viernes, 12 de octubre de 2012

GENDARMES Y PREFECTOS....POR ERNESTO JAURETCHE.

¡Viva la Patria, aunque yo perezca!
Lo que dejó la protesta de gendarmes y prefectos

La sociedad argentina los respeta por su entrega y coraje, pero nada les debe; ellos son los que deben.

Por Ernesto Jauretche

La frase, atribuida al sargento Cabral, no se parece en nada al talante cuasi subversivo que permeó la protesta por una mala liquidación de haberes de tantos gendarmes y prefectos quizás coprovincianos del héroe de San Lorenzo. Son los que visten una respetable chaqueta de autoridad. Pero que dan un mal ejemplo.

No estoy instruido especialmente para opinar del tema. Lo digo como militante y combatiente del bando popular. Apelo a la trágica memoria de una confrontación fatal que desplegamos en el pasado; pero que se acabó, y nosotros queremos que para siempre. Otros la quieren resucitar. Si somos ciudadanos virtuosos: ¡Cuidado!

Las generalizaciones se repiten. Ninguna reivindicación individual ni sectorial puede estar por encima del aprecio a las instituciones constitucionales, los órdenes jerárquicos, las cadenas de mando en el caso y el trato pacífico de la dificultad; mucho menos conspirar contra la suprema autoridad presidencial, que –la hayas votado o no– representa el interés nacional. Es vital que todos los ciudadanos, con uniforme o sin él, sepan respetar las reglas de juego para convivir en democracia. Tanto más, es premisa previa que ninguna fuerza armada por el Estado quiera hacer valer como privilegio su poder de fuego.

Para entender llanamente las causas del reciente conflicto y medir sus consecuencias, es preciso historizarlo. Al tratarlo como una simple demanda laboral que aqueja a las fuerzas de seguridad, se lo minimiza; es inevitable acudir al contexto histórico en que se desarrolla para poder observarlo desde la política y asumirlo en toda su grave dimensión.

A partir de 1955, las fuerzas de seguridad, así como las policías federal y provinciales, fueron subordinadas a la conducción militar, hecho que adquirió horrorosa dimensión en el marco de la doctrina de la seguridad nacional. No sería justo imputarles determinación en la sedición y los golpes de Estado, pero no fue menor su compromiso con la tortura a los detenidos, la violencia contra las personas, las desapariciones y la colaboración en otros delitos de lesa humanidad.

Sin embargo, una vez finalizada la guerra fría y alcanzado un satisfactorio grado de participación popular en los gobiernos democráticos que habitan el continente desde hace ya un par de décadas, las Fuerzas Armadas dejaron de ser meros policías, renunciaron por imperio de las circunstancias al rol tutelar que se habían autoasignado y aceptaron desplegar el papel que nunca debieron haber abandonado: la defensa nacional. Y, en su homenaje, pese a su falta de gimnasia democrática, lo están haciendo bien: el enemigo no está adentro, es el imperialismo (tal vez debiéramos llamar la atención de algunos prefectos y gendarmes para que tengan esto en cuenta).

Pero nuevos y complejos problemas se abatieron sobre las sociedades globalizadas del siglo XXI, crecientemente corroídas por modalidades de delito propias del sistema capitalista: la corrupción, el crimen organizado, el narcotráfico, la trata de personas. En fin, lo que en la Argentina y en todo el mundo occidental está oxidando la convivencia y amenazando a las instituciones: la inseguridad urbana. En ese contexto es que las policías y fuerzas de seguridad fueron adquiriendo creciente protagonismo y, como correlato, sumaron espacios de poder en el conflicto político. Que esa mudanza no signifique volver atrás.

En la Argentina, hasta hace poco, las fuerzas de seguridad dependieron del ministro de Justicia y luego, del jefe de Gabinete. En ese período, la tendencia predominante para resolver problemas fue la práctica de negociaciones –a veces non sanctas– con las cúpulas de esas fuerzas. Pero el modelo de conducción era vetusto y conspiraba contra todo intento decoroso de abordaje de los renovados problemas de la inseguridad ciudadana. El caso actual de la bonaerense es paradigmático.

Las secuelas de ese anacronismo están en el origen de la cuestión salarial que movilizó a prefectos y gendarmes en estos días. Los hombres y mujeres que integran tanto la Prefectura como la Gendarmería no son trabajadores asalariados en relación de dependencia; por su condición social, proletarios, si se quisiera. No. Los diferencia que son personal de los aparatos de seguridad del Estado, delegados al servicio del monopolio legal de la violencia. No sólo manejan embarcaciones o computadoras: son depositarios y artífices del uso de las armas que la Nación les provee para que protejan a todo el pueblo. Es claro: profesionalmente, no se parecen en nada a un obrero de la construcción ni a un empleado público atrás de su escritorio.

Los ricos custodian sus patrimonios pagando primas de seguros bancarios y agentes privados; la tranquilidad de los pobres (incluso las familias de gendarmes y prefectos) está a merced de la honestidad y vocación de servicio de los agentes policiales y fuerzas de seguridad que paga el Estado con dinero de todos los argentinos. Es elemental, vale recodarlo: su tarea es la paz, no la guerra.

Por eso hoy no son oportunos ni lógicos los desfiles militares ni las consignas de altisonante patriotismo y religiosidad con que en otras tramas históricas fueron convocados para reprimir al pueblo. No otra vez.

Es lamentable, pero últimamente hemos presenciado en Ecuador, Bolivia y Brasil, y otros barrios, motines mucho más graves que las modestas manifestaciones ante los edificios Guardacostas y Centinela. Lastimosa es su imitación en nuestro país. Soldados, milicias, custodios armados del orden y el libre albedrío, ¿no aprendimos nada?

La creación del Ministerio de Seguridad fue una respuesta del poder civil acorde con las demandas organizativas y los desafíos que plantea la nueva época, e implicó un profundo giro político, modernizador y adecuado a los sistemas de participación social intrínsecos a la democracia. Era hora: las fuerzas de seguridad se sometieron orgánicamente a la conducción política. A esta, y no a gabinetes conspirativos, les corresponde ahora elaborar las medidas específicas de protección ciudadana y combate al delito y diseñar políticas de seguridad basadas en criterios sociales y de Derechos Humanos.

Como parte de tales procesos de perfeccionamiento y cambio de las relaciones entre el poder político y las fuerzas de seguridad, se implementó el Decreto 1307/2012, que vino a finiquitar una larga historia de litigios y eventos legales que terminaban beneficiando a una minoría aplicada a judicializar sus demandas por sobre el conjunto de los miembros de ambas fuerzas, alentados, sí, por los profesionales de la industria del juicio. El decreto tiene entonces, dos propósitos: elevar sustancialmente los haberes de la gran mayoría de los efectivos de las fuerzas mediante una recomposición salarial, y reordenar la escala salarial para evitar situaciones injustas y desiguales producto de las distintas cautelares. Con estos objetivos se crea un nuevo escalafón para Prefectura y Gendarmería. La medida normaliza la situación de aquellos efectivos que cobraban un sueldo desproporcionado en relación con su posición escalafonaria como resultado de fallos judiciales individuales. El cuerpo se beneficia por la aplicación de una categorización única y un sueldo completamente conformado. Como es norma ética del gobierno popular, propende a la igualdad.

El decreto establece expresamente en su artículo sexto que ningún efectivo que no estuviera judicializado podría ver reducido su salario. Es en este punto donde se produjo un error o acaso una maniobra en la liquidación salarial, tal como señaló el jefe de Gabinete de Ministros Juan Manuel Abal Medina. No es la primera vez que por ineficacia o sabotaje se cometen errores de liquidación en los salarios de los empleados públicos. Pero no por ello los sencillos servidores han acudido a la ostentación de la violencia.

En cambio, fugitivos de una gesta, con tronar de redoblantes y clarines, insolentes, amparados bajo una enseña nacional cautiva del beneficio privado, prefectos y gendarmes fueron inducidos por agentes del desaliento y el desprecio a creer que protagonizaron una épica patriótica, cuando apenas si están defendiendo el contenido de sus bolsillos. La sociedad argentina los respeta por su entrega y coraje, pero nada les debe; ellos son los que deben. Esperamos pacientemente una autocrítica de la participación de las fuerzas de seguridad en el genocidio de los '70. La necesitamos. Si lo hicieran, por fin dejarían de llamarse con el calificativo elitista de "camaradas" (que supone de armas); serán, legítima y orgullosamente, mucho más que eso: serán compañeros (de labores colectivas y de ideales).

Seguro que hay entre ellos quienes escuchan a aquellos que se proclaman vencedores de una imaginaria guerra contra la subversión. Parecen no haber entendido lo que tan sencillamente enrostra el Coronel Kurtz (Marlon Brando) al capitán Willard (Martin Sheen) en Apocalypse Now (1979): "Usted es el mandadero de unos tenderos que lo enviaron a cobrar la cuenta." Es llegado el momento de que los hombres y mujeres, trabajadores de la seguridad, servidores públicos honestos y eficientes, asuman un nuevo compromiso frente a las instituciones, la democracia popular y un modelo económico que los tiene entre sus beneficiados. No están defendiendo la Patria sino planteando una reivindicación económica sectorial. El resto de sus demandas políticas les corre por su ciudadanía: votarán a quien se les ocurra.

La Patria no es patrimonio de los uniformados, es la heredad real y simbólica del pueblo. Sólo en ese orden la detentan: son parte del humilde pueblo trabajador, "que no debe dejarse engañar por los que nos sometieron a humillaciones durante años, por los que asesinaron, torturaron y persiguieron a compatriotas para que unos pocos empresarios se llenen los bolsillos".

12/10/12 Tiempo Argentino
GB

EL AGRONEGOCIO

RECLAMO FRENTE AL CONGRESO POR EL CRIMEN DE UN MILITANTE DEL MOCASE EN SANTIAGO DEL ESTERO
“Ni un muerto más por el agronegocio”
Organizaciones sociales exigieron justicia por el asesinato de Miguel Galván, ocurrido el miércoles pasado. Denunciaron la persecución y amenazas a campesinos e indígenas y reclamaron la sanción de una ley que frene los desalojos.

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-VC) y organizaciones sociales y políticas se concentraron ayer por la tarde frente al Congreso de la Nación para exigir “juicio y castigo a los responsables materiales, ideológicos y políticos del asesinato del campesino Miguel Galván”, ocurrido el último miércoles y por el que acusan al empleado de un empresario agropecuario que habría actuado como sicario. “Nuestra lucha va a continuar, no queremos ni un muerto más por la violencia del agronegocio”, dijo a Página/12 Ricardo Cuellar, integrante del Mocase-VC y representante del pueblo Lule Vilela, etnia a la que también pertenecía la víctima.

Encabezado por el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) y su expresión santiagueña, el Mocase-VC, cerca de las 14 arrancó el acto central en un escenario improvisado sobre la avenida Rivadavia, frente al Congreso. “Esta movilización la hacemos para repudiar la violencia que venimos sufriendo y que cada vez se lleva consigo más vidas”, expresó Cuellar. “Estamos conmovidos y hoy (por ayer) vinimos hasta Buenos Aires para buscar apoyo a nivel nacional, porque en nuestra provincia estamos olvidados por la política que lleva adelante el gobernador Gerardo Zamora, quien parece que se ha dejado dominar por todos los empresarios sojeros que vienen a quedarse con nuestra tierra y a destruirla”, añadió.

“Denunciamos hace años que se venían instalando en nuestras tierras empresarios que tienen bandas armadas que nos vienen a provocar día tras día. De estos hechos, los funcionarios de Santiago del Estero están enterados, ya que ellos mismos crearon un Comité de Crisis (para gestionar el conflicto de tierras) y constataron la gravedad de los episodios que las familias campesinas venían denunciando por parte de empresarios y grupos armados que responden a ellos. Vemos que la policía y los jueces no actúan y tenemos que lamentar otra víctima en nuestras tierras”, agregó Cuellar. “No queremos contaminación, por eso exigimos a los gobiernos que nos respeten y nos entreguen lo nuestro”, añadió.

Por su parte, Marcelo Palmar, miembro del Mocase-VC, dijo que “el gobierno santiagueño pareciera que está más interesado en defender a los empresarios agropecuarios y a sus bandas armadas, que en escuchar nuestro reclamo y defender la vida”. “Ya no está quedando territorio en el norte de la provincia, porque los empresarios sojeros están avanzando indiscriminadamente alambrando el territorio de las comunidades indígenas apoyados, claramente, por los funcionarios locales que los avalan”, agregó.

Del acto también participaron las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Nora Cortiñas y Mirta Baravalle. “Basta de tapar a la gente que reclama sus tierras. Hoy pedimos que se cumpla el convenio 169 –que implica el reconocimiento de mayores derechos a los pueblos indígenas– y las leyes para la devolución de las tierras, para que se frenen los desalojos a los campesinos y a los pueblos indígenas”, dijo Cortiñas. “Esos desa-lojos llevan al malestar y luego a la muerte. Hay que luchar hasta vencer, para que los responsables devuelvan las tierras, para que no persigan y no maten”, añadió.

Además, Cortiñas sostuvo que Madres de Plaza de Mayo-LF “repudia esta muerte y la persecución en las muertes que ocurrieron en la colonia qom La Primavera, en Formosa, y las amenazas que sufre Félix Díaz”. Mirta Baravalle expresó que “las Madres lamentan que otro inocente muera por querer defender su territorio”. “Lamentablemente, los funcionarios ya sabían que podía haber otro crimen, dejando al desamparo emocional a toda su comunidad por la pérdida de un ser querido, y no hicieron nada por impedirlo.”

Julián Roqué, dirigente del Mocase-VC, señaló que “hay responsabilidades muy grandes y muy graves desde lo político por hechos que hoy tenemos que lamentar con muertes”. “Le decimos al gobernador Zamora que se tiene que hacer cargo políticamente del conflicto de tierras y hace vista al costado. Pedimos que cumpla con el deber de funcionario público, porque está para velar por los derechos humanos y por la vida de los campesinos”, añadió. Por su parte, Raimundo Laudero, integrante del MNCI de Mendoza, comentó que “hay otro compañero asesinado, víctima del avance del agronegocio y el capital sobre las familias campesinas”. “Mostramos nuestro repudio y exigimos el urgente tratamiento de la ‘ley para frenar los desalojos de comunidades campesinas’ (ver aparte), que se llama Cristian Ferreyra, en honor a nuestro compañero que también fue asesinado hace casi un año por un empresario sojero en Santiago del Estero”, agregó.

Participaron del encuentro agrupaciones políticas sociales como Movimiento Evita, Los Pibes, Partido Obrero, Proyecto Sur, entre otros, que junto a las organizaciones campesinas corearon “Ni un muerto más, la tierra es nuestra”. También adhirieron al pedido de justicia por Galván varios diputados nacionales. Los reclamos continuarán hoy desde las 8.30, cuando el Mocase-VC y diversas organizaciones sociales y políticas se concentren en el Parque Aguirre, en la capital santiagueña.

El asesinato de Galván ocurrió el último miércoles por la tarde y en la puerta de su casa, cuando un hombre que responde a un empresario agropecuario salteño llegó a la casa de la víctima y lo mató de una puñalada en la yugular. La familia Galván había denunciado en varias oportunidades amenazas de muerte y golpizas por parte del supuesto sicario y allegados a él. La Policía Regional Nº 5 de Monte Quemado “confirmó que se realizó la autopsia correspondiente a la víctima para determinar las causas del deceso, y que en los próximos días se darán a conocer los resultados”. Sin embargo, la policía local no brindó datos precisos sobre el supuesto autor material del crimen.

Informe: Sabrina Améndola.
el ortiba.org

GB

jueves, 11 de octubre de 2012

LOS POBRE PREFECTOS Y GENDARMES

Por:
INFOnews

El 10 de mayo de 2011, en una resolución, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal daba cuenta del irregular accionar de un juez correntino que en menos de una hora dictó medidas cautelares que involucraban a 17.060 gendarmes. Es decir, más del 50 por ciento del total de los efectivos de la fuerza.
Lo más notable de la situación es que el magistrado, en el mismo fallo en que daba lugar a las cautelares, se declaraba incompetente para seguir adelante.

Gendarmes protestando.
Gendarmes protestando.

Las cautelares ordenaron "al Director Nacional de Gendarmería Nacional que los suplementos salariales reclamados se incorporen en un 100% al concepto sueldo como remunerativos y bonificables, estableciendo que Contaduría General de Gendarmería deberá efectuar la reserva pertinente en el presupuesto de la Fuerza para cumplir con la medida".
El tribunal de la Cámara presidido por el Dr. Jorge Eduardo Morán dio cuenta de la situación irregular que se había desarrollado en cuatro causas a cargo del Juzgado Civil y Comercial, de Menores y Familia de Santo Tomé, Corrientes, a cargo de Humberto C. de Biase Echevarría. En el marco de los cuatro procesos judiciales se involucraba a los 17.060 efectivos.
Según el fallo de la Cámara, "el magistrado (Humberto C de Biase Echevarría) hizo lugar el día lunes 13 de diciembre de 2010 -en las cuatro causas- a las medidas cautelares que involucran a 17.060 actores en los expedientes reseñados; integrados únicamente por el escrito de inicio, la concesión de la medida precautoria, su apelación y la remisión a este tribunal".
Además, se destaca que "el juez, en la misma resolución cautelar, decidió declarar su incompetencia -en los 4 expedientes- para conocer el pleito, remitiendo sin más, las referidas actuaciones a la Oficina de Asignación de Causas del fuero".
En vistas de los sucedido, el tribunal califica de "excepcional situación" y determina "ponerla en conocimiento tanto del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Corrientes como del Consejo de Magistratura provincial" y que "es procedente hacer saber las circunstancias señaladas a la Corte Suprema de Justicia de la Nación a sus efectos y notificar a Gendarmería Nacional la situación planteada".
Otra curiosidad que presentaban las causas es que las cuatro eran representadas por la misma abogada, la Dr. Josefa Raquel Milán.

GB

DE PLAZA DE MAYO A MIAMI, (PABLO MICHELI)

Por:
INFOnews

El dirigente sindical viajó anoche hacia Miami a pocas horas de anunciar un paro nacional del sector opositor de la CTA, ante 10 mil personas en Plaza de Mayo. El vuelo 908 de Americans Airlines partió a las 22.45 y llegó hoy a las 7.24 con el dirigente opositor a bordo.
En su discurso de ayer, el sindicalista defendió la protesta de los caceroleros y de los efectivos de la Gendarmería Nacional y Prefectura Naval. Desde el escenario ubicado en el centro de la Plaza, el titular de la CTA opositora también anunció una movilización al Congreso nacional contra la ley de ART, y advirtió que junto con la central obrera que conduce Hugo Moyano realizarán un “paro nacional” antes de fin de año.
"No va a terminar este año sin que hagamos ese paro nacional, sin que se mueva una sola pluma", sentenció Micheli. La movilización contó con el apoyo del Sindicato de Camioneros y otros gremios afines a la CGT Azopardo, la Federación Agraria y organizaciones sociales.

gb

INFANCIA CLANDESTINA, OPINION.




ZERMOGLIO, SARA 1

ZERMOGLIO, Sara Ernesta.
Nació en Haedo, provincia de Buenos Aires, el 5 de mayo de 1952. Tenía al menos 6 sobrenombres: “Charo”, “Carmen”. “María”. “La Tucu”, “La Flaca”. “María Estrada”.  Estudiante de Antropología. Militante montonera. Esposa y compañera del Comandante Montonero Horacio Mendizábal. Secuestrada-desaparecida el 13 de octubre de 1979, a la edad de 27 años, en la misma ciudad que la vio nacer.



Infancia Clandestina, verla, nos resulta imprescindible. 

Sufres porque me aleja/ la fe de una mañana/ que busco afanoso/ tan solo por ti.
Y es un collar de estrellas/ que tibio desgranan/ tus ojos hermosos/ llorándome así.
Sueño de juventud/ que muere en tu adiós/tímida remembranza/que añoraré,
canto de una esperanza/que ambicioné/acariciando tu alma/en mi soledad.
                                                            Sueño de Juventud, fragmento,
                                                           Enrique Santos Discépolo.

     El año 1979 por sí mismo, nada nos dice, sabemos que forma parte de los años de plomo, de los años de la Dictadura, de la noche mas oscura, de la represión y el genocidio. Y así podríamos seguir enumerando calificativos que enmarquen aquél período el cual,  bueno es decirlo, ha sido resignificado no solo por la recuperación  de la ESMA en el año 2004  durante la presidencia del dr.  Néstor Kirchner como espacio de la memoria, sino también, y fundamentalmente, por el impulso dado a  los juicios masivos contra los crímenes de lesa humanidad.
    Y es en esta resignificación precisamente que debemos situar a Infancia Clandestina, ya que amplía el ya de por sí abarcativo concepto político y ético de los Derechos Humanos, dotando de cuerpo y alma a quienes fueron protagonistas de una etapa aún abierta  de nuestra Historia Contemporánea, por donde circulan las interpretaciones variopintas y dan vida a la lucha de los Relatos.
    En cada escena se deslizan los conceptos plenos e indiscutibles hoy como categorías políticas tales como: Madre, Hijo, Abuela, Militancia, Ideales, Lucha, Violencia Política, Compromiso, Ideología, Conciencia, Compañero, Generación; y lo hacen inmersos en la vida simple del hombre y la mujer común, que ama, teme, ríe, bebe, baila, y recrea cada instante como si fuera (es) el último.  
¿Qué ocurrió un año después del Mundial ‘ 78 en nuestro país?
     El título de la película, que acerca al gran público al año en cuestión, y lo ubica con su narrativa visual en aquella Historia Corta y contemporánea, nos habla además de La Contraofensiva Montonera. Un  hecho político y militar protagonizado por cientos de militantes quienes, mas allá de la apreciación errónea de quienes la planificaron y ejecutaron, logró  demostrar a tres años del inicio del golpe del 24 de marzo del año 1976, que la mística militante de la juventud nacida al calor de la Resistencia Peronista de finales de los años sesenta y comienzos de los años setenta sobrevivía potenciando sus actos en una praxis sin respiro.
Compromiso y Lealtad a una causa (la de un peronismo que no da tregua a un país para pocos, exclusivo y excluyente) que aún sigue batallando desde diferentes ángulos en mentes y corazones que resisten mundos globales con valores neoliberales.
     Infancia Clandestina puede ser como toda película, muchas cosas, y está bien ya que se reconstruye  de acuerdo a la visión subjetiva del receptor; pero esencialmente nos cuenta la Historia de una familia de militantes montoneros desde la óptica de un niño de apenas 12 años, quien regresa desde su exilio en Cuba, junto a sus padres y su pequeña hermanita, a protagonizar el supuesto enfrentamiento final con la Junta Militar. Una vez mas, un hijo nos pone de frente a la historia reciente de nuestro país.
     Con sutiles imágenes de la violencia retratada por medio de dibujos animados, la película  nos muestra desde el ataque sufrido en el año 1975  por la familia protagonista que los obliga al exilio, el extrañamiento propiamente dicho, hasta los eventos mas trágicos en aquél año 1979. Y en este punto, el de la violencia que podría haber teñido toda la historia, precisamente no radica la trama del  relato, al contrario, lo cotidiano en aquél mundo de ficción, entendida ésta última no solamente como producto del largometraje y sus actores, sino también, y de acuerdo a la época, como herramienta que salve sus vidas; porque los personajes navegan entre el ocultamiento de sus identidades y la puesta en escena de su identidad militante del modo mas crudo y sin “vuelta atrás”. La vida para ellos, pasa a transformarse en un escenario.
     Y fluyen en aquél cotidiano, en  ese contexto guerrero, el amor pre-adolescente de Ernesto-Juan y  el cuidado de su hermanita ante un posible enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, la relación con su madre, natural en su dulzura, en sus juegos en una plaza de barrio,  y en los retos “no convencionales” de una mamá clandestina a su hijo “clandestino”, el colegio, la timidez del “nuevo”, los recreos, las excursiones y ese sabor niño en las miradas que aparece en la placidez del encuentro amoroso o del drama.
    La relación con su tío, compinches en cómo enamorar a la compañerita de Ernesto-Juan, eternizado en ese diálogo entre ambos, donde el maní con chocolate en cuyas cajas se esconden los implementos de propaganda política y militar ( la cobertura de su accionar es una camioneta que transporta esta golosina), forma parte de un ritual de amor que su tío le transmite, al tiempo que la escena  íntima entre ambos nos muestra cómo construyen un lazo entrañable, posicionando al tío como un guerrillero que también puede enseñar a su sobrino “de hombre a hombre” qué significa amar en esa edad donde el amor lo puede ser todo.
     El cumpleaños del niño, todo un hecho conflictivo que pone en peligro la seguridad de la casa operativa, bancado por el tío a pesar del padre y de la madre quienes anteponen la rigurosidad ideológica y militar del proyecto antes que la piñata y el baile cumpleañero. La llegada de la abuela materna, oculta y vendada, que produce un punto de alta dramaticidad que llega a su clímax en la discusión con su hija por la tenencia de los nietos. Miedo es la palabra que envuelve la atmósfera, y ya no se oculta, y es pronunciada por todos los protagonistas de la escena, pero con diferentes tonos, alcances, significados (como si el miedo en esas circunstancias tuviera algún grado que lo diferencie de acuerdo a quien lo pronuncie con la vos o con su mirada).El concepto guerrillero, que se desgrana en el aire y cala hondo y aturde a quienes  no acostumbran o acostumbraban  pronunciarlo;  y  el verdadero nombre del protagonista principal, Juan, que su abuela no pronuncia (le dice pollito), porque le recuerda “a ese Perón”. Y será por este motivo profundamente cultural e ideológico, la causa por la cual nunca le pudo decir Juan a su nieto, motivos que desnudan la impotencia en la discusión entre madre e hija,
No pareciera haber síntesis en esa, en esta batalla, sí quizás en su abrazo materno-filial, femenino.
     La historia que se cuenta, por otra parte,  tiene rigor, porque son verdades objetivas; desde el método que se empleaba para entrar al país a través de la frontera con Brasil ,  utilizando otras parejas de militantes que se hicieran pasar por padres biológicos con el objetivo de despistar los controles militares ( en la historia real, miembros de la custodia del jefe montonero Horacio Mendizábal, es una pareja que se hace pasar por turistas uruguayos y así poder “entrar” a los niños al país);  los asados entre compañeros y compañeras que se reencontraban, las guitarreadas, el orden cerrado que consistía en una formación militar en aquellas casas operativas escuchando la arenga del responsable del grupo y que terminaba con un ahogado “Viva la Patria-Perón o Muerte”, el recuerdo en esas mismas formaciones de los y las compañeros caídos en combate, las citas ”cantadas”.
     Las discusiones de los protagonistas sobre aquella realidad asfixiante de lo clandestino, retratado en sus miradas furtivas, esos ojos que giraban 360 grados de manera permanente, porque la muerte no era solo el resultado de la “velocidad de las balas”, podía llegar a ser un abismo insondable en manos de los verdugos, y no solamente el propio.
     La Contraofensiva, entonces, se inscribe en este relato, en un contexto en el cual casi nada queda de aquellas banderas de la primavera del ’73. Ni siquiera las contradicciones con el General Perón de índole política, metodológica, ideológica; ni Patria Peronista, ni Patria Socialista. La mirada del director, Benjamín Avila, hijo de Carmen, Sara Zermoglio, desaparecida en el mes de octubre del año 1979, puesta en los ojos del niño-actor, es una filmación epocal que nos pone vivos ante el dolor y la muerte, rescata memorias individuales y colectivas, pone en autos para quienes  el presente debería aún ocultar y construir en consecuencia “dos demonios”.
     Relata vivencias de una Generación que debe seguir siendo repolitizada en sus sueños, esperanzas y acciones, (de lo contrario se la vuelve a desaparecer),  y su militancia de vida, en este caso, de los jóvenes que se asumieron como peronistas y montoneros y que decidieron volver a su país en medio del genocidio, es la que se muestra y demuestra en Infancia; y como decíamos, sin Perón, y sin esas mayorías populares que se soñaban propias, revolucionarias, plenas de Octubre.
Volvieron al país sin maravillas ni Evitas protectoras, huérfanos a buscar en su accionar resistente  la reafirmación de su Identidad.
     Será por ésta, la identidad recuperada que emociona y violenta recordar, sueños de juventud y derrotas, misticismos y voluntades, dignidades; sí sobre todo esto último, dignidad, creo que por ella también nos resulta imprescindible verla.
MAS ALLA DE LA ESCENA.
     La denominada Contraofensiva montonera se inscribió en aquello que la Conduccíón de esta organización político -militar, calificó, no sin gruesos errores de apreciación, como el final de una etapa que protagonizó la Dictadura y el inicio de otra que  inmediatamente movilizaría a los trabajadores hacia Plaza de Mayo en jornadas de lucha, “convencidos” además de la jefatura revolucionaria de la vanguardia montonera.
     Si bien los formatos pensados para dicha contraofensiva ( las Tropas Especiales de Agitación, TEA y las Tropas Especiales de Infantería, TEI)  cumplieron en líneas generales con las órdenes de aquella Conducción Nacional, esto es: cientos de interferencias televisivas por medio de las cuales se propagaron mensajes grabados con la vos de Mario Firmenich, sobre todo en zonas fabriles del Gran Buenos Aires; como así también, tres atentados de gran envergadura contra miembros del equipo económico liderado por el ministro José Alfredo Martínez de Hoz: Guillermo Walter Klein, Roberto Alemann y Francisco Soldatti, este último en pleno centro de la Capital Federal; los altos costos en vida de históricos militantes de la organización, incluyendo miembros de conducción de diferentes instancias políticas y sociales, no pudo ocultar a pesar de cierto triunfalismo militarista, el surgimiento de nuevas contradicciones en el seno de Montoneros. 
      En efecto, militantes históricos como María Antonia Berger, sobreviviente de los fusilamientos de Trelew del año 1972, Adriana Lesgart, Daniel Tolchinsky y Guillermo Amarilla, la esposa de aquél, Ana Wiessen, la de Amarilla, Marcela Molfino,; su cuñado Rubén Amarilla, la primera esposa de Horacio Mendizábal ( perteneciente este último  a la Conducción Nacional), Susana Solimano ( padres ambos  de Martín Mendizábal, hermano mayor del director-protagonista de la película ), Alfredo Berliner, Julio Suárez, Diana Schartz, Carlos Píccoli, entre otras decenas de militantes que murieron en enfrentamientos o continúan al día de hoy desaparecidos.
     Los mencionados pertenecían a las diversas estructuras del Comité Central, Consejeros Superiores, las Ramas de Trabajo, Juvenil, Política, Femenina, de la CGT en la Resistencia, del Movimiento Peronista Montonero, las cuales fueron descabezadas. La huelga del 27 de abril del año 1979 convocada por la Comisión de los 25 perteneciente al sindicalismo ortodoxo, si bien tuvo un alto acatamiento en las zonas fabriles del  conurbano bonaerense, no implicó que los trabajadores estuvieran dispuestos a protagonizar ni un nuevo 17 de Octubre, ni un “Rodrigazo”. Por lo tanto,  La Contraofensiva, como mínimo pecó de voluntarista montada sobre una realidad ajena a la vivida desde el exilio.   
Horacio Alberto Mendizábal.
(Hernán, Flaco Mendicrim o Lauchón.)
     En la película, el actor que lo interpreta hace las veces del padre del ”niño Ernesto” (Benjamín Avila, el director), pero no es el biológico;  y cuando aquél se entera en una escena de la filmación,  mirando la televisión, que “su padre” ha muerto en un enfrentamiento, es la manera por la cual en la realidad, su hermano Martín y él oculto por su madre en otra vivienda conocen qué es lo que  ha ocurrido con este dirigente montonero, el jefe de las Tropas Especiales de Agitación, quien  al  concurrir a un supermercado de Munro para una reunión,  a causa de la delación de un compañero que lo cita, es emboscado y muerto por un comando militar junto a Armando Croatto, ex diputado nacional y Consejero del  Movimiento Peronista Montonero.
     La madre biológica de Martín (de ocho años de edad en aquél año 1979), es Susana Solimano, La Chana, primera esposa de Mendizábal, asesinada luego de su secuestro el 10 de setiembre de 1979;  junto a ella estaban los cuerpos de tres militantes mas, entre ellos su pareja de aquél momento, Alfredo Berliner de 29 años. Benjamín (seis años de edad en el año 1979)  entretanto, es el hijo de “Charo o Carmen”, Sara Zermoglio (a quien está dedicada la película) actualmente desaparecida y  José Avila; y el bebé que aparece en el film como una niñita, en realidad es un niño de ocho meses hijo de Mendizábal y Sara, de nombre Diego
     Horacio Mendizábal, fue militante proveniente de la Juventud de la Democracia Cristiana, y fundador de un agrupamiento de nombre Descamisados en el año 1968, que años mas tarde se fusionaría con Montoneros. Detenido en el año 1975, logra escapar y replegarse al exterior en el año 1977, dirigiendo además de las ya mencionadas TEA, Radio Liberación, poco antes de la huelga de abril del año 1979 convocada por la CGT. 
Dossier de Infancia Clandestina.
Protagonistas principales, Natalia Oreiro, Ernesto Alterio y César Troncoso.
SINOPSIS
Un niño puede imaginar muchas cosas. Una torta de cumpleaños con un fusil adentro. Viajes a lugares exóticos con misiones supersecretas. Una familia falsa donde siempre, pero siempre todos mueren porque sí. Un héroe que nunca vence a los malos. Un niño igual a él pero con otro nombre. Una niña que siempre se enamora del niño equivocado. Un niño puede imaginar esto y mucho más. Pero qué puede imaginar Juan, un niño para el que todo esto es su realidad. Infancia clandestina (o qué imagina un niño en la clandestinidad de una Argentina en guerra).
CRÉDITOS
Dirección y encuadre: Benjamín Ávila Producido por Historias Cinematográficas y Habitación 1520 En Coproducción con Antàrtida Produccions, Academia de Films y Radio y Televisión Argentina. Guión: Benjamín Ávila y Marcelo Müller
Producción: Luis Puenzo Dirección de Producción: Matías Miller y Maxi Dubois Asistente de Dirección: Luis Bernardez y Bruno Roberti Casting: María Laura Berch Dirección de Arte: Yamila Fontán Vestuario: Ludmila Fincic Maquillaje: Beatushka Wojtowicz Dirección de Fotografía: Iván Gierasinchuk (ADF) Iluminación y Animación: Andy Riva Efectos Digitales: 3DN Montaje: Gustavo Giani Coordinación de Post-Producción: Misael Bustos y Josefina Castillo Carrillo Sonido: Fernando Soldevila Música Original: Pedro Onetto y Marta Roca Canción Original: "Living de Trincheras" de Divididos 
PREMIOS
Premio ARTE, Produire Au Sud X Festival de Cine Independiente de Buenos Aires Mannheim Meetings, 56th International Filmfestival Mannheim-Heidelberg, Alemania, 2007 Fonds d´Aide Au Development du Scénario, Festival International d´Amiens Finalista Cinefondation Cannes Cine en Construcción, San Sebastián 2011 
Bibliografía consultada:
Aztis, Eduardo, Lo que mata de las balas es la velocidad, Una historia de la contraofensiva montonera del 79, de la campana, Buenos Aires, Argentina, 2005.
Baschetti, Roberto, La memoria de los de abajo, 1945-2007, hombres y mujeres del peronismo revolucionario, vol. 2, de la campana, campana de palo, Buenos Aires, Argentina, 2007.
Gillespie, Richard, Soldados de Perón, Los Montoneros, Grijalbo, Buenos Aires, Argentina, 1987. 
Larraquy, Marcelo, Fuimos Soldados, Historia Secreta de la Contraofensiva Montonera, Aguilar, Buenos Aires, Argentina, 2006.
Zuker, Cristina, El Tren de la Victoria, Una saga familiar, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Argentina, 2003.
Y, por supuesto, Infancia Clandestina, vista y sentida.

GB

PABLO MICHELI.

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Ayer alrededor de las 13:45 minutos anduve caminando por la marcha.
Traté de no dejarme llevar por mi ojo crítico y me "puse el ánimo positivo" de ver y observar la convocatortia.
Y que nadide después me la cuente inventando.
Es cierto, tal como declara Micheli era diversa, muy diversa, tanto que ...paso a describirla.
A esa hora, entre Salta y Santiago del Estero, sobre Avenida de Mayo, una columna del gremio ATE, que, vista desde atrás pensé que era "la cola" de la misma, pero no, era su cabecera.
Alrededor de 250 personas, no mas.
Avanzo, cruzo la 9 de Julio, y ahí sí, orientados hacia la calle Piedras se abigarraban cerca de mil a mil quinientas personas, "variadas" citando a Michecli, desde el PTR, pasando por unos 60 "gauchos" de la Federación Agraria cordobesa, cien maestras y maestros de Chivilcoy y ciudades del interior de la Pampa Húmeda pertenecientes a la FEB.
Algunos agrupamientos de izquierda como por ejemplo "Trabajadores por la Libertad", mas de ATE, y algunos compañeros y compañeras con pecheras de la CTA.

Decido caminar hacia la Avenida Belgrano, y desde el sur, veo mas columnas, parecen nutridas, me acerco, se acercan, distingo los carteles y banderas de dos de ellas: Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie.
Un poco mas de ATE con ellos de la zona sur del conurbano bonaerense.
Calculo a vuelo de pájaro a ojo de buen cubero, un promedio de 400 personas por columna.
Sigo, llego a la Avenida Belgrano, ahora sí me digo a mí mismo preocupado, acá están los muchachos de Moyano y sus gremios aliados...pero no: APOPS, dos carteles enormes, 40 personas, ASSIM ( creo que esa es la sigla), uno de los sindicatos de motoqueros, 60 muchachos con sus motos.
Me acerco a la cabeza de la columna camionera posicionada sobre Belgrano de cara a la Diagonal Sur, mas otro cien muchachos de Aguas Gaseosas del mismo sindicato parados casi esquina Slta detrás de unos 350 a 400 educadores del sindicato UDOCBA provenientes del sur del conurbano bonaerense.
En síntesis, Camioneros, alrededor de 2 mil a 2500 compañeros, casi 14 hs.

Vuelvo a mi oficina, y media hora mas tarde recuerdo que debo ir a una farmacia en la esquina de ( otra vez) Salta y Belgrano, sorpresa, nadie, libre circulación por esta Avenida, por la 9 de Julio.
Nadie, perdón sí, veo dos micros parados con gente adentro tomando amte, charlando, sus gorritas me dicen el sindicato: Asociación de Panaderos, unos 80 compañeros y compañeras.
Otro micro con 50 muchachos de una rama de camioneros también con ellos charlando dentro del micro.

Calculadora en mano me digo, una vez mas a mí mismo: 5000 personas aproxiamdamente?. puede ser?, por eso no habrá ido Moyano?, sabía de este fiasco movilizador de la "verdadera CGT" y su nuevo alaido la CTA disidente?
Siete gremios solamente: Camioneros, ATE, APOPS, FEB, UDOCBA, Motoqueros, Panaderos.

Esta es la clase obrera ? y sus alaidos? El PRT y la FAA, y la CCC y Barrios de Pie?

Acto masivo titula el monopolio, 40 mil personas, y sí puede ser, a la Plaza de Mayo no llegué, quizás las 35 mil que no vi allí estaban.
Pero mas allá de las cifras o sí, mas acá de ellas, si este es el Movimiento Obreo Organizado que nos va a defender de la dictadura K.
Ya me estoy exiliando.
Mas aún después de ver la babeante reunión de Moyano y Buzzi en "A dos voces" con Bonelli y Alfano: "Ahora comemos asados juntos" Moyano dixit.
La Unidad obrera y campesina al palo!!!!!!!

GB

martes, 9 de octubre de 2012

CHAVEZ: Y DEL SEL?

Recuerdos del futuro
Por Roberto Caballero

El triunfo de Hugo Chávez dejó muda a la derecha continental. No es para menos, una tormenta tropical y democrática acaba de barrer con todos sus pronósticos. El vendaval de votos venezolanos puso en crisis el relato de los dueños del poder y del dinero que, tanto en Caracas como en Buenos Aires, daban por sepultado el ciclo populista en toda la región.

Henrique Capriles era la punta de lanza de la restauración conservadora, pero fue derrotado en las urnas. La delegación de políticos y periodistas antikirchneristas que viajó desde la Argentina para asistir a los funerales del proyecto latinoamericanista vuelve a Ezeiza con las manos vacías. A seguir espantándose de lo que sucede contra su voluntad, en una encrucijada de la historia que no pueden ni quieren comprender. Vuelven a preguntarse, desconcertados, ¿cuándo y cómo ocurrió que liderazgos como los de Chávez, Lula, Dilma, Cristina, Correa, Evo y Pepe Mujica tengan apoyos de mayorías populares que desafían el orden que baja desde el Departamento de Estado, los lineamientos económicos del FMI y la réplica incansable de los grupos de presión monopólicos? Vuelven, apabullados por los resultados, magullados en sus certezas, a pasar sus valijas por el escáner, a comprar algo de apuro en el free shop, y a leer Clarín y La Nación para sentir el alivio momentáneo de que las cosas sigan siendo como eran antes.

Fueron a decirnos que Chávez perdía y que Cristina debía mirarse en ese espejo astillado. Fallaron. Tal vez porque sus análisis partieron del deseo propio de que las cosas ocurran a su antojo y no como ocurren en la realidad. Ahora, esta patrulla perdida regresará a explicarnos que Chávez ganó porque compra sus votos con planes sociales y no porque realmente bajó la pobreza del 59 al 27% y la indigencia del 22 al 10 por ciento.

Dirán que triunfó porque su relato épico anestesia a la sociedad venezolana y no porque construyó 400 kilómetros de subte, o porque la mortalidad infantil cada 1000 nacimientos bajó de 20 a trece. Callarán cada uno de los éxitos de un modelo que incluye a los venezolanos pobres y que cada tanto presta examen electoral con aplastantes victorias. Chávez ya hizo su "7D" y la sociedad venezolana cosecha los logros de haber roto con las trampas comunicacionales del establishment.

La democracia es un sistema donde las mayorías gobiernan y las minorías acompañan, hasta tanto puedan convertirse en mayorías. Ni los zócalos de la TV oligopólica, ni las tapas de los diarios opositores, ni las cacerolas ruidosas definen quién gobierna. Son los votos en las urnas.

En el caso venezolano, además, se trató de un voto inteligente. La victoria de Capriles hubiera sido un problema para la gobernabilidad. Detrás de su candidatura había un racimo de 30 partidos políticos que sólo coincidían en arrancar a Chávez del Palacio Miraflores. Y a Venezuela, del Mercosur y de la Unasur, para colocarla en la órbita de los intereses geopolíticos de Washington. Con Chávez, en cambio, ganó Latinoamérica. El bloque regional avanza e incluye hoy a la sexta economía mundial (Brasil), a una potencia alimentaria y tecnológica (Argentina) y a la que tiene la mayor reserva de crudo del planeta (Venezuela). Sin desconocer las dificultades y las asimetrías existentes, la unidad es un valor estrátegico para los pueblos y los gobiernos que decidieron hace décadas caminar juntos por un desarrollo autónomo.

Haría bien la patrulla perdida que viajó a Caracas en reflexionar sobre lo vivido. Fueron a buscar la derrota de Chávez para anunciarle a Cristina que se le venía la noche. Presentaban los hechos como "recuerdos del futuro". Y sí, finalmente, los encontraron, pero en esos recuerdos los derrotados eran ellos.

Lo peor que pueden hacer ahora es pelearse con el espejo.

09/10/12 Tiempo Argentino


GB