miércoles, 11 de abril de 2012

MEDIOS Y DEMOCRACIA, NO COINCIDEN


Medios|abril 11, 2012

Fuente AgePeBa

La demonización del “kirchnerismo”, punto de encuentro de medios opositores

El oficialismo nacional, “un régimen” contra la “autonomía universitaria”, en “guerras políticas” contra otros sectores del justicialismo y en defensa de Boudou. Así presentan hoy la agenda política los principales medios.

Aún con un panorama informativo disperso, los medios dominantes insisten en presentar al “kirchnerismo” o bien al “cristinismo” como un grupo político violento, que actuaría movido por el odio y aún a costa de la propia institucionalidad contra el gobernador de la provincia y otros actores políticos.
En el plano nacional, Clarín y La Nación coinciden en reconocer que el vicepresidente, Amado Boudou, al que semanas atrás presentaban en soledad defendiéndose de las acusaciones planteadas por esos mismos medios, es respaldado por la casi totalidad de los dirigentes adscriptos a la corriente política que gobierno Argentina. Clarín incluye en esa defensa al vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, pero el más explícito es La Nación, quien con firma de Laura Serra titula: “El kirchneismo cierra filas en defensa de Boudou”. Allí cita a dirigentes no identificados del oficialismo y alude al gobernador de la Provincia: “Todas las denuncias de Boudou contra el estudio Righi , el juez Daniel Rafecas y los sablazos contra Scioli tuvieron el consentimiento pleno de Cristina. Quien piense lo contrario no conoce la dinámica kirchnerista. Entonces, si la decisión presidencial es ΄bancar΄ a Boudou como sea, estaremos firmes”, reproduce de un denominado “kirchnerista fervoroso”. Además, alude a la posibilidad de que algún sector del oficialismo esté “detrás” de la investigación judicial para favorecer a Scioli como candidato presidencial en 2015.

La Nación también reproduce declaraciones del presidente del bloque de senadores de la UCR, Luis Naidenoff, quien dijo: “Cuando se involucran en denuncias mediáticas contra Daniel Scioli, en esta especie de guerra cuasi mafiosa, lo menos que podemos hacer desde el Congreso es investigarlo”.
En Clarín, Eduardo Van der Kooy afirma: Amado Boudou, en su desesperada defensa, derramó esas sospechas sobre todo el Poder Judicial. También lo hizo sobre viejos (los medios de comunicación) y nuevos enemigos (Daniel Scioli, el duhaldismo, la empresa Boldt). Pero esos actores forman parte de las guerras políticas imprescindibles que requieren la Presidenta y el kirchnerismo para justificar muchas de sus decisiones y, tal vez, su propia existencia”. Scioli y otros “enemigos” serían entonces blancos de la “guerra” que justificaría decisiones presidenciales. Las convicciones, las utopías, las ideas de desarrollo o de justicia social no entrarían en juego, según se deduce por oposición de las reflexiones de Van der Kooy.
Entre los medios provinciales, un caso extremo es el de Ricardo Salas, quien en su columna de La Nueva Provincia, alude al “régimen kirchnerista” con lo cual parece suponer que las instituciones republicanas habrían sido remplazadas por una forma de gobierno diferente.

Para Salas, existe “un clima de confusión que abre diversos signos de interrogación dentro del oficialismo K”, ya que “el objetivo del oficialismo ΄cristinista΄ por desviar la atención judicial que pesa sobre las espaldas del vicepresidente Amado Boudou termina enrareciendo la temperatura doméstica del propio kirchnerismo”. Para el columnista, “Scioli no sólo también recibió parte del fuego cruzado de Boudou, sino que, desde sectores mediáticos que responden al kirchnerismo puro, brotó una presunta ΄operación΄, buscando involucrar al gobernador con directivos de la empresa Boldt, que administra los juegos en la Provincia”.

Además, “en La Plata, aseguran que esa movida interna es la continuidad del reciente pedido de informes motorizado por el jefe del bloque de diputados del Frente Para la Victoria, Juan de Jesús y luego aprobado en la Legislatura, que terminó involucrando a Scioli y que puso una vez más en el centro de la escena el negocio del juego en la Provincia”.
Según Salas, “Desde el régimen kirchnerista, también quieren vigilar a Scioli por la distribución de la pauta publicitaria que otorga la Provincia”, y “en el trasfondo de todo esto, está la disputa política de fondo dentro del peronismo K por su propia sucesión en las lejanas elecciones de 2015, ya sea en Nación como en la provincia de Buenos Aires. (…) Sectores kirchneristas ven en Scioli a un aliado que ΄más temprano que tarde΄ puede llegar a partir hacia otro proyecto presidencial dentro del peronismo crítico enfrentado al gobierno nacional”, sostiene.

En el diario Hoy, en tanto, con firma de su directora, Myriam R. Chávez de Balcedo, se habla de “cachetazo a la autonomía universitaria”, de “infame intervención del Gobierno sobre la Justicia” y de “un panorama absolutamente sombrío” a nivel nacional.
Luego alude a la inauguración del edifico Presidente Néstor Kirchner de la Facultad de Periodismo de la UNLP como “un hecho que raya lo tragicómico”. Para Chávez de Balcedo, se trató de un “circo” o bien “una puesta en escena protagonizada por muchos de los que suelen trabajar de aplaudidores en cada uno de los actos de la Presidenta, pero que a su vez demostró el daño profundo que se le está infringiendo a una institución tan significativa para La Plata como es la Universidad Nacional”. Para la directora del Hoy, la imposición del nombre “constituye una clara violación de la autonomía universitaria respecto al poder político establecido” tolerada por el rectorado ideada “para congraciarse con el kirchnerismo”.

Según Chávez de Balcedo, “en función de un puñado de partidas presupuestarias, que bajan discrecionalmente desde el Gobierno nacional, la conducción de la UNLP está sacrificando su prestigio académico, científico y cultural. Y está abandonando el espíritu crítico que debería tener una institución que se encarga de formar a los futuros profesionales”.

También en el Hoy se muestra a Scioli y Mariotto recorriendo distritos afectados por la tormenta el miércoles y con un agregado: “disimulando diferencias”, según la consideración del matutino platense, quien anuncia la realización del segundo foro de seguridad en Florencio Varela.
Infocielo se diferencia del resto informando que “en 2003, hubo denuncia de ΄soborno΄ en Legislatura” Titula el portal: “La banelco bonaerense que implicó a Boldt y de la que se olvidó A. Boudou”, y se refiere a una “condonación” de deuda a Boldt que data del gobierno de Felipe Solá, quien sin embargo vetó parcialmente la Ley.


Conflictos
El diario El Día pone en tapa uno de los temas importantes referidos a la gestión provincial “Con otro paro, se profundiza el conflicto en la Justicia”, y considera que los tribunales están “semiparalizados”. El tema también está presente con buen despliegue en el diario Hoy, La Nueva Provincia y los portales. En El Día también se destaca el paro de los médicos previsto para mañana.
El diario del grupo Kraiselburd también da espacio para el descargo del intendente de Pinamar, Blas Altieri, investigado por el otorgamiento de viviendas sociales a varios de sus familiares. Para La Tecla, “Altieri muestra sus cartas y dijo que Scioli lo apoya”.

GB

El 2008, el campo, La Historia Argentina (la de Ellos) y José P. Feinmann....

 Por José Pablo Feinmann
Hay frases que deben agradecerse. Hay personajes que no pueden dejar de ser lo que son y, por consiguiente, en algún momento se les escapa la verdad. Tan hondamente la llevan en sus corazones. Hacemos referencia al señor vicepresidente de la CRA (Confederaciones Agrarias Argentinas). No sólo dijo algo que pensaba, algo de su historia personal, de su infancia tal vez, hizo una síntesis admirable de la educación argentina desde 1880 hasta el presente. Acaso algo haya cambiado. Pero es difícil cambiar las cosas en ese ámbito. Tan cerrado está, tan estructurado, que todo cambio es “subversivo”. El personaje se llama Néstor Roulet. Un argentino como cualquier otro, que se educó en la escuela argentina, bajo sus valores, bajo su visión de los hechos. Se trata de un militante agrario. Un hombre con fe en la tierra y en Dios. Su fe en Dios la manifestó por medio de su fe en la Virgen, que, Santa Trinidad mediante, es lo mismo. Dijo: “Después de 120 días en la ruta, luchando, parando y gritando, evidentemente hubo una mano de arriba que nos iluminó. Detrás de esa mano estuvo la Virgen María, pidiendo por todos los productores argentinos”. Tal vez sea más razonable decir que la mano que los iluminó no vino “de arriba”. Aunque si tenemos en cuenta que esa mano fue la del vicepresidente del partido al que enfrentaban, hombre que cumplía, en tanto tal, su función de presidir el Senado, hombre que había llegado ahí por elección del partido gobernante, y que, súbitamente, da una voltereta y les vota a favor a los agraristas, no puede caber duda alguna: alguna iluminación celestial tuvo lugar ahí. Sí, detrás de la mano de Cleto estuvo la de la Virgen. Es asombrosa la intervención de los dioses en los momentos decisivos de la vida argentina. La “mano de Dios” fue la que hizo el gol de Maradona ante los ingleses, que vengó la deshonrosa derrota del Ejército del majestuoso general Galtieri en Malvinas. Un Ejército formado por jovencitos vejados por sus superiores más que por el enemigo y del que hasta la fecha se han suicidado 290 ex combatientes. Pero “la mano de Dios”, que empujó la de Maradona, lavó el honor argentino. Ahora es “la mano de la Virgen”. Que, sin duda, empujó al Cleto a su célebre voto “no positivo”, ejemplo de la palabra dada a los compañeros de fórmula, aquellos a quienes decidió unirse, pero también ejemplo de que la libertad es la esencia de la política, de modo que si uno tiene ganas de no actuar según había prometido hacerlo y decide hacer lo contrario es porque es libre, sépase esto bien, pues se trata de un nuevo principio: la traición es la expresión suprema de la libertad. Porque todo aquel que traiciona se libera, ante todo, de la palabra dada. ¿Qué es eso de someterse a lo que uno ha dicho? Uno es libre. Y un hombre libre dice algo hoy y mañana otra cosa. De modo que nadie espere nada de la “palabra de honor” de otro. Bah, ¡esas antigüedades! La “palabra de honor” ata al ser humano a algo que dijo en el pasado. La “traición”, en cambio, lo mantiene en estado constante de libertad. De decisión, de elección permanente. Si quieres tener a tu lado a un hombre libre, no exijas mi “palabra de honor”, déjame ser libre. O sea, clavar mi puñal en tu espalda siempre que se me antoje. Morirás, pero a manos de un hombre libre. Esta es la ética-Cleto. Me he tomado la libertad de apenas esbozarla, pero prometo darle más desarrollo porque es, en verdad, revolucionaria. Bien, según Néstor Roulet, que es el vicepresidente de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), la Virgen María ha pedido por todos los productores argentinos.
Esto es secundario. Roulet dijo algo mucho más importante. Habló de su maestra de historia. Y –suponemos que con cierta nostalgia por esos años escolares de plenitud– dijo que ella le enseñó que la grandeza de esta patria que habitamos había sido hecha, era debida a tres instituciones: la Iglesia, el Ejército y el campo. Instó a la población en general a “activar eso” porque con esas tres instituciones y el resto de lo que hay en el país la Argentina debiera ser “realmente un país grande”. La Argentina es un “país grande”. Difícil saber qué clase de grandeza tiene. Pero que es grande, lo es.

Y lo que Roulet cuenta de su buena maestra es cierto. Esa es la educación que todos, no sólo él, hemos recibido: la Argentina se inicia en 1810 y ya se había insinuado en las gloriosas jornadas de 1806 y 1807 donde pueblo y Ejército, juntos, echaron al invasor colonialista británico, al que luego el señor Roulet y sus amigos le vendieron la carne durante larguísimos años. En 1810, un abogado con marcas de viruela y un militar, Saavedra, hacen la llamada Revolución de Mayo. En 1820, anarquía. Porque los caudillos bárbaros del interior atan sus cabalgaduras en la Plaza de la República. En 1826, el constitucionalismo de Rivadavia, el “más grande hombre civil de la tierra de los argentinos”, según dirá el general Mitre, y nuestro primer empréstito: la Baring Brothers se pone al servicio del desarrollo argentino. En 1828, Lavalle, mal aconsejado, fusila a Dorrego. Pero sólo porque fue mal aconsejado. En 1830, la primera tiranía. Rosas y la Mazorca. Los Libres del Sur, que eran buena gente de campo, se rebelan contra el tirano.
La gente de honor huye a Montevideo. En 1852, otra vez la libertad, gracias a los ejércitos del general Urquiza. En Pavón, el general Mitre vence a Urquiza y se afianza la organización nacional, que se consolida en 1880, con el militar Roca, que conquista el desierto y reparte la tierra a poca gente pero buena, de su familia y de algunas otras, todas de gran alcurnia. En 1910, el primer centenario. Somos el granero del mundo. El país de los ganados y las mieses que canta Lugones. Este es el gran momento. La “patria de nuestros padres y abuelos”. Aquí la maestra del señor Roulet se habrá detenido largamente a explicar el momento cumbre de la Argentina. Luego, la inmigración. Alguna, laboriosa. Otra, no. Para los no-laboriosos: Ejército. Para los laboriosos: jornales, mendrugos, pero el honor de vivir en el gran país del Sur. La tierra sigue dando sus frutos. Es la patria. En sus entrañas reposa el ser nacional. Luego, la crisis del ’29. El proyecto agrario se derrumba. Era una caricatura de país. Pero no: Julito Roca negocia las carnes con Inglaterra y a seguir. Sustitución de importaciones. Y en seguida un grave inconveniente: ese general Perón, un enemigo del campo. La segunda tiranía. El campeón de las retenciones a través de un organismo totalitario: el IAPI. Pero ahora sí, más unidos que nunca, el campo, la Iglesia y el Ejército salvan al país.
 El tirano huye. La libertad vuelve a reinar. Hasta que regresa traído por un movimiento juvenil subversivo–marxista. Pero se muere. Y otra vez: la Iglesia, el Ejército y el campo y un señor de Acindar, Martínez de Hoz, hacen tronar el escarmiento. El campo aplaude, disfruta, se siente seguro y hace grandes negocios. La Iglesia consuela el corazón atormentado de los patriotas que tienen que hacer esos vuelos necesarios pero que solían incomodar a ciertas almas no tan seguras de la misión de la patria en ese momento. Ahí, la Iglesia: “Hijo mío, has hecho lo que Dios te ordenó hacer. No sufras. Si la patria te exige que arrojes jóvenes vivos al río color de león, tú lo haces. Te absuelvo por toda la eternidad”.
Y el Ejército, que estaba muy bien preparado (por la OAS y la Escuela de las Américas) para limpiar al país de la escoria antioccidental y anticristiana, lo hizo. Y luego esa heroica gesta de Malvinas, que nuestro pueblo apoyó (y si no vean esa Plaza de Mayo vivando al Ejército en la persona del general Leopoldo Fortunato Galtieri, vean ahí a nuestro pueblo de Mayo sosteniendo otra gesta contra el imperio que buscó someternos en 1806 y 1807) y perdimos pero volveremos. Y luego la democracia (en la que nunca nos vimos muy cómodos pero que se amoldó a nosotros maravillosamente).
Alfonsín se hizo el difícil durante dos años e injurió a los héroes de la guerra contra el marxismo, pero vino ese peronista magnífico, Carlos Menem, y nos dio todo lo que queríamos y se llevó todo lo que él pidió, para él y para sus fieles compinches, que eran muchos. Total, esto da para todo. Lo único necesario para que sea así es que los que no son nosotros se mueran de hambre. Grandes días los del señor Menem, hombre de campo al fin y al cabo. Hombre del interior. Y ahora estamos otra vez atacados por la escoria nacionalista, estatista, montonera, marxista y enemiga de la patria y de la tierra. Pero el pueblo, como en las grandes jornadas de la patria, sigue a nuestro lado y lo demostró. En esas cacerolas de este otoño cuya grandeza nadie podrá narrar volvió a escucharse el repiqueteo glorioso del tambor de Tacuarí.
Esta es la historia que le enseñaron a Roulet en la escuela. La historia que él creyó porque era la de los suyos. La que siempre se enseñó. La que todos tuvimos que aprender. La que nadie se atreve a modificar. La naturalmente argentina. Debo confesarlo: le tengo una enorme envidia a Roulet. El es un argentino, no yo. Ni yo ni todos esos que andan por ahí, con apellidos raros o con colores de piel tirando a negro, a carbón, a tierra, no de campo fértil, sino de basurero, de baldío. Yo ando estos días medio vanidoso porque publiqué un libro de filosofía de casi mil páginas. Pero qué idiota: ¿qué le importa eso a Roulet? El tiene mucho más. No necesita hacer nada. El país es suyo. Uno escribe mil páginas porque tiene un apellido de judío de mierda y tiene que justificarse de algún modo. Hacerse un lugar. ¡Hola, aquí estoy! Me eduqué en Viamonte 430, de donde salían marxistas a montones. No me gusta la tierra. Y creo que la oligarquía, la Iglesia y el Ejército hicieron un país para ellos, un país, diría si me permiten, de mierda y que mataron con inenarrable crueldad siempre que se vieron en peligro. Pero no. No debo creer eso. ¡Qué lindo sería creer lo que creen ellos! El país lo hicieron la Iglesia, el Ejército y el campo. Creer lo que cree Roulet. Sentirse así: con los pies sobre la tierra de uno. Con una identidad poderosa. ¡Con mucha guita, caramba! ¿Cuánto creen que voy a ganar con ese podrido libro de mil páginas? Nada. Lo que Roulet gana con media res. Lo que le paga a un peón, al que encima después lleva a sus manifestaciones patrióticas, con bandera y todo. Para colmo, las librerías hacen enormes pilas con un libro de Savater, que pretende ser de filosofía. O se vende a patadas una huevada infernal de un agroperiodista que dice cómo vivir mejor y más seguro y más pleno. Y si esos libros se venden más es porque los compra Roulet, él y los suyos. Que saben muy bien qué leer.
Ahora, lo justo es justo. Soy un resentido. Reviento de la envidia. Pero puedo jurar algo. Nunca se me daría por creer que la Virgen o el Mesías o Buda o Mahoma... Pero no: no derivemos. Roulet dijo: la “Virgen María”. Nunca se me daría por creer que una mano me ilumina desde arriba, y que detrás de esa mano está la Virgen María pidiendo por todos los pobres filósofos argentinos. Mi relación con lo sagrado es compleja. Transita entre la ira, la duda y la exigua esperanza. Por la pelotudez, nunca.

GB

SIGUE SIENDO JUSTICIA

La Provincia, Sociedad|abril 10, 2012

El represor de “La Noche de los Lápices” seguirá preso en una cárcel común

Se trata del comisario mayor bonaerense Juan Miguel Wolk, jefe del Pozo de Banfield, donde estuvieron prisioneros los estudiantes secundarios secuestrados en 1976. La Corte Suprema de Justicia rechazó un recurso extraordinario de su defensa.

El máximo tribunal de la Nación adoptó la decisión al rechazar por inadmisible un recurso extraordinario presentado por la defensa del policía retirado de 77 años para que siga detenido pero en su casa, bajo la modalidad de prisión domiciliaria.
La detención en su propio domicilio había sido concedida en primera instancia por el juez instructor, Arnaldo Corazza, pero fue revocada por la Cámara Federal platense.
Juan Miguel Wolk, apodado por sus propios camaradas como “El Nazi” o “El alemán”, comandaba el centro clandestino de detención del Pozo de Banfield, al que fueron a parar una docena de estudiantes de La Plata en una redada realizada el 16 de septiembre del 76, que aún siguen desaparecidos.
El depuesto juez español Baltazar Garzón pidió su extradición en la misma lista en la que solicitó la del ex almirante Emilio Massera, pero en ese momento la justicia argentina lo dio por muerto.
Wolk fue apresado en el 2010 tras ser ubicado residiendo en Mar del Plata por un periodista que siguió la pista aportada por Noemí Ungaro, hermana de uno de los chicos desaparecidos, que el mismo juez había desestimado.
Los ministros de la Corte Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi Juan Carlos Maqueda y Raul Zaffaroni consideraron “inadmisible” el pedido en virtud de los delitos de lesa humanidad que le imputan a Wolk.

GB

martes, 10 de abril de 2012

Segunda Parte de Jóvenes de ayer, Jóvenes de hoy, mentiras de siempre.


-El Peronismo, padre Benìtez, cometió errores gravísimos. ¿Cómo pueden estos jóvenes ignorarlos?
-Vaya si los cometió! Creo conocerlos mejor que ud. y jamás los he callado. Cometió errores el Peronismo, errores garrafales. Pero sucedió algo inexplicable. Sucedió que las casi cien comisiones investigadora plenipotenciarias, creadas a su caída para juzgarlo, no probaron delito ninguno o apenas ninguno.¿Y qué consecuencias debieron sacar los jóvenes?. Que se persiguió al peronismo por sus aciertos no por sus desaciertos. Por otra parte su gran propaganda son los errores de los gobiernos posteriores. Estos errores, que nuestros muchacho tiene la vista, magnifican al Peronismo, al que no lo tiene a la vista. Nada afrenta tanto a la conciencia juvenil como la farsa, como la hipocresía. Un país fictisio vive aquí jugando a un país real. No se si por prepotencia de los militares o por cobardía de los civiles estamos padeciendo los argentinos una represión del pensamiento, que pagaremos muy caro. No hay nervios juveniles que puedan aguantar esto a la larga sin estallar.

-Exculpa ud. padre Benítez a quienes ultimaron a Aramburu, cargando toda la responsabilidad sobre el país?

-Delicada pregunta. Su respuesta pide luz a la psiquiatría y al confesionario. Discurra otro si se trata de un crimen político o un crimen social. Yo entiendo que nos hallamos en presencia de un hecho dramáticamente generacional. Nos hallamos en presencia de un castigo de los jóvenes a los viejos. De la Argentina de hoy a la Argentina de ayer. Nos cuadra a la perfección aquellos de Donoso Cortés: hemos alzado tronos a las premisas, ahora vamos a alzar cadalsos a las consecuencias. ¿En estos jóvenes no pretendemos ajusticiar a toda nuestra juventud?.

Prof GB

LONGOBARDI DESTITUYE Y UD?

Dice esta noche en su programa de C5N, que la Arentina es una sumatoria de problemas: con España, con YPF, con Moyano, con Boudou, con Europa, con EE.UU., con Brasil, con la Justicia, etc.
Sigue buscando enemigos dice circunspecto
Frente a él en sintonía fina asiente y opina Guillero Kohan periodista y economista ex- director del diairo liberal el Cronsita Comercial quien a su vez escribió en La Nación el 19 de julio de 2010:

"En las últimos días, un decreto intimidatorio del Estado obliga a los periodistas independientes que trabajan en radio y TV a informar "en 30 días hábiles" dónde y cómo trabajan, con detalle de su vida privada en términos de contratos, condiciones de ingresos y vinculación con los medios en los que desarrollan su tarea, si son accionistas o empleados de productoras privadas independientes o cómo se relacionan con ellas, su situación impositiva. Todo esto en el marco de la nueva y temeraria ley de medios. En su costado censor, esa ley crea el Registro Público de Productoras de Radio y TV, una novedad que alcanza a cientos de periodistas independientes que trabajan en los medios audiovisuales.

Recuerda a otros años, cuando frente a los cuarteles se leía: "Deténgase? Apague luces exteriores y prenda luces interiores. Identifíquese. ¡El centinela abrirá fuego!". El centinela es el Estado. Ahora, un centinela de los medios, a través de la nueva ley, bajo la forma de una "autoridad nacional" que dice actuar por el bien común y para protegernos.
Lo notable fue el relato que conmovió a la sociedad argentina desde la recesión del fin de la era Menem-De la Rúa hasta el estallido económico y social de 2001. Se aceptó que todo fue culpa del retiro del Estado y la llegada perversa de lo privado, de modo que ahora se recrea un Estado bueno que viene a proteger a los desposeídos. Y con ese cuento de que hay un "Estado bueno", la dirigencia política encontró una razonable fórmula para regresar al poder después del "que se vayan todos" de 2001. Volvieron casi todos, y son los que manejan el Estado.

Todavía lo estatal es políticamente correcto. De modo que en la campaña electoral, el discurso dominante -salvo excepciones- difícilmente cuestione el rol del Estado. La propuesta opositora para aumentar 100% las jubilaciones mínimas es un verdadero "absurdo de Estado", por su inviabilidad y falsedad manifiesta para con los jubilados, cuyos aumentos prometidos serían fagocitados por el golpe inflacionario que semejante proyecto dispararía.
Se dirá que el problema no es el Estado, si no los Kirchner, que se apropiaron de él. La oposición seguramente prometerá que se comportará mejor y que será más justa, benévola y agradable para la sociedad.

Analistas de opinión pública con memoria histórica sostienen que aun en estabilidad y bajo estándares de consumo razonables, los argentinos se van cansando de sus gobernantes, y que será difícil para los Kirchner remontar su conexión con la mayoría del electorado. "La gente se cansó de los Kirchner", se suele oír decir por estos días a los más renombrados encuestadores. Todavía es temprano para confirmarlo, pero tal vez estemos ante cierto desengaño y la población se esté empezando a cansar del Estado.
Es que, a la larga, la gente entiende todo: los que disfrutan del Estado son quienes lo manejan. Creció tanto el Estado en la era Kirchner que ya no cae simpático: ahora se le tiene miedo. "
© LA NACION .

Un profeta el hombre, quien asegura que a la presidenta le esperan días difíciles en sintonía fina con Longobardi.
La política impacta negativamente en la economía repiten en cadena Silvestre, Laje, Tenembaun, Canal 26...zapping mediante me enteré que estamos otra vez al borde del caos...como hace 9 años a esta parte-
GB

PERONISMO Y CRISTIANISMO


El Grupo de Sacerdotes para el Tercer Mundo proclamaba el documento Nuestra Opción por el Peronismo 
Escrito por Daniel Di Giacinti y Carlos María Zavalla
En la Doctrina Peronista, no existe ninguna contradicción formal ni controvertible con los propios fines comunitarios del evangelio.
LOS VALORES CRISTIANOS DEL PERONISMO
 
Por Daniel Di Giacinti y Carlos María Zavalla
Villa Manuelita
 
La “Teología de la liberación” fue la justa expresión Teológica surgida de las históricas luchas por la Liberación de los pueblos de la America Colonial.
 
Con Sacerdotes comprometidos como los Padres Gutiérrez Merino, Boff, Cardenal etc. …nacía de la realidad de los pueblos del tercer mundo - centro y sudamericanos - como denuncia ante la cosificación y denigración de las condiciones de vida subhumanas a la que están sometidos todos los pueblos sujetos al Colonialismo Financiero Liberal Moderno.
 
En la mayoría de la “America del Tercer Mundo”, en el desarrollo de éstas guerras insurreccionales principalmente a partir de la década de 1960, se fue adoptando la metodología marxista de la lucha de clases, ya que el determinismo histórico las consolidaba como única posibilidad de enfrentamiento contra las sangrientas dictaduras de la explotación… eran aquellos gritos de las venas abiertas de America Latina que desde la Biblia “claman al cielo los explotados” debido a los abusos egoístas de los ricos que nos habla sin dobleces el propio apóstol del Señor. Santiago C 5.
 
Y que además, el propio Concilio Vaticano II en su cierre de 1965 señalaba con histórica Consistencia Teológica, cuando en sus Documentos Oficiales dejaba establecido junto al criterio de que “los bienes existentes en la Tierra son para todos los hombres” que “las guerras insurreccionales quedaban justificadas cuando éstas eran la respuesta a un estado de dictadura prolongada”.
 
En la Argentina, se producía poco tiempo después la síntesis del Grupo de Sacerdotes para el Tercer Mundo que proclamaba el documento “Nuestra Opción por el Peronismo”. Y así, la “Teología para la Liberación” debía quedar sujeta al cuadro concreto histórico revolucionario de “La Religiosidad Popular” y su metodología debía ajustarse a los parámetros ideológicos de la “Doctrina Peronista”.
 
Concilio Vaticano II
 
Es que en la “Doctrina Peronista”, no existe ninguna contradicción formal ni controvertible con los propios fines comunitarios del evangelio.
 
Y es de señalar también que en cuanto a los fines evangélicos concretos, también ésta coincide totalmente con la Teología de la Liberación, aunque no así en cuanto al dogmatismo que implican sus medios y métodos.
 
Es que por razones geopolíticas y antropológicas la “Teología de la Liberación” en el resto de América debió ir acercándose a la metodología revolucionaria marxista en razón a que no disponía del inédito basamento vivencial de “La Comunidad Organizada” (desarrollada en paz desde 1945 a 1955 en la Argentina) ni tampoco de las profundas experiencias que estos diez años de felicidad y justicia social significaron para la dignidad y la madurez política de las bases del pueblo peronista argentino.
 
En 1949 en el Primer Congreso Nacional de Filosofía, el Presidente Juan Perón expondría el esbozo filosófico: "La Comunidad Organizada".
 
La experiencia justicialista pudo presentar un método alternativo de construcción de poder que desplazaba a la concepción de la "lucha de clases" como motor fundamental del enfrentamiento, reemplazándolo por una lucha nación-imperialismo. Además, suplantaba el ordenamiento orgánico verticalista de las "Vanguardias esclarecidas" con su camino preelaborado desde un positivismo ideológico, por la construcción de una identidad política popular, autodeterminada por los pueblos y sus circunstanciales "conductores".
 
Esta nueva forma orgánica se ordenaba desde la profundización de una valoración común en el pueblo y sus dirigentes, para que el camino producido respetando el libre albedrío ciudadano, guardara características singulares que permitiera la consolidación de una patria justa, libre y soberana. La forma de lograr una unidad conceptual se lograba al promover una doctrina popular (una serie de principios en común) para luego organizar el proceso de autodeterminación comunitaria que provocara la maduración colectiva del pueblo hasta lograr la Unidad Nacional.
 
El pueblo trabajador aceptó con alegría las "nuevas verdades" del justicialismo, transformando su doctrina en un hecho cultural profundo que hoy luego de 60 años de consolidación, subyace en toda la Nación Argentina. Sin embargo, la mayoría de las dirigencias naturales de la comunidad (sean éstas políticas, sociales o culturales) no comprendieron el sentido revolucionario de la construcción de una nueva soberanía que desplazara la participación política del individualismo liberal.
 
Por tales diferencias, algunos intelectuales, paradógicamente “encerrados” en la “Teología de la Liberación” no pudieron comprender la actitud del Padre Carlos Mugica y algunos grupos nacionales cuando en 1973 - con el regreso de Perón al gobierno - adhirieron incondicionalmente a los postulados de realizar “una Revolución en Paz”. Revolución que clamaba para que las “vanguardias de las elites revolucionarias esclarecidas” abandonaran la excitación de la lucha armada para defender un sistema democrático que tanto había costado al pueblo durante 18 largos años de sacrificios y proscripciones.
 
El mismo drama que había provocado la burocratización del Movimiento Nacional en los años 50 -cuando los dirigentes no comprendieron el sentido orgánico de Las Organizaciones Libres del Pueblo- se repetiría en los 70. Esta vez se produciría en las filas de la nueva capa dirigencial de las organizaciones juveniles, sobre las cuales el líder había echo descansar el Trasvasamiento Generacional y había estructurado su regreso. Esta contradicción alcanzó su punto de definición máximo el 1 de mayo de 1974, cuando Perón recriminó en la Plaza de Mayo a las organizaciones juveniles armadas, su violencia contrarevolucionaria.
 
Padre Carlos Mugica. Testigo fiel del Evangelio en su opción preferencial por los pobres. Fundador de la línea "Lealtad a Perón" luego del 1ro. de mayo de 1974. Murió mártir asesinado por pre-golpistas, el 11 de mayo de 1974.
 
Solo diez días más tarde, el 11 de mayo de 1974 caería asesinado - tras condenar la metodología de la violencia que atentaba contra el orden Constitucional - el Padre Carlos Mugica. Dos meses después moriría el propio Gral. Juan Domingo Perón, luego de dar a conocer su actualización de “la Comunidad Organizada” conocida como “El modelo Argentino” realizada con un esfuerzo sobrehumano que solamente hoy puede apreciarse en razón a su impactante actualidad y vigencia.
 
Es que hoy las circunstancias han variado, la caída del marxismo dogmático soviético y la crisis terminal del capitalismo individualista se han sumado a la explosión de los medios de comunicación masivos llevados a niveles exponenciales. Todo predispone a una mejor comprensión del proceso metodológico de construcción de poder del peronismo. Hoy la autodeterminación popular es prácticamente una evidencia natural de las nuevas formas ciudadanas. Un mundo donde los pueblos participan con absoluta naturalidad de procesos de definición de políticas de estado.
 
Hoy, las comunidades naturalmente van superando las formas de participación política, acentuando el agotamiento de las estructuras demoliberales.
 
El sentido orgánico institucional para la actividad comunitaria, que estaba ausente durante los inicios del peronismo, no es en el presente sólo una evidencia, sino que presiona sobre las derruidas estructuras del demoliberalismo. La democracia burguesa no sabe cómo enfrentar la enorme ansia participativa de los pueblos. Al no encontrar un cauce ordenado a sus nuevas potencialidades, los ciudadanos expresan su impotencia con un repudio sobre las corroídas dirigencias partidocráticas del liberalismo, que se hunden en un descrédito generalizado.
 
El extraordinario crecimiento de las redes sociales de Internet demuestra la necesidad del hombre de verse reflejado en algún ámbito orgánico institucional donde pueda sentirse expresado, más allá del papel consumista al que lo condena el Estado fáustico demoliberal. A las acciones de participación masiva, como plebiscitos y referéndums, se han sumado las herramientas de medición de opinión, que permiten evaluar los consensos comunitarios.
 
La democracia popular que queremos construir debe ser congruente con las potencialidades actuales de participación. Si queremos que el Estado tenga la autoridad necesaria para generar un poder revolucionario que nos libere, debe democratizar la toma de decisiones políticas, para que sean realizadas por el conjunto de la comunidad y no sólo por sus dirigentes.
 
Será en esa búsqueda que el pueblo y el Movimiento Nacional podrán reactualizar las herramientas que el Líder dejó como herencia, para articular la nueva democracia popular que permitirá nuestra liberación definitiva.
 
Es desde estas nuevas circunstancias que planteamos la relectura de este documento clave para la teología política.
 
El documento
 
En agosto de 1974 y desde los mismos parametros populares y revolucionarios liderados por el Padre Carlos Mugica, el Padre Ernesto López Rosas (Sacerdote Jesuita), publicaba en la Revista del CIAS (Centro de Investigación y Acción Social) un profundo análisis sobre los “Valores Cristianos del Peronismo”.
 
Sería uno de los documentos testimoniales más sencillos y profundos que diera a la luz la Iglesia de la “opción preferencial por los pobres”. El Padre López Rosas, S.J. con “el ojo simple de la intención pura”, sintetizaría el común denominador de ese generoso compromiso con el prójimo que caracterizó a todos aquellos religiosos que comenzaban a pagar con su sangre “el privilegio del martirio” por su incuestionable compromiso por la causa de la liberación nacional.
 
Publicamos este trabajo por la importancia que reviste como documento histórico y también por la vigencia actual de la necesidad de hacer un aporte Teológico Político a la revalorización doctrinaria Peronista que subyace en la base de nuestro pueblo
 
Valores cristianos del peronismo
 
Por Ernesto López Rosas
 
Contenido:
1. Reconstrucción Nacional
2. La Iglesia
3. La Iglesia en Argentina
4 . La iglesia y la destrucción del hombre argentino
5 . Volver al pueblo
6 . "Profundamente cristiana"
7 . Unidad espiritual de la nación
8 . Solamente los humildes salvarán a los humildes
 
 
Mártires y héroes
Sacerdotes y Religiosos asesinados por grupos de tareas de las Fuerzas Armadas neoliberales, poco antes y después del golpe de Estado de 1976.
 
Queremos también llevar un humilde recuerdo de todos los sacerdotes y religiosos que como buenos pastores supieron vivir y morir generosamente sirviendo a esos mismos valores cristianos que ocultos en la masa humilde del pueblo hicieron exclamar a Jesús:
 
“Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y la haz dado a conocer a los sencillos” Mt C 11, v 25
 
"No hay amor más grande que el que da su vida por sus amigos" Juan C15, v13.
 
Padre Julio San Cristóbal, de la congregación de las Escuelas Cristianas de La Salle, detenido y desaparecido el 5 de febrero de 1976.
 
Padre Francisco Soares, asesinado en Tigre, al igual que un inválido a su cargo, el 13 de febrero de 1976.
 
Padre Pedro Fourcade, detenido el 8 de marzo de 1976. Desaparecido.
 
Padre Pedro Duffau, asesinado en la iglesia de San Patricio, el 4 de julio de 1976.
 
Padre Alfredo Kelly, asesinado en la iglesia de San Patricio, el 4 de julio de 1976.
 
Padre Alfredo Leaden, asesinado en la iglesia de San Patricio, el 4 de julio de 1976.
 
Padre Gabriel Longueville, asesinado en Chamical, La Rioja, el 18 de noviembre de 1976.
 
Padre Carlos de Dios Murias, asesinado en Chamical, La Rioja, el 18 de noviembre de 1976.
 
Padre José Tedeschi, sacerdote salesiano, detenido el 2 de febrero de 1976 en la Villa Itatí, en Bernal. Su cadáver apareció días más tarde con señas de haber sido torturado.
 
Padre Héctor Federico Baccini, detenido en La Plata el 25 de noviembre de 1976. Desaparecido.
 
Padre Carlos Armando Bustos, detenido en Buenos Aires, el 8 de abril de 1977. Desaparecido.
 
Padre Pablo Gazzari, detenido en Buenos Aires el 8 de abril de 1977. Visto en la ESMA. Desaparecido.
 
Padre Mauricio Kléber Silva Iribarnegaray, detenido en Buenos Aires el 14 de junio de 1977. Desaparecido.
 
Padre Jorge Adur, detenido el 7 de enero de 1980. Desaparecido.
 
Hermana Alice Domon, detenida el 8 de diciembre de 1977, en la iglesia de Santa Cruz. Vista en la ESMA. Desaparecida.
 
Hermana Léonie Duquet, detenida el 10 de diciembre de 1977, en su domicilio. Vista en la ESMA. Desaparecida.
 
Nota,
En ocasión del asesinato de Angelelli, el entonces ministro del Interior, general Albano Harguindeguy, reconocía que las Fuerzas Armadas tenían a los siguientes sacerdotes presos:
 
Padre Francisco Gutiérrez, Padre Hugo Mathot, Padre Gianfranco Testa, Padre Silvio Liuzzi, Padre Elias Musse, Padre Raúl Troncoso, Padre Francisco Javier Martín, Padre René Nievas, Padre Joaquín Núñez y Padre Omar Dinelli.
 
Otros clérigos
 
También fueron secuestrados y trasladados a centros clandestinos de detención y luego de ser torturados fueron liberados por pedidos de organismos internacionales de Derechos Humanos, y expulsados del país: Padre Néstor García, Padre Patricio Rice, Padre José Czerepack, Padre Orlando Yorio, Padre Santiago Renevot, Padre Rafael Iacuzzi, Padre Julio Suan, Padre Bernardo Canal Feijóo, Padre Luis López Molina, Padre Jaime Weeks y Padre Francisco Jálics.
 
Algunos permanecieron luego en el país bajo estricta vigilancia, como Padre Marciano Alba, Padre Aníbal Coerezza, Padre Pace Dalteroch, Padre Jorge Galli, Padre Gervasio Mecca, Padre Luis Quiroga, Padre Ángel Zaragoza, Padre Raúl Acosta, Padre Roberto Croce, Padre Juan Dieuzeide, Padre Esteban Inestal, Padre Diego Orlandini, Padre Eduardo Ruiz, Padre Joaquín Muñoz, Padre Juan Testa, Padre Pablo Becker, Padre Roberto D’Amico, Padre Juan Filipuzzi, Padre Antonio Mateos, Padre Agueda Pucheta, Padre Víctor Pugnata, Padre Jorge Torres y Padre Henri del Solan Betumali.
 
Obispos asesinados por fuerzas de tareas paramilitares:
 
Monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja. Fallecido en un supuesto accidente automovilístico, el 4 de agosto de 1976. La Justicia dictaminó que se trató de un asesinato.
 
Monseñor Carlos Ponce de León, obispo de San Nicolás de los Arroyos. Asesinado en idéntica forma que el Obispo Angelelli el 11 de julio de 1977, un ex soldado que se encontraba presente denunció ante la justicia el hecho.
 
Nota, Tanto Monseñor Angelelli como el Obispo Ponce de León estaban realizando denuncias públicas por las violaciones a los derechos humanos contra civiles secuestrados que se estaban cometiendo en unidades militares, ambos obispos daban cuenta con nombre y apellido de los Jefes Militares involucrados.
 
Seminaristas y Diáconos
 
Entre los asesinados y desaparecidos están:
 
Juan Ignacio Isla Casares, de la parroquia Nuestra Señora de la Unidad de Olivos. Detenido y desaparecido el 3 de junio de 1976.
 
Carlos A. Di Pietro, asuncionista. Detenido y desaparecido el 4 de junio de 1976.
 
Raúl E. Rodríguez, asuncionista. Detenido y desaparecido el 4 de junio de 1976.
 
Salvador Barbeito, Comunidad palotina, asesinado el 4 de julio de 1976.
 
Emilio Barletti, Comunidad palotina, asesinado el 4 de julio de 1976.
 
Marcos Cirio. Novicio de la Fraternidad del Evangelio. Detenido y desaparecido el 17 de noviembre de 1976.
 
Junto con el ya mencionado padre Weeks, de la Comunidad de La Salette, fueron detenidos y torturados en Córdoba, el 3 de agosto de 1976, los seminaristas Alejandro Dauza, Alfredo Velarde, Daniel García, José Luis de Stéfano y Humberto Pantojal.
 
"...La última dictadura militar mató a 30.000 personas, fríamente, planificadamente. A la monstruosidad de ultimar sin proceso ni defensa se le sumó el sacrilegio de negarles sacerdote, confesión, eucaristía, extremaunción. Y la Iglesia presenció impávida el atropello a Dios en sus hijos, con un silencio que pone frío en el alma..."
[Padre Hernán Benítez, Sacerdote Jesuita, confesor de Eva Perón ]

FUENTE: Nac&Pop

GB

Opinión: La Militancia juvenil: de Lanusse a Cámpora; de Videla a Alfonsín


Lunes 09 de Abril de 2012 11:23
Escrito por Agencia Paco Urondo


Por Alberto Nadra I El autor propone un recorrido por las militancias juveniles a lo largo de la historia argentina. Mirá la columna.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr_Ssc4RWa3fhkDVeByXpxD3GN-6ndcXfcW7fmgbweZqvxDsysQ-HgitJjRRLjJMoHU4rmb0UyPoA1Hbp36di9LgWukHKxqnp36rx0N37VktedyiCcdhoyM6j6ZhcuieKiwp1uMR3-I9EM/s400/2562_1112626740154_1361465467_312802_7381056_n.jpg
Mi compañero Francisco Giardineri acaba de publicar, en el sitio de LA CHE, una foto de la primera marcha de las juventudes políticas: en 1982, cuando agonizaba la dictadura, fecha de la que en pocos días se cumplirán 30 años.
La imagen me sacude… Brotan furiosos, incontrolables, los recuerdos de aquellos jóvenes; muchos hace tiempo sonriéndonos o frunciéndonos el ceño “desde arriba”, según si nuestra vida se ha correspondido con el compromiso asumido en aquellos años de debates y acciones, donde todo –todo– se entregaba sin aspirar más que a ganar un futuro mejor para la Patria y nuestro pueblo.
Años, turbulentos, magníficos, aterradores, heroicos, irrepetibles.
La historia viene de antes de la foto que ilustra esta nota –la del recién nacido Movimiento Juventudes Políticas (MoJuPo)– y la evoco desde el corazón; sin apuntes, ni consultas, ni google...
Comienza en la década del 70 –meses después de que Lanusse se pusiera al frente de la Junta– cuando las juventudes de los partidos políticos populares –principalmente JP, FJC y JR– participaron de la llamada Marcha contra el Hambre: una batalla campal en las calles de Buenos Aires, convocada por la Intersindical (con Agustín Tosco a la cabeza), para repudiar a la dictadura. Dos años después, las juventudes volvieron a confluir para liberar a los presos en Devoto, luego del triunfo de Cámpora, aquella madrugada del 26 de mayo de 1973.
Hasta aquel momento la unidad –salvo en acciones concretas– de peronistas, radicales, comunistas, socialistas, intransigentes y democristianos era un imposible. Y mirada con más que mala cara por las dirigencias "adultas", en la mayoría de los casos, por temor, sectarismo y conservadorismo.
Con la llegada de la primavera camporista se produjo una explosión de masas a partir de las actividades de las JP Regionales. En conjunto con la Fede y otras fuerzas movilizaban entre 50 y 100 mil personas, como por ejemplo, para el repudio al golpe de Estado contra Salvador Allende, o las modificaciones al Código Penal durante el gobierno del propio Perón.
Los carteles conjuntos JP/FJC no son una casualidad, ni están armados a gusto del fotógrafo: expresan la voluntad de unidad acuñada en el trabajo de años –1971 a 1976–, cortado a sangre y fuego, primero, por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y luego con el recrudecimiento del terrorismo de Estado con la última dictadura.
Pocas semanas después de concretado el golpe, un grupo de dirigentes de las juventudes de los principales partidos (sectores de la diezmada JP, JR, FJC, socialistas –"unificados" y "auténticos"–, democristianos de izquierda y la firme presencia de la Juventud Intransigente – que convocó a muchos perseguidos y les dio cobijo político) comenzamos una "loca" (dados el momento y las condiciones) escalada de reuniones clandestinas o semipúblicas (algunas en embajadas, otras en locales partidarios), que tuvieron en algunos casos graves consecuencias para los que participamos, pero en las que se lograron plasmar pronunciamientos conjuntos: el repudio al plan económico de Martínez de Hoz; la adhesión a la Central Única de Trabajadores Argentinos (CUTA); la libertad de los presos y el esclarecimiento de la situación de los desaparecidos.
Esa coordinación de juventudes fue el núcleo dirigente del impulso al renacer de los reclamos de  los jóvenes productores (como se evidenció en los Encuentros de la Juventud de la Federación Agraria con centenares de delegados); de los obreros, protagonistas de los trabajos "a tristeza" en las automotrices o en el ferrocarril; de las revistas estudiantiles de los colegios secundario –de las que llegaron a distribuirse 4.000 sólo en la Capital Federal; de la reorganización de los centros estudiantiles, enfrentando a Moyano Llerena; de la destacada resistencia al cierre de la Universidad de Luján; y de las actividades en los clubes de barrio.
En 1979, se constituyó la inusitada Confluencia Multisectorial Juvenil por la Paz en el Beagle –con León Gieco cantando “Solo le pido a Dios” en Vélez, en el acto de cierre– cuando las dictaduras nos pusieron al borde de la guerra.
Las juventudes también organizaron marchas conjuntas por San Cayetano, con el movimiento obrero (la CUTA, los 25, la CGT de Ubaldini) por "Pan, Paz y Trabajo", enfrentando la represión militar en minibatallas por todo el barrio de Liniers; la impresionante movilización con la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con miles de personas desafiando los Falcon, las fotos y las amenazas, en Avenida de Mayo al 760. Se formularon miles de denuncias, luego de formar centenares de comités partidarios de "recepción de denuncia y apoyo a los familiares", y de que las juventudes políticas entregaran un documento conjunto y denuncias puntuales.
Ya antes, en 1978, se había constituido el Seminario Juvenil de la ADPH, que acuño la inmortal consigna-denuncia acerca de "el delito de ser joven", pues los estudios realizados en plena dictadura demostraron que más del 80% de los desaparecidos eran jóvenes; la mayoría trabajadores, seguidos por los estudiantes.
Fuerzas conjuntas de dirigentes juveniles acompañaron, asimismo, a las Madres en sus primeras movilizaciones, recibiendo los gases con los que inútilmente pretendieron ahogar a las mujeres del pañuelo blanco. Luego, la movilización de la CGT a la Plaza el 30 de marzo de 1982, las banderas por "Malvinas sí, dictadura no" – producto de la marcha acordada en decenas comités conformados con reclamos y banderas propias en colegios, universidades, barrios, que fueron los mismos que concurrieron a repudiar al régimen luego de la derrota.
Sólo este recorrido explica el renacer del MoJuPo en 1982. Con algunos personajes que ahora pueden parecer sacados de otra historia, pero que eran los más jóvenes que surgían tras seis años de combate cotidiano; de la lucha de otros centenares de jóvenes militantes y dirigentes. Éstos últimos entraron a la dictadura con al consigna "Liberación o Dependencia". La nueva generación relanzó el MoJuPo con esa misma bandera.
¿Era la apropiada? Son otras historias y requieren otras reflexiones. Hoy, ahora, sólo quiero recordar y saludar el casi desconocido heroísmo de la militancia cotidiana que compartimos en esos años terribles, sublimes, turbulentos, inolvidables, magníficos y aterradores.  Irrepetibles.
Salud compañeros. A los que están y los que no están. A los que siguen adelante con las mismas convicciones, y aún a los que defeccionaron: yo los recuerdo a todos como eran. Como éramos. Más viejos; no necesariamente más sabios, pero con las convicciones intactas.
Por Alberto Nadra I El autor propone un recorrido por las militancias juveniles a lo largo de la historia argentina. Mirá la columna.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr_Ssc4RWa3fhkDVeByXpxD3GN-6ndcXfcW7fmgbweZqvxDsysQ-HgitJjRRLjJMoHU4rmb0UyPoA1Hbp36di9LgWukHKxqnp36rx0N37VktedyiCcdhoyM6j6ZhcuieKiwp1uMR3-I9EM/s400/2562_1112626740154_1361465467_312802_7381056_n.jpg
Mi compañero Francisco Giardineri acaba de publicar, en el sitio de LA CHE, una foto de la primera marcha de las juventudes políticas: en 1982, cuando agonizaba la dictadura, fecha de la que en pocos días se cumplirán 30 años.
La imagen me sacude… Brotan furiosos, incontrolables, los recuerdos de aquellos jóvenes; muchos hace tiempo sonriéndonos o frunciéndonos el ceño “desde arriba”, según si nuestra vida se ha correspondido con el compromiso asumido en aquellos años de debates y acciones, donde todo –todo– se entregaba sin aspirar más que a ganar un futuro mejor para la Patria y nuestro pueblo.
Años, turbulentos, magníficos, aterradores, heroicos, irrepetibles.
La historia viene de antes de la foto que ilustra esta nota –la del recién nacido Movimiento Juventudes Políticas (MoJuPo)– y la evoco desde el corazón; sin apuntes, ni consultas, ni google...
Comienza en la década del 70 –meses después de que Lanusse se pusiera al frente de la Junta– cuando las juventudes de los partidos políticos populares –principalmente JP, FJC y JR– participaron de la llamada Marcha contra el Hambre: una batalla campal en las calles de Buenos Aires, convocada por la Intersindical (con Agustín Tosco a la cabeza), para repudiar a la dictadura. Dos años después, las juventudes volvieron a confluir para liberar a los presos en Devoto, luego del triunfo de Cámpora, aquella madrugada del 26 de mayo de 1973.
Hasta aquel momento la unidad –salvo en acciones concretas– de peronistas, radicales, comunistas, socialistas, intransigentes y democristianos era un imposible. Y mirada con más que mala cara por las dirigencias "adultas", en la mayoría de los casos, por temor, sectarismo y conservadorismo.
Con la llegada de la primavera camporista se produjo una explosión de masas a partir de las actividades de las JP Regionales. En conjunto con la Fede y otras fuerzas movilizaban entre 50 y 100 mil personas, como por ejemplo, para el repudio al golpe de Estado contra Salvador Allende, o las modificaciones al Código Penal durante el gobierno del propio Perón.
Los carteles conjuntos JP/FJC no son una casualidad, ni están armados a gusto del fotógrafo: expresan la voluntad de unidad acuñada en el trabajo de años –1971 a 1976–, cortado a sangre y fuego, primero, por la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y luego con el recrudecimiento del terrorismo de Estado con la última dictadura.
Pocas semanas después de concretado el golpe, un grupo de dirigentes de las juventudes de los principales partidos (sectores de la diezmada JP, JR, FJC, socialistas –"unificados" y "auténticos"–, democristianos de izquierda y la firme presencia de la Juventud Intransigente – que convocó a muchos perseguidos y les dio cobijo político) comenzamos una "loca" (dados el momento y las condiciones) escalada de reuniones clandestinas o semipúblicas (algunas en embajadas, otras en locales partidarios), que tuvieron en algunos casos graves consecuencias para los que participamos, pero en las que se lograron plasmar pronunciamientos conjuntos: el repudio al plan económico de Martínez de Hoz; la adhesión a la Central Única de Trabajadores Argentinos (CUTA); la libertad de los presos y el esclarecimiento de la situación de los desaparecidos.
Esa coordinación de juventudes fue el núcleo dirigente del impulso al renacer de los reclamos de  los jóvenes productores (como se evidenció en los Encuentros de la Juventud de la Federación Agraria con centenares de delegados); de los obreros, protagonistas de los trabajos "a tristeza" en las automotrices o en el ferrocarril; de las revistas estudiantiles de los colegios secundario –de las que llegaron a distribuirse 4.000 sólo en la Capital Federal; de la reorganización de los centros estudiantiles, enfrentando a Moyano Llerena; de la destacada resistencia al cierre de la Universidad de Luján; y de las actividades en los clubes de barrio.
En 1979, se constituyó la inusitada Confluencia Multisectorial Juvenil por la Paz en el Beagle –con León Gieco cantando “Solo le pido a Dios” en Vélez, en el acto de cierre– cuando las dictaduras nos pusieron al borde de la guerra.
Las juventudes también organizaron marchas conjuntas por San Cayetano, con el movimiento obrero (la CUTA, los 25, la CGT de Ubaldini) por "Pan, Paz y Trabajo", enfrentando la represión militar en minibatallas por todo el barrio de Liniers; la impresionante movilización con la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con miles de personas desafiando los Falcon, las fotos y las amenazas, en Avenida de Mayo al 760. Se formularon miles de denuncias, luego de formar centenares de comités partidarios de "recepción de denuncia y apoyo a los familiares", y de que las juventudes políticas entregaran un documento conjunto y denuncias puntuales.
Ya antes, en 1978, se había constituido el Seminario Juvenil de la ADPH, que acuño la inmortal consigna-denuncia acerca de "el delito de ser joven", pues los estudios realizados en plena dictadura demostraron que más del 80% de los desaparecidos eran jóvenes; la mayoría trabajadores, seguidos por los estudiantes.
Fuerzas conjuntas de dirigentes juveniles acompañaron, asimismo, a las Madres en sus primeras movilizaciones, recibiendo los gases con los que inútilmente pretendieron ahogar a las mujeres del pañuelo blanco. Luego, la movilización de la CGT a la Plaza el 30 de marzo de 1982, las banderas por "Malvinas sí, dictadura no" – producto de la marcha acordada en decenas comités conformados con reclamos y banderas propias en colegios, universidades, barrios, que fueron los mismos que concurrieron a repudiar al régimen luego de la derrota.
Sólo este recorrido explica el renacer del MoJuPo en 1982. Con algunos personajes que ahora pueden parecer sacados de otra historia, pero que eran los más jóvenes que surgían tras seis años de combate cotidiano; de la lucha de otros centenares de jóvenes militantes y dirigentes. Éstos últimos entraron a la dictadura con al consigna "Liberación o Dependencia". La nueva generación relanzó el MoJuPo con esa misma bandera.
¿Era la apropiada? Son otras historias y requieren otras reflexiones. Hoy, ahora, sólo quiero recordar y saludar el casi desconocido heroísmo de la militancia cotidiana que compartimos en esos años terribles, sublimes, turbulentos, inolvidables, magníficos y aterradores.  Irrepetibles.
Salud compañeros. A los que están y los que no están. A los que siguen adelante con las mismas convicciones, y aún a los que defeccionaron: yo los recuerdo a todos como eran. Como éramos. Más viejos; no necesariamente más sabios, pero con las convicciones intactas.

GB