En las décadas del ´60 y del ´70 del Siglo XX, una seguidilla de golpes de Estado ensombrecía a esta pArte de la América del Sur.
Primero Brasil en 1964, luego Perú, Bolivia, Uruguay a comienzos de los setenta, Chile en 1973, nosotros en 1976.
Las Dictaduras se prolongaban, el Plan Cóndor pergeñaddo por estas unificaba la persecución de militantes sociales, políticos, sindicales, religiosos, intelectuales a través de las fronteras.
Hombres, mujeres y niños eran secuestrados, torturados, encarcelados, legal e ilegalmente.
Los campos de concentración a la luz del día u ocultos, recordaban al nazismo.
Se fusilaba en las calles desde la mañana a la noche, se bombardeaban casas de gobierno, en fin, la noche larga, oscura e impiadosa del terror.
Cientos de miles de latinoamericnaos huían a otras latitudes, Suecia, México, Cuba, Francia e Italia, por nombrar solo algunos países que se solidarizaban con el espanto que empujaba la diáspora.
Los planes económicos neoliberales se cargaban decenas de miles de industrias: pobreza, desocupación, hambre, cuentapropismo; las oligarquías finanacieras, agrícolas,mineras, se enriquecían diezmando a sus pueblos.
Monopolios, oligopolios propios e internacionales saqueban las patrias.
Los medios de comunicación justificaban estas libertades.
Pero, lo que es justo es justo, la reacción en defensa de la libertad, la democracia y los pueblos que luchaban por sus derechos no se hizo esperar.
EEUU, convocó al Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, la Organización deEstados Americanos se reunió durante días, meses, años.
Actuando conceleridad, expulsó a dictadores, los amenazó, los bloqueó financiera y económicamente.
Es justo recordar cómo a inicios de 1970, los aliados al igual que en la Segunda Guerra Mundial, le enviaron ultimatums para que abandonaran el gobierno a Videla, Pinochet y a lo sanguinarios militares bolivianos solo por enunciar algunos casos.
Y ante la negtiva de estas dictaduras, el ataque no se hizo esperar.
Solo baste recordar el asalto a la ESMA protagonizado por las tropas de elite británicas y estadounidenses para liberar a los prisioneros allí alojados.
O el bombardeo a los cuarteles chilenos y el bloqueo económico a la dictadura uruguaya.
El Operativo Liberación o Dependencia (así denominado por las Naciones Unidas) arrojó resultados casi inmediatos.
Las feroces dictaduras no apañadas por los países occidentales, pronunciados en pro de la democracia y la defensa irrestricta de los derechos humanos debieron retroceder sin prisa pero sin pausa: los pinochetistas y videlistas, ( ni que hablar de Zomoza el eterno dictador nicaragüense), abandonados a su suerte por Henry Kissinger, Nixon, Reagan, entre otros funcionarios yanquis, huyeron o fueron encarcelado juntos a sus familias.
Otros sucumbieron ante las certeras descargas misilísticas sobre sus mansiones y reiteramos cuarteles.
Las empresas que los solventaban fueron severamente sancionadas debiendo solidariamente hacerse cargo de las cientos de miles de familias perjudicadas por estos militares apátridas.
Los planes de trabajo, vivienda, educación, salud de la ONU en favor de los pobres surgidos a causa de estos desmadres financieros del neoliberalismo fueron la jhusta solución ante tanta ferocidad capitalista.
Lo que es justo es justo, Ayer Dictaduras sangrientas en estas latitudes, Hoy Khadaffi en Africa.
EEUU siempre al lado de los pueblos que sufren, son humillados, sometidos, explotados.
No hace falta admirar a Gran Bretaña, o la Italia de Berlusconi, ni a la Francia de Zarkozi.
Países como Argelia, India, Vietnam, o los habitantes del Africa Negra recuerdan sus gestas humanitarias, y redentoras de siglos.
Como dice hoy Clemente, Obama va a compartir el Premio Nóbel de la Paz con estos y otros países Aliados.
Leña a Khadaffi, que tiemble como tembló Massera o Menendez, Camps y vetustos y sanguinolentos dictadores latinos.
EEUU nos protegerá siempre.
GB