"Como aconteció con muchas otras cuestiones semejantes, durante el gobierno de Yrigoyen los radicales estuvieron divididos en torno del problema del petróleo. Algunos propugnaban su explotación por parte del capital extranjero; otros urgían crear una entidad semiestatal apoyada con inversiones del capital nacional; y un número mayor aún deseaban que se estableciera una suerte de asociación entre el Estado y los inversores extranjeros, por la cual aquel se hiciera cargo de la exploración y organizara luego la adjudicación de conseciones privadas. El gobierno se había inclinado por esta última opción. En los mensajes al Congreso, Yrigoyen nunca mencionó la nacionalización o el monopolio estatal.
Otra expresión delc ambio era el marcado antinortemaericanismo que fue difundiéndose entre los yrigoyeniestas. A mediados de la década la Standard Oil había establecido uan importante base de operaciones en el país. En 1926 La Epoca inició una prolongada campaña contra el otorgamiento de derechos de perforación por parte de las autoridades provinciales de San Luis y Jujuy.
A partir de entonces atacar a los "trusts petroleros norteamericanos" se convirtió en un lugar común. En el curso del debate sobre este tema llevado a cabo en el Congreso en setiembre de 1927 fueron habituales comentarios como este:
"se sabe el enorme peligro que entraña para las naciones que poseen grandes petrolíferas, tener metido dentro de sus fronteras el poder tentacular de una gran compañía-sin nombrarla , todos los señores diputados saben a que me refiero al poderoso trust del norte- , que ha traído a todas las repúblicas latinoamericanas, no solo , duras complicaciones de carácter económico y financero, sino lesiones irreparables a su soberanía y a su dignidad internacional."
Otro diputado yrigoyenista declaró:
"Que se salve la segunda riqueza pública. No demos el espéctaculo (que dimos en el caso) de la tierra pública.Salvemos esto que es la sangre misma del país. Un motor no roncará en el territorio inmenso de país sin que en sus entrañas arda este nuevo espíritu, que es el espíritu que trnsforma industrialmente, socialmente y económicamente la nueva Argentina que soñamos."
Varias eran las razones por las cuales el monopolio estatal del petróleo se convirtió en un slogan tan popular entre los yrigoyenistas.
Estaba concebido como una manera de allanar el camino hacia un proceso de gran desarrollo industrial, lo cual significaría eludir los diversos problemas que originaban los períodos de contracción económica y de contracción de los mercados para los artículos de exportación."
David Rock, El radicalismo argentino, 1890-1930, Amorrortu Editores, pp. 239-240.
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