El clima que viven los empresarios argentinos para sobrellevar los últimos cinco meses que quedan por transcurrir de la “década ganada” kirchnerista, puede resumirse en una frase que Bernardo Kosacoff les dijo ayer a medio millar de empresarios e industriales reunidos en el 8º Coloquio de la Unión Industrial de Córdoba (UIC): “Cuando los dólares son escasos, este modelo tiene complicaciones”.
El anfitrión Gerardo Seidel, titular de la UIC, se mostró pesimista por el horizonte que se avecina: “Tenemos un panorama externo para nada favorable para Argentina; y en el clima interno tenemos una caída del nivel de actividad con alta inflación, lo que es malo”.Seidel criticó a los principales candidatos presidenciales porque “no han explicitado un plan de gobierno, las medidas que tienen para reactivar la industria. Todavía estamos esperando sus propuestas. Nosotros reclamamos una disminución de la presión impositiva y de la inflación”.
Cuando lo consultaron sobre un posible cambio de rumbo desde el 10 de diciembre, advirtió: “Sería lo lógico, vamos hacia un cambio de rumbo inexorable. Si no lo hace el Estado, lo hará el mercado como ha pasado en otras ocasiones”.
Kosacoff apuntó que “en medio de la crisis internacional, en los distintos países la industria crece. En el único lugar donde no crece, es en Argentina”, y destacó que “en los últimos 40 años perdimos terreno: en 1975 teníamos 500 mil empleos fabriles para un país de 24 millones de habitantes; y ahora tenemos 280 mil, la mitad, para un país de 40 millones de habitantes”. El ex titular de la CEPAL agregó: “Desde 2008 la industria argentina está frenada, dejamos de crecer, caen las exportaciones industriales y no se genera empleo privado. No puede haber desarrollo si no se fortalecen las empresas para generar empleo y riquezas”.
También señaló la falta de posibilidades de los sectores más vulnerables para tener un ascenso social: “El 35% de los trabajadores está en la informalidad y tenemos 800 mil jóvenes que no trabajan, ni estudian y no tienen las competencias para acceder a un trabajo formal. Cuando se necesita un tornero o una modista que sepa hacer un cuello de una camisa, no los encuentra porque no hay mano de obra calificada”.
Hacia el final, Kosacoff sentenció: “Es difícil tener salarios alemanes, cuando tenemos una productividad africana”.
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