No hubo grito, pero sí foto de reunión opositora en FAA |
El acto por los 100 años de Federación Agraria convocó a diversos sectores enfrentados al gobierno nacional: desde la CGT de Moyano a la CTA de Micheli, pasando por Biolcati y políticos como Binner, Cobos, Alfonsín y Lavagna. No se habló de "polo electoral" pero Buzzi pidió "parir una nueva unidad nacional". A último momento se bajó el gobernador Bonfatti, el ausente del almuerzo |
Ricardo Robins
El masivo almuerzo para celebrar los 100 años de la Federación Agraria Argentina (FAA), surgida tras el grito chacarero de Alcorta, realizado este miércoles en Rosario sirvió de plataforma para reunir a nuevos y viejos dirigentes opositores al gobierno nacional, ayer enfrentados y hoy coqueteando con una unidad de acción. Ante la presencia de radicales, socialistas, peronistas no K y líderes sindicales, el titular de la entidad homenajeadade, Eduardo Buzzi, debió aclarar: "No somos la nueva Unidad Democrática ni en pedo", en relación al espacio antiperonista de 1945. Por ahora se trata de un acercamiento estratégico que Buzzi definió en dos partes. En el plano político, como un punto de partida para acordar bases de diálogo aunque no se traduzca en una alianza electoral. "No somos un polo opositor electoral pero debemos parir una nueva unidad nacional, con diálogo y después que cada uno vote lo que quiera", dijo. En un plazo más cercano y sindical, el presidente de FAA pidió a la CGT y la CTA (cuyos titulares Hugo Moyano y Pablo Micheli compartieron la misma mesa) unir fuerzas para "frenar el deterioro del mercado interno; si les va mal a los trabajadores, nos va mal a los productores". Con matices, las voces de los distintos dirigentes presentes coincidieron con la importancia de reunirse y dialogar, pero también marcaron límites. Hablaron desde el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, a Moyano y los políticos Hermes Binner, Julio Cobos, Ricardo Alfonsín y Roberto Lavagna, entre otros. Para Buzzi, "el mensaje principal que damos es trabajar para mejorar la calidad institucional y defender la democracia del deterioro que le produce este gobierno". El anfitrión criticó muy duro al gobierno nacional (se opuso a una reforma de la Constitución, a una ley de ética para los medios, "a la pantomima del Indec y sus 6 pesos por día para vivir" y pidió que se "respete a las provincias" además de nuevas políticas agropecuarias). Cerró su discurso pasadas las 16 con un "gracias a todos y todas" y se abrazó con Moyano, el primero en irse y dar por terminado el acto político, que dejó como saldo las fotos de una reunión de una oposición que busca reacomodarse. El homenaje a FAA y su historia ligada a Francisco Netri (a quien sólo Hermes Binner recordó de los invitados) siguió con unas 1500 personas presentes. Ex adversarios, aliados; todos comensales El desfile de ingreso de las principales figuras sindicales y políticas ya adelantó la pluralidad de la convocatoria. Y adentro del Patio de la Madera la disposición de las mesas arrojó imágenes impensadas hasta hace pocos meses. Por caso, Moyano comió los chorizos y chinchulines que se sirvieron junto a Momo Venegas (Uatre) y a pocos platos de Pablo Micheli, líder de la CTA opositora y eterna adversaria de la CGT. Coincidieron en críticas al gobierno. Pegados a ellos, los radicales Ricardo Alfonsín y Ernesto Sanz (ex pre candidatos presidenciales) quedaron separados por el presidente del partido, el santafesino Mario Barletta. En diagonal a ellos, Binner -que habló en la previa- encabezó la mesa socialista junto a la intendenta Mónica Fein -la primera oradora antes de Buzzi que saludó "los 100 años de ejemplo" de FAA- y ministros del gabinete de Antonio Bonfatti (el gran ausente de la jornada, y quien se bajó del acto a último momento porque "no llegó desde Buenos Aires", fue la explicación oficial). Un poco más atrás, los radicales Oscar Aguad y el ex vicepresidente Julio Cobos no almorzaron con sus correligionarios sino que quedaron ubicados junto al ex ministro de Economía Roberto Lavagna y el diputado Francisco De Narváez. Fue seguramente la mesa más cómica: contó con Luis Landrisina, quien cosechó tantos pedidos de foto como Moyano aunque sin la custodia del camionero que filtraba y diferenciaba admiradores de periodistas. Dato curioso y caprichoso en medio del megaencuentro opositor fue que Binner y De Narvaez -figura que según el socialista fue el límite que sepultó el frente con la UCR- almorzaron espalda con espalda. En otra mesa se ubicó el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, quien debió responder ya no sólo sobre su acercamiento a Buzzi, cuando la FAA y SRA fueron históricamente "enemigas" ideológicas, ahora también con Moyano . "Hemos aprendido a privilegiar lo que tenemos en común", repitió una y otra vez. Bonfatti y el avión A la ausencia de Eduardo Duhalde, por un dolor físico, que adelantó Buzzi antes del acto en diálogo con la prensa, se sumó más tarde el faltazo de Bonfatti. El argumento oficial fue que el gobernador tuvo audiencias de urgencia en Buenos Aires y este mediodía no pudo regresar en avión por lo que no llegó a tiempo al acto. A las 13.30 envió una carta de saludo que fue leída por el locutor. Bonfatti participó el martes de un acto que encabezó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner vía teleconferencia y quien aclaró que no hay peleas entre los mandatarios. A horas de aquel encuentro y mientras la gestión provincial busca mejorar la relación para que lleguen fondos adeudados y para obras, el socialista "no llegó" o quizás prefirió no llegar, a ser parte central del acto opositor en Rosario. "¿Qué pienso...? Que tendría que haberlo previsto", dijo Buzzi a Rosario3.com sobre la ausencia a último momento de Bonfatti. "Yo tengo que creer en lo que me dicen, que cada uno haga su interpretación", agregó sobre los motivos del faltazo. GB |
miércoles, 15 de agosto de 2012
NO SON LA UNION DEMOCRATICA, QUE SON?
lunes, 13 de agosto de 2012
MARIA VICTORIA, GRANDE, PEQUEÑA.IN MEMORIAM.
Pienso, trato de reflexionar acerca de una militante de 22 años en plena dictadura cívico-militar.
Con el genocidio en marcha.
Su arrojo, valentía, convicción por la Justicia Social.
A pesar de las noches, los infortunios, las traiciones.
Las idas de la Plaza.
La sonrisa perenne, su hijita, sus enemigos odio y dolor para todos y todas.
La Historia Argentina pocas veces dice o cuenta de mujeres jóvenes entregadas de alma y cuerpo a la Revolución, que no figuran en nigún poster ni en ninguna remera.
Olvidadas?, quizás, desconocidas?, quizás.
Escondidas?, seguramente.
Porque aquí y ahora, el peronismo no es , no fue, no será revolucionario.
Solo el Caribe provee de héroes y heroínas.
Nosotros, puede ser, no?
Mujer, colectiva, madre, militante, sabuesa de la libertad, justiciera, combatiente, delegada sindical, todo esto y mucho mas a los 22 años.
Montonera, hija de Juana Azurduy, y de RODOLFO, tu padre.
PERONISTAS, a su modo, a su usanza, a su buen saber y entender.
Si me piden la vida se las daré cantando...dijo Evita y allá fueron, los Nosotros y las Nosotras que combatieron a los Ellos.
GB
RODOLFO, VICKY WALSH, EL HOMBRE Y LA MUJER QUE PARIERON EL PERONISMO
Carta a mis amigos
Hoy se cumplen tres meses de la muerte de mi hija, María Victoria, después de un combate con fuerzas del Ejército. Sé que aquéllos que la conocieron la han llorado. Otros, que han sido mis amigos o me han conocido de lejos, hubieran querido hacerme llegar una voz de consuelo. Me dirijo a ellos para agradecerles pero también para explicarles cómo murió Vicki y por qué murió.
El comunicado del Ejército que publicaron los diarios no difiere demasiado, en esta oportunidad, de los hechos. Efectivamente, Vicki era oficial 2° de la Organización Montoneros, responsable de la prensa sindical, y su nombre de guerra era Hilda. Efectivamente estaba reunida ese día con cuatro miembros de la Secretaría Política que combatieron y murieron como ella.
La forma en que ingresó a Montoneros no la conozco en detalle. A los 22 años, edad de su posible ingreso, se distinguía por decisiones firmes y claras. Por esa época comenzó a trabajar en el diario "La Opinión" y en un tiempo muy breve se convirtió en periodista. El periodismo en sí no le interesaba. Sus compañeros la eligieron delegada sindical. Cómo tal debió enfrentar en un conflicto difícil al director del diario, Jacobo Timerman, a quien despreciaba profundamente. El conflicto se perdió y cuando Timerman empezó a denunciar como guerrilleros a sus propios periodistas, ella pidió licencia y no volvió más.
Fue a militar a una villa miseria. Era su primer contacto con la pobreza extrema en cuyo nombre combatía. Salió de esa experiencia convertida a un ascetismo que impresionaba. Su marido, Emiliano Costa, fue detenido a principios de 1975 y no lo vio más. La hija de ambos nació poco después. El último año de vida de mi hija fue muy duro. El sentido del deber la llevó a relegar toda satisfacción individual, a empeñarse mucho más allá de sus fuerzas físicas. Como tantos muchachos que repentinamente se volvieron adultos, anduvo a los saltos, huyendo de casa en casa. No se quejaba, sólo su sonrisa se volvía más desvaída. En las últimas semanas varios de sus compañeros fueron muertos: no pudo detenerse a llorarIos. La embargaba una terrible urgencia por crear medios de comunicación en el frente sindical que era su responsabilidad.
Nos veíamos una vez por semana, cada quince días. Eran entrevistas cortas, caminando por la calle, quizá diez minutos en el banco de una plaza. Hacíamos planes para vivir juntos, para tener una casa donde hablar, recordar, estar juntos en silencio. Presentíamos, sin embargo que eso no iba a ocurrir, que uno de esos fugaces encuentros iba a ser el último, y nos despedíamos simulando valor, consolándonos de la anticipada pérdida.
Mi hija no estaba dispuesta a entregarse con vida. Era una decisión madurada, razonada. Conocía, por infinidad de testimonios, el trato que dispensan los militares y marinos a quienes tienen la desgracia de caer prisioneros: el despellejamiento en vida, la mutilación de miembros, la tortura sin límite en el tiempo ni en el método, que procura al mismo tiempo la degradación moral, la delación. Sabía perfectamente que en una guerra de esas características, el pecado no era no hablar, sino caer. Llevaba siempre encima una pastilla de cianuro, la misma con que se mató nuestro amigo Paco Urondo, con la que tantos otros han obtenido una última victoria sobre la barbarie.
El 28 de setiembre, cuando entró en la casa de la calle Corro, cumplía 26 años. Llevaba en brazos a su hija porque a último momento no encontró con quién dejada. Se acostó con ella, en camisón. Usaba unos absurdos camisones blancos que siempre le quedaban grandes.
A las siete del 29 la despertaron los altavoces del Ejército, los primeros tiros. Siguiendo el plan de defensa acordado, subió a la terraza con el secretario político, Molina, mientras Coronel, Salame y Beltrán respondían al fuego desde la planta baja.
He visto la escena con sus ojos: la terraza sobre las casas bajas, el cielo amanecido, y el cerco. El cerco de 150 hombres, los FAP emplazados, el tanque. Me ha llegado el testimonio de uno de esos hombres, un conscripto.
"El combate duró más de una hora y media. Un hombre y una muchacha tiraban desde arriba. Nos llamó la atención la muchacha porque cada vez que tiraba una ráfaga y nosotros nos zambullíamos, ella se reía."
He tratado de entender esa risa. La metralleta era una Halcón y mi hija nunca había tirado con ella, aunque conociera su manejo por las clases de instrucción. Las cosas nuevas, sorprendentes, siempre la hicieron reír. Sin duda era nuevo y sorprendente para ella que ante una simple pulsación del dedo brotara una ráfaga y que ante esa ráfaga 150 hombres se zambulleran sobre los adoquines, empezando por el coronel Roualdes, jefe del operativo.
A los camiones y el tanque se sumó un helicóptero que giraba alrededor de la terraza, contenido por el fuego. "De pronto, dice el soldado, hubo un silencio. La muchacha dejó la metralleta, se asomó de pie sobre el parapeto y abrió los brazos. Dejamos de tirar sin que nadie lo ordenara y pudimos verla bien. Era flaquita, tenía el pelo corto y estaba en camisón. Empezó a hablamos en voz alta pero muy tranquila. No recuerdo todo lo que dijo.
'Ustedes no nos matan' dijo el hombre 'nosotros elegimos morir'. Entonces se llevaron una pistola a la sien y se mataron enfrente de todos nosotros."
Abajo ya no había resistencia. El coronel abrió la puerta y tiró dos granadas. Después entraron los oficiales. Encontraron a una nena de algo más de un año, sentadita en una cama, y cinco cadáveres.
En el tiempo transcurrido he reflexionado sobre esa muerte. Me he preguntado si mi hija, si todos los que mueren como ella, tenían otro camino. La respuesta brota de lo más profundo de mi corazón y quiero que mis amigos la conozcan. Vicki pudo elegir otros caminos que eran distintos sin ser deshonrosos, pero el que eligió era el más justo, el más generoso, el más razonado. Su lúcida muerte es una síntesis de su corta, hermosa vida. No vivió para ella: vivió para otros, y esos otros son millones.
Su muerte sí, su muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo me afirmo y soy yo quien renace de ella.
Esto es lo que quería decir a mis amigos y lo que desearía de ellos es que lo transmitieran a otros por los medios que su bondad les dicte.
Rodolfo Walsh, diciembre de 1976
Fuente: La Fogata, Recordando a Vicki Walsh, a 29 años de su caída en combate
Hoy se cumplen tres meses de la muerte de mi hija, María Victoria, después de un combate con fuerzas del Ejército. Sé que aquéllos que la conocieron la han llorado. Otros, que han sido mis amigos o me han conocido de lejos, hubieran querido hacerme llegar una voz de consuelo. Me dirijo a ellos para agradecerles pero también para explicarles cómo murió Vicki y por qué murió.
El comunicado del Ejército que publicaron los diarios no difiere demasiado, en esta oportunidad, de los hechos. Efectivamente, Vicki era oficial 2° de la Organización Montoneros, responsable de la prensa sindical, y su nombre de guerra era Hilda. Efectivamente estaba reunida ese día con cuatro miembros de la Secretaría Política que combatieron y murieron como ella.
La forma en que ingresó a Montoneros no la conozco en detalle. A los 22 años, edad de su posible ingreso, se distinguía por decisiones firmes y claras. Por esa época comenzó a trabajar en el diario "La Opinión" y en un tiempo muy breve se convirtió en periodista. El periodismo en sí no le interesaba. Sus compañeros la eligieron delegada sindical. Cómo tal debió enfrentar en un conflicto difícil al director del diario, Jacobo Timerman, a quien despreciaba profundamente. El conflicto se perdió y cuando Timerman empezó a denunciar como guerrilleros a sus propios periodistas, ella pidió licencia y no volvió más.
Fue a militar a una villa miseria. Era su primer contacto con la pobreza extrema en cuyo nombre combatía. Salió de esa experiencia convertida a un ascetismo que impresionaba. Su marido, Emiliano Costa, fue detenido a principios de 1975 y no lo vio más. La hija de ambos nació poco después. El último año de vida de mi hija fue muy duro. El sentido del deber la llevó a relegar toda satisfacción individual, a empeñarse mucho más allá de sus fuerzas físicas. Como tantos muchachos que repentinamente se volvieron adultos, anduvo a los saltos, huyendo de casa en casa. No se quejaba, sólo su sonrisa se volvía más desvaída. En las últimas semanas varios de sus compañeros fueron muertos: no pudo detenerse a llorarIos. La embargaba una terrible urgencia por crear medios de comunicación en el frente sindical que era su responsabilidad.
Nos veíamos una vez por semana, cada quince días. Eran entrevistas cortas, caminando por la calle, quizá diez minutos en el banco de una plaza. Hacíamos planes para vivir juntos, para tener una casa donde hablar, recordar, estar juntos en silencio. Presentíamos, sin embargo que eso no iba a ocurrir, que uno de esos fugaces encuentros iba a ser el último, y nos despedíamos simulando valor, consolándonos de la anticipada pérdida.
Mi hija no estaba dispuesta a entregarse con vida. Era una decisión madurada, razonada. Conocía, por infinidad de testimonios, el trato que dispensan los militares y marinos a quienes tienen la desgracia de caer prisioneros: el despellejamiento en vida, la mutilación de miembros, la tortura sin límite en el tiempo ni en el método, que procura al mismo tiempo la degradación moral, la delación. Sabía perfectamente que en una guerra de esas características, el pecado no era no hablar, sino caer. Llevaba siempre encima una pastilla de cianuro, la misma con que se mató nuestro amigo Paco Urondo, con la que tantos otros han obtenido una última victoria sobre la barbarie.
El 28 de setiembre, cuando entró en la casa de la calle Corro, cumplía 26 años. Llevaba en brazos a su hija porque a último momento no encontró con quién dejada. Se acostó con ella, en camisón. Usaba unos absurdos camisones blancos que siempre le quedaban grandes.
A las siete del 29 la despertaron los altavoces del Ejército, los primeros tiros. Siguiendo el plan de defensa acordado, subió a la terraza con el secretario político, Molina, mientras Coronel, Salame y Beltrán respondían al fuego desde la planta baja.
He visto la escena con sus ojos: la terraza sobre las casas bajas, el cielo amanecido, y el cerco. El cerco de 150 hombres, los FAP emplazados, el tanque. Me ha llegado el testimonio de uno de esos hombres, un conscripto.
"El combate duró más de una hora y media. Un hombre y una muchacha tiraban desde arriba. Nos llamó la atención la muchacha porque cada vez que tiraba una ráfaga y nosotros nos zambullíamos, ella se reía."
He tratado de entender esa risa. La metralleta era una Halcón y mi hija nunca había tirado con ella, aunque conociera su manejo por las clases de instrucción. Las cosas nuevas, sorprendentes, siempre la hicieron reír. Sin duda era nuevo y sorprendente para ella que ante una simple pulsación del dedo brotara una ráfaga y que ante esa ráfaga 150 hombres se zambulleran sobre los adoquines, empezando por el coronel Roualdes, jefe del operativo.
A los camiones y el tanque se sumó un helicóptero que giraba alrededor de la terraza, contenido por el fuego. "De pronto, dice el soldado, hubo un silencio. La muchacha dejó la metralleta, se asomó de pie sobre el parapeto y abrió los brazos. Dejamos de tirar sin que nadie lo ordenara y pudimos verla bien. Era flaquita, tenía el pelo corto y estaba en camisón. Empezó a hablamos en voz alta pero muy tranquila. No recuerdo todo lo que dijo.
'Ustedes no nos matan' dijo el hombre 'nosotros elegimos morir'. Entonces se llevaron una pistola a la sien y se mataron enfrente de todos nosotros."
Abajo ya no había resistencia. El coronel abrió la puerta y tiró dos granadas. Después entraron los oficiales. Encontraron a una nena de algo más de un año, sentadita en una cama, y cinco cadáveres.
En el tiempo transcurrido he reflexionado sobre esa muerte. Me he preguntado si mi hija, si todos los que mueren como ella, tenían otro camino. La respuesta brota de lo más profundo de mi corazón y quiero que mis amigos la conozcan. Vicki pudo elegir otros caminos que eran distintos sin ser deshonrosos, pero el que eligió era el más justo, el más generoso, el más razonado. Su lúcida muerte es una síntesis de su corta, hermosa vida. No vivió para ella: vivió para otros, y esos otros son millones.
Su muerte sí, su muerte fue gloriosamente suya, y en ese orgullo me afirmo y soy yo quien renace de ella.
Esto es lo que quería decir a mis amigos y lo que desearía de ellos es que lo transmitieran a otros por los medios que su bondad les dicte.
Rodolfo Walsh, diciembre de 1976
Fuente: La Fogata, Recordando a Vicki Walsh, a 29 años de su caída en combate
GB
Hay cosas que sería útil que fueran dichas, Rodolfo WALSH
Por Rodolfo Walsh
Marzo de 1972. De los papeles personales de Rodolfo Walsh, reflexiones sobre su vida y su escritura. Walsh textual.
"Martes 14. Entre el sábado y el lunes lectura de la novela de Paco (Urondo). Agitó muchas cosas, entre ellas el siempre latente problema de la escritura.
Aunque es evidente que no me considero ya un novelista, que no me veo consagrando mi vida a escribir novelas, ni siquiera una novela, también es cierto que hay cosas que podría decir que me gustaría decir que sería útil que fueran dichas.
Pienso que mi vida como muchas vidas ilustra cosas, que esas cosas serían más claras para algunos de los demás para aquellos a quienes quiero entre los demás si yo encontrara una forma verídica sincera de sintetizar esa vida y esa experiencia.
¿Cuál sería el método? Imagino de pronto una especie de inventario de todas las cosas los lugares las ideas sobre todo las personas que se han acumulado en mi memoria. Tal vez si hiciera ese inventario encontraría luego el hilo conductor que lo justificará literariamente pero sobre todo su razón de ser histórica política.
Porque si yo muriera mañana una parte de mi vida –esta parte de mi vida- podría parecer insensata y ser reclamada por algunos que desprecio e ignorada por otros a los que podría amar. Desde luego esa reivindicación personal no es lo que más importa –aunque no sea totalmente capaz aún de renunciar a ella. Lo que importa es el proceso que ha pasado por mí la historia de cómo yo cambié y cambiaron los demás y cambió el país.
Lo que importa es cómo pudo nacer aquí en este lugar dejado lo que está naciendo. Importan también los otros, los responsables, los chantas: yo me entiendo por ahora.
Imagino también un inventario de las cosas que quiero y las cosas que odio: ya lo dije. Las cosas que quiero mis hijas el trabajo oscuro que hago los compañeros el futuro los que no obedecen los que no se rinden los que piensan y forjan y planean los que actúan el análisis claro la revelación de lo escondido el método cotidiano la furia fría la alegría general que ha de venir un día la gente abrazándose la pareja en su amor la esperanza insobornable la sumersión en los otros.
Las cosas que odio que desprecio la traición la estupidez Frondizi la televisión Jacobo los yanquis de la Esso o los ingleses de la Shell porque estos hijos de puta son cuñas del mismo palo Bernardo Neustad los mercenarios los discursos de los generales las turritas y los pavos de la publicidad oliendo a la colonia que mata los comunistas del partido los falsos profetas de la izquierda acalambrada la camiseta peronista el bigote peronista el odio de los oligarcas la cultura de La Prensa la senilidad de Borges la convicción de Gleyzer o de Aizcorbe los que matan a la gente los torturadores los farsantes los radicales del pueblo sobre todo si son jóvenes y una lista inmensa inalcanzable que se podría tratar de perfeccionar.
¿Qué hago yo con todo eso? Empiezo a juntarlo y empiezo a mirarlo empiezo a estudiarlo empiezo a ver si se deja escribir. Y si no se deja mala suerte será como la primera nenita que no se dejó cuando yo tenía ocho años y ella tal vez seis. Porque si no es sobre eso no vale la pena escribir sobre nada".
Rodolfo Walsh 14/3/72
Fuente: "La Voluntad. Tomo I" de Anguita-Caparrós, págs 535/536
Nota: la ausencia de comas es textual del libro, a su vez textual del original.
Marzo de 1972. De los papeles personales de Rodolfo Walsh, reflexiones sobre su vida y su escritura. Walsh textual.
"Martes 14. Entre el sábado y el lunes lectura de la novela de Paco (Urondo). Agitó muchas cosas, entre ellas el siempre latente problema de la escritura.
Aunque es evidente que no me considero ya un novelista, que no me veo consagrando mi vida a escribir novelas, ni siquiera una novela, también es cierto que hay cosas que podría decir que me gustaría decir que sería útil que fueran dichas.
Pienso que mi vida como muchas vidas ilustra cosas, que esas cosas serían más claras para algunos de los demás para aquellos a quienes quiero entre los demás si yo encontrara una forma verídica sincera de sintetizar esa vida y esa experiencia.
¿Cuál sería el método? Imagino de pronto una especie de inventario de todas las cosas los lugares las ideas sobre todo las personas que se han acumulado en mi memoria. Tal vez si hiciera ese inventario encontraría luego el hilo conductor que lo justificará literariamente pero sobre todo su razón de ser histórica política.
Porque si yo muriera mañana una parte de mi vida –esta parte de mi vida- podría parecer insensata y ser reclamada por algunos que desprecio e ignorada por otros a los que podría amar. Desde luego esa reivindicación personal no es lo que más importa –aunque no sea totalmente capaz aún de renunciar a ella. Lo que importa es el proceso que ha pasado por mí la historia de cómo yo cambié y cambiaron los demás y cambió el país.
Lo que importa es cómo pudo nacer aquí en este lugar dejado lo que está naciendo. Importan también los otros, los responsables, los chantas: yo me entiendo por ahora.
Imagino también un inventario de las cosas que quiero y las cosas que odio: ya lo dije. Las cosas que quiero mis hijas el trabajo oscuro que hago los compañeros el futuro los que no obedecen los que no se rinden los que piensan y forjan y planean los que actúan el análisis claro la revelación de lo escondido el método cotidiano la furia fría la alegría general que ha de venir un día la gente abrazándose la pareja en su amor la esperanza insobornable la sumersión en los otros.
Las cosas que odio que desprecio la traición la estupidez Frondizi la televisión Jacobo los yanquis de la Esso o los ingleses de la Shell porque estos hijos de puta son cuñas del mismo palo Bernardo Neustad los mercenarios los discursos de los generales las turritas y los pavos de la publicidad oliendo a la colonia que mata los comunistas del partido los falsos profetas de la izquierda acalambrada la camiseta peronista el bigote peronista el odio de los oligarcas la cultura de La Prensa la senilidad de Borges la convicción de Gleyzer o de Aizcorbe los que matan a la gente los torturadores los farsantes los radicales del pueblo sobre todo si son jóvenes y una lista inmensa inalcanzable que se podría tratar de perfeccionar.
¿Qué hago yo con todo eso? Empiezo a juntarlo y empiezo a mirarlo empiezo a estudiarlo empiezo a ver si se deja escribir. Y si no se deja mala suerte será como la primera nenita que no se dejó cuando yo tenía ocho años y ella tal vez seis. Porque si no es sobre eso no vale la pena escribir sobre nada".
Rodolfo Walsh 14/3/72
Fuente: "La Voluntad. Tomo I" de Anguita-Caparrós, págs 535/536
Nota: la ausencia de comas es textual del libro, a su vez textual del original.
GB
SAN MARTIN Y NERUDA.
Anduve, San Martín, tanto y de sitio en sitio,
que descarté tu traje, tus espuelas, sabía
que alguna vez, andando en los caminos
hechos para volver, en los finales
de cordillera, en la pureza
de la interperie que de tí heredamos,
nos íbamos a ver de un día a otro.
Cuesta diferenciar entre los nudos
de ceibo, entre raíces,
entre senderos señalar tu rostro,
entre los pájaros distinguir tu mirada,
encontrar en el aire tu existencia.
Eres la tierra que nos diste, un ramo
de cedrón que golpea con su aroma,
que no sabemos donde está, de dónde
llega su olor de patria a la praderas.
Te galopamos, San Martín, salimos
amaneciendo a recorrer tu cuerpo
respiramos hectáreas de tu sombra,
hacemos fuego sobre tu estatura.
Eres extenso entre los héroes.
Pablo Neruda, CANTO GENERAL XXI.
San Martín. (1810)
Prof GB
que descarté tu traje, tus espuelas, sabía
que alguna vez, andando en los caminos
hechos para volver, en los finales
de cordillera, en la pureza
de la interperie que de tí heredamos,
nos íbamos a ver de un día a otro.
Cuesta diferenciar entre los nudos
de ceibo, entre raíces,
entre senderos señalar tu rostro,
entre los pájaros distinguir tu mirada,
encontrar en el aire tu existencia.
Eres la tierra que nos diste, un ramo
de cedrón que golpea con su aroma,
que no sabemos donde está, de dónde
llega su olor de patria a la praderas.
Te galopamos, San Martín, salimos
amaneciendo a recorrer tu cuerpo
respiramos hectáreas de tu sombra,
hacemos fuego sobre tu estatura.
Eres extenso entre los héroes.
Pablo Neruda, CANTO GENERAL XXI.
San Martín. (1810)
Prof GB
BLAQUIER Y LA DICTADURA CIVICO-MILITAR
LA PRESENTACION DE LA FISCALIA PARA SOLICITAR QUE A BLAQUIER SE LE RETIRE LA EXENCION DE PRISION
Las razones del pedido de detención
El fiscal basó su solicitud en la decisión del juzgado de ampliar la indagatoria a Blaquier por homicidio y en las nuevas pruebas que muestran la colaboración del Ingenio Ledesma con Gendarmería.
Por Alejandra Dandan
Pedro Blaquier está con una exención de prisión desde mayo de este año. A pedido de sus defensores y con el acuerdo de la fiscalía federal de Jujuy, el juez Fernando Poviña le otorgó ese beneficio antes del ya muy lejano primer llamado a indagatoria. Pasó el tiempo y nuevas pruebas cambiaron el escenario. En ese contexto, el fiscal ad hoc de la causa Pablo Pelazzo presentó el viernes pasado un pedido de detención para el empresario. Menciona dos razones: la decisión del juzgado de aceptar ampliar la indagatoria por homicidio, una figura que no es excarcelable. Y el aporte de nuevos documentos –algunos de los cuales presentó este diario en su edición de ayer– que muestran al Ingenio Ledesma ingresando camiones al Escuadrón 20 de Gendarmería de Orán el 24 y 25 de marzo de 1976, entre otras fechas. Los camiones trasladaron gendarmes, en una estructura que funcionó como centro clandestino de detención. El juez Poviña a partir de hoy deberá valorar el pedido para ver si altera las razones del beneficio.
“En fecha 17 de mayo de 2012, mediante dictamen fiscal, se consideró que podía concederse al imputado el beneficio de exención de prisión manteniendo vigente la prohibición de salir del país sin autorización judicial”, explica el fiscal en el escrito. “No obstante, han variado diametralmente las circunstancias tenidas en cuenta en aquel momento.” En ese dictamen, se “tuvo presente” que “al decir de los abogados defensores” Blaquier “no pertenecía a las fuerzas de seguridad ni al aparato represor que gobernaba por entonces, siendo ajeno a toda decisión u orden impartida a los integrantes de la fuerza de seguridad para cometer delitos de lesa humanidad”. Pero, sigue el escrito, “contrariamente a lo expresado, de las copias certificadas del Libro de Guardia del Escuadrón 20 Orán de Gendarmería Nacional” que acaban de presentarse surgen indicios que señalarían que, “en su calidad de presidente de la Empresa Ledesma S.A.A.I., Blaquier facilitó a los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad los medios de transporte pertenecientes a dicha compañía, que fueron utilizados para trasladar a los ilegalmente detenidos”.
Los documentos son del Libro de Guardia del centro clandestino de detención que funcionó en el Escuadrón 20 de Orán, provincia de Salta. El fiscal recuerda que, para el 13 de abril de 1976, el Libro señala el regreso del “camión 1114 Mercedes Benz 01021 conducido por el cabo 1 Horacio Santander del Ingenio Ledesma” llevando 500 litros de nafta y mil litros de gasoil. Una hora después, se presentaron el “sargento ayudante Nicolás Bogado; cabo Simón Miranda; sargento Angel Soto del grupo Ledesma, en vehículo particular”. El 24 y 25 de marzo de 1976 “salen las camionetas pertenecientes al Ingenio Ledesma Nros. 59 y 69 conducidas por los señores Bernabé Flores y Ramón Bacena con destino a Aguas Blancas y Urundel respectivamente”. Y la foja 198/199 señala: “Regresa camioneta del Ingenio Ledesma N 69 conducida por Ramón Bacena de la Sección Aguas Blancas y el Alférez Fociad”.
Un dato que surge de la lectura del Libro es el modo en el que se hicieron los registros: los vehículos de Ledesma se listaron de la misma manera que los móviles del Ejército: unimovs, jeeps, patrulleros y camiones que a la luz de las actas hicieron numerosos movimientos esos días. En todos los casos, incluso con Ledesma, señalan: número de identificación; destinos y nombre de los choferes, incluso los civiles. Pese a que no dicen qué estaban haciendo ahí esos camiones, para la fiscalía el valor de la prueba está dado por el contexto que determina el propio Libro.
“Esto es una prueba documental que refuerza de forma indiciaria el traslado de prisioneros”, dice Pelazzo a Página/12. “Está mostrando cómo vehículos de la empresa van a un centro clandestino. ¿Y a qué iban? ¿A llevar comida a los detenidos? ¿A llevar algo para un catering o a llevarlos a ellos? En principio el contexto indica que iban a llevarlos a ellos.”
El 24 de marzo de 1976 en el Escuadrón 20 de Orán había un grupo de detenidos incomunicados, de acuerdo con el Libro archivado en la Justicia de Salta. Entre ellos estaba René Ruso –citado en el libro–, un militante comunista desaparecido. Para David Leiva, de la querella de Salta, los documentos que muestran que los camiones de Ledesma fueron a Aguas Blancas, Urundel y Colonia Santa Rosa “revelan acabadamente cómo esta empresa colaboró con la dictadura terrorista justo el 24 de marzo de 1976. El pueblo conoce esta colaboración y lo manifiesta en cada marcha del Apagón, sólo falta que la Justicia lo escriba a través de sus resoluciones y sentencias”.
Además de este punto, el escrito tomó en cuenta los cargos por los que el zar del azúcar fue indagado la semana pasada. A la hipótesis de su responsabilidad en los secuestros y tormentos de 35 víctimas, el juez también lo indagó por la hipótesis de homicidio de seis desaparecidos. Ese delito no fue ponderado en la eximición. A partir de hoy el juzgado podría empezar a evaluar todo esto.
13/08/12 Página|12
GB
Las razones del pedido de detención
El fiscal basó su solicitud en la decisión del juzgado de ampliar la indagatoria a Blaquier por homicidio y en las nuevas pruebas que muestran la colaboración del Ingenio Ledesma con Gendarmería.
Por Alejandra Dandan
Pedro Blaquier está con una exención de prisión desde mayo de este año. A pedido de sus defensores y con el acuerdo de la fiscalía federal de Jujuy, el juez Fernando Poviña le otorgó ese beneficio antes del ya muy lejano primer llamado a indagatoria. Pasó el tiempo y nuevas pruebas cambiaron el escenario. En ese contexto, el fiscal ad hoc de la causa Pablo Pelazzo presentó el viernes pasado un pedido de detención para el empresario. Menciona dos razones: la decisión del juzgado de aceptar ampliar la indagatoria por homicidio, una figura que no es excarcelable. Y el aporte de nuevos documentos –algunos de los cuales presentó este diario en su edición de ayer– que muestran al Ingenio Ledesma ingresando camiones al Escuadrón 20 de Gendarmería de Orán el 24 y 25 de marzo de 1976, entre otras fechas. Los camiones trasladaron gendarmes, en una estructura que funcionó como centro clandestino de detención. El juez Poviña a partir de hoy deberá valorar el pedido para ver si altera las razones del beneficio.
“En fecha 17 de mayo de 2012, mediante dictamen fiscal, se consideró que podía concederse al imputado el beneficio de exención de prisión manteniendo vigente la prohibición de salir del país sin autorización judicial”, explica el fiscal en el escrito. “No obstante, han variado diametralmente las circunstancias tenidas en cuenta en aquel momento.” En ese dictamen, se “tuvo presente” que “al decir de los abogados defensores” Blaquier “no pertenecía a las fuerzas de seguridad ni al aparato represor que gobernaba por entonces, siendo ajeno a toda decisión u orden impartida a los integrantes de la fuerza de seguridad para cometer delitos de lesa humanidad”. Pero, sigue el escrito, “contrariamente a lo expresado, de las copias certificadas del Libro de Guardia del Escuadrón 20 Orán de Gendarmería Nacional” que acaban de presentarse surgen indicios que señalarían que, “en su calidad de presidente de la Empresa Ledesma S.A.A.I., Blaquier facilitó a los miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad los medios de transporte pertenecientes a dicha compañía, que fueron utilizados para trasladar a los ilegalmente detenidos”.
Los documentos son del Libro de Guardia del centro clandestino de detención que funcionó en el Escuadrón 20 de Orán, provincia de Salta. El fiscal recuerda que, para el 13 de abril de 1976, el Libro señala el regreso del “camión 1114 Mercedes Benz 01021 conducido por el cabo 1 Horacio Santander del Ingenio Ledesma” llevando 500 litros de nafta y mil litros de gasoil. Una hora después, se presentaron el “sargento ayudante Nicolás Bogado; cabo Simón Miranda; sargento Angel Soto del grupo Ledesma, en vehículo particular”. El 24 y 25 de marzo de 1976 “salen las camionetas pertenecientes al Ingenio Ledesma Nros. 59 y 69 conducidas por los señores Bernabé Flores y Ramón Bacena con destino a Aguas Blancas y Urundel respectivamente”. Y la foja 198/199 señala: “Regresa camioneta del Ingenio Ledesma N 69 conducida por Ramón Bacena de la Sección Aguas Blancas y el Alférez Fociad”.
Un dato que surge de la lectura del Libro es el modo en el que se hicieron los registros: los vehículos de Ledesma se listaron de la misma manera que los móviles del Ejército: unimovs, jeeps, patrulleros y camiones que a la luz de las actas hicieron numerosos movimientos esos días. En todos los casos, incluso con Ledesma, señalan: número de identificación; destinos y nombre de los choferes, incluso los civiles. Pese a que no dicen qué estaban haciendo ahí esos camiones, para la fiscalía el valor de la prueba está dado por el contexto que determina el propio Libro.
“Esto es una prueba documental que refuerza de forma indiciaria el traslado de prisioneros”, dice Pelazzo a Página/12. “Está mostrando cómo vehículos de la empresa van a un centro clandestino. ¿Y a qué iban? ¿A llevar comida a los detenidos? ¿A llevar algo para un catering o a llevarlos a ellos? En principio el contexto indica que iban a llevarlos a ellos.”
El 24 de marzo de 1976 en el Escuadrón 20 de Orán había un grupo de detenidos incomunicados, de acuerdo con el Libro archivado en la Justicia de Salta. Entre ellos estaba René Ruso –citado en el libro–, un militante comunista desaparecido. Para David Leiva, de la querella de Salta, los documentos que muestran que los camiones de Ledesma fueron a Aguas Blancas, Urundel y Colonia Santa Rosa “revelan acabadamente cómo esta empresa colaboró con la dictadura terrorista justo el 24 de marzo de 1976. El pueblo conoce esta colaboración y lo manifiesta en cada marcha del Apagón, sólo falta que la Justicia lo escriba a través de sus resoluciones y sentencias”.
Además de este punto, el escrito tomó en cuenta los cargos por los que el zar del azúcar fue indagado la semana pasada. A la hipótesis de su responsabilidad en los secuestros y tormentos de 35 víctimas, el juez también lo indagó por la hipótesis de homicidio de seis desaparecidos. Ese delito no fue ponderado en la eximición. A partir de hoy el juzgado podría empezar a evaluar todo esto.
13/08/12 Página|12
GB
QUEVEDO
La crisis de España
13 de Agosto de 2012
Señala el contraste entre la decencia de la pasada pobreza y la indignidad actual; advierte del nacimiento de la absurda idea de que el trabajo denigra y apunta sobre la contradicción entre la riqueza de unos cuantos y la mendicidad crediticia (de liguria) del reino. La composición no brinda espacio para hacer un análisis de la sujeción centenaria ya en esa época a los banqueros alemanes de Carlos V (Carande): los Fugger y los Welser.
Epístola Satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos, escrita al Conde-Duque de Olivares por Francisco de Quevedo
No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca, o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Hoy sin miedo que libre escandalice
puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice…
En otros siglos pudo ser pecado
severo estudio y la verdad desnuda,
y romper el silencio el bien hablado.
ya tocando la boca, o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Hoy sin miedo que libre escandalice
puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice…
En otros siglos pudo ser pecado
severo estudio y la verdad desnuda,
y romper el silencio el bien hablado.
Pues sepa quien lo niega y
quien lo duda
que es la lengua la verdad de Dios severo
y la lengua de Dios nunca fue muda.
Son la verdad y Dios, Dios verdadero,
ni eternidad divina los separa,
ni de los dos alguno fue primero.
Si Dios a la verdad se adelantara,
siendo verdad, implicación hubiera
en ser y en que verdad de ser dejara…
La justicia de Dios es verdadera,
y la misericordia, y todo cuanto
es Dios todo ha de ser verdad entera.
que es la lengua la verdad de Dios severo
y la lengua de Dios nunca fue muda.
Son la verdad y Dios, Dios verdadero,
ni eternidad divina los separa,
ni de los dos alguno fue primero.
Si Dios a la verdad se adelantara,
siendo verdad, implicación hubiera
en ser y en que verdad de ser dejara…
La justicia de Dios es verdadera,
y la misericordia, y todo cuanto
es Dios todo ha de ser verdad entera.
Señor excelentísimo, mi
llanto
ya no consiente márgenes ni orillas:
inundación será la de mi canto.
ya no consiente márgenes ni orillas:
inundación será la de mi canto.
Ya sumergirse miro mis mejillas,
la vista por dos urnas derramada
sobre las aras de las dos Castillas.
Yace aquella virtud desaliñada
que fue, si rica menos, más temida,
en vanidad y en sueño sepultada.
Y aquella libertad esclarecida
que en donde supo hallar honrada muerte
nunca quiso tener más larga vida.
Y pródiga del alma, nación fuerte,
contaba por afrentas de los años
envejecer en brazos de la suerte.
la vista por dos urnas derramada
sobre las aras de las dos Castillas.
Yace aquella virtud desaliñada
que fue, si rica menos, más temida,
en vanidad y en sueño sepultada.
Y aquella libertad esclarecida
que en donde supo hallar honrada muerte
nunca quiso tener más larga vida.
Y pródiga del alma, nación fuerte,
contaba por afrentas de los años
envejecer en brazos de la suerte.
Del tiempo el ocio torpe, y los engaños
del paso de las horas y del día
reputaban los nuestros por extraños.
Nadie contaba cuánta edad vivía,
sino de que manera: ni aun una hora
lograba sin afán su valentía.
La robusta virtud era señora,
y sola dominaba al pueblo rudo;
edad, si mal hablada, vencedora.
El temor de la mano daba escudo
al corazón, que, en ella confiado,
todas las armas despreció desnudo…
del paso de las horas y del día
reputaban los nuestros por extraños.
Nadie contaba cuánta edad vivía,
sino de que manera: ni aun una hora
lograba sin afán su valentía.
La robusta virtud era señora,
y sola dominaba al pueblo rudo;
edad, si mal hablada, vencedora.
El temor de la mano daba escudo
al corazón, que, en ella confiado,
todas las armas despreció desnudo…
Multiplicó en escuadras un soldado
su honor precioso, su ánimo valiente,
de sola honesta obligación armado.
su honor precioso, su ánimo valiente,
de sola honesta obligación armado.
Y debajo del cielo aquella gente,
si no a más descansado, a más honroso
sueño entregó los ojos, no la mente.
Hilaba la mujer para su esposo
la mortaja primero que el vestido;
menos le vio galán que peligroso.
Acompañaba el lado del marido,
más veces en la hueste que en la cama,
sano le aventuró, vengóle herido.
si no a más descansado, a más honroso
sueño entregó los ojos, no la mente.
Hilaba la mujer para su esposo
la mortaja primero que el vestido;
menos le vio galán que peligroso.
Acompañaba el lado del marido,
más veces en la hueste que en la cama,
sano le aventuró, vengóle herido.
Todas matronas y ninguna
dama,
que nombres del halago cortesano
no admitió lo severo de su fama.
Derramado y sonoro el Oceano
era divorcio de las rubias minas,
que usurparon la paz del pecho humano.
Ni los trujo costumbres peregrinas
el áspero dinero, ni el Oriente
compró la honestidad con piedras finas.
Joya fue la virtud pura y ardiente;
gala el merecimiento y alabanza;
sólo se codiciaba lo decente.
que nombres del halago cortesano
no admitió lo severo de su fama.
Derramado y sonoro el Oceano
era divorcio de las rubias minas,
que usurparon la paz del pecho humano.
Ni los trujo costumbres peregrinas
el áspero dinero, ni el Oriente
compró la honestidad con piedras finas.
Joya fue la virtud pura y ardiente;
gala el merecimiento y alabanza;
sólo se codiciaba lo decente.
No de la pluma dependió la
lanza,
ni el cántabro con cajas y tinteros
hizo el campo heredad, sino matanza.
Y España, con legítimos dineros,
no mendigando el crédito a Liguria,
más quiso los turbantes que los ceros.
Menos fuera la pérdida y la injuria
si se volvieran Muzas los asientos,
que esta usura es peor que aquella furia.
Caducaban las aves en los vientos,
y expiraba decrépito el venado:
grande vejez duró en los elementos.
ni el cántabro con cajas y tinteros
hizo el campo heredad, sino matanza.
Y España, con legítimos dineros,
no mendigando el crédito a Liguria,
más quiso los turbantes que los ceros.
Menos fuera la pérdida y la injuria
si se volvieran Muzas los asientos,
que esta usura es peor que aquella furia.
Caducaban las aves en los vientos,
y expiraba decrépito el venado:
grande vejez duró en los elementos.
Que el vientre entonces, bien
disciplinado,
buscó satisfacción y no hartura,
y estaba la garganta sin pecado.
Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres, era
una vaca sustento y armadura.
No había venido al gusto lisonjera
la pimienta arrugada, ni del clavo
la adulación fragante forastera.
Carnero y vaca fue el principio y cabo,
y con rojos pimientos y ajos duros
tan bien como el señor comió el esclavo.
buscó satisfacción y no hartura,
y estaba la garganta sin pecado.
Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres, era
una vaca sustento y armadura.
No había venido al gusto lisonjera
la pimienta arrugada, ni del clavo
la adulación fragante forastera.
Carnero y vaca fue el principio y cabo,
y con rojos pimientos y ajos duros
tan bien como el señor comió el esclavo.
Bebió la sed los
arroyuelos puros;
después mostraron del carchesio a Baco
el camino los brindis mal seguros.
El rostro macilento, el cuerpo flaco,
eran recuerdo del trabajo honroso,
y honra y provecho andaban en un saco.
Pudo sin miedo un español velloso
llamar a los tudescos «bacanales»
y al holandés «hereje y alevoso».
Pudo acusar los celos desiguales
a la Italia; pero hoy de muchos modos
somos copias, si son originales.
después mostraron del carchesio a Baco
el camino los brindis mal seguros.
El rostro macilento, el cuerpo flaco,
eran recuerdo del trabajo honroso,
y honra y provecho andaban en un saco.
Pudo sin miedo un español velloso
llamar a los tudescos «bacanales»
y al holandés «hereje y alevoso».
Pudo acusar los celos desiguales
a la Italia; pero hoy de muchos modos
somos copias, si son originales.
Las descendencias gastan
muchos godos;
todos blasonan, nadie los imita,
y no son sucesores, sino apodos.
Vino el betún precioso que vomita
la ballena o la espuma de las olas,
que el vicio, no el olor, nos acredita.
Y quedaron las huestes españolas
bien perfumadas, pero mal regidas,
y alhajas las que fueron pieles solas.
Estaban las hazañas mal vestidas,
y aún no se hartaba de buriel y lana
la vanidad de fembras presumidas.
todos blasonan, nadie los imita,
y no son sucesores, sino apodos.
Vino el betún precioso que vomita
la ballena o la espuma de las olas,
que el vicio, no el olor, nos acredita.
Y quedaron las huestes españolas
bien perfumadas, pero mal regidas,
y alhajas las que fueron pieles solas.
Estaban las hazañas mal vestidas,
y aún no se hartaba de buriel y lana
la vanidad de fembras presumidas.
A la seda pomposa siciliana,
que manchó ardiente múrice, el romano
y el oro hicieron áspera tirana.
Nunca al duro español supo el gusano
persuadir que vistiese su mortaja,
intercediendo el Can por el verano.
Hoy desprecia el honor al que trabaja,
y entonces fue el trabajo ejecutoria,
y el vicio graduó la gente baja.
Pretende el alentado joven gloria
por dejar la vacada sin marido,
y de Ceres ofende la memoria.
que manchó ardiente múrice, el romano
y el oro hicieron áspera tirana.
Nunca al duro español supo el gusano
persuadir que vistiese su mortaja,
intercediendo el Can por el verano.
Hoy desprecia el honor al que trabaja,
y entonces fue el trabajo ejecutoria,
y el vicio graduó la gente baja.
Pretende el alentado joven gloria
por dejar la vacada sin marido,
y de Ceres ofende la memoria.
Un animal a la labor nacido
y símbolo celoso a los mortales,
que a Jove fue disfraz y fue vestido;
que un tiempo endureció manos reales,
y detrás de Él los cónsules gimieron,
y rumia luz en campos celestiales,
¿por cuál enemistad se persuadieron
a que su apocamiento fuese hazaña,
y a las mieses tan grande ofensa hicieron?
¡Qué cosa es ver un infanzón de España,
abreviado en la silla a la jineta,
y gastar un caballo en una caña!
y símbolo celoso a los mortales,
que a Jove fue disfraz y fue vestido;
que un tiempo endureció manos reales,
y detrás de Él los cónsules gimieron,
y rumia luz en campos celestiales,
¿por cuál enemistad se persuadieron
a que su apocamiento fuese hazaña,
y a las mieses tan grande ofensa hicieron?
¡Qué cosa es ver un infanzón de España,
abreviado en la silla a la jineta,
y gastar un caballo en una caña!
Que la niñez al gallo le acometa
con semejante munición apruebo;
mas no la edad madura y la perfeta.
Ejercite sus fuerzas el mancebo
en frentes de escuadrones, no en la frente
del útil bruto la asta del acebo.
El trompeta le llame diligente,
dando fuerza de ley al viento vano,
y al son esté el ejército obediente.
con semejante munición apruebo;
mas no la edad madura y la perfeta.
Ejercite sus fuerzas el mancebo
en frentes de escuadrones, no en la frente
del útil bruto la asta del acebo.
El trompeta le llame diligente,
dando fuerza de ley al viento vano,
y al son esté el ejército obediente.
Con cuánta majestad
llena la mano
la pica, y el mosquete carga el hombro,
del que se atreve a ser buen castellano!
Con asco entre las otras gentes nombro
al que de su persona, sin decoro,
más quiere nota dar que dar asombro.
Jineta y cañas son contagio moro;
restitúyanse justas y torneos,
y hagan paces las capas con el toro.
Pasadnos vos de juegos a trofeos,
que sólo grande rey y buen privado
pueden ejecutar estos deseos.
la pica, y el mosquete carga el hombro,
del que se atreve a ser buen castellano!
Con asco entre las otras gentes nombro
al que de su persona, sin decoro,
más quiere nota dar que dar asombro.
Jineta y cañas son contagio moro;
restitúyanse justas y torneos,
y hagan paces las capas con el toro.
Pasadnos vos de juegos a trofeos,
que sólo grande rey y buen privado
pueden ejecutar estos deseos.
Vos, que hacéis repetir siglo
pasado
con desembarazarnos las personas
y sacar a los miembros de cuidado;
vos disteis libertad con las valonas
para que sean corteses las cabezas;
desnudando el enfado a las coronas;
y, pues vos enmendastes las cortezas,
dad a la mejor parte medicina:
vuélvanse los tablados fortalezas.
con desembarazarnos las personas
y sacar a los miembros de cuidado;
vos disteis libertad con las valonas
para que sean corteses las cabezas;
desnudando el enfado a las coronas;
y, pues vos enmendastes las cortezas,
dad a la mejor parte medicina:
vuélvanse los tablados fortalezas.
Que la cortés estrella que os inclina
a privar sin intento y sin venganza,
milagro que a la envidia desatina,
tiene por sola bienaventuranza
el reconocimiento temeroso,
no presumida y ciega confianza.
Y si os dio el ascendiente generoso
escudos, de armas y blasones llenos,
y por timbre el martirio glorioso,
mejores sean por vos los que eran buenos
Guzmanes, y la cumbre desdeñosa
os muestre a su pesar campos serenos.
a privar sin intento y sin venganza,
milagro que a la envidia desatina,
tiene por sola bienaventuranza
el reconocimiento temeroso,
no presumida y ciega confianza.
Y si os dio el ascendiente generoso
escudos, de armas y blasones llenos,
y por timbre el martirio glorioso,
mejores sean por vos los que eran buenos
Guzmanes, y la cumbre desdeñosa
os muestre a su pesar campos serenos.
Lograd, señor, edad tan venturosa;
y cuando nuestras fuerzas examina
persecución unida y belicosa,
la militar valiente disciplina
tenga más platicantes que la plaza;
descansen tela falsa y tela fina.
Suceda a la marlota la coraza,
y si el Corpus con danzas no los pide,
velillos y oropeles no hagan baza.
El que en treinta lacayos los divide,
hace suerte en el toro y con un dedo
la hace en Él la vara que los mide.
Mandadlo así, que aseguraros puedo
que habéis de restaurar más que Pelayo,
pues valdrá por ejércitos el miedo
y os verá el cielo administrar su rayo.
y cuando nuestras fuerzas examina
persecución unida y belicosa,
la militar valiente disciplina
tenga más platicantes que la plaza;
descansen tela falsa y tela fina.
Suceda a la marlota la coraza,
y si el Corpus con danzas no los pide,
velillos y oropeles no hagan baza.
El que en treinta lacayos los divide,
hace suerte en el toro y con un dedo
la hace en Él la vara que los mide.
Mandadlo así, que aseguraros puedo
que habéis de restaurar más que Pelayo,
pues valdrá por ejércitos el miedo
y os verá el cielo administrar su rayo.
Francisco de Quevedo(Texto gentileza de Esperanza Espina y Dante Gumiel)
GB
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