La última mesa del Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad tuvo, en la primera tarde de ayer, a sus participantes más jóvenes. El ministro de Economía, Axel Kicillof; la legisladora chilena Camila Vallejo; la ecuatoriana Gabriela Rivadeneira; el español Iñigo Errejón Galván y la portuguesa Marisa Matías expusieron largamente sobre “La Nueva Generación ante la disputa del presente”, el eje del panel en el que fueron moderados por Ricardo Forster, el secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional y organizador del evento. A las experiencias personales, los panelistas sumaron recorridos detallados de los procesos políticos de los que son emergentes o forman parte: el kirchnerismo, el movimiento de estudiantes y trabajadores chilenos por una educación libre y pública, la “revolución ecuatoriana”, Podemos y las experiencias que los emulan en Portugal. A último momento se sumó el flamante precandidato del Frente para la Victoria a la Jefatura de gobierno porteño, Mariano Recalde. “Esta era política parió una juventud organizada que no va a parar hasta conseguir todo lo que falta. Vamos por todo”, arengó el titular de Aerolíneas Argentinas en uno de sus primeros actos de campaña.
“Esta es una mesa que reúne a quienes han entrado en el mundo de la pasión política para crear alternativas a las derechas”, introdujo Forster, quien, en su rol de moderador, aprovechó las últimas exposiciones del foro que culminó ayer para resumir aquellos días en el Cervantes. “Todos los participantes del foro son exponentes de la lucha por una sociedad más justa”, apuntó y comparó: “Ese es el espíritu del foro y también el del Ministerio de Cultura que confió en él”.
Tal vez la exposición más política de los tres días de conferencias fue la de Recalde, quien se sumó a la mesa de “los jóvenes”. Flamante precandidato a la jefatura de Gobierno porteño, el titular de Aerolíneas Argentinas e integrante de la mesa chica de La Cámpora ubicó a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández en el centro del “renacer de la política” local. “Somos una generación que se enfrentó al imperialismo diezmada por la apatía, el individualismo y el neoliberalismo. A nosotros, que resistimos los ’90, que no confiábamos en nadie, nos llegó nuestro Perón”, enmarcó su arenga.
La llegada del kirchnerismo al poder “parió a una generación política que cuenta con una columna joven cada vez más fuerte, ideológica y organizada que llegó para disputar el presente y el futuro”, aseguró y, en ese sentido, añadió: “No vamos a parar hasta no ver un pobre en la Argentina, hasta ver más derechos, a la Latinoamérica unida y que las Malvinas vuelvan a ser argentinas”.
Recalde expuso sobre juventud y política casi al cierre de la mesa –la ponencia final fue de la portuguesa Matías–. La apertura estuvo a cargo de Kicillof, quien también tejió ideas en torno del kirchnerismo. Su generación, revisión, “viene de la militancia política”: “Somos hijos de la vuelta de la democracia, de la primavera alfonsinista. Eso fue lo que nos puso a militar y desde entonces no paramos. Esta primavera que vivimos lleva 12 años y seguimos”.
Para Kicillof, aquel momento de recuperación de la democracia fue “imborrable”, así como lo es el “resurgimiento de la República desde 2003”: “Entendimos entonces que el Estado debe ser un elemento de emancipación, que cuando representa los intereses de un pueblo es un instrumento poderoso. Y eso hemos construido en estos años: un gran instrumento de inclusión social”.
Entre aplausos y cantos peronistas (“Atención, atención, Camila te saludan los soldados de Perón”), Vallejo tomó la palabra. “Es tan diferente Argentina a la que cuentan los medios masivos de comunicación”, se asombró la jovencísima militante de las Juventudes Comunistas Chilenas que, tras liderar el movimiento de estudiantes y trabajadores por una educación gratuita y libre en Chile, ocupa una banca en la Asamblea Legislativa de ese país vecino. “Dicen los medios que lo que sucede en Argentina es populismo. Confunden populismo con el empoderamiento del pueblo, que aquí tiene un nivel de conciencia y movilización admirable”, elogió Vallejo. Desde su exposición, consideró que la lucha política es “transgeneracional” y que la prueba está en el movimiento que integró por la reforma educacional: “Logramos hacer síntesis de una larga lucha. Los movimientos no son espontáneos. Viene de muchos años de lucha, es la necesidad del pueblo chileno de tener un proceso de emancipación mayor”, apuntó e insistió en la necesidad de dar la “disputa política”. “Soy una convencida de que la mera conflictividad social, sin disputa política, no tiene sentido.”
Para la portuguesa Matías ése es el camino. “Tenemos que mirarnos en la izquierda y decirnos que tenemos que pelear la gran política”, propuso. Antes, y con la experiencia de Podemos a flor de piel, Errejón Galván coincidió: “Es mentira que la política es mala. Tenemos que recuperarla y ponerla bajo el control y servicio de los intereses colectivos”. Rivadeneira tomó el guante: “Sabemos que tenemos que luchar de pie por la verdadera libertad y emancipación de nuestros pueblos”, dijo en nombre de “todos los jóvenes” de Ecuador.
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