza”.
Y muchas décadas después, Otto H. Burguera lo recordará con estos versos:

En su bajel de eterno, errante peregrino,
los inmensos mares de la aventura surca.
Y, sueña cuatro años este andino,
bajo la Media Luna de la bandera turca.



Fuentes
Jasmina Jäckel de Aldana, “¿Del aventurero trotamundos al héroe nacional venezolano?”, Estudios de Asia y África, El Colegio de México, enero-abril 2000, en http://www.redalyc.uaemex.mx
Luciana Mc Namara, “Rafael de Nogales Méndez, militar y aventurero: venezolano de película”, revista Encontrarte, fascículo 101http://encontrarte.aporrea.org/101/personaje/
Rafael de Nogales Méndez, Memorias, Tomos I y II, Editorial Fundación Biblioteca Ayacucho, Colección La Expresión Americana, 1991. Traducción y prólogo: Ana Mercedes Pérez.
Rafael de Nogales Méndez, Cuatro años bajo la Media Luna, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Caracas, 2006. Prólogo: Kaldone G. Nweihed.
Rafael de Nogales Méndez, El saqueo a Nicaragua, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Caracas, 2007. Traducción y prólogo: Ana Mercedes Pérez.
Violeta Rojo, “Memorias de un aventurero venezolano: Rafael de Nogales Méndez”, Revista Virtual Contexto, N° 8, 2002. http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/18898/1/violeta_rojo.pdf

Roberto Bardini[Publicado en Bambú Press]

AGENDA DE REFLFEXION.

GB

Rafael de Nogales: soldado, caballero andante y aristócrata socialista, PARTE I


 
- | 2 de Enero de 2013 ≈ 13:07
Con motivo de la publicación hace un par de semanas del artículo de Juan Forn sobre este apasionante personaje, hemos dado con el que escribiera el compañero y amigo Tito Bardini, que viene a completar y a corregir en magnitud su genio y figura.
Rafael Ramón Intxauspe Méndez nació en Venezuela. Se le conoce como Rafael de Nogales porque prefirió la traducción al español del apellido vasco Inchauspe. Fue militar profesional y guerrillero, conspirador político y espía, cazador y viajero, escritor y conferencista. Hablaba seis idiomas y frecuentó a la nobleza de Bélgica, Alemania y España. Recorrió cuatro continentes y su divisa era: “Cuando veas una guerra buena, alístate para combatir en ella”. Algunos lo definen como “aristócrata socialista” y otros como “terrorista apoyado por bolcheviques”. Él se considera a sí mismo “caballero andante y ciudadano del mundo”, a la búsqueda de “un dictador que derrocar o un ejército de patriotas que organizar”.
Por Roberto Bardini
Nogales pelea junto a los españoles contra la invasión de Estados Unidos a Cuba a fines del siglo XIX y a principios del XX recorre el norte de África y la India. Es vaquero en Arizona y Nevada, minero en California y cuatrero en Texas. En la frontera se une a los revolucionarios mexicanos. Opera como agente secreto en China. Maneja un juzgado en Alaska, caza ballenas y convive con esquimales. Conspira contra el dictador Juan Vicente Gómez en Venezuela. En la Primera Guerra Mundial se alista con Alemania, sirve como oficial en el ejército turco y es condecorado con la Cruz de Hierro. Viaja como corresponsal de guerra en Nicaragua, conoce al rebelde Augusto C. Sandino y propagandiza su causa en Estados Unidos.
Personaje que parece surgido de la imaginación de Emilio Salgari o Joseph Conrad y autor de cuatro libros, de sus 59 años de vida pasa aproximadamente 15 en Venezuela y siempre por períodos cortos. Opositor a las dictaduras de turno en su país, una y otra vez parte al exilio.
El escritor y diplomático Kaldone G. Nweihed, embajador venezolano en Turquía y autor del libro The world of Venezuelan Nogales Bey, afirma que este caballero trotamundos y rebelde estuvo en contacto con doce imperios: el zarista, el prusiano, el austro-húngaro, el otomano, el manchú, el inglés, el español, el francés, el belga, el holandés, el portugués… y el naciente imperio de Estados Unidos.

Entre las armas y las letras
Hijo de un acaudalado matrimonio español, Rafael nace en octubre de 1877. Su padre, un hidalgo de origen vasco, es coronel y propietario de grandes plantaciones de café en Táchira, estado del oeste venezolano. Dos de sus tres hermanas se casarán con alemanes: una, con el cónsul Paul Johannes Gerstaecker; la otra, con el conde de Westerholtz, propietario de un castillo en Renania.
Rafael es enviado a los siete años a Alemania para terminar su educación primaria. Completa sus estudios en Bélgica e ingresa como cadete en la Real Academia Militar, donde es compañero del príncipe -y futuro rey- Alberto. En esa época, los monarcas belgas acostumbran invitar al palacio al mejor alumno de la academia, honor que goza Nogales. Egresa como subteniente y toma cursos de filosofía y letras en las universidades de Bruselas, Lovaina y Barcelona.
El joven frecuenta los círculos del rey Leopoldo de Bélgica, el káiser Guillermo II de Alemania y Alfonso XIII de España. Para entonces, además del castellano, habla y escribe alemán, francés, italiano e inglés. Más adelante, aprenderá turco para comunicarse con sus soldados sin necesidad de traductor.

Bautismo de fuego
Cuando en 1898 estalla la guerra entre Estados Unidos y España por la entonces posesión colonial de Cuba, adopta el apellido Nogales y se alista como alférez en el ejército español. Tiene su bautismo de fuego en la isla a los 20 años. Tras la victoria norteamericana huye a Haití, desde donde viaja a Marruecos y revista por poco tiempo en el ejército del sultán Abd al-Aziz.
Recorre el norte de África, la India, Afganistán, Indonesia y Angola. Después visita Inglaterra e Irlanda. Se traslada a Boston y en 1902 regresa a Venezuela.
Tiene 24 años, habla con acento alemán y aspira a iniciar una carrera en el ejército. Pero enseguida surgen diferencias políticas con el régimen del general Cipriano Castro y se interna en la selva con la idea de derrocarlo. No tiene éxito, pero adquiere experiencia en algo que no le enseñaron en la academia militar ni aprendió en Cuba y Marruecos: la guerra de guerrillas.
Al año siguiente, enfermo de malaria y herido en una pierna, huye rumbo a República Dominicana y pasa a Haití. Después atraviesa América Central -en Nicaragua es bien recibido pero Honduras y Guatemala ofrecen una recompensa por su captura- y llega a México. Cruza la frontera, trabaja con vaqueros en Arizona y caza osos en Nevada, donde se hace llamar Nevada Méndez. En Yuma vende su caballo, armas y equipo, va a San Francisco y se embarca a China, adonde llega a principios de 1903.
En el Lejano Oriente ha terminado la guerra chino-japonesa y está por comenzar la ruso-japonesa. Recorre Cantón y Shangai, se mueve en círculos diplomáticos, trabaja como espía para los gobiernos de Japón y Corea, viaja a Pekín. Una noche, cuando una bala rusa le roza el estómago, se da cuenta de que está siendo utilizado como carnada en el “gran juego” de la intriga internacional. A fines de aquel año sale apresuradamente a Siberia y se embarca hacia Alaska. En octubre ha cumplido 26 años y ya ha recorrido medio mundo.

Cazador, buscador de oro, cuatrero
De 1904 a 1906 vive en Alaska. Atiende por un tiempo el juzgado de la naciente ciudad de Fairbanks y convive con esquimales. Con ellos caza ballenas, come su carne cruda y bebe hootch, aguardiente que los nativos destilan de azúcar, harina y helechos. Los siguientes dos años los pasa en Estados Unidos, donde se dedica primero a buscar oro y después a vender ganado en Nevada y California.
En el Hotel Green, de Pasadena (California), conoce al anarquista mexicano Ricardo Flores Magón, quien ha oído vagamente acerca de sus andanzas. Viaja a Texas, donde se le unen Mike O’Reilly y Jimmy Sears, “vaqueros por tradición, mineros por necesidad y aventureros de nacimiento”. En la zona fronteriza de El Paso y Ciudad Juárez se dedican al arreo y venta de reses ajenas. En sus memorias describirá aquellos “antiguos días de vaquero en Río Grande, donde cada quien llevaba la ley colgada del cinturón”.
“Por aquellos días los cuatreros eran regularmente distinguidos caballeros deportistas que cruzaban la frontera”, relatará años después en sus Memorias de un soldado de fortuna. “Algunas veces cabalgando por semanas una angosta vereda, escapando de la vigilancia bajo un cielo abierto, aventurando ser colgados del árbol más cercano. Era una fortuna cuando el árbol se encontraba algo distante, como para darle tiempo al hombre de pensar, de rezar sus oraciones, de sobornar a sus captores”.

Con los revolucionarios mexicanos
En esa época, Nogales es un hombre alegre: “Hoy hablaba de política americana con el gobernador de Texas, mañana hacía conocer a un par de senadores de Estados Unidos las explosivas y deliciosas enchiladas en un café mexicano, dirigido por un chino y financiado por un americano. Dos días después estaba arreando ganado cien millas afuera, sucio y sudoroso, pero tan feliz como un estudiante escapado de clases”.
A eso se dedica cuando es convocado por Flores Magón para unirse a la revolución contra Porfirio Díaz. A partir de entonces, merodea con sus amigos O’Reilly y Sears entre Durango, Chihuahua y Sonora. Hacen lo que mejor saber hacer: transportar explosivos y robar ganado para alimentar a los revolucionarios mexicanos.
En 1909, Cipriano Castro es alejado del poder en Venezuela y Nogales regresa tras ocho años de ausencia. En 1910 asume el general Juan Vicente Gómez, quien se propone gobernar con mano dura. Nuestro hombre se transforma en opositor. De los cinco años que reside en su país, dedica cuatro a intentar el derrocamiento de Gómez -que permanecerá en el poder hasta 1935- desde la frontera con Colombia.

En la Media Luna turca
Cuando en 1914 estalla la Primera Guerra Mundial, Nogales se encuentra refugiado en Curazao y se embarca hacia Europa. Se ofrece como voluntario primero en el ejército de Bélgica y después en el de Francia, pero no acepta en ninguno de los dos el requisito de renunciar a su nacionalidad.
Viaja a Bulgaria y en Sofía conoce al mariscal prusiano Colmar von der Goltz, veterano de las guerras austro-prusiana y franco-prusiana, autor del libro El pueblo en armas. Von der Goltz le ofrece unirse al ejército alemán con el grado de capitán sin perder su condición de venezolano. Nogales acepta combatir al servicio del Imperio Otomano, aliado de Alemania.
Desde enero de 1915 hasta octubre de 1918 es oficial del ejército turco con el nombre de Nogales Bey. Primero lucha contra el ejército zarista en Anatolia. Después, hostiga a los armenios del Cáucaso que se han aliado a los rusos para independizarse de los otomanos. Al mando de 12.000 soldados, se enfrenta a 35.000 milicianos armenios en la ciudad de Van, situada a 1.700 metros de altura. De ahí parte al Kurdistán, en la frontera con Persia, para frenar a 30.000 rusos que vienen al rescate de Van y se enfrenta a la caballería cosaca en Bash-Kale, en las montañas de Kurdistán.
Sin embargo, indignado por las masacres de armenios cristianos solicita la baja. El Estado Mayor no se la acepta, pero lo cambia de frente. Es posible que de esa forma haya salvado su vida, ya que varios oficiales turcos están dispuestos a matarlo porque lo consideran un testigo comprometedor.

La Cruz de Hierro
En su nuevo destino, Nogales combate a británicos y árabes en Irak, Siria y Gaza. En mayo de 1917, penetra cien kilómetros tras las líneas inglesas y destruye líneas de ferrocarril y bases logísticas. Ese año lo nombran gobernador militar del Sinaí.
En 1918 toma cursos avanzados en la Academia de Guerra de Constantinopla, dictados por profesores alemanes. El sultán otomano Reshid Effendi lo condecora con la Estrella de Medchedieh y lo asciende a coronel. También recibe la Cruz de Hierro en Primera Clase, otorgada por el káiser Guillermo II. El origen de esta distinción -que muchos consideran erróneamente una condecoración nazi- se remonta a 1813, como homenaje a los militares que combatieron contra Napoleón.
Nogales va de licencia a Europa, donde al poco tiempo se entera de la derrota de su bando y el fin de la guerra. Podría haberse quedarse a salvo allí, pero regresa a Estambul para estar junto a sus camaradas de armas y asumir las consecuencias. Los vencedores, sin embargo, lo agasajan por haber salvado a 250 prisioneros británicos de la muerte. Recoge sus condecoraciones y cuadernos de apuntes, y en abril de 1919 se embarca rumbo a Madrid y de ahí a América.
Tiene 42 años y es general de brigada. Pero la prensa de su país no le perdona que haya elegido un exótico bando “oriental”. “El Garibaldi andino”, lo apoda un escriba al servicio del dictador Juan Vicente Gómez.
A partir de entonces, sin dejar de viajar, se transforma en periodista, escritor y conferencista. En 1920 regresa a Venezuela. Se recluye en un pueblo de los Andes, cerca de la frontera colombiana, y se dedica a escribir Cuatro años bajo la Media Luna. Viaja a Berlín, donde en 1925 sale la edición en alemán.  Y se publica en inglés en Londres en 1926, dos años antes que Los siete pilares de la sabiduría, de Thomas Edward Lawrence. En Venezuela, el general Gómez prohíbe el libro.

AGENDA DE REFLEXION.

AMERICAN WAY OF LIFE, OPINION POR FEDERICO BERNAL

Radiografía de un pueblo enfermo y sometido
Un 47% de la población estadounidense confirmó ser poseedor de al menos un arma. En otras palabras, 150 millones de ciudadanos están armados. ¿Quién termina esta locura?

Por Federico Bernal

Primera reflexión: ¿quién no escuchó o vio alguna vez informes periodísticos criticando las milicias armadas fomentadas por el gobierno venezolano? Pero amparados por la Segunda Enmienda Constitucional de los Estados Unidos escrita en 1791, la Corte Suprema de Justicia de aquel país, todos sus presidentes, más de 50 mil comercios dedicados a la venta masiva de armas, y por supuesto, la industria y el lobby armamentístico convirtieron al pueblo estadounidense en la milicia armada más importante del planeta. Segunda reflexión: ¿quién no vio alarmado y con repulsión reportes de la CNN, la National Geographic o el Discovery Channel mostrando niños tercermundistas portando y hasta utilizando armas de guerra?

Pero en los EE UU, los padres regalan armas a sus hijos para Navidad y se pasean con ellos por ferias multitudinarias (caso de la célebre Shot Show, este año en Las Vegas con cerca de 60 mil asistentes previstos). ¿Conoce el lector cuál es la red de locales comerciales que más armas vende en EE UU? ¡Walmart!, a través de unos 1500 establecimientos.


Desgraciadamente, dicha cultura guerrerista, o para ser más precisos, dicho culto a la muerte cobra vidas por doquier. Fronteras afuera, lo exudan por múltiples vías, entre ellas la invasión directa y el legalizado genocidio provocado por el terrorismo de Estado y sus Fuerzas Armadas (OTAN). Se matan adentro pero matan exponencialmente más afuera. Las causas las mismas.

IMPLICANCIAS FOR EXPORT. EL CASO DE IRAK.


4400 millones de dólares en exportaciones recogerá la industria de las armas y las municiones en 2012. El 40% de las ventas externas se derivan sólo a tres países: Canadá, Reino Unido y Australia. Pero más importante que estos numeritos son las consecuencias que acarrean a los pueblos oprimidos, invadidos o colonizados del mundo. En Irak y desde la invasión de 2003 a la fecha, la OTAN ha provocado la muerte a un millón de civiles. Los datos no brotan de la cantera chavista ni castrista, sino de la encuestadora británica Opinion Research Business. A propósito y para The Lancet, una de las más prestigiosas publicaciones médicas del mundo, entre 2003 y 2006 murieron 654 mil civiles en Irak por causas vinculadas a la guerra, esto es, un 2,5% de la población total. La invasión y ocupación de terceros países como método para la expansión agresiva del mercado interno propio no es reciente ni es un invento yanqui. En definitiva, de eso se trata el imperialismo.

Pues bien, resulta interesante notar que, desde la ocupación de la OTAN, los ciudadanos iraquíes son "influenciados" para la compra ilegal de armamento militar (The Christian Science Monitor. "US has lots of guns, but it's not alone"). De hecho y en 2003, Paul Bremer, la máxima autoridad de la ocupación estadounidense en Irak permitió que los iraquíes aliados retengan en su poder las AK-47, autorizándolos a llevarlas a sus respectivas casas. Para nada de descuentos ni gratuidad.

Primero tenían que pagarlas. Dan Murphy, corresponsal del citado medio en 2003, informaba que dichos rifles "se vendían al público sin restricción alguna, entre 100 y 200 dólares".

QUIÉN COMPRA MÁS: ¿EL PUEBLO O LAS FF AA?


Según el último informe de la National Shooting Sports Foundation (NSSF), la industria armamentista estadounidense aportará al PBI nacional unos 31.800 millones de dólares en 2012 (en concepto de ventas, impuestos, generación de empleo directo e indirecto, etc.), esto es, un 0,2% del PBI total. De ese monto, 11.700 millones surgen exclusivamente de la comercialización de armas y municiones. Son en total siete firmas las que controlan el mercado, pero dos de ellas, Ruger y Smith & Wesson, explican solas una tercera parte de la industria. En 2012, cerrarán con ganancias del orden de los 6000 millones de dólares (D&B First Research).

 El lobby armamentístico, entre el que destaca la NSSF, señala como hecho sumamente positivo la creación de 26.325 nuevos puestos de trabajo en el sector desde 2009, sobre todo en el contexto de un país sumido en una profunda crisis. En la actualidad, la industria emplea 98.750 trabajadores de forma directa y unos 111 mil de forma indirecta, incluyendo comercios e intermediarios.

El año pasado, se vendieron en el país 6 millones de armas de fuego, casi el doble de una década atrás (IBIS World), de los cuales 5,5 millones fueron producidas localmente. Por su parte, el FBI en su informe de noviembre registró 16,5 millones de nuevas solicitudes para la compra de armas durante 2012, la mayor cifra desde 1998. Ahora bien, ¿cuántas armas circulan por EE UU? De acuerdo al Instituto Nacional de Justicia, en 2009 se calculaban en 310 millones (192 millones en 1994). Lo interesante de todo esto, sin embargo, viene dado por el siguiente detalle (IBIS World): el principal cliente de la industria armamentista no son las Fuerzas Armadas (25%) ni las agencias gubernamentales (15%) sino la población (60%).

Es sabido por todos del ajuste presupuestario aplicado por el gobierno federal y la casi totalidad de los Estados de la Unión, sobre todo en los republicanos. Por tanto, el consumo de la ciudadanía ha devenido en fundamental para la supervivencia de la industria armamentista estadounidense. No puede llamar la atención entonces, cuando Smith & Wesson, el mayor fabricante de armas del país, en su informe anual a la US Securities and Exchange Commission señalara como "factor de riesgo" la demora en la suscripción de un contrato de largo plazo con las FF AA, dando por resultado que "el 89% de nuestras ventas de armas de fuego estén restringidas a los canales de distribución del sector deportivo".

LA MILICIA ARMADA MÁS PODEROSA DEL PLANETA.


Estimación baja: 83 armas cada 100 habitantes. Estimación alta: 97 armas cada 100. Estados Unidos tiene menos del 5% de la población mundial, pero de entre el 35 al 50% del total de los civiles portadores de armas a escala planetaria (calculados en 270 millones). Específicamente y según una encuesta de Gallup realizada a fines de 2011, un 47% de la población estadounidense confirmó ser poseedor de al menos un arma. En otras palabras, 150 millones de ciudadanos están armados. Pero ahí no termina la cosa, porque parece que también tienen una milicia de élite. Es que sí, son muy civilizados. De esos 150 millones, el 62% asegura tener múltiples armas, 58% haberlas usado para cazar y 66% en la práctica regular de tiro al blanco. Que están entrenados no hay dudas. ¿Y el tipo de armas? Algún lector ingenuo tal vez piense que no pasan de revólveres antiguos, enmohecidos. Pues no. Tienen revólveres de última generación y una profusa inclinación hacia los rifles de asalto militar del tipo Bushmaster (como el utilizado por el asesino en la masacre del colegio Newtown). De hecho, apenas perpetrada esta matanza que terminó con la vida de 20 niños, el Bushmaster fue barrido de las estanterías.

No encontramos mejor explicación que la de Andrew Molchan, director de la National Association of Federally Licensed Firearms Dealers: "Lógicamente, cuando algo abunda en las noticias, sus ventas se ven incrementadas. Pero no hay descuentos, eso seguro". ¿Verdad verdadera? Textual. Se trata de un informe de la ABC News (incluye video) con el título "Bushmasters Disappearing From Shelves After Newtown"(Bushmasters desaparecen de las góndolas después de Newtown). Vale la pena mirarlo. ¿Y góndolas de dónde? De 50.812 comercios, 3303 más que en 2009. Walmart, para citar un caso, desde unos 1500 establecimientos distribuidos por todo el país. Los vende por Internet y también en vivo y en directo, aunque por suerte, sin descuentos. Y por si todo esto fuera poco, otro dato más. Un día después de la masacre de Newtown, la venta de armas a nivel nacional alcanzaba el récord anual: 120 mil a 130mil nuevas unidades en 24 horas. Es decir, 5.208 armas por hora u 87 por minuto. Pobre pueblo estadounidense y, siendo más justos y conscientes, pobres pueblos oprimidos e invadidos del mundo. ¿Quién termina esta locura?

30/12/12 Infonews
GB

A 54 AÑOS DE LA REVOLUCION CUBANA POR ATILIO BORON

54 años de lucha

Por Atilio A. Boron

La Revolución Cubana cumple 54 años. No reiteraremos aquí lo dicho infinidad de veces acerca de las grandes conquistas históricas, materiales y espirituales de la revolución. Su supervivencia pese a la permanente agresión del imperialismo, al bloqueo y a una implacable hostilidad de la cual fueron y son cómplices las burguesías latinoamericanas y europeas, así como sus partidos y gobiernos, basta y sobra para demostrar la tremenda fortaleza de la Revolución Cubana. Fortaleza que sólo es posible cuando la revolución se encuentra profundamente arraigada en las entrañas mismas de la sociedad, expresando la continuidad de un proceso emancipatorio que se inició en 1868, maduró bajo la inspiración de José Martí en 1898 y que comenzó a transitar por su etapa definitiva con el asalto al Moncada el 26 de julio de 1953 hasta culminar el 1º de enero de 1959 con el triunfo de la revolución.

Como un pequeño homenaje a la gesta revolucionaria cubana incluimos a continuación unos pocos fragmentos del discurso que el comandante Fidel Castro Ruz pronunciara el 4 de febrero de 1962, dando lectura a la “Segunda Declaración de La Habana”, un documento magistral de la filosofía política y social del siglo XX que analiza las raíces históricas de la revolución y, por añadidura, los fundamentos de las futuras revoluciones latinoamericanas. Fue pronunciado por Fidel en la Plaza de la Revolución y aprobado por aclamación por la multitud allí reunida para repudiar las agresiones perpetradas –atentados, incendios de cañaverales, sabotajes varios– por los Estados Unidos en Cuba y la expulsión de la OEA que sufriera este país en la Conferencia de Punta del Este, en agosto de 1961, luego de la cual todos los países del hemisferio, con la honrosa excepción de México, rompieron relaciones con Cuba revolucionaria.

Cuba duele de manera especial a los imperialistas. ¿Qué es lo que se esconde tras el odio yanqui a la Revolución Cubana? ¿Qué explica racionalmente la conjura que reúne en el mismo propósito agresivo a la potencia imperialista más rica y poderosa del mundo contemporáneo y a las oligarquías de todo un continente, que juntos suponen representar una población de trescientos cincuenta millones de seres humanos, contra un pequeño pueblo de sólo siete millones de habitantes, económicamente subdesarrollado, sin recursos financieros ni militares para amenazar ni la seguridad ni la economía de ningún país...? Los une y los concita el miedo. Lo explica el miedo. No el miedo a la Revolución Cubana; el miedo a la revolución latinoamericana. No el miedo a los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las capas medias que han tomado revolucionariamente el poder en Cuba, sino el miedo a que los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las capas medias tomen revolucionariamente el poder en los pueblos oprimidos, hambrientos y explotados por los monopolios yanquis y la oligarquía reaccionaria de América... En los propios Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia ha organizado escuelas especiales para entrenar agentes latinoamericanos en las más sutiles formas de asesinato; y es política acordada por los servicios militares yanquis la liquidación física de los dirigentes antiimperialistas... Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir... Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se les ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los “olimpos” gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, de un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, fincando sus garfios en la tierra que les pertenece y defendiéndola con su vida... Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase... Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia.

La Habana, 4 de febrero de 1962.

02/01/13 Página|12

Prof GB