viernes, 9 de diciembre de 2011

LOS ENEMIGOS DE ADENTRO

"A nosotros los Dreyfus, los Bunge y Born nos imponían una ley de bronce que nos permitía morirnos de hambre con los graneros repletos hasta el techo y, eso, sí, rodeados de las máximas garantías liberales. Nuestro problema consistía en enfrentar a los monopolios extranjeros que so pretexto de economía libre se llevan con nustras cosechas el tercio de utilidad que corresponde al esfuerzo argentino, al trabajo argentino, al bienestar argentino.
Pensamos enfrentar a una oligarquía de sepulcros blanqueados que jura sobre el Evangelio a libro cerrado, pero que lo sigue considerando un texto subversivo, de peligrosa aplicación social.
Combatimos a los poderes del dinero que se han adueñado de la Patria y que amenazan convertirnos en una nueva Babilonia o en un campo de aclimatación y pastoreo.
Claro que establecemos posiciones de combate frente a los profesionales de la entrega, llámense Pinedo, Alsogaray o Prebisch, a los comisionista de empréstitos, a los mercaderes del templo, a los fariseos de una democracia declamada, cuyo juego maestro se basa en la exclusión sistemática del pueblo, mediante el viejo y repetido mecanismo del fraude-proporcional o no-, el terrorismo ideológico y la persecución política.
Y porque queremos el juego limpio-ellos allá y nosotros acá, sin mezcals ni confusiones-tampoco aceptamos a los parásitos de esta anémica democracia, que esperan devorarla paar devorarnos porque no los queremos ni como aliados ocacionales, ni como "compañeros de ruta", ni como oportunistas pescadores a río revuelto.
Después de haber estado apretando filas con la oligarquía y el imperialismo.
Hemos empeñado toda nuestra vida para no ser cipayos ni satélites de otros."

Juan Perón, 1960.

En: Perón tal como fue/1, Enrique Pavón Pereyra, CEAL, 1986 ps. 85-86

martes, 6 de diciembre de 2011

Estados Unidos y los golpes de Estado.

"En nuestro caso particular intervinieron otros factores como desencadenantes. El Departamento de Estado hizo lo suyo, pero esa parte está lejos de haber sido primordial. Un criterio simplista me llevaría a concluir que habíamos sido víctimas de la Plutocracia que asienta sus reales en Wall Street. Empero, fue la coincidencia de factores de poder "internacionales" los que produjeron la eliminación de nuestro Gobierno Soberano. Está claro, con todo, que la intervención de los Estados Unidos en los golpes de estado latinoamericanos es un "secreto a voces" y, como en el reciente caso de Vietnam del Sur, siempre ha sido imposible "tapar el cielo con un arnero".
En la Argentina se comenta que las reuniones de los comandantes militares, navales, y aeronaúticos, primero en San José de Costa Rica, luego en Puerto Rico, mas tarde en la Zona del Canal de Panamá, para tratar asuntos "de la defensa continental" con la gente del Pentágono ha servido para algo mas, porque desde ese momento se comenzaron a producir "levantamientos militares en cadena", y los mencionados comandos pasaron a ser algo así como versiones modernas de los virreyes que respondían a las inspiraciones de la metrópoli de Washington. Es por eso también que en nuestro país no se habla de "nuestras fuerzas militares" sino de "las tropas de ocupación".
Es claro que en este caso la indignidad no es de los yanquis.

Yo no se si existirá un plan, pero sí se que existen los hechos que, planificados o no, se producen con una asiduidad que espanta: Guatemala, Santo Domingo, Haití, Perú, Honduras, Brasil, sin contar Cuba, Argentina, etc., son otros tantos típicos ejemplos que muestran con una elocuencia incontrovertible cuanto venimos afirmando."

Juan Perón.

Prof GB

lunes, 5 de diciembre de 2011

Historiografía patria.

"Estoy convencido de que no se puede construir un Ejército como una entidad sin alma, pura disciplina, sin conexiones con el ser nacional, a menos de referirnos a un cuerpo de mercenarios, que se instrumenta ciegamente, como una máquina de autómatas. Y eso que yo no me incorporé al Ejército en su peor época. En cambio, mis jefes habían conocido el predomino de un espadón como el general Campos, que era financiero negociante, y componedor del "mitrismo" antinacional y antioligárquico, que subsistiría en las Fuerzas Armadas bajo nuevas formas, pero sirviendo de agentes naturales de los intereses colonialistas que mediatizaban este país con vocación de grandeza. La mentalidad de "colonia barata", según cínica expresiónde ese fin de raza que era Julito Roca, era servida con celo digno de mejor causa por los que compartían la carnada. Era lógico esperar que a la oligarquía criolla le interesara mantener incólume un proceso que es anterior a todos los colonialismos financieros, a todos los enfeudamientos económicos y a sus secuelas políticas.
La ausencia de una doctrina nacional coherente nos ha sido fatídica, y no hemos podido elaborarla por ausencia de una prédica de carácter histórico que fuese, en el exámen documental de nuestro pasado, hasta las últimas consecuencias... Esa línea Mayo-Caseros, que proclama nuestro sometimiento intereses foráneos configuran el alfa y omega de nuestro sometimiento espiritual. Se nos hadado una historia demasiado fluída y heroica como para responder ante ella con otra cosa que nos ea la admiración escolar. La estatuas de nuestro procerato han sido como lápidas que mantienen ahogados los afanes reivindicatorios de nuestros grandes rebeldes.
No en vano la oligarquía mantiene un culto de penates disfrazados de "padres de la patria".
Con tal de garantizar la trabajosa digestión de sus cuatros comidas diarias, alimentan cenáculos de seudo historiadores. Ninguno de ellos se asomó por al Archivo General de la Nación, y los pocos investigadores que no tocan de oído prefieren escamotear los documentos que pueden alterar la versión "oficial" de hechos que no resisten al menor análisis."
Juan Perón.

Prof GB

Conferencia de Estados Latinoamericanos y el Caribe.

CELAC, SXXI, O

"Continuidad de la Doctrina Monroe".

A medida que avanza el siglo XX, la intervención yanqui, cada vez ,mas desembozada, culmina en la "dollar diplomacy", inaugurada a principios de la centuria por Knox, con el sacrificio de Panamá y Nicaragua. En 1909 controlaba Estados Unidos el 75 % del comercio exterior de Máxico. Ya habían sido anexadas, en 1845, Nueva México, Texas, y California. El presidente Hayes expresó el interés de su país sobre el Canal de Panamá con las siguientes palabras:" La política de Estados Unidos exigía un canal bajo la inspección americana y tal inspección no podrá ser cedida por los estados centroamericanos a la inspección de una potencia europea, ni a una reunión de potencias europeas."

América Central asiste entonces, bajo la diplomacia yanqui, a las corrientes separatistas de sus minúsculas repúblicas, pero la tendencia a la unión no se desvaneció nunca. Esta idea viva desde la separación de España, se concretó durante una década, entre 1824 y 1837. Frustrada, se reactualiza en 1876. En 1917, los países centroamericanos vuelven sobre ella y la revoca el poderosos vecino del norte con el chantaje, la extorsión diplomática y el soborno de las mezquinas oligarquías agrarias que neutralizan la voluntad de los pueblos centroamericanos.

No solo Centroamérica entró en la órbita de Estados Unidos. El presidente Jefferson había establecido hasta dónde llegaba el espíritu de la Doctrina Monroe:
" Confieso con candor-dice con cínica insolencia-que siempre he mirado a Cuba como una adición muy interesante que podría hacerse a nuestro sistema de estados. El dominio que con la punta de la Florida, nos daría aquella isla sobre el golfo de México y los países e istmos de sus riberas, así como todas las aguas que se derraman sobre él, colmaría al medida de nuestro bienestar político."

El presidente Roosevelt erigió la doctrina en "la política nacional de Estados Unidos", como la llamara Robert Lasing, con la intervención directa en los asuntos internos de las repúblicas latinoamericanas. Ya no se guardan modales, y se da realidad a las palabras sin trastiendas mentales de Onley, secretario de Estado, con motivo del diferendo sobre la Guayana en 1896, entre Venezuela e Inglaterra: "Los Estados de la América del Sur, como asimismo los del norte son, por afinidad geográfica, simpatía natural y semejanza de las instituciones, los amigos y los aliados comerciales de Estados Unidos. Hoy día, Estados Unidos es de hecho mas poderoso que aquellos en el continente y sus decisiones tienen fuerza de ley en aquellas materias a las cuales consagran su intervención. Existe, por tanto, una doctrina de derecho público y americano bien fundada en sus principios y plenamente sancionada por sus precedentes que otorga a Estados Unidos el derecho de considerar como una injuria todo acto por el cual una potencia europea asuma un control político sobre un Estado americano."

Prof GB

Juan José Hernández Arregui, ¿Qué es el ser nacional?.

Agenda de Reflexion PLAN DE AYALA.


















26 de Noviembre de 2011







Plan libertador de los hijos del Estado de Morelos, afiliados al Ejército Insurgente que defiende el cumplimiento del Plan de San Luis, con las reformas que ha creído conveniente aumentar en beneficio de la Patria Mexicana.







Los que subscribimos, constituidos en Junta Revolucionaria para sostener y llevar a cabo las promesas que hizo la Revolución de 20 de noviembre de 1910, próximo pasado, declaramos solemnemente ante la faz del mundo civilizado que nos juzga y ante la Nación a que pertenecemos y amamos, los propósitos que hemos formulado para acabar con la tiranía que nos oprime y redimir a la Patria de las dictaduras que se nos imponen las cuales quedan determinadas en el siguiente Plan:

1º. Teniendo en consideración que el pueblo mexicano, acaudillado por don Francisco I. Madero, fue a derramar su sangre para reconquistar libertades y reivindicar derechos conculcados, y no para que un hombre se adueñara del poder, violando los sagrados principios que juró defender bajo el lema de “Sufragio Efectivo y No Reelección”, ultrajando así la fe, la causa, la justicia y las libertades del pueblo; teniendo en consideración que ese hombre a que nos referimos es don Francisco I. Madero, el mismo que inició la precitada revolución, el que impuso por norma gubernativa su voluntad e influencia al Gobierno Provisional del ex Presidente de la República licenciado Francisco L. de la Barra, causando con este hecho reiterados derramamientos de sangre y multiplicadas desgracias a la Patria de una manera solapada y ridícula, no teniendo otras miras, que satisfacer sus ambiciones personales, sus desmedidos instintos de tirano y su profundo desacato al cumplimiento de las leyes preexistentes emanadas del inmortal Código de 57 escrito con la sangre de los revolucionarios de Ayutla.

Teniendo en cuenta: que el llamado Jefe de la Revolución Libertadora de México, don Francisco I. Madero, por falta de entereza y debilidad suma, no llevó a feliz término la Revolución que gloriosamente inició con el apoyo de Dios y del pueblo, puesto que dejó en pie la mayoría de los poderes gubernativos y elementos corrompidos de opresión del Gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, que no son, ni pueden ser en manera alguna la representación de la Soberanía Nacional, y que, por ser acérrimos adversarios nuestros y de los principios que hasta hoy defendemos, están provocando el malestar del país y abriendo nuevas heridas al seno de la Patria para darle a beber su propia sangre; teniendo también en cuenta que el supradicho señor don Francisco I. Madero, actual Presidente de la República, trata de eludirse del cumplimiento de las promesas que hizo a la Nación en el Plan de San Luis Potosí, siendo las precitadas promesas postergadas a los convenios de Ciudad Juárez; ya nulificando, persiguiendo, encarcelando o matando a los elementos revolucionarios que le ayudaron a que ocupara el alto puesto de Presidente de la República, por medio de las falsas promesas y numerosas intrigas a la Nación.
Teniendo en consideración que el tantas veces repetido Francisco I. Madero, ha tratado de ocultar con la fuerza bruta de las bayonetas y de ahogar en sangre a los pueblos que le piden, solicitan o exigen el cumplimiento de sus promesas en la Revolución, llamándoles bandidos y rebeldes, condenandolos a una guerra de exterminio, sin conceder ni otorgar ninguna de las garantías que prescriben la razón, la justicia y la ley; teniendo en consideración que el Presidente de la República Francisco I. Madero, ha hecho del Sufragio Efectivo una sangrienta burla al pueblo, ya imponiendo contra la voluntad del mismo pueblo, en la Vicepresidencia de la República, al licenciado José María Pino Suárez, o ya a los gobernadores de los Estados, designados por él, como el llamado general Ambrosio Figueroa, verdugo y tirano del pueblo de Morelos; ya entrando en contubernio escandaloso con el partido científico, hacendados-feudales y caciques opresores, enemigos de la Revolución proclamada por él, a fin de forjar nuevas cadenas y seguir el molde de una nueva dictadura más oprobiosa y más terrible que la de Porfirio Díaz; pues ha sido claro y patente que ha ultrajado la soberanía de los Estados, conculcando las leyes sin ningún respeto a vida ni intereses, como ha sucedido en el Estado de Morelos y otros conduciéndonos a la más horrorosa anarquía que registra la historia contemporánea. Por estas consideraciones declaramos al susodicho Francisco I. Madero, inepto para realizar las promesas de la revolución de que fue autor, por haber traicionado los principios con los cuales burló la voluntad del pueblo y pudo escalar el poder; incapaz para gobernar y por no tener ningún respeto a la ley y a la justicia de los pueblos, y traidor a la Patria por estar a sangre y fuego humillando a los mexicanos que desean libertades, a fin de complacer a los científicos, hacendados y caciques que nos esclavizan y desde hoy comenzamos a continuar la Revolución principiada por él, hasta conseguir el derrocamiento de los poderes dictatoriales que existen.







2º. Se desconoce como Jefe de la Revolución al señor Francisco I. Madero y como Presidente de la República por las razones que antes se expresan, procurándose el derrocamiento de este funcionario.



3º. Se reconoce como Jefe de la Revolución Libertadora al C. general Pascual Orozco, segundo del caudillo don Francisco I. Madero, y en caso de que no acepte este delicado puesto, se reconocerá como jefe de la Revolución al C. general don Emiliano Zapata.


4º. La Junta Revolucionaria del Estado de Morelos manifiesta a la Nación, bajo formal protesta, que hace suyo el plan de San Luis Potosí, con las adiciones que a continuación se expresan en beneficio de los pueblos oprimidos, y se hará defensora de los principios que defienden hasta vencer o morir.

5º. La Junta Revolucionaria del Estado de Morelos no admitirá transacciones ni componendas hasta no conseguir el derrocamiento de los elementos dictatoriales de Porfirio Díaz y de Francisco I. Madero, pues la Nación está cansada de hombres falsos y traidores que hacen promesas como libertadores, y al llegar al poder, se olvidan de ellas y se constituyen en tiranos.

6º. Como parte adicional del plan que invocamos, hacemos constar: que los terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o caciques a la sombra de la justicia venal, entrarán en posesión de esos bienes inmuebles desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus títulos, correspondientes a esas propiedades, de las cuales han sido despojados por mala fe de nuestros opresores, manteniendo a todo trance, con las armas en las manos, la mencionada posesión, y los usurpadores que se consideren con derechos a ellos, lo deducirán ante los tribunales especiales que se establezcan al triunfo de la Revolución.


7º. En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y ciudadanos mexicanos no son mas dueños que del terreno que pisan sin poder mejorar en nada su condición social ni poder dedicarse a la industria o a la agricultura, por estar monopolizadas en unas cuantas manos, las tierras, montes y aguas; por esta causa, se expropiarán previa indemnización, de la tercera parte de esos monopolios, a los poderosos propietarios de ellos a fin de que los pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos o campos de sembradura o de labor y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos.


8º. Los hacendados, científicos o caciques que se opongan directa o indirectamente al presente Plan, se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras partes que a ellos correspondan, se destinarán para indemnizaciones de guerra, pensiones de viudas y huérfanos de las víctimas que sucumban en las luchas del presente Plan.


9º. Para ejecutar los procedimientos respecto a los bienes antes mencionados, se aplicarán las leyes de desamortización y nacionalización, según convenga; pues de norma y ejemplo pueden servir las puestas en vigor por el inmortal Juárez a los bienes eclesiásticos, que escarmentaron a los déspotas y conservadores que en todo tiempo han querido imponernos el yugo ignominioso de la opresión y el retroceso.


10º. Los jefes militares insurgentes de la República que se levantaron con las armas en las manos a la voz de don Francisco I. Madero, para defender el Plan de San Luis Potosí y que se opongan con fuerza al presente Plan, se juzgarán traidores a la causa que defendieron y a la Patria, puesto que en la actualidad muchos de ellos por complacer a los tiranos, por un puñado de monedas o por cohechos o soborno, están derramando la sangre de sus hermanos que reclaman el cumplimiento de las promesas que hizo a la Nación don Francisco I. Madero.


11º. Los gastos de guerra serán tomados conforme al artículo XI del Plan de San Luís Potosí, y todos los procedimientos empleados en la Revolución que emprendemos, serán conforme a las instrucciones mismas que determine el mencionado Plan.


12º. Una vez triunfante la Revolución que llevamos a la vía de la realidad, una junta de los principales jefes revolucionarios de los diferentes Estados, nombrará o designará un Presidente interino de la República, que convocará a elecciones para la organización de los poderes federales.

13º. Los principales jefes revolucionarios de cada Estado, en junta, designarán al gobernador del Estado, y este elevado funcionario, convocará a elecciones para la debida organización de los poderes públicos, con el objeto de evitar consignas forzosas que labren la desdicha de los pueblos, como la conocida consigna de Ambrosio Figueroa en el Estado de Morelos y otros, que nos condenan al precipicio de conflictos sangrientos sostenidos por el dictador Madero y el círculo de científicos hacendados que lo han sugestionado.


14º. Si el presidente Madero y demás elementos dictatoriales del actual y antiguo régimen, desean evitar las inmensas desgracias que afligen a la patria, y poseen verdadero sentimiento de amor hacia ella, que hagan inmediata renuncia de los puestos que ocupan y con eso, en algo restañarán las graves heridas que han abierto al seno de la Patria, pues que de no hacerlo así, sobre sus cabezas caerán la sangre y anatema de nuestros hermanos.


15º. Mexicanos: considerad que la astucia y la mala fe de un hombre está derramando sangre de una manera escandalosa, por ser incapaz para gobernar; considerad que su sistema de Gobierno está agarrotando a la patria y hollando con la fuerza bruta de las ballonetas nuestras instituciones; así como nuestras armas las levantamos para elevarlo al Poder, las volvemos contra él por faltar a sus compromisos con el pueblo mexicano y haber traicionado la Revolución iniciada por él; no somos personalistas, ¡somos partidarios de los principios y no de los hombres!
Pueblo mexicano, apoyad con las armas en las manos este Plan, y hareis la prosperidad y bienestar de la Patria.
Libertad, Justicia y Ley. Ayala, Estado de Morelos, noviembre 25 de 1911.



General en jefe, Emiliano Zapata, rúbrica. Generales: Eufemio Zapata, Francisco Mendoza, Jesús Navarro, Otilio E. Montaño, José Trinidad Ruiz, Próculo Capistrán, rúbricas. Coroneles: Pioquinto Galis, Felipe Vaquero, Cesáreo Burgos, Quintín González, Pedro Salazar, Simón Rojas, Emigdio Marlolejo, José Campos, Felipe Tijera, Rafael Sánchez, José Pérez, Santiago Aguilar, Margarito Martínez, Feliciano Domínguez, Manuel Vergara, Cruz Salazar, Lauro Sánchez, Amador Salazar, Lorenzo Vázquez, Catarino Perdomo, Jesús Sánchez, Domingo Romero, Zacarías Torres, Bonifacio García, Daniel Andrade, Ponciano Domínguez, Jesús Capistrán, rúbricas. Capitanes: Daniel Mantilla, José M. Carrillo, Francisco Alarcón, Severiano Gutiérrez, rúbricas, y siguen más firmas.



[Tomado de: Jesús Silva Herzog, Breve Historia de la Revolución Mexicana, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1969]


GB








Agenda de Reflexion- El pensamiento justicialista.








2 de Diciembre de 2011 ≈ Por Juan Carlos Córica



(De su libro Peronismo Justicialista. Modelo Social, Pensamiento y Proyecto Político - año 2006)



“… El pensamiento político Justicialista resulta inescrutable desde la mirada occidental que construyó la modernidad. Además de lo dicho hasta acá, agrega otro rasgo clave que muestra la cuestión de la justa medida y el principio de armonización como una propuesta concreta y no un mero discurso. Es un pensamiento que trasciende los absolutismos ideológicos. En línea con una parte de la sabiduría griega -la otra es lo contrario- que hizo del sentido de los límites una clave conceptual, el justicialismo plantea la justa medida. Principio por el que muestra la validez dentro de un cierto rango o espacio. Por defecto o por exceso, una decisión o una norma termina siendo negativa.
“Cuando se leen análisis culturales de los pueblos orientales como Japón, aparece nítidamente el predominio de valores de armonía. Señala Michel Albert respecto de este país que ‘el sentimiento casi familiar de pertenencia a una comunidad’ es clave del sentido común de ese pueblo. ‘Así, un término específicamente japonés, amae, expresa el deseo de solidaridad y contención social. Del mismo modo, el liderazgo empresario es definido por la palabra, iemoto, en la que los especialistas encuentran connotaciones familiares. Según el sociólogo Marcel Bolle de Bal, el amae y el iemoto, se complementan y se equilibran mutuamente, estrechamente unidos en la construcción cotidiana de una organización duradera. Los principios básicos que rigen la vida de las empresas japonesas, sólo son la traducción sobre el terreno de esas particularidades culturales: empleo vitalicio, remuneración de la antigüedad, sindicalismo de empresa, sistema comunitario de motivación’. También dice, comparando lo que es el eje de ese libro (las diferentes calidades del capitalismo de especulación anglosajón del capitalismo de producción europeo), que ‘en un plano más general, hay que subrayar la importancia determinante, a medio y largo plazo, de lo que podríamos llamar la cohesión de una sociedad, su homogeneidad y su armonía. Es éste un factor inmaterial, y por lo tanto difícil de cuantificar (como les gusta a los cientificistas modernos). Pero al faltar se valora su importancia. La dureza de una sociedad, el desgarramiento de su tejido social, las tensiones que la habitan, todo esto tiene un costo en términos económicos’.
“Páginas antes, este autor mostraba, sin plantearlo en estos términos, cómo la justa medida es una clave en el logro de efectividad política. Dos casos comentados sirven de ejemplo. Sobre todo el segundo que explica el criterio utilizado por el gobierno alemán al aplicar lo que se conoció como ‘economía social de mercado’. En el primero explica que ‘en la famosa curva del economista norteamericano Laffer se muestra que el rendimiento del impuesto decrece más allá de cierta tasa impositiva’. Por eso ‘se dice que, demasiado impuesto mata al impuesto. Que significa que, si se sufre una excesiva carga fiscal, bajo la forma que sea, los contribuyentes ya no tienen verdaderas razones para trabajar más, puesto que las ganancias suplementarias le serán confiscadas’. El segundo, el más significativo, presenta lo que se podría llamar un tipo de regulación homeostática. Es el criterio de intervención-no intervención del Estado alemán dentro de la economía social de mercado. En esta concepción, ‘el Estado no tiene derecho a intervenir en la vida económica o social salvo por dos razones, que le crean verdaderos deberes de intervención. La primera razón es la igualación de condiciones de competencia’, por lo cual se actúa para ‘evitar los acuerdos y los abusos de las posiciones dominantes’. Sean de empresa o de rubro. O, también en los casos donde la desigualdad se da con distintas regiones del país, lo que hace ‘necesaria una política de distribución geográfica de las actividades económicas en función de los recursos naturales y humanos de cada región, desarrollando, entonces, las infraestructuras de las menos favorecidas. El segundo fundamento de las intervenciones del Estado es de carácter social. De ahí, a nivel coyuntural, las subvenciones a los astilleros navales y a las minas para humanizar el ritmo de las reconversiones’. En síntesis, las razones de intervención, están en relación con que haya en las distintas coyunturas, no se den ‘niveles de igualdad de competencia, niveles de similar evolución social de los distintos sectores y una no equilibrada distribución geográfica de la economía’. O sea que el sistema público funciona interviniendo o absteniéndose a partir de niveles máximos y mínimos que estructuran una franja de valor de la que, por exceso o defecto, se cae en valores negativos (disfuncionales) que deben ser corregidos por la mano visible del Estado. Un sistema guiado por una especie de sensor que tiene a la justa medida como paradigma de valor.
“En última instancia, el Justicialismo implica una cosmovisión -conjunto de principios de acuerdo a los cuales se forma el sentido de la vida y se vive- que le da fondo y altura a su pensamiento y a la acción política. Esta cosmovisión le viene del cristianismo católico con su sentido trascendente del hombre y de la vida -no un ser pura materia y animal evolucionado-. El hombre y su dignidad esencial, miembro de la raza humana, como medida de todas las cosas, alrededor del cual gira toda la visión y el proyecto político. Hombre que se realiza dentro de una comunidad a partir de su dimensión personal y social -ni hombre aislado ni diluido; ni individualista ni clasista-. Hombre de necesidades y anhelos -necesidades básicas y de orden superior-. Un hombre enraizado, solidario y trabajador. El Justicialismo, a diferencia del liberalismo y el marxismo, no piensa la realidad en términos absolutos sino desde un sentido histórico y situado (historicismo), de justa medida, armonía y equilibrio. Sentido de comunidad de destino y cultura de la solidaridad a partir de la aplicación de la justicia social, la concepción de la libertad como ‘libertad para’ (libertad del encuentro) y del pluralismo como virtud humana que permite decidir cursos de acción por la conciencia de pertenencia común a una comunidad de destino -que busca un proyecto común para alcanzar objetivos comunes-. Como el hombre y la realidad se construyen desde lo espiritual y lo material, desde lo particular y desde lo general, todo dentro de un proceso vital que significa “integrado”, donde lo espontáneo y lo institucionalizado se complementan; su conciencia está articulada a la conciencia de la comunidad -memoria, subjetividad, imaginario y conciencia colectiva-, el Justicialismo no fue sólo popular o sólo nacional sino fue y es un movimiento político nacional y popular…”.

Juan Carlos Córica


Michel Albert, (1991) Capitalismo contra capitalismo, Editorial Paidos 1992, pág. 107.
Michel Albert, (1991) Capitalismo contra capitalismo, Editorial Paidos 1992, pág. 152-153.
Michel Albert, (1991) Capitalismo contra capitalismo, Editorial Paidos 1992, pág. 150.
“Homeostasis” es un término griego que alude a la tendencia del cuerpo humano a mantener el equilibrio fisiológico compensando su química.
Michel Albert, (1991) Capitalismo contra capitalismo, Editorial Paidos 1992, pág. 112-113.
Cuando se habla de justa medida se debe tomar en cuenta que en este concepto se pone en crisis los absolutismos. Este enfoque de orden “tercerista” sustentado en el concepto de la justa medida, es lo opuesto tanto al fundamentalismo como al absolutismo. Lo que no quiere decir que sea “relativismo radical”, que se forma a partir de un relativismo fundamentalista que lleva al nihilismo y su mirada escéptica. Es un criterio vitalista por el que se advierte que la validez de ciertos conceptos o cuestiones o planteos se da dentro de ciertos rangos o bandas de valor los que al ser excedidos en más o en menos se convierten en un disvalor. cuantía zonas o franjas está determinada por dentro de ciertos rangos o zonas de nivel funcional. Por eso, justa medida, significa que por defecto o por exceso, lo bueno puede ser malo y lo malo en pequeñas dosis (vacuna) resulta bueno.


GB

jueves, 1 de diciembre de 2011

Memoria Imperial.


(fundamentando la UNASUR)


En el año 1825, Henry Clay un miembro del partido Republicano de los EE.UU., integrante de la Cámara de Representantes, junto al futuro presidente John Quincy Adams, postulaban, "los asuntos referidos a los países hispanoamericanos tiene relación directa con con los derechos e intereses de Estados Unidos y no pueden ser dejados al arbitrio de las potencias europeas orientadas y dirigidas exclusivamente por los principios e intereses europeos."



México, Colombia y Cuba, estaban entre los primeros países a ser abordados por la expansión imperial yamky.




En 1822, el presidente Monroe junto a los ingleses reconocería la independencia de los nuevos países americanos y el británico Canning le diría a Mr. Rush embajador norteamericano: "No ha llegado el momento de que nuestros gobiernos puedan entenderse mutuamente en cuanto a las colonias hispanoamericanas?"

Junto a Jeferson, también presidente yanky los ingleses dirán: AMERICA HIPANICA PARA LOS ANGLOSAJONES.


117 años mas tarde el presidente Roosevelt afirmaría.



"Nuestro gobierno proclamó la doctrina Monroe como medida de defensa frente a la amenaza que se cernía sobre América por una alianza entre ciertas naciones de la Europa continental. Desde aquella fecha hemos montado guardia en el Atlántico con nuestrosvecinos los ingleses."






Esta Doctrina fue como dice el pensador nacional Hernández Arregui la llave de este dominio.



Funcionó como "política del garrote", "diplomacia del dólar", "política del buen vecino" o "alianza para el progreso."




El undécimo presidente norteamericano, James Konx, quien anexó Texas, California, Nueva Mexico y gran parte de Nevada entre los años 1846-48, esta vez sería el partido Democráta el generoso apropiador de casi la mitad del territorio mexicano.


Afirmaba: "La Doctrina Monroe no es un compromiso internacional, es una política de Estados Unidos que este país aplica cuando lo juzga conveniente sin pedir permiso a nadie."


Prof GB