Desafíos: El 8N, la bravata de De la Sota, el paro que realizarán la CGT de Hugo Moyano junto a la CTA de Pablo Micheli forman parte de un nuevo escenario. Un gobierno desafiado cotidianamente en distintos terrenos, incluso en la ocupación del espacio público. La movilización multitudinaria posiblemente implique un cambio en las correlaciones de fuerzas. Las huelgas siempre resienten al gobierno interpelado al que la opinión pública algo responsabiliza por las complicaciones resultantes. La diversidad del espectro opositor, su carencia de unidad y de liderazgos es un factor relevante en la proyección futura, aunque no alivia al gobierno de “pagar costos”.
La respuesta oficial debe combinar acciones homeopáticas (como la del Impuesto a las Ganancias) cuanto estratégicas. La reforma impositiva lo sería. Medidas de largo aliento como la estatización de YPF, la reforma del Banco Central o el programa Pro.Cre.Ar. apuntan a objetivos de mediano y largo plazo.
En suma, el Gobierno está signado por lo que reditúen sus políticas públicas. Atraviesa un año nada propicio económicamente, de cómo resulte el próximo dependerá una ración de su suerte futura.
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Oscuridades y silencios: Hemos hablado de actores democráticos. No son los únicos que tallan en el escenario. El procesamiento a Carlos Blaquier pone en la picota a la clase dominante. No se lo juzga por haber instigado el golpe de Estado, por haber adherido a la dictadura o haberse beneficiado por ello. Se lo persigue penalmente por el cargo, verosímil claro que no juzgado aún, de haberse implicado en la represión salvaje del terrorismo de Estado. Esa calaña de empresarios existió y existe, no son todos ni mucho menos. Pero ahí están.
Las declaraciones antidemocráticas de Bartolomé Mitre, pope del diario La Nación, son otra señal de alerta. Desprecio a las clases populares, reclamo del voto calificado, rescate valorativo de la dictadura genocida.
Esos hechos tremendos, esos personajes –tan deleznables cuan representativos de una minoría tenaz– no motivan una palabra crítica, ni qué decir un documento de los integrantes de los partidos o coaliciones de la oposición con representación parlamentaria, esto es, con votos. El cronista supone que es un error en términos tácticos. Y está seguro de que es una conducta reprobable, en términos políticos. Por motivos surtidos la oposición delimita un campo referido a derechos humanos y defensa del sistema, se coloca afuera y lo cede plenamente al espacio kirchnerista. Tal el cuadro de situación, digno de unas líneas en esta reseña semanal
GB
domingo, 18 de noviembre de 2012
MACRI Y EL SUBTE, OPINION DE M. WAINFELD.
El subte en movimiento: El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, anunció que la Ciudad Autónoma se hará cargo del servicio de subtes. Se había comprometido en enero, por acta firmada que no fue evocada por él ni por los medios dominantes que lo ansían presidente. Las instituciones, los pactos, pueden olvidarse en favor de los alineamientos políticos, hasta los republicanos excelsos lo hacen.
El cambio llega tarde pero podría ser beneficioso para la masa de pasajeros, que comprende muchos habitantes del conurbano bonaerense. El “no lugar” en que había quedado la gestión de ese transporte produjo consecuencias indeseables para usuarios y trabajadores de la actividad. Para Macri la jugada es un reto peliagudo, una oportunidad, quizá una necesidad. Seguramente pensó en mejorar su imagen como realizador para posicionarse de cara a las elecciones presidenciales. Ni sus panegiristas más enfáticos pueden mostrar un hecho (uno solito) que lo destaque como gobernante. Su blasón es mostrarse como antagonista, seguramente sus estrategas advirtieron que no es bastante para relucir entre el batallón de dirigentes opositores que transitan el mismo carril.
El gobierno porteño fue avaro en precisiones. No se sabe si aumentará el pasaje y en su caso, cuánto y cuándo. Anunció que tal vez estatice y, acaso, no lo haga. Expresó que todos esos porvenires son posibles, relato muy borgeano pero nada explícito. Algunas de esas novedades, por así llamarlas, se transmitieron por Twitter. El cronista no sabe si ésa es una prueba del avance de las redes sociales en la esfera democrática o un rebusque de funcionarios para retacear información y ahorrar repreguntas.
El macrismo le pidió a la oposición distrital apoyo al respectivo proyecto de ley cuyo texto se ignora. Así ofertado, es un reclamo de cheque en blanco que no tiene pinta de prosperar. De cualquier modo, es verosímil que el PRO logre los votos que le faltan en la Legislatura. Y que deba jugar el juego que menos sabe y menos le gusta: hacerse cargo de lo duro que es administrar, de lo rebeldes que son los sindicatos, de cuán parásitos son los concesionarios, de cuán chinchudos los pasajeros cuando los dejan a gamba...
Tal vez, imagina el cronista con módico optimismo, la lógica de la contienda democrática compelió bastante a Macri. La competencia, las demandas de una sociedad vivaz y plural limitan y constriñen a todos los jugadores del sistema. Ese enunciado vale aun para los que construyeron mayorías electorales generosas como Macri en su distrito o Cristina Kirchner en el espacio nacional. Esa dialéctica, que en otra cancha traba hoy día la posibilidad de una reforma constitucional, es una característica de un sistema político vivaz, participativo que no se reconoce ni se saluda bastante.
GB
El cambio llega tarde pero podría ser beneficioso para la masa de pasajeros, que comprende muchos habitantes del conurbano bonaerense. El “no lugar” en que había quedado la gestión de ese transporte produjo consecuencias indeseables para usuarios y trabajadores de la actividad. Para Macri la jugada es un reto peliagudo, una oportunidad, quizá una necesidad. Seguramente pensó en mejorar su imagen como realizador para posicionarse de cara a las elecciones presidenciales. Ni sus panegiristas más enfáticos pueden mostrar un hecho (uno solito) que lo destaque como gobernante. Su blasón es mostrarse como antagonista, seguramente sus estrategas advirtieron que no es bastante para relucir entre el batallón de dirigentes opositores que transitan el mismo carril.
El gobierno porteño fue avaro en precisiones. No se sabe si aumentará el pasaje y en su caso, cuánto y cuándo. Anunció que tal vez estatice y, acaso, no lo haga. Expresó que todos esos porvenires son posibles, relato muy borgeano pero nada explícito. Algunas de esas novedades, por así llamarlas, se transmitieron por Twitter. El cronista no sabe si ésa es una prueba del avance de las redes sociales en la esfera democrática o un rebusque de funcionarios para retacear información y ahorrar repreguntas.
El macrismo le pidió a la oposición distrital apoyo al respectivo proyecto de ley cuyo texto se ignora. Así ofertado, es un reclamo de cheque en blanco que no tiene pinta de prosperar. De cualquier modo, es verosímil que el PRO logre los votos que le faltan en la Legislatura. Y que deba jugar el juego que menos sabe y menos le gusta: hacerse cargo de lo duro que es administrar, de lo rebeldes que son los sindicatos, de cuán parásitos son los concesionarios, de cuán chinchudos los pasajeros cuando los dejan a gamba...
Tal vez, imagina el cronista con módico optimismo, la lógica de la contienda democrática compelió bastante a Macri. La competencia, las demandas de una sociedad vivaz y plural limitan y constriñen a todos los jugadores del sistema. Ese enunciado vale aun para los que construyeron mayorías electorales generosas como Macri en su distrito o Cristina Kirchner en el espacio nacional. Esa dialéctica, que en otra cancha traba hoy día la posibilidad de una reforma constitucional, es una característica de un sistema político vivaz, participativo que no se reconoce ni se saluda bastante.
GB
EDITORIAL DE MARIO WAINFELD, HOY.
A rizar el rizo
Aguinaldo sin descuentos. Promesa de una necesaria reforma fiscal. Macri se hace cargo, motivos y enigmas. De la Sota viene asomando. La teoría oficial de las cien espinas. Desafíos al Gobierno, de varias vertientes. La derecha oprobiosa también existe, silencios estrepitosos de la oposición.
Por Mario Wainfeld
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que no se cobrará Impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo de fin de año. Será por única vez. La intención es dejar algo más de plata en el bolsillo de los trabajadores que pagan el tributo. Es dinero tangible, un esfuerzo fiscal significativo. Claro que es menos que subir la escala del mínimo no imponible como reclamaban todas las centrales obreras, oficialistas u opositoras. El Gobierno analizó distintas variantes durante varios meses, incluyendo la de anunciar ese descuento en estos meses pero difiriendo sus efectos hasta 2013. No se dijo, pero se hizo un mix entre el cuidado de la caja y una señal tangible a un sector de los trabajadores.
Se trata de una acción paliativa, diríamos moderadamente socialdemócrata, exótica a las narrativas más épicas del kirchnerismo o más apocalípticas de sus adversarios. También es una medida estudiada, que tomó en cuenta parte de los reproches que recibió el Gobierno.
La mandataria, además, prometió que se discurrirá con el movimiento obrero y las patronales una reforma del Impuesto a las Ganancias. Es forzoso hacerla, porque la sola reforma anual del mínimo no imponible durante varios años derivó en un desbarajuste de las escalas y los porcentuales. Es desatinado hablar de “impuesto al trabajo” y proponer su derogación, como hacen el Secretario General de la CGT Hugo Moyano y el gobernador cordobés José Manuel de la Sota. El impuesto a los ingresos, que así es mejor designarlo, existe en todos los sistemas fiscales avanzados. Lo que debe readecuarse es quiénes los pagan, cuáles son los valores mínimos que deberían quedar exentos (hoy día lo sufragan ciudadanos de ingresos medios que deberían quedar a cubierto). Y sobre todo apuntar a una mayor equidad, aumentando escalas para los más ricos y retrayéndolas para las personas de ingresos medios. Es una labor delicada, de ardua implementación. Su ejecución sería bienvenida, sobre todo si fuera parte de una reforma impositiva más ambiciosa y demasiado demorada.
Algunas cifras enunciadas por Cristina Kirchner ayudan a analizar la cuestión, complejizándola. Los trabajadores que pagan ganancias son, en números redondos, el 25 por ciento de los formalizados. Estos, a su vez, son los dos tercios del conjunto, o sea que hay alrededor de un 33 por ciento de trabajadores “en negro”.
El kirchnerismo generó millones de puestos de trabajo y redujo notablemente la informalidad. Colocó a la clase trabajadora en un estadio distinto al que ocupaba a principios del siglo XXI. Ese salto de calidad jamás puede ser subestimado o ninguneado, como hace buena parte de la oposición. También debe advertirse que desde hace varios años es muy difícil bajar el nivel de la informalidad. En la breve reunión del Consejo del Salario se acunó el compromiso de acciones conjuntas entre Estado y sindicatos para combatir esa vertiente de la evasión que es una de las mayores lacras del empresariado local. Hasta ahora, las centrales obreras no han sido muy activas ni creativas en esta materia. Y el Gobierno ha sido muy parco en la realización de tareas conjuntas. No es fácil ser optimista cuando Moyano se empecina en la defensa de los trabajadores mejor retribuidos y en la conformación de alianzas con lo más espantoso y gorila del espectro político. Tampoco son promisorios los cuadros de la CGT oficialista, en promedio burocráticos, desactualizados y lentejas. Sin embargo, es imprescindible.
La decisión política del oficialismo para atacar ese frente está en su agenda 2013. Sin voluntad nada puede lograrse. Con ella, ay, no alcanza. Son desafíos de gestión, que se tornan crecientes y más trabajosos a medida que se superan las carencias más chocantes con que topó el kirchnerismo en 2003. Habrá que ver, esperar. Y hacer.
GB
Aguinaldo sin descuentos. Promesa de una necesaria reforma fiscal. Macri se hace cargo, motivos y enigmas. De la Sota viene asomando. La teoría oficial de las cien espinas. Desafíos al Gobierno, de varias vertientes. La derecha oprobiosa también existe, silencios estrepitosos de la oposición.
Por Mario Wainfeld
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que no se cobrará Impuesto a las Ganancias sobre el medio aguinaldo de fin de año. Será por única vez. La intención es dejar algo más de plata en el bolsillo de los trabajadores que pagan el tributo. Es dinero tangible, un esfuerzo fiscal significativo. Claro que es menos que subir la escala del mínimo no imponible como reclamaban todas las centrales obreras, oficialistas u opositoras. El Gobierno analizó distintas variantes durante varios meses, incluyendo la de anunciar ese descuento en estos meses pero difiriendo sus efectos hasta 2013. No se dijo, pero se hizo un mix entre el cuidado de la caja y una señal tangible a un sector de los trabajadores.
Se trata de una acción paliativa, diríamos moderadamente socialdemócrata, exótica a las narrativas más épicas del kirchnerismo o más apocalípticas de sus adversarios. También es una medida estudiada, que tomó en cuenta parte de los reproches que recibió el Gobierno.
La mandataria, además, prometió que se discurrirá con el movimiento obrero y las patronales una reforma del Impuesto a las Ganancias. Es forzoso hacerla, porque la sola reforma anual del mínimo no imponible durante varios años derivó en un desbarajuste de las escalas y los porcentuales. Es desatinado hablar de “impuesto al trabajo” y proponer su derogación, como hacen el Secretario General de la CGT Hugo Moyano y el gobernador cordobés José Manuel de la Sota. El impuesto a los ingresos, que así es mejor designarlo, existe en todos los sistemas fiscales avanzados. Lo que debe readecuarse es quiénes los pagan, cuáles son los valores mínimos que deberían quedar exentos (hoy día lo sufragan ciudadanos de ingresos medios que deberían quedar a cubierto). Y sobre todo apuntar a una mayor equidad, aumentando escalas para los más ricos y retrayéndolas para las personas de ingresos medios. Es una labor delicada, de ardua implementación. Su ejecución sería bienvenida, sobre todo si fuera parte de una reforma impositiva más ambiciosa y demasiado demorada.
Algunas cifras enunciadas por Cristina Kirchner ayudan a analizar la cuestión, complejizándola. Los trabajadores que pagan ganancias son, en números redondos, el 25 por ciento de los formalizados. Estos, a su vez, son los dos tercios del conjunto, o sea que hay alrededor de un 33 por ciento de trabajadores “en negro”.
El kirchnerismo generó millones de puestos de trabajo y redujo notablemente la informalidad. Colocó a la clase trabajadora en un estadio distinto al que ocupaba a principios del siglo XXI. Ese salto de calidad jamás puede ser subestimado o ninguneado, como hace buena parte de la oposición. También debe advertirse que desde hace varios años es muy difícil bajar el nivel de la informalidad. En la breve reunión del Consejo del Salario se acunó el compromiso de acciones conjuntas entre Estado y sindicatos para combatir esa vertiente de la evasión que es una de las mayores lacras del empresariado local. Hasta ahora, las centrales obreras no han sido muy activas ni creativas en esta materia. Y el Gobierno ha sido muy parco en la realización de tareas conjuntas. No es fácil ser optimista cuando Moyano se empecina en la defensa de los trabajadores mejor retribuidos y en la conformación de alianzas con lo más espantoso y gorila del espectro político. Tampoco son promisorios los cuadros de la CGT oficialista, en promedio burocráticos, desactualizados y lentejas. Sin embargo, es imprescindible.
La decisión política del oficialismo para atacar ese frente está en su agenda 2013. Sin voluntad nada puede lograrse. Con ella, ay, no alcanza. Son desafíos de gestión, que se tornan crecientes y más trabajosos a medida que se superan las carencias más chocantes con que topó el kirchnerismo en 2003. Habrá que ver, esperar. Y hacer.
GB
MEDIO ORIENTE EN LLAMAS.
COMPROMISO DE CRISTINA KIRCHNER CON SU COLEGA DE EGIPTO, MOHAMED MURSI
“Urgir a las partes a cesar la violencia”
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, le pidió a Cristina Kirchner una postura activa para convocar a otros líderes de la región y del mundo a solucionar la violencia en Medio Oriente. El Mercosur reclamó el diálogo y condenó “el uso desproporcionado de la fuerza”.
Por Martín Granovsky
El Mercosur llamó ayer al “inmediato cese de la violencia” en Medio Oriente, mientras el gobierno argentino informó que el presidente Mohamed Mursi pidió a Cristina Fernández de Kirchner su intervención para frenar la escalada entre Israel y “la facción palestina Hamas en la zona de Gaza”.
Los miembros del Mercosur emitieron un documento en el marco de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz. Con Paraguay suspendido luego del golpe de Estado del Senado contra el presidente constitucional Fernando Lugo, los integrantes plenos en ejercicio son la Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.
El texto del bloque es cuidadoso en la atribución de responsabilidades. Por un lado, pide el cese de “la violencia”, lo cual parece una forma de dirigirse tanto a Israel como a Hamas. Por otro lado llama al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas “a asumir plenamente sus responsabilidades”. Este párrafo podría ser leído como una exhortación al cumplimiento de resoluciones de la ONU que obligan a Israel por ejemplo al regreso a fronteras anteriores.
“Los jefes y jefas de Estado del Mercosur expresan su más firme condena a la violencia que se desarrolla entre Israel y Palestina, que viene intensificándose en el transcurso de las últimas horas”, dijeron ayer en un comunicado.
En un tramo aparentemente dedicado a las dos partes también lamentaron “profundamente la pérdida de vidas humanas” y manifestaron “su preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza”.
Los miembros del Mercosur no eludieron la mención del problema palestino. Reiteraron “su apoyo a la solicitud del Estado de Palestina de adquirir estatus de Miembro Observador de la Organización de Naciones Unidas”.
Las alusiones al carácter de observador en la ONU de Palestina por parte de otros Estados como los del Mercosur tienen un sentido de reconocimiento que va más allá de lo simbólico. A fines de noviembre Palestina hará su pedido formal. El estatus de observador como nación soberana permitiría eventualmente que los palestinos puedan sumarse a la Corte Penal Internacional y elevar demandas criminales contra oficiales y soldados israelíes. Es una iniciativa de la fuerza dominante en Palestina, Fatah, en pugna interna con Hamas.
Los Estados del Mercosur concluyeron enviando “un claro y sincero mensaje a Palestina y a Israel de que el camino para la superación de la presente crisis pasa por la diplomacia y el diálogo”.
El contexto del comunicado del Mercosur y de la conversación entre Mursi y Cristina Fernández de Kirchner es el recrudecimiento de la violencia en la región. Por primera vez fueron lanzados misiles sobre Jerusalén, mientras aumentaban los muertos en Gaza, en cifras notoriamente superiores a los muertos en Israel, días después de un incremento de los ataques de Hamas sobre territorio israelí y del asesinato de Ahmed al Yabari, jefe de la rama militar de Hamas por parte de las fuerzas operativas de Israel.
Mursi se comunicó con la Presidenta el mismo día en que el reelecto Barack Obama pidió al propio Mursi y al primer ministro turco que intercedieran ante Hamas para reducir la ofensiva del lado palestino.
El nuevo presidente egipcio, ex líder y todavía perteneciente a los Hermanos Musulmanes, se había reunido con Cristina dos meses atrás durante la Asamblea General de la ONU.
El gobierno argentino sigue con atención el tablero de Medio Oriente por su gravedad en sí misma y también porque está en medio de negociaciones con Irán tras el acuerdo al que llegaron los cancilleres de ambos países también en la Asamblea General. El diálogo con Irán apunta, en los objetivos argentinos, a conseguir que se presten a declarar ciudadanos iraníes buscados por Interpol en relación con su participación presunta en el atentado a la AMIA el 18 de julio de 1994.
La tensión entre Israel e Irán precedió a la escalada de violencia en los últimos días. Aunque esa tensión no cedió por la violencia, la escalada se produjo luego de las elecciones en los Estados Unidos, que dieron el triunfo a Obama por sobre el republicano Mitt Romney.
Hamas dispone de misiles de fabricación iraní
El otro elemento en desarrollo es la guerra civil siria y la descomposición del régimen gobernante.
El intercambio telefónico entre la Presidenta y Mursi fue conocido ayer por un texto emitido por la Secretaría de Comunicación Pública, que obviamente no encomilla palabras de la comunicación entre ambos mandatarios. “El presidente de la República Arabe de Egipto, Mohamed Mursi, se comunicó con la Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, para solicitarse su intervención y a través suyo de los líderes de la región y del mundo, para lograr el fin de la violencia entre Israel y la facción palestina Hamas, que gobierna la Franja de Gaza”, reza el texto.
El documento de la secretaría dice que “el día jueves Mohamed Mursi intentó comunicarse con la Presidenta argentina pero por problemas de agenda y de horario motivados por el viaje de la mandataria, la comunicación recién se pudo realizar el día viernes, mientras la jefa de Estado se encontraba en la provincia de Santa Cruz”.
En el diálogo, Mursi “expresó que el aumento de víctimas civiles en las últimas horas ha llevado la situación de esa región a un estado de peligrosidad no visto en los años recientes”.
“Por su parte, la mandataria argentina manifestó a su colega egipcio su solidaridad con todas las víctimas y se comprometió a trabajar con los líderes de la región en urgir a las partes en conflicto a cesar la violencia”, agrega el comunicado.
El documento del Mercosur ya fue girado al Consejo de Seguridad de la ONU. “Cristina Fernández de Kirchner le señaló a Mursi que el mundo entero debe comprometerse a que en el Medio Oriente deje de prevalecer la lógica perversa en la que las armas remplazan el camino del diálogo”, indica el texto.
“Además, se torna imprescindible el reconocimiento del Estado Palestino, verdadero nudo gordiano de la cuestión del Medio Oriente”, dice el documento del gobierno argentino.
Mursi es una pieza clave del panorama del Medio Oriente al menos por tres motivos. El primero, el peso natural de Egipto, que con la crisis siria aumentó relativamente aún más. En el mundo musulmán el otro Estado de peso decisivo es, naturalmente, Irán. El segundo motivo es la legitimidad de origen de Mursi. Su presidencia nació de las primeras elecciones democráticas luego de la dictadura de Hosni Mubarak. El tercero es su pertenencia a la Hermandad Musulmana, pertenencia que una vez en el gobierno Mursi tradujo como integrista y pragmática a la vez. Si por un lado no abandonó una interpretación política de la religión musulmana, por otro no tiñó con esa interpretación los mecanismos del Estado egipcio, de tradición laica desde Gamal Abdel Nasser, el líder del nacionalismo árabe.
Junto con Israel y Colombia, Egipto es todavía uno de los tres destinos más importantes de la ayuda militar norteamericana en el mundo.
Mursi se preocupó por tejer lazos en los Estados Unidos durante la Asamblea General, pero chocó en ese momento con la cautela de Obama, al que Romney le achacaba una supuesta actitud de escaso compromiso con Israel.
Al mismo tiempo, el presidente egipcio se movió con cautela en medio de la reciente escalada, todavía en curso, pero marcó diferencias con Mubarak, que en 2009, durante otro conflicto similar a éste, se negó a abrir la frontera entre Gaza y Egipto.
EGIPTO Y TURQUIA, CERCA DE HAMAS
Apoyo musulmán
El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, informó ayer que ve indicios de un pronto cese del fuego en Gaza, aunque no hay garantías. En tanto, la Liga Arabe se propuso la posibilidad de revisar iniciativas de paz con Israel.
El movimiento a nivel diplomático y político se produjo en una jornada de fuertes tensiones, marcada tanto por las advertencias de la organización radical Hezbolá de las consecuencias que tendría un ataque israelí a la Franja por tierra, como por un misil lanzado hacia Tel Aviv e interceptado por la defensa antiaérea israelí. El presidente egipcio explicó en una conferencia de prensa conjunta a la salida de un encuentro de trabajo con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que hay algunas indicaciones de que pronto puede haber un cese de fuego en la convulsionada región, pero enfatizó que todavía no hay garantías. Erdogan, afirmó ayer en El Cairo que Israel deberá rendir cuentas por la masacre de niños inocentes en Gaza. “Todo el mundo debe saber que, tarde o temprano, les serán exigidas cuentas por la masacre de esos niños inocentes muertos con métodos inhumanos en Gaza”, declaró. También enfatizó que los palestinos no han bajado la cabeza ni lo harán.
Por otro lado, los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Arabe, reunidos ayer en El Cairo, exigieron la evaluación de todas las iniciativas de paz firmadas entre países árabes e Israel. Reunidos de forma extraordinaria, los jefes de las diplomacias pidieron al llamado Comité de Iniciativa de Paz Arabe que revalúe todas las propuestas que hasta el momento se han planteado para solucionar el conflicto con el estado hebreo. El secretario general de la Liga, Nabil al Arabi, dijo que todos los estados miembro de la organización deberían “someter a reconsideración las iniciativas árabes pasadas referidas al proceso de paz y revaluar su postura hacia el proceso como un todo”, según declaraciones hechas ayer en la reunión extraordinaria del grupo. Con estas palabras, Al Arabi hizo referencia a una iniciativa firmada en Beirut en 2002 que ofrecía a Israel reconocimiento diplomático a cambio, entre otras cosas, de que se retirara de todos los territorios ocupados.
Asimismo, el ministro de Exteriores del Líbano, Adnan Mansour, urgió a las naciones árabes a endurecer las medidas políticas y económicas hacia Israel. También desde el Líbano, el líder de la organización Hezbolá, Hasán Nasrallah, aprovechó una ceremonia religiosa en los suburbios del sur de Beirut para advertir a Israel que cualquier intento de atacar por tierra la Franja de Gaza sería “un paso mal calculado” y “un estúpido error”.
Entretanto, un vocero de Hamas en Beirut informó que el dirigente de Jaled Ma-shaal espera en El Cairo mantener conversaciones con diversos líderes árabes para encontrar vías de acuerdo para un cese del fuego que liquide la violencia que reina en estos momentos en la superpoblada Franja de Gaza. El vocero indicó que Mashaal tiene previstos encuentros con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el emir qatarí Hamad bin Jalifa al Thani, así como con el jefe de los servicios de inteligencia egipcios.
martin.granovsky@gmail.com
GB
“Urgir a las partes a cesar la violencia”
El presidente egipcio, Mohamed Mursi, le pidió a Cristina Kirchner una postura activa para convocar a otros líderes de la región y del mundo a solucionar la violencia en Medio Oriente. El Mercosur reclamó el diálogo y condenó “el uso desproporcionado de la fuerza”.
Por Martín Granovsky
El Mercosur llamó ayer al “inmediato cese de la violencia” en Medio Oriente, mientras el gobierno argentino informó que el presidente Mohamed Mursi pidió a Cristina Fernández de Kirchner su intervención para frenar la escalada entre Israel y “la facción palestina Hamas en la zona de Gaza”.
Los miembros del Mercosur emitieron un documento en el marco de la Cumbre Iberoamericana de Cádiz. Con Paraguay suspendido luego del golpe de Estado del Senado contra el presidente constitucional Fernando Lugo, los integrantes plenos en ejercicio son la Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela.
El texto del bloque es cuidadoso en la atribución de responsabilidades. Por un lado, pide el cese de “la violencia”, lo cual parece una forma de dirigirse tanto a Israel como a Hamas. Por otro lado llama al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas “a asumir plenamente sus responsabilidades”. Este párrafo podría ser leído como una exhortación al cumplimiento de resoluciones de la ONU que obligan a Israel por ejemplo al regreso a fronteras anteriores.
“Los jefes y jefas de Estado del Mercosur expresan su más firme condena a la violencia que se desarrolla entre Israel y Palestina, que viene intensificándose en el transcurso de las últimas horas”, dijeron ayer en un comunicado.
En un tramo aparentemente dedicado a las dos partes también lamentaron “profundamente la pérdida de vidas humanas” y manifestaron “su preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza”.
Los miembros del Mercosur no eludieron la mención del problema palestino. Reiteraron “su apoyo a la solicitud del Estado de Palestina de adquirir estatus de Miembro Observador de la Organización de Naciones Unidas”.
Las alusiones al carácter de observador en la ONU de Palestina por parte de otros Estados como los del Mercosur tienen un sentido de reconocimiento que va más allá de lo simbólico. A fines de noviembre Palestina hará su pedido formal. El estatus de observador como nación soberana permitiría eventualmente que los palestinos puedan sumarse a la Corte Penal Internacional y elevar demandas criminales contra oficiales y soldados israelíes. Es una iniciativa de la fuerza dominante en Palestina, Fatah, en pugna interna con Hamas.
Los Estados del Mercosur concluyeron enviando “un claro y sincero mensaje a Palestina y a Israel de que el camino para la superación de la presente crisis pasa por la diplomacia y el diálogo”.
El contexto del comunicado del Mercosur y de la conversación entre Mursi y Cristina Fernández de Kirchner es el recrudecimiento de la violencia en la región. Por primera vez fueron lanzados misiles sobre Jerusalén, mientras aumentaban los muertos en Gaza, en cifras notoriamente superiores a los muertos en Israel, días después de un incremento de los ataques de Hamas sobre territorio israelí y del asesinato de Ahmed al Yabari, jefe de la rama militar de Hamas por parte de las fuerzas operativas de Israel.
Mursi se comunicó con la Presidenta el mismo día en que el reelecto Barack Obama pidió al propio Mursi y al primer ministro turco que intercedieran ante Hamas para reducir la ofensiva del lado palestino.
El nuevo presidente egipcio, ex líder y todavía perteneciente a los Hermanos Musulmanes, se había reunido con Cristina dos meses atrás durante la Asamblea General de la ONU.
El gobierno argentino sigue con atención el tablero de Medio Oriente por su gravedad en sí misma y también porque está en medio de negociaciones con Irán tras el acuerdo al que llegaron los cancilleres de ambos países también en la Asamblea General. El diálogo con Irán apunta, en los objetivos argentinos, a conseguir que se presten a declarar ciudadanos iraníes buscados por Interpol en relación con su participación presunta en el atentado a la AMIA el 18 de julio de 1994.
La tensión entre Israel e Irán precedió a la escalada de violencia en los últimos días. Aunque esa tensión no cedió por la violencia, la escalada se produjo luego de las elecciones en los Estados Unidos, que dieron el triunfo a Obama por sobre el republicano Mitt Romney.
Hamas dispone de misiles de fabricación iraní
El otro elemento en desarrollo es la guerra civil siria y la descomposición del régimen gobernante.
El intercambio telefónico entre la Presidenta y Mursi fue conocido ayer por un texto emitido por la Secretaría de Comunicación Pública, que obviamente no encomilla palabras de la comunicación entre ambos mandatarios. “El presidente de la República Arabe de Egipto, Mohamed Mursi, se comunicó con la Presidenta de la Nación, doctora Cristina Fernández de Kirchner, para solicitarse su intervención y a través suyo de los líderes de la región y del mundo, para lograr el fin de la violencia entre Israel y la facción palestina Hamas, que gobierna la Franja de Gaza”, reza el texto.
El documento de la secretaría dice que “el día jueves Mohamed Mursi intentó comunicarse con la Presidenta argentina pero por problemas de agenda y de horario motivados por el viaje de la mandataria, la comunicación recién se pudo realizar el día viernes, mientras la jefa de Estado se encontraba en la provincia de Santa Cruz”.
En el diálogo, Mursi “expresó que el aumento de víctimas civiles en las últimas horas ha llevado la situación de esa región a un estado de peligrosidad no visto en los años recientes”.
“Por su parte, la mandataria argentina manifestó a su colega egipcio su solidaridad con todas las víctimas y se comprometió a trabajar con los líderes de la región en urgir a las partes en conflicto a cesar la violencia”, agrega el comunicado.
El documento del Mercosur ya fue girado al Consejo de Seguridad de la ONU. “Cristina Fernández de Kirchner le señaló a Mursi que el mundo entero debe comprometerse a que en el Medio Oriente deje de prevalecer la lógica perversa en la que las armas remplazan el camino del diálogo”, indica el texto.
“Además, se torna imprescindible el reconocimiento del Estado Palestino, verdadero nudo gordiano de la cuestión del Medio Oriente”, dice el documento del gobierno argentino.
Mursi es una pieza clave del panorama del Medio Oriente al menos por tres motivos. El primero, el peso natural de Egipto, que con la crisis siria aumentó relativamente aún más. En el mundo musulmán el otro Estado de peso decisivo es, naturalmente, Irán. El segundo motivo es la legitimidad de origen de Mursi. Su presidencia nació de las primeras elecciones democráticas luego de la dictadura de Hosni Mubarak. El tercero es su pertenencia a la Hermandad Musulmana, pertenencia que una vez en el gobierno Mursi tradujo como integrista y pragmática a la vez. Si por un lado no abandonó una interpretación política de la religión musulmana, por otro no tiñó con esa interpretación los mecanismos del Estado egipcio, de tradición laica desde Gamal Abdel Nasser, el líder del nacionalismo árabe.
Junto con Israel y Colombia, Egipto es todavía uno de los tres destinos más importantes de la ayuda militar norteamericana en el mundo.
Mursi se preocupó por tejer lazos en los Estados Unidos durante la Asamblea General, pero chocó en ese momento con la cautela de Obama, al que Romney le achacaba una supuesta actitud de escaso compromiso con Israel.
Al mismo tiempo, el presidente egipcio se movió con cautela en medio de la reciente escalada, todavía en curso, pero marcó diferencias con Mubarak, que en 2009, durante otro conflicto similar a éste, se negó a abrir la frontera entre Gaza y Egipto.
EGIPTO Y TURQUIA, CERCA DE HAMAS
Apoyo musulmán
El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, informó ayer que ve indicios de un pronto cese del fuego en Gaza, aunque no hay garantías. En tanto, la Liga Arabe se propuso la posibilidad de revisar iniciativas de paz con Israel.
El movimiento a nivel diplomático y político se produjo en una jornada de fuertes tensiones, marcada tanto por las advertencias de la organización radical Hezbolá de las consecuencias que tendría un ataque israelí a la Franja por tierra, como por un misil lanzado hacia Tel Aviv e interceptado por la defensa antiaérea israelí. El presidente egipcio explicó en una conferencia de prensa conjunta a la salida de un encuentro de trabajo con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que hay algunas indicaciones de que pronto puede haber un cese de fuego en la convulsionada región, pero enfatizó que todavía no hay garantías. Erdogan, afirmó ayer en El Cairo que Israel deberá rendir cuentas por la masacre de niños inocentes en Gaza. “Todo el mundo debe saber que, tarde o temprano, les serán exigidas cuentas por la masacre de esos niños inocentes muertos con métodos inhumanos en Gaza”, declaró. También enfatizó que los palestinos no han bajado la cabeza ni lo harán.
Por otro lado, los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Arabe, reunidos ayer en El Cairo, exigieron la evaluación de todas las iniciativas de paz firmadas entre países árabes e Israel. Reunidos de forma extraordinaria, los jefes de las diplomacias pidieron al llamado Comité de Iniciativa de Paz Arabe que revalúe todas las propuestas que hasta el momento se han planteado para solucionar el conflicto con el estado hebreo. El secretario general de la Liga, Nabil al Arabi, dijo que todos los estados miembro de la organización deberían “someter a reconsideración las iniciativas árabes pasadas referidas al proceso de paz y revaluar su postura hacia el proceso como un todo”, según declaraciones hechas ayer en la reunión extraordinaria del grupo. Con estas palabras, Al Arabi hizo referencia a una iniciativa firmada en Beirut en 2002 que ofrecía a Israel reconocimiento diplomático a cambio, entre otras cosas, de que se retirara de todos los territorios ocupados.
Asimismo, el ministro de Exteriores del Líbano, Adnan Mansour, urgió a las naciones árabes a endurecer las medidas políticas y económicas hacia Israel. También desde el Líbano, el líder de la organización Hezbolá, Hasán Nasrallah, aprovechó una ceremonia religiosa en los suburbios del sur de Beirut para advertir a Israel que cualquier intento de atacar por tierra la Franja de Gaza sería “un paso mal calculado” y “un estúpido error”.
Entretanto, un vocero de Hamas en Beirut informó que el dirigente de Jaled Ma-shaal espera en El Cairo mantener conversaciones con diversos líderes árabes para encontrar vías de acuerdo para un cese del fuego que liquide la violencia que reina en estos momentos en la superpoblada Franja de Gaza. El vocero indicó que Mashaal tiene previstos encuentros con el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y el emir qatarí Hamad bin Jalifa al Thani, así como con el jefe de los servicios de inteligencia egipcios.
martin.granovsky@gmail.com
GB
sábado, 17 de noviembre de 2012
ramble tamble nos cuenta
Un compilado de imágenes del caceroleo opositor , nos permite observar la co
Composición social e ideológica del núcleo simbólico del 8n.
imágenes del 8n: el núcleo simbólico
Composición social e ideológica del núcleo simbólico del 8n.
GB
PRIMAVERA TRUNCA, UN CUENTO.
ZONA LITERARIA
Primavera trunca
Por Oscar Armando Bidabehere
Dos mariposas. Danzan, revolotean, aterciopeladas, entre el follaje. Una tiene reflejos dorados, la otra es color café. Anónimas, candorosas, despreocupadas por el entorno. El futuro es el presente. Las pequeñas juegan entre las casas vecinas de aquel barrio de chalets californianos. Levantado siguiendo los preceptos de la arquitectura peronista, que hegemonizó la década del ‘50, predominan los colores pastel, intercalados con ladrillos vista, techos de tejas, postigos de madera, y un perímetro de troncos rodeando el enclave, a las orillas de ese pulmón verde, llamado Parque de Mayo. Bahía Blanca, y aquellos atardeceres junto al arroyo Napostá. El perfume de los eucaliptos, y largos silencios que hacen fecunda la lectura, solo interrumpidos por el arrullo de las palomas.
Por Oscar Armando Bidabehere
Dos mariposas. Danzan, revolotean, aterciopeladas, entre el follaje. Una tiene reflejos dorados, la otra es color café. Anónimas, candorosas, despreocupadas por el entorno. El futuro es el presente. Las pequeñas juegan entre las casas vecinas de aquel barrio de chalets californianos. Levantado siguiendo los preceptos de la arquitectura peronista, que hegemonizó la década del ‘50, predominan los colores pastel, intercalados con ladrillos vista, techos de tejas, postigos de madera, y un perímetro de troncos rodeando el enclave, a las orillas de ese pulmón verde, llamado Parque de Mayo. Bahía Blanca, y aquellos atardeceres junto al arroyo Napostá. El perfume de los eucaliptos, y largos silencios que hacen fecunda la lectura, solo interrumpidos por el arrullo de las palomas.
No hay barreras ni cercados entre las casas, entonces la vecindad tiene una intensidad familiar. Una brisa tenue acaricia los rostros, se escucha un piano, Nocturno de Chopin, quizás el virtuosismo de Baremboin haciendo de las suyas. El Barrio Universitario López Francés, ocupado por familias de profesores y algunas casas donde comienzan a instalarse estudiantes, entre los que me cuento, tras larga pulseada. O el Barrio Cholón, como lo había rebautizado un profe de historia, para emparentarse con la epopeya vietkong. Una exageración de quienes soñaban asaltar el cielo y fueron sepultados en el fango de la ignominia. La palabra recorre todos los vericuetos cobijándose en esos ambientes amigos.
Niñas con ínfulas de mariposas, Maria Clara, rubia, el pelo lacio y largo, y una expresión a lo Mona Lisa. Ana tiene el cabello castaño y una sonrisa picara, inteligente. Es la mayor. Los murmullos y las risas hablan de vidas plenas. Allí comenzó a germinar la semilla, en una atmósfera de época, propicia para dar vuelta la tierra y arrancar malezas anquilosadas. Los mismos aires de utopía que respiramos todos, justo en ese lugar. Las observo desde mi ventana, estoy ingresando a la vida universitaria, apenas llegado de la Patagonia profunda. Habito la casa nro.4, la que da a la calle, somos ocho forasteros, las de ellas están dispuestas escalonadamente hacia el interior del complejo.
Tienen números, la Seis y la Siete. La proximidad resulta cómplice. Las luces de la ciudad amenazan encandilarme y las hormonas turgentes azuzan el fisgoneo. Verano del ’68, esa noche de viernes, en la Biblioteca Rivadavia, me hipnotizan el violín de Hernán Oliva y la guitarra de Walter Malossetti. En el clímax, la revolución de los sentidos: “Cuando los santos vienen marchando”.
Todo un símbolo. Los relojes de los dioses devoran las horas, y los chicos crecen, las damiselas emigran. Los senderos se bifurcan para ambas adolescentes, pero las esencias mantienen lazos subterráneos. El destino juega a la taba y una sombra comienza a proyectarse sobre sus dos frágiles figuras. Medusas, de esas que se crían en la profundidad marina, preparan la trampa. Hay un plazo fijo, que tiene fecha de vencimiento, urdido por tenebrosas mentes.
Año ’76. Retumban pasos aviesos, aplastando la hierba, asolando todo. Las botas de triste fama. Videla y sus esbirros hacen de la sospecha una sentencia de muerte. Por las dudas. Primero tiran, después preguntan y ahí la picana quema. Laceraciones imborrables. No escatiman esfuerzos haciendo ruborizar a los mismos nazis que fervientemente se suman a sus huestes. Remus Tetu y sus “ustachis” encabezan la fila en la Universidad del Sur. Lejos de casa, ese Septiembre negro volvió a reunirlas. Ciudad de La Plata. Fatal coincidencia, paradójicamente un mes pletórico de capullos, acacias en flor, y margaritas blancas, que emergen al unísono, aquí y allá, coloreando el paisaje, pero también hay espinas ladinas.
Primero fue el turno de Maria Clara, dieciocho años, poco después Ana, veintidós años, son succionadas, mutilando sus cuerpos, abatidas con saña. Mariposas solidarias, comprometidas, inocentes de toda inocencia, vieron segadas sus vidas y los hechos perpetuaran sus nombres para la eternidad. María Clara Ciocchini, integra la lista de la masacre en La Noche de los Lápices, hija de un profesor de letras, eximio poeta, quien doliente escribió:
”Las manos/contemplan su vacio, su nostalgia de Dios, su muro, límite/que esconde un rostro inconcebible. /El coro de los muertos/ se hace más penetrante en el silencio. / Ferocidad, dulzura/se disputan su presa.”.
A Héctor, corazón herido, lo consumió la pena. Ana Diego, había consagrado su vida a bucear entre las estrellas, hurgando en la infinitud del cosmos, hija de un matemático, homónimo y discípulo de otro celebre habitante del barrio, el profesor Antonio Monteiro.
Hoy, la joven mártir lleva estampado su nombre en un asteroide, que deambula entre Marte y Júpiter, homenaje de sus pares astrónomos, convocando a los enigmáticos espejos de la galaxia que nos alberga.
Pero también a ellos, los genocidas imbuidos de la banalidad del mal, pudorosos feligreses de misa dominical, dueños de secretos inconfesables que perversamente niegan revelar, como la suerte de cientos de niños.
Dominus obispus, condenados per omnia saecula saeculorum. Y a nosotros, sobrevivientes, testigos de cargo, la tarea irrenunciable, custodiando la memoria para no olvidar a tantas pequeñas vidas. Los recuerdos ensombrecen, estoy parado frente a las lagunas, a la vera del camino viejo a Punta Alta, los flamencos rosados realizan volutas sobre mi apesadumbrada figura, sus alas desplegadas me regalan el rojo y el negro libertario, el mismo de tantas voces acalladas. Sueños en clave de cambio, para desarticular las pesadillas.
“La piel vertebral de mis visiones/perfecciona su cauta transparencia/y construye esta hora de mi mismo/como si en vez de ser yo quien la transita/ fuera el paso fantástico de todo” dicen los versos de Juarroz. Treinta y seis años han pasado desde aquella horda demencial que pretendió talando el bosque desterrarlo del universo. Hay nuevos brotes que vienen por la vuelta. El barrio ya no es el mismo, reposa ajeno a las huellas dejadas, mientras camino por sus bordes, creo percibir doncellas etéreas, flotando, elusivas a las acechanzas, entre las frondosidad de hojas verdes, agitadas por el viento, que juega a ser alfombra mágica cargado de polen, en el parque, con el fondo musical del arroyo.
Presencias inasibles como esas virginales mariposas que supieron cautivarnos con su porfía en favor de los condenados de la tierra.
2012-10-15 Olavarría. Provincia de Buenos Aires
2012-10-15 Olavarría. Provincia de Buenos Aires
LOS MITRE DESDE LA GUERRA DE LA TRIPLE INFAMIA NO SORPRENDEN
Democratruchos
Por Luis Bruschtein
Si alguien que apoyó la dictadura dice que este gobierno es peor que la dictadura, la afirmación tiene lógica desde ese punto de vista porque es evidente que se siente incómodo con los mandatos de la democracia. Si además, el personaje que hace esa afirmación es Bartolomé Mitre, dueño del diario La Nación, en realidad no se trata de ninguna novedad. Ese diario apoyó la dictadura, y su plana mayor hasta se ofendió cuando Jacobo Timerman recibió el premio Moors Cabot. El ex director de La Opinión había sido secuestrado por una patota del Ejército, torturado, y tras varios meses en prisión, finalmente había sido liberado gracias a la presión internacional.
En la protesta que Bartolomé Mitre envió a la Universidad de Columbia por la entrega de esa distinción a Timerman, expresaba que esa casa de estudios había sido “sorprendida en su buena fe por los agentes de una operación internacional en la que el señor Timerman juega un papel sobresaliente”. La operación internacional eran las denuncias que ya había contra el gobierno militar por las violaciones a los derechos humanos. En esa oportunidad, la Universidad de Columbia recibió esquelas similares de Ernestina Herrera de Noble (dueña de Clarín), Máximo Gainza Paz (dueño de La Prensa) y Diana J. de Massot (dueña de La Nueva Provincia, de Bahía Blanca).
En Argentina no hay muchos que puedan dar cátedra de democracia y ciertamente los que enviaron esas notas tienen poca autoridad para hacerlo. En sus declaraciones al semanario brasileño Veja, Bartolomé Mitre denunció esta semana ataques a la libertad de prensa en Argentina y dijo que el gobierno de Cristina Kirchner es “peor que el de Perón y que la dictadura”. En sus palabras hay una defensa de la democracia al viejo estilo: “Vivimos la dictadura de los votos, que es la peor de todas”, afirmó. Y un párrafo más adelante, cuando le preguntan por la cultura del pueblo argentino, respondió: “Ya no existe más aquella Argentina culta. Hay una elite que piensa de una manera, y una clase baja que no se informa, no escucha y sigue a la Presidenta. Cuanto menos cultura, más votos recibe Cristina”.
Es un lugar común y un acto fallido: votos de la mayoría versus ilustración de una elite. No hay nada menos democrático. Pero al menos da una idea de cómo se pensaba en la vieja Argentina, ante la falta de votos, al momento de golpear las puertas de los cuarteles para reclamar un golpe militar “en defensa de la democracia”.
Esa idea de democracia restringida y voto calificado fue típica de la república oligárquica predemocrática de la Argentina del siglo XIX y se mantiene con algunos cambios cosméticos en el pensamiento conservador. Son también fórmulas que se han empezado a escuchar en la actualidad cuando se contrapone a la República con la democracia. Y se subestima el valor de las elecciones con frases como “a Hitler lo votó el 80 por ciento de los alemanes”, un latiguillo que ha sido muy repetido por invitados a programas periodísticos o por algunos caceroleros. Esta cadena de sentidos que se trata de instalar desde los medios hegemónicos es básicamente antidemocrática, porque el principal sustento de una democracia, aunque no el único, es el gobierno de la mayoría.
El pensamiento conservador está bien representado por las declaraciones del descendiente del primer Mitre. Los argumentos que utiliza no son nuevos, por el contrario, son los mismos que se usaron contra los gobiernos populares de Yrigoyen y Perón. Y como les resultaba imposible derrotarlos en elecciones democráticas, esos mismos argumentos fueron usados para iniciar el ciclo de golpes militares en una falsa defensa de la democracia. En los ’90 lograron por primera vez mayorías electorales genuinas sobre la base de una combinación de golpes de mercado y la hegemonía cultural impuesta por los grandes medios. El pensamiento conservador no cuestionó el nivel cultural de esas mayorías que votaban políticas que las empobrecían y marginaban. Según esta teoría interesada, las mayorías se convierten en ignorantes justamente cuando respaldan políticas que las benefician. Y por lo tanto son votos que van en contra de la democracia. O sea, y aunque parezca mentira, para ellos la “dictadura de los votos” es cuando las mayorías impulsan políticas que las favorecen. Si las mayorías que ganan elecciones impulsaran políticas en detrimento propio, pero que favorecieran a las minorías, eso calificaría como democracia republicana.
Para la oposición más seria, resulta peligroso sumarse a estas afirmaciones, que en conjunto forman una campaña que busca deslegitimar al Gobierno. En el caso de conservadores y neoliberales, se trata de demostrar que la única forma de democracia es la que ellos representan, o sea un gobierno de minorías, respaldado por mayorías subordinadas. El peligro para el resto de la oposición es que mañana les pueden aplicar a ellos la misma jugarreta.
Pero el intento de deslegitimar el Gobierno va más allá de un planteo político. Aquí los grandes medios están hablando en función de sus intereses como empresas frente a la intervención del interés público a través de una ley antimonopólica en el ámbito de la información. La empresa del diario La Nación no tendrá que desinvertir cuando entre en vigencia la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, pero las declaraciones de Mitre demuestran que la sola intervención del Estado como regulador saca de las casillas a este grupo de empresas acostumbradas a hacer y deshacer con total impunidad.
El carácter de la información como bien público, pero que circula como mercancía a través de empresas privadas, le otorga una situación ambigua. Para las grandes empresas, la información es sólo mercancía y parte de su patrimonio. Pero para la sociedad se trata de una necesidad básica para su sobrevivencia. Esto, sin contar la formidable acumulación de poder que implica tener el monopolio de la información, lo cual duplica o triplica el poder económico de cualquier corporación.
Esa doble característica se contradice tanto con el monopolio estatal de la información como con el monopolio privado. La fórmula que plantea la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual preserva el área de las empresas privadas, pero con dispositivos antimonopólicos, y plantea también las áreas de la información pública y de los medios sociales, regulados por organismos democráticos autónomos integrados por representantes del oficialismo y la oposición.
La campaña para deslegitimar al Gobierno es una manera también de deslegitimar sus medidas. Las acciones de un gobierno no democrático pueden ser legítimamente cuestionadas en el futuro, cuando cambien las circunstancias. Entonces, para los grandes medios, la insistencia en la dictadura de los votos, en que Hitler fue elegido en forma democrática, que los principios de la República son avasallados, que no se respeta a las minorías, o que se trata del peor de los populismos autoritarios, es una forma de darse una carta para el futuro. Lo mismo sucedió después de los primeros gobiernos peronistas, cuando con esos argumentos se derrumbaron importantes logros sociales y económicos democráticos.
Las actitudes turbias de algunos jueces relacionados con el proceso de desmonopolización del Grupo Clarín, en el fuero Civil y Comercial y en la Magistratura, dan una idea de la poderosa maquinaria legal e ilegal que se puede poner en funcionamiento para entorpecer la aplicación de la ley y lo extremadamente vulnerables que son los dispositivos institucionales frente a los grandes grupos económicos.
Martín Sabbatella informó esta semana sobre los grupos mediáticos que deberán desinvertir a partir del 7 de diciembre. El único que ya adelantó que no acatará la ley fue el Grupo Clarín. Los antecedentes del titular de la Afsca en la lucha contra la corrupción son una garantía de su desempeño en esa puja, en la que es importante que la oposición también tenga un papel activo. Pero para preservar la transparencia y ecuanimidad del proceso y no para obstaculizarlo, como han hecho hasta ahora algunos de sus miembros. La oposición está en una encrucijada ética. Tanto el Frente Amplio Progresista como el radicalismo tuvieron posición dividida, con miembros a favor y en contra de la ley de medios. En el radicalismo son mayoría los que estuvieron en contra y en el FAP es al revés. Sin embargo, la tarea de legislar ya fue realizada, por lo que ahora sólo se trata de hacer cumplir una ley que fue aprobada en forma democrática. Incluso los que votaron en contra deben garantizar que se cumpla la ley. El verdadero compromiso con la democracia se pone a prueba en esas situaciones. De lo contrario, se convertirán en cómplices de la preeminencia de grupos de poder económico por sobre las instituciones de la democracia.
17/11/12 Página|12
GB
Por Luis Bruschtein
Si alguien que apoyó la dictadura dice que este gobierno es peor que la dictadura, la afirmación tiene lógica desde ese punto de vista porque es evidente que se siente incómodo con los mandatos de la democracia. Si además, el personaje que hace esa afirmación es Bartolomé Mitre, dueño del diario La Nación, en realidad no se trata de ninguna novedad. Ese diario apoyó la dictadura, y su plana mayor hasta se ofendió cuando Jacobo Timerman recibió el premio Moors Cabot. El ex director de La Opinión había sido secuestrado por una patota del Ejército, torturado, y tras varios meses en prisión, finalmente había sido liberado gracias a la presión internacional.
En la protesta que Bartolomé Mitre envió a la Universidad de Columbia por la entrega de esa distinción a Timerman, expresaba que esa casa de estudios había sido “sorprendida en su buena fe por los agentes de una operación internacional en la que el señor Timerman juega un papel sobresaliente”. La operación internacional eran las denuncias que ya había contra el gobierno militar por las violaciones a los derechos humanos. En esa oportunidad, la Universidad de Columbia recibió esquelas similares de Ernestina Herrera de Noble (dueña de Clarín), Máximo Gainza Paz (dueño de La Prensa) y Diana J. de Massot (dueña de La Nueva Provincia, de Bahía Blanca).
En Argentina no hay muchos que puedan dar cátedra de democracia y ciertamente los que enviaron esas notas tienen poca autoridad para hacerlo. En sus declaraciones al semanario brasileño Veja, Bartolomé Mitre denunció esta semana ataques a la libertad de prensa en Argentina y dijo que el gobierno de Cristina Kirchner es “peor que el de Perón y que la dictadura”. En sus palabras hay una defensa de la democracia al viejo estilo: “Vivimos la dictadura de los votos, que es la peor de todas”, afirmó. Y un párrafo más adelante, cuando le preguntan por la cultura del pueblo argentino, respondió: “Ya no existe más aquella Argentina culta. Hay una elite que piensa de una manera, y una clase baja que no se informa, no escucha y sigue a la Presidenta. Cuanto menos cultura, más votos recibe Cristina”.
Es un lugar común y un acto fallido: votos de la mayoría versus ilustración de una elite. No hay nada menos democrático. Pero al menos da una idea de cómo se pensaba en la vieja Argentina, ante la falta de votos, al momento de golpear las puertas de los cuarteles para reclamar un golpe militar “en defensa de la democracia”.
Esa idea de democracia restringida y voto calificado fue típica de la república oligárquica predemocrática de la Argentina del siglo XIX y se mantiene con algunos cambios cosméticos en el pensamiento conservador. Son también fórmulas que se han empezado a escuchar en la actualidad cuando se contrapone a la República con la democracia. Y se subestima el valor de las elecciones con frases como “a Hitler lo votó el 80 por ciento de los alemanes”, un latiguillo que ha sido muy repetido por invitados a programas periodísticos o por algunos caceroleros. Esta cadena de sentidos que se trata de instalar desde los medios hegemónicos es básicamente antidemocrática, porque el principal sustento de una democracia, aunque no el único, es el gobierno de la mayoría.
El pensamiento conservador está bien representado por las declaraciones del descendiente del primer Mitre. Los argumentos que utiliza no son nuevos, por el contrario, son los mismos que se usaron contra los gobiernos populares de Yrigoyen y Perón. Y como les resultaba imposible derrotarlos en elecciones democráticas, esos mismos argumentos fueron usados para iniciar el ciclo de golpes militares en una falsa defensa de la democracia. En los ’90 lograron por primera vez mayorías electorales genuinas sobre la base de una combinación de golpes de mercado y la hegemonía cultural impuesta por los grandes medios. El pensamiento conservador no cuestionó el nivel cultural de esas mayorías que votaban políticas que las empobrecían y marginaban. Según esta teoría interesada, las mayorías se convierten en ignorantes justamente cuando respaldan políticas que las benefician. Y por lo tanto son votos que van en contra de la democracia. O sea, y aunque parezca mentira, para ellos la “dictadura de los votos” es cuando las mayorías impulsan políticas que las favorecen. Si las mayorías que ganan elecciones impulsaran políticas en detrimento propio, pero que favorecieran a las minorías, eso calificaría como democracia republicana.
Para la oposición más seria, resulta peligroso sumarse a estas afirmaciones, que en conjunto forman una campaña que busca deslegitimar al Gobierno. En el caso de conservadores y neoliberales, se trata de demostrar que la única forma de democracia es la que ellos representan, o sea un gobierno de minorías, respaldado por mayorías subordinadas. El peligro para el resto de la oposición es que mañana les pueden aplicar a ellos la misma jugarreta.
Pero el intento de deslegitimar el Gobierno va más allá de un planteo político. Aquí los grandes medios están hablando en función de sus intereses como empresas frente a la intervención del interés público a través de una ley antimonopólica en el ámbito de la información. La empresa del diario La Nación no tendrá que desinvertir cuando entre en vigencia la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, pero las declaraciones de Mitre demuestran que la sola intervención del Estado como regulador saca de las casillas a este grupo de empresas acostumbradas a hacer y deshacer con total impunidad.
El carácter de la información como bien público, pero que circula como mercancía a través de empresas privadas, le otorga una situación ambigua. Para las grandes empresas, la información es sólo mercancía y parte de su patrimonio. Pero para la sociedad se trata de una necesidad básica para su sobrevivencia. Esto, sin contar la formidable acumulación de poder que implica tener el monopolio de la información, lo cual duplica o triplica el poder económico de cualquier corporación.
Esa doble característica se contradice tanto con el monopolio estatal de la información como con el monopolio privado. La fórmula que plantea la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual preserva el área de las empresas privadas, pero con dispositivos antimonopólicos, y plantea también las áreas de la información pública y de los medios sociales, regulados por organismos democráticos autónomos integrados por representantes del oficialismo y la oposición.
La campaña para deslegitimar al Gobierno es una manera también de deslegitimar sus medidas. Las acciones de un gobierno no democrático pueden ser legítimamente cuestionadas en el futuro, cuando cambien las circunstancias. Entonces, para los grandes medios, la insistencia en la dictadura de los votos, en que Hitler fue elegido en forma democrática, que los principios de la República son avasallados, que no se respeta a las minorías, o que se trata del peor de los populismos autoritarios, es una forma de darse una carta para el futuro. Lo mismo sucedió después de los primeros gobiernos peronistas, cuando con esos argumentos se derrumbaron importantes logros sociales y económicos democráticos.
Las actitudes turbias de algunos jueces relacionados con el proceso de desmonopolización del Grupo Clarín, en el fuero Civil y Comercial y en la Magistratura, dan una idea de la poderosa maquinaria legal e ilegal que se puede poner en funcionamiento para entorpecer la aplicación de la ley y lo extremadamente vulnerables que son los dispositivos institucionales frente a los grandes grupos económicos.
Martín Sabbatella informó esta semana sobre los grupos mediáticos que deberán desinvertir a partir del 7 de diciembre. El único que ya adelantó que no acatará la ley fue el Grupo Clarín. Los antecedentes del titular de la Afsca en la lucha contra la corrupción son una garantía de su desempeño en esa puja, en la que es importante que la oposición también tenga un papel activo. Pero para preservar la transparencia y ecuanimidad del proceso y no para obstaculizarlo, como han hecho hasta ahora algunos de sus miembros. La oposición está en una encrucijada ética. Tanto el Frente Amplio Progresista como el radicalismo tuvieron posición dividida, con miembros a favor y en contra de la ley de medios. En el radicalismo son mayoría los que estuvieron en contra y en el FAP es al revés. Sin embargo, la tarea de legislar ya fue realizada, por lo que ahora sólo se trata de hacer cumplir una ley que fue aprobada en forma democrática. Incluso los que votaron en contra deben garantizar que se cumpla la ley. El verdadero compromiso con la democracia se pone a prueba en esas situaciones. De lo contrario, se convertirán en cómplices de la preeminencia de grupos de poder económico por sobre las instituciones de la democracia.
17/11/12 Página|12
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