Anduve, San Martín, tanto y de sitio en sitio,
que descarté tu traje, tus espuelas, sabía
que alguna vez, andando en los caminos
hechos para volver, en los finales
de cordillera, en la pureza
de la interperie que de tí heredamos,
nos íbamos a ver de un día a otro.
Cuesta diferenciar entre los nudos
de ceibo, entre raíces,
entre senderos señalar tu rostro,
entre los pájaros distinguir tu mirada,
encontrar en el aire tu existencia.
Eres la tierra que nos diste, un ramo
de cedrón que golpea con su aroma,
que no sabemos donde está, de dónde
llega su olor de patria a la praderas.
Te galopamos, San Martín, salimos
amaneciendo a recorrer tu cuerpo
respiramos hectáreas de tu sombra,
hacemos fuego sobre tu estatura.
Eres extenso entre los héroes.
Pablo Neruda, CANTO GENERAL XXI.
San Martín. (1810)
Prof GB
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