lunes, 16 de abril de 2012

El modelo para YPF “no es de estatización”, sino de “recuperación de soberanía”



Al hacer el anuncio sobre el envío de un proyecto al Congreso para expropiar el 51% de las acciones de la petrolera, Cristina afirmó que de seguir “con la política de vaciamiento” que viene aplicando Repsol, “nos tornaríamos en un país inviable”.

El Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso un proyecto para declarar de interés público nacional lal anuncio sobre el envío de un proyecto al Congreso para expropiar el 51% de las acciones de la petrolera, Cristina afirmó que de seguir “con la política de vaciamiento” que viene aplicando Repsol, “nos tornaríamos en un país inviable”.


El Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso un proyecto para declarar de interés público nacional la explotación de hidrocarburos con el objetivo de lograr el autoabastecimiento. El proyecto establece la expropiciación del 51 por ciento delas acciones, de las cuales el Estado nacional tendrá el 26,01% del total y las provincias productoras, el 24,99%.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner explicó en cadena nacional que “el modelo no es de estatización, que quede claro, sino de recuperación de la soberanía y control de un instrumento fundamental”, y agregó que se conformará “una conducción de la empresa profesionalizada”.
En ese marco, indicó que “durante muchos años en distintos sectores de la economía manejados por el Estado, se aplicó un criterio partidario, que siguió dando argumento a que el Estado era inútil y que sólo los privados podían manejar recursos del Estado”.
La mandataria sostuvo que  ”somos casi el único país que no maneja los recursos naturales”, y señaló que “un motivo mas fuerte” para tomar esta decisión es que desde la privatización, la Argentina se convirtió en importador de gas y petróleo. “Desde que se desnacionalizó en 1998 y hasta el 2011 nos hemos convertido en importadores netos de gas y petróleo”, agregó Cristina en un acto en Casa de Gobierno.
En esa misma línea, agregó que  ”el problema fue la desnacionalización” que -afirmó- “atraviesa desde los sectores más primarios hasta los de más valor agregado”. Y aseguró que desde 1999 hasta el 2011 “la utilidad neta de YPF fue de 16.450 millones de dolares” y que la empresa distribuyó dividentos por 13.246 millonesde dólares.

“Proseguir con esta política de vaciamiento, de noproducción, de no exploración, prácticamente nos tornaríamos en unpaís inviable, por políticas empresariales y no por recursos, yaque somos el tercer país en el mundo -según la agencia de petróleode los Estados Unidos- luego de China y EEUU en tener gas”, dijo lamandataria.
En total son 19 artículos que se enviarán hoy al Congreso de la Nación. Entre los artículos del proyecto se establece la necesidad de garantizar el desarrollo económico, y el crecimiento “equitativo y sustentable de las provincias”.
También se establece que el Poder Ejecutivo arbitrará las medidas al cumplimiento de esta medida con el concurso de los estados provinciales y el capital público y privado nacional e internacional”.


FUENTE aGePeBa.

GB

DEBATE: LAS CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA CRISIS DEL VIEJO CONTINENTE El sinsentido de la austeridad europea



En un texto escrito especialmente para Página/12, el autor afirma que la tragedia griega aparecerá como un episodio menor dentro de la crisis europea. Sostiene que las políticas de ajuste que impulsa Alemania están llevando a los países del bloque al suicidio.

 Por Sergio Cesaratto
Opinión
La crisis financiera europea no terminó, acaba de comenzar. En el largo plazo, la tragedia griega aparecerá como un episodio menor. No es difícil para los argentinos comprender el origen de la crisis, aunque es sorpresivo por qué una de las regiones más ricas del mundo y una referencia global para el crecimiento con equidad social se está suicidando al adoptar medidas de austeridad que profundizan la crisis.
La Unión Monetaria Europea (EMU, por sus siglas en inglés) nació de un diseño político francés que pretendía atar para siempre el destino de la Alemania post-unificación a Europa occidental. De otro modo, la nueva Alemania hubiera mirado hacia el este, como lo hizo de todas formas al convertirse en el eje manufacturero de Europa del este, hacia donde descentralizó sus producciones de menor valor agregado. Al participar de la EMU, Italia y otros países apuntaron a importar la disciplina fiscal, monetaria y laboral alemana.
Los economistas de Estados Unidos alertaron a los europeos que la EMU no era un “área monetaria óptima”, ya que era muy heterogénea en términos económicos, culturales y lingüísticos. Las elites europeas lo vieron como una conspiración norteamericana para impedir el nacimiento de una nueva divisa internacional. Sea lo que fuera, lo que sucedió entre 1999 y 2008 es una historia conocida para los argentinos. La liberalización financiera y la fijación del tipo de cambio generaron enormes flujos financieros desde el “núcleo” europeo –Alemania, Holanda, Austria y Finlandia– hacia la “periferia” –fundamentalmente, España, Grecia e Irlanda–. Estrictamente, Francia e Italia no pertenecen a ninguno de los grupos, la industria manufacturera italiana se ubica segunda sólo por detrás de Alemania y esto evidencia las diferencias entre Italia y España. Los flujos de capitales condujeron a un boom de la construcción en Irlanda y España e impulsaron el despilfarro del gobierno en Grecia. Esto condujo a un efímero crecimiento en esos países, acompañado por una inflación relativamente elevada y la consecuente pérdida de competitividad. Las cuentas externas se volvieron negativas y acumularon un enorme caudal de deuda, principalmente con Alemania.
Asimétricamente, desde fines de la década del 90, bajo el gobierno social- demócrata del canciller Schroeder, Alemania adoptó una política mercantilista de moderación salarial y fiscal junto con flexibilización laboral. Por un lado, comprimía la demanda doméstica y la inflación y, por el otro lado, financiaba la demanda agregada en la periferia. Esto se convirtió en la desembocadura del modelo de crecimiento alemán basado en las exportaciones.
El único problema es que la periferia acumuló enormes cantidades de deuda externa sin tener la capacidad para, eventualmente, terminar con los desbalances devaluando sus monedas, como hizo Argentina en 2002 o Italia en 1992, luego de los desequilibrios creados por el Sistema Monetario Europeo en los 80. A fines de 2009, los mercados financieros comenzaron a dudar de la solvencia de las economías periféricas. La crisis golpeó a Grecia, Irlanda, Portugal en 2010 y a la tercera y cuarta economía de la EMU, España e Italia en 2011. Como consecuencia de la caída en los ingresos fiscales y el rescate público del sector bancario en países como Irlanda y España, los problemas de deuda privada se convirtieron en un problema de deuda pública.
La respuesta europea ha sido caracterizada históricamente por ser sistemáticamente “muy chica, muy tarde”. Los fondos de emergencia europeos fueron concebidos para evitar el default de los gobiernos periféricos. Sin embargo, hay un inconveniente: una parte significativa de esos recursos viene de los mismos países que necesitan el financiamiento, un círculo vicioso. Contra el deseo de Alemania, el Banco Central Europeo (BCE) tuvo una tímida intervención para sostener las deudas soberanas periféricas, pero sólo lo suficiente para evitar el colapso de la EMU y no para mantener en niveles sostenibles las tasas de interés sobre esas deudas (los dos miembros alemanes del directorio del BCE renunciaron en protesta durante 2011).
Los alemanes se oponen a que el BCE actúe como prestamista de última instancia para los países y bancos, la principal razón por la cual fueron creados los bancos centrales. La idea de un banco central que coopere democráticamente con la política fiscal fue parte de la reciente reforma del Banco Central argentino. Pero los líderes alemanes, los gobernantes demócratascristianos y la oposición socialdemocrata, comparten, consciente o inconscientemente, un diagnóstico errado de la crisis europea. En nombre de un inexistente peligro inflacionario, rechazan el accionar firme del BCE para calmar a los mercados al actuar como el máximo garante/protector de las deudas periféricas. Es más, Alemania impuso medidas de austeridad fiscal sobre la periferia argumentando que el derroche fiscal es el responsable de la crisis.
El resultado es una situación económica y social en deterioro. Alemania espera sobrevivir, a pesar de la caída de los mercados periféricos europeos, mirando hacia las economías emergentes. La única acción efectiva fue tomada en diciembre pasado por el titular del BCE, Mario Draghi, nuevamente con la oposición alemana, al prestarle a los bancos europeos un billón de euros por tres años a una tasa de uno por ciento con la expectativa de que una parte se utilice para sostener las deudas soberanas. Esa operación sirvió como alivio de corto plazo, pero ahora los bancos tienen más bonos de deuda, una situación nada tranquilizadora dado que las causas que generaron la crisis siguen presentes.
Los países europeos están en un escenario kafkiano: locos si se quedan, locos si se van. Por un lado, el quiebre de la Eurozona devastará al sistema financiero global, dado que cualquier país endeudado entrará en default al mismo tiempo. Por otro lado, Alemania se opone a la solución más razonable: permitir que el BCE sostenga la deuda europea, impulsar la demanda interna alemana permitiendo que los salarios y el gasto fiscal aumenten, implementar un enorme Plan Marshall europeo para la periferia emitiendo eurobonos.
Este es el triste final de una linda historia europea de construcción de una sociedad justa y eficiente. Tal vez, cuando las cosas empeoren, incluso para los alemanes, el fracaso de la austeridad lleve a medidas más progresivas. Sin embargo, eso no compensará el sufrimiento innecesario que imponen las políticas vigentes sobre millones de europeos. La presión de Estados Unidos y las economías emergentes para que Alemania asuma un liderazgo regional y global y no se comporte como Suiza serían de gran ayuda.

Prof GB

Historia del nuevo saqueo a YPF, por Jorge Tribó



El grupo argentino Petersen compra a YPF el 14,9% de la compañía petrolera ($2.200 millones de dólares) y con opción de compra de otro 10% a futuro. ¿Cómo hizo el grupo Petersen para pagar este importe?, he aquí los pasos dados:
1) El grupo argentino Petersen tomó un crédito de 71,5 millones de dólares garantizado con fondos que mantiene depositados en el banco Credit Suisse con el objetivo de dotar de capital a una subsidiaria australiana, que compró el grupo Petersen en febrero una parte de YPF.
2) El crédito fue otorgado por la financiera suiza Chervil Capital Invest, según documentos presentados ante las autoridades financieras de EE.UU o sea, que saca un crédito en Suiza para capitalizar a su sucursal en Australia que compra una parte de YPF.
3) Según los documentos enviados a la Securities and Exchange Commission (SEC) de EE.UU., la operación, que se realizó por un total de 2.235 millones de dólares, fue fondeada con deuda contraida por los compradores (grupo Petersen) prácticamente en su totalidad, o sea que compraron sin poner plata del bolsillo propio
4) La transacción incluyó un crédito de Repsol por 1.015 millones de dólares y otro préstamo de 1.026 millones de dólares de un consorcio de bancos liderado por Credit Suisse, o sea que Repsol otorga un préstamo al grupo liderado por Eskenazi equivalente al 50% del valor total de la compra y un consorcio de bancos liderado por Credit Suisse y asociado a los bancos Goldman Sachs, BNP Paribas y Banco Itaú Europa), que le otorga otro préstamo de 1.026 millones de dólares, correspondiente a la otra mitad del valor total.
5) Pero surge la siguiente pregunta: ninguna empresa puede embarcarse en una operación de esta magnitud sin una base de capital razonable, máxime, si según los primeros informes sobre el tema, se indica que, Petersen Energía SA, una sociedad constituida en Madrid, contaba con un capital mínimo de unos 60.000 euros, con ese capital, buena parte de la clase media argentina, podría haber pagado el 14,9 % de las acciones de YPF.
6) Pero, según los informes enviados a la SEC revelan que Petersen S.A. (Madrid) fue capitalizada por otra subsidiaria de la familia Eskenazi en Australia, Petersen Energía PTY, en 110 millones de dólares o sea, que el crédito que pidió Eskenazi para capitalizar a su subsidiaria de Australia y que fue garantizado con fondos que el grupo tenía depositado en el banco Credit Suisse, terminó siendo utilizado para capitalizar a Petersen S.A. de Madrid
7) ¿Cómo consiguió Petersen PTY reunir ese dinero? (los 71,5 millones de dolares depositados en Suiza) Nuevamente con créditos: Contratos, cartas y otros documentos enviados a la SEC, muestran que Chervil Capital Invest, una subsidiaria de Credit Suisse, le prestó a Petersen 71,5 millones de dólares a pagar a seis años y ese préstamo lo depositó en la casa Central del Credit Suisse y posteriormente, ese importe, es utilizado como garantía para el crédito que capitaliza a la sucursal australiana
8) Este crédito inicial está garantizado "por todos los activos, valores e inversiones que en el presente o en el futuro tengan depositados en Credit Suisse, Petersen PTY, Matías Eskenazi, Enrique Eskenazi, Sebastián Eskenazi y Hazel Sylvia de Eskenazi", dice la declaración del grupo Petersen ante la SEC. Esta garantía fue ratificada en una carta que le envió a Chervil un representante de Credit Suisse, Michael Lienhardt, según el matutino, o sea que seúun esta clausula, el crédito bien podía ser garantizado con las acciones adquiridas a Repsol YPF.
9) Los documentos no especifican a cuánto ascienden los activos de Petersen y la familia Eskenazi en Credit Suisse. Pero el préstamo fue concedido a una tasa de interés baja, de 2% sobre LIBOR, un indicio de que el crédito es considerado de bajo riesgo y que cuenta con respaldo suficiente.
10) Pese a que se informó que Petersen PTY recibió de la familia Eskenazi contribuciones de capital por un total de 300 millones de dólares", en realidad, los números finales fueron distintos. Sucede que YPF decidió, a principios del año 2008, pagar un dividendo de US$ 1300 millones que correspondían al ejercicio 2006 y que nunca fueron retirados por el grupo español, pero resulta que como el ingreso de Petersen se efectivizó el 21 de este mes (febrero del 2008) y el pago de esos dividendos se realizó en los últimos días de febrero, los inversores locales ya se han hecho acreedores del porcentaje que les corresponde: 201 millones de dólares. Pero Petersen no embolsará ni un centavo de ese dinero sino que lo cedió totalmente para cancelar su deuda con el vendedor (Repsol YPF). La conclusión es que Repsol podrá llevarse el total de los dividendos por repartir (y el grupo Petersen se queda con YPF sin poner un peso.
11) En el acuerdo de socios se destacó una agresiva política de dividendos a la que se sometería la caja de la filial argentina: se acordó el pago de un monto extraordinario de 850 millones de dólares entre 2008 y 2009. Eskenazi necesita su parte para poder repagar sus créditos, mientras que Repsol podrá retirar una suma nada menor de la operación local, o sea que de los dividendos de YPF, en la Argentina no queda nada.
12) Como vemos, Eskenazi compro el 25% de las acciones de YPF con las utilidades de la misma empresa petrolera, más una política de endeudamiento de la empresa estatal argentina, cabe recordar que en el pasado fue saqueada oportunamente por los españoles, con la complicidad de Carlos Menem.
13) Finalmente, cabe destacar que, más allá de que sus socios son locales, las compañías compradoras están radicadas en el exterior (algo parecido a la empresa Siderar de la familia Rocca)
14) La nueva accionista de YPF es Petersen Energía, una compañía española. A su vez, ésta es controlada por otra Petersen Energía PTY, una firma radicada en Melbourne, Australia, que fue la que recibió los créditos para la operación.
15) Eskenazi informó que "No había ninguna posibilidad de buscar US$ 1000 millones en el mercado con una sociedad basada en la legislación argentina.
16) Según Eskenazi, hubo pedidos de los bancos para radicarlas en otros países, se evaluó varias opciones y se optó por radicarla en Australia", justificó esta decisión con el argumento de que, más allá de la nacionalidad de la empresa, los socios de la firma australiana son todos argentinos: Sebastián y Matías Eskenazi (38% cada uno), Ezequiel Eskenazi (1%) y Enrique Eskenazi (23%).

FUENTE AGENCIA PACO URONDO

GB

La excelente política petrolera del gobierno, por Horacio Bustingorry


Capital Federal (Agencia Paco Urondo) El anuncio hecho por Fernández de Kirchner el 7 de diciembre sobre el descubrimiento de un enorme yacimiento de gas en Neuquén significa un importante avance en la política de hidrocarburos implementada por el gobierno nacional. Lamentablemente, el hecho se vio empañado por la represión de la Policía Federal y Metropolitana en Villa Soldati esa misma noche y la presencia del neoliberal Mauricio Macri en el anuncio. Sin embargo, el accionar de las mafias policiales no debe eclipsar el significado de este descubrimiento y la coherencia de la política energética K.
Una política hidrocarburífera nacional sin nacionalizaciones
Muchos detractores y simpatizantes del gobierno plantean que el modelo a seguir en hidrocarburos es el llevado a cabo por Venezuela y Bolivia, países con producción bajo gestión estatal. Los detractores aducen que la no estatización de estos recursos demuestra el doble discurso del gobierno, que dice ejercer soberanía cuando en realidad “entrega las riquezas naturales a las empresas extranjeras”. Los kirchneristas esgrimen que la correlación de fuerzas no permite un avance a fondo. Ambos están equivocados porque la política petrolera y gasífera actual es perfectamente coherente con el proyecto económico que encabeza Cristina.
Tanto el Estado de Bolivia como de Venezuela administran de sus recursos de hidrocarburos para apropiarse de esa riqueza, conseguir ganancias a través de la exportación y distribuir la renta obtenida entre la población. Para Bolivia, el principal recurso exportable es el gas y para Venezuela, el petróleo. Los índices de pobreza en ambos países son muy altos y la apropiación de la riqueza del subsuelo apunta a paliar ese déficit. El objetivo son las divisas para desarrollar un país de mayorías campesinas (Bolivia) y con una industrialización incipiente (Venezuela), muy por debajo de Argentina y Brasil.
En contraste con esas experiencias, Argentina posee un mayor desarrollo capitalista y tiene margen para buscar la solución del flagelo de la pobreza y el desempleo a través de otras alternativas. La distribución de la riqueza, la generación de puestos de trabajo, la caída en los índices de pauperización fueron posibles desde 2003 por el crecimiento de la industria, la construcción y el comercio. La reducción en los índices de desocupación fue lograda en las micro, pequeña y medianas empresas. La política petrolera y gasífera fue un engranaje más en el modelo kirchnerista de creación de empleo.
La política hidrocarburífera está en consonancia con la matriz neodesarrollista del modelo. Su principal rasgo apunta a incrementar la producción de gas y petróleo, aumentando la oferta energética y acompañando el crecimiento del PBI industrial. Se trata de evitar la asfixia energética ante la creciente demanda de las fábricas, sea por vía directa (mayor provisión de gas) o indirecta (aumento de la generación eléctrica). La construcción de centrales termoeléctricas que utilizan combustibles fósiles para su funcionamiento ha crecido a buen ritmo en los últimos años.
La política petrolera y gasífera también ha contribuido a bajar el costo de funcionamiento de las empresas. Los bajos precios de las naftas en términos comparativos permitió el abaratamiento de la circulación de mercancías. La no escalada de precios coadyuvó a bajar el costo laboral sin reducir salarios, vía el abaratamiento del costo de reproducción de los trabajadores. Esto es posible porque las mercancías consumidas por los obreros no aumentaron al mismo ritmo que el dólar. Además, la propia movilidad y transporte de los trabajadores se vio favorecida por el aumento controlado de los combustibles. El dinero ahorrado en ese rubro pudo ser volcado al mercado interno y contribuir de esa manera al círculo virtuoso de generación de empleo.
Los mecanismos para el control del precio del petróleo y sus derivados son variados. Por un lado el precio del barril de crudo en el mercado interno está fijado en 42 dólares. Ante subas de precios en el mercado internacional superior a 90 dólares se ha diseñado un complejo sistema de movilidad para desacoplar los precios internos de los externos. Por otra parte se cobran retenciones del 45 % a la exportación de crudo y del 5 % a las naftas. Cuando los aumentos de precios son aplicados por las refinerías, el gobierno se vale de la Ley de Abastecimiento para regularlos. La disposición que estableció recientemente la Secretaría de Comercio Interior para que Shell y Esso retrotraigan los valores de sus naftas al 28 de enero pasado es un ejemplo de ello.
Es evidente que esta política nada tiene que ver con el supuesto modelo extractivo del que hablan el pinosolanismo y algunos economistas. Ellos homologan la política minera a la hidrocarburífera. La actividad minera se desarrolla en una economía de enclave, acotada a regiones específicas y sin generación de valor agregado. El mineral se extrae e inmediatamente es destinado a la exportación sin cobro de retenciones. En ese sentido esa política mantiene rasgos neoliberales. La lógica de dicha actividad responde más a una alianza política del gobierno con las provincias mineras que al delineamiento de un modelo económico de alcance nacional. En cambio, la política petrolera y gasífera es desarrollada a través de un mercado regulado por el Estado. Los controles de precios permitieron que las industrias de menor competitividad –que son las mayores generadoras de empleo- pudiesen competir con el boom de las importaciones chinas. Gracias a ello los índices de generación de empleo han sido espectaculares durante buena parte del kirchnerismo. Queda refutado entonces, el sentido común tanto de izquierda como de derecha que atribuye los logros sociales del gobierno nacional sólo a los buenos precios internacionales de la soja.
¿La nacionalización del petróleo hubiese profundizado esta política?
La nacionalización del petróleo hubiese implicado un descalabro inicial y un reacomodo operativo y organizativo con una pronunciada caída de la producción. Dada la complejidad de la extracción petrolera actual, el manejo de esos recursos por el Estado no significa que automáticamente se genere una mayor productividad. La opción elegida por el gobierno nacional fue otra. Ante la caída de las inversiones y las reservas el gobierno de Cristina optó por la táctica de incorporar un socio argentino a Repsol YPF.
La compra por parte de Enrique Eskenazi, en diciembre de 2007, del 14,9 % de los activos que Repsol posee en el país fue parte de ese plan. La apuesta del gobierno fue incorporar a la petrolera un empresario de confianza para fijar un plan de inversiones acorde a las necesidades del modelo económico más general. “Capitalismo de amigos” dicen los representantes de la derecha liberal al estilo de Jorge Fontevecchia. Lo concreto es que a partir de Eskenazi, Repsol incrementó los niveles de exploración y asumió mayores compromisos de inversión. En los últimos años la empresa adquirió sus propios equipos de perforación siendo la única petrolera con áreas adjudicadas que en algunas regiones no subcontrata compañías perforadoras. Además, Repsol -pese a ser la empresa con mayor cantidad de yacimientos en el país- no es la principal exportadora de crudo ya que la mayor parte de su producción es volcada al mercado interno.
Es interesante un contrapunto con la reciente experiencia en Bolivia donde se intentó un fuerte aumento de combustibles. La reacción popular contra esa medida del compañero Evo Morales debe servir como alarma para quienes tienen una fascinación acrítica por las decisiones tomadas en países extranjeros. Pese a la nacionalización del 85 % del petróleo, la caída de la producción en Bolivia ha sido vertiginosa. La ausencia de cuadros técnicos, dificultades en la gestión y un fuerte desmanejo llevaron a la decisión de aumentar los precios con el objetivo de que las empresas privadas incorporen un plan de inversiones. El paso abrupto del festín capitalista a la apropiación del Estado de los recursos desembocó en una medida antipopular de uno de los gobiernos más progresivos de América Latina. Ese es el modelo que el pinosolanismo propone para Argentina. Los resultados están a la vista.
¿Qué perspectivas abre el descubrimiento del yacimiento en Neuquén?
Algunas voces plantearon que hace mucho tiempo se sabía de tales reservas. Sea como fuere, el anuncio hecho por Cristina el 7 de diciembre indica que está en marcha un programa de inversiones de alto valor. La formación de arenas compactas y arcillosas que presenta este yacimiento requiere un mayor desembolso de dinero y la utilización de una tecnología más compleja en las tareas de perforación y terminación de pozos que la convencional. Cuando esas reservas estén en actividad en los próximos años, la mayor producción de gas y petróleo permitirá en el incremento de la oferta energética y la disipación de la crisis tantas veces anunciada y nunca concretada. Por eso, el camino elegido por el kirchnerismo de acordar con Repsol un programa de inversiones ha sido la mejor manera de no dejar al capricho del mercado la política hidrocarburífera del país. Este plan tal vez no tenga la mística que a muchos militantes les gustaría manifestar. Sin embargo, permitió avanzar en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población a la manera que enseñaba el General: “en su medida y armoniosamente”. (Agencia Paco Urondo)

GB

Política petrolera: ¿Nacionalización de YPF o incremento de la producción?


Por Horacio Bustingorry I "Una nacionalización total de YPF (que si bien es la empresa con más áreas adjudicadas no posee más del 30 % de la producción) no necesariamente será garantía del incremento de la oferta petrolera. La necesidad de capitales privados parece incuestionable...".
http://www.clarin.com/edicion-impresa/Gobierno-YPF-creciente-deficit-energetico_CLAIMA20120413_0040_19.jpg
En un artículo anterior planteamos una caracterización de la política petrolera del gobierno. Sosteníamos que la producción de petróleo debía entendérsela como insumo industrial y no como generador de renta para la distribución de la riqueza. En ese sentido la política petrolera no podía ser similar a la de Bolivia y Venezuela donde la propiedad estatal del gas y el petróleo garantiza que la captación de renta de las riquezas naturales sea distribuida entre el conjunto de la población.
Entendíamos además que una YPF privatizada no necesariamente implicaba una política entreguista. Las retenciones a las exportaciones de petróleo y nafta, el desacople del precio externo con los del mercado interno y las políticas de control de precio sobre los combustibles son elementos que nada tienen que ver con la política petrolera de los 90. Sin embargo en la nota manifestábamos fuertes expectativas sobre el plan de inversiones comprometido por YPF, planteo que resultó ser erróneo. Aun así la avanzada del gobierno sobre Repsol no desmiente la idea general del artículo sino que la confirma: el problema urgente en Argentina no es recuperar YPF para el patrimonio nacional sino recuperar el autoabastecimiento petrolero para el crecimiento industrial.
Este argumento es similar a los planteos desarrollistas clásicos. La energía debe ser un insumo de bajo costo para facilitar inversiones en la industria. Se torna indispensable asegurar el autoabastecimiento petrolero para evitar las volatilidades de un escenario internacional complicado. Para lograrlo es necesario incrementar la producción a través de un máximo desarrollo de las cuencas. Sin embargo existe una importante diferencia entre ambos modelos. Los desarrollismos de Frondizi y Onganía basaban el crecimiento industrial en la expulsión de fuerza de trabajo. El neodesarrollismo kirchnerista en cambio tiene como uno de sus principales pilares la creación de empleo.
Uno de los intentos del gobierno nacional para incrementar la producción petrolera fue el ingreso del Grupo Petersen a YPF. Se buscaba que un empresario de confianza del gobierno desarrollase un plan de inversiones acorde a las necesidades de la economía. La apuesta fue coherente pero magros los resultados obtenidos. Las inversiones nunca llegaron, la caída de la producción se mantuvo y la oferta petrolera continuó en declive. Todo eso sumado a que las compras de acciones de YPF por parte de Enrique Eskenazi se hizo con las propias utilidades de la empresa y sin poner un solo peso.
El endurecimiento del gobierno con Repsol es producto del fracaso de la anterior tentativa. Las críticas contra la empresa fueron la fuerte desinversión, la falta de exploración, la caída de la producción. En la misma línea se expresaron los compañeros de La Cámpora con afiches pegados a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. El documento que redactó la OFEPHI para intimar a las empresas a realizar las inversiones retoma los mismos tópicos. En su artículo 2º se aboga por una mayor exploración y producción, en el artículo 3º se plantea un seguimiento para detectar los procesos de desinversión y en el artículo 4º se habilita los ceses de concesiones. Hasta el momento Repsol ha perdido casi un cuarto de sus áreas. Se le quitaron concesiones en Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Mendoza. Salta y Río Negro y existen intimaciones por parte de Tierra del Fuego y Formosa. En otras provincias también se ha avanzado sobre otras empresas como es el caso del yacimiento Veta Escondida en Neuquén que estaba en manos de Petrobras.
Este quite de concesiones no debe confundirse con un avance en la recuperación del patrimonio nacional. Las medidas fueron tomadas por la ausencia de inversiones, es decir por la falta de cumplimiento de la función social por parte del capital. Las áreas serán licitadas nuevamente y podrán ingresar capitales estatales, privados o mixtos. El quid de la cuestión pasa por asegurar que un mayor porcentaje de las ganancias sea destinado a inversiones. En ese marco debe entenderse el cuestionamiento de Cristina a Repsol por la distribución del 90 % de los dividendos entre los accionistas.
El problema sigue vigente y la solución es tema de controversia. Una nacionalización total de YPF (que si bien es la empresa con más áreas adjudicadas no posee más del 30 % de la producción) no necesariamente será garantía del incremento de la oferta petrolera. La necesidad de capitales privados parece incuestionable, máxime teniendo en cuenta que los yacimientos que prometen una mayor producción requieren de una tecnología de avanzada y de un desembolso de dinero que el Estado por si solo no está en condiciones de afrontar.
No se sabe hasta donde quiere ir el gobierno y cual será la alternativa. Una posibilidad que se baraja es la constitución de una empresa mixta con la participación del Estado Nacional, de los Estados Provinciales y del capital privado. Como nos señaló un lector el modelo Petrobras tal vez sea la opción más adecuada. Qué solución se adoptará dependerá de un minucioso análisis técnico y de una realista percepción de la correlación de fuerzas. Sea cual sea la decisión final el camino ya está en marcha y el futuro es promisorio.

FUENTE AGENCIA PACO URONDO.

GB

domingo, 15 de abril de 2012

YPF, una historia

"Como aconteció con muchas otras cuestiones semejantes, durante el gobierno de Yrigoyen los radicales estuvieron divididos en torno del problema del petróleo. Algunos propugnaban su explotación por parte del capital extranjero; otros urgían crear una entidad semiestatal apoyada con inversiones del capital nacional; y un número mayor aún deseaban que se estableciera una suerte de asociación entre el Estado y los inversores extranjeros, por la cual aquel se hiciera cargo de la exploración y organizara luego la adjudicación de conseciones privadas. El gobierno se había inclinado por esta última opción. En los mensajes al Congreso, Yrigoyen nunca mencionó la nacionalización o el monopolio estatal.
Otra expresión delc ambio era el marcado antinortemaericanismo que fue difundiéndose entre los yrigoyeniestas. A mediados de la década la Standard Oil había establecido uan importante base de operaciones en el país. En 1926 La Epoca inició una prolongada campaña contra el otorgamiento de derechos de perforación por parte de las autoridades provinciales de San Luis y Jujuy.

A partir de entonces atacar a los "trusts petroleros norteamericanos" se convirtió en un lugar común. En el curso del debate sobre este tema llevado a cabo en el Congreso en setiembre de 1927 fueron habituales comentarios como este:

"se sabe el enorme peligro que entraña para las naciones que poseen grandes petrolíferas, tener metido dentro de sus fronteras el poder tentacular de una gran compañía-sin nombrarla , todos los señores diputados saben a que me refiero al poderoso trust del norte- , que ha traído a todas las repúblicas latinoamericanas, no solo , duras complicaciones de carácter económico y financero, sino lesiones irreparables a su soberanía y a su dignidad internacional."

Otro diputado yrigoyenista declaró:

"Que se salve la segunda riqueza pública. No demos el espéctaculo (que dimos en el caso) de la tierra pública.Salvemos esto que es la sangre misma del país. Un motor no roncará en el territorio inmenso de país sin que en sus entrañas arda este nuevo espíritu, que es el espíritu que trnsforma industrialmente, socialmente y económicamente la nueva Argentina que soñamos."

Varias eran las razones por las cuales el monopolio estatal del petróleo se convirtió en un slogan tan popular entre los yrigoyenistas.
Estaba concebido como una manera de allanar el camino hacia un proceso de gran desarrollo industrial, lo cual significaría eludir los diversos problemas que originaban los períodos de contracción económica y de contracción de los mercados para los artículos de exportación."

David Rock, El radicalismo argentino, 1890-1930, Amorrortu Editores, pp. 239-240.

UN POCO DE ECONOMIA Y SOBERANIA

" ADVERTENCIAS MUY DURAS", " ATAQUES", " HOSTILIDAD", "TENSION", "ULTIMATUM", "CONSECUENCIAS (?)".... apenas algunos de los conceptos del monopolio para definir  la relación de España-YPF-REPSOL, y nuestro gobierno.
Con clara postura pro-española, Clarín, por un ratito cargó sus tintas contra nuestro Estado soberano, mientras vuelve a preparar para estos días otro embate contra el gobierno nacional con Boudou como excusa.

YPF-REPSOL, ganó en los últimos diez años en la Argentina, 41 mil millones de pesos y giró al exterior 47 mil millones de pesos.
Por qué entonces, existen áreas sin explotar?, en un país que dio claras muestras de crecimiento económico y necesita petróleo y gas convencional y no convencional para seguir generando producción, empleo e inclusión.
Será quizás porque el poco o mucho capital acumulado es para cubrir parte de la crisis capitalista engendrada por los gobiernos españoles, que hoy por ejemplo tiene al 50,5% por ciento de sus jóvenes desempleados?

Mientras el mundo capitalista occidental se debate, especialmente en Europa entre medidas económicas ortodoxas ( léase neoliberales: ajuste:desocupación:menos educación:menos salud), aquí los coreutas periodísticos, cuestionan decisiones soberanas como la actividad del Banco Central, o las posturas pro-activas para incrementar la producción de..NUESTROS RECURSOS NATURALES.

Lograr mantener el nivel de empleo, pagar deudas con reservas y no emitir deuda para luego pagar esos intereses, controlar los capitales financieros, negociar con las empresas multiancionales para desidir en conjunto cuando, dónde y cuanto invertir en función de un plan productivo, mantener al país alejado de la crisis internacional, fortalecer la producción nacional impidiendo la entrada indiscrimianda de importados que ayuden a paliar (otra vez) las crisis nacionales de los países centrales donde cae la capacidad de compra de sus ciudadanos, es "pelearse y aislarse del mundo"

Martínez de Hoz y Cavallo, decían exactamente los mismo, Argentina durante décadas estuvo aislada del mundo, pero con ellos estuvo bien aspectada en el FMI y el BANCO MUNDIAL, e incluída en el endeudamiento eterno.

"Según la Cosntitución de 1994, el dominio originario otorga a las provinciasla capacidad de otorga las licencias de explotación."

"Pero algunos juristas expresan que, mas allá del dominio originario de las provincias, la propiedad de los hidrocarburos es del pueblo argentino."

"Resulta imprescindible la participación decisiva de la Nación en la explotación de hidrocarburos"
( JORGE ANDRES REPAR, miembro de CARTA ABIERTA, especialista en energía)

Tecnología, inversión,herramientas jurídicas regulatorias, conocimiento, empresas, trabajadores y el Estado-Nación; siempre serán algunas de las variables que debemos tener en cuenta a la hora de opinar en este sistema capitalista mundial, qué rol nos ocupa como argentinos: soberanos.


GB