Allí donde hay una necesidad… hay un negocio”, es la frase adjudicada al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y su tropa lo sigue a rajatabla. Esta semana, la Cámara Federal porteña reabrió una causa contra el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta (el candidato de Macri para su sucesión), en la que es investigado por usar dinero de un fondo público para cancelar deudas de una fundación. La acusación es de 1998, cuando era funcionario del gobierno de Carlos Menem como titular del Fondo Nacional de Capital Social (Foncap), fundación creada por Decreto 675/97 para facilitar el desarrollo del sector de la microempresa a nivel nacional y donde su titular manejaba un presupuesto de 40 millones de dólares, aporte directo del Estado nacional.
La causa 17.667/04, iniciada por la Oficina Anticorrupción en diciembre de 2004 señala que, desde allí, un préstamo de más de un millón de dólares que tenía como destino promover a la pequeña empresa fue utilizado para cancelar deudas de la fundación con el sistema financiero.
Obligaciones del jefe de Gabinete porteño y algunas dificultades que habrán encontrado hacen que el precandidato no pudiera ir a declarar, desde noviembre de 2005, cuando fue llamado a prestar declaración indagatoria como acusado. Y eso sigue pendiente.
Otra denuncia que revela movimientos oscuros del hombre amarillo es la denuncia por sobrecostos en la remodelación del Centro de Gestión y Participación (CGP) 13, de Cabildo 3067. Los CGP dependen de la Jefatura de Gabinete y, en 2010, Javier Bassi, entonces director del CGP que agrupa los trámites de Belgrano, Núñez y Colegiales, había elaborado un presupuesto para su remodelación de 13 millones de pesos. La denuncia que Larreta habría pedido a Bassi era que aprobara un nuevo presupuesto, esta vez de 43 millones; algo que Bassi habría refutado y que le costó la renuncia. Pusieron entonces al frente de esa unidad de gestión a Gustavo Javier Acevedo (hombre de confianza de Digo Santilli), y se obtuvo la firma que se sumó a la de Gladys González, de la Subsecretaria de Atención Ciudadana, y a la de Rodríguez Larreta. El CV de Acevedo lo muestra como un tipo afortunado que cobra dos sueldos del Estado porteño y que había logrado evitar su procesamiento cuando una moto BMW de su titularidad fue secuestrada en un procedimiento policial donde se reveló que era utilizada como delivery de cocaína.
Como se sabe, en la unión fraternal que resulta el PRO, lo importante es la familia. Así, la cuñada de “Horacio” (como les gusta referenciar a sus dirigentes), la modelo Julieta Spina, esposa de Augusto Rodríguez Larreta, un ex lobbista del Grupo IRSA que luego integró el gobierno de la Ciudad y ahora se ocupa de la campaña de su hermano. Spina logró adjudicarse contratos en un área del gobierno donde trabajaba y licitaciones en las que fue la única productora que se presentó para ocuparse de los desfiles de moda organizados por el gobierno de la Ciudad en 2011. Y debe ser buena en lo suyo, porque el año pasado este evento le permitió capturar 1.861.000 pesos y este 2015 ganó (de nuevo como única productora presentada) una nueva licitación de 4 millones de pesos. El firmante aprobándolo todo es el ministro Francisco Cabrera. Al área de la cuñada, se transfirieron 3 millones de pesos, destinados al Programa de Intervención Social en Villas.
Tsunami de información. El vértigo con el que ocurren los hechos hace que a veces se olviden declaraciones importantes. En el año 2009, en el programa televisivo Tres poderes, Gabriela Michetti, por entonces vicejefa de gobierno, revelaba que los lunes se reunía la “mesa chica” del PRO y mencionó que “en esos almuerzos se discuten las estrategias de gobierno”. Al enumerar quiénes participaban recordó que ella y Macri se reunían con Rodríguez Larreta y Marcos Peña. “Y a veces están los demás amigos de Mauricio, porque le pasa como me pasa a mí, uno trata de tener un par personas muy amigas que tratan de estar cerca. Como pueden ser Nicolás Caputo como José Torello”. Uno de los periodistas (por fin uno) le hizo notar que incluyó a Nicolás Nicky Caputo, amigo de colegio de Mauricio Macri y empresario de la Construcción, que además es proveedor del gobierno porteño en obras clave, lo cual resultaba al menos poco ético. Michetti titubeó y respondió: “Es asesor, pero no está formalmente como asesor, pero es una persona de mucha cercanía a Mauricio, que además ha generado una muy buena relación con Marcos, con Horacio y con todos nosotros, y que está ahí”.
En todo estás vos. Decidida a embarrarle la cancha en la interna y al mismo tiempo hacer un gesto de despecho y advertencia al líder, Michetti acusó a Rodríguez Larreta de usar fondos del gobierno para su campaña. Algo que era evidente, ya que en puestos del gobierno de la Ciudad junta firmas en favor del jefe de Gabinete porteño y hace aparecer su cara junto a Macri en cuanto cartel de espacio en reparación encuentra en la Ciudad; no con el sello del partido sino con el del gobierno de la Ciudad.
Sin embargo, el modus opernadi refleja la forma “cero ideologizada” de hacer política que tiene el PRO. Vale de muestra que descubrió el legislador Facundo Difilippo, del Partido Social de la Ciudad, en referencia a la arquitecta María Constanza Irene Rivas Godio (Connie para sus partidarios), que había sido candidata del PRO a intendente de Bahía Blanca en 2011, y que entre 2009 y 2013 fue titular del monobloque del macrismo en el Concejo Deliberante. Rivas Godio goza de buenas relaciones interinstitucionales gracias a que su pareja, Orlando Yans, un ex dirigente radical, es también cercano al presidente de Boca Juniors Daniel Angelici. Según reza el Expediente 9.395.722/14, cuando Connie dejó el Consejo se convirtió en proveedora del Estado porteño a través de la Dirección General de Proyectos de Urbanismo, Arquitectura e Infraestructura, que depende del Ministerio de Urbanismo a cargo de Daniel Chaín; logró la Contratación Directa 7.915/14, que le permite cubrir su gastos básicos con 540 mil pesos. Para Difilippo, “queda claro que la intención de esa operación consiste en financiar la campaña del PRO en la provincia con recursos públicos”, ya que consideró que se trataba de hacer un trabajo “que podría hacerse con recursos propios del ministerio de Desarrollo Urbano”.
Para comprender de qué hablamos cuando hablamos de manejos poco claros, habrá que investigar, entre otras curiosidades, a las empresas que consiguen alternarse en las contrataciones y que aunque con nombres distintos funcionan en la misma dirección, con composiciones societarias similares, como es el caso de Central Media SA, Fio Fio SA, Media Strategy SA y Devicom SA.
Te lo juro. Las declaraciones juradas de los funcionarios del PRO los muestran como gente exitosa, afortunada, altruista, superada, que no ha necesitado hincar el diente en el erario público (¿O sí?). Empresarios ricos con inversiones en propiedades y acciones de compañías nacionales y extranjeras. Macri había revelado a los medios que los había elegido así, adrede, “para garantizar que la función pública sea desinteresada y evitar que sus colaboradores sean presa de la corrupción”. Aunque las declaraciones juradas lo exigen, no revelan la procedencia de sus arcas. Macri, aunque su patrimonio en 2011 había crecido un 84% y sólo en 2013 se expandió un 70%, es de los que se jactan de tener congelado su salario y de donarlo al comedor de Margarita Barrientos. Horacio Rodríguez Larreta parece ser más cuidadoso y en el mismo año superó a su jefe, haciendo crecer su patrimonio en un 104%. Daniel Chain, responsable de la obra pública de la Ciudad y accionista de empresas ligadas a la construcción, ese año incrementó su poder económico en un 53% mientras que Carolina Stanley lo mejoró en un 75%. María Eugenia Vidal y Néstor Grindetti entran en el grupo de los endeudados. Suerte de principiante, antes de convertirse en co-equiper de Macri, Vidal logró un crédito del Banco Ciudad por 300 mil pesos. “Sorprende el monto y la celeridad con que salen los créditos para funcionarios PRO”, remarcaba por entonces el diputado porteño Nuevo Encuentro Gonzalo Ruanota. Curiosamente, tal vez el más perjudicado sea el ministro de Hacienda de la Ciudad cuyo patrimonio profundiza el rojo.
Dar Crédito. Aunque para acceder a uno de los créditos tan promocionados para coprar una bicicleta, el ciudadano común, de a pié, debe presentar una cantidad innumerable de papeles que se interponen entre la publicidad y la realidad; María Eugenia Vidal no es la única afortunada que logró un crédito importante; también Juan Curutchet, vicepresidente del banco logró sacar uno por 607 mil pesos con una taza súper preferencial por ser empleado del banco. El legislador PRO Enzo Pagani logró uno por 347 mil pesos. Y Emilio Lanza, gerente general del banco, hacía mérito para obtener un crédito de su propio banco por 64 mil pesos.
Para muestra. En una nota de opinión publicada en Miradas al Sur, la comunera del Socialismo para la Victoria, Julieta Costa Díaz, recordaba que en mayo de 2014, el jefe de Gobierno Mauricio Macri firmó el Decreto 166/14 para volver a elevar los topes para la contratación directa y la licitación privada, llevando de un millón de pesos a tres millones el monto autorizado para la licitación privada, y de quinientos mil pesos a dos millones para la compra directa, mecanismo por que cual el Estado contrata si autorización de la Legislatura con sólo llamar a tres empresas y eligiendo a la que presenta el presupuesto más bajo. Costa Díaz revelaba que durante 2014, de un total de 97 procesos de compras y contrataciones adjudicados llevados a cabo por esa secretaría, 56 fueron realizados por contratación directa o licitación privada con la única excusa del monto. Y entre los datos a revisar aparece el cruce de dos calles donde se realizarían bajadas de cordón para discapacitados en cada esquina, y la obra se dividió en cuatro (una por cada esquina) para poder concesionar tres de ellas a la misma empresa sin que se exija el filtro de la Legislatura; el doble discurso de la Ciudad Verde para una campaña que tapa de cemento y rejas cuanto espacio con tierra y pasto se encuentra libre, además de el incluir en el presupuesto PRO en Medio Ambiente la compra e instalación de Campanas Verdes para arrojar basura.
Pero el listado de acusaciones no se limita a las cúpulas ni al tiempo de gestión actual, aunque pareciera que esas denuncias fueran cocardas. Así encontramos a Federico Sturzenegger envuelto en una causa que investiga el megacanje de 2001 cuando era secretario de Política Económica de Domingo Cavallo; los lazos con Amadeo Genta, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Ciudad de Buenos Aires (Sutecba), con quien Macri negoció apenas ingresó en la gestión de sus primer mandato a pesar de haber señalado que el gobierno porteño estaba lleno de “noquis”; las denuncias que hizo Aníbal Ibarra respecto de que Macri “tomó deuda para tener dinero en caja y, a pesar del discurso oficial, no fue para obras” y agregó que “no pueden nombrar una sola obra de envergadura que hayan hecho ellos con la deuda que tomaron. El Maldonado, por ejemplo, es una deuda que tomé yo, durante mi gobierno y a pesar de la crisis: se paga a un 1% anual”.
Con una ayudita demis amigos. “Fuimos parte de Unen porque Lilita (Carrió) y Pino (Solanas) nos convocaron para conformar un frente antimafia y anticorrupción –indicaba el legislador Gustavo Vera, dirigente de Bien Común y de la ONG La Alameda–, pero todo se fue convirtiendo en una especie de gran frente antiperonista donde todo lo que estuviera asociado a los k es mafia y todos lo que no son k mean agua bendita”. El final era previsible: luego de la alianza de varios dirigentes de UNEN con el PRO, Vera rompió, en lo que identificó como un Código de Silencio.
29/03/15 Miradas al Sur
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