martes, 13 de noviembre de 2012

MEMORIA DE UN FUSILADO, RESISTENCIA DE LA HISTORIA.

JUAN CARLOS LIVRAGA, EL ULTIMO SOBREVIVIENTE DE LA OPERACION MASACRE
Relato de un fusilado
Fue acusado sin prueba ni juicio de conspirar contra la dictadura de Aramburu en 1956. Fue fusilado en un basural de José León Suárez. Sobrevivió y su testimonio disparó la investigación de Rodolfo Walsh. Ahora tiene 80 años y aquí cuenta su historia.

Por Andrés Osojnik
Imagen: Adrián Pérez

El que está sentado a la mesa es Juan Carlos Livraga. Es un hombre menudo, sencillo, que habla con carraspera. Tiene ochenta años y seis meses. Y dice que los gatos lo esquivan, porque tiene más vidas que ellos. Juan Carlos Livraga es el mismo que a los 24 años fusiló la dictadura de Aramburu en un basural de José León Suárez. Es el mismo que sobrevivió a esa pesadilla y el mismo que se animó a contarla a Rodolfo Walsh, seis meses después de ocurrida. Es el “fusilado que vive”, el protagonista de un relato que fue el punto de partida de la investigación más impactante del periodismo argentino, condensada en el libro Operación Masacre. Ahora, Juan Carlos Livraga se dispone a repetir su historia a Página/12. Es la primera vez que lo hace ante un medio gráfico nacional. Cuenta su historia y más: sus contactos con Walsh, su vida posterior en Estados Unidos, el encuentro con Néstor Kirchner y las consecuencias físicas que aún sufre por los balazos de la noche trágica que empezó el 9 de junio de 1956.

Ese día, el general Valle dirigió una sublevación militar contra la dictadura. Para sofocar la rebelión fue implantada la ley marcial. Pero antes de que entrara en vigencia, en Florida fue arrestado un grupo de civiles que la policía creyó vinculado con el motín.

–Yo ni siquiera era peronista. Nunca lo fui.

Aclara el hombre, aunque sabe que si lo hubiera sido, la barbarie igual no tendría justificación.

–¿Alguna vez entendió por qué lo detuvieron?

–Esa duda la tengo siempre, porque nunca supe.

Nunca supo, dice, por qué lo detuvieron, por qué lo fusilaron. Había trabajado en albañilería desde niño junto a su padre. Había trabajado en la Aeronáutica. Luego fue colectivero. Ese era su trabajo cuando sucedió todo.

–¿Empiezo a contar de cero?–propone.

–Empiece a contar de cero.

–Yo vivía a una cuadra y media de donde me pasó. Tenía un amigo del otro lado, Vicente Rodríguez. El día 9 de junio yo manejaba un colectivo de la línea 10, que venía de Chacarita a Munro y pasaba por la esquina ésa. Ese día empezaron las cosas al revés. Yo llevaba cinco días sin trabajar porque el coche estaba en el mecánico y me llaman los patrones para decirme que ya estaba arreglado. Ese día había partido entre Colegiales y All Boys. Y yo tenía una cita con una muchacha que hacía tiempo la venía trabajando en el colectivo. Fui invitado por ella a bailar en la Hostería de Munro, un lugar muy agradable. Yo iba con el colectivo repleto, baja la gente en el estadio, voy a arrancar y se rompe el palier. Con toda la rabia del mundo cerré la puerta y dije, bueno, voy a ver el partido. Comí un sandwich de chorizo y una Coca-Cola. Hacía un frío terrible. Cuando falta un minuto, All Boys le hace 1-0 a Colegiales. ¡Para qué! A mí me gustaba ese equipo. Bueno, me fui para mi casa caminando. Llegué descompuesto, lo que comí me hizo mal por el frío y la amargura. Le dije a mi papá que me iba a acostar porque después tenía que salir y él me dijo: “¿Así como estás te vas a ir?”. “Sí, papá, usted sabe que citas son citas y no hay que fallar.” Al salir, alguien me silba de atrás. Era este amigo Vicente Rodríguez. “¿Adónde vas?”, me dice. “Tengo un asunto que me espera en Munro. Pero voy temprano.” “Ah, fantástico, ¿por qué no venís a la casa de un amigo a escuchar la pelea de Lausse y Loayza?” Le dije, bueno, tengo tiempo. Me meto en el departamento, era un pasillo atrás. Había dos personas que no conocía, Rodríguez y yo. Me senté al lado de la radio, ellos jugaban al chinchón. Después vi un revólver tan viejo que si le ponían una bala salía para atrás. Ganó Lausse por nocaut y yo dije: “Me voy, Gordo, que se me hace tarde”. Abrí la puerta y un policía me da un culatazo en el pecho, caí bajo un mueble y ahí quedé. Después me levantan como un trapo y me llevan afuera, hasta la esquina, unos diez metros. Ahí veo que hay un colectivo de la línea 19, que no pasaba por ahí, lleno de gente, otros policías y una persona parada en la ochava de uniforme militar. Yo no sabía quién era. Me llevan con él, saca una 45 y empieza a pegarme. “¿Dónde está Tanco? ¿Dónde está Cogorno?”

En Operación Masacre, Walsh cuenta que el colectivo había sido secuestrado por la policía para el operativo. Y que el hombre de uniforme militar era el jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires Desiderio Fernández Suárez. Tanco y Cogorno eran junto a Valle los líderes de la rebelión.

“Para mí era todo nuevo –sigue Livraga sorprendiéndose hoy–. De política no me interesaba ni sabía. Yo le decía no sé. Y él me decía: “¿Con esa facha vas a hacer la revolución?”. Y no dejaba de golpearme. Después me suben al colectivo, ahí vi a otra gente que conocía del barrio. Nos llevan a la Regional San Martín. Cuando nos meten en una habitación conté 16.”

–¿Usted y quince más?

–Exactamente. Después me enteré de que estaba el dueño de la casa, que vivía adelante, Miguel Angel Salvador Giunta. A Rodríguez le dije: “Gordo, ¿estás metido?”. El me dice: “No”. Le digo: “Si estás metido –como teníamos que declarar– decímelo a ver qué podemos decir”. Yo estaba de campera de gamuza, camisa y corbata. Bien vestido y con documentos. Le dije al oficial, cuando me atiende: “Escúcheme, ¿usted cree que alguien que va a hacer un robo o algo malo va a andar vestido así y con documentos?”. Yo iba a un baile y hasta di el nombre de la muchacha. Mientras, leía en la hoja al revés lo que había declarado Rodríguez, mejor dicho no lo que declaró, lo que quiso escribir el oficial. Yo le explico lo mismo y cuando me hace firmar, leo y le dije “esto no es lo que dije yo”. “Mirá, pibe, más vale firmá.” Yo pensé un segundo y dije más vale firmo y después veremos. Volví y después fueron a declarar los demás. Como a las tres de la mañana, íbamos al baño una vez cada uno y al policía le sacábamos alguna palabra. Ahí me enteré del levantamiento en La Plata, el general Valle y todo eso. Como a las cinco y pico de la mañana, seis, nos sacan en un carro de asalto, yo voy adelante, éramos cinco, y cuatro policías que venían con el fusil, casi dormidos. Atrás iban otros, después supe que iban Troxler, Lizaso y otros más, porque en la otra habitación de la casa donde nos llevaron había más gente. Bueno, nos llevan. ¿A dónde? Seguro a Campo de Mayo. Llegamos a la estación de José León Suárez, de ahí por una ruta. Estaba todo oscuro, pero yo sabía dónde estaba. Dijeron “bajen los cinco”, bajaron los policías y ahí detrás veo una camioneta con gente adentro. Después supe que era el comisario Rodríguez Moreno. Caminamos como unos cien metros y ahí sentimos el golpe de manivela que para mí era conocido. Eran los fusiles.

–Ahí recién se dieron cuenta de que los iban a matar.

–Sí, recién ahí. Y ahí viene un desparramo, los gritos y a uno lo agarró la desesperación. Se viene a mi lado a agarrarme. Yo lo sacudo y me tiro cuerpo a tierra, pero mirando hacia ellos. Al otro lo vi que escapó por el campo en diagonal. Corrió más rápido que los tiros. Era Giunta.

–¿Ya habían empezado los tiros?

–Sí, pero a mí no me habían pegado, sí a los que estaban al lado. Cuando terminaron de tirar, en un momento siento que paran donde estaba yo y me enfocan en la cara. Entonces yo moví los párpados.

Se venía el tiro de gracia. De los doce que la policía debía fusilar aquella noche, siete se salvaron. Uno de ellos fue Livraga, que se hacía el muerto. Pero esa luz lo traicionó.

–Empezaron a tirarme –recuerda–. Me tiraron tres tiros. Uno me pegó en la nariz, apenas me sacó un pedacito. Otro me perforó la mandíbula de un lado a otro y a partir de esa época quedé sordo de ese oído. Y el del brazo es una 45, me lo pegó Rodríguez Moreno.

–¿Y entonces?

–Me quedé sin moverme, siento que se van. Volvieron al carro de asalto y ahí hubo unos tiros, se habían escapado uno de los presos y dispararon contra los policías, eso lo supe después. Cuando vi que ya no había moros en la costa, me levanté y vi a los que estaban muertos. Rodríguez tenía once tiros. Yo tomé el mismo camino que hizo Giunta. Al llegar al cruce de la barrera me caigo desmayado junto a una garita donde había policías adentro. Eran cuatro o cinco cuadras, pero no habían sentido los tiros porque con el frío estaban encerrados. Uno me preguntó qué me pasaba y yo sólo vomitaba sangre. Me suben a un jeep y me llevan al policlínico San Martín. Me dejan en la sala de primeros auxilios y ahí las muchachas me salvaron parte de la vida. Mientras me curaban me preguntan si tenía el teléfono de mi papá y yo se los di con los dedos. Cuando me estaban por llevar a terapia intensiva vi que había llegado. Pero como a las nueve de la noche me viene a buscar la policía.

–Se lo llevan otra vez.

–Sí, y lo primero que hicieron fue buscar mi ropa. Querían recuperar el certificado que me habían dado por las cosas que me sacaron en la Regional y que llevaba la fecha en la que había entrado. Pero las enfermeras salvaron el papel, se lo habían dejado a mi papá sin que se diera cuenta. Ese papel probaba que lo que dijeron ellos después era mentira: que me escapé, que me había tiroteado con la policía, incluso que me habían matado. Mi papá recibió del gobernador el certificado de defunción mío, porque había muerto en un tiroteo.

–¿Cuándo le mandan el certificado a su padre?

–A los dos días, porque mi papá había mandado un telegrama para saber qué había pasado conmigo y le respondieron con eso.

–¿Y después del hospital?

–Me sacan prácticamente desnudo y me llevan de paseo en una camioneta descubierta. Me di cuenta de que buscaban que me muriera solo, paraban en todo teléfono público que hubiera para recibir las órdenes. Así me tuvieron hasta las dos de la mañana. Al final me llevan a la 1ª de Moreno y me meten en el calabozo. Vino un médico y me dio dos pastillas, pero yo hice que me las tomaba y después me las saqué. Ahí me tuvieron 28 días, sin atención médica, ni comida, ni nada. Nadie se podía acercar a ese cuartito, puro cemento y a oscuras. Un día vienen unos auditores a tomarme declaración, qué declaración si no podía hablar. Entonces me mostraron algo escrito y me amenazaron. Yo dije, medio muerto y muerto, firmé lo que inventaron ellos, eso del tiroteo y que me escapé.

–¿Entonces?

–Entonces un día las cosas cambiaron. Vinieron dos suboficiales nuevos y como no estaba el sargento entraron a verme, yo estaba con barba, desfigurado, flaco, sin la mitad de los dientes, perdí quince kilos. Me quisieron preguntar, pero no pude hablar por cómo tenía la boca. Y les dio tanta lástima que se fueron a comprar fruta, naranja, mandarina. Yo la empecé a chupar y me dio una diarrea que aunque no tenía nada en el estómago me pasé un día y medio revolcándome en el piso. Al día siguiente estaba tan mal, todo oscuro, desesperado, y siento una sombra atrás. No puedo decir quién fue, pero me empezó a hablar, me dijo que me calmara y yo me sentí más tranquilo. Al día siguiente me traen ropa y después me dicen: “Vamos a la cárcel de Olmos”.

–La cárcel parecía mejor que el calabozo de la comisaría.

–Sí, pero cuando salimos estaba oscuro y yo temí otra vez. En eso se descompone el jeep. Yo dije, de ésta ya no me salvo. Pero pararon en un taller mecánico, arreglaron la falla y a la ruta. Llegamos a Olmos, abren la puerta y ahí a Juan Carlos Livraga lo cambiaron. Uno de los presos dice un cuento, que yo estaba ahí por haber matado a cuatro policías. No sé de dónde lo sacó, pero eso cambió mi vida, me empezaron a respetar. Quedé en manos de los presos, uno de ellos, el capo de la cárcel. Era la mafia. Me protegieron, me cortaron el pelo, me afeitaron. Me pude bañar, me dieron ropa. Nunca comí la comida de la cárcel, me hacían comida los presos y empecé a recuperarme. Ahí me encontré con Giunta. Yo lo creí muerto, pero estaba con los presos políticos. Me cuenta que no le habían disparado, que después se entregó, y que lo habían amenazado, le hacían como que lo mataban y se volvió medio loco, pobre. Y me cuenta que un abogado cobraba 15 mil pesos para sacar gente de la cárcel. “El no me cree a mí”, me dijo Giunta. Al día siguiente estaba ahí el doctor Von Kotsch. Era un hombre joven, de la parte de Frondizi, intransigente. Me preguntó y le conté. Le conté del papel, que lo tenía mi papá. Era lo que esperaba él.

–Una prueba.

–Sí. Me dice, dame el teléfono de tu papá que lo voy a ir a ver. Fue a mi casa, arregló y fue de ahí mismo a la Regional San Martín. El comisario le dice una sarta de mentiras. Pero el abogado le mostró el papel. Y salió con mi reloj, mi cinturón y los veinte pesos. Empezó a moverse con el doctor Doglia, que era un fiscal y antes de los quince días me dijo que me iba a sacar. Nunca aceptó un centavo.

–Y lo sacó.

–Todas las noches venía una voz de ultratumba que decía: “Atención a la población”. Y llamaba a Fulano y a Mengano. A muchos los llamaban para darle picana. Esa noche, al final, la voz dice: “Juan Carlos Livraga y Miguel Angel Salvador Giunta”. Todos vienen y me dicen: “Juan, te vas, te vas”. Yo no creía. Me llevan y me encuentro con mi abogado. Ahí me quedé tranquilo. Me hicieron el pianito y quedé libre. Era 17 de agosto. El abogado me dio dinero y ahí fuimos con Giunta a tomar el tren. El estaba muy mal, pobrecito. Llego a Florida, caminé las siete cuadras, en mi casa no sabían nada. Siempre cuando yo llegaba le pegaba un silbido a mi mamá. Y silbé. Mi mamá salió a los gritos, mi papá se estaba preparando para ir a verme. A las dos horas había más de cien personas en mi casa. Mi papá era italiano y allá en Italia era costumbre que cuando volvía de la guerra alguno de los hijos prendían fuego tres días y mataban una vaca. En mi casa se hizo. Tres días de fiesta, todos borrachos, se abrazaban, cantaban.

–¿Ahora sigue con problemas físicos?

–La primera operación en la boca duró 16 horas. Llevo siete operaciones, tengo todo de platino, arriba perdí todos los dientes, hubo que hacer todo de nuevo. Y me quedó un agujero arriba que cuando terminaba de comer tenía que hacer fuerza con la nariz tapada para que saliera la comida por el agujero y no se infectara. Igual me agarró una infección muy grande. Me llevaron a la Facultad de Odontología con un nombre falso para que no me reconocieran. Y ahí me curaron. Hasta ahora me cuesta mover la mandíbula, si la abro mucho se me sale. Tengo una sinusitis crónica. Y tuve otro problema. Cuando con la 45 Fernández Suárez me pegaba acá (se señala el estómago), me quedó todo negro durante ese mes que estuve preso. Resulta que me afectó la aorta. En el 2006 me operaron porque estaba muy mal, y al abrir encontraron una bola de sangre de doce centímetros en el nacimiento de la aorta. Era un coágulo que se empezó a formar ese día, fue creciendo y me lo sacaron 50 años después.

–¿Alguna vez recibió alguna disculpa del Estado?

–No.

–¿Y la muchacha de la cita?

–Nunca más la volví a ver.


LOS CONTACTOS CON WALSH
Viajes en tren
Por Andrés Osojnik

–¿Cómo entró en contacto con Walsh?

–El estaba en La Plata jugando al ajedrez y alguien le dijo de mí. Fue a fines del ’56, o ya ’57. El consigue mi dirección, pero yo no lo quise atender.

–¿Por qué?

–Porque tenía desconfianza, no creía en nadie. Después hablé con mi abogado para preguntarle si hablar con él o no. El me dijo que era conveniente que se supiera, porque si no hablaba me podían matar, pero si se sabía era más difícil que lo hicieran.

–¿Cómo fue el encuentro con Walsh?

–Fueron muchos. Empecé a ir con él a La Plata, día a día en tren, nos sentábamos donde no había pasajeros y yo le contaba, mientras él grababa.

Aquel relato fue el comienzo de la investigación de Walsh, que dejó al desnudo las falsedades de la Policía Bonaerense y el gobierno de Aramburu. Fue él quien probó que las detenciones ocurrieron antes de la ley marcial, que no había prueba alguna contra los civiles y que siete de los doce habían logrado escapar.

–Usted incluso presentó una denuncia en la Justicia.

–Sí. Yo hice una declaración y ahí empezó. Un día me llamó el juez para hacer un careo con Rojas, pero lo rechacé.

–¿El contraalmirante?

–Sí, a ése lo odié toda la vida. Un hombre de una falsedad increíble. Yo lo considero uno de los culpables.

Aquella investigación fue truncada cuando la Corte Suprema nacional decidió que pasara a la Justicia militar. Ese fue el sello para la impunidad. Mientras, Livraga intentaba llevar una vida como hasta entonces. “Yo sabía que me iban a matar o apretar, pero iba al mismo café, a jugar al billar o a charlar –explica–. Y una vez se me cruzó un coche, con policías de civil. Era 1957. Ya Walsh había empezado a publicar la historia. Se hicieron conocer y me dijeron que si continuaba hablando me iban a liquidar. En el año ’63 me pararon otra vez. Y ahí decidí irme a Estados Unidos. Me fui en 1965. Recién ahora a mi señora, llevamos 53 años de casados, le conté el porqué. Mis padres murieron creyendo que me fui para avanzar.”

–¿Y a qué se dedicó ahí?

–A la construcción. Empecé golpeando puertas, de la nada. Cuando salía la gente y yo hablaba en inglés como indio.

–¿Nunca tuvo problemas allí?

–En el ’77 yo presenté los papeles para sacar la ciudadanía. A los dos meses, a mi esposa la llamaron para hacer los trámites y a mí no. Estuvieron dos años hasta que me llamaron. Un hombre me empezó a interrogar, estuvimos dos horas, me empezó a preguntar cositas, me di cuenta. Me preguntó por qué había ido a Estados Unidos, qué problema había tenido en Argentina. Todo el tiempo miraba para abajo hasta que yo le pregunté qué miraba. Y ahí me mostró: un libro enorme. Durante esos dos años me había investigado el FBI, sabían todo. Pero yo no había mentido. Y me dieron la ciudadanía.

–¿Cuántas veces volvió a la Argentina?

–Esta es la quinta. Yo tendría que haber venido hace siete meses, pero me caí por cortar una planta en el techo de mi casa, a cuatro metros de altura. Me tuvieron que operar, tengo dos costillas rotas. Pero tenía que venir por mis papeles de la indemnización en la Secretaría de Derechos Humanos

Perón, Kirchner, Cristina
Por Andrés Osojnik

“Yo tuve la suerte de estrecharle la mano al general Perón. Cuando se presentó el segundo Plan Quinquenal yo estaba en el Ministerio de Aeronáutica y recorrí el país para repartirlo.”

–¿Qué hacía en la Aeronáutica?

–Era voluntario, estuve seis años. Por ese trabajo, Perón me mandó un Plan Quinquenal encuadernado con piel de vaca, firmado, con su foto. Yo era un muchacho de 20 años, era un orgullo. A mí no me interesaba la política, me interesaba la persona.

–No era peronista.

–No, pero me interesaba la persona. Después me lo encontré en el circuito KDT, en Palermo. Se apareció justo donde yo estaba. Se bajó del coche en el que venía, uno rojo. Iba disfrazado.

–¿Disfrazado?

–Llevaba el birrete, iba medio tapado, lo conocí por la nariz. El me miró, yo lo reconocí y me hizo señas para que no dijera nada. Pero me dio la mano. Yo no me la quería lavar, porque para mí era mucho. Años después, mi sueño era poder abrazar a Néstor Kirchner. Y la última vez que estuve lo cumplí.

–¿Cómo fue ese encuentro?

–Extraordinario. Mi cuñado, que ya falleció, había jugado en Chacarita cuando salió campeón en un partido con Racing y él fue el goleador. Se llamaba Horacio Neumann. Y fui con él. Nos sentamos, y yo estaba “señor presidente de acá”, “señor presidente de allá”, y por ahí Kirchner le dice a mi cuñado: “¿Te acordás vos, yo estaba en la tribuna y te puteé porque metiste los goles”. Y después le dice: “Qué me decís usted, tuteame”. Y yo al final le dije a mi cuñado, yo te traigo, te presento y al final salís vos abrazando y tuteando al presidente. Después Kirchner me dijo que me sentara en el sillón de Rivadavia. Yo le dije: “No, señor, presidente, eso es para usted”. “No, hoy te sentás vos”, me dijo. No lo podía creer. Ahora me queda la Presidenta para cumplir mi sueño completo. Le di la mano a Perón, lo abracé a Kirchner, ahora me quiero ir con un beso de Cristina.

11/11/12 Página|12
 

Prof GB

SARLO Y EL 8N

Sarlo y La caída de Ícaro
Por Carlos Aletto

Beatriz Sarlo, sin dudas, es una reconocida intelectual de la oposición. Su nota "Una muestra de pedantería" publicada en el diario de la derecha argentina, La Nación, está escrita a miles de kilómetros de distancia, mirando el programa de televisión 678 dos días después del 8N. En sintonía con lo ya dicho por los diarios hegemónicos (sobre todo por Clarín) Sarlo pretende tomar muestras de la marcha y detalles de la coyuntura política para concluir con una mirada crítica y opositora al kirchnerismo y a los medios oficiales de comunicación. Nada nuevo. Ya lo hizo en su libro La audacia y el cálculo y esas mismas palabras aparecen en los diarios socios de la dictadura militar y en la televisión de los mismos dueños continuamente y sin pausa. Su voz suele ser una cita de autoridad.

Recuerdo algo que ya hemos contado pero que sirve para ilustrar el método sarleano. En el 2010 Beatriz Sarlo dictó un seminario en la Universidad de Tandil que trataba sobre la relación entre imagen y palabra ("relación transemiótica", destacó con énfasis ella). El seminario duró toda la semana en la que selección Argentina jugó la primera rueda del Mundial 2010. A ella no le interesaban los partidos. Los mundiales la remontaban al mundial de la Dictadura argentina. En contraste se la notaba muy entusiasmada con un interminable partido de Wimbledon entre un francés y un inglés. Al tercer día, el miércoles, hizo apagar la luz del aula y proyectó sobre el blanco pizarrón una pintura de Brueguel: La caída de Ícaro. Primero explicó el mito (creo que se refirió a Ovidio): "Se sabe que Ícaro consiguió volar fabricando alas con plumas pegadas con cera y se acercó al sol más de lo oportuno, la cera se fundió, se desbarataron las alas, cayó al mar y se ahogó". Luego pasó inmediatamente a un poema de W. H. Auden, donde el poeta hace una descripción en versos ("ecfrasis", dijo ella) de esta pintura de Brueghel.

La prestigiosa intelectual se detuvo veinte minutos para resaltar "la apropiación" que había realizado Auden de la pintura, ya que (remarcó) Ícaro no aparece en ninguna parte del cuadro: Brueghel habría pintado sólo un paisaje marítimo pero al colocarle el título "La Caída de Ícaro" le daba otro significado ("resemantizaba", dijo ella) toda la pintura. Cuando terminó esta detallada interpretación apagó el proyector y encendió la luz.

Todos estábamos impresionados por el conocimiento y el despliegue realizado por Beatriz Sarlo. En ese momento, con voz temblorosa, un alumno le pregunta si podía volver a proyectar la imagen de Brueghel. Se apaga la luz se enciende el proyector con la pintura de Brueghel y para sorpresa de todos los asistentes y de la intelectual el alumno le marcó un detalle, cerca del barco central del cuadro aparecían las piernitas de Ícaro rodeadas de algunas plumas sobre la superficie del mar. De esta forma se desmoronaba toda su extensa y apasionante explicación de la operación poética de Auden de apropiarse y resemantizar la pintura de Brueghel, volviéndola al mito original de Ovidio, al que el pintor había sólo aludido en su título para darle otro sentido parafrástico, no sólo haciendo un marco verbal simulado a una representación icónica del mar de Flandes. El alumno con humildad, sin llegar a ser una luminaria, marcó el detalle donde estaban las piernitas rodeadas con las plumas de las falsas alas y los veinte minutos de magistral explicación se desmoronaron en un segundo, como las mismas alas de Ícaro al acercarse al sol. El seminario terminó sin muchos sobresaltos tres días después.

Hoy he leído su nota en el diario conservador La Nación. Aquella elaborada interpretación errónea que cometió por no haber visto el detalle de las piernitas de Ícaro agitándose en la superficie del mar se replica en gran parte en el artículo. Sarlo levanta muestras equivocadas de la realidad del "autoconvocado y espontáneo" 8N.

Por ejemplo, podemos ver como la propia historia de la marcha al obelisco es contada con detalles falsos, siempre tendiente a distorsionar perjudicando ese objeto: el kiechnerismo, que tanto atrae a la investigadora. Porque es así, Beatriz Sarlo, con la quizá necesaria frialdad de una investigadora, toma muestras de lo que para ella son objetos teratológicos populistas, como el peronismo y el kirchnerismo, y los pone bajo la lupa. En este caso es la actuación destacada de la periodista Cynthia García, a quien la ve como una profesora (quizá una proyección de su profesión universitaria) pedante frente a alumnos mal preparados. No era una periodista que repreguntaba a los manifestantes que repetían eslóganes vacíos de contenidos que leen en los diarios donde ella publica. Cynthia García demostró eso. Que los manifestantes repetían titulares de Clarín sin saber de qué se trataban. Para Sarlo fue una muestra de pedantería. Como si fuese una periodista monstruosa frente a aladas criaturas.

Esos monstruos a Sarlo la apasionan, la atraen y los quiere disecar para entender cómo funcionan en la sociedad argentina. Pero se equivoca al tomar las muestras: a lo que ella denomina "murciélago" es un ruiseñor y sus "cucarachas" son grillos y saltamontes.

En síntesis y para concluir, quizá por estar alejada del objeto que estudia (por no acercarse más al detalle) o por tomar muestras falsas, Beatriz Sarlo en su nota sobre "la pedantería del kirchnerismo" duplica el mismo error que cometió en aquel seminario en Tandil. Parte muchas veces de detalles incorrectos, justifica el golpe al periodista de C5N comparándolo con D'elía en el 2008 y con las expresiones de Larroque en diputados. No habla de las agresiones a Telefé, a las cámaras de Duro de domar ni a la misma Cynthia García con su producción que tuvieron que refugiarse en un negocio de la zona. Sarlo hace planteos aparentemente inteligentes cargado de teoría y de citas de autoridad para forzar las conclusiones a las que a priori ya había pensado a favor de proteger los intereses de sus jefes mediáticos. Pero estas actitudes intelectuales son como las plumas de Ícaro que a cierta altura la cera se derrite y los porrazos son inevitables.

Diario Registrado


GB

Juicios en Tucumán Comienza histórico juicio por delitos de lesa humanidad en la provincia

http://memoria.telam.com.ar/noticiasimg/201211022049505df5dd.jpg
Este lunes el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) dará inicio a uno de los relatos más crudos y representativos de lo que fueron los años de plomo en Tucumán. A partir de las 9 de la mañana, comenzará el juicio oral por la megacausa “Arsenales II-Jefatura II”, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los dos centros clandestinos de detención más grandes que tuvo el norte argentino, el Arsenal Miguel de Azcuénaga y la ex Jefatura de Policía, durante la última dictadura militar.
El ex Arsenal Miguel de Azcuénaga y la ex Jefatura de Policía son considerados los dos centros clandestinos de detención (CCD) más sangrientos del norte argentino. Por ellos, pasaron centenares de desaparecidos; allí los llevaron cuando los secuestraron, los torturaron, los asesinaron.

Luego de sortear una serie de presentaciones y medidas dilatorias de parte de las distintas defensas (oficiales y privadas), los jueces Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Juan Carlos Reynaga escucharán a más de 500 testigos, mediante cuyos testimonios se intentará probar la participación de los 44 imputados en secuestros, torturas, violaciones y asesinatos, perpetrados en dichos CCD durante el gobierno genocida que tiñó de sangre al país entre 1976 y 1983.
Menéndez fue autorizado a participar del debate por el cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuyos peritos aconsejaron que las audiencias no sean extensas –las jornadas contarán con interrupciones cada dos horas–. Sin embargo, si bien Menéndez estará presente esta mañana, su permanencia no está asegurada en la totalidad de los encuentros, ya que el represor está siendo juzgado en La Rioja –el juicio terminará el 7 del mes próximo– y las audiencias de los debates se superponen.
La posible ausencia del escribano Juan Carlos Benedicto ponía en duda el inicio del juicio. Benedicto, un civil que estuvo prófugo durante muchoe una operación de vesícula tiempo y fue detenido no hace tanto.  El sábado por la tarde fue dado de alta de una operación de vesícula y habilitado para asistir a la apertura del debate en el que la Justicia analizará su participación en violaciones a los derechos humanos. Del resto de la cuarentena de imputados, poco menos de una decena presenciará las jornadas desde el hospital del penal de Ezeiza, vía teleconferencia.
El primer juicio en el que se unificaron delitos cometidos en distintos CCD en la provincia tendrá también otra particularidad: es el primer juicio en el que se imputa a personas ajenas a las fuerzas de seguridad por delitos de lesa humanidad en tierras tucumanas. Se trata del contador Juan Carlos Benedicto, y del cura José Eloy Mijalchyk, párroco de la Iglesia Cristo Obrero.
El ex Arsenal Miguel de Azcuénaga y la ex Jefatura de Policía son considerados los dos centros clandestinos de detención (CCD) más sangrientos del norte argentino. Por ellos, pasaron centenares de desaparecidos; allí los llevaron cuando los secuestraron, los torturaron, los asesinaron.

GB

EL VOTO DE LA CLASE MEDIA

la clase media abandona el kircnerismo? : una aproximación a la estructura del voto k






 Esta es la composición del voto al FPV en octubre de 2011. Como se observa se manifiesta un núcleo duro de voto que representa el 50% del total que no está anclado necesariamente a condiciones socioeconómicos coyunturales. 

Se manifestó así en el año 2009 cuando el FPV obtuviera 30% de votos a nivel nacional aún y a pesar de la crisis política abierta por la 125 de lustó, el 3% de caída del PBI, el punto de empleo destruído, la ausencia de AUH como mecanismo de transferencia de ingresos a los segmentos pobres y la crisis internacional como marco. 

Es obvio que en el núcleo electoral duro del FPF existen segmentos de clase media baja y media plena que representa no menos del 30% de ese total que acompañaron al gobierno en 2009 , compuesto por peronistas kirchneristas y no peronistas ( progresistas en especial, nucleados en las grandes ciudades)

Con respecto al agregado volátil, el otro 50% de electores del FPV en 2011, compuesto por independientes fundamentalmente, resulta muy sensibles a la coyuntura socioeconómica, en especial a la marcha del empleo y consumo , un 70% de ellos provienen de segmentos medios bajos,  plenos y medios altos.

Es este núcleo volátil el que pretende ser discutido bajo la hipótesis de que tras el 8DNP "la clase media abandona el kirchnerismo", cuyo análisis más acabado lo realizó Jorge Fontevecchia en  "Fin K".  

A nuestro juicio, es apresurado sentenciar el final de la experiencia kirchnerista al calor de la exaltación cacerolerea y resulta poco consistente la hipótesis del abandono de segmentos medios,  puesto que para que sucediera este distanciamiento debiera observarse crisis de empleo y consumo , en una magnitud muy importante ) observar el año 2009 como referencia) , situación que no se observa en absoluto, a pesar de la desaceleración económica y la meseta en la generación de empleo que se observa y dimos cuenta varias veces en Ramble, por caso acá.

La clave para sostener la estructura electoral de 2011 entonces, parece ser consolidar el núcleo duro k que acompañó el proceso aún en medio de dificultades socioeconómicas,  profundizando las líneas de gestión que constituyeran la identidad kirchnerista que constituye además el sistema identitario para este amplio conglomerado de electores, muchos de ellos de sectores medios bajo y medios plenos , al tiempo que sostener el nivel de empleo y consumo que ampliaron la base electoral del proyecto kirchnerista hacia segmentos populares y medios volétiles, muy sensibles a la coyuntura socioeconómica.

En este sentido también parece necesario sostener las preferencias de sectores populares, en especial clases medias bajas y segmentos pobres sosteniendo las políticas de transferencias de ingresos directos e indirectos como la AUH y otros planes menores , la ampliación de la base previsional , el plan conectar igualdad , que son los pilares de las políticas sociales oficiales.

Sostener la estructura de preferencias de octubre de 2011 , incluído el respaldo de segmentos medios , supone en esta perspectiva un triple mecanismo de gestión:  profundización del rumbo diseñado a partir de 2003 , sostenimiento del empleo y el consumo así como ampliación las políticas de transferencias de ingresos directos e indirectos de gran impacto sobre la base de la pirámide de estratificación social.
RAMBLE TAMBLE.BLOGSPOT.COM

CON LA MIRADA ATENTA EN PARAGUAY...

El engranaje del golpe

Por Emiliano Guido
eguido@miradasalsur.com

Una investigación independiente detalla cómo la masacre campesina de Curuguaty, hecho que precipitó el derrocamiento institucional del presidente Fernando Lugo, fue una fina operación de inteligencia perpetrada por sicarios profesionales.

Según el relato oficial de la prensa paraguaya, unos días antes del golpe político contra el presidente Fernando Lugo, un grupo de campesinos acribilló a sangre fría a seis agentes policiales y resistió un desalojo con la misma pericia profesional que puede desplegar un grupo de elite del Pentágono o los milicianos más preparados de la red Al Qaeda. Ese hecho pasó a la historia como la masacre de Curuguaty, ya que en el enfrentamiento fallecieron 11 labriegos; y, además, fue la punta de lanza con la que la oposición parlamentaria pidió la cabeza de Lugo en un juicio político tan express como desprolijo. Pero, esa versión del suceso hoy está fuertemente cuestionada por un documento de investigación que acaba de ser presentado a la Fiscalía de Curuguaty por la Plataforma de Estudio de Investigación de Conflictos Campesinos (Peicc), una organización que cuenta con el aval de Domingo Laíno, reconocido dirigente por la defensa de los derechos humanos en el país.

El extenso y detallado informe de la Peicc, más de 170 páginas con videos, fotos y pruebas exclusivas que no son reconocidas por el proceso judicial en curso, comienza con una síntesis conceptual demoledora: “La versión que está manejando la fiscalía, y sobre la que basa en exclusividad toda su investigación, es que un grupo de campesinos radicalizados, contando con media docena de viejas escopetas de caza, decidieron plantar cara a más de 300 efectivos policiales, enfrentándose abiertamente contra ellos. El resultado es que esos campesinos consiguieron matar a seis policías de efectivos disparos en la cabeza, sorteando las protecciones, y dejando herido a otro gran número de agentes. Las evidencias encontradas no encajan con esta visión de los hechos”.

Claro, el actual jefe de Estado Federico Franco descalificó al documento como “una antología del disparate” pero, en su momento, la masacre de Curuguaty no sólo agigantó a la derecha paraguaya sino que desconcertó al propio oficialismo. En ese sentido, el sociólogo Hugo Richer, en un artículo publicado en la revista latinoamericana Nueva Sociedad titulado “Seis preguntas y seis respuestas sobre la crisis paraguaya”, recordó días atrás cómo el inicio del fin de la era Lugo se precipitó con el conflicto campesino mencionado: “El hecho generó en los días iniciales una gran confusión en las organizaciones de los Sin Tierra, indignadas porque el gobierno de Lugo causó la muerte de tantos campesinos. Y esa desorientación paralizó, además, la gran fuerza movilizadora de las organizaciones rurales cuando la oposición decidió acelerar el golpe parlamentario”.

En concreto, la investigación, a la que tuvo acceso Miradas al Sur gracias a un colega argentino que trabaja en Paraguay, advierte en su página 16 que: “Los disparos que se escuchan en el enfrentamiento son posiblemente pertenecientes a fusiles automáticos de asalto, ya que la cadencia de disparo entre ellos es menor de 0.30 segundos. En ese caso, si medimos los disparos veremos que la cadencia es cercana a 0.10 segundos. Por lo que respecta al sonido del fusil automático, podría pertenecer con casi total seguridad al M16 norteamericano o su familia (como por ejemplo el M4)”. Este es un párrafo crucial en el informe de la Peicc, en el que trabajó el reconocido periodista José María Quevedo, ya que es imposible que una organización social de base pueda contar con ese tipo de arsenal.

Además, siguiendo la misma hipótesis, los investigadores paraguayos recuerdan que “la práctica totalidad de policías fallecidos y heridos recibieron certeros disparos en la cabeza y el cuello en un período de pocos segundos (aproximadamente 9 segundos), lo que demuestra la precisión de unos disparos realizados por expertos tiradores con sofisticadas armas automáticas, buscando sortear el chaleco antibalas de los policías”. Pero, inclusive, más allá de los detalles técnicos, la Peicc aconseja a la Justicia paraguaya que conserve algo de sentido común y tenga a consideración que “la prueba más relevante de la imposibilidad de que los campesinos diseñaran deliberadamente una emboscada es la presencia de mujeres y niños. Nadie planea una matanza mediante una emboscada involucrando a sus mujeres e hijos en la misma. Ni los guerrilleros más fundamentalistas en los grupos terroristas religiosos lo hacen”.

Mientras tanto, la Fiscalía sigue sosteniendo exactamente lo contrario de las denuncias efectuadas por las organizaciones campesinas. Según los peritos del Ministerio Público local, “los policías fallecidos en la estancia Campos Morombí cayeron en una emboscada preparada y planificada previamente por ocupantes armados”. De este debate, igualmente, queda algo cierto y es que el conflicto social paraguayo comienza y finaliza en la tenencia de la tierra. No es material de prueba en la masacre de Curuguaty pero el informe de la Peicc se preocupa de aclararlo en las tres líneas iniciales de su documento: “Paraguay es uno de los 10 países más desiguales del mundo. El principal medio de producción del país, la tierra, está concentrado en manos de una oligarquía terrateniente. Casi el 90% de la tierra está en manos del 2% de la población”. El 98 por ciento restante de la sociedad trabaja, vive, sueña, resiste, o, directamente, muere en enfrentamientos armados de lo más extraños.

Un pediatra, el candidato de Lugo

Su apellido, Carrillo; y su profesión, médico; hacen que la mención del nuevo candidato presidencial de la izquierda paraguaya no pueda pasar desapercibido en la Argentina. Sin embargo, a diferencia del histórico sanitarista argentino, Aníbal Carrillo Iramain siempre eligió a la pediatría como campo de trabajo y, en lo que refiere a la militancia política, a la principal carta del luguismo para los comicios generales de abril del 2013 se le “reconoce por su larga trayectoria de lucha en contra de la llamada trilogía del terror: Stroessner, las Fuerzas Armadas y el Partido Colorado”, sintetiza el periodista y analista político paraguayo Eduardo Schaerer.
La postulación de Carrillo Iramain por la coalición Frente Guasu (“grande”, en guaraní) fue oficializada el último jueves en un acto político liderado por el, recientemente, derrocado presidente guaraní Fernando Lugo; quién, de esta manera, selló los rumores sobre su supuesto relanzamiento electoral para volver a alcanzar la Jefatura de Estado. Al parecer, según los perfiles políticos publicados por la prensa paraguaya, Carrillo es más bien un dirigente extrapartidario en lo ideológico, éticamente honesto pero portador de un carisma poco seductor. Igualmente, su debut en la primera línea de la política nacional estuvo marcado por un encendido discurso cuando convocó “a la unidad de la izquierda”, y a derrotar en los próximos “a los sojeros ganaderos y latifundistas que tienen alquilados a los políticos”.

Pero, por otro lado, el médico Carrillo no es el único candidato presidencial que propone desmontar el monocultivo sojero como modelo de desarrollo nacional. Otro referente de la izquierda nacional, también sin militancia orgánica, pero con una exposición pública mucho más efervescente, el conductor televisivo Mario Ferreiro, lidera su propia boleta, la coalición Avanza País, que es un desprendimiento del Frente Guasu. Ferreiro, una de las caras más reconocidas de la vidriera mediática paraguaya, felicitó este fin de semana el nombramiento de Carrillo y no descartó “una hipotética alianza electoral con el luguismo, una vez consensuada una base programática en común”.

De esta manera, con dos dirigentes nacionales más o menos bien posicionados en las encuestas, la izquierda paraguaya luce mejor de lo pensando meses atrás para encarar la etapa del post luguismo. Además, si bien los partidos tradicionales Colorado y Liberal pudieron avanzar juntos para coordinar el juicio político express contra el ex obispo de San Pedro, perdura entre ellos varias rencillas que hacen imposible pensar en un frente electoral unificado. Por lo pronto, según la consultora paraguaya First Análisis Estudios, el dirigente liberal Efraín Alegre encabeza los sondeos de preferencia para el 2013 con un 28% de adhesión, y a pasitos lo sigue el terrateniente colorado Horacio Cartes, presumiblemente vinculado al narco local según varias investigaciones periodísticas.
Recapitulando, el luguismo tendrá que dirimir más pronto que tarde con que figura irá a pelear los comicios nacionales. Pero, en principio, está lejos de ser una expresión marginal de la política local. Bernardo Coronel, un historiador paraguayo que suele escribir ensayos para varios portales latinoamericanos, se permitió mostrarse bastante optimista en su último artículo: “En las últimas semanas el panorama empezó a cambiar, el Frente Guasu organizó un acto en el interior del país, logrando movilizar a unas 10 mil personas en un improvisado acto donde el principal orador fue Fernando Lugo. A pesar de los pocos logros durante sus cuatro años de gestión, el ex obispo mantiene una alta popularidad frente a los desgatados partidos tradicionales, que hoy presentan candidatos que no generan expectativas para el campo popular. Además, el otro sector de izquierda liderado por Mario Ferreiro, concita alrededor del 17% de las preferencias en las encuestas de opinión”.

11/11/12 Miradas al Sur
GB

EL ESTADO Y LA LIBERTAD DE EXPRESION

“El Estado viene a garantizar la libertad de expresión y el derecho a estar informados”
El presidente de la Afsca, Martín Sabbatella, aseguró que el Estado "viene a cumplir con la ley" y "garantizar el servicio y las fuentes de trabajo del conjunto de los trabajadores", así como también "la libertad de expresión y el derecho a estar informados".

"El Estado no viene ni a estatizar ni a expropiar a nadie, lo que viene a hacer es cumplir la ley y garantizar el servicio y las fuentes de trabajo del conjunto de los trabajadores", dijo el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual al ser consultado sobre el 7 de diciembre, fecha establecida por la Corte Suprema de Justicia para que todos los grupos económicos se adecuen a la Ley de Medios.

Sabbatella hizo estas declaraciones en el edificio de la ex Esma, donde este lunes participó junto con el ministro de Educación, Alberto Sileoni, del “Primer Encuentro de Intercambio y Producción Multimedia”, que organizó la cartera educativa con el Canal Encuentro, para estudiantes de tercer y cuarto año del secundario.

En el mismo encuentro, que continúa mañana en el Auditorio Haroldo Conti de la ex Esma, el ministro de Educación aseguró que con la ley de medios se está "rompiendo con un sentido común que no era objetivo", y se está "reconociendo que no hay miradas ingenuas ni neutrales".

Sabbatella se expresó en el mismo sentido, y señaló que la ley de Medios "es una ley de la democracia, que votó el Congreso, y que garantiza la libertad de expresión y el derecho a estar informado".

"La ley no es para un grupo ni para tres, es para todos", advirtió el funcionario y ex diputado, que admitió que Clarín es el grupo mediático que "más excede lo que prevé la ley", y también "el único que dice públicamente que no va a cumplir con la ley".

"Es cierto que se habla sobre todo de un grupo, y es porque es el que más excede lo que prevé la ley, es el que más cantidad de medios tiene, es el más concentrado mediáticamente, y el único que ha expresado públicamente que no va a cumplir la ley", dijo Sabbatella.

Enseguida se preguntó porqué un grupo empresario cree que "está por encima de la ley, de la democracia, de los poderes del Estado, de la Justicia, del Parlamento y del Poder Ejecutivo", y afirmó que consideran eso porque "durante muchísimos años marcaron el rumbo del país".

"Lo que no saben, o no quieren saber, lo que no entienden, o no quieren entender, es que desde el 2003 en adelante la Argentina decidió el rumbo del país, y lo decidió democráticamente", consignó.

El presidente de la AFSCA además reiteró que esta semana, entre miércoles y jueves, va a presentar el cuadro de situación del conjunto de los grupos de medios que están por encima de lo que la ley establece, tanto en porcentaje de mercado como en cantidad de licencias.

Además, dijo que en esa conferencia también explicará cómo será la acción de oficio para aquellos grupos que no hayan hecho su proceso de adecuación voluntariamente antes del 7 de diciembre.

La acción de oficio, agregó el titular de la AFSCA, incluye la tasación y selección de licencias a licitar y la posterior licitación de las mismas.

"Sabemos que uno de los grupos ha dicho que no va cumplir con la ley, y para ese caso el 8 de diciembre se inicia el proceso de adecuación de oficio de la AFSCA", ejemplificó Sabbatella en referencia a Clarín.

Sabbatella dijo también que el grupo Clarín quiere "generar debate" y por eso dicen que "tal conductor, o tal periodista no van a estar más" después del 7 de diciembre.

"Nada de eso es verdad, porque la ley no se mete ni con los programas ni con los periodistas, si va a estar (Marcelo) Tinelli o (Adrián) Suar. La ley sólo discute quién es el titular de los medios, y dice que si hay 30 licencias, no pueden estar en manos de uno, sino de tres. Lo demás sigue siendo la opción del pueblo argentino de ver lo que quiera ver", explicó el titular del Afsca.

Reiteró, asimismo, que "la ley garantiza que haya más opciones laborales, porque permite mayor diversidad de unidades productivas en todo el país", al mismo tiempo que subrayó que "es requisito de quien se haga cargo de las licencias (que queden al margen del proceso voluntario de adecuación) garantizar los puestos de trabajo y el servicio que ofrecen".

"Ningún país puede vivir si no se cumple la ley, y no puede haber alguien que cuando se levanta a la mañana decide qué ley va a cumplir y con qué ley no lo va a hacer", advirtió.

El 7 de diciembre los grupos mediáticos tienen que haber presentado el plan de adecuación para estar dentro de la ley.

Para los que no lo hubieran hecho, el Afsca actuará de oficio procediendo a tasar los bienes, seleccionar licencias que excedan lo que determina la ley y luego licitarlas.

"Lo que ves hoy por televisión, lo vas a seguir viendo y vas a ver más, nunca menos que eso, porque vas a tener las opciones actuales más otras", aseveró.

12/11/12 Télam
GB
 

LA CLASE OBRERA MOYANISTA Y MICHELISTA

LA HUELGA CONVOCADA PARA EL PROXIMO MARTES POR MOYANO Y MICHELIAl paro juntos, a la marcha no
La CGT y la CTA opositoras confirmaron la medida de fuerza. Tras reunirse con Moyano, Micheli aseguró que ambos iban a encabezar un acto en Plaza de Mayo. Pero luego el moyanismo informó que la decisión había sido modificada y que el camionero no iría.

La CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli confirmaron un paro para el próximo martes 20. Así lo ratificó ayer Micheli después de mantener una reunión con el dirigente de la CGT en la sede de Camioneros. Al salir del encuentro, el líder de la CTA opositora anticipó incluso que Moyano iba a estar con él en el acto de cierre en la Plaza de Mayo, pero fuentes del moyanismo aclararon más tarde que el camionero había revisado esa decisión y no irá a la plaza.

La decisión de dar marcha atrás habría sido tomada después de una ronda de consultas con los integrantes de la CGT moyanista.

Algo similar había pasado en el primer paro conjunto que hicieron las dos centrales opositoras, el 11 de octubre, cuando Moyano no fue al acto junto a la Pirámide de Mayo alegando que se había comprometido a estar en otra actividad con Gerónimo “Momo” Venegas.

Lo que quedó confirmado fue la convocatoria a la huelga para el día 20, en reclamo de la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, la universalización del salario familiar y un aumento de emergencia para los jubilados y pensionados.

Para ese día, la CTA prepara cortes de rutas. “Recomiendo a la gente no salir ese día, a menos que sea para ir a la movilización”, dijo Micheli. Aseguró que habrá “cien cortes de rutas, puentes y vías”.

Tras el quiebre de la CTA, el dirigente de ATE viene haciendo un esfuerzo sostenido por lograr “la unidad en la acción” con el camionero. Tras la ausencia de Moyano en la marcha del 11 de octubre, Micheli y el camionero encabezaron el 24 de octubre una manifestación frente al Congreso en contra de la nueva ley de ART. Compartieron incluso el palco, pero evitaron los discursos.

A la marcha del próximo 20 se sumarán la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y la Federación Agraria, según confirmó ayer Eduardo Buzzi. El dirigente ruralista abrió el paraguas sobre la capacidad de movilización de los sectores que irán a la Plaza de Mayo. “Va a quedar chica comparada con el 8N”, intentó bromear. Luego apuntó que “si se para el país, estamos mostrando que no importa el número, sino el reclamo por jubilación, mínimo de ganancias, pymes, chacareros y consumidores”.

También participarán del paro los gremios de la CGT Azul y Blanca que lidera el gastronómico Luis Barrionuevo.

Moyano eludió hablar públicamente del paro, aunque sus voceros hicieron saber que hoy el consejo de su CGT tiene previsto reunirse y lanzará formalmente la convocatoria a la huelga.

El camionero se limitó a hablar por Radio Mitre para dar su lectura sobre el cacerolazo del 8N y centrarse en la figura de la presidenta Cristina Kirchner. “Es lamentable que después de un reclamo y movilización multitudinaria como la del 8, desconozca el reclamo”, sostuvo. En cuanto a los temas gremiales, insistió en la suba del piso de Ganancias. “Los aumentos del salario se los lleva el Gobierno. Los empresarios hacen esfuerzos para pagar un porcentaje y ese porcentaje el trabajador no lo percibe, no se ve nada porque se lo lleva el Estado.”
12/11/12 Página|12
GB