Un nuevo elemento, hasta ahora inesperado, abre otro capítulo en el proceso de descongelamiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba. No tiene que ver con la reapertura de embajadas, ni con la polémica base de Guantánamo, ni con el histórico y cuestionado embargo, sino con el ron. El aguardiente de caña, de larga tradición en el Caribe, es uno de los vínculos de conflicto entre ambos países, a través de la histórica marca cubana Havana Club, denominación que en Estados Unidos comercializa la portorriqueña Bacardí y que ahora los cubanos reclaman como uno de los derechos a recuperar tras el acercamiento.
Al poco tiempo de restablecer relaciones, Cuba pidió a Estados Unidos que derogue las leyes que impiden reconocer como cubana la marca Havana Club, que en Cuba produce la francesa Pernot Ricard, asociada a la estatal Cuba Ron, para su comercialización en todo el mundo, excepto los EE UU. Allí se vende la versión de Bacardí, una empresa de Puerto Rico, fundada en Cuba, que dejó la isla tras la revolución de Fidel Castro. Es que desde el quiebre de las relaciones entre ambos países, la importación de ron cubano está prohibida en EE UU. El artículo 211 de la legislación en discusión no permite el registro o prórroga en EE UU de una marca de fábrica o de comercio previamente abandonada por un titular, cuyo negocio o activos hubieran sido confiscados en virtud de la legislación cubana. Si bien la marca ya estaba registrada en EE UU por los cubanos, les fue impedido renovar el registro cuando caducó en 2006. Allí entró en juego Bacardí.
Recientemente, el diplomático cubano Carlos Martín hizo una petición en Ginebra ante el órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la Organización Mundial de Comercio. "De manera injustificada e innecesaria, los Estados Unidos han ignorado las recomendaciones y resoluciones del OSD, que desde hace 13 años piden la abolición o modificación de la ley que no reconoce el nombre como propiedad cubana", asumió.
La marca fue establecida en Cuba en 1878 por el español José Arechabala y nacionalizada en 1960. En la década del '90, tras la caída de la Unión Soviética, Cuba se vio forzada a incluir en el negocio a Pernod. Según un artículo del diario británico Financial Times, "hay mucho dinero involucrado. En 1993, cuando Pernod comenzó a comercializar Havana Club, vendía cinco millones de botellas anualmente. Las ventas se han incrementado diez veces, principalmente en Europa. Una apertura al mercado de EE UU, el mayor mercado del mundo para el ron, sería una gran oportunidad para la compañía francesa." El director ejecutivo de Havana Club de Pernod es optimista. "Con el cambio de situación, esperamos vender ron Havana Club en EE UU", dijo al diario. Bacardí tiene un punto de vista diferente: "Hemos adquirido lo que creemos que son los derechos globales del fabricante original y también somos dueños de los derechos de la marca en EE UU."
Al poco tiempo de restablecer relaciones, Cuba pidió a Estados Unidos que derogue las leyes que impiden reconocer como cubana la marca Havana Club, que en Cuba produce la francesa Pernot Ricard, asociada a la estatal Cuba Ron, para su comercialización en todo el mundo, excepto los EE UU. Allí se vende la versión de Bacardí, una empresa de Puerto Rico, fundada en Cuba, que dejó la isla tras la revolución de Fidel Castro. Es que desde el quiebre de las relaciones entre ambos países, la importación de ron cubano está prohibida en EE UU. El artículo 211 de la legislación en discusión no permite el registro o prórroga en EE UU de una marca de fábrica o de comercio previamente abandonada por un titular, cuyo negocio o activos hubieran sido confiscados en virtud de la legislación cubana. Si bien la marca ya estaba registrada en EE UU por los cubanos, les fue impedido renovar el registro cuando caducó en 2006. Allí entró en juego Bacardí.
Recientemente, el diplomático cubano Carlos Martín hizo una petición en Ginebra ante el órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la Organización Mundial de Comercio. "De manera injustificada e innecesaria, los Estados Unidos han ignorado las recomendaciones y resoluciones del OSD, que desde hace 13 años piden la abolición o modificación de la ley que no reconoce el nombre como propiedad cubana", asumió.
La marca fue establecida en Cuba en 1878 por el español José Arechabala y nacionalizada en 1960. En la década del '90, tras la caída de la Unión Soviética, Cuba se vio forzada a incluir en el negocio a Pernod. Según un artículo del diario británico Financial Times, "hay mucho dinero involucrado. En 1993, cuando Pernod comenzó a comercializar Havana Club, vendía cinco millones de botellas anualmente. Las ventas se han incrementado diez veces, principalmente en Europa. Una apertura al mercado de EE UU, el mayor mercado del mundo para el ron, sería una gran oportunidad para la compañía francesa." El director ejecutivo de Havana Club de Pernod es optimista. "Con el cambio de situación, esperamos vender ron Havana Club en EE UU", dijo al diario. Bacardí tiene un punto de vista diferente: "Hemos adquirido lo que creemos que son los derechos globales del fabricante original y también somos dueños de los derechos de la marca en EE UU."
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