"Yo era un robot, sólo respondía a órdenes y estoy muy agradecido a las técnicas de respiración porque me pude conectar con mi corazón", contó el hombre sin soltar el micrófono, mientras una parte de los vecinos de la Villa 31 lo miraba con incredulidad. La escena sucedió hace tres años, durante la mañana del 8 de septiembre de 2012, cuando el líder espiritual Sri Sri Ravi Shankar, de paso por la capital argentina, visitó la histórica villa porteña para enseñar su "arte de vivir", con el auspicio del gobierno de la Ciudad. La recorrida luego fue coronada con una memorable reunión con el alcalde Mauricio Macri. Las palabras de agradecimiento y espiritualidad provenían de Oscar Alfredo Remorino, uno de los delegados y vecinos más antiguos del barrio. También conocido en las populares calles del selecto barrio de Retiro, como "El Gitano". En esa oportunidad, dada la importancia oficial del invitado, Remorino prestó su casa para que Sri Sri instituyera su cátedra barrial de conocimientos espirituales. El evento, en la actualidad, todavía sigue indeleble en la memoria de los vecinos. No sólo por "el Ravi", sino por el Gitano Remorino, un delegado que, en ese momento, eligió oficiar como maestro de ceremonias para la misma administración PRO que cuatro años antes, en septiembre de 2008, había resuelto clausurar su principal empresa, el Centro de Materiales para la Construcción (CEMACO), considerado por el gobierno porteño como el mayor proveedor ilegal de materiales de la villa. Para el recién llegado alcalde la proliferación de construcciones irregulares y su multiplicación de pisos, eran una amenaza que había que limitar a cualquier precio. La fruición amarrilla contra tal expansión derivó en la decisión de alambrar el barrio para impedir el ingreso de materiales. Cuando el ministerio de Ambiente y Espacio Público (en aquellos años bajo el mando del actual titular del subte Juan Pablo Piccardo) comprobó que los retenes no servían, orientó sus cañones contra el mayor corralón del barrio, perteneciente a "El Gitano".
De acuerdo al Sistema Integrado de Administración financiera del gobierno porteño, más conocido como SIGAF, desde el año siguiente a la clausura del corralón, CEMACO revirtió su pelea con la gestión PRO y se transformó en un activo proveedor del gobierno porteño. Entre 2009 y lo que va de 2015, Remorino ya le facturó al estado porteño 45 millones de pesos en provisión de materiales y maquinaria para afrontar los problemas de infraestructura de las villas porteñas.
Guerra y paz
 Los registros públicos del gobierno porteño y de la Administración Federal de Ingresos Públicos, AFIP, revelan que el Gitano tiene actualmente 47 años. Nació el 17 de junio de 1968 y es reconocido como un antiguo e influyente vecino que habría integrado el grupo que resistió en 1996, cuerpo a cuerpo, al avance de las topadoras que envió el intendente Jorge Domínguez para erradicar la villa. A pesar de las consultas de este diario a todos los contactos fiscales y personales que aparecen en los registros del Instituto de Vivienda de la Ciudad, de la Secretaría de Hábitat e Inclusión porteña y del cuerpo de delegados de la villa, Remorino no contestó las consultas de este diario. Dentro del barrio, en reserva, se animan a contar la arqueología del Gitano y vinculan su surgimiento a la venta de materiales que sobraban de la Darsena F del Puerto de Buenos Aires. La venta de piedra, arena y materiales lo transformaron en el principal proveedor de materias primas para los  avanzados saberes populares de construcción del barrio. Un análisis de los métodos de construcción de la Villa, realizado por un equipo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República, Uruguay, identifica a CEMACO como "una barraca en el interior de la villa, muy concurrida por facil acceso y distribución", aunque "sus precios son elevados".
El costo de la venta de materiales dentro del barrio es sensiblemente mayor, gracias a los retenes impulsados por la gestión PRO, que transformó los ladrillos, la arena y el cemento en especies escasas y de difícil acceso. Desde el fracaso de los cerrojos, implementados por el influyente abogado Fabián Rodríguez Simón (que en 2008 era jefe de Gabinete del ministerio de Ambiente y Espacio Público), la gestión PRO dejó la confrontación con El Gitano y eligió abrir un ambicioso abanico de negocios. El descongelamiento de las relaciones arrancó al año siguiente de la clausura. El SIGAF revela que en 2009 la facturación de Remorino fue de $ 159 mil, al año siguiente, en 2010, subió a $ 255.900, y en 2011 superó todos los techos, con $3.809.560  en contrataciones directas y licitaciones otorgadas, en muchos casos firmados por la subsecretaría de Atención Ciudadana, conducida por Eduardo Macchiavelli, de estrecha relación con el jefe de Gabinete Horacio Rodriguez Larreta; y en otras contrataciones por la Secretaría de Hábitat e Inclusión, controlada por Marina Klemenciewicz, que reporta a la senadora nacional y precandidata a vicepresidenta del PRO, Gabriela Michetti.
Negocios in house 
El Gitano superó las internas del PRO, negoció con todos y también tejió estrechos vínculos con el actual vicejefe electo Diego Santilli, sucesor de Piccardo y "Pepín" Rodríguez Simón en el ministerio de Ambiente y Espacio Público. En 2012, el año que decidió recibir en su casa a Ravi Shankar, embolsó  $ 7.466.761,40 a favor de CEMACO. En 2013 las facturaciones de El Gitano fueron engrosadas con mejoras al espacio público, y el corralón que alguna vez fue enemigo del PRO llegó a los 9.560.868 pesos. El techo de los "diez palos", como le dicen los contratistas del Estado, fue posible el año pasado, con $ 12.296.000 de facturación. El récord de contrataciones amarillas a favor del delegado de la Villa 31 fue perforado este año. El sistema de pago de facturas del gobierno porteño revela que hasta mediados de año recibió contratos por $ 3.765.000, pero no incluye la aprobación  y adjudicación de la licitación pública 117-0118-LPU15, realizada por la SecHI, que le otorgó el 23 de junio pasado otro contrato por $ 8.280.000 para utilizar su "servicio de mantenimiento del espacio público y servicio de Camión Vocador y Pala Mecánica de la Villa 31 y 31 Bis". El viejo corralón de cemento y ladrillos del barrio ahora cuenta con maquinaria propia, que le alquila a la comuna. El total de las operaciones, en 5 años, llegó a los 45 millones a favor de ese Gitano, hoy empresario, desarrollador de alquileres en el barrio aledaño de Saldías, también proveedor de poda de árboles para la comuna y aviador por hobby, una pasión que pudo consolidar en el Centro Universitario de Aviación de La Matanza, donde se graduó en 2012.
CEMACO, según advierten en el barrio, no sería la única empresa vinculada a Remorino. También señalan a Megacer SRL, otra empresa del mismo "core business", que entre 2007  y 2014 ya embolsó 17 millones de pesos. Sin embargo, en los registros societarios El Gitano no aparece, nada similar a la repetición de su identidad que sí es visible en centenares de facturas canceladas por la misma administración que hace dos mandatos atrás le había puesto la soga al cuello, una ofensiva que el histórico vecino del barrio transformó en una gran oportunidad. Y en un negocio millonario que ahora el PRO prefiere olvidar. «

PUNTO DE PARTIDA

A finales de septiembre de 2008 Macri ordenó la clausura del corralón del Gitano por considerarlo una de las principales fuentes de provisión de materiales para la villa.
En esa oportunidad también había clausurado un predio de Cementos Avellaneda en la 31.
Un año más tarde comenzaron los contratos y licitaciones con CEMACO, la firma de Remorino. Entre 2010 y este año las operaciones se multiplicaron exponencialmente.